EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

viernes, 31 de enero de 2020

Una disputa politica con AMLO

Una disputa política con AMLO

Opinión
31/01/2020
Hasta donde la memoria de este redactor llega tras casi medio siglo de brega en las tareas reporteril, de la edición (cinco años más tarde) y el comentario, no hubo en México una movilización, en este caso una caminata y traslado en camión de cinco centenares de víctimas de la violencia, pero sobre todo de dirigentes y figuras de los organismos no gubernamentales, independientes de los tres poderes de la Unión, pero parte de ellos vinculados a corporativos empresariales como Kimberly Clark, que tuviera tan extraordinaria cobertura mediática antes, durante y después de realizada el pasado fin de semana la Caminata por la Verdad, Paz y Justicia, de Cuernavaca a la Ciudad de México.

Normalmente sería motivo de regocijo la apertura del oligopolio mediático a las causas de los familiares de las cientos de miles de víctimas de la violencia del crimen organizado y de las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública.

Por desgracia lo anterior no es debido a una apertura de quienes hicieron de la nota roja el vehículo noticioso preferido para mantener mejores niveles de audiencia en sus noticiarios y de las telenovelas un medio para rendir culto a la subcultura del crimen organizado.

El súbito interés del oligopolio mediático y de sus propietarios, la mayoría provenientes o vinculados al medio centenar de los propietario de México, en las nobles y legítimas causas de las víctimas (de secuestro y asaltos, heridos y desplazados) y sus familiares, podría tener como explicación más allá del dolor humano que intelectuales orgánicos como Leo Zuckermann y Denise Dresser lo sobreactúan al aire, razones y motivos más políticos y terrenales.

Aparte del respetable dolor de todos los mexicanos que sufrieron pérdidas humanas –incluidos Javier Sicilia y Julián Lebaron, pero no sólo ni principalmente– resulta apabullante el interés del duopolio de la televisión por enaltecer y proyectar la figura de este dúo y su agenda política en contraposición y disputa con la del presidente Andrés Manuel.

Están en su pleno derecho el dueto, sus aliados de los organismos no gubernamentales pero sí patronales, y los patrocinadores que no dan la cara o se travisten en adoloridos por las pérdidas sufridas por el prójimo. También tienen el mismo derecho sus oponentes a criticarlos, exhibirlos como lo hizo López Obrador en la mañanera del viernes 24 como “conservadores” (que lo son), “hipócritas” (también), “momias” porque en el pasado callaron ante los desmanes de Genaro García Luna y Felipe Calderón y su “guerra contra el narcotráfico”, juicio que no es pertinente en el caso LeBaron-Cicilia, aunque sí lo es en cuanto a sus aliados Isabel Miranda Torres, María Elena Morera y Alejandro Martí.

Salvo su mejor opinión, estamos ante una disputa política –envuelta en papel de regalo para presentarla como humanitaria– por la agenda nacional que desde tiempo ha fija López Obrador como candidato presidencial triunfante, presidente electo y constitucional.

Disputa que le hará muy bien a la vida política si las cartas se ponen sobre la mesa, se proyectan los liderazgos de Javier y Julián desde la mediocracia sin manipular causas legítimas y respetables dolores humanos, presentándolos como héroes nacionales porque las oposiciones partidistas no forjaron dirigentes respetables. También ayudará a la contienda y el debate eludir al máximo las descalificaciones que, según el colega Pedro Miguel, inició el poeta hace nueve años y éste aprende a llamarle a Obrador como lo que es: presidente. ¿O es mucho pedir?







