EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Mexico SA

México SA México=desigualdad Cepal: cifra récord Riqueza concentrada Carlos Fernández-Vega
T errorífico: México ha roto la marca latinoamericana de desigualdad, porque dos terceras partes de la riqueza total están en manos del 10 por ciento de las familias del país, y el uno por ciento de ellas acapara más de un tercio. Además, el 10 por ciento de las empresas concentra el 93 por ciento de los activos físicos, en tanto que el 90 por ciento restante dispone de muy pocos bienes de capital. Por ello, el coeficiente de Gini de la concentración de los activos físicos asciende a la cifra récord de 0.93 (uno es el máximo). Brutal. Si bien se conoce de la enorme cuan creciente distancia mexicana entre los niveles de bienestar, las cifras y los comentarios que aporta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, organismo especializado de la ONU que ayer divulgó su Panorama Social 2016 regional), dejan en claro –por si alguien todavía dudara al respecto– que nuestro país es el campeón de la desigualdad en la zona más desigual del planeta. En castellano simple, y con base en la estadística del Inegi (cada hogar en el país cuenta con 3.9 personas, en promedio) las cifras de la Cepal indican que alrededor de 320 mil familias (menos de un millón 250 mil personas) concentran el 33 por ciento de la riqueza nacional y cerca de 3 millones 200 mil (12 millones y medio de personas) el 66 por ciento. La microscópica diferencia restante se distribuye –inequitativamente, también– entre el resto de la población. Y esto último lleva a otro campeonato para México, pues la participación de los salarios en el producto interno bruto (PIB) ocupa el último lugar en América Latina. Y la Cepal aporta un tercer elemento que cierra el círculo de la abismal diferencia entre la minoría y la mayoría, y explica el profundo desbarajuste social que registra México: en el periodo 2003-2014, para los mexicanos de a pie la economía creció (también de forma inequitativa) a un promedio anual de 2.6 por ciento, con enormes diferencias en cuanto a estratos y beneficios. Por el contrario, la riqueza registró un crecimiento real promedio anual de 7.9 por ciento en el mismo periodo, lo que significa que en México tal indicador se duplicó entre 2004 y 2014, pero sólo para los más acaudalados. Sin embargo, esto último permite una síntesis aún más fina: con base en los reportes anuales sobre los multimillonarios mexicanos marca Forbes (15 empresarios), en el periodo citado sus fortunas conjuntas se incrementaron 400 por ciento hasta sumar 143 mil millones de dólares y representar alrededor del 15 por ciento del producto interno bruto para ellos solitos. De ese monto, la mitad pertenecía a una sola persona: Carlos Slim. Y a lo largo de tres décadas (de Solidaridad –1988– a la fecha, con Prospera) oficialmente el gobierno ha destinado una verdadera catarata de recursos públicos para combatir la pobreza (léase: comprar votos), la cual, en los hechos, sólo la ha incrementado, al igual que las fortunas de los ricos, aunque con especial entusiasmo la de los barones Forbes (todos ellos beneficiarios de la privatización de la riqueza del Estado). En la otra esquina, 63 millones de mexicanos en pobreza, y contando. La Cepal va más allá: en 2015 el gobierno mexicano administraba el 23 por ciento de los activos; las empresas privadas, 19 por ciento; empresas públicas autónomas, 9 por ciento; instituciones financieras, 5 por ciento. Al mismo tiempo, 7 por ciento de los activos financieros estaban en posesión de extranjeros. No obstante, las familias concentraban la mayor proporción: 37 por ciento, equivalente a 28 billones de pesos mexicanos. Lamentablemente, la repartición de estos 28 billones de pesos es muy desigual. Dos terceras partes de estos activos físicos y financieros están en manos del 10 por ciento de las familias del país, en tanto que el uno por ciento de ellas más de un tercio. Por ello, el coeficiente de Gini de la distribución de los activos totales (físicos y financieros) de las familias es de 0.79. La repartición de los activos financieros es aún más desigual: el 80 por ciento es propiedad del 10 por ciento más rico. La estructura de la propiedad es una de las variables fundamentales en el mantenimiento, si no en el crecimiento, de la desigualdad social. Por ello, los estudios empíricos sobre la medición de la riqueza o la desigualdad de activos tienden a coincidir en que esta es una desigualdad mayor, más profunda y más estable que la que arroja la medición sólo del ingreso, subraya la Cepal. Esa es la crudísima realidad documentada por el organismo especializado de la ONU, pero en otras latitudes, las del gobierno mexicano, florecen las industrias de la mantequilla y del maquillaje institucional: todo le resbala, porque –asegura el ahora cronista deportivo José Antonio Meade (secretario de Hacienda en sus ratos libres)– la economía mexicana va razonablemente bien (la Cepal lo confirma, sin duda), y la inflación (Agustín Carstens dixit) no está fuera de control (aunque se duplicó en un año, producto del brutal gasolinazo de arranque de año, es decir, el mismo que no será inflacionario, y alcanza una de las cotas más elevadas de la última presente). Y ya entrados en gastos, La Jornada informa (Israel Rodríguez) que entre enero y abril de 2017 el endeudamiento del sector público se incrementó 7.4 por ciento en términos reales, con respecto al mismo lapso del año anterior, en tanto que el monto de los intereses, comisiones y gastos de la deuda se elevaron 42.6 por ciento, de acuerdo con el más reciente reporte de la Secretaría de Hacienda, es decir, de la misma dependencia que se comprometió a no endeudar más al país… en 2017. Por pago de intereses, más unos cuantos dolaritos de comisiones y gastos de la deuda, del erario salieron más de 49 mil millones de pesos en tan sólo cuatro meses (17 mil millones más que en igual periodo de 2016). Y sólo para dar una idea de qué se trata, ese monto equivale a 1.36 veces el presupuesto 2017 aprobado para la UNAM, o si se prefiere a casi 22 tantos el autorizado al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, por citar un par de casos. Las rebanadas del pastel Pero, ¡serenos!, que no todo está perdido. Ya lo dijo el presidente del BBVA (dueño de Bancomer), Francisco González: es admirable la resistencia de la economía mexicana a los desafíos que ha enfrentado. ¡Ole!, pero cómo no lanzar el piropo y las serpentinas, si 40 por ciento de las utilidades netas mundiales de ese grupo financiero las obtiene en México y de su clientela en el país. Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

Dinero

Dinero Se extiende el rechazo al Metrobús en Reforma México paga por su ¡su propio petróleo! El conteo de los votos Enrique Galván Ochoa
E l gobierno de la Ciudad de México hace preparativos para colocar un bono verde que le permitirá levantar mil millones de pesos en la Bolsa Mexicana de Valores. Se supone que los recursos serán para mejorar el transporte y el medio ambiente. ¿No es un contrasentido que al mismo tiempo permita que el Paseo de la Reforma sea congestionado por un Metrobús? México ocupa el primer lugar en materia de congestionamiento de tráfico. Comités vecinales de la delegación Miguel Hidalgo se han unido para detener la construcción de la línea 7 del Metrobús, porque consideran que destruirá la avenida más emblemática de la Ciudad de México y del país. Cualquiera pensaría que si hay más transporte público los usuarios tendrán mejor servicio. Sin embargo, en opinión de los comités vecinales sólo congestionará más una avenida ya congestionada. Sostienen lo siguiente: 1) Es ilegal. No hicieron público el proyecto ejecutivo. Carece de visto bueno de INBA, INAH y del Consejo de Salvaguarda. No se realizó consulta pública a las comunidades impactadas. 2) Es innecesario. Reforma cuenta con el mejor servicio de transporte público a cinco pesos: la ruta La Villa-Santa Fe. Sólo se requiere hacer la ruta más frecuente. 3) Es un negocio que se presta a sospechosismo. Se entrega concesión sin licitación a la empresa francesa JC Decaux. 4) Es ecocida. Conlleva una tala indiscriminada de árboles por parte de la Secretaría de Obras con la anuencia de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México. Compra México ¡su propio petróleo! Si alguien presta atención a los cabos sueltos encontrará una situación irónica. La Comisión Nacional de Hidrocarburos, sin hacer mucho ruido, hizo su primera compra de petróleo producido por el pozo mexicano Hokchi-4. El vendedor fue el consorcio extranjero formado por Hokchi Energy y Pan American Energy. Pagó 183 mil 84 dólares. Es la primera compra que el gobierno hace a empresas privadas favorecidas por la reforma energética. El petróleo será comercializado por Pemex. ¿Y por qué no lo produjo la empresa mexicana? Según esto, ya murió la gallina de los huevos de oro. O la están dejando morir, porque la extracción propia de Pemex cayó en abril de este año a 2.1 millones de barriles diarios, como promedio. La justificación del desastre es que no había dinero para invertir, pero el Banco de México tiene reservas por 176 mil millones de dólares. Curiosamente, la producción de Pemex sigue cayendo, pero es un éxito la de las compañías privadas. ¿No es irónico? Añádanle otra nota al absurdo: cuando la petrolera mexicana ponga a la venta el petróleo convertido en gasolina es muy probable que se lo roben, todo o en parte, los huachicoleros. Hay una información que por insólita debería ser aclarada por las autoridades. Según esto, será trasladado a los consumidores una parte del costo de las pérdidas que cause el robo de combustibles. Qué chulada de reforma. Foto Los votos que cuentan La historia del país demuestra que las elecciones las deciden sólo en parte los ciudadanos, porque la palabra final la tienen las instituciones que llevan a cabo el conteo de los votos. O el tribunal electoral, si el recuento es impugnado. Será el Instituto Electoral del Estado de México el que lleve a cabo el conteo. Los candidatos Delfina Gomez, Josefina Vázquez Mota y Juan Zepeda hubieran preferido que el conteo lo hiciera el Instituto Nacional Electoral; sin embargo, al parecer no formalizaron su solicitud con tiempo. El presidente del instituto electoral local, Pedro Zamudio, dice que le interesa realizar bien el conteo, de manera que dé certeza sobre los resultados. Tendrá un ejército de 100 mil personas –asegura– que cuidarán las 18 mil casillas. Viendo las cosas con objetividad, tampoco hubiera sido garantía en cuanto a imparcialidad que el conteo lo hiciera el INE, dadas las simpatías que se atribuyen a su presidente Lorenzo Córdova y a algunos de sus miembros. La única forma de que las elecciones se decidan la noche del 4 de junio será que una o uno de los candidatos reúna tantos votos que no dé lugar a trampas. Ombudsman social Enrique, ¿cuánto tiempo hace que el boleto del Metro en la Ciudad de México costaba tres pesos? Pasó a cinco pesos que para mejorar el servicio y acabar con la saturación.¿Qué cambios vivimos los usuarios? ¿Es verdad que le van a volver a subir? María Aguilera/ Ciudad de México R: Son capaces. Los perredistas sienten pasos en la azotea y es el momento de llenar la maleta. Twiteratti Cayó 90 por ciento la perforación de pozos de Pemex en cuatro años. ¡Ahí está la dichosa reforma! Rocío Nahle @rocionahle Me estaba quejando de mi vida, hasta que me puse en los zapatos de toda la gente que está varada en las estaciones de la línea 9 del Metro. Don Su @Don_Susano Si cada uno de los que nos quejamos del calor sembráramos un árbol, cambiaríamos el rumbo del planeta. Victoria Aladro @VickyAladro Twitter: @galvanochoa FaceBook: galvanochoa Foro: elforomexico.com/encuestas/ galvanochoa@gmail.com Subir al inicio del texto

