EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Paraiso perdido: chipre

Paraíso perdido: Chipre


Alejandro Nadal

E
l episodio más reciente de la crisis económica coloca a los llamados paraísos fiscales en el centro de la escena. Chipre es una pequeña economía y un gran dolor de cabeza, pero lo esencial es que ha revelado una vez más la importancia de estos espacios en la economía mundial: la globalización neoliberal no hubiera podido desarrollarse sin la ayuda de estos instrumentos de la acumulación financiera.
Comenzamos con una definición: un paraíso fiscal es un espacio económico con gravámenes muy bajos (o cero) sobre capitales y sus rendimientos. También ofrecen un entorno regulatorio muy débil sobre todo tipo de transacciones financieras (especialmente las realizadas con derivados) y mantienen el secreto bancario de manera casi absoluta sobre titulares de cuentas y beneficiarios, así como del origen y destino de los depósitos y retiros. En suma, es el campo ideal para evadir impuestos e introducir recursos de procedencia ilegal a los flujos convencionales de la economía mundial. Si la crisis en Chipre adquiere relevancia es porque estamos en presencia de uno de los paraísos fiscales más importantes del mundo.
Y aquí viene lo bueno. Es precisamente porque Chipre estaba en buena posición para seguir desempeñando su papel de nirvana fiscal que la pequeña isla fue admitida en la esfera del euro en 2008. Leyó usted bien. No es un accidente el que Chipre forme parte hoy de la eurozona.
Esto no debería sorprender. El gran programa de la globalización financiera descansa de manera fundamental en la presencia de paraísos fiscales. Como era de esperarse, aunque parecen pequeñas estas economías tienen sector financieros súper desarrollados. En conjunto se calcula que tienen depositados alrededor de 13 billones (castellanos) de dólares y le dan refugio a unas 2 millones de entidades corporativas del mundo entero.
Ese tipo de magnitudes ya nos dice algo importante sobre los paraísos fiscales. No se trata de segmentos marginales de la economía mundial sino de una dimensión que forma parte de su estructura íntima. Más que un simple instrumento para evadir impuestos, estos pequeños cielos fiscals son un componente clave del sector financiero mundial y de sus operaciones de rutina. En el desarrollo del capital financiero, los paraísos fiscales son el espacio privilegiado de la gestión especulativa porque facilitan las operaciones de arbitraje (es decir, aquéllas en las que los agentes escogen instrumentos financieros y divisas en función de diferencias entre tipos de cambio y tasas de interés real). Desde esta perspectiva, es claro que los paraísos fiscales han sido esenciales en la globalización financiera. Y por lo tanto, también jugaron un papel importante en la gestación de la crisis financiera mundial.
En la típica lista de los países que se consideran paraísos fiscales abundan las islas soleadas y los principados mediterráneos. La enumeración tradicional incluye casi siempre en primer lugar las islas Caimán, Bermudas, Bahamas, Barbados, Antigua, Mónaco, San Marino y Lichtenstein. Pero la lista es mucho más extensa y contiene a países como Luxemburgo, Suiza, Panamá, Singapur y Hong Kong. De hecho, un análisis más cuidadoso sobre la estructura y dinámica del capital financiero revela que existen paraísos fiscales un países mucho más importantes. En Estados Unidos existen espacios que cumplen con la definición de paraíso fiscal que hemos apuntado arriba. Los estados de Nevada y Delaware reúnen todos los requisitos para ser miembros del selecto club de paraísos fiscales. Es más, en Estados Unidos no se gravan los pagos de intereses y ganancias de capital percibidos por no residentes. Por ese motivo, los análisis más rigurosos sobre paraísos fiscales incluyen en sus listas a economías como Estados Unidos y el Reino Unido. Recientemente Alemania ha defendido el secreto bancario a ultranza de los paraísos fiscales.
Los paraísos fiscales también han servido como instrumentos de presión para moldear la política fiscal de todo el mundo. Cuando arrancó el proceso de globalización financiera a finales de la década de los 70, las tasas marginales máximas del impuesto al ingreso de las personas físicas y de las empresas en los países desarrollados promediaban 67 y 50 por ciento, respectivamente. En la actualidad esas tasas promedio son 40 y 27 por ciento. En muy buena medida esa reducción de la presión fiscal se debe a la presencia de los paraísos fiscales como alternativa de un trato fiscal mucho muy benigno.
La ‘solución’ a la crisis en Chipre ha destapado el basurero de la globalización financiera. Cuando se introdujo la moneda común en Europa se insistió mucho en sus ventajas porque se reducirían los costos de transacción. Lo que no se dijo es que los diversos paraísos fiscales en la eurozona se encargarían de multiplicar los beneficios derivados de la especulación. Es buen momento para recordar las palabras de John Milton cuando nos recuerda en El paraíso perdido cómo vendrán los lobos crueles que sólo buscan saciar su vil ansia de ambición y lucro.

martes, 26 de marzo de 2013

¿Derrota moral?

21 de marzo de 2013•06:05 • actualizado a las 06:10

Lorenzo Meyer: ¿Derrota moral?
Lorenzo Meyer

BLOCH 

El título de esta columna proviene de una tesis del historiador francés Marc Bloch, retomada por José Ramón Cossío (ministro de la Suprema Corte) y Enrique Florescano (historiador) para coordinar 12 ensayos -La perspectiva mexicana en el siglo XXI (FCE, 2012)- que bien podrían considerarse un intento de poner al día la segunda parte de Los grandes problemas nacionales (1909), donde Andrés Molina Enríquez abordó los temas "del orden primordial".

Bloch fue un famoso profesor medievalista fundador de la Escuela de los Annales, que durante la Primera Guerra Mundial sirvió en la infantería de su país y años después vivió en carne propia, como capitán del Estado Mayor, la nada gloriosa derrota francesa de 1940, para terminar fusilado en 1944 por actuar en la resistencia.

Al examinar la capitulación de Francia, Bloch concluyó en La extraña derrota (1940) que las razones principales de ésta habían sido, por un lado, la falta de previsión de los mandos franceses, su pésima administración del Ejército y su "déficit intelectual" para prever y actuar. Por otro lado, la ausencia de un compromiso real de las diferentes clases sociales, en particular de las élites, con el interés colectivo; en el momento de la crisis, la salvaguardia de los intereses particulares tuvo prioridad sobre el interés nacional. La rendición de Francia en 1940 fue, para Bloch, tanto una inexcusable derrota militar como moral.

NUESTRO PROBLEMA

Cossío y Florescano asumen que el proceso histórico mexicano reciente puede desembocar en el equivalente a una derrota del proyecto nacional: un crecimiento económico mediocre, una crisis del sistema de justicia y del de seguridad pública, un federalismo "infame", una ciudadanía precaria, un sistema educativo donde la insuficiencia está en la calidad más que la cantidad, etcétera. Y para que no se repita el diagnóstico de Bloch, por lo que se refiere a la falta de previsión, los coordinadores convocaron a 12 especialistas a examinar la situación que guarda México en otras tantas arenas políticas y sociales. 

TEMARIO

José Woldenberg se muestra cautamente optimista ante el campo que le tocó examinar. Para él, "México [ya] vivió una auténtica transición democrática" y ya arraigó un sistema plural de pesos y contrapesos. Las insuficiencias de la joven democracia mexicana se localizan en el área económica y se reflejan en una desigualdad social que la degrada. Para el autor, la propuesta que en algún momento hizo Enrique Peña Nieto (EPN) de tener una "cláusula de gobernabilidad" que diera al partido ganador la mayoría absoluta, aunque no la hubiera tenido en las urnas, es inadmisible. Sin embargo, como vimos en diciembre pasado, el ingenioso "Pacto por México" le permitió a EPN sobrevolar al Congreso y aterrizar en un espacio donde, y sin cláusula pero con la ayuda del PRD y el PAN, ha podido sacar adelante la parte inicial de su proyecto.