https://www.alainet.org/es/articulo/204502

Mexico SA

México SA
Cae PIB 0.3 por ciento anual // ¿Otros datos?; no, otra lectura
P
ara nadie es una sorpresa el resultado de 2019: muchos discursos, tanto públicos como privados, no solucionan el grave problema estructural que tiene la economía mexicana, que arrastra casi cuatro décadas de inercia y un modelo totalmente fallido para el país (no así para el grupúsculo en el poder).
Ayer el Inegi sólo confirmó lo que todo el mundo sabía: en 2019, el producto interno bruto (PIB) en el último trimestre del año (octubre-diciembre) no reportó variación en términos reales frente al trimestre previo con cifras ajustadas por estacionalidad; por componentes, las actividades secundarias disminuyeron uno por ciento y las primarias 0.9 por ciento, mientras que las terciarias aumentaron –por llamarle así– 0.3 por ciento.
Con ese resultado, siempre con base en la Estimación Oportuna del PIB del propio Inegi, en su comparación anual, con series desestacionalizadas, el producto interno bruto registró un retroceso real de 0.3 por ciento en el trimestre en cuestión respecto al periodo octubre-diciembre de 2018. Por actividades económicas, el producto interno bruto de las actividades secundarias descendió 1.5 por ciento, en tanto que el de las primarias avanzó 1.9 por ciento y el de las terciarias 0.1 por ciento (las cifras definitivas se divulgarán el próximo 25 de febrero).
La desaceleración económica que comenzó en el segundo trimestre de 2018 pasó la factura a la nueva administración gubernamental y esta, pese a circo, maroma y teatro, no pudo encender los motores de la reactivación. El resultado, pues, nada satisfactorio.
El Inegi divulgó muy temprano la información, tanto que el presidente López Obrador alcanzó a comentarla en la mañanera de ayer –no sin antes reiterar que él tiene otros datos– y dijo que el resultado ya se esperaba, pero están cambiando los parámetros para medir si tenemos bienestar en México, en nuestra sociedad. Y como tengo otros datos, puedo decirles que hay bienestar, puede ser que no se tenga crecimiento, pero hay desarrollo y hay bienestar, que son distintos.
Y fue más allá: “acuérdense que estos parámetros los establecieron, ya existían desde luego, pero los volvieron como la base, como el fundamento para medir el desarrollo durante el periodo neoliberal. A mí no me importa mucho porque, repito, crecer puede significar que haya más dinero en unas cuantas manos, es decir, en el periodo neoliberal ni siquiera hubo crecimiento, pero lo poco que hubo de crecimiento se acumuló en unas cuantas manos.
Entonces, es muy importante que haya una mejor distribución del ingreso y que los beneficios lleguen a todos. Eso es lo que me tiene tranquilo, porque abajo hay más capacidad de compra, no hay crisis de consumo. Me importa mucho la economía familiar. Ahora, como hay más dispersión de recursos para la gente pobre, están teniendo posibilidad de comer mejor.
De cualquier suerte, el mandatario dijo que “sí va a haber crecimiento; bueno, por eso precisamente ayer integramos el gabinete para fomentar el crecimiento económico, pero no es lo único. Esto a veces no se interpreta bien o no se acepta por la tecnocracia, pero son visiones distintas; además, no es fácil, después de 36 años de predominio de un modelo económico –que, dicho sea de paso, fracasó– medir de otra forma, tomar más en cuenta el bienestar, tomar más en cuenta el desarrollo. Pero sí estoy enterado de toda información”.
La diferencia, pues, no es precisamente que el presidente López Obrador tenga otros datos, sino que tiene otra lectura de estos, pero lo cierto es que sin crecimiento económico (y una mejor distribución del ingreso y la riqueza) difícilmente, por no decir imposible, habrá desarrollo. Este puede fomentarse desde el gobierno por medio de becas, subsidios y otras herramientas, pero cada año que transcurraserá más complicado sin sustentabilidadproductiva.
Las rebanadas del pastel
Éramos muchos y parió la abuela: ayer, la Organización Mundial de la Salud declaró emergencia internacional ante el brote del nuevo coronavirus en China, presente ya en una veintena de países.

Tren Maya: turismo de aventura

Tren Maya: turismo de aventura
E
n la víspera de la licitación de dos tramos de la ruta del Tren Maya, Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, y Miguel Torruco, secretario de Turismo, inauguraron hace una semana en Madrid el pabellón del Caribe Mexicano en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Promovieron los destinos de Bacalar, Chetumal y Mahahual, lugares de reciente incorporación a la industria turística de Quintana Roo. Para la actual administración federal, el desarrollo del sureste mexicano está definitivamente ligado a la economía del turismo, en función de la cual se concibe el megaproyecto Tren Maya.
Sin embargo, frente a las decantadas bondades de la economía turística como panacea para una vida mejor, testimonios de quienes viven en la costa quintanarroense, incluso en las localidades aún marginales para el turismo de masas, coinciden en una preocupación común: el incremento de la violencia por la presencia de grupos criminales. Observando la trayectoria de Cancún y la región turística denominada Riviera Maya, se proyecta una tendencia en la cual el crecimiento de la industria turística se acompaña del incremento de la incidencia delictiva, entre otras variables. Aquí la industria turística ha impulsado el desarrollo complementario de la economía legal –marcada por sistemáticas violaciones a los derechos humanos, culturales, laborales, ambientales– y la economía ilegal estrictamente imbricada a la primera. La economía criminal se articula en diferentes giros: el tráfico, principalmente de cocaína, hacia Estados Unidos; la venta directa en el próspero mercado local, que incluye también la red de prostitución en los clubs nocturnos; y la reinversión blanqueada en los desarrollos inmobiliarios de las ganancias obtenidas, favorecida por las administraciones de Villanueva (1993-1999) y Borge (2011-2016).
Entre los indicadores que muestran el incremento de la violencia ligada a la criminalidad organizada, los homicidios dolosos son tal vez el dato más contundente. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en 2019 el número de homicidios intencionales en Quintana Roo alcanzó una tasa de 39 por cada 100 mil habitantes, rebasando la media nacional de 28.3. Los otros estados de la península, con un desarrollo turístico menor, presentaron tasas de incidencia delictiva mucho menores (Campeche con 7.2 y Yucatán 1.3 homicidios dolosos por 100 mil habitantes). La ciudad de Playa del Carmen –o Playa del Crimen, como es conocida por los lugareños– denota una emergencia insoslayable: la tasa de homicidios dolosos por 100 mil habitantes llega a 83.1 en 2019, casi tres veces la media nacional.
Si la situación en los afamados paraísos del ocio del Caribe es alarmante, el contexto en los nuevos destinos que Joaquín y Torruco promovieron en la Fitur muestra una idéntica tendencia. El enfrentamiento acontecido el 27 de enero entre el Ejército y el grupo armado que defendía una avioneta cargada con alrededor de 800 kilos de coca colombiana, es el más reciente de una larga serie de hechos violentos que posicionan el sur de Quintana Roo como zona estratégica para el trasiego del codiciado polvo blanco. El narco-triángulo, entre Bacalar y Othón P. Blanco y que se extiende hacia la frontera con Belice y Campeche, se ha vuelto en años recientes un destino para la recepción de velívolos procedentes de Centro y Sudamérica. En 2017 se encontró un jet abandonado; en 2018 fueron tres las narcoavionetas que se hallaron calcinadas en la región; mientras en 2019 se desplomaron un jet y dos avionetas con cargamentos de cocaína.
Bacalar dista pocos kilómetros de la costa donde las embarcaciones de los narcotraficantes sueltan el tiburón blanco, paquetes de cocaína que son recogidos y direccionados en la ruta terrestre hacia el norte del estado, o embarcados clandestinamente en cruceros internacionales que atracan en el puerto de Majahual. Cuando tienen suerte, los pescadores de Xcalak, comunidad fronteriza, en su playear pescan algún paquete perdido entre el sargazo.
El estudio de las cifras del SNSP devela la elevada incidencia en homicidios dolosos (38 por 100 mil hab. en 2018) en Bacalar, escasamente poblado y prevalentemente rural. Su atractivo es la laguna De los Siete Colores, muy codiciada por un incipiente desarrollo turístico desde su declaración de Pueblo Mágico y que aumentaría exponencialmente con la instalación de la estación del Tren Maya. Actualmente Bacalar reúne en menor escala todos los problemas que acompañan el turismo como máquina de despojo: cercamiento de la ribera de la laguna y de los cenotes, privatización del acceso al agua; despojo violento de tierras ejidales y privadas; colusión de las autoridades municipales, especulación de tierra y para la construcción, ausencia de ordenamiento territorial y ecológico, contaminación ambiental, etcétera.
En conclusión, considerando el objetivo declarado del proyecto Tren Maya de impulsar la economía del turismo y la creación o ampliación de núcleos urbanos con vocación exclusivamente turística, en el contexto social y político que actualmente caracteriza a la península, es evidente la tendencia que multiplicará en los nuevos polos de desarrollo las problemáticas ya presentes, particularmente en relación con el incremento exponencial de la violencia criminal. ¿Quiénes serían, en tal contexto los beneficiarios del desarrollo económico? ¿Qué dimensiones de la economía y cuáles negocios prosperarían?
*Investigadora del DEAS-INAH