Trump y la venta de la reserva estrategica de petroleo

Trump y la venta de la reserva estratégica de petróleo Alejandro Nadal
E l proyecto de presupuesto dado a conocer por la Casa Blanca busca reducir la deuda federal. Y uno de los componentes importantes para alcanzar ese objetivo es mediante la venta de la mitad de la reserva estratégica de petróleo. Esta medida se vincula estrechamente con la política energética de la administración Trump y merece un análisis cuidadoso. La Reserva estratégica de petróleo (REP) de Estados Unidos es una provisión de petróleo para periodos de emergencia con una capacidad de hasta 727 millones de barriles de crudo. Fue creada en 1973 a raíz del embargo petrolero decretado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en respuesta a la ayuda estadunidense a Israel en el contexto de la llamada guerra del Yom Kippur. El inventario contiene al día de hoy unos 695 millones de barriles guardados en cuatro depósitos ubicados en las costas de Texas y Louisiana, cerca de los principales centros de refinación de crudo en Estados Unidos. Las instalaciones incluyen cuevas artificiales en domos salinos que alcanzan hasta mil metros de profundidad y se calcula que el costo de construcción de estas instalaciones rebasó los 4 mil millones de dólares (mmdd). La reserva actual representa el equivalente a unos 46 días de consumo de petróleo (a las tasas de consumo aparente de 2015). A los precios corrientes en el mercado internacional, la Casa Blanca calcula que el valor de mercado de toda la reserva es de unos 48 mmdd. La venta de la mitad de la reserva se llevaría a cabo en un plazo de diez años y generaría 16.6 mmdd. En realidad esa cantidad de recursos casi se antoja insignificante cuando se le compara con la deuda del gobierno federal que hoy rebasa los 19 billones (castellanos) de dólares. Pero el proyecto de Trump tiene implicaciones para el mercado mundial de petróleo, la política energética de Estados Unidos y el proceso de cambio climático. Si bien es cierto que los precios internacionales de crudo han repuntado ligeramente en los últimos meses, por el lado de la oferta el mercado sigue estando saturado a pesar de los últimos acuerdos de la OPEP. Sin duda un panorama de precios deprimidos se va a mantener. El anuncio de que habrá una inyección de más crudo al mercado mundial proveniente de la venta de la REP, aunque dicha venta se lleve a cabo a lo largo de los próximos años, contribuirá a mantener bajos los precios. La intención de vender la mitad de la REP es consistente con la política energética de Trump. Su objetivo es convertir a Estados Unidos en un país autosuficiente en petróleo y desde esa perspectiva mantener la Reserva estratégica es redundante. Trump ya ha firmado una orden ejecutiva para concluir la construcción del oleoducto Keystone que va desde los campos de Alberta (en Canadá) hasta Port Arthur, al noreste de Houston. Este oleoducto ya transporta diariamente medio millón de barriles de crudo hacia Estados Unidos, pero el desarrollo de los yacimientos de Alberta requiere una salida más importante hacia el mercado internacional vía la costa del Golfo de México. El oleoducto ha estado en disputa desde hace años y Obama nunca quiso firmar el permiso correspondiente. Una de las primeras medidas anunciadas por la administración de Trump fue dar luz verde al proyecto. Los yacimientos de arenas bituminosas en el río Athabasca, en Alberta, figuran entre los más importantes del mundo con 1.7 billones de barriles de crudo (magnitud sólo superada por las reservas de Arabia Saudita y de la cuenca del Orinoco en Venezuela). Pero estos yacimientos son de crudo muy pesado que es difícil de extraer, transportar y refinar. Por esas dificultades estos campos ya son responsables de 10 por ciento de la huella de Canadá en materia de emisiones de gases de efecto invernadero. Pero para Estados Unidos la aportación de estos campos es una de las claves para reducir la dependencia energética frente a las fuentes del Medio Oriente. El otro elemento importante para reducir esa dependencia es la producción doméstica a través de la tecnología de fractura hidráulica (fracking). El repunte de los precios de crudo ha dado nuevos bríos a esta industria en Estados Unidos, con lo que el lobby petrolero considera no es necesario mantener la Reserva estratégica de petróleo. La venta de la Reserva es el primer paso hacia la consolidación de una autosuficiencia energética basada en combustibles fósiles. Éstas son muy malas noticias en el ámbito de las reducciones de emisiones de gases invernadero. La administración Trump no ha anunciado el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de Paris sobre cambio climático. Como se sabe, los compromisos voluntarios nacionales de reducción de emisiones no son vinculantes, pero por lo menos implican un cierto valor moral y debieran, en principio, facilitar la transición hacia un perfil energético basado en energías renovables. La venta de la Reserva Estratégica de Petróleo es una señala clara de que la plataforma energética de Estados Unidos seguirá basándose en combustibles fósiles. Twitter: @anadaloficial Subir al inicio del texto

Alianzas de izquierda

Alianzas de izquierda Luis Linares Zapata
L as luchas de Pedro Sánchez, hoy repuesto secretario del PSOE español, discurren por dos senderos diferentes. Uno apunta al desarreglo interior, pues se navega entre distintas visiones del ser de izquierda. Su armonización es imperativo básico para conquistar el poder y evitar el deterioro anterior. El otro reto le viene de fuera en forma de intensas presiones que tratan de desvirtuar o nulificar las necesarias intensiones de cambio estructural. Inmersa en una estructura abarcante, férrea y consolidada de riqueza y poder, la izquierda tiene que cimentarse en la sociedad y unir fuerzas dispersas para resistir y superar el modelo vigente de producción y gobierno. Cuando quiso formar gobierno, hace unos cuantos meses, la fuerza coaligada que lo venció fue abrumadora. El entorno de poder español completo, es decir, empresarios de gran tamaño dispuestos a defender sus intereses, medios de comunicación amafiados con financieros, instituciones confesionales con la Iglesia católica por delante, los Borbones coronados con sus nada discretos allegados, actuales o históricos dirigentes de su mismo partido bien cebados y hasta convencidos de apoyar la continuidad del modelo, el oficialismo político restante al parejo de los aparatos de justicia y represión. Como se ve, en efecto, fue una vasta galaxia de intereses clasistas bien coordinados. El punto neurálgico era evitar la alianza PSOE con Podemos, pues junto con otros pequeños podían alcanzar los votos indispensables para tener mayoría y afectar la normalidad prevaleciente. El núcleo del conflicto pasado fue la postura de Sánchez de no ceder ante el Partido Popular de Rajoy (No es no). Tampoco aceptó, por tanto, con­ceder la abstención en la segunda votación parlamentaria, para que el PP formara gobierno. Esto desató la rebelión de la casta dentro del PSOE. Los llamados barones, líderes de autonomías, forzaron la salida de Sánchez que, renunciando a su escaño partidario, se fue al desempleo. Desde ahí empezó su labor reconstructiva, apelando a la base militante de su partido con un renovado programa de claro corte socializante. Mientras, la buscada abstención del PSOE, dirigido por la camarilla golpista, posibilitó al señor Rajoy formar gobierno. Una serie, casi inacabable de escándalos: conjuras, abusos de poder, tensiones continuas por la desigualdad y pobreza en mucho relacionada con la galopante corrupción, siguieron deslegitimando la administración del PP y asociados. El enfrentamiento dentro del PSOE fue, así, inevitable. El entorno de poder, con sus medios informativos por delante (El País), impuso una narrativa de esquemática manera. Por un lado estaba la apreciada dirigente andaluza, con sólida oferta, bien cimentada en los rangos consagrados del partido. En la otra esquina el muchacho tonto, sin carisma, contradictorio y sin discurso. A Susana Díaz, la política moderna, decidida a dirigir al partido histórico se le sumaron, con rimbombantes halagos, los antiguos presidentes de gobierno, con Felipe González a la cabeza. Sánchez quedó solo, uno que otro barón de autonomías en conflicto (Cataluña) con Madrid resistieron el embate oficialista, al menos por un tiempo. De pronto, aferrado a un amplio y solitario recorrido por España, Sánchez reaparece con buena parte de firmas de dirigentes regionales. Susana y sus apoyadores se alarmaron, pero siguieron confiando en la fuerza del aparato a su disposición, sobre todo en la poblada Andalucía que le dio 40 por ciento de las firmas totales con las que ganó esta ronda electoral. Sánchez quedó relegado al segundo lugar. Pero vendría la pendiente votación directa de todos los militantes, la definitoria. Llegó entonces la inesperada sorpresa. El joven y vacío Sánchez salido del fondo, apaleó (50 por ciento de los votos) a la brillante Susana (40 por ciento) con toda su corte de seguimiento. Ahora resta el trabajo para dar acomodo a esta cambiante realidad. Vendrá, por lo pronto, un congreso ya programado para el mes venidero. En él, Sánchez ya aseguró la mayoría absoluta (53 por ciento). Ahí se tendrán que despejar varias incógnitas que aún vagan en el escenario partidista. Lo básico será definir el contenido programático, la sustancia del ser de izquierda del PSOE. Otro asunto quemante será la estrategia a seguir frente a Rajoy y el PP. Lo inquietante, empero, será posibilitar la factible alianza con Podemos, agrupación de claro corte socialdemócrata. El renovado discurso del PSOE permite imaginar, de frente a nuevas elecciones generales, la formación de una coalición poderosa que pueda llegar al gobierno con legitimidad suficiente. Hay, en todo este tinglado español, paralelismos aprovechables con lo que sucede por estos días en México. El liderazgo partidario de Morena, fincado en la base ciudadana, se presenta ahora como una fuerza capaz de llegar al poder, local y nacional. Lo podrá hacer mejor si triunfa en el estado de México. Ha buscado aliados en su campaña con lo que resta del PRD y demás partidos minoritarios de izquierda (o casi). Anteriores rejuegos de intereses compartidos con el oficialismo priísta han desvencijado al PRD. Rehúsa integrarse a Morena como fuerza principal y tantea aliarse con el PAN para 2018, una decisión que le dejará sin la ya poca legitimidad que aún retiene. El final de esta semana traerá las nuevas que orientarán, con seriedad, las realidades futuras. Subir al inicio del texto