En contraste, Mauricio Merino otea el federalismo y lo encuentra "infame". Desde los 1980 México se alejó del manejo centralista del presupuesto, pero ha caído en otras prácticas tan malas o peores: los gobernadores han recibido mayores recursos pero sin haber tenido que aceptar la rendición de cuentas y el resultado está a la vista: endeudamiento irresponsable y corrupción a pasto.

Desde la perspectiva del ciudadano, Alberto Olvera muestra que las herencias autoritarias siguen muy vivas. La llamada "clase política" ha logrado preservar buena parte de su vieja "soberanía" y mantener sus "poderes discrecionales". En buena medida eso explica la ineficiencia de nuestro Estado, su pobre respuesta ante las demandas de una ciudadanía desilusionada con un supuesto nuevo régimen. Luis F. Aguilar aborda el tema de gobernabilidad y de la gobernanza -definida esta última como la capacidad del sistema para encaminarse coordinadamente en la dirección que supuestamente le han señalado los ciudadanos, las instituciones y el gobierno. Sin embargo, es notorio el distanciamiento que existe entre los ciudadanos, por un lado, y sus supuestos representantes y las autoridades, por el otro. De ahí lo difícil que es hoy la gobernanza.

Parte importante de las deficiencias en la gobernabilidad se encuentran en la creciente inseguridad, donde el crimen organizado ha arrancado al gobierno el control de regiones o áreas. Ernesto López Portillo da cifras en abundancia que apuntan a un problema para el que no se vislumbra solución efectiva. En 2010, el 24% de la población mayor de 18 años fue víctima de un delito y la parte de ella que entonces aceptó tener "mucha confianza" en la policía fue de apenas 2.8%. Por tanto, no es extraño que la "cifra negra" de delitos -los no denunciados- haya aumentado hasta llegar al 92%. En este campo, la derrota ha sido completa.

El problema de la gobernanza también se conecta con los resultados del ensayo de Jenaro Villamil sobre los medios masivos de comunicación. Este campo está dominado por la televisión. Y hasta hoy, aquí no ha habido transición democrática alguna. El viejo régimen ha sobrevivido intacto y está por verse si la tan cantada reforma de las telecomunicaciones propuesta por EPN será real. Entre tanto, la gran concentración de la propiedad en este sector sigue actuando como veneno sobre los esfuerzos por democratizar a México, pues no hay democracia política posible sin información plural, veraz, oportuna y accesible.

Cristina Puga aborda el tema de la política de esa parte de la elite del poder que son los empresarios. Aquí la transformación ha sido notable y en buena medida se explica por el cambio en el modelo económico: apertura y privatización. Hoy, el cabildeo es un instrumento muy usado por las grandes concentraciones de capital. Y éstas cabildean en un medio donde el poder del Estado ha disminuido y la representación efectiva de los intereses de la contraparte, la masa ciudadana, casi no existe. Guadalupe González, con un abanico de indicadores, demuestra que México sigue sin ocupar en el sistema internacional un lugar acorde con sus posibilidades objetivas sino uno bastante menor.

Desde tiempo atrás se ha subrayado que el problema de la educación básica no es tanto de recursos y cobertura como de calidad, de un gasto mal usado. Marco Antonio Fernández sostiene que la economía y la democracia mexicanas no podrán salir de su mediocridad con una educación mediocre, ni de su desigualdad con una educación que ofrece menos calidad a quien menos tiene. Por otra parte, en el último medio siglo el aparato dedicado a la educación superior ha crecido y mucho; de una matrícula de 78 mil estudiantes en 1960 pasó a 2.9 millones en 2010. El porcentaje de personal académico de tiempo completo y con doctorado también aumentó; según Manuel Gil Antón, pasó de 11.9% en 1992 a 33.5% en 2007. ¿Una historia de éxito? Posiblemente, pero se sugiere que el modelo ya dio de sí y lo que está en juego, de nuevo, es la calidad.

Si a los mexicanos nos derrotaran los problemas de este siglo, no podría ser por el "déficit intelectual" que Bloch encontró en la Francia de 1940 pero sí, y mucho, por el otro factor: la falta de compromiso de todos con el interés colectivo. Crearlo y sostenerlo es el reto

lunes, 25 de marzo de 2013

Chipre: un desastre


Chipre: un desastre
León Bendesky
E
l Fondo Monetario Internacional ha seguido las pautas de 147 crisis bancarias desde 1970. La más reciente, y que se despliega ahora mismo con mucha intensidad, ocurre en Chipre.
Con esto se pone una vez más en entredicho el sistema europeo de la unión monetaria y la existencia misma del euro; la capacidad del Banco Central Europeo de establecer una unión bancaria y un esquema de supervisión único para los bancos de la eurozona; la prelación de las deudas en casos de quiebra de un banco. Se exhibe la debilidad de los bancos europeos, que ha sido el asunto central tratado por el Comité de Supervisión Bancaria que se conoce como Basilea III (que ya se aplica en México), y niega lo que se veía ya como un retorno a la estabilidad financiera de la zona y hasta del crecimiento del producto, aun en un entorno esencialmente de ajuste basado en la austeridad presupuestal.
Hay un elemento novedoso en esta crisis y que es muy relevante para el funcionamiento del sistema bancario tal y como es ahora, sobre todo en cuanto a las condiciones que se supone deben sostener la estabilidad financiera y reducir los riesgos llamados sistémicos. Este elemento es el seguro de depósitos.
El plan de rescate bancario y de la deuda pública que quieren imponer la Unión Europea, el BCE y el FMI (la Troika), pero especialmente el gobierno alemán en Chipre incluye la aplicación de un impuesto a los ahorros. Se debate si este debe afectar a los depósitos en exceso de 100 mil euros por banco, que es la cifra que cubre el seguro a cada depositante o, incluso, a aquellos de menor cuantía. También se discuten las tasas de ese impuesto y que en el caso de los depósitos de mayor cuantía podría ser de hasta 20 por ciento. No es, claramente, una cuestión menor.
Ese seguro equivale al que fue constituido en México luego de la creación del IPAB tras la crisis de 1995. Hoy, los depósitos asegurados en el país equivalen a 400 mil Unidades de Inversión (UDI’s), alrededor de un millón 972 mil pesos, por persona y por banco. Y, según dice textualmente ese instituto:En el remoto caso que algún banco llegara a presentar problemas financieros... es el encargado de establecer los mecanismos para que los ahorradores recuperen, de ser el caso, el resto de su dinero lo más pronto posible.
Eso mismo es lo que ahora está en duda en Chipre. Se ha criticado severamente la decisión de apuntar al seguro de depósitos como instrumento para financiar internamente parte del rescate bancario, que se estima en un total de 17 mil millones de euros. El producto generado en ese país es de apenas 23 mil millones de dólares y representa 0.2 por ciento del PIB de los países que están en la zona del euro.
La crisis bancaria en Chipre está centrada en dos bancos grandes. Tiene los mismos orígenes del problema más general que existe en la zona euro; es decir, lo ocurrido desde 2008 y con epicentro en Estados Unidos. Pero en este caso hay ciertas particularidades. Los bancos chipriotas empezaron a extender sus actividades luego de su entrada al euro en enero de 2008, tanto internamente –de modo apreciable en el sector inmobiliario– y también en otros países. Pero han sido los depósitos provenientes de Rusia los que han creado la hipertrofia del sistema y que ha servido también para lavar mucho dinero. Los activos de los bancos alcanzaron 800 por ciento del PIB en 2011. La deuda del país, si se considera el rescate bancario, llegaría a representar 149 por ciento del PIB.
Han sido los grandes bancos de esa región los que han alertado sobre las consecuencias que una corrida bancaria en Chipre podrían tener en otros lugares. El ministro de Economía español, Luis de Guindos, dijo al respecto que los depósitos bancarios son sagrados, pero tenerlo que decir es ya un asunto preocupante viniendo de uno de los responsables de salvaguardarlos en un país con una crisis muy grave del sector financiero.
El agua está para chocolate en Europa, la gente desconfía de los bancos y de sus gobiernos, a las presiones económicas por la recesión se añade, cada vez más, el deterioro social. Las estadísticas de esta situación: desempleo, desahucios, reducción de las pensiones y mayor pobreza son verdaderamente llamativas, sobre todo, para el conjunto de los países que habían alcanzado un mayor nivel de bienestar y que están en la parte occidental del continente.
El factor ruso complica las condiciones de esta crisis y pone en evidencia el origen del dinero y cómo y desde dónde se mueve; las limitaciones grandes que tiene la regulación financiera, incluyendo las medidas de prevención de lavado de dinero y, en general, la estabilidad financiera no sólo de la región, sino a escala global.
El caso chipriota, aun considerando el muy pequeño tamaño de la economía, la magnitud del rescate que necesita –bastante menor al que requiere Grecia y, claro está, de los que podrían exigir Italia o España– muestra la fragmentación política que hay en Europa y las grandes restricciones institucionales y de gobernanza que hay en la Unión Europea. También pone en un primer plano el modo en que opera el gobierno alemán, líder de facto de todo ese orden político-económico regional.
El FMI argumenta que en las 147 crisis bancarias que ha seguido desde hace más de 40 años, en ninguna de ellas ha habido pérdidas para los ahorradores. Lo que no se puede decir es que los ahorradores y el resto de los habitantes de los países donde han ocurrido esas crisis no paguen un enorme costo, puesto que los recursos para los rescates salen del erario, aumenta la deuda pública y presiona los presupuestos imponiendo un costo social sumamente desigual entre la población y por un largo periodo. Eso lo sabemos bien en México y desde hace mucho tiempo.