Territorio y poder

Territorio y poder
L
os movimientos antisistémicos y las relaciones sociales no capitalistas, cobran fuerza y se potencian cuando echan raíces en territorios recuperados y bajo control de sujetos colectivos. Una de las claves de esta potenciación de los movimientos consiste en que los territorios nos brindan la posibilidad de construir poderes propios, fuera del control de las instituciones estatales.
Si las mujeres zapatistas pueden decir que en el año pasado no hubo feminicidios en sus tierras, es porque se han hecho fuertes (empoderadas, diría la academia), capaces de defenderse, activando las nuevas relaciones sociales que están construyendo. Algo similar puede decirse de otros pueblos en movimiento, en particular en América Latina.
De algún modo, podemos calibrar la fuerza de un movimiento por su grado de territorialización; ya que los otros modos de evaluar las potencias colectivas, como la cantidad de personas que se movilizan, siendo barómetro, no resulta suficiente para construir algo nuevo, diferente y duradero. El territorio puede ser la casa común donde nacen y crecen otros mundos.
Las asambleas territoriales que se han creado en Chile al calor de la rebelión popular que estalló el 18 de octubre, son la creación más importante del pueblo chileno, porque encarnan la autoorganización colectiva para resistir y crear nuevas relaciones, por fuera del mercado y el Estado. En noviembre pasado, en Santiago había 120 asambleas territoriales enlazadas en dos coordinadoras, según la zona de la ciudad, con fuerte arraigo entre los vecinos movilizados (https://bit.ly/2RwOzSu).
El 18 de enero en el encuentro de la Coordinadora de Asambleas Territoriales eran casi 200 (se registraron 164, siendo 24 asambleas de fuera de Santiago). Al encuentro asistieron más de mil delegados, que se organizaron en 20 grupos de trabajo para debatir sobre cuatro temas: la coyuntura constituyente, el pliego de demandas (salud, educación, seguridad social, vivienda, etcétera), derechos humanos y construcción de poder territorial.
El colectivo de educación popular Caracol fue el encargado de promover dinámicas para que circulara la palabra y no quedara monopolizada por los varones militantes. En su análisis, las asambleas territoriales son el aspecto organizativo más relevante de la revuelta en curso, que generó un clima de ingobernabilidad nunca visto en la posdictadura, sólo comparable con las jornadas de protesta contra Pinochet entre 1983 y 1986 (https://bit.ly/37OfIGp).
Define a las asambleas como poder popular local en las ciudades, ya que resuelven sus problemas más urgentes por mano propia y colectiva, sin perder el horizonte nacional. El colectivo Caracol nos recuerda que la asamblea y la educación popular son las formas organizativas legitimadas por el Chile de abajo, formas de democracia directa que están en la base de los movimientos estudiantil, feminista, medioambiental y en las protestas territoriales. Por eso actualizan las viejas consignas de todo el poder a las asambleas y “levantar dos, tres… mil asambleas territoriales”.
En la apertura del encuentro, realizado en la Escuela de Artes y Oficios de la Universidad de Santiago, se leyó un comunicado de la Coordinadora de Asambleas Territoriales (CAT) que rechaza la convocatoria desde arriba de la asamblea constituyente, mientras defiende un proceso para una nueva Constitución desde las asambleas, los cabildos y los movimientos populares (https://bit.ly/315VNAb).
Apuesta a fortalecer el sujeto popular con base en el trabajo solidario y colectivo en los barrios, la autoeducación y autoformación popular, y defiende una democracia directa sin jerarquías. Llama a destituir a la clase política, al poder y a las militancias tradicionales, mientras defiende la idea de vivir en comunidad y tejer lazos de confianza en los territorios.
Este es el núcleo de la rebelión y la herencia político-cultural más importante para las próximas generaciones de rebeldes. Así como el levantamiento ecuatoriano parió un Parlamento Indígena y Popular donde se coordinan ya 200 movimientos, el estallido chileno se condensa y adquiere densidad política en la red de asambleas territoriales.
La experiencia nos enseña que la acción multitudinaria intensa, que suele denominarse ciclo de protesta, se desgrana con el paso del tiempo. Para que las prácticas colectivas no se diluyan, para que la dignidad se haga costumbre, como señala la Coordinadora, lo vivido por miles de personas debe cristalizarse en estas organizaciones territoriales, que seguirán horadando el sistema, en silencio, cuando los focos mediáticos se apaguen.
Hay mucho para debatir y para seguir aprendiendo. Como crear nuestra propia agenda y no depender de la agenda de arriba; como rehuir la lógica de llevar a las instituciones o al escenario macro, lo que vamos construyendo abajo y a la izquierda. Estas asambleas son el mundo nuevo posible, que debemos cuidar para que otros y otras lo multipliquen, cuando puedan y quieran.

