EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Mexico SA

México SA A contar cosas buenas Combo del IV Informe Los recortes que vienen Carlos Fernández-Vega
C on eso de que las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho, la pregunta es qué contará el inquilino de Los Pinos en su cuarto Informe de gobierno, porque tan maravilloso acontecimiento es recibido con un tipo de cambio cercano a 20 por uno, los precios de los combustibles más altos de la historia, tarifas eléctricas crecientes, la deuda pública por las nubes, el bienestar social en sentido contrario y los niveles de inseguridad y violencia incluso peores que durante el calderonato, lo que ya es decir. ¿Qué contará, pues?, porque desde ya se asume que 2017 será un año un tanto peor que 2016, el cual, a su vez, fue más ingrato que 2015 y éste que 2014. Sólo en 2013 triunfó la propaganda con aquel mexican moment que todos creyeron, excepto los mexicanos de a pie que, colmilludos, son los que pagan las consecuencias. Y aun así, la economía apenas se movió, pero no el bienestar social que –ese sí– siempre va a la baja. A menos, claro está, que el susodicho considere como cosa buena el anuncio del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de que en 2017 vendrán más recortes al gasto público (una especialidad del propio “ministro del –d– año”), lo que provocará menor crecimiento económico, el cual, dicho sea de paso, de por sí ha sido raquítico a lo largo del gobierno peñanietista. De hecho, se pronostica que el de EPN será otro sexenio de 2 por ciento, si bien va. Un soldado tricolor y actual secretario de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, Jorge Estefan Chidiac, consideró que para 2017 hay que bajar el gasto; alrededor de 200 o 300 mil millones de pesos. La reducción será en todo aquello que no genera valor agregado y me preocupa, ahí sí lo digo, la inversión en infraestructura, que es lo que más fácilmente se puede recortar (El Universal). Tal vez el inquilino de Los Pinos pretende presentar como cosa buena y novedosa el anuncio que ayer el propio Videgaray hizo ante los legisladores tricolores (verdaderos guaruras del ministro que han evitado su comparecencia ante el Congreso), en el sentido de que en el paquete económico para 2017 (que deberá presentarse al Congreso el próximo 8 de septiembre, a más tardar) el gobierno federal no prevé incrementar los impuestos ni crear nuevos, ni la eliminación o reducción de exenciones o beneficios fiscales que ya están en vigor. Bien, pero el problema es que tal decisión se presentaría como novedad, cuando en los hechos el anuncio originalmente fue divulgado a finales de febrero de 2014 (como parte del denominado Acuerdo para la Certidumbre Tributaria), no sin antes advertir (ministro dixit) que esa decisión podría cancelarse si ocurren eventos macroeconómicos sustanciales y extraordinarios. De presentarse, pues, será inevitable realizar ajustes. Con ese tipo de anuncios siempre hay que estar a las vivas, porque tanto Peña Nieto como su jefe Videgaray prometieron que en 2016 no se endeudará más al país. Una excelente noticia… si fuera verdad. Lo anterior, porque sólo de enero a julio de este año la deuda interna del sector público federal se incrementó en cerca de 40 mil millones de pesos y la externa en alrededor de 20 mil millones de dólares (algo así como 370 mil millones de pesos). Probablemente Peña Nieto presente como una cosa buena que casi no se cuenta, pero cuenta mucho, que el Presidente de la República… perdón, el secretario de Hacienda, ya no juegue al tío Lolo con el supuesto presupuesto cero (una tomadura de pelo que anunció en 2015) y que ahora presuma un paquete económico realista para 2017, y para confirmarlo repite el estribillo de que la economía va por buen camino, aunque los recortes estén en el orden del día. Ya no hay presupuesto cero, pero les encanta jugar al tío Lolo. Dijo ayer Videgaray que el objetivo del paquete económico 2017 es recuperar el superávit, perdido desde hace nueve años; debe ingresar más de lo que se gasta. Y así lo hará el gobierno federal: superávit… pero sin considerar el pago de intereses de la deuda pública, que es lo que más presiona al gasto público, no sólo por el monto que hay que erogar, que es enorme, sino porque siguen contratando deuda que (¡sorpresa!) genera más intereses. Como se mencionó el pasado día 25, en lo que va del gobierno peñanietista el saldo de la deuda pública (interna y externa) se incrementó en más de 3 billones de pesos, y en el mismo periodo pagó intereses por alrededor de un billón 300 mil millones. Una locura. Pero dicen que van por el superávit. Otra: que dice el ministro que para lo que resta del año no habrá más incrementos en los combustibles (sobre las tarifas eléctricas guardó sepulcral silencio), lo que a simple vista sería una cosa buena que hay que contar. Sin embargo, no aumentarán por la sencilla razón de que en tres meses (julio, agosto y septiembre) el gobierno federal quemó todos los cartuchos que él mismo previó para todo el año. Cayeron en su propia trampa, pero no hay de qué preocuparse, pues muchos mexicanos también creyeron que no habría mayores precios en las gasolinas y el diésel, entre otros. Y ya ven, eso también cuenta mucho. Por cierto, tan sólo en los primeros siete meses de 2016 el gobierno federal, por medio de la Secretaría de Hacienda, ordeñó ferozmente los bolsillos de los consumidores mexicanos de gasolinas y diésel. En ese lapso y por ese concepto, la dependencia a cargo el ministro los despojó de casi 172 mil millones de pesos por concepto de impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), 30 por ciento más que en igual lapso de 2015. Dicho sea de paso, la carga fiscal a gasolinas y diésel representa, en promedio, casi la mitad del precio final al consumidor. Pero en el gobierno federal aseguran que son las condiciones externas las que provocan los precios elevados. Pero sólo en julio de 2016 la captación por el concepto citado fue 105 por ciento superior a la registrada en igual mes de 2015. ¿Más cosas buenas que casi no se cuentan, pero cuentan mucho? El tipo de cambio, en una economía sólida, con finanzas públicas sanas y envidia de todos (versión oficial). En vísperas del cuarto Informe de gobierno el tipo de cambio es superior a 19 por uno, con ganas de llegar a 20. Un año atrás, en el tercer informe, el billete verde se vendió a 17.10 bilimbiques, es decir, casi 12 por ciento más barato que ahora (en lo que va del sexenio la devaluación ha sido de 46 por ciento). Las rebanadas del pastel En fin. He allí un paquete de cosas buenas que mañana el inquilino de Los Pinos puede contar en su cuarto Informe de gobierno, aunque lo más seguro es que no le aplaudan. Twitter: @cafe-vega D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

Dinero

Dinero Dólar fuerte tumba a nuestro peso Megamulta a Apple Llama naco a Juan Gabriel y piden su cese Enrique Galván Ochoa
T enemos un periodo de fortaleza del dólar por delante, dice Daniel Katzive, jefe de estrategia cambiaria para norteamérica de BNP Paribas. Un dólar más fuerte aumenta el poder adquisitivo de los consumidores estadunidenses y las empresas, y baja la inflación, abaratando las importaciones. Pero en México el efecto es el contrario. Un dólar fuerte se traduce en un peso devaluado (ayer volvió a cotizarse arriba de 19 pesos), disminuye el poder adquisitivo de los consumidores y las empresas, sube la inflación y encarece los productos de importación. ¿Llegará la cotización a 20 pesos por dólar? No este año. Para los analistas de Banorte-Ixe, será de 19.80… pero hasta finales del año próximo. Más vale que acierten. Así ven el panorama: Además, contempla un efecto positivo menor al previsto de la apertura energética en el corto y mediano plazos, citados por Reuters. La deuda creciendo La debilidad del peso tiene que ver con el escaso crecimiento económico y el endeudamiento. En vísperas del Informe presidencial, Hacienda dio a conocer cuánto deben el gobierno y sus empresas, globalmente: “El saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, la medida más amplia de deuda pública, ascendió a 8 billones 885.2 mil millones de pesos y fue mayor en 251.7 mil millones de pesos al observado al cierre de 2015. Así, la deuda interna se ubicó en 5 billones 632.3 mil millones de pesos, mientras que la externa es de 3 billones 252.9 mil millones de pesos. La deuda externa está cifrada, por supuesto, en dólares y otras monedas. Es un registro histórico. Piden su destitución El rector de la UNAM, Enrique Graue, tiene desde ayer un problema que no necesitaba. Centenares de personas están pidiendo que destituya al director de TV UNAM, Nicolás Alvarado, por un texto que publicó sobre Juan Gabriel. Dice un fragmento: Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas, no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo dejar de reaccionar como reacciono. En el portal change.org están reuniéndose las firmas: Queremos a Nicolás Alvarado fuera de TvUNAM. Si todavía trabajara en Televisa, Emilio Azcárraga Jean ya lo hubiera cesado. Mordiscos Después de tres años de investigaciones, la Comisión Europea ha concluido que Apple se ha beneficiado de ventajas fiscales ilegales en Irlanda y determinó que debe ser castigada con la mayor sanción impuesta nunca a una empresa. La comisión ordenó que Irlanda recupere –en este país está ubicada Apple– 13 mil millones de euros más intereses, en impuestos no pagados por la empresa entre 2003 y 2014. Para otra empresa probablemente la multa significaría un grave quebranto, mas no para Apple: es apenas un pequeño mordisco de 6.3 por ciento del efectivo de la empresa. Ombudsman social Asunto: Graco vs Vera No se sabe en qué va a terminar esta bronca que promueven la Iglesia, los transportistas y también el rector Vera con las movilizaciones de la Universidad del Estado de Morelos. La cuestión es grave, pues mientras los morelenses están sumidos en una economía deprimida, crece la violencia social, a la que se suman la desinformación y la manipulación. Annick Bruneliere/ Cuernavaca R: Si Graco Ramírez dejara su puesto contribuiría a que se rencauzara la vida de los morelenses. Es la opinión generalizada. Twitteratti Alguien abrace a México. Chumibebé @ChumelTorres El 2016 nos quitó a Bowie, Prince y Juan Gabriel. El 2016 nos dejó sin divos. @Prometeico Los tuits plagiados son actos consumados y háganle como quieran. MarianElle Woods @NeuroticMariana Twitter: @galvanochoa Facebook: @galvanochoa galvanochoa@gmail.com • Foro: http://elforomexico.com/encuestas/ Subir al inicio del texto