Astillero

Astillero (Malas) Campañas en Edomex Del Mazo, sin fuerza AMLO infló a Delfina y a Juan Meade y el plan Xolos Julio Hernández López
L a peor fue la de Alfredo del Mazo Maza. El lema, Fuerte y con todo, desentonó con el perfil y las posturas del presunto postulante, falto de la personalidad política, la enjundia oratoria y el manejo de circunstancias que la crisis priísta mexiquense requiere. Del Mazo no pudo superar el triple estigma: nieto e hijo de gobernadores (tufo dinástico), primo de Enrique Peña Nieto (con toda la carga negativa de éste) y priísta en el peor momento para ser priísta en el estado de México. A falta de habilidades y estrategias políticas propias, el PRIMazo no pudo crecer ni siquiera por la descarada y delictiva inyección de recursos públicos federales, con secretarios de Estado y altos funcionarios federales y estatales como operadores por demarcaciones. Sus expectativas de triunfo, en todo caso, dependen de la combinación de factores fraudulentos movidos más por el espíritu de supervivencia de una facción mexiquense (y sus aliados de varias partes del país) que por los méritos propios del candidato identificado con las tarjetas rosas (de cartón, sin habilitación tecnológica, condicionadas al triunfo del promovente, muestra rectangular de la fraudulencia de la campaña toda). Delfina Gómez no tuvo una campaña propia. Fue sustituida en factores clave, declarativos y de convocatoria, por el presidente de su partido, Andrés Manuel López Obrador, en expansiva campaña personal por la Presidencia de la República. Si una campaña debería servir para mostrar a los electores lo que una candidatura contiene y significa, la de la maestra Delfina la exhibió en falta. Antes, en Texcoco, fue movida por el Grupo de Acción Política, dirigido por Higinio Martínez, quien actualmente preside ese municipio; ahora, en busca de gobernar uno de los estados más importantes del país, su dependencia política fue más evidente. El fuerte rechazo de un segmento de los mexiquenses al PRI y sus pretensiones de continuidad, el imán electoral de López Obrador y una personalidad política ligera permitieron a la maestra Delfina remontar sus carencias y mantenerse como una opción electoral viable, el máximo reto que el priísmo mexiquense ha enfrentado en su historia. Su suerte va más allá de las campañas propias o ajenas y de su valía individual, con la elección presidencial de 2018 como referente y condicionante. A Juan (Manuel) Zepeda lo hizo crecer Andrés Manuel López Obrador. La suya era una campaña de relleno, pensada para favorecer al patrocinador divisorio, Eruviel Ávila, y al candidato predestinado, Del Mazo. Zepeda tenía la vista puesta en recompensas menores en la franja territorial de negro y amarillo, y sus estridencias actorales no habrían pasado de la anécdota barrial, tan herido a escala nacional el PRD que en suelo mexiquense sólo aspiraba a no ser arrollado por su hermano dividido, Morena. Pero llegó el momento de los ultimátums (nunca pegó la adaptación ultimatos) y Juan Zepeda los aprovechó. Se convirtió en interlocutor directo de un político de talla superior a la suya, López Obrador, y se permitió momentos impensados, que junto a una notable disponibilidad de recursos para movilizaciones y una amable cobertura mediática nacional, lo convirtió en un contendiente que rebasó, al menos en protagonismo, a la panista Josefina Vázquez Mota. Nada le funcionó a la ex candidata presidencial de 2012, quien mucho se hizo del rogar para aceptar la postulación en el estado de México. Artificial, afectada, hizo campaña bajo el estigma de los más de mil millones de pesos recibidos para apoyar a paisanos en Estados Unidos, como si su especialidad fuera ser derrotada electoralmente para luego ser recompensada en términos económicos por vías alternas. Otro dardo fue el señalamiento, desde áreas del gobierno peñista, de presuntas irregularidades financieras de su padre y hermanos, expediente que apenas este domingo fue desmontado mediante una igualmente extraña exoneración familiar desde la PGR. Vázquez Mota podría tener, a pesar de todo, una tarea relevante en el futuro inmediato, pues se ha esforzado en denunciar irregularidades en el proceso mexiquense, en específico contra Del Mazo y el PRI. Esa enjundia en busca de tirar el resultado electoral del próximo domingo sería muy útil no contra el priísmo, pero sí en caso de que la victoria sea para Morena. Pasar la decisión a la mesa judicial, más que a las urnas, es una de las posibilidades que analizan los aliados que concurren en operaciones antipeje. Ayer, en la Ciudad de México, se realizaron dos actos públicos de periodistas. En el monumento a Francisco Zarco, la Casa de los Periodistas recordó, como se hace cada año, el asesinato del columnista Manuel Buendía, sucedido 33 años atrás. Horas más tarde, en el Ángel de la Independencia, hubo otra reunión. En ambos casos se denunció la cadena de agresiones que ha vivido el periodismo mexicano, sobre todo en años recientes, con Miroslava Breach y Javier Valdez como dolorosos puntos de referencia. En las reuniones se habló de la necesidad de impulsar formas de organización nacional de periodistas, con capacidad de reacción política y social inmediata en cuanto a agresiones al gremio. También se busca llegar a propuestas por consenso que puedan ser impulsadas por los poderes Ejecutivo y Legislativo que se constituyan en 2018. El secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña (a quien, como aquí se ha dicho con mucha anticipación, se le pretende construir un perfil independiente, apartidista, para ser candidato presidencial del PRI), dijo ayer a consejeros de BBVA Bancomer que el rendimiento de la economía mexicana es parecido al del equipo de futbol profesional Xoloitzcuintles de Caliente. Con una plantilla de jugadores menos cara que otros competidores, los tijuanenses han tenido mejores resultados, explicó. Los Xolos pertenecen al Grupo Caliente, de Jorge Hank Rhon, así que Meade podría proponer como plan de campaña convertir a México en un casino. ¡Hasta mañana! Twitter: @julioastillero Facebook: Julio Astillero Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx Subir al inicio del texto

Bajo la lupa

Bajo la Lupa Futbol leaks: la mafia, trata de jugadores y lavado bancario de los agentes Alfredo Jalife-Rahme U n lucrativo negocio como el futbol no podía quedar exento de perturbadoras filtraciones al estilo de Wikileaks (https://goo.gl/OxdExn), Panama papers (https://goo.gl/8xvaRR), Bahama papers (https://goo.gl/A2zKgA), Swissleaks (https://goo.gl/3i0dwb), cuya crapulosa evasión fiscal es posible gracias a la existencia de paraísos fiscales y a la desregulación de la globalización financierista de la bancocracia. Más allá de la putrefacción cupular de la FIFA (https://goo.gl/rGCfId) y su colusión mafiosa con Televisa (https://goo.gl/sKPXE9), Futbol leaks ostenta una pléyade de explosivos contratos, comisiones y salarios de sus estrellas –desde Lionel Messi hasta Cristiano Ronaldo (https://goo.gl/7zU4BU)– y sus delincuenciales agentes que ganan fortunas y evaden al fisco. En colaboración con la red de investigación europea (EIC) de 10 multimedia y 60 periodistas, el portal alemán Der Spiegel se adentra al otrora inexpugnable futbol y su trata financiera de jugadores. El futbol, el deporte más popular del planeta, genera miles de millones en ingresos, donde se despachan con la cuchara grande los agentes y los bancos, que se aprovechan de la consustancial ignorancia financiera de las celebridades, quienes no entienden los recovecos de las negociaciones contractuales y los documentos técnicos que les provocan cefaleas. Los poco escudriñados agentes se dedican a comprar las residencias ostentosas de los jugadores, cuya mayoría proviene de la cultura del esfuerzo, y hasta controlan sus inversiones bancarias y bursátiles. Se calcula que existen 6 mil 400 agentes en el mundo y que en 2015 ganaron más de mil 500 millones de euros, sin contar las tratativas bajo la mesa. Según Futbol leaks, en los pasados 5 años las comisiones pagadas a los agentes en Europa se han duplicado y “sólo en Alemania y Gran Bretaña los agentes recibieron más de 370 millones de euros de los clubes en 2015 (https://goo.gl/tZd3mr)”. Los agentes suelen recibir recompensas suculentas de ambas partes contractuales: de los clubes y de los futbolistas. El portal alemán aduce que no existe límite a la transferencia de comisiones ni autoridades regulatorias especializadas para desenmarañar los triangulados contratos internacionales deliberadamente complicados, en los que hasta la nada impoluta FIFA se ha rendido, ya que ha dejado la certificación de los agentes a los organismos nacionales desde el año pasado. En Inglaterra, un reciente contrato de televisión garantizó a los clubes 3 mil millones de euros adicionales. La agencia de Eduardo Hernández Appelbaum se encuentra en San Antonio, Texas, y representa al famoso futbolista mexicano Javier Hernández Balcázar (el Chicharito), cuya transferencia del Manchester United al Bayer Leverkusen generó a la agencia texana 1.5 millones de euros. En la transferencia monumental por 101 (sic) millones de euros de Gareth Bale, del Tottenham Hotspur al Real Madrid, participaron varios (sic) bancos españoles como fiadores, los mismos que fueron rescatados por la crisis financiera por 40 mil millones de euros con dinero de los contribuyentes. Pregunta tonta: ¿habrá participado en el lavado futbolero Santander, indiciado de narcolavado (https://goo.gl/G36DRG) desde España hasta México (https://goo.gl/qhb8Lf)? El portal alemán se consagra más, como era de esperarse, a los contratos del futbol ruso, en especial del equipo Zenit St. Petersburgo, financiado por Gazprom, que paga exorbitantes comisiones. Una extraña agencia, Tumod Ventures Ltd, tiene como sede un apartado postal en el paraíso fiscal de las British Virgin Islands y con triangulaciones con agentes con licencia en Serbia y Montenegro, países de los Balcanes. Al portal alemán le llama la atención el agente suizo Giacomo Petralito, quien prácticamente concentra las transferencias de futbolistas con el polémico Klaus Allofs, anterior director del equipo alemán Werder Bremen y actual director del equipo VfL Wolfsburg. Paros Consulting llama la atención de los investigadores: se especializa en futbolistas de Sudamérica y todavía representa a jugadores como James Rodríguez, del Real Madrid; Gonzalo Higuaín, del Juventus de Turín, y Angel Di Maria, del Paris Saint Germain. El problema es que el nombre de tal consultora no aparece en los contratos de los jugadores firmados con los clubes, ya que tiene suscritos contratos secretos, sus derechos de negociación con agentes espurios, quienes se llevan de 5 a 7 por ciento de las comisiones con el restante girado a Paros Consulting mediante 3 bancos: la sucursal de Bank Leumi, en Londres; Novo Banco, Lisboa, y Volksbank, en el villorrio Schaan del principado de Liechtenstein (paraíso fiscal). Los agentes que dan la cara, primordialmente provenientes de Holanda, operan en forma independiente con sus nombres y facturas. Varios hombres de negocios de Sudamérica forman parte de Paros Consulting y uno de ellos es el agente argentino Marcelo Simonian, cuya agencia, Dodici, se encuentra en Buenos Aires. Otro argentino, Omar Walter Crocitta, es el representante legal de Paros Consulting y es el único propietario de la agencia Merham Limited, con sede en Panamá (sic). Se trata de una verdadera trata de jugadores estrella y da pena rastrear su compraveta triangulada, cuyo último objetivo, tanto por el explotador como por el explotado, es evadir el fisco y lavar al máximo. El portal alemán dedica una gráfica especial a la conexión holandesa y a sus hombres de paja en los paraísos fiscales (https://goo.gl/cIZ7Ni). Sobresale el agente holandés Martijn Odems, uno de los ejecutivos de Orel, además de director de Kunse International NV, que manejó el traslado de la estrella argentina Angel Di Maria del Real Madrid al Manchester United negociado en la sucursal en Londres del banco israelí Bank Leumi. Si es Leumi, huele a lavado, lo cual he analizado con creces (https://goo.gl/0vc5gT). Se trata de una máquina impresora de dinero muy bien aceitada: una de sus rutas es la conexión Argentina/Holanda y uno de sus hombres de paja es el escritor (sic) argentino Marco Termes, quien vive cerca de Ámsterdam, donde ha escrito ocho novelas y tres volúmenes de poesía (sic). ¿De quién será hombre de paja el mega-corrupto Mario Vargas Llosa (https://goo.gl/Mhe0U1), premio Nobel (sic) de literatura financiera? Con su globalización, los literatos también lavan. Der Spiegel no proporciona la identidad de quien expuso “la mayor filtración de la historia del deporte (https://goo.gl/1R1zOC)”, cuyo nombre es simplemente John, quien se considera como el vengador de los fanáticos normales (sic) del futbol, quienes ignoran que con cada ticket o cada camiseta alimentan un sistema extremadamente corrupto que se recicla. Según el fantasmagórico John, los contratos del negocio multibillonario en euros de futbol son secretos, opacos y torcidos. Der Spiegel concluye que las revelaciones cruciales exponen una sociedad paralela, donde el dinero es por lo menos tan importante como el balón de futbol. ¡No hay balón sin banca (en doble sentido)! AlfredoJalife.com Twitter: @AlfredoJalifeR_ Facebook: AlfredoJalife Vk: id254048037