Astillero

Astillero
Sheinbaum y el crimen desbordado// Aún sin medidas eficaces // Tiempos políticos y prelectorales // Inegi: desaliento económico
Foto
▲ Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado; César Yáñez, coordinador general de Política y Gobierno, y Manuel Velasco, líder de la bancada del Partido Verde en el Senado, llegan al Palacio Nacional para reunirse con Andrés Manuel López Obrador.Foto Luis Castillo
L
a fuga concertada de tres internos en el Reclusorio Sur, con la colaboración de personal carcelario de niveles incluso altos, ha puesto de relieve lo que no necesita mucha confirmación: en la Ciudad de México se vive una espiral de dominio de grupos delictivos de distinto calado y en distintos escenarios, sin que hasta ahora la administración encabezada por Claudia Sheinbaum haya encontrado una fórmula eficaz para ir frenando tal ascenso criminal.
No es un problema surgido específicamente en esta administración ni han asomado evidencias de colusión o complicidad de parte de los mandos realmente cercanos a la gobernadora Sheinbaum, aunque es evidente que hay una profunda y sostenida corrupción en el tejido general de los ámbitos policiacos, carcelarios y judiciales de la capital del país.
Algunos de los funcionarios nombrados por Sheinbaum en la Secretaría de Seguridad Pública y la procuraduría local de Justicia han sido evidentemente inadecuados para el tamaño del reto. La llegada de un policía de carrera, con mano dura y presunta ascendencia sobre los grupos mafiosos que aún controlan el mundillo de las relaciones entre delincuentes, políticos y policías, no ha podido aportar buenos resultados: Omar García Harfuch ha tenido reveses como sucedió en el caso de la masiva detención de presuntos delincuentes en Tepito, a los que luego otorgaron libertad por violaciones al debido proceso, y las expectativas de mejoría en seguridad pública que generó se han quedado en lista de espera.
Como todos los gobernantes de la capital del país, desde el partido que sea y en el periodo que sea, Sheinbaum es una aspirante natural a la próxima candidatura presidencial por parte de Morena. Goza de especial afecto por parte del jefe partidista y actual ocupante de Palacio Nacional, quien no ha dudado en mostrar abierto respaldo a Sheinbaum en momentos críticos. Además, ella está en el primer círculo político y de afectos del obradorismo.
Golpes como el dado en el Reclusorio Sur, los robos a mano armada en vialidades principales y audacias como el asalto de ayer a una joyería en la avenida Altavista, en San Ángel, tienen visos peculiares que pueden ir más allá de la tendencia al alza de fenómenos similares en todo el país (donde el registro de hechos delictivos graves es peor que en la Ciudad de México). En tiempos de combates políticos y prelectorales como los que ya se viven, todo escenario es propicio para asestar golpes a los adversarios.
Los resultados que tenga en este difícil tema de la seguridad pública (donde la herencia dejada por Miguel Ángel Mancera ha sido negativa) tendrán impacto en la valoración política de su gestión y en la apertura o cierre de posteriores oportunidades de avance en la escalera electoral a la que ella deberá aportar candidaturas y campañas morenistas ganadoras en las elecciones intermedias de 2021 como un escalón necesario rumbo a las presidenciales de 2024.
Los datos que dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son desalentadores: la economía mexicana tuvo una caída de 0.1 por ciento respecto del año anterior en cuanto a producto interno bruto. Los peores resultados desde 2009, en una estimación preliminar que al parecer no cambiará en lo sustancial cuando quede en firme, según lo que conforme al lenguaje técnico del caso proviene de la estimación oportuna del producto interno bruto con series desestacionalizadas.
Además de estas cifras oficiales, en la vida cotidiana hay constantes muestras de este desaliento económico que algunos especialistas ya consideran una recesión. El gobierno del presidente López Obrador se alista a poner en marcha acuerdos de inversión y desarrollo que podrían mejorar los números en próximas mediciones, aunque también persisten factores externos de inestabilidad y riesgo que podrían afectar los esfuerzos internos. ¡Hasta el próximo lunes!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