Bajo la lupa

Bajo la lupa El yihadismo cibernético encriptado y su manejo del Twitter Alfredo Jalife-Rahme
U n gran misterio es la notable facilidad del manejo cibernético por los yihadistas en Twitter y en sus mensajes encriptados en Deep Web o “Internet profundo (http://goo.gl/hyCeE7)”. La narrativa hollywoodense sobre el éxito multimediático de Osama Bin Laden, fundador de Al Qaeda, era su utilización del video desde sus supuestos múltiples escondites inexpugnables para las cándidas televisoras internacionales que reproducían generosamente sus letales recados, como ocurrió con su confesa responsabilidad de los atentados del 11-S. Hoy la agencia de información de los yihadistas –hijos y nietos de los mujahidines de la década de los 70, transfigurados luego en Al Qaeda– es Amaq, que mediante la tecnología móvil difunde noticias bilingües en árabe e inglés en un ciclo de 24 horas, según el muy influyente rotativo saudita As-Sharq-Al-Awsat (http://goo.gl/ko7pu2). El rotativo saudita, muy cercano al vicepríncipe heredero Bin Salman, ilustra que el nombre de la agencia Amaq proviene de una ciudad siria mencionada en la antigua profecía: sitio de la victoria apocalíptica sobre los no creyentes. En su inicio en 2014, Amaq usó la plataforma blog de WordPress para enviar sus reportes y comunicados de prensa, pero hoy ha optado por la tecnología encriptada “para evadir el estrecho monitoreo de las redes sociales”. Amaq ha jugado un papel primordial en movilizar velozmente la máquina de propaganda de Isis y comporta diferentes objetivos de países con reportes desde Libia, pasando por Irak hasta Filipinas; cubre cuatro idiomas: árabe, inglés, francés y ruso, pero se abstiene de publicar los videos sobre sus decapitaciones y otras imágenes repugnantes, cuando califica, en su lingüística escatológica, a los suicidas de operaciones de martirio. Amaq desarrolló una aplicación, Arawi, que significa narrador, quien se conecta con los fieles seguidores de la umma (comunidad de creyentes del islam). Resalta la comunicación de Isis con sus seguidores mediante el servicio de mensajería vía Telegram encriptado. Scott Stewart, vicepresidente de análisis táctico de Stratfor, que se ostenta como la CIA empresarial, afirma que Isis tiene una muy poderosa presencia en Twitter (¡supersic!). Los yihadistas han intentado infructuosamente crear un competidor de Facebook: Khilafabook, y en fechas recientes han instado a sus seguidores a usar encriptación y alejarse de las redes sociales, donde “los yihadistas recogen sus desafíos y anuncian que comenzarán a difundir sus mensajes y utilizarlos como herramienta para la contratación de partidarios (http://goo.gl/zVtvcP)”, frente a las prohibiciones cada vez más estrictas de Twitter o Facebook (la mayor red social del mundo, con mil 390 millones de usuarios). Khilafabook cuenta con la dirección de Internet 5elafabook.com, que ha sido bloqueada cuando también ha sido desactivada su cuenta oficial de microblog en Twitter. Para volverse indetectables, los yihadistas optaron por la ruta encriptada que parece haberles dado inmunidad cibernética para perpetrar sus atentados en Europa. El influyente think tank Rand Corporation “examina el apoyo a Isis y las redes de oposición en Twitter (http://goo.gl/Jc9mQP)”: nunca ninguna organización terrorista ha usado Twitter y otros canales de las redes sociales como Isis para difundir su mensaje, inspirar a sus seguidores y reclutar combatientes. Aunque menos publicitado, sus oponentes también han usado Twitter para castigar a sus enemigos. Sus hallazgos principales: 1) los opositores a Isis son seis veces más en Twitter que sus seguidores, quienes, en contraparte, son más activos y producen 50 por ciento más tuits al día; 2) el análisis léxico revela cuatro metacomunidades: chiítas, sunitas, mujahidines (sic) sirios y seguidores de Isis, y 3) los chiítas condenan a Isis y expresan una actitud positiva hacia los cristianos y la coalición internacional que encabeza EU, de 62 países, entre quienes se encuentra el “México neoliberal itamita” a espaldas de su Congreso y la ciudadanía. Los seguidores de los mujahidines sirios (el movimiento anti-Assad) tienen actitudes mezcladas hacia Isis y, en general, actitudes negativas hacia la coalición internacional. Los seguidores de Isis exaltan los temas positivos de religión y pertenencia: insultan a los chiítas, al régimen sirio y a la comunidad internacional, y prosiguen estrategias sofisticadas en las redes sociales para difundir su mensaje. El grupo sunita se encuentra altamente fracturado conforme a su pertenencia nacional, por lo que diferentes temas pueden resonar en forma distinta dentro de esta comunidad. Las comunidades egipcias, sauditas y del Consejo de Cooperación del Golfo conforman el núcleo de la metacomunidad sunita (de lejos más fracturada que los chiítas), los mujahidines sirios y las metacomunidades seguidoras de Isis. Dentro de las subcomunidades sunitas, la yemení posee el mayor porcentaje de seguidores de Isis y se encuentra profundamente dividida entre seguidores y opositores de Isis. Rand incita a que Twitter continúe su campaña de suspensión de cuentas para acosar a los usuarios yihadistas: la estrategia de redes sociales de EU puede debilitar la influencia de Isis en Twitter. Wired, respetable portal en tecnología, explica la razón por la cual Facebook y Twitter “no pueden borrar a Isis online (http://goo.gl/w3Tneb)”. Según Buzzfeed News, los yihadistas amenazaron de muerte a Jack Dorsey, mandamás de Twitter, debido al bloqueo de sus cuentas (http://goo.gl/MZJ3sy). Las suspensiones de Twitter han causado mucha polémica en EU. Según Wikileaks, Twitter censuró la cuenta del célebre Guccifer 2.0, el hacker detrás de la filtración de las inmundicias electorales del Comité Nacional Demócrata contra el entonces precandidato Bernie Sanders, de los latinos y de los mexicanos (http://goo.gl/bGIUYc). Sin llegar a casos extremos de arbitrajes y tribunales de inquisición sin disquisición en las redes sociales, es imperativo romper el monopolio Gafat (Google, Apple, Facebook, Amazon y Twitter), convertido en una de las más poderosas armas de EU contra sus adversarios, lo cual refleja la unipolaridad cibertecnológica. ¿Quién dictamina los límites a la libertad de expresión y a la privacidad en las redes sociales? Más allá de la justificada persecución a los yihadistas, se puede caer, si es que no ha ocurrido ya, en un macarthismo cibernético global y en una cacería de brujas contra los críticos opositores a los gobiernos coludidos con el monopolio Gafat. Las acusaciones llueven también contra Google por favorecer a Hillary para ocultar su estado de salud (http://goo.gl/hvjLJY). Facebook no se salva de las imprecaciones de operar en conjunción con la CIA (http://goo.gl/Fxd3ig). Las redes sociales para ser democráticas deben reflejar la pluralidad local/regional/global y el nuevo orden multipolar. Apenas se abre el debate sobre el (ab)uso de los dominadores de las redes sociales, el pentágono Gafat, que opera un totalitarismo cibernético de profundos alcances geopolíticos: la nueva ciberdictadura global del siglo XXI, de la que somos rehenes todos. www.alfredojalife.com Twitter: @AlfredoJalifeR_ Facebook: AlfredoJalife Vk: id254048037 Subir al inicio del texto

Un agujero llamado Jackson

Un agujero llamado Jackson Alejandro Nadal
E n el estado de Wyoming existe un valle llamado Jackson Hole. Desde 1982 el Banco de la Reserva federal de Kansas City organiza en ese lugar un simposio para administradores de bancos centrales y académicos interesados en política monetaria. A pesar de su nombre, Jackson no es un agujero. Es un valle que fue escogido porque al entonces presidente de la Reserva federal, Paul Volcker, le gustaba pescar truchas y el lago es un excelente sitio para esa actividad. Este año lo más esperado en este simposio no tiene nada que ver con las pobres truchas y sí mucho con el discurso de la señora Janet Yellen, presidenta de la Fed, sobre las perspectivas del instituto monetario frente a un posible aumento en la tasa de interés. Durante las últimas décadas el público ha escuchado sin cesar que la inflación era el peor enemigo a combatir. Ese fue el dogma alrededor del cual se organizó la política macroeconómica, tanto en su vertiente fiscal como monetaria. Pero desde que estalló la crisis económica y financiera global las cosas han cambiado radicalmente. Desde 2009 el enemigo es la deflación. Este fenómeno tiene varias raíces en una economía capitalista, pero quizás la más importante es que después de una orgía de endeudamiento creciente todos los agentes económicos prefieren desendeudarse antes que adquirir nuevos compromisos para financiar su demanda. Cuando todos los agentes hacen lo mismo el resultado macroeconómico es una recesión profunda y larga. La mayor parte de los especialistas en política macroeconómica considera que para incrementar la tasa de inflación es necesario reducir la tasa de interés de referencia en una economía. La idea es que una menor tasa de interés permite activar la demanda agregada, lo que conduce a un incremento en los salarios y en los precios. La recuperación requiere algo de tiempo, pero en este razonamiento se supone que una vez que la rehabilitación se consolide, la Fed puede proceder a incrementar la tasa de interés y mantenerla en un nivel normal sin provocar una recaída de la economía. La tasa de interés de referencia en Estados Unidos y las principales economías del planeta han permanecido en niveles cercanos a cero desde 2009 con el fin de estimular la economía. Los resultados no han sido brillantes, pero muchos piensan que la economía estadounidense se encuentra en un proceso de recuperación y que la tasa de interés debería ir aumentando gradualmente hasta encontrar su nivel normal. Ese nivel estaría ligado a la necesidad de prevenir los excesos de los tomadores de riesgo y evitar que los ahorradores y los tenedores de cuentas de retiro (individuales o en fondos de pensión) sufran un efecto negativo. Hay que notar que el recurrir a un incremento en la tasa de interés está relacionado con el objetivo de reducir las distorsiones en el sector financiero. Pero ahora el problema es si puede la Reserva federal salir del agujero en el que se encuentra metida la economía estadounidense desde 2008. Para comenzar, los signos de recuperación no han sido estables. La tasa de crecimiento sigue siendo mediocre y está por debajo de su nivel potencial. Por otra parte, el desempeño del mercado laboral ha sido juzgado satisfactorio, pero el descenso en los indicadores de desempleo se debe en buena medida al hecho de que millones de personas han salido del mercado de trabajo y han abandonado la búsqueda de empleo en medio de la desesperanza. Para las estadísticas, ellos no cuentan como ‘desempleados’. En pocas palabras, la recuperación no es tan sólida como algunos quisieran creer. Pero hay un problema adicional que debe superar cualquier intento por ‘normalizar’ las tasas de interés. En lo más álgido de la crisis la Reserva federal adquirió billones de dólares en títulos del Tesoro estadounidense y valores garantizados con hipotecas. Fue una manera de inyectar liquidez y reactivar el moribundo mercado bancario después del colapso de Lehman Brothers. La forma de pago se hizo acreditando las cuentas de los bancos como si hubieran depositado más reservas en la cuenta de la Fed. Así que hoy los bancos tienen en su haber una cantidad astronómica de reservas por las cuales reciben un pago de intereses. Éste ha sido el instrumento a través del cual la Reserva federal ha podido aumentar las tasas de corto plazo porque si un banco puede recibir 0.5 por ciento por tener dinero como reserva no lo prestará a una tasa inferior. Pero el costo para la Fed es altísimo: 7 mil millones de dólares en 2015. Para regresar a la manera convencional de operar, la Fed tendría que deshacerse de los trillones que tienen acumulados los bancos en reservas. La señora Yellen descarta esa opción porque sería demasiado perturbador para la economía. Tiene razón: los fondos de pensión y las compañías de seguros tienen en su contabilidad billones de dólares de títulos gubernamentales de casi cero rendimiento. Si suben las tasas de interés, el precio de esos títulos bajará y se producirá una crisis financiera de proporciones gigantescas. Parece difícil que la principal economía del mundo pueda salir del agujero. Twitter: @anadaloficial Subir al inicio del texto