domingo, 28 de mayo de 2017

Temer ya no les sirve

Temer ya no les sirve Alfredo Serrano Mancilla *
E n los golpes del siglo XXI en América Latina han cambiado mucho las cosas. El nuevo formato ya no tiene una cara visible militar. Estos nuevos golpes son parlamentarios, con el poder judicial-comunicacional-económico haciendo su trabajo. Sin embargo, esto no es lo único novedoso. Otro aspecto crucial, que quizá haya pasado más desapercibido, es que estos nuevos golpes siempre cuentan con un ejecutor que se queda en el cargo mientras la derecha gana tiempo para buscar al verdadero candidato que debe gobernar el periodo posterior. En 2009, en Honduras, Roberto Micheletti se quedó como presidente transitorio luego de sacar a Manuel Zelaya de su legítimo cargo. Pero duró poco. Se logró la interrupción democrática, se sacó al mandatario electo y luego vino Porfirio Lobo por la vía electoral. Más tarde, Juan Orlando Hernández. Algo similar ocurrió en Paraguay en 2012. Se dio el golpe contra Fernando Lugo, y Federico Franco se quedó en su puesto sin necesidad de acudir a elecciones. Pero éste no se iba a quedar por mucho tiempo, porque la idea era abrir la cancha para que llegara rápidamente el verdadero candidato de la derecha, Horacio Cartes, para dar estabilidad al proceso de restauración conservadora. Lo mismo es lo que sucede hoy en Brasil. Michel Temer fue el ejecutor del golpe contra Dilma Rousseff. Asumió el 31 de agosto de 2016, sin necesidad tampoco de acudir a las urnas para implementar un conjunto de medidas económicas neoliberales en tiempo récord. Privatizaciones y recortes que fueron ejecutados a gran velocidad para asentar las bases del nuevo modelo económico y social. Todo esto, unido a ser el verdugo más visible contra la democracia, le llevó a tener una popularidad por debajo de 10 por ciento. La ofensiva de la derecha es salvaje, pero no estúpida. Por ello, ahora le toca sacrificar a Temer, porque ya no sirve. Fue de usar y tirar. Es por ello que el emporio O Globo, verdadero actor ordenador de Brasil, le hace la jugada para sacarlo rápidamente del tablero. La derecha necesita orden y estabilidad en Brasil, y por ello se necesita un nuevo presidente, resplandeciente e impoluto, con mayor respaldo popular. Temer hizo el trabajo sucio y ahora toca limpiar la cara al golpe. Y entonces ya se atisba a los nuevos candidatos para gestionar la ofensiva neoliberal con una cara más amigable. Uno, Joan Doria, y dos, Carmen Lucía Antunes. El primero ganó elecciones el pasado octubre para ser prefecto de Sao Paulo con un alto caudal de votos. Se presenta como representante de la pospolítica, aunque tuvo algunos cargos públicos menores. Este supuesto outsider de la política, publicista, empresario televisivo y presentador de programas, parece que es el elegido por los mercados para dirigir a Brasil hacia el abismo. Seguramente no aceptará ser interino y querrá acudir a la batalla electoral. La otra persona elegida por el establishment es Carmen Lucía Antunes, representante del aparato judicial, presidenta de la Corte Suprema, a quien le tocaría asumir mientras se convoca a elecciones. Quizás sea también la próxima candidata, para cuando se abran las urnas. De esta maquiavélica forma se lustra la fachada democrática tras un golpe. Temer desaparecerá como por arte de magia, como así hicieron Micheletti en Honduras y Franco en Paraguay. Este es el rol que tienen los operadores transitorios para poner fin al régimen democrático y abrir otro que debe aparentarlo. La nueva época golpista tiene sus propios manuales con su modus operandi. Temer ya cumplió su trabajo. Que pase el siguiente. * Director del Celag Subir al inicio del texto

El mundo de cambios o los cambios del mundo

El mundo de cambios o los cambios del mundo Rolando Cordera Campos
H ace ya unos años que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y su secretaria general nos advirtieron que más que una época de cambios el mundo atravesaba un cambio de época, como dijo Alicia Bárcenas para darle fuerza a su convocatoria a hacer de ésta la hora de la igualdad. Y así ha sido, aunque de modo muy desigual y, como quería el clásico revolucionario, combinado. El globo da vueltas en sentido contrario a las manecillas del reloj y para muchos se vive una cuenta regresiva. A la vez, el mundo entero ha tomado nota de los impactos nefastos que sobre la distribución económica y social ha tenido el gran giro de fin de siglo con la globalización, aunque los estudiosos nos aconsejen tomar como grano de sal esta relación que muchos quieren unívoca entre globalidad y equidad. En medio, se prueba con cada vez más fuerza, opera un portentoso cambio técnico que en sus potencialidades encierra la profecía poco venturosa del fin del trabajo asalariado como lo hemos conocido. Así, parece cerrarse el círculo que, como jaula de hierro, disminuye nuestras expectativas y pone en el banquillo al régimen de producción y distribución que se implantó como única alternativa a lo largo del último tercio del siglo XX. ¿Estamos, se preguntan historiadores, filósofos, sociólogos, ante el fin del capitalismo? ¿Habremos llegado a las proyecciones hechas por Marx en sus obras escondidas? Estas y otras preguntas similares se las hacen los centros de pensamiento y las academias en buena parte del mundo desarrollado, mientras especulan sobre el tiempo que nos queda de gracia antes de que se derrumben los tejidos básicos del orden económico y financiero con otra, si se puede, mayor crisis de la producción y la confianza. No sólo son especulaciones de algún oscuro economista político puesto al margen de la autopista del pensamiento único, sino miradas rigurosas que responden no sólo a las angustias que siempre acompañan las incursiones en un futuro en realidad inexistente, sino a las que ya provocan, aquí y ahora, las víctimas y naufragios de una globalización que lejos quedó de cumplir sus promesas, pero sí sumió al planeta en una artera crisis sincrónica de la que nadie, ni la grandiosa China, pudo quedar exento. Todo cambio, en particular aquel acompañado por mutaciones técnicas que trastocan el orden institucional, implica dislocaciones en los modos de vida, de producción y de reparto de los frutos del esfuerzo social. No hay refugio, ni manera de obtener un salvoconducto para navegar las transiciones sin ser tocado por los vientos hostiles desatados por esas mudanzas en la estructura cuyo corazón son las relaciones sociales, con sus jerarquías, dominaciones, distribuciones y divisiones del trabajo. Y es precisamente cuando nos encontramos en el ojo de este huracán cuando (re) inventamos la necesidad crucial y vital del Estado. Sea un Leviatán o en moda de Samurái, el Estado es más presente y necesario cuando se vive el desorden de las cosas y las personas sufren las durezas de la inseguridad y la violencia vuelta práctica criminal o recurso último para la subsistencia. Decretar su desaparición o redundancia es, siempre, un acto desesperado. La impostura de algún demagogo que, sin decirlo, se propone como candidato a subsanar dichas ausencias. De aquí el temor, sin duda justificado, aunque no pocas veces usufructuado por los poderes establecidos, al mensaje mesiánico o la incitación al movimiento sin fin como modo de vivir las turbulencias de la política o las pulsiones autodestructivas de la economía. También las alarmas contra todo lo que nos parezca anormal o suene a eso que de muy mala manera ahora se llama populismo. El resultado, sin embargo, no suele ser el de un esclarecimiento, sino el de una mayúscula confusión que contagia a las mayorías y achica la visión de las élites. De todo esto y más tenemos todos mucho que contar. Y los historiadores lo harán con deleite si es que de estos estrujantes deslizamientos sale una civilización renovada y no el panorama medieval o de Blade Runner que no pocos vaticinan. Pero no preocuparse: esto también nos queda grande; las nuestras son caídas de segundo o tercer orden, como nos lo está mostrando el subsuelo donde se debaten las justas electorales o las banalidades de financieros y animadores empresariales que se plantan en la plaza a ofrecer sus mercancías. No sólo hemos dejado de crecer, sino que nos achicamos a tal grado que casi cualquier panorama de expansión nos provoca vértigo. Hasta para vivir y sobrevivir estos y otros cambios del mundo se necesita empaque. Atributo extraviado que los dirigentes y los aspirantes confunden con la arrogancia y la prepotencia. Y así, ni a la esquina. Subir al inicio del texto

