¿La corrupción española también en México?
Iván Restrepo
P
or si no tuvieran ya
con los que tanto han indignado a la ciudadanía, dos nuevos casos de
corrupción se conocieron en España. Uno bajó de su pedestal a quien por
muchos años figuró como funcionario responsable, honrado, al servicio de
las mejores causas de su país. Tantos méritos acumuló que llegó a ser
el superministro de Economía y Hacienda, el segundo hombre más
importante del gobierno de Aznar. Una de sus banderas fue la lucha
contra el fraude. Esos méritos traspasaron fronteras y quienes en la
sombra manejan el Fondo Monetario Internacional lo designaron director
de ese importante organismo. En España también presidió Bankia, pero tan
pésimamente que la llevó a la quiebra y tuvo que ser rescatada con
recursos públicos.
Ahora se descubre que el señor Rodrigo Rato es un pícaro de siete
suelas, enriquecido a la sombra del poder, con una fortuna
multimillonaria. Lo acusan de varios delitos. Destacadamente fraude
fiscal, lavado de dinero y apropiación indebida de bienes. En una
operación digna de recrear por los hermanos Marx, fue detenido unas
horas en una aparatosa y mediática operación policial y luego liberado
sin mayor explicación. Cabe señalar que el hasta no hace mucho
honorabilísimo señor Rato fue protegido con diversas medidas por el
actual ministro de economía de España, el señor Cristóbal Montoro.El otro caso de corrupción tiene que ver con la generación de energía por medio del viento. Se descubrió que en la comunidad de Castilla y León se pagaron sobornos a los funcionarios encargados de
acelerarlos permisos para construir parques eólicos. Algunos de ellos hacían parte de las sociedades constituidas al vapor y que recibían con prontitud los permisos para funcionar y las ayudas gubernamentales destinadas a tal tipo de energía. Luego los accionistas las vendían con exorbitantes beneficios. Los sobornos y cohechos ascienden a más de 110 millones de dólares. Entre las empresas implicadas figura una muy influyente, con negocios en México: Iberdrola.
España ha realizado un enorme esfuerzo para establecer la energía eólica, al grado que es ya su segunda fuente de electricidad. Esto ha sido posible gracias a los apoyos y subsidios gubernamentales y a las tarifas que pagan los ciudadanos. Pero todo apunta a que de las ayudas oficiales han lucrado funcionarios y empresas. Lo que acaban de descubrir en la comunidad de Castilla y León es apenas la punta de un largo hilo corruptor. No está de más preguntarnos si las mismas prácticas ilegales vigentes en España las utilizan las trasnacionales de ese país a la hora de hacer en México prósperos negocios en los campos de la energía, las autopistas y otras obras públicas. Por ejemplo, en el estado de México.
Un equipo especializado de geólogos y sismólogos de la Universidad Metodista de Dallas y del Servicio Geológico de Estados Unidos concluyó que la población tenía razón. Como la han tenido los que habitan otras ciudades del planeta donde tiembla más desde que llegó el fracking a hacer de las suyas al inyectar a presión grandes cantidades de agua mezclada con arena y sustancias químicas hasta zonas profundas a fin de extraer gas. Luego esa mezcla se suele inyectar en el espacio subterráneo dejado por los hidrocarburos.
Se trata de un nuevo aviso de lo que puede llegar a suceder en México
si, como anuncian las autoridades, muy pronto reinará en varias partes
del territorio nacional la extracción de gas por medio de la indeseable y
peligrosa técnica del fracking. Para sismos, con los de costumbre basta y sobra.
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