Desconcierto priista

Desconcierto priísta Luis Linares Zapata
E l presumido concierto de algunos gobernadores ungidos como adalides de un renovado priísmo llevó, incrustadas en sus entrañas, las causas de su desastre. Terminaron, con penas, delitos y tropiezos, contaminando el ambiente nacional de tal manera que, su destemplanza plagada de deshonestidades y ambiciones desbocadas, se convirtió en desconcierto. Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, Coahuila y Quintana Roo fueron los asientos de intrépidos ejemplares de supuesto ímpetu renovador que, andando corto tiempo, se trasformó en decadente ejercicio de gobierno. No son ellos los únicos, pues hay otros gobernantes que se enfilan por similares rumbos: en Jalisco, por ejemplo, hay uno que anda en el filo de las tragedias electorales para su partido. En montón, asidos de chuecas manos, han escenificado una penosa implosión que fundió las falsas alegorías de grandeza, resurrección y futuro, imputadas a fuerza de endeble propaganda. Las vicisitudes de cada uno de ellos no se agotan en sí mismas ni terminan con el fin de sus sexenios o con juicios incompletos y tardíos. Trascienden con ribetes disolventes que enmarcan tanto el presente como el próximo futuro de ese partido que fue, decían orondos, el de las simpatías mayoritarias. El mismo gobierno federal quedó entrampado de forma indecorosa por sus impunes trasiegos. La administración de Peña Nieto tampoco ha querido, ni podido, ensayar la retirada de ese que es un triste ejército derrotista. Y, por eso, la contamina de una manera harto grosera y capital. Las heridas (derrotas) ocasionadas por sus desplantes, hurtos, complacencias, trampas o connivencias no pueden, ni deben, quedar arrumbadas en sus localidades. Los gérmenes de su accionar político ya se han instalado a escala nacional. El resto del priísmo no puede voltear hacia otro lado y pensarse como si esas historias pasaran de lado o fueran simples accidentes de su prolongada existencia. De varias maneras, en cambio, carcomen su núcleo vital. Esos paladines, de cuentos anteriores, los tienen que llevar hasta la expiación que les llega de manera indetenible. Ya la tienen, ciertamente, encima. Los rodea y condiciona sin que puedan alegar ignorancia, nula participación en tales desaguisados o desconocimiento de sus tropelías. Usaron sus frutos mal habidos, se llenaron con sus favores a trasmano hasta que el rechazo popular los alcanzó. Ahora no pueden, graciosamente, divorciarse del estigma que llevan impreso. Ni aun con el armado de condenas y cárcel podrán limpiar su involucramiento durante el largo, gozoso al fin, periodo de incubamiento. A este inherente y perverso proceso de formación de imagen política se unen otros aconteceres a cual más dañinos para la prospectiva priísta. Todos se vienen desarrollando en el ámbito público de manera concomitante, consecuente con el ya afectado hálito que les llega de los estados en cuestión. Y mucho tiene que ver con las consecuencias de las celebradas reformas estructurales. Otrora el sustento de la presumida eficacia del nuevo priísmo. No porque éstas no han mostrado ni han sido consecuentes con las promesas y expectativas inducidas. Sino precisamente por ser consecuentes con sus orígenes. Todas ellas fueron concebidas como sustento para la prolongación de un modelo en pleno quiebre, no únicamente localmente, sino para varias regiones del mundo. Dichas reformas no pueden producir algo distinto de lo que quedó inscrito en su propia naturaleza. Son parte del modelo en boga y, con él, sufren las consecuencias de su rechazo popular. ¿De qué otra manera se puede entender la reforma laboral? Acaso no fue diseñada para precarizar, aún más, el trabajo asalariado? Y, mediante el cumplimiento de ese despropósito –declarado además– rebajar todos los restantes ingresos de la población. Había que detener la caída de los rendimientos del capital, una documentada realidad que aquejaba a las plutocracias de aquí y del resto del mundo. ¿De qué otra manera se puede entender la contrariada reforma educativa sino como un mecanismo de control sindical? La encarnizada lucha magisterial (CNTE) no se puede plantear como necia resistencia a la modernidad, ni como pretendido daño al educando. Eso es torcer la realidad con una narrativa que falta al decoro y a la inteligencia. La reforma energética, planteada como una manera grandilocuente de allegarse recursos externos, ha fracasado. Y, con ella, la mera continuidad de Pemex queda en entredicho. ¿De dónde sacaron que cualquier aprendiz de tecnócrata financiero puede manejar semejante empresa? Los resultados obtenidos con tales reformas se acumulan a los daños que se vienen padeciendo en derechos humanos, en violencia, en aumento del crimen, en la marcada, criminal indolencia, del funcionariado ante el drama humano (desaparecidos) que azota la República. Y, por si fuera poca cosa o un simple ribete adicional, la marcha de la economía ha caído en un pozo inusitado. El triple déficit (fiscal, comercial y en cuenta corriente de la balanza de pagos) es un cerrojo al crecimiento y causa del feroz incremento de la deuda. La capacidad de introducir programas de gasto e inversión que desaten amarras internas es casi nula. No hay futuro halagüeño en perspectiva. Por el contrario, el horizonte se ha nublado de tal forma que amenaza con el estancamiento y el malestar ya notables, por cierto. Pero la tecnocracia financiera sigue aferrada a sus simplones mantras. Se asumen parte indisoluble del grupúsculo de mandones aunque, en verdad, son los subordinados locales de los centros mundiales donde rigen los titulares del gran capital. Ajeno a esta punzante realidad, el pastor de los senadores priístas lanza una sentencia de condena: su grey será el ejército del presidente Peña en las venideras elecciones. Una postura de la más rastrera (por indigna) calidad. Según esa ilegítima voz los senadores no trabajan para fortalecer el pacto federal, ni siquiera para velar por los intereses del pueblo. Que nadie le dispute al señor su potestad de elegir al próximo presidente de los mexicanos, cualquiera que él decida. Subir al inicio del texto

martes, 30 de agosto de 2016

Perdidas atroces

Pérdidas atroces José Blanco
E l descenso más prolongado que ha experimentado la productividad laboral en Estados Unidos (EU) desde fines de los años 70 ha afectado seriamente el crecimiento de la mayor economía del planeta. La productividad de las empresas no agrícolas de EU –los bienes y servicios producidos cada hora por los trabajadores– ha caído a una tasa anual de 0.5 por ciento: el tiempo trabajado aumentó más rápido que la producción, según datos del Departamento de Trabajo. La productividad tuvo una muy frágil recuperación de 1.3 por ciento entre 2007 y 2015, para volver a caer. Y no existe evidencia de que este largo periodo con tasas tan aplanadas de la productividad comience a despegar, pese a la revolución tecnológica de Silicon Valley y todas sus réplicas en el mundo. Con diferencias, la productividad ha reptado en todo el espacio desarrollado desde hace ya demasiado tiempo. Y no hay visos de que el capitalismo vuelva a experimentar las tasas de crecimiento de un pasado que ya puede ser visto como remoto. Pero contra toda lógica las ganancias de los grandes capitales han crecido como la espuma. Al propio tiempo, nunca ha habido la sobreacumulación de capital en el mundo que hoy existe, aunque no tiene vías para volverse productivo; ni nunca los ultramillonarios acumularon las riquezas inimaginables que posee el muy famoso uno por ciento. Brutales contradicciones que parecen imposibles están ahí, frente a nuestros ojos. No, no hay misterio. Existe sólo una explicación: los salarios de cientos de millones de trabajadores del mundo han sido aplastados y esos recursos trasladados a la punta de los ultrarricos. Millones de clasemedieros cayeron por debajo de la línea de pobreza; miles y miles de pequeños productores se encerraron acorazados en la economía informal. En el corto plazo, es difícil ser otra cosa que pesimista, sólo porque esto ha estado ocurriendo por tanto tiempo, dijo Paul Ashworth, economista jefe de la consultora Capital Economics para EU. ¿Sólo en el corto plazo? Así es la globalización capitalista neoliberal. Pasará mucho tiempo seguramente para que empecemos a darnos cuenta de la fuerza destructiva del neoliberalismo. Produjo ya, y continuará haciéndolo, con mucho, el mayor desorden financiero de la historia capitalista, sin ninguna luz al final del túnel. Destruyó la democracia liberal prácticamente en todas partes, y quedan algunas huellas que simulan su existencia. Trituró el estado de bienestar. Los socialdemócratas trepados en los gobiernos, adoptaron los mantras del Consenso de Washington. La socialdemocracia que existe, frente a la economía neoliberal, es un insecto diminuto. Desaparecieron los partidos socialistas y los partidos comunistas en todo el mundo (nadie se va a tomar en serio que el de China es un partido comunista). Los sindicatos fueron borrados del mapa; persisten algunas de sus estructuras vacías sin ningún poder. La ideología ultraindividualista y de ansioso anhelo por el superconsumo, propios del neoliberalismo, capturó las mentes de las grandes mayorías del mundo: ya no hay pobres ni marginados, sólo losers y winners: grandes segmentos de la sociedad se tragó esta estratagema: estoy jodido, soy un perdedor entre los ganadores. Los grandes capitalistas se engulleron también a la política enteramente. No fue difícil: enormes cantidades de políticos y gobernantes se volvieron ellos mismos capitalistas hiperenriquecidos. El capitalismo neoliberal está carcomiendo sin freno al planeta, pero muchos de sus científicos dicen que sólo se trata de una nueva era geológica de calentamiento planetario. La corrupción de toda índole corroe a las sociedades pobres, ricas y superricas. La globalización neoliberal hizo trizas el mayor proyecto humanitario que se había intentado: la Unión Europea (UE). La UE del euro está in articulo mortis. En sus primeros años, con el lema in varietate concordia, la Unión fue una unión real que explica la poderosa resurrección de Alemania y el desarrollo de España, entre otras muchas hazañas. Pero a partir de 2008, la Unión dejó de ser rápidamente una unión. En adelante los unidos en la diversidad se rascarían cada uno con sus propias uñas. Volvieron las naciones, pero atadas por las reglas del euro y el surgimiento de la troika dictatorial. Una unión real habría mutualizado las deudas, los problemas y las soluciones a los difíciles problemas que abrió la crisis neoliberal, en la que seguimos. En ocho años de dictadura de la troika (léase Alemania), existen los países tropicalizados del sur, y los serios y eficaces del norte. No hay vuelta a una UE como la que empezó a ser soñada en 1951 con la firma del tratado que creó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. La foto de un pequeño, de alrededor de un año de edad, muerto y tirado boca abajo en una playa de Turquía, y la del pequeño Omran Daqneesh sentado en una ambulancia, ensangrentado y totalmente cubierto de polvo, con una terrible confusión en la mirada ante lo que le estaba y está pasando a Siria, son dos mínimos ejemplos del horror que por guerras o por hambres viven los más condenados de la tierra, derivados de los encontronazos entre las potencias. El dolor acumulado en tantos millones de los más desdichados de la Tierra es un grito que puede oírse en los últimos confines del planeta. Muchísimas pérdidas más hay producto del neoliberalismo capitalista globalizado, frente a lo cual no existen partidos políticos capaces de sentir el sufrimiento del mundo, menos aún de explicárselo. Volvamos a ver el mundo. Quizá empecemos a ver algo más que pérdidas terribles. Subir al inicio del texto