Un mundo catastrofico

Un mundo catastrófico Guillermo Almeyra
E n los años 30 del siglo pasado, ante la crisis económica y la ocupación por los obreros de las fábricas estadunidenses del automóvil, los capitalistas tuvieron que aceptar el New Deal mientras la revolución española, la ocupación general de todas las empresas francesas en 1936 y el miedo al comunismo condujeron a las conquistas sociales francesas del Frente Popular. Cuando fue destruido el nazifascismo mediante el cual el capitalismo intentaba asfixiar la protesta social, a partir de 1945 y hasta fines de los 70 ese mismo miedo a perder el poder llevó al capitalismo a construir estados de bienestar y a conceder reformas para cooptar a los partidos socialdemócratas y comunistas y salvar el sistema. Después, ya domesticados los partidos obreros tradicionales y con la Unión Soviética en crisis y en conflicto con China, el capitalismo lanzó una ofensiva contra las conquistas y derechos seculares de los trabajadores. La crisis económica volvió a aparecer en 1997-1998, recrudeció en 2007-2008 y desde entonces se mantiene a pesar del oxígeno que logró el sistema incorporando a China y la ex Unión Soviética (URSS). Hoy no hay ya en el mundo ni un movimiento obrero internacional ni un gran movimiento socialista mundial. Los partidos socialdemócratas se hicieron liberalsocialistas y se transformaron, como el francés, en algo semejante al Partido Demócrata estadunidense y los partidos comunistas se convirtieron también en social-liberales (como el ex partido comunista italiano). Los burócratas estalinistas de la URSS terminaron apoderándose de los bienes colectivos y se convirtieron en capitalistas mafiosos y en China se desarrolló una poderosa burguesía nacional dentro mismo del partido comunista. Corea del Norte es en realidad una monarquía asiática hereditaria despótica; Vietnam y Cuba son capitalistas de Estado; Rusia y China, capitalistas y neoimperialistas. El reformismo y el oportunismo de los partidos obreros tradicionales impidieron al mismo tiempo la educación política de los trabajadores y la adquisición por los mismos de una conciencia de clase y anticapitalista y, aunque hay en el mundo muchos más explotados que en cualquier otro momento de la historia, el nivel de conciencia, de autorganización y de independencia política de los mismos es muy inferior al que existía antes de la Primera Guerra Mundial. Volvemos al siglo XIX. Las jubilaciones y las pensiones (que son salarios indirectos) están siendo atacadas en todas partes, los derechos laborales han sido pisoteados, los horarios de trabajo se fijan según las necesidades de las empresas, se instalan estados de emergencia y se aplican medidas represivas contra los movimientos sociales y, como en México, se llega a militarizar países enteros violando sus constituciones ante la debilidad o carencia de partidos obreros de masa independientes y la debilidad general de los sindicatos. Los salarios directos caen sin cesar y la desocupación aumenta. El capital financiero y especulativo predomina sobre el productivo y se independiza cada vez más del Estado, que le sirve sólo para hacer negociados o para reprimir. El capital, mediante sus organismos internacionales, como el FMI o la OMC, pesa más en las legislaciones de los países que las leyes de los estados, que pierden trozos enteros de sus políticas propias al aceptar políticas monetarias y tratados de libre comercio favorables a las grandes trasnacionales, que se imponen a costa de todos, incluso de sectores capitalistas grandes o medios preocupados por la caída del consumo interno. El gran capital trasnacional depreda implacablemente los medios rurales y los bienes comunes (el Amazonas brasileño, el Orinoco venezolano, las zonas amazónicas ecuatorianas, el norte mexicano, las provincias cordilleranas argentinas son víctimas de la gran minería que contamina tierras y aguas). Las deudas contraídas con el capital financiero crecen y son impagables. La inmensa mayoría de la humanidad tiene trabajos precarios o en peligro. Los derechos democráticos y los derechos humanos están bajo ataque y se vuelve al pasado medioeval con las guerras de religiones para dividir a los trabajadores y a la fusión entre esas religiones y el Estado (Rusia impone la enseñanza religiosa como durante el zarismo y mata homosexuales, China acepta el taoísmo y la doctrina conservadora de Confucio, pero no otras religiones; resurgen los fundamentalismos religiosos protestante, católico, islámico, ortodoxo, hinduísta), mientras crecen los nacionalismos xenófobos y el racismo que son fomentados desde el poder. Está en curso una carrera armamentista, para mejorar los arsenales nucleares yanqui y ruso o crear una gran flota de portaviones y submarinos atómicos (China), y Japón y Alemania quieren unirse a esa carrera para no depender de las decisiones de Donald Trump. Existe peligro permanente de guerra. Por consiguiente, no hay ya margen para reformismos ni gobiernos progresistas: se va hacia una guerra, que por fuerza será nuclear, o hacia una catástrofe ecológica que podría llevar a la desaparición de la mitad de las especies existentes. Es por eso urgente e indispensable convertir las protestas contra los efectos del capitalismo en movimientos conscientemente anticapitalistas, defender los derechos democráticos y los derechos humanos de las mujeres, de los pueblos nativos, de los homosexuales, combatir el pago de la deuda externa hasta su auditoría exhaustiva, eliminar la precariedad en el empleo y la desocupación mediante planes de empleos, acabar con la omnipotencia del capital financiero expropiando los bancos, restaurar el equilibrio ecológico, frenar la tendencia hacia la guerra. Más que nunca, es necesaria la independencia política de los jóvenes trabajadores para acabar con la barbarie capitalista que amenaza el futuro de la civilización. almeyraguillermo@gmail.com Subir al inicio del texto

Bajo la lupa

Bajo la lupa Atropellos y empujones de Trump en la OTAN y el G-7 Alfredo Jalife-Rahme
T ras sembrar vientos bélicos en el Gran Medio Oriente (https://goo.gl/T3MgSR), Trump fue a perorar sobre la religiosa concordia ecuménica al Vaticano, donde recibió un árbol de olivo en señal de paz por el papa Francisco, quien –como exhibió su lenguaje corporal– se mostró muy incómodo con su apabullante huésped. Si Ivanka Trump de Kushner, convertida al judaísmo ultraortodoxo, opacó a la tercera esposa de su padre en la gira apoteósica a Arabia Saudita e Israel, Melania eclipsó a la hija predilecta en el periplo a Europa –el Vaticano, Bruselas, Sicilia– donde brilló intensamente la primera dama católica que ocupa la Casa Blanca desde Jackie Kennedy. Trump descolgó un suculento contrato de venta de armas a Riad por 110 mil millones de dólares –que puede alcanzar 450 mil millones de dólares en los próximos 10 años–, mientras era recibido en forma triunfal en Israel al haber adoptado la iranofobia de su amigo el primer ministro Netanyahu (https://goo.gl/JO6Ama). Suena divertido que en esta precisa coyuntura Estados Unidos (EU) haya extraviado mil millones de dólares en armas enviadas a Irak (https://goo.gl/1uCAzj), lo cual apunta a que parte sustancial del trumponomics provendrá de la masiva venta y extravío de armas a sus aliados del Gran Medio Oriente. La reunión de Trump con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea y el G-7 fue atropellada, donde abundaron los empujones, como el que le propinó al recién ingresado y despistado premier de Montenegro a la OTAN. Trump refrendó la política de su antecesor Obama para que la OTAN aporte 2 por ciento de su PIB al gasto militar. Su variante fue la forma brusca en la que profirió su exigencia que dejó atónitos a los mandatarios de la OTAN. Un cambio radical fue que Trump dejó en el aire el famoso artículo 5 de la Carta de la OTAN, que obliga a la solidaridad de los 28 miembros ante cualquier agresión exógena. Otro punto sobresaliente que ya empezó a tener repercusiones notables fue la filípica contra los alemanes catalogados de “muy malos (https://goo.gl/Ggcuxj)” –debido al déficit comercial y a la masiva exportación de los vehículos germanos–, lo cual ha tensado las relaciones con Angela Merkel y, de paso, con su flamante aliado galo Emmanuel Macron, quien reanudó el eje de París con Berlín. BMW, Mercedes Benz y Volkswagen produjeron 809 mil vehículos en sus fábricas estadunidenses cuando el valor de las importaciones en EU de los vehículos alemanes fue de 22 mil millones de dólares en 2016. Mientras Obama era ovacionado en Berlín, Trump vituperaba a los alemanes. El editorial de Le Monde, cercano a la cancillería gala, fulminó que Trump puso el acento en lo que divide en lugar de lo que une y fustigó la filípica trumpiana de desplazada, torpe y contraproducente, en medio de divergencias transatlánticas persistentes y del caos político en Washington (https://goo.gl/GKj47w). En la desangelada cumbre del G-7 en Sicilia, Le Monde afirma que las divergencias fueron notables en los temas de Rusia, comercio y cambio climático. En lo poco que coincidieron fue en el contraterrorismo y las medidas inespecíficas para purgar a las redes sociales de los mensajes antioccidentales (https://goo.gl/2JTzJS). Trump ya había puesto en la picota a la OTAN, que catalogó de obsoleta –lo cual es correcto–, y a Alemania por su hegemonía geoeconómica en Europa y su déficit comercial con EU. Es muy ilustrativo el editorial del rotativo chino Global Times: El discurso de Trump en la OTAN rompe el corazón (sic) europeo (https://goo.gl/bHSHQj), y deduce que ahora Trump parece desear convertir a la OTAN en una corporación (sic) con una perspectiva de empresario cuando “la situación política y militar en Europa hoy son diferentes del periodo de la guerra fría” y la amenaza (sic) de Moscú es menos real y Rusia no es más un rival global de EU, por lo que el valor de la OTAN para EU ha declinado y la organización se ha vuelto más un instrumento para mantener el orden europeo. Viene una frase relevante: “Ahora que la ventaja económica de EU se ha vuelto menos prominente, lo que Trump desea es ‘vender’ algunos de sus activos geopolíticos a cambio de dólares” y, de paso, diluye la participación financiera de EU en la OTAN, por lo que muestra un interés limitado en la geopolítica tradicional, cuando comprende probablemente que mezclar la política con las reglas de los negocios requiere habilidades. Así, Trump ha incrementado en forma significativa el presupuesto de defensa de EU y ha bombardeado las fuerzas gubernamentales sirias, teniendo una calculadora en una mano y un misil en la otra. Global Times concluye que otra cosa es que Trump gane la partida, ya que muchas fuerzas no reconocen su juego de cartas y en su conjunto poseen el capital y la posibilidad de aplacarlo (sic). A mi juicio, desde su casino mental Trump se ha vuelto una máquina succionadora del dinero ajeno, en especial con los aliados: desde el “México neoliberal itamita” hasta Alemania. Fuentes internas del G-7 en Sicilia filtraron que el choque, primordialmente de Angela Merkel con Trump, fue constante en tres temas cruciales: Rusia, cambio climático y comercio. Sobre Rusia, el israelí-estadunidense Gary Cohn, consejero económico de la Casa Blanca y anterior director de Goldman Sachs, confesó que Trump estaba sopesando la opción de levantar (¡supersic!) las sanciones a Rusia, lo cual colisiona con la postura europea más radical (https://goo.gl/4r10L5). Sobre las invectivas contra Alemania, el mismo Gary Cohn intentó diluir sus alcances al indicar que el padre de Trump era alemán. En referencia al polémico cambio climático y el acuerdo de París firmado por Obama, Trump se rehusó a tomar una decisión, lo cual optaría en una semana, mientras alardeaba en sus tuits que muchos países de la OTAN se han puesto de acuerdo en incrementar sus pagos (https://goo.gl/5v9YVM). El atribulado Trump tiene también la presión interna de 22 senadores republicanos –grupo considerable del total de 100: invaluables en un escenario de impeachment– quienes exigieron olvidarse del acuerdo climático de París con el fin de desregular la industria extractiva petrolera (https://goo.gl/DFF3qZ). A Andrew Hammond, asociado de la London School of Economics, no se le escapó la reunión en Moscú entre el canciller ruso, Sergey Lavrov, y su homólogo chino, Wang Li –muy preocupado de un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de Norcorea de EU, al estilo israelí–, que coincide con las cumbres de la OTAN y el G-7 (https://goo.gl/YWOzbF). Por su parte, Rusia instó a la OTAN a abandonar su confrontación antes de que sea demasiado tarde (https://goo.gl/KjZEXR). Dos días después del fin de la gira atropellada de Trump, el zar Vlady Putin se reunirá en forma muy significativa y simbólica con su homólogo galo, en una visita no programada, para inaugurar una exposición del Museo de L’Hermitage en Versalles con motivo del año 300 de la visita del zar Pedro el Grande (https://goo.gl/AOto0o). En Europa todavía hay vida después de Trump, lo cual aprovecha en forma estupenda el zar Vlady Putin. www.alfredojalife.com Twitter: @AlfredoJalifeR_ Facebook: AlfredoJalife Vk: id254048037