jueves, 21 de marzo de 2013

Pemex

Pemex: ¿Al rescate del big oil?
John Saxe-Fernández
E
n el foro Mitos y Realidades de Petrobrás realizado en el Senado la semana pasada, Fernando Siqueira, de la Asociación de Ingenieros de la petrolera brasileña, advirtió que a la menor rendija que se abra en la regulación petrolera se pierde rápido el control. Recordó cómo las grandes firmas del ramo (big oil) se apoderaron del ciento por ciento del petróleo que explotaban; sólo pagaban 10 por ciento de impuestos y tampoco desarrollaron nuevas tecnologías, por lo que Lula tuvo que frenarlas (Andrea Becerril, La Jornada –LJ–, 16/3/13 p.9).
Javier Jiménez Espriú, del consejo consultivo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), por su parte, alertó sobre la decisión de Peña Nieto de profundizar la reforma de 2008, cuando con una trampa jurídica de interpretación (contratos incentivados) se abrió la participación privada en el sector. Asentó, además, que ahora se paga 75 por ciento de los costos del trabajo que realizan las empresas extranjeras y que se les entregan, 4, 5, 6 o 9 dólares por cada barril extraído.
Ante este pillaje fue que se reafirmó el endoso del aparato de seguridad de Estados Unidos a la consumación de la entrega de la renta petrolera, una agresión técnico-administrativa de corte quintacolumnista perpetrada en Pemex paso a paso bajo guía de consultoras estadunidenses. Con el Calderonato, que llenó de horror al país al adoptar el esquema de guerra irregular del Pentágono –bajo fachada de guerra al narco– se colocó en grave riesgo a la población y a los grandes complejos económico-territoriales involucrados en el manejo diario de Pemex/CFE. La Iniciativa Mérida es manifestación concreta de la intención imperial de establecer jurisdicción interviniendo en el proceso de toma de decisiones en materia de seguridad, de paso financiando entrelazamientos clientelares con Estados Unidos en esa sensible área. El interés en acelerar el despojo de la renta petrolera se hizo patente durante una cumbre de negocios realizada en Toluca, en octubre 2010, cuando John D. Negroponte (JDN), embajador de Estados Unidos en México durante la negociación del TLCAN, quien luego encabezó al aparato de espionaje de Estados Unidos (LJ 13/I/2011 p. 31), dejó en claro la interrelación entre la política energética y la sucesión presidencial.
En Toluca JDN consideró oportuno revelar que en las negociaciones del TLCAN, Salinas “propuso incluir el sector energético, sin embargo después manifestó que no era tiempo –de hacerlo–” (El Financiero, 27/10/10 p. 20) queriendo sugerir que el ex mandatario negoció y no sólo cedió y también que luego de décadas de socavar Pemex, al mercado interno y al aparato productivo, ya habrían condiciones para un TLC plus energético, algo equiparable al despojo de 1848.
En dicho foro Francisco Garaiocochea, presidente de la Asociación de Ingenieros Constitución 1917, dijo que la privatización de Pemex hará que se generen empleos en EU, no aquí, porque nos van a vender equipos, herramientas y el servicio, además de llevarse el petróleo. Apunta a un asunto nodal por la crónica desaceleración económica y el desplome del precio del gas shale en Estados Unidos.
Según analistas financieros, si el big oil logra que en los contratos incentivados les paguen con petróleo, técnicamente podrían agregar a sus activos el recurso del o los yacimientos en cuestión. Por su parte, Halliburton (HA) y Schlumberger (SLB), grandes proveedores de equipo y de servicios para la fractura hidráulica o fracking, registraron pérdidas por mil millones de dólares (mmd) en el cuarto semestre de 2012, al hundirse las ganancias de la perforación fracking, según informó David Wethe, de Bloomberg (5/10/12) y la firma PacWest, de Houston, calculó una caída en los precios del fracking de 14 por ciento en 2012 y de 8 por ciento en 2013. En materia de equipo HA formalizó pedidos por 10 mmd, excediendo 30 por ciento la demanda. Hizo pedidos por 15.6 millones de caballos de fuerza (HP) y la demanda fue de 12 millones. De aquí que aumente más el interés en la apertura que se les ofrece. Una situación en que firmas tipo Exxon-Móbil recurren a la persuación de sus cabildos para agilizar la toma de decisiones a su favor.
Nuestros altos cargos cabalgan al rescate del big oil ¿para incluir más millonarios en la lista Forbes, mientras el continuismo de la macroeconomía procíclica dictada durante 30 años por el FMI hunde al mercado interno y el ajuste estructural del Banco Mundial agrede al trabajo? A lo que es necesario añadir el enorme costo de oportunidad, en generación de empleo y encadenamientos productivos gestado por la desleal veda durante cinco sexenios en la construcción de refinerías y el sistemático ataque contra la petroquímica estatal.
Desestabilizar más, entregando la renta petrolera y condenando a millones a las categorías de desempleo, subempleo, pobres patrimoniales y muertos de hambre, no es transformar sino demoler el país. Con big oil dentro y la CIA y el Pentágono metidos hasta la cocina, será difícil lograr su regreso a casa.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Chipre: rescatar el paraiso fiscal