Mexico SA

México SA Economía destartalada EPN: trucos de chistera Suplir modelo agotado Carlos Fernández-Vega
E n puerta está el denominado Informe de gobierno (el número cuatro de la administración peñanietista), y el inquilino de Los Pinos se verá obligado a ser mucho más creativo (léase más trucos de chistera que nunca para hacer presentar sus logros) que en los anteriores para capear la creciente inconformidad social, los cuestionamientos patronales y la falta de credibilidad de prácticamente todos. Uno de los puntos primordiales es la fragilidad económica y la notoria ausencia de resultados en este renglón, en el que el ministro Videgaray ha sido amo y señor, con los resultados por todos conocidos y padecidos. ¿En qué condición llega la economía nacional al cuarto Informe de gobierno? El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Desarrollo Económico (Idic) obsequia un paseo temático. Va, pues: El crecimiento económico de México se encuentra atrapado por la misma inercia que le ha caracterizado en los últimos 35 años: en el primer semestre del año el incremento promedio fue de sólo 2.5 por ciento, una cifra positiva, pero que muestra los límites estructurales del modelo económico. Si bien el crecimiento del PIB en lo que va del año es superior al promedio de los primeros cuatro años de gobierno (2 por ciento), y que este último es mayor al registrado en el mismo periodo de las dos administraciones previas, es evidente que tampoco es suficiente para superar lo alcanzado en los sexenios salinista y zedillista, a pesar de que este último ya había enfrentado la crisis de 1995. Lo anterior hace patente que la economía nacional no ha logrado la transformación productiva que se requiere. El desempeño de la actividad productiva muestra los límites de las reformas estructurales los beneficios esperados no se han convertido en una realidad para la sociedad mexicana. El crecimiento se encuentra limitado por la actividad industrial, algo paradójico para un país exportador de manufacturas. Durante el primer semestre de 2016 la actividad industrial solamente se ha incrementado en 0.7 por ciento y a una tasa promedio de uno por ciento en los primeros cuatro años de la actual administración. El incremento acumulado del gasto gubernamental y la deuda pública (3.4 billones de pesos adicionales entre diciembre de 2012 y junio de 2016) no tuvieron un impacto productivo. La razón es que la variación promedio del valor agregado del sector público nacional fue negativo (-0.5 por ciento) en los dos primeros años). Como referencia debe citarse que la del sector privado fue de 2.3 por ciento. Lo anterior muestra que si bien el gobierno ha logrado incrementar su recaudación tributaria, ello no inciden en un mayor crecimiento económico del país: su impacto positivo es nulo, o incluso negativo. El sector industrial es uno de los más afectados, la recesión que vive la minería, la desaceleración de las manufacturas y el lento crecimiento de la construcción, que además tuvo un desempeño negativo en los dos primeros años del sexenio, explican parte del débil crecimiento económico de México. Lo descrito ha influido en una nueva reducción en la prospectiva de crecimiento del propio gobierno federal; ahora espera entre 2 y 2.6 por ciento. En el Idic mantenemos nuestro escenario de entre 1.5 y 2.3 por ciento. El menor crecimiento, junto con el incremento en las tasas de interés y de la deuda ha propiciado la advertencia de importantes grupos financieros (Standard and Poor´s y Moody’s) sobre una potencial reducción de su calificación a la deuda del gobierno y de la propia banca privada. Esto último representa una evaluación implícita sobre los efectos de las reformas hacendaria y la financiera: no han generado el impacto positivo suficiente para que la evaluación de las calificadoras sea positiva. Con ello, los fundamentos de la estabilidad macroeconómica también deben ser revisados, el aumento de deuda es un riesgo que se debe considerar pero también la evolución de la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés. En el primer caso es evidente que los precios al consumidor se encuentran, de acuerdo con la medición oficial, dentro de objetico el Banco de México. Sin embargo, eso no ocurre en el caso del índice nacional de precios productor (INPP): la inflación por el lado de la oferta es de casi 8 por ciento y en varios rubros de la manufactura supera 10 por ciento. La razón se encuentra en la depreciación del tipo de cambio y en la dependencia que la industria tiene de la importación de bienes intermedios: en 2016, el consumo de bienes intermedios importados es del 75 por ciento del total. Por ello, la depreciación del peso encarece la producción en México, sin favorecer una mayor exportación. La reducción en el reporte del crecimiento de Estados Unidos en el segundo trimestre (1.1 por ciento) indica que las exportaciones de México no se elevarán en los próximos meses; hasta julio han retrocedido (-5.7 por ciento), donde las de manufacturas lo han hecho en -3.9 por ciento. Como resultado se tiene un déficit comercial acumulado de 8 mil 900 millones de dólares. La inversión productiva también se desacelera. Hasta mayo su crecimiento fue de solamente 0.9 por ciento. Algo similar ocurrió con la inversión extranjera directa. Entre enero y junio su monto de 14 .4 mil millones de dólares, mil 800 millones inferior a la de mismo periodo de 2015. También la inversión en cartera pierde fuerza: los 7 mil 400 millones de dólares del primer semestre resultan 11 mil 600 millones menos que lo registrado en igual periodo del año previo. Lo anterior permite entender la depreciación del peso. De igual forma se puede comprender la razón de que si bien hay una baja en la tasa de desocupación esta no se traduce en un mayor bienestar social: el número de personas que gana más de cinco salarios mínimos ronda los 3 millones de personas; en 2005 eran 4.4 millones. La misma situación ha fomentado la creación de ocupación y empleo de bajos ingresos, por primera vez en la última década ocho millones de mexicanos se encuentran en dicha situación, 1.8 millones más que en 2005. En función de lo descrito será relevante conocer cuáles serán las nuevas directrices de política económica (si las hay, desde luego), porque es evidente que a México le urge un mayor crecimiento. Las rebanadas del pastel La Secretaría de Hacienda concretó la contratación de coberturas petroleras para 2017, a un precio de 42 dólares por barril. Para ello deberá pagar más de 37 mil millones de pesos, de tal suerte que la única esperanza es que no salga más caro el caldo que las albóndigas… Y el dólar arrancó semana en 18.92 masacrados pesitos. cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

Dinero

Dinero Juan Gabriel deja herencia súper millonaria Blindan precio de la producción de petróleo La mano dura de la izquierda moderna Enrique Galván Ochoa
J uan Gabriel deja al morir una fortuna importante: 30 millones de dólares, de acuerdo con la publicación especializada Celebrity net worth. Equivaldría, al tipo de cambio de 18.80 por dólar, a 564 millones de pesos. Está cifrada en bienes raíces, joyas, obras de arte y cuentas bancarias. Aparte, los derechos de autor, de valor incalculable y los plagiarios abundan. ¿Quiénes son sus herederos? En primer lugar el SAT. A lo largo de su carrera trascendió que tuvo problemas con el pago de impuestos. También se sabe que llegó a establecer algún tipo de acuerdo con la autoridad fiscal. Juan Gabriel decía que tenía cuatro hijos. Sin embargo, supuestamente sólo uno será el heredero universal de su fortuna (o lo que reste después del SAT). Se trata de Iván Gabriel. Sus otros sus hijos, Hans Gabriel, Jean Gabriel y Joan Gabriel, habrían sido desheredados. Según lo que se comenta en el medio de los espectáculos han tenido problemas de carácter judicial. Así que el autor de la canción que dice: No tengo dinero, ni nada que dar, amasó una bonita fortuna y sí tenía mucho que dar. Hizo amigos en la política, pero no fue muy acertado. ¿Recuerdan el jingle de la campaña presidencial de 2000? “Ni Temo, ni Chente, Francisco va a ser presidente”. Francisco Labastida perdió y ya saben ustedes el resto de la triste historia. Hacienda blinda los petrodólares El gobierno mexicano anunció que contrató un seguro (opciones) para blindar el precio de 250 millones de barriles de petróleo. Cubre parcialmente las ventas del año próximo. Es probablemente el más caro desde que comenzó a recurrir a este mecanismo: costará mil 28 millones de dólares. Funciona como algo parecido a un juego de azar: el gobierno apuesta a que el precio será de 38 dólares el barril. Si se cotiza en menos, en 35, por ejemplo, le pagan la diferencia. Si se cotiza en más, en 40 tal vez, pierde la mano, es decir, los mil 28 millones de dólares. Además, tendrá un complemento de cuatro dólares para asegurar un precio de 42 dólares que será propuesto para el paquete económico 2017. Los 38 dólares están por debajo de los 49 dólares de la cobertura de 2016. Desafortunadamente el seguro no cubre toda la producción. Hacienda considera que con la parte resguardada es suficiente para cubrir los requerimientos del presupuesto. La izquierda moderna pega duro ¿Daría un beso Javier Sicilia a Graco Ramírez después de que le dieron una tunda ayer? Lo vimos besar a personajes de la política como Manlio Fabio Beltrones, llevando un mensaje de amor y paz. La cuestión es que sigue la lucha del Frente Amplio Morelense por destituir y llevar a juicio político al gobernador de Morelos. La madrugada del lunes fue desalojado el grupo instalado en Cuernavaca. Cuando sus integrantes intentaron reinstalarlo, centenares de policías desalojaron y golpearon a los activistas, entre ellos Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien fue trasladado a un hospital. El plantón se instaló después de que millares de morelenses salieron a marchar, el pasado 16 de agosto, para exigir la renuncia de Graco Ramírez. Es gobernador perredista y representante de la llamada izquierda moderna, que, según se vio, pega tan duro como la derecha. Ombudsman Social Asunto: Morenita para rato No te parece el colmo que encima del crecimiento raquítico de la economía, el dólar a 18.25, la deuda de Pemex y el despido de más de 50 mil de sus trabajadores, del aumento en el precio de la gasolina, el diésel y los alimentos, se nos vaya Juan Gabriel? ¿Nos habrá dejado de su mano la Morenita del Tepeyac? Estoy triste, pero te abrazo. Carmen Gómez de Aldrete R: Hay Morenita del Tepeyac para varios siglos. Como buenas noticias, ahí viene el megapuente del 15 de septiembre. Y ya comenzaron a florecer las Nochebuenas morelenses. Twitteratti Hoy le lloran a Juan Gabriel, pero el 10 de septiembre quieren marchar contra los homosexuales, que porque se meten con sus hijos… Óscar Augusto @Oscar_jmora Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho: EPN. Así las cápsulas para el cuarto Informe de gobierno. Rafael Zaga @razagave Lunes, fin de quincena, canción para hoy: “no tengo dinero, ni nada que daaar…” @VickyAladro Twitter: @galvanochoa FaceBook: galvanochoa galvanochoa@gmail.com • Foro: http://elforomexico.com/encuestas/ Subir al inicio del texto