sábado, 27 de mayo de 2017

Trump, contra los molinos de viento

EE.UU Trump, contra los molinos de viento Néstor García Iturbe
23/05/2017 Aunque Donald Trump forma parte de la clase dominante de Estados Unidos, no es menos cierto que otros, que también pertenecen a esa élite, el 1 por ciento de la población estadounidense, no están de acuerdo con las ideas que pretende desarrollar durante su presidencia. Cuando muchos lo oyeron hablar de la importancia de tener buena relaciones con Rusia, se escandalizaron. Si eso sucede, se pierde un “enemigo”, y toda una serie de planes y gastos que se apoyan en la existencia del “enemigo” dejarían de tener fundamento. Eso y otros pronunciamientos de Trump, además de acciones que ha realizado, le garantizaron la oposición desmedida de aquellos que no desean cambio alguno en el sistema, pues gracias a este, se han llenado los bolsillos del dinero que aportan los contribuyentes al pagar sus impuestos. Cualquier acción de Trump es utilizada por sus detractores, apoyados en la gran prensa establecida, que también se ha manifestado en su contra, para divulgarla, de forma sensacionalista y tergiversada, con el fin de dañar su imagen. Según lo que se nos presenta, Trump es un loco, inconsistente, irracional, que diariamente comete errores y muchos de sus propósitos, de realizarse, pudieran causar grandes daños al sistema. En estos días, el Representante Demócrata a la Cámara por el Noveno Distrito de Houston, Al Green, pidió se iniciara un proceso de “impeachment” contra el presidente por obstrucción de la justicia. Para fundamentar esto, Green planteó que se refería a un jefe de Estado que despidió al director del FBI, encargado de la pesquisa sobre su relación con la interferencia rusa en las elecciones del 2016. Dentro de su propio discurso, Green, tratando de salvar su prestigio, planteó que el “impeachment” no significaba que el presidente fuera encontrado culpable, sino que la Cámara de Representantes lo acusara. Esto es una interesante maniobra. Se acusa a Trump, comienza el proceso de “impeachment”, el cual dura varias semanas, el propio Green maneja la posibilidad de que no sea encontrado culpable y si eso es así, son varias semanas entretenidos en asuntos que no resuelven problema alguno a la nación, proceso que cuesta cientos de miles de dólares y al final, el que paga es el contribuyente estadounidense. Green quizás se excuse por haberse equivocado, pero eso es todo. Esta no es la primera vez que Green se manifiesta en contra de los planteamientos de Trump, su oposición principal al mismo está relacionada con el muro que Trump ha planteado terminar en la frontera con México. Quizás para Green sea más beneficioso el que los inmigrantes ilegales entren en el territorio estadounidense y los propietarios de fincas y negocios puedan explotar la mano de obra barata que ellos proporcionan. Cuando estos inmigrantes son detenidos, el estado comienza a proporcionarles un lugar donde vivir, alimentación, entretenimiento y cuidados médicos. Son recluidos en cárceles que también paga el estado, cárceles privadas que tienen la reclusión de inmigrantes como un negocio, del que obtienen cientos de miles de dólares de utilidad y que en ocasiones, también explotan la mano de obra del inmigrante al que le pagan una miseria por el trabajo que realiza mientras está detenido. Obama deportó más de dos millones y medio de inmigrantes, los gastos que estos originaron durante todo el tiempo que estuvieron detenidos rebasa la cifra de 12,500 millones de dólares, un buen negocio para estas cárceles una de las cuales se encuentra precisamente en Houston, ciudad de la que es uno de los representantes el señor Al Green. Si existe un muro y los inmigrantes no pueden entrar en Estados Unidos, el negocio va a la quiebra. Algunos especialistas han planteado la poca probabilidad de que puedan someter a Trump al proceso de “impeachment”, entre otras cosas, porque la única evidencia que existe hasta el momento sobre la orden que plantea el ex jefe del FBI, James Comey, recibió del presidente, es un memorándum escrito por el propio Comey en el que relata su entrevista con Trump. También se ha tratado de involucrar a Trump en la entrega de “información secreta sobre terrorismo” al Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia. Algunos plantean que la “indiscreción” de Trump ha puesto en peligro la vida de un agente del Mosaad que fue el que originalmente entrego la información. Esta información se refería a planes de una organización terrorista para introducir en un avión estadounidense una computadora en la que se colocaría una bomba que explotaría cuando el avión estuviera en pleno vuelo. La reunión con Seguèi Lavrov fue hace pocos días, pero desde hace varias semanas, se comentó en la prensa de varios países que el Departamento de Seguridad de la Patria de Estados Unidos había dado orientaciones de que en los aviones de pasajeros de compañías estadounidenses no se podían transportar laptops y otros equipos electrónicos ¿No recuerdan eso? Desde que se dio esa orden, la organización terrorista sabía que sus planes habían sido descubiertos y que debía ser alguien que estaba dentro de la misma el que dio la información. Si efectivamente Trump le traslado algo a Lavrov ya hacía más de quince días que la información estaba corriendo por los aeropuertos y en la prensa. No obstante eso la misma se utilizó como parte de la campaña contra Trump, en este caso de que estaba “entregando secretos a Rusia”. Los medios de información estadounidenses son especialistas en crear estados de opinión, en tergiversar información y en presentar situaciones de forma tal que los lectores consideren son ciertas. Dentro de los enemigos de Trump, están los dueños de los medios de información, que están tratando de que su imagen se deteriore y que el ciudadano estadounidense considere sería lo mejor este dejara de ser presidente. Esos mismos medios son los que presentan la situación de Venezuela como si el gobierno de Maduro estuviera reprimiendo la población, que “pacíficamente está manifestándose y luchando por su libertad y los derechos humanos”. Los asesinatos que a diario se comenten en México, Honduras, Guatemala y Colombia ni se mencionan en esa gran prensa. Tampoco se habla de los problemas que confrontan los pueblos de Argentina y Brasil como consecuencia de los gobernantes mediatizados que en estos momentos tienen. No podemos esperar otra cosa de unos medios de prensa que son propiedad de lo peor de la sociedad estadounidense y que son utilizados para oponerse a todo lo que perjudique sus intereses económicos. Según una investigación reciente de la Universidad de Harvard, el 80 por ciento de la cobertura de prensa sobre Trump es de carácter negativo. Pero todavía nos quedan “noticias” sobre Trump que nos llegarán en los próximos días, no solamente de su gira por distintos países, sino principalmente sobre la propuesta de presupuesto que este realizó. En esta propuesta se plantean grandes cortes a la burocracia de Washington con el fin de balancear el presupuesto en un término de 10 años. Muchos de los cortes se realizan sobre los programas contra la pobreza, pues en los planes se toma en consideración la disminución del desempleo, que se considera el mejor antídoto contra la pobreza. No se afectan, por el momento, los planes del Seguro Social y el Medicare, tal y como prometió Trump durante su campaña. Cómo beneficiado en el presupuesto propuesto está el Pentágono, que ya en el 2018 se plantea incremente sus fondos en 54 billones de dólares. Los perjudicados con disminución de su presupuesto son el Departamento de Estado, La Agencia de protección del Medio Ambiente, el Departamento de Agricultura y otros. Se plantea eliminar del presupuesto la Corporación para Transmisiones Publicas (radio y tv) y la Fundación Nacional para las Artes. La disminución del presupuesto del Departamento de Estado, en mi criterio, debe afectar a la USAID, la NED y algunos otros planes de la llamada “diplomacia suave”, por lo que no debe extrañarnos alguna manifestación contra esto que se efectúe en Cuba, por los que viven del dinero que reciben de esas fuentes. También considero que la eliminación total del presupuesto de la Corporación para Transmisiones Públicas pudiera darle el golpe de gracia a Radio y TV Martí. Si esto es así, me parece muy bien lo que está proponiendo Trump. La idea que se trata de desarrollar en esta propuesta es alentar a que la población resuelva sus problema mediante la obtención de un puesto de trabajo, no mediante el subsidio estatal, salvo aquellos que su edad o condiciones físicas le impidan trabajar. Se trata de promover, según dice el propio documento, la responsabilidad personal en solucionar los problemas familiares y de resolver las diversas necesidades de la población que utiliza el Medicaid. Esto último estará fuertemente unido a la nueva ley que sustituya el Obamacare. Este problema del presupuesto es serio y seguramente tendrá un buen número de opositores. Aunque es bueno señalara que es la propuesta de la administración Trump sobre la que el Congreso tendrá que actuar y como se encuentran las coas en dicho recinto bicameral no creo que todo pase fácilmente. Muchos políticos, tanto republicanos como demócratas se encuentran comprometidos, hay muchos millones de dólares en juego y unas elecciones parciales a la vuelta de la esquina donde cualquier afectación a la población puede revertirse en una derrota electoral. Mientras tanto, Trump continúa cabalgando en dirección a los molinos de viento. 18 de mayo del 2017 - Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu http://www.alainet.org/es/articulo/185653