Chipre: rescatar un paraíso fiscal
Alejandro Nadal
L
a pequeña isla en el Mediterráneo oriental es apenas responsable del 0.2 por ciento del PIB de la Unión Europea. Pero la arquitectura del nuevo plan de rescate para Chipre hace renacer el miedo sobre el futuro del euro. ¿Cómo es esto posible?
Adelantando conclusiones, el plan de rescate para Chipre conlleva tres grandes peligros. Primero, destruye las expectativas que se tenían sobre la unión bancaria propuesta para la eurozona. Además de los problemas de supervisión sobre los bancos, la crisis chipriota revela que los banqueros son sagrados, los depósitos no. Segundo, reaviva los temores de efectos de contagio sobre otros países en la eurozona, entre ellos Italia y España, esta vez en el comportamiento de los depositantes. Tercero, abre un nuevo flanco en el teatro de la crisis europea al involucrar a Rusia.
La economía chipriota ha sufrido gravemente por la crisis europea. Sus dos principales bancos sufrieron fuertes pérdidas por la restructuración de la deuda en Grecia y la recesión llevó al colapso la recaudación. El presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, regresó el pasado fin de semana de Bruselas con un paquete de rescate. El acuerdo para este pequeño país planteaba grandes dificultades. Primero, la deuda no incluye grandes tenedores de bonos que pudieran ser candidatos en un esquema de restructuración al estilo griego. Segundo, cualquier recorte en el principal de los bonos soberanos significaría la quiebra de bancos chipriotas que son los más expuestos. Así que se optó por otro enfoque.
A cambio de una inyección de 10 mil millones de euros el gobierno en Nicosia se comprometió a establecer un impuesto sobre depósitos bancarios. Según este plan las cuentas de más de cien mil euros deberían pagar 9.9 por ciento, mientras que por debajo de ese monto pagarían 6.75 por ciento. Se esperaba que el monto recaudado alcance los 5 mil 800 millones de euros. Al escribir estas líneas se ha anunciado que el parlamento chipriota ha rechazado el proyectado impuesto y con ello se ha desintegrado el plan de rescate.
Pero independientemente del curso que tomen los acontecimientos (con un nuevo plan de rescate), el drama chipriota ha revelado varios ángulos desagradables sobre la crisis europea y sobre la naturaleza de la unión monetaria.
La base de la economía chipriota está precisamente en los servicios financieros: el tamaño del sector bancario es 8.35 veces el PIB de la isla. Para ser más claros, hace años Chipre se convirtió en un gigantesco paraíso fiscal en el que se pueden abrir cuentas bancarias con rapidez, discreción y bajo costo. La minimización de costos fiscales se acompaña de la posibilidad de penetrar la esfera del euro. Por eso hay más de mil 400 empresas rusas registradas en Chipre, incluídas algunas de las más grandes, como Gazprom, Norilsk y Lukoil. Las operaciones de lavado de dinero también se facilitan, por lo que se piensa que Chipre es un espacio favorito para la mafia rusa.
El gobierno ruso, con Vladimir Putin al frente, ha dejado claro su enojo y desacuerdo con lo que considera un impuesto confiscatorio. Y es que se calcula que los depósitos de personas y empresas rusas en la isla ascienden a unos 30 mil millones de dólares, aproximadamente 40 por ciento de los depósitos. Se dice que en realidad Chipre ha sido desde hace años el caballo de Troya que ha usado la mafia rusa para penetrar la zona del euro. No por nada hace poco Moscú otorgó a Chipre un crédito por 2 mil 500 millones de euros y ya está involucrado en las empresas que han descubierto grandes reservas de gas natural en la ZEE de Chipre.
Desde luego, el acuerdo con la troikaiba acompañado de las demás condiciones que han estado hundiendo a Grecia, Italia, España, Portugal e Irlanda. La austeridad fiscal (4.5 por ciento del PIB) y la contracción salarial profundizarían la recesión. Pero el impuesto sobre los depósitos es lo que más llama la atención y destapa el basurero que es el proyecto neoliberal de unión monetaria en Europa.
La troika ha mostrado sus cartas y debe estar furiosa. Se han ensayado muchas opciones en la crisis europea, pero hasta ahora se había evitado imponer un gravamen sobre depósitos bancarios porque estas medidas se consideran confiscatorias. Y es cierto que algo de eso tiene esta disposición. Pero como los bancos chipriotas han estado reciclando recursos enviados por las grandes compañías (y la mafia) rusas, la troika decidió que esta vez los depositantes podrían soportar el costo del ‘rescate’. Al hacerlo mostraron que hasta los depositantes ocupan un lugar secundario en sus prioridades.
El rechazo del parlamento chipriota al plan de rescate servirá para mantener contentos a los grandes ‘inversionistas’ rusos en la isla. Parece que el objeto de rescate de todos, incluídos los parlamentarios, es el status de paraíso fiscal. La troika no sólo castiga a pueblos enteros con tal de salvar a los bancos, también está comprometida con el rescate de paraísos fiscales, aunque tenga que traicionar algunos de sus principios (si es que los tuvo alguna vez).

lunes, 18 de marzo de 2013

La competencia organizada


La competencia organizada
León Bendesky
L
a competencia económica es un asunto recurrente en la política pública. La teoría económica convencional está basada en la noción de la existencia natural de la competencia en los mercados, con base en la forma en que se determinan los precios y el acceso a la información.
De modo tal que en una época se consideraba una imperfección el hecho de que aquella estuviera restringida y diera lugar a los oligopolios o incluso al monopolio. La falta de competencia es, en cambio, la norma, sobre todo en los sectores clave de las actividades productivas.
La realidad del funcionamiento de los mercados es la contraria: la concentración y la centralización de los capitales es su verdadera naturaleza, tanto productiva como financiera.
De modo que la competencia que existe en una determinada industria está definida por las fuerzas que tienden a la concentración y que tienen que ver con la escala de la operación y el acceso al financiamiento y en muchos casos el poder político.
Finalmente, la competencia tiene que organizarse mediante la intervención del gobierno, por medio de leyes y de acciones burocráticas. El caso es que esto no necesariamente hace más eficientes los mercados y, tampoco de modo necesario, mejora las condiciones de los consumidores en el acceso a los productos y servicios, su calidad y precio.
La organización de los mercados provoca sus propias fricciones, redistribuye los recursos existentes y crea nuevas áreas de concentración entre los capitales más grandes que son los que pueden aprovechar las nuevas condiciones.
Igualmente, la organización de la competencia provoca formas distintas de planificación de la economía. Y cuando se habla de planificación no se trata sólo de aquella que hace el Estado o el gobierno, sino que incluye de modo decisivo la que realiza el capital privado mediante las empresas dominantes en los mercados.
En los consejos de administración de los grandes bancos se sientan los dueños o directores de las empresas más influyentes y lo mismo pasa en la otra dirección. En el consejo de una gran línea aérea habrá miembros de los fabricantes de aviones, de las compañías petroleras y de los bancos más poderosos.
Este es un aspecto del capitalismo que no puede dejarse fuera del análisis cuando se habla de la organización industrial; es crucial en el entendimiento de la economía. Así se establecen las participaciones relativas en los mercados; se incorporan las nuevas tecnologías; se plantean las pautas de la investigación y el desarrollo y hasta aquellas de índole educativa; así se fijan los precios y los márgenes de ganancias; se negocia con los sindicatos las condiciones del mercado laboral; se configuran los mercados accionarios y de bonos y los flujos del capital financiero.
Cuando se habla de la organización de la competencia son muchos los elementos que están en juego. Hoy en México y a raíz del Pacto establecido por el gobierno con los partidos de oposición, uno de los aspectos más visibles tiene que ver con el asunto de las telecomunicaciones.
Este sector está severamente concentrado y las leyes al respecto que se han hecho por más de una década no han logrado un cambio relevante en la estructura del mercado. La televisión, la radio, la telefonía y los medios más actuales como Internet están sumamente concentrados. Las empresas dominantes lo han sido por muy largo tiempo y las rentas derivadas de los servicios que prestan han sido enormes. Esas mismas serán clave en la nueva planificación del sector. La Comisión Federal de Competencia (CFC) y la de Telecomunicaciones (Cofetel) han tenido una participación muy limitada e ineficaz. Así como están, son insostenibles.
El costo para los usuarios es el otro lado de la moneda de dichas rentas y privilegios derivadas de la concentración, es decir, de la falta de competencia. También son un efecto de la forma burocrática y de la carga política (la mano negra y no la invisible) con la que se regula mediante esas comisiones.
Así que esos costos no son sólo monetarios, lo que ya sería suficientemente grave por lo que significa en términos de la transferencia de recursos de la mayoría a un puñado de inversionistas, y en detrimento, incluso, de los ingresos del Estado.
La iniciativa de reforma a la Ley de Telecomunicaciones que modificaría la Constitución está en el centro del modo en que se intentará organizar la competencia en el sector. El objetivo planteado es admisible en principio, siempre en el contexto político del país. De ahí a las declaraciones de la diputada Carpinteyro de que nadie en su sano juicio puede estar en contra de la iniciativa hay, sin embargo, un buen trecho.
Se crearán la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones como órganos constitucionales autónomos. Por sí mismo esto no es ninguna garantía; tal vez un caso ejemplar de lo que puede ocurrir sea el del IFE y su transfiguración con respecto a su planteamiento original, que incluía también la autonomía. La organización de la competencia económica o electoral puede terminar siendo un Golem.
Es, asimismo, llamativa la forma de nombrar a los comisionados de ambos nuevos organismos mediante una comisión formada por el Inegi que, por cierto, no es de carácter autónomo, del Banco de México que se ha situado en la estructura administrativa y política más allá de sus atribuciones legales (artículo 28 constitucional) y el Coneval, que siquiera está en el campo de la evaluación de los conocimientos. También se propone la participación de cuando menos dos centros de educación superior para evaluar la capacidad técnica de los comisionados y la pregunta es cuáles serán y qué intereses directos pueden tener o no en el proceso que se abrirá.

domingo, 17 de marzo de 2013

¿Puede la civilizacion sobrevivir al capitalismo?