Resignacion o subversion

Resignación o subversión Pedro Miguel
E ste gobierno carga con los fardos de Montiel, Atenco y los feminicidios en el Estado de México, el repudio juvenil que cristalizó en #YoSoy132, las pifias oratorias y declaratorias de Peña Nieto, el Monexgate, la atrocidad de Iguala, las masacres de Tlatlaya, Tanhuato y Apatzingán, los escándalos de la Casa Blanca, Malinalco, Miami, OHL y Grupo Higa, el desastre de la reforma energética, las convulsiones sociales detonadas por la reforma educativa, la barbarie de Nochixtlán, el estancamiento económico, el incremento de la pobreza, la estrepitosa caída de su imagen internacional –que es la que le importa– y, para poner la cereza en el pastel, la revelación de los plagios en la tesis de licenciatura de quien hoy ejerce la Presidencia. El accionar gubernamental ha provocado además la agresividad autoritaria de las cúpulas empresariales y una iracunda reacción de las eclesiales en contra de Los Pinos. Con ese telón de fondo, caracterizado por la evidente reducción de los márgenes de gobernabilidad, se anuncia que los trabajadores deberán aportar mucho más dinero del que actualmente entregan a sus fondos de pensiones, se impone un incremento en las tarifas energéticas y los representantes oficiales se levantan de la mesa del diálogo con el magisterio en resistencia. El gobierno actúa como si tuviera detrás un sólido respaldo social e ignora que el descontento en su contra se extiende, por angas o por mangas, a siete u ocho de cada diez ciudadanos. No es fácil de entender. Una primera hipótesis para explicar este comportamiento incendiario sería el de la descompostura generalizada en el tablero de instrumentos: el grupo gobernante no se entera de lo que ocurre afuera de sus oficinas, o bien no es capaz de interpretar correctamente los datos del país. Si esta noción fuera correcta habría que concluir que el gobierno cree que el suelo está mucho más lejos de lo que en realidad está y que confía en las medidas de autoridad para restablecer a rajatabla su propio rumbo y el de su programa de devastación económica, social e institucional. En ese escenario, Peña seguiría aferrado a su sueño de restablecer la presidencia priísta omnímoda y omnipotente y su equipo estaría viendo los graves desarreglos nacionales provocados en estos cuatro años como turbulencias pasajeras e intrascendentes. Otra posibilidad es la de la resignación: el grupo gobernante se da perfecta cuenta de lo que está ocurriendo pero se ve obligado a seguir el rumbo de colisión porque sus mandantes reales –los grandes capitales vernáculos y foráneos, los organismos financieros internacionales y el Departamento de Estado del país vecino, por ejemplo– no le dejan alternativa ni le permiten efectuar la menor variación en el plan. En este supuesto, el priísmo gobernante se habría resignado ya a devolver el puesto presidencial al panismo, específicamente en la persona de Margarita Zavala de Calderón. El régimen oligárquico confiaría en que en seis años se habría disipado la pavorosa estela de corrupción, violencia e ineptitud dejada por el calderonato y Acción Nacional estaría en condiciones de volver, con una imagen lavada por el tiempo y el contraste y, desde luego, con la mano (no tan) invisible de Washington guiando el mercado político. Una tercera: la huida hacia adelante. Ante lo que parece la imposibilidad de mantenerse en el poder en las elecciones de 2018, el equipo gubernamental apuesta en forma deliberada a provocar una desestabilización nacional que le permita interrumpir la normalidad constitucional –ya tiene los instrumentos legales para ello– y dar un golpe que le permita mantenerse en el poder por un lapso indefinido en tanto se negocia una recomposición de las alianzas interoligárquicas, un nuevo contrato con el gobierno estadunidense y alguna salida legitimadora. Esta tercera hipótesis es escalofriante, pero los desplantes oficiales en tiempos tan inciertos hacen posible una lectura de los recientes gestos de gobierno –la masacre de Nochixtlán incluida– como piezas de un plan de provocación: exaspera, exaspera, que algo queda. Para las organizaciones y los movimientos contrarios al régimen y empeñados en recuperar al país del desastre peñista resulta crucial el ejercicio de auscultación de las tendencias e intenciones del grupo gobernante a fin de hacer posible el tránsito, mediante una amplia confluencia social y popular, hacia la recuperación nacional y hacia una nueva etapa en la que el poder público en México pueda ponerse al servicio de la población y no de los intereses oligárquicos. navegaciones.blogspot.com Twitter: @Navegaciones navegaciones@yahoo.com Subir al inicio del texto