Exterminiodel proletariado balnco y pobre en EU

Exterminio del proletariado blanco y pobre en los Estados Unidos La “Peste Blanca” del siglo XXI James Petras
Rebelión Traducido del inglés para Rebelión por César P. Guidini Joubert Presentación En el curso de los dos decenios pasados en los Estados Unidos se registraron cientos de miles de fallecimientos prematuros [i] por culpa de médicos que recetan de forma totalmente irresponsable calmantes y demás depresores del sistema nervioso central, como los tranquilizantes, los cuales provocan enviciamiento, y también a causa de las contraindicaciones de tales medicamentos, cuyas consecuencias son mortales. El hecho innegable es que esos fallecimientos corresponden en su inmensa mayoría a individuos que son raza blanca y pertenecen a la clase trabajadora y a la clase media baja que vive en las regiones rurales y en las ciudades en las que cerraron las fábricas [ii] . La clase dirigente y los grandes mandamases de la oligarquía decidieron, con toda discreción, desprenderse de esa parte del país porque consideran que “sobra”. La víctima y los parientes que la sobreviven carecen de la más mínima posibilidad de conseguir que se les indemnice para reparar la negligencia general y la codicia que llevan al enviciamiento y a la muerte. El gobierno en su conjunto y la prensa, que obedece a la oligarquía, omiten deliberadamente informar de las causas últimas de la epidemia e investigarlas en consecuencia, y lo único que se puede leer y escuchar son las clásicas peroratas, pomposas y superficiales, sobre el problema. Se examinarán en primer término las proporciones y los pormenores de la epidemia y se señalarán las causas últimas, tras lo cual se expondrán soluciones. Cotejo de cifras En el concierto de los países adelantados de Europa y Asia los Estados Unidos pueden reivindicar la dudosa distinción de que cuentan con la tasa más elevada de aumento del fallecimiento prematuro de individuos jóvenes y adultos de extracción obrera y de clase media baja [iii] ; ese aumento de la mortalidad prematura no se registra siquiera en los países que no son tan adelantados, salvo en los tiempos de guerra. Tal devastación, que es exclusivamente propia de los Estados Unidos, se concentra en la población blanca, pobre y con escasos estudios que vive en los pueblos y ciudades pequeñas y en las regiones rurales. El fenómeno ya no se puede ocultar: en el curso de los dieciséis años pasados (2000 a 2016), la tasa de fallecimiento del obrero norteamericano que tiene de 50 a 54 años de edad se duplicó y pasó de 40 a 80 por 100.000 [iv] . Por el contrario, en Alemania la tasa de mortalidad del individuo de características semejantes descendió de 60 a 42 por 100.000 y en Francia lo hizo de 55 a 40 por 100.000 (2). Además, en los Estados Unidos la tasa de mortalidad del obrero blanco marginado aumentó en comparación con la cifra correspondiente a la población negra y a la procedente de América Latina. Dicho aumento de la muerte prematura señala un notable deterioro de las condiciones de vida de una fracción descomunal de la población de los Estados Unidos. Los fallecimientos se atribuyen fundamentalmente a la notable alza del suicidio, a las complicaciones que acarrean la obesidad y la diabetes, y muy particularmente, al “envenenamiento”, concepto genérico en el que, además del alcohol, los estupefacientes, y, sobre todo, los analgésicos narcóticos que receta el médico, cabe un amplio espectro de contraindicaciones. A juicio de algunos pretendidos “especialistas” que “dominan” el problema del vicio con medicamentos, el alza de la tasa de mortalidad del obrero de los Estados Unidos se atribuye a “la mundialización y la automatización” (3). Eso es un ejemplo de lo que se denominan explicaciones “superficiales” o “falsas”, y se llaman así porque el fenómeno no se registra en los demás países industrializados; en efecto, incluso si se consideran el Japón, el Canadá y el Reino Unido, cuya economía se transformó por causa de la “mundialización” y de la moderna automatización, en ninguno de ellos se observa que aumente la mortalidad de la parte fundamental de la población. La mortalidad del obrero del Reino Unido, Canadá y Australia se mantiene estable en unos cuarenta fallecimientos por cien mil, o sea, la mitad de la tasa de los Estados Unidos, pese a que esos países no presentan grandes diferencias en lo que respecta a las características demográficas y a la cuota del mercado mundial. La clave para comprender el presente fenómeno radica en la atención que el capital y la estructura dominante de los Estados Unidos prestan a las necesidades de la mano de obra, que ya no resulta necesaria por causa de la transformación que se opera en la economía En los Estados Unidos el obrero blanco adulto, mal remunerado y que, con suerte, cursó la enseñanza secundaria, sobre todo el que cumple labores manuales, registra una mortalidad que cuadriplica la de aquel otro que fue a la universidad. El aumento espectacular de la mortalidad en dicha categoría demográfica se corresponde con la mayor proporción de obreros y sus familias que ya no gozan de la debida atención médica a cargo del patrón. La desaparición de los puestos de trabajo seguros y bien remunerados de la industria fabril provoca que se extiendan los fallecimientos prematuros en dicha capa de la sociedad. En otras palabras, las muertes evitables en el mundo del trabajo aumentan de forma paralela al éxodo de fábricas al extranjero, la automatización y la contratación de obreros inmigrantes y de obreros autóctonos sin seguro y que trabajan por horas, todo lo cual acarrea que desaparezca la atención médica completa que recibe la clase trabajadora, pero precisamente gracias a eso es que la tasa de ganancia del gran de capital puede aumentar sin pausa. En otras economías capitalistas adelantadas de Europa y Asia se mantienen intactas las instituciones de salud pública y previsión social, que son de carácter universal y cumplen debidamente la misión de aliviar el daño que causan a la salud del obrero la mayor inseguridad del puesto de trabajo y el deterioro de las condiciones de vida. Dichas instituciones de salud pública salvan millones de vidas y ése es uno de los contrastes más marcados que separan a la medicina de los Estados Unidos de la que está vigente en el resto del mundo industrializado. El “OxyContin” [v] , la Peste Blanca La causa última de la descomunal alza de la mortalidad de obreros en los Estados Unidos es, ante todo, la decisión que tomó la clase capitalista de suprimir la atención médica general y en buenas condiciones de que gozaba el trabajador a la vez que se rebajaba el salario y se enviaban al extranjero muchos puestos de trabajo. Por esa causa, y en vista del descenso de su ingreso, el obrero no puede darse el lujo de pagar para sí y para su familia las sumas astronómicas que representan la prima del seguro de salud, la consulta al médico y la receta y la franquicia. Tampoco tiene para pagar la abultada factura de la “terapia física y rehabilitación” cuando sufre un accidente, todo lo cual explica que prefiera que le receten un analgésico narcótico gracias al que podrá soportar el dolor crónico [vi] mientras sigue trabajando. En segundo lugar, el personal médico (médicos, enfermeras y auxiliares médicos) está sometido a fuertes presiones del patrón para que dedique el menor tiempo posible tiempo al paciente que padece de dolor crónico y lesiones por accidentes del trabajo, sobre todo, los que cuentan con recursos limitados. El salario y la retribución extraordinaria dependen generalmente del número de pacientes que se atienden por día. La clásica receta, especialmente cuando se prescriben narcóticos, sedantes, ansiolíticos y somníferos, ahorra tiempo y dinero al médico y al hospital privado. Muy rara vez recibe el obrero accidentado y el que sufre de dolor crónico el examen detenido de la historia, el debido reconocimiento, el diagnóstico serio y el consiguiente tratamiento y vigilancia posterior, pues todo eso cuesta mucho dinero. Las sociedades farmacéuticas fabrican miles de millones de opioides de síntesis [vii] , de muy bajo costo de producción, pero cuya ganancia es descomunal, pues rinden muchísimo más que los denominados “medicamentos estrella”. Los multimillonarios dueños de los laboratorios que se dedican a los analgésicos narcóticos contratan a legiones de vendedores que visitan a los médicos y a las clínicas del dolor, aprovechando que operan en un ramo que carece prácticamente de reglamentación y que es ajeno por completo a la intervención y vigilancia del Estado capitalista. Los valedores de la industria farmacéutica gastan cientos de millones de dólares en los políticos y jerarcas públicos para proteger su ganancia, aún a costa de que aumente el número de muertes por sobredosis de quienes no pueden vivir sin el opioide que le receta el médico. La falta absoluta de intervención del Estado en la presente epidemia no tiene parangón en el mundo industrializado. Esa malévola indiferencia prueba que existe un darwinismo social, tácito, pero de carácter oficial, y que opera en las más altas esferas; es la misma ideología y práctica que antes era patrimonio exclusivo de los más ardientes defensores del fascismo y de las teorías de la eugenesia. ¿Qué da al gran capital impunidad para el asesinato? El envenenamiento con los narcóticos recetados y con la mezcla de tranquilizantes, alcohol y estupefacientes, de consecuencias mortales, es la primera causa de fallecimiento prematuro, y evitable, en el mundo del trabajo. También debería figurar en la categoría de fallecimiento por sobredosis el obrero que pasa del vicio del estupefaciente que le receta el médico al estupefaciente que se vende en la calle, pues, en última instancia, el vicio que padece comienza en el hospital que lo atiende. Aunque nunca lleguen a conocerse, el traficante de la calle es socio del mundo de la empresa privada y de esas clínicas del dolor, que siempre están relucientes de limpias. Las muertes prematuras por sobredosis causan increíble sufrimiento a los amigos y parientes de la víctima, pero a los ojos del “gran capital” constituyen un hecho favorable, y por esa razón la epidemia ha permanecido casi oculta por espacio de dos decenios. La prensa de los pueblos de provincia acostumbra dedicar extensos y conmovedores párrafos en recuerdo del abuelito fallecido en los que no faltan tiernas palabras acerca de la enfermedad que se lo llevó, mientras que la muerte por sobredosis del padre adulto o de la madre que fue despedida del trabajo es llorada en el anonimato y en silencio. El fallecimiento prematuro del obrero por sobredosis engrosa considerablemente la ganancia del patrón, pues así disminuyen los gastos generales en concepto de despido, pensión, medidas de seguridad en el trabajo y cuantos otros gastos en atención médica corran de cuenta de la empresa. Se extingue el subsidio de paro y la contracción de la población trabajadora hace que bajen los tributos municipales destinados a sufragar la enseñanza y los servicios y provoca que se contraiga también la demanda de servicios sociales. No es coincidencia alguna que el marcado aumento de la muerte prematura de obreros coincida con la increíble concentración de riqueza en manos de los grandes