Dinero

Dinero
Un Inegi no partidista // No pagan en hospitales de Pemex // Cocinan fraude para oficializar al partido de Calderón
¿S
e ha convertido el Inegi en un organismo que responde más a intereses políticos que a su función de contar ética y responsablemente lo que tiene que contar, como el PIB? Un panista, Eduardo Sojo, lo encabezó en el sexenio de Felipe Calderón. Antes fue asesor de Vicente Fox y actualmente está en la nómina del gobernador panista de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval. Con alguna frecuencia en esta sección señalamos sus dotes de alquimista para ocultar las cifras del desempleo. A partir del primero de enero de 2016 se hizo cargo del instituto Julio Santaella, a propuesta de Enrique Peña Nieto. Es un itamita, con trayectoria en el Banco de México, del grupo de Luis Videgaray. Al año siguiente pagó su designación con la moneda del silencio. Fue designada por Peña Nieto (léase Meade-Videgaray) la economista itamita Paloma Merodio como vicepresidenta del instituto. Se desató un escándalo. La funcionaria designada no cumplía con los requistos que marca la ley para ocupar el cargo. Se intuyó que su presencia tenía como finalidad acomodar los datos sobre el resultado de los programas sociales a fin de que favorecieran al gobierno. (Una de las responsables de los programas, a propósito, fue Rosario Robles.) El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), acompañado de otras organizaciones ciudadanas, publicaron esta declaración: Lamentamos profundamente esta decisión (el nombramiento de Merodio) compartida entre ambos poderes del Estado (Ejecutivo y Legislativo) que pone en entredicho la credibilidad del Inegi y puede comprometer su integridad como organismo constitucional autónomo por parte del Ejecutivo federal. También constituye un precedente preocupante ante los próximos nombramientos de servidores públicos en otros entes autónomos, que son fundamentales para el funcionamiento de nuestra democracia. Con todo, Paloma se quedó.
Otro Inegi
Con estos antecedentes, ¿son dignos de confianza los reportes del Inegi, o debemos hacernos la pregunta de si obedecen a cierto tipo de intereses? Este largo preámbulo sirve para dar contexto al tuit que escribió ayer Julio Santaella, después de dar a conocer que el PIB de 2019 había sufrido una contracción: #PIB Oportuno la estimación de una contracción de (-)0.1% a/a del producto interno bruto durante 2019 se compara con un incremento de 2.1% en 2018. En otras palabras, el titular del Inegi rinde homenaje a la conducción económica (es un decir) del presidente al que le debe la chamba. Diferentes instituciones coinciden en un punto: la economía no creció en 2019, tuvo un crecimiento cero, eso no está a discusión, sino el manejo partidista de los datos, que probablemente llevó a Santaella a darle un empujoncito hacia abajo, de manera que califique como contracción. Probablemente otra revisión, con otro criterio, arrojaría un resultado distinto, como bien saben los expertos en números. Se ha venido insistiendo en reflexiones de expertos en la necesidad de poner en manos de un consejo integrado por economistas privados la medición del PIB y otros estudios, como la pobreza, para rescatarlo de las manos de los alquimistas.
Ombudsman social
Asunto: no pagan en Pemex
Soy proveedor de material de limpieza y papelería en algunos hospitales de Pemex, mi situación ya es preocupante porque desde agosto pasado no nos han pagado ni una sola factura, alegando la falta de capacidad de los nuevos integrantes de la dirección médica de Pemex. Son facturas que no pasan de 20 mil pesos algunas, otras de 5 mil y unas de 3 mil. Sólo quiero que se conozca la situación para que no caigan otros incautos y les paguen allá por mayo o junio de este año. Hablando con pacientes de los hospitales, mencionan que ellos compran sus medicinas y les tardan hasta dos meses en pagarles la factura de la receta.
Juan Fernando Ponce Frías
R: Vamos a encargarnos de que tu reclamación llegue a la dirección general de Pemex.
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El nuevo fraude de Calderón: México Libre.
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jueves, 30 de enero de 2020