¿Puede la civilización sobrevivir al capitalismo?
Noam Chomsky
Foto
Autoridades de Río de Janeiro, Brasil, ordenaron el pasado día 14 levantar cerca de 65 toneladas de peces que murieron por los bajos índices de oxígeno en la laguna Rodrigo de Freitas, debido a la contaminaciónFoto Reuters
H
ay capitalismo y luego elverdadero capitalismo existente. El términocapitalismo se usa comúnmente para referirse al sistema económico de Estados Unidos con intervención sustancial del Estado, que va de subsidios para innovación creativa a la póliza de seguro gubernamental para bancos demasiado-grande-para-fracasar.
El sistema está altamente monopolizado, limitando la dependencia en el mercado cada vez más: En los últimos 20 años el reparto de utilidades de las 200 empresas más grandes se ha elevado enormemente, reporta el académico Robert W. McChesney en su nuevo libro Digital disconnect.Capitalismo es un término usado ahora comúnmente para describir sistemas en los que no hay capitalistas; por ejemplo, el conglomerado-cooperativa Mondragón en la región vasca de España o las empresas cooperativas que se expanden en el norte de Ohio, a menudo con apoyo conservador –ambas son discutidas en un importante trabajo del académico Gar Alperovitz. Algunos hasta pueden usar el término capitalismo para referirse a la democracia industrial apoyada por John Dewey, filósofo social líder de Estados Unidos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Dewey instó a los trabajadores a ser los dueños de su destino industrial y a todas las instituciones a someterse a control público, incluyendo los medios de producción, intercambio, publicidad, transporte y comunicación. A falta de esto, alegaba Dewey, la política seguirá siendo la sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad. La democracia truncada que Dewey condenaba ha quedado hecha andrajos en los últimos años. Ahora el control del gobierno se ha concentrado estrechamente en el máximo del índice de ingresos, mientras la gran mayoría de los de abajo han sido virtualmente privados de sus derechos.
El sistema político-económico actual es una forma de plutocracia que diverge fuertemente de la democracia, si por ese concepto nos referimos a los arreglos políticos en los que la norma está influenciada de manera significativa por la voluntad pública. Ha habido serios debates a través de los años sobre si el capitalismo es compatible con la democracia. Si seguimos que la democracia capitalista realmente existe (DCRE, para abreviar), la pregunta es respondida acertadamente: Son radicalmente incompatibles. A mí me parece poco probable que la civilización pueda sobrevivir a la DCRE y la democracia altamente atenuada que conlleva. Pero, ¿podría una democracia que funcione marcar la diferencia? Sigamos el problema inmediato más crítico que enfrenta la civilización: una catástrofe ambiental. Las políticas y actitudes públicas divergen marcadamente, como sucede a menudo bajo la DCRE. La naturaleza de la brecha se examina en varios artículos de la edición actual del Deadalus, periódico de la Academia Americana de Artes y Ciencias.
El investigador Kelly Sims Gallagher descubre que 109 países han promulgado alguna forma de política relacionada con la energía renovable, y 118 países han establecido objetivos para la energía renovable. En contraste, Estados Unidos no ha adoptado ninguna política consistente y estable a escala nacional para apoyar el uso de la energía renovable. No es la opinión pública lo que motiva a la política estadunidense a mantenerse fuera del espectro internacional. Todo lo contrario. La opinión está mucho más cerca de la norma global que lo que reflejan las políticas del gobierno de Estados Unidos, y apoya mucho más las acciones necesarias para confrontar el probable desastre ambiental pronosticado por un abrumador consenso científico –y uno que no está muy lejano; afectando las vidas de nuestros nietos, muy probablemente. Como reportan Jon A. Krosnik y Bo MacInnis en Daedalus:Inmensas mayorías han favorecido los pasos del gobierno federal para reducir la cantidad de emisiones de gas de efecto invernadero generadas por las compañías productoras de electricidad. En 2006, 86 por ciento de los encuestados favorecieron solicitar a estas compañías o apoyarlas con exención de impuestos para reducir la cantidad de ese gas que emiten... También en ese año, 87 por ciento favoreció la exención de impuestos a las compañías que producen más electricidad a partir de agua, viento o energía solar. Estas mayorías se mantuvieron entre 2006 y 2010, y de alguna manera después se redujeron. El hecho de que el público esté influenciado por la ciencia es profundamente preocupante para aquellos que dominan la economía y la política de Estado. Una ilustración actual de su preocupación es la enseñanza sobre la ley de mejora ambiental, propuesta a los legisladores de Estado por el Consejo de Intercambio Legislativo Estadunidense (CILE), grupo de cabildeo de fondos corporativos que designa la legislación para cubrir las necesidades del sector corporativo y de riqueza extrema. La Ley CILE mandaenseñanza equilibrada de la ciencia del clima en salones de clase K-12. Laenseñanza equilibrada es una frase en código que se refiere a enseñar la negación del cambio climático, aequilibrar la corriente de la ciencia del clima. Es análoga a la enseñanza equilibrada apoyada por creacionistas para hacer posible la enseñanza deciencia de creación en escuelas públicas. La legislación basada en modelos CILE ya ha sido introducida en varios estados.
Desde luego, todo esto se ha revestido en retórica sobre la enseñanza del pensamiento crítico –una gran idea, sin duda, pero es más fácil pensar en buenos ejemplos que en un tema que amenaza nuestra supervivencia y ha sido seleccionado por su importancia en términos de ganancias corporativas. Los reportes de los medios comúnmente presentan controversia entre dos lados sobre el cambio climático. Un lado consiste en la abrumadora mayoría de científicos, las academias científicas nacionales a escala mundial, las revistas científicas profesionales y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC). Están de acuerdo en que el calentamiento global está sucediendo, que hay un sustancial componente humano, que la situación es seria y tal vez fatal, y que muy pronto, tal vez en décadas, el mundo pueda alcanzar un punto de inflexión donde el proceso escale rápidamente y sea irreversible, con severos efectos sociales y económicos. Es raro encontrar tal consenso en cuestiones científicas complejas. El otro lado consiste en los escépticos, incluyendo unos cuantos científicos respetados –que advierten que es mucho lo que aún se ignora–, lo cual significa que las cosas podrían no estar tan mal como se pensó, o podrían estar peor. Fuera del debate artificial hay un grupo mucho mayor de escépticos: científicos del clima altamente reconocidos que ven los reportes regulares del PICC como demasiado conservadores. Y, desafortunadamente, estos cientí- ficos han demostrado estar en lo correcto repetidamente. Aparentemente, la campaña de propaganda ha tenido algún efecto en la opinión pública de Estados Unidos, la cual es más escéptica que la norma global. Pero el efecto no es suficientemente significativo como para satisfacer a los señores.
Presumiblemente esa es la razón por la que los sectores del mundo corporativo han lanzado su ataque sobre el sistema educativo, en un esfuerzo por contrarrestar la peligrosa tendencia pública a prestar atención a las conclusiones de la investigación científica. En la Reunión Invernal del Comité Nacional Republicano (RICNR), hace unas semanas, el gobernador por Luisiana, Bobby Jindal, advirtió a la dirigencia que tenemos que dejar de ser el partido estúpido. Tenemos que dejar de insultar la inteligencia de los votantes. Dentro del sistema DCRE es de extrema importancia que nos convirtamos en la nación estúpida, no engañados por la ciencia y la racionalidad, en los intereses de las ganancias a corto plazo de los señores de la economía y del sistema político, y al diablo con las consecuencias. Estos compromisos están profundamente arraigados en las doctrinas de mercado fundamentalistas que se predican dentro del DCRE, aunque se siguen de manera altamente selectiva, para sustentar un Estado poderoso que sirve a la riqueza y al poder.
Las doctrinas oficiales sufren de un número de conocidas ineficiencias de mercado, entre ellas el no tomar en cuenta los efectos en otros en transacciones de mercado. Las consecuencias de estas exterioridadespueden ser sustanciales. La actual crisis financiera es una ilustración. En parte es rastreable a los grandes bancos y firmas de inversión al ignorar el riesgo sistémico –la posibilidad de que todo el sistema pueda colapsar– cuando llevaron a cabo transacciones riesgosas. La catástrofe ambiental es mucho más seria: La externalidad que se está ignorando es el futuro de las especies. Y no hay hacia dónde correr, gorra en mano, para un rescate. En el futuro los historiadores (si queda alguno) mirarán hacia atrás este curioso espectáculo que tomó forma a principios del siglo XXI. Por primera vez en la historia de la humanidad los humanos están enfrentando el importante prospecto de una severa calamidad como resultado de sus acciones –acciones que están golpeando nuestro prospecto de una supervivencia decente. Esos historiadores observarán que el país más rico y poderoso de la historia, que disfruta de ventajas incomparables, está guiando el esfuerzo para intensificar la probabilidad del desastre. Llevar el esfuerzo para preservar las condiciones en las que nuestros descendientes inmediatos puedan tener una vida decente son las llamadas sociedadesprimitivas: Primeras naciones, tribus, indígenas, aborígenes. Los países con poblaciones indígenas grandes y de influencia están bien encaminados para preservar el planeta. Los países que han llevado a la población indígena a la extinción o extrema marginación se precipitan hacia la destrucción. Por eso Ecuador, con su gran población indígena, está buscando ayuda de los países ricos para que le permitan conservar sus cuantiosas reservas de petróleo bajo tierra, que es donde deben estar. Mientras tanto, Estados Unidos y Canadá están buscando quemar combustibles fósiles, incluyendo las peligrosas arenas bituminosas canadienses, y hacerlo lo más rápido y completo posible, mientras alaban las maravillas de un siglo de (totalmente sin sentido) independencia energética sin mirar de reojo lo que sería el mundo después de este compromiso de autodestrucción. Esta observación generaliza: Alrededor del mundo las sociedades indígenas están luchando para proteger lo que ellos a veces llaman los derechos de la naturaleza, mientras los civilizados y sofisticados se burlan de esta tontería. Esto es exactamente lo opuesto a lo que la racionalidad presagiaría –a menos que sea la forma sesgada de la razón que pasa a través del filtro de DCRE.
(El nuevo libro de Noam Chomsky esPower Systems: Conversations on Global Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S. Empire. Conversations with David Barsamian)