El curso actual del capitalismo y las perspectivas para la sociedad humana

El curso actual del capitalismo y las perspectivas para la sociedad humana civilizada François Chesnais
09/08/2016 Opinión Una fase específica de la historia económica y social sudamericana ha llegado a su fin. Esta fase fue testigo de la exportación de materias primas o productos semiprocesados en gran cantidad y a altos precios, que permitieron a sus economías tener tasas de crecimiento considerables y a sus gobiernos financiar una serie de programas sociales sin cambiar la distribución de la riqueza. El “modelo”, como así se lo llamó, dependía de la tasa de crecimiento y la demanda de commodities en otras partes de la economía mundial, especialmente en China. El fin de lo que terminó siendo un paréntesis de quince años despertará una agudización de las confrontaciones políticas y sociales en todas partes, cuyo preludio son hoy los acontecimientos en Brasil. Me complace contribuir a la discusión en Herramienta, en la cual tratar de explicar lo que considero que es un momento crucial en la historia mundial, en el que el capitalismo está alcanzando sus límites absolutos. La crisis económica y financiera global pendiente La crisis económica y financiera en curso dio fin a una fase muy larga de una acumulación que tuvo periódicamente altibajos (en 1949 para los EE.UU., y en 1974-1976 y 1981-1982 en todo el mundo), pero sin embargo ininterrumpida que se remonta hacia 1942 en el caso de los EE.UU., y hacia 1950 en el caso de Europa y Japón. El dinamismo inicial de la muy fuerte acumulación se debió a las grandes inversiones que se requerían para reconstruir la base material de las economías capitalistas luego de la larga depresión de la década de 1930, y las destrucciones masivas de la Segunda Guerra Mundial, así como también explotar las tecnologías creadas en la década de 1920 y por supuesto, como un resultado de la guerra. Esta crisis comenzó como una crisis financiera, tras la cual se puso al descubierto una profunda crisis de sobreacumulación y sobreproducción, compuesta por una tasa decreciente de ganancias. La crisis estaba en ciernes desde la segunda mitad de la década de 1990, y se demoró por la creación masiva de crédito y la plena incorporación de China a la economía mundial. Dado que los EE.UU. son el principal centro financiero mundial, y donde el sistema de crédito había sido impulsado hasta su “límite extremo” (Marx, 1983, III: 568); fue allí que la crisis, en su dimensión financiera, estalló en julio de 2007 y alcanzó su paroxismo en septiembre de 2008. El crac que comenzó a fines de 2008 fue de naturaleza global y no sólo una “Gran Recesión” norteamericana, golpeando inicialmente a las economías industrializadas. Los países emergentes, que pensaron que permanecerían mayormente inmunes a sus efectos, más tarde perderían esta ilusión. En 2008 el capitalismo mundial, dirigido por los EE.UU., determinó que la configuración combinada de las relaciones internas y políticas impidieran que la crisis destruyera el capital ficticio y productivo de la misma manera que ocurrió en la década de 1930. La velocidad y la escala de la intervención gubernamental en 2008 por parte de los EE.UU. y los principales países europeos para apoyar al sistema financiero, y también, en forma temporal y en un menor grado, a la industria automovilística, expresan la presión directa de los bancos en defensa de la riqueza financiera y de las automotrices estadounidenses y europeas para proteger su posición contra los competidores asiáticos. Pero también expresaron una considerable cautela política, tanto local como internacionalmente. El aparato estalinista-cum-capitalista y la élite social chinos compartieron estas preocupaciones y financiaron grandes inversiones a la manera keynesiana. China depende altamente de las exportaciones y su élite también tiene un genuino temor del proletariado. Las medidas políticas promulgadas en 2008-2009 para contener la crisis ayudan a explicar la persistencia y el ulterior crecimiento de una masa de capital ficticio en la forma de títulos sobre el valor y el plusvalor implicados en innumerables operaciones especulativas, al mismo tiempo que una situación irresuelta de sobreacumulación y superproducción de una amplia gama de industrias. El continuo recurso de los gobiernos y los bancos centrales del G7 a la inyección de masivas cantidades de dinero nuevo en sus economías (quantitative easing, o “alivio cuantitativo”) ha provocado que enormes sumas nominales de capital ficticio ronden por los mercados financieros mundiales, volviéndolos altamente inestables. La convergencia de muchas crisis y la situación de la clase obrera La duración de la crisis mundial y la ausencia en la burguesía de un horizonte económico que no sea el de cortas recuperaciones cíclicas anuncian la convergencia y en última instancia la fusión de los efectos económicos y sociales de una prolongada crisis económica con los efectos, de dimensiones portentosas, del cambio climático. La primera advertencia sobre los peligros del cambio climático se remonta a la década de 1980, y obligó a las Naciones Unidas a crear el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC en inglés). El calentamiento global ha sido medido en forma cada vez más precisa y sus consecuencias fueron documentadas por los sucesivos informes del IPCC (1990, 1995, 2001, 2007 y 2014). Pero no han sido tomados en cuenta. El “escepticismo” sobre el cambio climático financiado por los lobbies petroleros ha cedido su lugar al reconocimiento formal y retórico por los gobiernos. Hace cinco años, The Economist publicó una síntesis muy bien informada anunciando que “se acabó la lucha para limitar el calentamiento global a niveles tolerados aceptables”.1 Las cuatro principales conferencias internacionales que han tenido lugar desde entonces han sido básicamente costosas y cínicas operaciones de comunicación, con el objeto de engañar a los no informados. La convergencia y la fusión final de la crisis económica y la ambiental plantean simultáneamente dos cuestiones relacionadas: la del futuro del capitalismo y la de las perspectivas de vida para decenas de millones de personas en determinadas partes del mundo y para la existencia social civilizada en todo él. Luego de la incorporación de China, hasta para los EE.UU. es cierto el fundamental comentario metodológico de Trotsky de que “una potente realidad con vida propia, creada por la división internacional del trabajo y el mercado mundial [...] impera en los tiempos que corremos sobre los mercados nacionales” (Trotsky, 1930: 3). La liberalización y la globalización también han desatado a “las fuerzas ciegas de la competencia” con un grado de brutalidad no sufrida antes y por cierto, no durante las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Para todas las burguesías locales, la pérdida del margen de control de la política económica que poseían cuando las economías nacionales tenían un cierto grado de autonomía es un importante componente de la crisis política que están sufriendo. Esto obliga a las principales potencias a compensar las nuevas situaciones no deseadas o agudizadas de dependencia económica del exterior por medios políticos y militares en el ámbito de su esfera de influencia. El malestar ante la globalización tal como lo expresa políticamente el neoconservadurismo estadounidense ayuda a comprender que la invasión de Irak, no es sólo por el control del petróleo. La política de Rusia en Siria es de la misma naturaleza. Detrás de la crisis de la Unión Europea también se halla la idea de que los gobiernos pueden recobrar el control de ciertos parámetros políticos y económicos. Para la clase obrera las consecuencias de la liberalización y globalización del capital son aún más graves. La experiencia histórica acumulada de los trabajadores ha sido exclusivamente la de la lucha contra el capital en el ámbito de las fronteras nacionales. Las organizaciones de la clase obrera, los sindicatos y los partidos políticos pudieron “centralizar las múltiples luchas locales, que en todas partes poseen el mismo carácter, en una lucha nacional, en una lucha de las clases” (Marx y Engels, 2008: 36). Pero en las palabras de Marx y Engels, esta lucha era “quebrantada de nuevo a cada instante a través de la competencia entre los propios trabajadores” creada por los capitalistas en el mercado laboral. Hoy, los capitalistas pueden enfrentar entre sí a los trabajadores de diferentes países y continentes. El logro más grande del capital durante los últimos 40 años ha sido la creación de una “fuerza laboral mundial”, a través de la liberalización de las finanzas, el comercio y la inversión directa y la incorporación de China e India en el mercado mundial. A esto frecuentemente se lo llama la “gran duplicación de la reserva de trabajo mundial”,2 de la reserva industrial mundial potencial, con palabras de Marx. Su existencia crea las condiciones para aumentar la tasa de explotación y la configuración del ejército de reserva industrial en cada economía nacional. Las tecnologías de la información y la comunicación han llevado a una fragmentación cada vez mayor de los procesos de trabajo, a la que ahora se agrega el verdadero ingreso en la era de la robotización. La vacilante acumulación del capital Un modo de producción es al mismo tiempo una forma específica de la organización de las relaciones sociales de producción, junto a las correspondientes relaciones de distribución, y un modo de dominación social organizado institucional y políticamente. Cuando el modo de producción qua relaciones sociales de producción comienza a vacilar y a paralizarse, y la reproducción ampliada se desacelera fuertemente, la experiencia histórica muestra que los componentes dominantes de las clases altas tendrán como su único objetivo y horizonte la preservación a toda costa de sus privilegios y su poder apoyados en determinadas instituciones. Rechazarán todo pedido de reforma, aunque provengan de miembros de sus propias filas. Así sucedió con la corte de la monarquía absoluta en Francia, con ministros como Turgot y nuevamente en la corte de la Rusia zarista. Ese fue el caso también cuando las híbridas relaciones sociales sui generis de producción de la Unión Soviética llegaron a su límite. La burguesía está hoy en esta situación. No tiene entre sus filas a un Roosevelt. Las expresiones de su crisis incluyen la extensión y la profundidad de la corrupción, el muy bajo nivel de debate político, el cinismo de las corporaciones y la parálisis de los gobiernos frente al cambio climático. La conferencia de Davos en 2016 eligió centrarse en la crisis de los bancos europeos y cuestiones similares, en lugar de discutir el informe que expresaba en términos diplomáticos: La preocupación sobre los efectos de la desintermediación digital, la robótica avanzada y la economía colaborativa sobre el crecimiento de la productividad, la creación de empleos y el poder de compra. Es evidente que la generación del milenio experimentará en la próxima década un cambio tecnológico mayor que lo que hubo en los últimos 50 años, no dejando intacto a ningún aspecto de la sociedad global. Los grandes adelantos científicos y tecnológicos, desde la inteligencia artificial hasta la medicina de precisión, se plantean transformar nuestra identidad humana.3 Un importante elemento de la situación actual es la ausencia de prerrequisitos exógenos, de los que anteriormente se disponía para una renovada acumulación a largo plazo. La reactivación de las “ondas largas” en el sentido que les daba Trotsky, y que reconocía de una manera complicada Mandel, la determinaban factores exógenos, como las guerras mundiales, las masivas ampliaciones del mercado debido a una expansión territorial (la “frontera” en la historia estadounidense) o la creación de nuevas industrias como resultado de importantes adelantos tecnológicos. Las condiciones políticas para una guerra mundial (una preparación ideológica del tipo de la que llevó a cabo el nazismo luego de 1933) no existe hoy en día. De modo que para la burguesía, el problema es hallar un factor capaz de impulsar la acumulación otra vez, luego de varias décadas. Desde que se incorporó a China en el mercado mundial, ya no quedan “fronteras”. La única posibilidad son las nuevas tecnologías. Solamente éstas, con una inversión extremadamente alta y sus efectos en los empleos, son capaces de impulsar una nueva onda larga de acumulación, asociada con la expansión a través de nuevos mercados. El rol de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la reconfiguración radical de la organización del trabajo y en la vida cotidiana es indudable. La gran cuestión es si ellas tienen las consecuencias en la inversión y en el empleo, capaces de impulsar una nueva onda larga de la acumulación. Sus impactos generalizados en el ahorro de fuerza de trabajo, junto a su efecto en incrementar el valor del capital constante invertido, sugieren lo contrario; en particular, si no está a la vista una “Cuarta Revolución Industrial”, o sea, un aumento radical de las tecnologías que surgieron en la “Tercer Revolución Industrial”, como la llamaban los teóricos neoschumpeterianos. La opinión dominante entre los economistas y sociólogos estadounidenses es que los factores que impulsaron el crecimiento económico durante la mayor parte de la historia norteamericana, se han gastado en gran medida. Dicen que se ha llegado a una “meseta tecnológica”, y apuntan a los “resultados más fáciles”, que tuvieron un rápido crecimiento, incluyendo el cultivo de muchas tierras antes no trabajadas, o de descubrimientos tecnológicos “trascendentales”, en especial en el transporte, la electricidad, las comunicaciones masivas, la refrigeración y los servicios sanitarios, y finalmente la educación masiva. Lo que las tecnologías de la información y la comunicación ofrecen al capital y al estado en la forma de “macro datos” es una capacidad sin precedentes para el control social y político. No ofrecen ninguna solución para el desempleo masivo4 y aumentan la composición orgánica del capital. Una temprana reflexión sobre el futuro del capitalismo En su introducción a la edición por Penguin del tomo III de El capital, Mandel (1981: 78) desarrolla una serie de elaboraciones teóricas sobre el “destino del capitalismo”. Al contrario que Sweezy, Mandel discute la teoría de Grossman sobre el colapso capitalista en forma respetuosa y seria. Esto lo lleva a analizar las consecuencias de lo que él llama en esa época el “robotismo”. Las nuevas tecnologías todavía estaban en su infancia cuando escribía esto, pero para Mandel ellas ya tenían potencialmente consecuencias portentosas. Teniendo en cuenta los pronósticos que hemos discutidos antes, es importante leerlas y discutirlas: La extensión de la automatización más allá de un determinado límite conduce, inevitablemente, primero a una reducción del volumen total del valor producido, luego a una reducción del volumen total del plusvalor producido. Esto desata una “crisis del colapso” combinada en forma cuádruple: una enorme crisis de reducción en la tasa de ganancia; una enorme crisis de realización (el aumento en la productividad del trabajo que implica el robotismo expande la masa de valores de uso producida a un ritmo aún más alto que el ritmo de reducción de los salarios reales, y una creciente proporción de estos valores de uso se vuelve invendible); una masiva crisis social; y una inmensa crisis de “reconversión” [en otras palabras, de la capacidad del capitalismo para adaptarse] a través de la desvalorización; la formas específicas de la destrucción del capital amenazan no sólo a la supervivencia de la civilización humana, sino también la supervivencia de la humanidad o de la vida en nuestro planeta (ibíd.: 87). Poco después, para que se lo entienda mejor, Mandel escribe: Es evidente que esa tendencia hacia la modernización del trabajo en sectores productivos con el más alto desarrollo tecnológico debe, necesariamente, ser acompañado por su propia negación: un aumento en el desempleo masivo, en la ampliación de sectores marginalizados de la población, en la cantidad de quienes “abandonan” y de todos a quienes el desarrollo “final” de la tecnología capitalista los expulsa del proceso de producción. Esto significa que a los crecientes desafíos a las relaciones capitalistas de producción en el ámbito de la fábrica se suman crecientes desafíos a todas las relaciones y valores burgueses básicos en la sociedad de conjunto, y estos también constituyen un elemento importante y periódicamente explosivo de la tendencia del capitalismo al colapso final (ibíd.). Y luego agrega: No necesariamente es un colapso a favor de una forma superior de organización social o civilización. Precisamente como una función de la propia degeneración del capitalismo, los fenómenos de decadencia cultural, de retrogresión en las esferas de la ideología y el respeto a los derechos humanos, multiplican al mismo tiempo la sucesión ininterrumpida de crisis multiformes, con las que esa degeneración nos enfrentará (ya nos está enfrentando). La barbarie, como un posible resultado del colapso del sistema, es una perspectiva mucho más concreta y precisa hoy que lo que fue en las décadas de 1920 y 1930. Hasta los horrores de Auschwitz e Hiroshima parecerán moderados comparados con los horrores con los que una continua decadencia del sistema confrontará a la humanidad. Bajo estas circunstancias, la lucha por un desenlace socialista asume el significado de una lucha por la propia supervivencia de la civilización humana y la raza humana (ibíd.: 89). Mandel modera su perspectiva ciertamente catastrófica con un mensaje de esperanza, adaptado de la problemática de El programa de transición: El proletariado, como lo ha mostrado Marx, reúne todos los prerrequisitos objetivos para dirigir exitosamente esa lucha; y hoy, eso sigue siendo más cierto que nunca. Y tiene al menos el potencial para adquirir los prerrequisitos subjetivos también, para una victoria del socialismo mundial. Si ese potencial se hará verdaderamente realidad dependerá, en último análisis, de los esfuerzos conscientes de los marxistas revolucionarios organizados, integrándose con las periódicas luchas espontáneas del proletariado para reorganizar la sociedad siguiendo los lineamientos socialistas, y conduciéndolo a objetivos precisos: la conquista del poder estatal y la revolución social radical. No veo más motivos para ser pesimista hoy en cuanto al resultado de esa empresa, que los que había en la época en que Marx escribió El capital (ibíd.: 89 y s.). Que una revolución social radical es la solución, es algo más cierto que nunca, pero la amenaza de las crisis ecológicas, algo que era imprevisible para Marx, como también el legado político del siglo XX, no nos inducen a ser tan optimistas como trataba ser Mandel en 1981. En la tradición revolucionaria a la que adherí, el socialismo era una “necesidad” en dos sentidos de la palabra: el de ser la única respuesta decisiva y duradera, no sólo para la situación de la clase obrera y los sumergidos, sino para la satisfacción de las necesidades humanas; y el de ser el resultado del movimiento del desarrollo capitalista. La burguesía no dejaría la escena sin luchar y los procesos contrarrevolucionarios como el nacimiento del estalinismo o el maoísmo podrían ocurrir, pero “la historia está de nuestro lado”. Los marxistas revolucionarios eran la “expresión consciente” de procesos económicos y sociales fundamentales. Esta visión del mundo estaba enraizada en la lectura