Racismo y falacias antizapatistas
Gilberto López y Rivas
E
ste inicio de año ha estado marcado por una intensificación –en redes sociales y medios de comunicación– de la campaña de infundios contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se ha hecho extensiva al Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno (CNI-CGI), y a quienes, en otros ámbitos de la vida pública, manifiestan su apoyo a las luchas anticapitalistas, antipatriarcales y antirracistas de los mayas zapatistas, en oposición a las políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación.
Una buena parte de esta campaña revela el racismo de las élites políticas y de algunos intelectuales orgánicos cuarto transformistas, incluso de altos funcionarios, que insisten en negar todo protagonismo a los pueblos indígenas, y personificar al subcomandante Marcos – Galeano como el único autor y sujeto de las iniciativas políticas del EZLN. Prueba de ello son los recientes artículos de opinión, videos, declaraciones, foros, caricaturas y mensajes en Facebook y Twitter, que demonizan a quien fuera el vocero de esta organización, ignorando o negando que, desde hace años, el papel de la vocería del EZLN recae en el subcomandante insurgente Moisés, de origen tzeltal.
Precisamente, correspondió al subcomandante Moisés, leer el comunicado del 26 aniversario de la guerra contra el olvido, el 31 de diciembre de 2019, en el que refrenda el compromiso de su organización de resistir y defender la Madre Tierra, aún a costa de la vida. En esta histórica alocución, se hace un recuento sucinto de estos 26 años del EZLN, desde el momento en que optaron entre
morir como animaleso
morir como seres humanos que luchan por la vida. A pesar de desprecios, engaños, traiciones y políticas contrainsurgentes de los mandones en turno para destruirlos, los mayas zapatistas han logrado
mantener en alto la bandera de su rebeldía,
sin rendirse, sin venderse y sin claudicar, respondiendo, sin duda, a quienes, desde el desconocimiento, la incondicionalidad o la soberbia, cuestionan: ¿dónde estaban los zapatistas cuando tal o cual suceso de la vida nacional ocurría?
A diferencia de la izquierda institucional mexicana y de los gobiernos con esta orientación ideológica, las y los zapatistas, durante estos 26 años han estado construyendo lo que califican como un proyecto de vida,
como podrá mirar cualquier persona que tenga un corazón honesto,señala el sub Moisés, en el que en sus
comunidades florecen escuelas y clínicas de salud y se trabaja la tierra en colectivo y en colectivo nos apoyamos.
Para los nuevos heraldos del progreso y la modernidad, es imposible entender una característica de los zapatistas y de los pueblos agrupados en el Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno, y que el sub Moisés describe diáfanamente:
Somos pues comunidad. Comunidad de comunidades. Las mujeres zapatistas tienen su propia voz, su propio camino. Y su destino no es el de la muerte violenta, la desaparición, la humillación. La niñez y la juventud zapatista tienen salud, educación y diferentes opciones de aprendizaje y diversión. Mantenemos y defendemos nuestra lengua, nuestra cultura, nuestro modo. Y seguimos firmes en el cumplimiento de nuestro deber como pueblos guardianes de la Madre Tierra. Todo esto ha sido gracias al esfuerzo, sacrificio y dedicación de los pueblos organizados. Y todo esto también ha sido gracias al apoyo de individuos, grupos, colectivos y organizaciones de todo el mundo.
Asimismo, para quienes defienden los proyectos del desarrollismo clientelar 4T, resulta difícil entender lo que significa el sistema capitalista acorde a las perspectivas y el pensamiento crítico zapatista, que el sub Moisés describe como:
esa bestia que todo lo quiere comer y destruir, al que: “no le importa destruir la naturaleza, pueblos enteros, culturas milenarias, civilizaciones completas. Incluso el planeta entero se destruye por los ataques de la bestia. La hidra capitalista, la bestia destructora, busca otros nombres para esconderse y atacar y vencer a la humanidad, –afirma el sub Moisés–. Y uno de esos nombres detrás de los que se esconde la muerte es ‘megaproyecto’. ‘Megaproyecto’ quiere decir destruir todo un territorio. Todo. El aire, el agua, la tierra, las personas (…) Y la bestia que se esconde detrás de los megaproyectos tiene su maña, su mentira, su trampa para convencer. Dice la bestia que es por el progreso. Dice que, gracias a esos megaproyectos los pueblos van a tener paga y muchas ventajas de la modernidad. Y con esto del progreso y la modernidad queremos recordar aquí a un compañero del CNI que fue asesinado este año (2019). El hermano y compañero Samir Flores Soberanes. Y lo recordamos porque él se preguntaba y preguntaba para quien es ese progreso del que tanto hablan”.
El EZLN nos interpela a detener la guerra contra la humanidad,
cada quien en su geografía, su calendario y con sus modos.
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