jueves, 14 de marzo de 2013

Tasa de interes y crecimiento economico


Tasa de interés y crecimiento económico
Orlando Delgado Selley
E
l viernes pasado la junta de gobierno del Banco de México, formada por los altos funcionarios del banco central y el Secretario de Hacienda, decidió disminuir 50 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día, dejándola en 4 por ciento. “Con este cambio –explicó la junta– se reconocen los logros de mediano plazo en el abatimiento de la inflación y se facilita el ajuste de la economía a un escenario de menor crecimiento económico e inflación”. Adelantaron que esta reducción no es el inicio de un ciclo de bajas a la tasa de referencia.
La nota periodística recogió las declaraciones del secretario de Hacienda, quien interpretó que esta decisión contribuirá a la estabilidad de precios de la economía mexicana y a generar un entorno de crecimiento. Sin embargo, reconoció que la medida no modifica la expectativa de crecimiento del gobierno federal para este año, de 3.5 por ciento. Pese a este reconocimiento, se divulgó que con medio punto de interés menos se reducen los incentivos para ahorrar, bajan los costos de financiamiento, se reducirán los pagos hipotecarios, se fomentará la compra de bienes inmuebles y disminuirá la fortaleza de la moneda mexicana.
En realidad, la medida no será tan importante para el funcionamiento de las variables centrales de la economía mexicana. Para quienes tienen pasivos bancarios a tasa variable, la disminución de los intereses pagados mensualmente será muy pequeña; lo mismo para quienes se propongan solicitar un crédito. El valor del peso se afectará, impactando las exportaciones mexicanas y los ingresos turísticos. El punto que parece central es el de los flujos de capital. Se sabe que la relajación monetaria cuantitativa en Estados Unidos ha llevado a que capitales golondrinos busquen los mejores rendimientos a escala global, lo que explica que, por ejemplo, la inversión extranjera de valores gubernamentales mexicanos se haya incrementado cinco veces en los últimos cuatro años.
En este sentido, la experiencia de política monetaria durante la crisis actual es interesante. En 2009, frente al impacto adverso de la crisis económica y financiera mundial, la misma junta de gobierno formada por funcionarios del Banco de México y distinto secretario de Hacienda, decidieron implementar un ciclo de relajamiento de su postura monetaria. De un nivel de 8.25 por ciento anual en diciembre de 2008, con reducciones sucesivas durante siete meses, llegó a 4.5 en julio de 2009, nivel en el que permaneció hasta la semana pasada. En Chile, donde su banco central persigue el mismo objetivo inflacionario de 3 por ciento, partiendo de la misma tasa de 8.25, en los mismos siete meses llegaron a 0.5 por ciento anual.
Son conocidos los resultados macroeconómicos de ese año: el PIB mexicano disminuyó 6.5 por ciento, en tanto el chileno lo hizo en 1.5. Es evidente que el ciclo de relajamiento monetario en México debió haber continuado hasta llegar a su límite, como ocurrió en Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países. Nuestro banco central, reivindicando su carácter autónomo y persiguiendo el objetivo prioritario que le señala su ley orgánica, actuó conservadoramente, como lo hizo el Banco Central Europeo.
Esto afectó profundamente la actividad económica y también, lo que es más importante, el mercado de trabajo: los trabajadores asegurados en el IMSS, por ejemplo, disminuyeron en 608 mil 306 personas en los primeros seis meses de 2009, en tanto la tasa de desempleo pasaba de su piso de 3.5 en el segundo trimestre de 2008 a 6.3 en el tercer trimestre de 2009. Lo que no se afectó fue la inversión extranjera en valores gubernamentales: a partir de la interrupción de la reducción de la tasa de interés, esta inversión aumentó cerca de 4 mil millones dólares, lo que significó un crecimiento del saldo de casi 22 por ciento. Así que la decisión del banco central no afectará el crecimiento económico, pero sí actuará sobre los flujos de inversión extranjera de cartera.