de los numerosos párrafos de Marx y posteriormente, en los de los principales revolucionarios marxistas que parecían respaldarlo; en particular, Lenin, y en el caso de Trotsky, por una lectura unilateral de las dos primeras secciones del Programa de Transición, y con muy poca discusión de sus numerosos textos que expresaban preocupaciones enraizadas en los sucesos de la década de 1930 pero que contenían reflexiones más generales, como en sus escritos sobre el fascismo y el nazismo. Rosa Luxemburgo era objeto de sospechas, no sólo debido a sus advertencias sobre el posible curso de la revolución de octubre, sino por la angustia contenida en el grito de “socialismo o barbarie”. El hecho de que en sus últimos años esta angustia también pasó a ser la de Trotsky, jamás fue discutido. Los procesos políticos de fines de la década de 1980 y principios de la de 1990, con consecuencias mundiales (en particular, el hecho de que no sucediera la revolución política en la URSS), y las divisiones organizativas vacías de perspectivas me volvieron cada vez más receptivo al pensamiento de filósofos de la Europa central. El primero fue Mészáros, con la siguiente afirmación de su libro originalmente publicado en 1995: Todo sistema de reproducción metabólica social tiene sus límites intrínsecos o absolutos que no se pueden traspasar sin cambiar el modo de control prevaleciente en uno cualitativamente diferente. Cuando en el curso del desarrollo histórico se llega hasta esos límites se hace imperativo transformar los parámetros estructurales del orden establecido –o en otras palabras, sus “premisas prácticas” objetivas– que normalmente circunscriben el marco general de ajuste de las prácticas reproductivas factibles bajo esas circunstancias (Mészáros, 2000: 163).5 Y a este párrafo le sigue la siguiente afirmación de que en el caso del capitalismo, el margen para el desplazamiento de las contradicciones del sistema se torna aún más estrecho y sus pretensiones de un estatus indesafiable de la causa sui se hacen palpablemente absurdas, a pesar del poder destructivo antes inimaginable a disposición de sus personificaciones. Porque a través del ejercicio de tal poder el capital puede destruir a la humanidad en general –que es precisamente a lo que parece estar en verdad encaminado (y con ello, de seguro, también a su propio sistema de control)– pero no selectivamente a su antagonista histórico [la clase obrera] (ibíd.: 166 y s.). El otro autor que me ha alentado a investigar el concepto de los límites absolutos de la producción capitalista es el filósofo alemán Robert Kurz. Como Mandel, en una lectura de Marx que ha levantado muchas controversias,6 él apunta a los efectos en el ahorro de trabajo y en la mejora de la productividad de las tecnologías relacionadas con la tecnología de la información y la comunicación, y sus consecuencias en la agudización de las contradicciones de la producción capitalista. Dado el nivel de las contradicciones que han alcanzado, nos enfrentamos desde ahora con la tarea de reformular la crítica de las formas capitalistas y en la de su abolición. Esta es simplemente la situación histórica en la que estamos, y sería fútil llorar sobre las batallas perdidas del pasado. Si el capitalismo llega ante los que son objetivamente sus límites históricos absolutos, sin embargo es cierto que, por falta de una consciencia crítica suficiente, la lucha por la emancipación también puede fracasar. El resultado sería entonces no una nueva primavera de la acumulación, sino como lo dijo Marx, la caída de todos en la barbarie.7 El advenimiento de una nueva barrera inmanente más formidable y sus consecuencias En ausencia de los factores capaces de lanzar una nueva fase de acumulación sostenida, la perspectiva es la de una situación en la que las consecuencias del lento crecimiento y la endémica inestabilidad financiera, junto al caos político que ellos alimentan en ciertas regiones hoy y potencialmente en otras, convergería con los impactos sociales y políticos del cambio de clima. El concepto de barbarie, asociado con las dos guerras mundiales y el Holocausto y más recientemente con los genocidios contemporáneos también se hará aplicable entonces a ellos. El precedente de la vinculación de la cuestión ecológica con la caída de nuestra sociedad en la barbarie se lo debe atribuir otra vez a Mészáros: En alguna medida Marx ya era consciente del “problema ecológico”, es decir, los problemas de la ecología bajo el dominio del capital y los peligros implícitos en él para la supervivencia humana. De hecho, fue el primero en conceptualizarlo. Habló sobre la contaminación e insistió en que la lógica del capital –que debe perseguir las ganancias, de acuerdo con la dinámica de la auto-expansión y la acumulación del capital– no puede tener ninguna consideración para los valores humanos e incluso para la supervivencia humana [...]. Por supuesto, lo que no se puede hallar en Marx, es una explicación de la mayor gravedad de la situación en la que nos encontramos. Para nosotros la supervivencia humana es una cuestión urgente (Mészáros, 2001: 99). Cuando hablamos de amenaza a la supervivencia humana, por supuesto, queremos decir una amenaza a la civilización tal como la conocemos hasta ahora. Los seres humanos sobrevivirán, pero si no derriban al capitalismo, vivirán, a nivel mundial, en una sociedad del tipo de la que describió Jack London en su gran novela distópica, El talón de hierro. Hasta que tenga lugar el cambio revolucionario, estamos atrapados por las relaciones y las contradicciones específicas del modo capitalista de producción. Un modo de producción caracterizado por “el movimiento infatigable de la obtención de ganancias, el afán absoluto de enriquecimiento” (Marx, 1983: I, 187), no puede tomar en cuenta un mensaje que exige un fin al crecimiento, tal como se entiende tradicionalmente, y un uso negociado y planificado de los recursos restantes. La acumulación del capital ha tomado la forma del desarrollo de industrias específicas. La combinación de la crisis global económica y la crisis ecológica del capitalismo es simultáneamente la de las relaciones sociales de producción y de un determinado modo de producción material, el consumo, el uso de la energía y los materiales o, nuevamente toda la base material en la que ha tenido lugar la acumulación, en particular durante los últimos 60 años, y las industrias asociadas con él –las energéticas, las automovilísticas, las infraestructuras viales y la construcción en particular, que conducen a modelos de ciudades intensivas en energía y de la producción de agroquímicos. La prolongación de este modo bajo el capitalismo implica formas cada vez más destructivas de minería, perforación petrolera (por ejemplo, la perforación de pozos a través de espesas capas de sal en aguas ultraprofundas en el Ártico), la producción agrícola (el uso altamente intensivo de ingredientes químicos y la expansión de la agricultura mediante la deforestación) y los recursos oceánicos. Esas formas representan “el esfuerzo del capital para revertir la desaceleración de la productividad a través de una serie de desesperadas batallas por las últimas migajas de los últimos restos baratos de la naturaleza” (Moore, 2014: 37). El agente de esta destrucción es la figura contemporánea del “capitalista, o sea como capital personificado, dotado de conciencia y voluntad” (Marx, 1983, I: 187), a saber, la gran corporación industrial y minera y quienes la poseen y controlan.8 Ahora es evidente que el calentamiento global y el agotamiento ecológico se han convertido en una “barrera inmanente” para el capital, y no, como todavía se lee en obras anteriores de estudiosos estadounidenses, en una barrera exterior. En su libro, que recibí cuando estaba terminando con esta conclusión, Moore escribe que “los límites al crecimiento que enfrenta el capital son suficientemente reales: son ‘límites’ coproducidos mediante el capitalismo. El límite ecológico mundial del capital es el propio capital” (Moore, 2015: 295). Esta coproducción se remonta a la época del capital mercantil, y en la época más reciente ha sido moldeada por la globalización y la financiarización. Esta es una barrera que no puede, como se expone en el tomo III de El capital, capítulo 15, ser resuelta temporalmente a través de “la desvalorización periódica del capital ya existente” o superándola en virtud de “medios que vuelven a alzar ante ella esos mismos límites, en escala aún más formidable” (Marx, 1983: III, 320 y s.). La barrera está allí para permanecer. Foster ha tomado el concepto del límite o barrera absoluta del capital y lo ha desarrollado en relación con el medio ambiente, agregando detallados comentarios a los textos pertinentes de Marx. Considera que el “precipicio ecológico que se aproxima” (Bellamy Foster, 2013: 1) como algo que cada vez está más cerca. El agotamiento de los recursos es irreversible, o sólo reversible en un largo tiempo, que podría tomar siglos. Tan profundamente intensivo en carbón es el actual régimen energético imbricado con los modos de producción y de vivir forjados por el capitalismo, que el ritmo del calentamiento global está fuera de control, al menos en la actualidad. En el “mejor escenario” (un escenario sin procesos de realimentación), la cuestión que se plantea es sobre la “adaptación” y de este modo, está determinada por las clases y la división entre países ricos y países pobres, que serán las que decidirán quiénes serán más perjudicados en el mundo . Como subrayó Mandel más arriba, el hecho de que el capitalismo haya alcanzado sus límites absolutos no significa que cederá el paso a un nuevo modo de producción.9 Las élites y los gobiernos controlados por ellas prestan más atención que nunca a la preservación y reproducción del orden capitalista. De modo que a su progresivo hundimiento junto a los efectos previsibles e imprevisibles del cambio climático se sumarán guerras y regresiones ideológicas y culturales, tanto las provocadas por la mercantilización y la financiarización de la vida cotidiana como las que toman la forma del fundamentalismo y el fanatismo religioso de los tres monoteísmos. La mortalidad a causa a las guerras locales, las enfermedades, y las condiciones sanitarias y nutricionales debidas a la gran pobreza continúan siendo contadas en decenas, sino centenares, de millones.10 Los impactos del cambio climático aumentan en determinadas partes del mundo (el delta del Ganges, gran parte de África, las islas del Pacífico Sur) y ya ponen en peligro las mismas condiciones de reproducción social de los oprimidos (este tema fue central en Chesnais y Serfati, 2003). Necesariamente, ellos resistirán o procurarán sobrevivir lo mejor que puedan. Las consecuencias serán violentos conflictos sobre los recursos acuíferos, guerras civiles, prolongadas por la intervención extranjera en los países más pobres del mundo, enormes desplazamientos de refugiados causados por las guerras y el cambio climático (Dyer, 2010). Quienes dominan y oprimen al orden mundial consideran esto como una amenaza a su “seguridad nacional”. En un informe reciente del Departamento de Defensa de los EE.UU. se afirma que el cambio climático global tendrá implicancias de amplio alcance para los intereses de la seguridad nacional del país.11 Moore escribe que “el giro hacia la financialización, y la cada vez más profunda capitalización en la esfera de la reproducción, ha sido una forma poderosa de posponer la rebelión inevitable. Esto ha permitido sobrevivir al capitalismo. Pero, ¿por cuánto tiempo más?” (Moore, 2015: 305). Hay otras preguntas, que no son muy diferentes: “nosotros”, ¿podremos liberarnos, derribar al capitalismo para establecer una “sociedad humana en relación con la naturaleza” totalmente diferente? Y si no podemos, ¿sobrevivirá la sociedad civilizada? Pues un modo de producción que está colapsando nos arrastrará a todos en su caída. Las generaciones más jóvenes de hoy y quienes las seguirán se enfrentan y cada vez más se enfrentarán con problemas extraordinariamente difíciles. Hay importantes batallas en algunos países, pero también en todos los demás, una cantidad innumerable de luchas auto-organizadas a nivel local que demuestran su plena capacidad para enfrentar esos problemas. Visto desde el punto de vista de la lucha por la emancipación social, su única perspectiva es la que se resume en la palabra que dijo Marx durante su última conversación registrada que tenemos, precisamente una conversación con un joven periodista estadounidense: “lucha”. “Durante la conversación, surgió en mi mente una pregunta relativa a la suprema ley de la vida. Mientras descendía a las profundidades del lenguaje, y se elevaba a las alturas de la solemnidad, durante un instante de silencio, interrumpí al revolucionario y filósofo con estas decisivas palabras, ‘¿Qué es?’. Parecía como si por un momento su mente diese marcha atrás mientras contemplaba bramar al mar ante él, así como a la inquieta multitud en la playa. ‘¿Qué es?’, había preguntado yo; a lo que en un tono profundo y solemne, replicó: ‘¡Lucha!’ Al principio creí haber oído el eco de la desesperación; pero por ventura, era la ley de la vida”.12 Los levantamientos en diferentes partes del mundo y las igualmente importantes innumerables luchas locales, muchas de las cuales son simultáneamente económicas y ecológicas, muestran que quienes participan en ellas lo comprenden. El inmenso desafío es el de centralizar esta latente energía revolucionaria en todo el mundo en formas políticas que no repitan las que tuvieron los desastrosos resultados del siglo pasado, y así crear realmente una fuerza que podría concebir y establecer las relaciones de la emancipación humana, y capaz también de detener el actual curso ecológico. Bibliografía Amin, Samir,Russia and the Long Transition from Capitalism to Socialism.Nueva York: Monthly Review Press, 2016. Bellamy Foster, John, “The Epochal Crisis – The Combined Capitalist Economic and Planetary Ecological Crises”. En:Monthly Review 65/5 (octubre de 2013). Chesnais, François / Serfati, Claude, “Les conditions physiques de la reproduction sociale”. En: Harribey J.-M. / Löwy, Michael(eds.), Capital contre nature. París: Presses Universitaires de France / Actuel Marx Confrontation, 2003. Dardot, Pierre / Laval, Christian, Marx, Prénom: Karl. París: Gallimard, 2012. Dyer, Gwynne, Climate Wars. The Fight for Survival as the World Overheats. Melbourne: Scribe Publishers, 2010. Fey, Carl, Osborne, Michael, “The Future of Employment: How Susceptible are Jobs to Computerisation?”. En:www.oxfordmartin.ox.ac.uk/downloads/academic/the_future_of_employment.pdf/ (último acceso: 17/9/2013). Freeman, Richard, “What Really Ails Europe (and America): The Doubling of the Global Workforce”. En:www.theglobalist.com (último acceso: 5 de marzo de 2010). Kurz, Robert, Vies et mort du capitalisme. Chroniques de la crise. París: Éditions Lignes, 2011. Mandel, Ernest, “Introduction”. En: Marx,Karl, Capital. Tomo III. Harmondsworth: Penguin, 1981. Marx, Karl, El capital. Traducción de W. Roces. México: Siglo XXI, 1983. – / Engels, Friedrich. El manifiesto comunista. Trad. de Miguel Vedda. Buenos Aires: Herramienta, 2008. Mészáros, István, Más allá del capital. Caracas: Vadell, 2000. –, The Alternative to Capital’s Social Order. From the “American Century” to the Crossroads. Socialism or Barbarism. Nueva York: Monthly Review Press, 2001. Moore, Jason W, “The Crisis of Feudalism: An Enviromental History”. En: Organization and Environment 15/3 (septiembre de 2002). –, “The Capitalocene, Part. I: On the Nature & Origins of Our Ecological Crisis”. En: http://www.jasonwmoore.com/Essays.html (último acceso: 11/5/2016). –, Capitalism in the Web of Life, Ecology and the Accumulation of Capital. Nueva York: Verso, 2015. Trotsky, León, La revolución permanente (1930). En: http://www.espartaco.cjb.net (último acceso: 11/5/2016). Wheen, Francis, Karl Marx. Buenos Aires: Debate, 2015. Notas 1 “Adaptándose al cambio climático”, The Economist, 25/11/2010. “Aunque se resisten a decirlo en público, la improbabilidad absoluta de ese logro ha hecho que muchos científicos del clima, defensores del medio ambiente y dirigentes políticos hayan llegado a la conclusión en que, como dijo Bob Watson, quien presidió el IPCC y ahora es el principal científico en el Departamento Británico del Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales, ‘dos grados es una quimera’”. 2 Freeman (2010) estima un aumento en el tamaño de la “reserva de trabajo mundial”, de aproximadamente 1,46 mil millones a 2,93 mil millones, usando la expresión mucho más clara de la “duplicación efectiva de la fuerza de trabajo mundial asociada actual”. 3 Ver: http://reports.weform.org/global-risks-2016/. 4 Un estudio cuidadosamente investigado (Fey y Osborne, 2013) estima que el 47 por ciento de los empleos estadounidenses se encuentran “en riesgo” de ser automatizados en los próximos 20 años. 5. Las posiciones políticas de Mészáros a fines de la primera década del 2000, apoyando el “Socialismo del siglo XXI” de Chávez no descalifican a su obra teórica. 6 Particularmente en su interpretación en la temprana obra de la teoría del valor y el concepto del trabajo abstracto. Esto es muy marginal en el libro de 2011 sobre la crisis. Ver su presentación del libro en francés (http://www.palim-psao.fr/article-theorie-de-marx-crise-et-depassement-du-capitalisme-a-propos-de-la-situacion-de-la-critique-social-108491159.html), y el resumen de las principales discusiones en una revista francesa (https://lectures.revues.org/7102). 7 Ver: http://www.palim-psao.fr/article-theorie-de-marx-crise-et-depassement-du-capitalisme-a-propos-de-la-situation-de-la-critique-social-108491159.html. 8 Mientras termino este texto, llegan noticias de la posiblemente más grande crisis ecológica provocada bajo el capitalismo por la corporación minera brasileña Vale, sobre el río Doce. 9 La visión optimista es la de Amin (2016) con su teoría de una transición al socialismo que durará un siglo o incluso varios. 10 Moore (2002: 301-322) ha sintetizado datos históricos, que muestran que la transición del feudalismo al capitalismo mercantil desde el período medieval tardío hasta el siglo XVII fue económica y social pero también ecológica en sus manifestaciones, extendiéndose desde las hambrunas recurrentes, la Peste Negra, y el agotamiento de los suelos, hasta las revueltas campesinas y la intensificación de las guerras. 11 Ver: http://www.defense.gov/pubs/150724-Congressional-Report-on-National-Impl.... 12 John Swinton, “A conversation with Marx”, The Sun, Nueva York, 6 de septiembre de 1880. Agradezco a Pierre Dardot y Christian Laval (2012), quienes terminaron su libro sobre Marx de esta misma manera [la conversación también fue en Wheen, 2015. Nota del trad.]. Chesnais, François. Investigador-militante marxista, economista, profesor emérito en la Universidad de París 13-Villetaneuse. Es parte del Consejo científico de ATTAC-Francia, director de Carré Rouge y miembro del Consejo asesor de Herramienta, con la que colabora asiduamente. Autor de una gran cantidad de artículos, ensayos y libros, entre los que elegimos mencionar La Mondialisation du capital y Les dettes illégitimes. Quand les banques font main base sur les politiques publiques. Es también uno de los autores de la obra colectiva Las finanzas capitalistas. Para comprender la crisis mundial, publicado por Ediciones Herramienta. E-mail: chesnaisf@free.fr Fuente: Revista Herramienta N° 58 Traducción de Francisco T. Sobrino. http://www.alainet.org/es/articulo/179394