Brasil: a debate, el significado del gobierno Bolsonaro

EsquerdaOnline  
Brasil/Debates
Tres interpretaciones de la izquierda sobre el significado del gobierno Bolsonaro
30/01/2020 | Valerio Arcary
1. Recordemos la metáfora de la curvatura de la varilla utilizada por Lenin: cuando la varilla está muy inclinada en una dirección, si queremos encontrar el punto de equilibrio, primero debemos inclinarla hacia el extremo opuesto. Lenin heredó este método de Marx. Un debate entre posiciones opuestas no puede resolverse de manera productiva a través de concesiones mutuas. En un primer momento, para aclarar las diferencias y reducir los márgenes de error, la mejor manera es desarrollar cada una de las posiciones hasta el extremo, para comprobar cuánto y cuáles de las hipótesis iniciales se sostienen. Las fuerzas que explican los flujos y reflujos de las luchas sociales, las inflexiones inesperadas, el largo estancamiento, las aceleraciones repentinas y, de nuevo, la terrible lentitud de los cambios que no llegan, hasta que se precipitan vertiginosas transformaciones, casi como una sorpresa, no se revelan fácilmente. La historia conoce los movimientos de la superficie y las transformaciones en las capas tectónicas más profundas. Estamos en una situación reaccionaria, pero no contrarrevolucionaria.
2. Este gobierno de extrema derecha no fue un accidente histórico. Pero tampoco fue una derrota histórica. Sólo fue posible porque se produjo una grave derrota. Todavía hay reservas sociales y políticas en la izquierda brasileña para detener a Bolsonaro, y todo lo que su gobierno significa.
3. Las tres grandes batallas políticas de la última década fueron las elecciones de junio de 2013, la destitución de Dilma Rousseff en 2016 y las elecciones de 2018. Las perdimos todas, pero la relación entre los tres procesos es la clave de la situación actual. Hay, aproximadamente, tres interpretaciones en la izquierda brasileña sobre el significado del gobierno de Bolsonaro. Son incompatibles. El debate entre las tres puede y debe ser intelectualmente honesto. Entre las tres hay también posiciones intermedias que hacen, como siempre, mediaciones. Pero hay tres grandes narraciones, en perspectiva histórica.
4. La primera posición defiende que en junio de 2013 se inauguró una ola conservadora y se abrió el camino para una ofensiva burguesa en 2015/16 que derrocó al gobierno de Dilma Rousseff, criminalizó y detuvo a Lula. El gobierno de Bolsonaro fue el resultado, esencialmente, de una reacción a las reformas progresistas de los gobiernos de coalición (con fracciones decisivas del capital) liderados por el PT, es decir, a sus éxitos. La segunda explica que junio de 2013 fue una movilización democrática progresiva; las movilizaciones contra la corrupción en 2015 estaban en disputa; y el gobierno de Bolsonaro resultó, fundamentalmente, de los límites y errores de los gobiernos del PT. La tercera sostiene que los días de junio de 2013 estuvieron socialmente en disputa, pero que las movilizaciones de la clase media en 2015/16 fueron políticamente reaccionarias. Argumenta que el giro del gobierno de Dilma Rousseff hacia el ajuste fiscal que produjo una recesión económica catastrófica, provocó la desmoralización social de los trabajadores; concluye que el gobierno Bolsonaro sólo fue posible por las derrotas acumuladas por los errores de la dirección del PT, pero su significado histórico descansa en una reacción burguesa, a escala continental, impulsada por el imperialismo.
5. Hay debates históricos cerrados y otros que están abiertos. Las interpretaciones de la derrota del Quilombo de Palmares 1/ de los paulistas en la Guerra de los Emboabas 2/ , de la Inconfidencia Minera 3/, de la Confederación del Ecuador 4/, de Canudos 5/, o del gobierno de Jango Goulart en 1964 están instigando debates, pero cerrados. La discusión sobre las derrotas acumuladas en los últimos cinco años también tiene una dimensión histórica, pero sigue abierta. Es un debate de importancia estratégica. Eso significa que el futuro depende de ello.
6. La mayoría del campo petista-lulista explica este proceso como una reacción a las reformas progresistas que se han hecho durante trece años. En otras palabras, fueron derrotados por sus golpes, no por sus errores. La idea impresiona porque tiene un grano de verdad. Pero ningún gobierno es derrotado cuando acierta. Este campo identifica el inicio de la ofensiva reaccionaria en los días de junio de 2013, contextualiza el giro de la burguesía hacia el impeachment bajo la presión de Washington, subraya el papel de las agencias de inteligencia y los servicios secretos (la fórmula de las guerras híbridas), advierte que el desplazamiento de la clase media sería el producto de un incontestable resentimiento social, y explica la debilidad de la movilización popular contra el golpe de Estado para la reestructuración productiva. Ve una continuidad ininterrumpida de las dinámicas de la lucha social entre los días de junio de 2013, las movilizaciones por el impeachment de 2015/16, las luchas contra Temer y el encarcelamiento de Lula, culminando con la elección del Bolsonaro. El análisis se limita a evaluar la evolución desfavorable de la relación social de fuerzas, sin tener en cuenta las variaciones que la relación política de fuerzas ha conocido en esos cinco años. Cuando acepta dar un sentido a la lucha política, capitula ante las versiones de las teorías conspirativas. En el aniversario de su cuarenta aniversario, la dirección del PT adopta un discurso ideológico circular fatalista de auto-justificación. Perdimos porque nuestros enemigos eran más fuertes.
7. El segundo análisis se expresa en las corrientes de la izquierda radical, que también ve una continuidad ininterrumpida de la dinámica de la lucha social a lo largo de estos cinco años, pero de signo contrario. Por eso defiende el “Fuera Bolsonaro” como una campaña política prioritaria. La miopía tiene el efecto opuesto. Subestima el peso acumulado de las derrotas en la conciencia de la clase obrera y sobreestima las tensiones del gobierno de Bolsonaro con fracciones de la clase dominante. No tiene en cuenta que la inseguridad política prevalece cuando se trata de luchar contra la reforma de la previsión social. Pero destaca los conflictos entre el gobierno de extrema derecha y el Congreso, el STF (Supremo Tribunal Federal) y los medios de comunicación empresariales. Explica el gobierno de Bolsonaro como un accidente histórico. Un accidente histórico debe entenderse como un fenómeno superficial, por lo tanto, sin consistencia duradera. La elección del Bolsonaro puede ser descrita como un accidente histórico, porque no era el candidato preferente de la burguesía. Pero la ofensiva de los golpes institucionales en Honduras, Paraguay, Brasil y Bolivia no lo hizo. Obedece a un proyecto estratégico del imperialismo norteamericano en América Latina. El gobierno del Bolsonaro sólo fue posible gracias a un proceso de acumulación de derrotas de los trabajadores en la lucha de clases, antes de las elecciones de 2018. En este contexto, el gobierno de Bolsonaro se beneficia de una gran unidad burguesa y del apoyo de la mayoría de la clase media.
8. El tercer análisis es el que mejor identifica, dialécticamente, las contradicciones sociales y políticas del proceso. La evolución política entre 2013 y 2018 no fue lineal. Las movilizaciones de junio de 2013 fueron un campo de batalla en el que todo estaba en disputa, y el resultado estaba lejos de estar predeterminado. Tanto es así que Dilma Rousseff ganó las elecciones en 2014. Las movilizaciones de 2015/16 fueron, desde el principio, una explosión de rabia reaccionaria de la clase media. Un desplazamiento tan reaccionario que abrió el camino para que la extrema derecha, hasta entonces muy marginal, se convirtiera en un movimiento con influencia de masas. No es necesario un ejercicio contra-fáctico, utilizando hipótesis de lo que podría haber sucedido si el gobierno del PT no hubiera apostado por Joaquim Levy 6/ como una neutralización in extremis de la presión burguesa en 2015, para concluir que el gobierno Bolsonaro no era inevitable. Pero tampoco es correcto concluir que fue un accidente histórico. Si no hubiera sido Bolsonaro, el liderazgo habría sido otro. La elección del Bolsonaro es incomprensible sin la operación Lava Jato, la detención de Lula, el apuñalamiento en Juiz de Fora 7/, y por lo tanto es muy aleatoria, fortuita, contingente. La ruptura de la burguesía brasileña con el gobierno de Dilma Rousseff, no. Pero esta ruptura no se explica por el Bolsa-Familia, ni por Mi Casa, Mi Vida, ni por la expansión de la red educativa federal, ni por la Luz para todos. Obedeció a un proyecto estratégico de reposicionamiento del capitalismo brasileño en el mercado mundial.
9. Un análisis marxista debe considerar diferentes niveles de abstracción. El estudio de la relación social de fuerzas busca identificar en la estructura de la sociedad las respectivas posiciones de las clases en lucha. La investigación de la relación política de fuerzas busca comprender la esfera de la superestructura donde la lucha social se expresa a través de representaciones: las instituciones del estado, las diferentes organizaciones, los partidos, los medios de comunicación, el mundo de la cultura, etc. No siempre existe una perfecta coincidencia entre la relación social y la relación política de fuerzas, aunque hay una tendencia a la confluencia. En este momento, la relación social de fuerzas es un poco peor que la relación política de fuerzas.
10. Durante el primer año del gobierno de Bolsonaro, surgieron tensiones con el Congreso, el STF, y algunos de los principales grupos mediáticos-comerciales en torno a diferentes temas. Hubo varias conmociones, desacuerdos e incluso cierta agitación ante iniciativas esdrújulas del núcleo neofascista. El Secretario de Cultura fue despedido. Estas crisis de la superestructura no nos engañan al pensar que estamos en una situación reaccionaria. La unidad burguesa prevalece en el apoyo al gobierno, todavía con un apoyo mayoritario en la clase media. Las encuestas de opinión son un indicador significativo de la variación de los estados de ánimo en la sociedad, pero sólo una variable, entre otras, para medir las relaciones de fuerzas. La situación es reaccionaria, pero no hemos sufrido una derrota histórica. La resistencia en el 2020 podría aumentar a un nivel más alto que en el 2019.
Esquerda Online, 23-1-2020
https://esquerdaonline.com.br/
Traducción de Correspondencia de Prensa