miércoles, 13 de marzo de 2013

La austeridad pasa por el banco central


La austeridad pasa por el banco central
Alejandro Nadal
O
bama dice no estar contento con los recortes fiscales de 85 mil millones de dólares que tuvo que aplicar la semana pasada. Es comprensible su desagrado, pero lo cierto es que el único desacuerdo de Obama ha sido sobre el monto de los recortes, no sobre la idea misma de contraer el gasto. En realidad, la discusión ha estado mal enfocada desde el principio. El problema no es si el gasto fiscal está abultado, sino por qué no existe una agencia capaz de financiarlo.
Vamos por partes. Estos recortes fiscales forman parte de un programa para reducir el nivel de endeudamiento en más de 1.5 billones (castellanos) de dólares a lo largo de los próximos 10 años. Las reducciones en el gasto público afectan todo tipo de programas y dejarán una huella profunda sobre la actividad económica. El crecimiento del PIB se reducirá en 1.5 puntos porcentuales este año. Para una economía que está apenas creciendo al 2 por ciento, este es un duro golpe.
El objetivo de estas medidas es reducir el endeudamiento del gobierno federal. El programa de recortes se extiende a lo largo de nueve años para disminuir la deuda del gobierno federal que hoy asciende a alrededor de 16 billones (castellanos nuevamente) de dólares. Pero ¿de donde surge esta deuda? ¿Por qué tiene que pedir prestado el gobierno de Estados Unidos? Mucha gente piensa que ese gobierno tiene su banco central, la Reserva Federal, y que puede imprimir su propio dinero. Casi habría que decir que si el gobierno estadunidense pudiera imprimir (su propio) dinero para financiar su déficit, la deuda sería cero.
El artículo I, párrafo octavo de la Constitución federal de Estados Unidos establece que el Congreso de ese país tiene el poder de acuñar moneda y regular su valor. ¿Por qué tiene que pedir prestado el gobierno? La respuesta es que en 1913 se creó el sistema de la Reserva federal y ese año el gobierno de aquel país delegó su poder de creación de moneda de alto poder a la Fed (como se la llama coloquialmente).
En el fondo, la Reserva Federal es una entidad creada por y para los bancos privados de Estados Unidos. Está encargada de la emisión de billetes que son prestados al gobierno en Washington (así como a los estados y a los municipios). Esto es lo que explica que el gobierno federal en Estados Unidos tenga esa deuda de 16 billones (castellanos) de dólares por la que pagó en 2011 unos 454 mil millones de dólares de intereses. Lo cierto es que cuando el gobierno en Washington quiere gastar mil millones de dólares por encima de lo que le queda disponible lo único que tiene que hacer es imprimir bonos del Tesoro por ese monto y vendérselos a la Reserva federal. Ésta crea mil millones de dólares de la nada (con unos teclados de la computadora) y paga por esos bonos acreditando ese monto a la cuenta del Tesoro. Y los bonos se colocan en el sistema de bancos privados y otros agentes en una subasta de la Fed (lo que hace que la deuda sea detentada en buena medida por entidades del mismo gobierno, así como por entidades extranjeras). En síntesis, hoy la deuda del gobierno estadunidense es unas cinco mil veces más grande que lo que era cuando se creó el sistema de la Reserva Federal.
En los últimos años Ben Bernanke, presidente de la Fed, ha dicho que le preocupa el déficit fiscal de Estados Unidos. Pero Bernanke prefiere olvidar que uno de sus ilustres predecesores, Marriner Eccles (presidente de la Fed entre 1934 y 1948) aconsejaba al gobierno un mayor déficit para sacar a la economía de la gran depresión. Bajo su mando, la Fed financió la gigantesca deuda de la segunda guerra a tasas de interés muy bajas, lo que permitió una rápida recuperación en la posguerra. Lo que sucedía en ese tiempo es que la Reserva federal pudo mantenerse más independiente de los intereses del capital financiero que hoy dominan a la Fed.
En realidad, la Fed no es más que la punta del iceberg. Los bancos privados a los que respalda tienen la capacidad de crear dinero de la nada y prestarlo a todo tipo de entidades, desde particulares para comprar un auto, hasta empresas para comprar una planta de aluminio, pasando por el gobierno de alguna ciudad que necesita pagar algunas obras municipales. Por eso la carga de la deuda total de Estados Unidos, privada y pública, asciende a unos 55 billones (castellanos) de dólares. Y la Reserva federal genera las reservas que los bancos van necesitando al ampliar sus operaciones (de préstamos).
El endeudamiento del gobierno federal en Estados Unidos, al igual que el de los gobiernos de Europa y de muchas partes del mundo, no es una casualidad. Proviene de decisiones políticas que cerraron la puerta al control soberano sobre el principal objeto económico de nuestros tiempos, el dinero. El resultado es un sistema financiero basado en una pirámide de endeudamiento que siempre exigirá más sacrificios. Episodios como el de los recortes introducidos la semana pasada no sólo no sirven para resolver el problema de la deuda, sino que ayudan a perpetuarlo.

martes, 12 de marzo de 2013

Hugo Chavez, el niño pobre de Sabaneta


Hugo Chávez, el niño pobre de Sabaneta
Luis Hernández Navarro
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En octubre de 2010, Hugo Chávez acudió a dar el pésame a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, por la muerte de su esposo, Néstor KirchnerFoto Ap
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Evo Morales, Oliver Stone y Hugo Chávez, reunidos el 23 de septiembre de 2009Foto Ap
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ugo Chávez fue un personaje de carne y hueso sacado de la más fantasiosa novela de Gabriel García Márquez. Niño pobre de Sabaneta (capital del estado de Barinas) que juró no traicionar su infancia de escasez y precariedad, aprendió desde muy pronto a sembrar y vender golosinas. Hijo de maestros de primaria que creció con su abuela Rosa Inés y otros dos de sus hermanos, vivió en una casa de palma, con pared y piso de tierra, que se inundaba con la lluvia. Menor que soñaba con ser pintor y que traía en el alma la fantasía de jugar beisbol en las Grandes Ligas, se nutrió toda su vida de sus orígenes humildes.
De la mano de su abuela, a la que llamaba Mamá Rosa, aprendió a leer y escribir antes de entrar a primer grado. Al lado de ella supo de las injusticias de este mundo y conoció la estrechez económica y el dolor, pero también la solidaridad. De los labios de ella, extraordinaria narradora, recibió sus primeras lecciones de historia patria, mezclada con leyendas familiares.
El niño Hugo Chávez viajó por el mundo a través de las ilustraciones y las historias que leyó en cuatro tomos grandes y gruesos de la Enciclopedia Autodidacta Quillet, obsequio de su padre. En sexto grado fue escogido para dar un discurso al obispo González Ramírez, el primero en llegar a su pueblo. Desde entonces le encontró el gusto a hablar en público y a los demás el interés por escucharlo.
Su ídolo fue Isaías Látigo Chávez, pítcher en las Grandes Ligas. Nunca lo vio, pero lo imaginaba al escuchar los partidos en la radio. El día que su héroe murió en un accidente de aviación, al joven Hugo, de 14 años de edad, se le vino el mundo encima.
Para ser como el Látigo, el muchacho de monte entró al ejército. Gracias a sus cualidades de pelotero se le abrieron las puertas de la Academia Militar en 1971. Cuatro años después se graduó como subteniente y licenciado en ciencias y artes militares, con un diploma en contrainsurgencia, con una brújula que marcaba como su norte el rumbo del camino revolucionario.
Su toma de conciencia fue un proceso largo y complejo, en el que se combinaron lecturas, conocimiento de personajes claves y acontecimientos políticos en América Latina. En uno más de los episodios de realismo mágico que marcaron su vida, en 1975, en unoperativo el subteniente Chávez encontró en la Marqueseña, Barinas, un Mercedes Benz negro escondido en el monte. Al abrir el maletero con un destornillador se topó con un arsenal subversivo compuesto por libros de Carlos Marx y Valdimir Ilich Lenin, que comenzó a leer.
En la forja de sus actitudes políticas influyó, decisivamente, su hermano mayor Adán, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). También su participación en un experimento educativo de las fuerzas armadas llamado Plan Andrés Bello, preocupado por brindar a los militares una formación humanista. De la misma manera, fue clave en su formación política el descubrimiento de Simón Bolívar y la voracidad intelectual de Chávez, que lo condujo a leer cuanto documento encontró sobre la biografía y el pensamiento del prócer. Más adelante sería definitiva en él la influencia de Fidel Castro, a quien trató como si fuera su padre.
El derrocamiento de Salvador Allende en 1973 le provocó un gran desprecio hacia los militares de la cuña de Augusto Pinochet, tan extendidos en América Latina. Por el contrario, el conocimiento de la obra del panameño Omar Torrijos y del peruano Juan Velasco Alvarado le mostró la existencia de otro tipo de fuerzas armadas de vocación nacionalista y popular, tan diferentes de los gorilas formadas en la Escuela de las Américas.
Rebelde ante el atropello, descubrió en servicio los abusos y la corrupción de sus mandos, y como pudo los enfrentó. “Yo vine a Palacio por primera vez –contaba Chávez– a buscar una caja de whisky para la fiesta de un oficial”. Para removerlos, en el aniversario de la muerte de Simón Bolívar en 1982, un pequeño grupo de oficiales del cuerpo castrense, entre los que se encontraba Chávez, hizo el juramento de Samán de Güere, en el que fundaron el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200).
Casi siete años más tarde se produjo un levantamiento espontáneo de los barrios pobres de Caracas en contra de las medidas de austeridad del gobierno de Carlos Andrés Pérez. El caracazo fue sofocado a sangre y fuego. La rebelión popular dio un gran impulso al movimiento de los militares bolivarianos.
En 1992, Chávez y sus compañeros se levantaron en armas. La asonada fracasó y Chávez fue a prisión. Frente a los medios de comunicación asumió la responsabilidad. Su popularidad y ascendencia política a partir de entonces fueron en ascenso. Al salir libre su presencia política creció aceleradamente ante el colapso del sistema político tradicional. En las elecciones presidenciales de 1998 triunfó con votación de 56 por ciento. A partir de ese momento nadie lo pudo parar. Una y otra vez ganó casi todos los comicios y referendos en los que participó, al tiempo que sobrevivió milagrosamente a un golpe de Estado y un paro petrolero.
A lo largo de los casi 20 años que condujo el Estado venezolano, el teniente coronel refundó su país, lo descolonizó, hizo visibles a los invisibles, redistribuyó la renta petrolera, abatió el analfabetismo y la pobreza, elevó increíblemente los índices de sanidad, incrementó el salario mínimo e hizo crecer la economía. Al mismo tiempo, y en la pista internacional, fortaleció el polo de los países petroleros por sobre las grandes compañías privadas, descarriló el proyecto de un área de libre comercio para las Américas impulsado desde Washington, creó un proyecto alternativo de integración continental y sentó las bases para un socialismo acorde al nuevo siglo.
Hugo Chávez fue un formidable comunicador, un incansable contador de historias, un educador popular. Sus relatos, herencia de los cuentos queMamá Rosa le obsequiaba en su infancia, mezclaban historia patria, lecturas teóricas, anécdotas personales, con frecuencia en tiempo presente. En todas ellas el sentido del humor estaba presente. “Si tu mujer te pide que te eches por la ventana –jugaba jocoso– es hora de que te mudes a la planta baja...”
Sus narraciones seguían el modelo clásico de las sonatas musicales, en el que dos temas contrastantes se desarrollan en tonalidades vecinas. En sus discursos echaba mano por igual de la poesía y el canto. “Yo canto muy mal –se justificaba–, pero, como dijo aquel llanero, Chávez canta mal, pero canta bonito”, para, a continuación, interpretar una canción ranchera o una balada.
Antimperialista, antineoliberal, comenzó a hacer el milagro de construir los cimientos de la utopía en un país que imaginariamente estaba más cerca de Miami que de La Habana. Llanero de pura cepa, fabulador incansable, Chávez soñó revivir el ideal socialista cuando muy pocos querían hablar de él. Y lo hizo, para no traicionar nunca su infancia de niño pobre de Sabaneta.