Como plagiar una tesis en siete lecciones

Cómo plagiar una tesis en siete lecciones Víctor M. Toledo
P ara empezar asegúrese de que las lecciones lleguen puntual y eficazmente a los jóvenes del país, que son el futuro de la patria, los próceres del porvenir, los que pondrán en acción los cambios que la nación necesita. Para ello ofrezca sus experimentados conceptos a una audiencia convocada previamente en sus aulas en una fecha clave. Cerciórese de que todos los medios sin excepción, periódicos de centro, derecha e izquierda, televisoras y radios, den la más amplia cobertura y entonen al mejor ritmo sus sabias enseñanzas. Que el mayor número de reflectores alumbren su acto pedagógico. Como buen mandatario, hábleles en corto y en directo de la reforma educativa, pues es este el marco adecuado para realizar un plagio ejemplar a esa tierna edad en que nadie se imagina esas acciones, bien arropado por los padres, parientes, condiscípulos y amigos, y con un toque de mágica ingenuidad en la sonrisa. Primera lección. Use el axioma filtrado por autores aún desconocidos de a mayor poder más transas, y ante más transas más poder. Es decir que llevado a la escala del tiempo entre más temprano se comience será mejor, pues los resultados serán más relevantes. Segunda lección. Mantenga siempre la misma imagen, no importa lo que suceda afuera de usted. Imagínese que vive en una cápsula impermeable a todo o, aún mejor, que ha sido dotado de un casco de plástico invisible. Puede ocurrir una catástrofe, un cambio súbito de temperatura, una caída estrepitosa de su popularidad, el descenso brutal de la moneda, el robo del siglo, un aumento espectacular de pobres, un toque de queda, la pérdida total de electricidad o la conversión de los mayores accionistas y magnates al anarcocomunismo, y usted inmutable. Simule, siempre simule. Tercera lección. Compre todo lo que pueda: periodistas, televisoras, esposas, departamentos de lujo en Houston, Arabia Saudita o Singapur, cadenas de radio, líderes sindicales, elecciones, diputados muchos diputados, prelados y acólitos, casas de cambio, restaurantes de abolengo, algodones de azúcar, empresas y empresarios, accionistas reconocidos, actores y actrices, agencias de seguros, casas blancas, trusas de colores, campos de golf. Cuarta lección. Invente reformas de toda índole. De energía, de finanzas, de protocolo, sexuales y sexenales, anales y analógicas, para la constricción religiosa, contra la constipación y la corrupción, por los derechos de los animales, etcétera, pero ponga especial énfasis en la educativa. Para su justificación teórica contrate a especialistas trasnochados, íconos oxidados o autoridades pedagógicas. Quinta lección. Siga usted a la par de sus ejercicios físicos, o de sus píldoras y medicamentos, un protocolo constante, día por día: despierte, transe, desayune, suspire, transe, tome aire, robe, vaya al sanitario, transe, reciba, transe, responda el teléfono, extorsione, ordene un refrigerio, transe, viole las leyes, coma con víctimas potenciales, delinca, lucre, amenace, tome una pequeña siesta, transe, intimide, engañe, meriende, transe, lávese los dientes, mande a matar, estafe, defraude, despoje, duerma… Sexta lección. Dado que es necesario apuntalar los principios que faciliten quebrar toda sombra de moralidad, ofrezca a su auditorio suficientes argumentos. Por ejemplo, use estructuras lógicas pero tramposas, tal como si los militares asesinan, los sacerdotes pecan, los ministros se venden, los científicos mienten, los magistrados se masturban, los locutores enmudecen y los vendedores de autos se convierten en ministros del ambiente, entonces no hay problema alguno en plagiarse una simple tesis (si a usted le faltan ejemplos concretos podemos dotarle de un diccionario digital con 13 mil entradas). Séptima lección. Con esas seis tareas anteriores ya aprendidas y ejecutadas, o bien se imagina desde su juvenil edad que eso hará una vez realizado el plagio; o bien hace un ejercicio retroactivo (inspirado por películas como Volver al futuro), y realiza una concatenación de hechos futuros y pasados. Ahora sí. Fusílese los textos de los 10 autores más citados y comentados en el tema de la tesis (no importa que hayan sido publicados por presidentes de repúblicas, de cortes judiciales o de federaciones deportivas). Convenza a su auditorio de que plagiar un texto no es robar las ideas de otros, que quien lo realiza no es un ladrón intelectual, y que quienes lo justifican o avalan no son cómplices de un acto ilícito. Acuda a asesores especializados. Si ha llegado a este punto de manera exitosa (por vuelta de correo le podemos enviar un sencillo test para corroborarlo), ¡felicidades!, puede ya congratularse de que es usted un eficaz corruptor de menores, y algo todavía más importante: que está usted asegurando que las generaciones futuras sean más competitivas, glamorosas, tecnológicamente eficientes, dúctiles, pedantes, atléticas, sanas, progresistas, esclavizables e imbéciles. Unas verdaderas joyas de la modernidad. Ovejas obedientes que permitirán llevar a escala sideral las reformas necesarias para que nuestra gloriosa sociedad alcance el desarrollo y el progreso que el siglo XXI les impone. Quien usa este manual para plagiar tesis culmina con su audiencia puesta de pie, entonando para sí el himno nacional, y colmado de una tempestad de aplausos. Las fanfarrias suenan, los jóvenes lloran, y usted mira el futuro como una senda de tarjetas Monex o una dote completa de las tiendas Bijan. Subir al inicio del texto