Notas
1/ El Quilombo de Palmares era el mayor pueblo de esclavos fugados, con miles de habitantes, surgió en la capitanía de Pernambuco. Las revueltas tuvieron su punto álgido en la segunda mitad del siglo XVII. Resistió durante más de un siglo. Zumbi, su principal liderazgo, fue asesinado.
2/ La Guerra de los Emboabas (1707-1710) tuvo lugar en Minas Gerais. Los portugueses derrotaron a los paulistas, que anteriormente habían ocupado la región y explotado el oro.
3/ La Inconfidencia Mineira fue una conspiración independentista que tuvo lugar en Minas Gerais contra la ejecución del derrama, la recaudación de impuestos y la dominación portuguesa, siendo reprimida por la Corona portuguesa en 1789.
4/ La Confederación del Ecuador fue un movimiento republicano que estalló en 1824 en Pernambuco y representó la principal reacción contra la tendencia monárquica y la política centralizadora del gobierno de Don Pedro I (1822-1831), esbozada en la Carta de 1824, la primera Constitución del país. El emperador, incluso después de la Independencia de Brasil, permaneció apegado a los intereses de la Corona Portuguesa.
5/ La Guerra de Canudos fue un conflicto armado que involucró al Ejército brasileño y a la comunidad campesina socio-religiosa liderada por Antonio Conselheiro en Canudos, en el interior del estado de Bahía. Los enfrentamientos se produjeron entre 1896 y 1897, con la destrucción de la comunidad y la muerte de la mayoría de los 25.000 habitantes de Canudos.
6/ Joaquim Levy fue Ministro de Finanzas al comienzo del segundo mandato de Dilma Rousseff en 2015. Desde un contexto liberal ortodoxo, comenzó un shock fiscal que resultó en el más largo estancamiento económico en Brasil en los últimos cien años. Su nombramiento fue indicado por Bradesco, el segundo banco privado más grande, según lo sugerido por Lula.
7/ El apuñalamieto fue un intento frustrado contra la vida de Bolsonaro en septiembre de 2018, en la ciudad de Juiz de Fora en Minas Gerais. Fue una acción planeada y llevada a cabo, individualmente, por un loco psicótico. Retiró a Bolsonaro de la campaña electoral por unos días, pero lo colocó como favorito en la segunda vuelta.