lunes, 11 de marzo de 2013

Tecnica y emociones


Técnica y emociones
León Bendesky
N
o podía ser diferente. Los análisis recientes muestran que los responsables financieros europeos, con el liderazgo del italiano Mario Draghi en el Banco Central Europeo, han podido contener la crisis del euro como moneda regional y mantener más o menos de pie la estructura bancaria de la zona.
Contener no equivale, sin embargo, a superar la crisis. Falta mucho para que el orden económico financiero armado en torno del euro cree las condiciones para el crecimiento del producto, del empleo y la productividad. Tampoco se ha repuesto la solvencia del sistema bancario. Mientras, prevalecen los ajustes basados en una fuerte austeridad presupuestaria con efectos muy perniciosos en la situación social.
Al lado de este desenvolvimiento de la moneda única persiste un severo empobrecimiento de gran parte de la población, en especial de los países del sur del continente, pero no sólo ahí, como se muestra en Gran Bretaña o Irlanda.
Las oportunidades de trabajo y de superación personal se han diluido de modo prácticamente permanente, las condiciones sociales son mucho más precarias y la gente pierde incluso sus viviendas.
Las encuestas indican que aunque una mayoría de españoles piensa que no hay solución para su país fuera de la Unión Europea, hasta 60 por ciento opina negativamente de lo que ocurre y cómo ocurre en la Unión.
Hay un aspecto que parece haberse olvidado en la gestión de esta fuerte crisis desde 2008 y es el límite de las soluciones técnicas. Nunca está de más recordar esas claras palabras de Álvaro de Campos, ingeniero naval y uno de los heterónimos de Fernando Pessoa: Soy un técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la técnica. Esta máxima va, por cierto, mucho más allá de la política económica.
Pero los políticos y burócratas de la Unión que residen en Bruselas, Frankfurt, Estrasburgo o Luxemburgo han antepuesto la técnica a las exigencias políticas. Lo hicieron claramente imponiendo a personajes sin arraigo social y con credenciales técnicas de las más convencionales y hasta endogámicas, en países como Grecia e Italia.
La democracia fue puesta en un segundo y lejano plano y, así que, cuando Mario Monti, por ejemplo, tuvo que ir recientemente a las urnas en Italia para conseguir un mandato y formar un gobierno, sólo alcanzó 10 por ciento del voto. Lo superó Berlusconi, lo que dice mucho de lo que ocurre en ese país. Del hartazgo con las medidas técnicas que no tienen impacto valedero en las condiciones que enfrenta la gente cotidianamente y del aburrimiento con la política y los políticos dominantes; hasta con Beppe Grillo.
La crisis española tiene otros rasgos, pero es realmente notoria la falta de capacidad de gestión y liderazgo del gobierno popular, sumido en escándalos de corrupción partidaria que no parecen siquiera saber cómo enfrentar, sacudidos por las presiones autonómicas de varias regiones y con problemas financieros que no amainan, mientras desde la Unión siguen imponiéndole prácticamente las políticas de ajuste.
De la oposición socialista es también muy poco lo que se puede decir. La imagen predominante es de ir a la deriva. Una vez más, la técnica no sustituye a la política, aunque podría complementarla, si es que hubiese alguna claridad sobre qué hacer.
Por otro lado, las bolsas de valores alcanzan niveles que no lograban desde hace dos años. Los índices Dow, Standard & Poor’s y Nasdaq han subido. Pero esto no significa que pueda encontrarse una lógica en el comportamiento del mercado bursátil. Los inversionistas toman decisiones basados en sentimientos y opiniones muy desiguales.
Muchos de ellos van al contrario de lo que hacen los más convencionales y cuando estos actúan de modo optimista, los primeros se retraen y operan al contrario. Dónde está la psicología del mercado, ahora que los índices suben, y por qué ha bajado entonces el precio de las acciones de Apple, hasta en 40 por ciento luego de llegar al máximo el pasado septiembre. Y cuál será el piso de dicho precio.
El sentimiento alcista en el mercado accionario, según una reciente encuesta, es de apenas 31 por ciento, mientras en enero de 2011 era del doble. Esto no parece demasiado sólido para sostener una recuperación que se extienda para elevar el empleo de modo significativo.
La psicología social en Europa parece estar lastimada ante los embates de una gestión predominantemente técnica, que ha dejado a la gente muy desprotegida ante las repercusiones adversas de la crisis económica. Por otro lado, hay mucho dinero que se está usando para hacer enormes transacciones de negocios en la compraventa de empresas en distintos sectores.
Igualmente hay especuladores tomando ventaja de las alzas y bajas del mercado accionario, y en este caso conviene echar una nueva mirada al libro de David Tuckett, titulado Minding the market, con un subtítulo llamativo: Una visión emocional de la inestabilidad financiera.