Los circulos del poder de Trump en la Casa Blanca

Los círculos del poder de Trump en la Casa Blanca

Análisis
30/01/2020
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En medio de su enjuiciamiento en el Congreso de EEUU, el presidente Donald Trump sigue muy enfocado en su campaña de reelección en noviembre de 2020. El mandatario divide su agenda en tres partes. Hay que ver si la evolución del impeachment (enjuiciamiento) cambia su estrategia.

En primer lugar, desde que llegó al poder, su agenda privilegia la creación de las condiciones que aseguren su reelección por un período de cuatro años adicionales, por lo menos. En segundo lugar, quiere consolidar las divisiones en las clases subordinadas (trabajadores, grupos étnicos, género y otras) para garantizar que se realice su lema que “EEUU sea grande de nuevo”. En tercer lugar, pretende modificar la correlación de fuerzas a escala mundial, atacando las políticas de globalización, para hacer realidad su consigna de “EEUU primero”.

El grito de batalla de “EEUU primero” implica agudizar el desequilibrio entre los Estados-naciones a escala mundial a favor de EEUU, socavando sus adversarios y debilitando sus aliados. El proteccionismo implica debilitar los lazos con otros países – tratados comerciales, culturales e, incluso, militares – así como un ‘cierre’ de las fronteras con países indeseables: ‘El muro’ de Trump descartó el proyecto de sus predecesores que enfatizaban la ‘globalización’, renovando el estilo abierto y agresivo de armamentismo, así como convirtiendo a China en el nuevo enemigo estratégico en el escenario mundial.

El enfrentamiento entre clases y fracciones de clase contribuye a su proyecto para que “EEUU sea grande de nuevo” en la medida en que distrae a las clases subordinadas que no logran identificar sus propios intereses. La variante nacionalista-desde-arriba tiene como corolario el racismo y la ideología de la ‘supremacía blanca’. Políticas que pretenden contener la emergencia de un país ‘multicultural’. En la inauguración de su campaña presidencial a finales de 2019, Trump anunció un cambio cualitativo en su lema que sería “EEUU ya es grande nuevamente”.

Para lograr estos objetivos, Trump ha tratado de construir un aparato político que controle los principales órganos del Estado: El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. En la Casa Blanca tiene un ‘Círculo Cero’ que cumple con las tareas de orientar sus objetivos. Por un lado, tiene a su asesor de confianza, Stephan Miller, encargado de promover su consigna de hacer a “EEUU grande nuevamente” y agitar las diferencias entre los diversos sectores de las clases subordinadas. Por el otro, cuenta con el Asesor Comercial, Peter Navarro, quien agita la consigna que plantea “EEUU primero” acabando con tratados y alianzas a escala internacional. El ‘circulo cero’ lo cierra (o quizás lo abre) la pareja formada por su hija, Ivanka, y su yerno, Jarred Kushner, quienes son sus agentes en los frentes de las múltiples batallas.

En el Círculo 1, Trump cuenta con sus ministros de Comercio y del Tesoro, Wilbur Ross y Steven Mnuchin, respectivamente. Así mismo su consejera política, Kellyanne Conway, quien se encuentra en constante alerta para detectar problemas. En el Círculo 2, tiene a Robert Lighthizer, comisionado de Comercio Exterior, Mike Pompeo, secretario de Estado y a Mitch McConnell, vocero (o presidente) del Senado, quien controla la agenda de la Cámara superior del Congreso.

Miller pareciera ser el zar de las políticas nacionalistas y de la supremacía blanca desde que Trump se deshizo de Roger Banner. En cambio, en el frente ‘global’, Trump cuenta con Navarro, quien debe compaginar con Ross y Mnuchin. Trump se deshizo de Matis (ministro de Defensa), Tillerson (secretario de Estado) y Garry Cohn (jefe del Consejo Económico).

En el plano de la comunicación social, Trump sólo cuenta con si mismo, el twiter y los encuentros con su base en arenas y estadios deportivos. Trump es su propio secretario de Estado y dirige los Ministerios de Defensa, Seguridad, Tesoro y Comercio. Además, maneja personalmente su red de comunicaciones. Cuenta con asesores y consejeros, pero todo lo decide Trump. Hay ocasiones que escucha más que otras. Según los empleados de la Casa Blanca, la única voz que tiene peso para el presidente de EEUU es la de su hija, Ivanka.

No hay que dejar por fuera a Henry Kissinger - aunque no está en la Casa Blanca – quien hace sentir su influencia intelectual en las políticas de Trump. El maestro de la geopolítica del desequilibrio confundió al ‘establishment’ y al mundo cuando jugó la carta rusa de Trump en contra de la carta china de los estrategas de la globalización.

30 de enero de 2020.

- Marco A. Gandásegui, hijo, es profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)








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