oligarcas de los Estados Unidos. En tales circunstancias, la fuerte merma del salario y de los derechos sociales sumada a la mayor inseguridad del puesto de trabajo hace cundir un miedo profundo en el mundo del trabajo. La mayor parte de las veces el obrero que ve con terror la pobreza en que quedará sumida su familia por la pérdida de un puesto de trabajo decente continúa trabajando a pesar de que se encuentre accidentado o enfermo y para llegar a duras penas al fin de la jornada tiene que tomar estupefacientes legales y de otro tipo. Combate el estado de inseguridad, la ansiedad y el insomnio con otros medicamentos que, a su vez, agravan el riesgo de sobredosis. El miedo y el clima envenado que reina en el lugar de trabajo lo obligan a abstenerse de solicitar la licencia de enfermedad y una buena terapia física rehabilitadora por la vía del seguro de salud de la empresa. Los calmantes más “eficaces” y que están respaldados por una enorme propaganda, como el OxyContin, suelen ser los que provocan un enviciamiento más veloz y de consecuencias mortales. Los representantes de la industria farmacéutica que visitan clínicas y hospitales se encargan de ocultar deliberadamente la peligrosa naturaleza enviciante de esos “medicamentos milagrosos”. La víctima de tales fármacos enviciantes es casi siempre el obrero mal pago y el que no tiene trabajo, y el médico que hace la receta es un fiel servidor del patrón capitalista y de las grandes farmacéuticas. Los laboratorios cuentan con la protección de las altas esferas del Estado y, a su vez, los funcionarios de jerarquía “media” se encargan de proteger a los propietarios y al personal médico de los hospitales y las clínicas del dolor, que están en manos privadas. Los autores de ese asesinato colectivo por sobredosis sacan un provecho descomunal y con total impunidad del caos que se provoca, pero no ocurre lo mismo con el pequeño traficante callejero que puebla las atestadas y gigantescas prisiones de los Estados Unidos. No hay un solo organismo federal, policial o de seguridad que siquiera se atreva a perseguir y enjuiciar a los propietarios de esas enormes sociedades farmacéuticas. En efecto, el brazo de la seguridad y la justicia del Estado hace de cómplice del enviciamiento colectivo, aunque los agentes de policía no son más inmunes a los narcóticos con receta que las enfermeras y demás personal médico que deben tratar a las víctimas de los accidentes de trabajo. En realidad, el problema de la muerte por sobredosis de medicamentos narcóticos que afecta al personal médico y del servicio de seguridad (incluidos los frecuentes casos de suicidio por sobredosis de quienes pierden el puesto de trabajo por culpa del consumo de narcóticos) constituye una tragedia pública de la que no se tiene noticia y por la cual nadie llora. Tampoco escapan al problema los soldados que regresan de las guerras imperiales en el Medio Oriente y el Sudeste Asiático. Las contradicciones de una sociedad que otorga impunidad a los capitalistas que perpetran esa epidemia de muerte (la “guerra del opioide” [viii] contra la clase obrera sobrante) y, al mismo tiempo, gasta miles de millones de dinero del Estado para encarcelar al pequeño traficante de la calle y al cliente ilustran que el gobierno federal y el de los estados se encuentran sumidos en el caos y les resulta imposible intervenir como se debe en favor del ciudadano. Con oportunidad de las elecciones internas y presidenciales del año pasado y la difusión por radio y televisión de las respectivas campañas (por primera vez) los políticos nacionales fueron interpelados en numerosas ocasiones por los ciudadanos de los pueblos de provincia que estaban alarmados por la devastación que sufren por culpa de los medicamentos narcóticos y la muerte por sobredosis. El candidato Trump hizo varias declaraciones sumamente emotivas acerca de la cuestión y, por su parte, resulta interesante destacarlo, la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, no hizo la más mínima mención al problema a lo largo de la campaña, a pesar de que no cesó de pregonar y vanagloriarse de los “logros” que ella había conseguido en el campo de la salud. En los últimos meses las proporciones que reviste el fallecimiento por sobredosis en los pueblos pequeños y en el campo provocaron movilizaciones populares que reclaman que el Estado haga algo. Como era de esperar, entonces se reunió rápidamente un pequeño ejército de catedráticos, especialistas y entendidos, y asociaciones privadas (ONG) y se presentó para reclamar más fondos para “investigación, formación y tratamiento”. Los mismos propietarios de las clínicas del dolor, que llevan a tantos a caer en el vicio de los medicamentos, decidieron ampliar el campo comercial y ahora se denominan “clínicas de rehabilitación”, cuyo fin es complementar la labor de las asociaciones de apoyo a la víctima y que proliferan como hongos después de la lluvia. Ninguna de esas empresas oportunistas, más que discutibles, se propone “instruir” políticamente y movilizar al obrero enviciado con medicamentos y al resto de la ciudadanía para reclamar que se cree una institución nacional de salud pública universal como hay en otros países en los que no existe el problema del envenenamiento por medicamentos. Ni siquiera se encargan del problema de los accidentes de trabajo y de que el obrero sea tratado con opioides porque no se le presta un servicio de rehabilitación y terapia física. Los profesionales de la medicina prefieren remitir al paciente a los centros de tratamiento, en los que el problema del vicio se tratará con medicamentos que lo agravan, como la metadona, en vez de hacer frente a las consecuencias devastadoras de la quiebra de las instituciones de salud pública de los Estados Unidos, que están en manos de los seguros de salud privados que buscan el lucro a toda costa, y en consecuencia, organizarse para atender como se debe al paciente. Del mismo modo, las instituciones de trabajo y los sindicatos del ámbito federal y estatal omiten cuidadosamente hablar de los estragos que la epidemia causa en la mano de obra. En un editorial del New York Times del 16 de octubre de 2016 se señala que millones de hombres en edad de trabajar se encuentran totalmente fuera del mercado de trabajo por causa de “dolor e incapacidad” y una parte considerable de ellos vive con analgésicos narcóticos. El efecto prolongado es obvio: el tratamiento enviciante con dichos medicamentos destruye la disciplina interna del obrero, que es imprescindible para que la industria produzca. Sería inimaginable que los industriales y los gobernantes de Alemania y de China aceptaran las consecuencias prolongadas de tal fenómeno. Ése es apenas un brillante ejemplo que revela la actitud arrogante y displicente con que la oligarquía y el mundo de la política de los Estados Unidos tratan a la mano de obra del propio país. Los asesinos y sus víctimas se califican por su clase social y no por los “estudios” o los “conocimientos de informática” que posean. Los capitalistas de la industria farmacéutica producen mortíferas mercancías que se distribuyen con astronómicos recargos en decenas de miles de farmacias. Los destinatarios de esa mercadería son el trabajador y el individuo de clase media baja que cae víctima del envenenamiento. Por su parte, los capitalistas y los oligarcas no tienen la más mínima necesidad de recurrir al seguro de salud, pues tienen a su disposición sus propias y exclusivas clínicas de lujo que son atendidas por el correspondiente cuadro de médicos de renombre y enfermeras que les brindan la mejor atención que se conoce. A ellos jamás se les ocurriría permitir que sus parientes fueran tratados con esos medicamentos enviciantes que devastan la vida de millones y millones de ciudadanos inferiores y los cuales les hacen ganar enormes sumas de dinero. Aunque uno nunca pueda ver y, mucho menos, visitar esas clínicas de lujo, no es difícil entender las consecuencias mortíferas que provoca ese apartheid en el campo de la medicina. Haciendo gala de un optimismo que no es extrañar, la prensa de los Estados Unidos da cuenta de que, gracias al problema de la mortandad por sobredosis, los hospitales que realizan trasplantes cuentan ahora con numerosas partes del cuerpo que son necesarias. ¡No se consuela quien no quiere! La clase capitalista que ha desencadenado esa “guerra del opioide contra la clase obrera” no tiene el menor problema en donar decenas de millones de dólares a los candidatos a la presidencia y los demás dirigentes de los partidos políticos para asegurarse de que las autoridades que designen en los denominados organismos de inspección del Estado se esfuercen por proteger sus ganancias en vez de la salud pública del ciudadano. Los oligarcas gozan de inmunidad casi total y eterna de dichos organismos fiscalizadores. Si, alguna vez el escándalo de las inmensas pérdidas de vidas humanas que causan los medicamentos que envenenan llega por casualidad a afectar su vida refinada del mundo de la filantropía de las bellas artes y demás actividades de la élite, tienen a su disposición legiones de “moralistas” de la prensa y del mundo oficial que se encargan de culpar a las víctimas por los hábitos malsanos que les arruinan la vida. Una de esas compañías es Purdue Pharmaceuticals, que fabrica el OxyContin y que es propiedad de la familia Sackler, cuyos fundadores pertenecen a la cúpula de los filántropos de la cultura de los Estados Unidos. Desde que, en 1995, comenzó a girar en el ramo de los calmantes, lucrativo como no hay otro, el OxyContin redituó a la Purdue 35.000 millones de dólares y los Sackler pudieron entrar en el Olimpo de los archimillonarios del país. A ninguno de los conservadores de las Galerías Sackler y del ala Sackler del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se le ocurriría hacer una exposición de “realismo social” que ilustre el inmenso sufrimiento y muerte que los medicamentos de sus patrones causan a millones de individuos de clase baja; pero ocurre que los gustos cambian y el “realismo social” ya no está de moda en el apartheid de clase que los Sackler y sus amigos impusieron en el país. Los estudios serios y rigurosos sobre la evolución demográfica también han quedado anticuados. Un antiguo director de la Administración de Alimentación y Farmacia (FDA) sostiene que la moda de recetar opioides de forma indiscriminada constituye uno de los “mayores errores de la historia de la medicina moderna”, pero no hizo nada para contener la epidemia durante el período en el que estuvo al frente del organismo (1990 a 1997) ni para llamar la atención acerca de sus devastadoras consecuencias después de que dejara el cargo. En efecto, el doctor David Kessler [ix] esperó hasta hace muy poco para sumarse al coro de quienes lamentan la epidemia de opioides a raíz del sonado fallecimiento por sobredosis de Prince, la estrella del rock, y fue solamente entonces que escribió un artículo de opinión en el New York Times del 6 de mayo de 2016 [x] . Los profesores de universidad reciben subsidios de las grandes fundaciones nacionales para “estudiar el problema de los opioides” con el fin de elucidar particularmente los trastornos psicológicos que padece la víctima de sobredosis y las patologías sociales del traficante de la calle. Eso desvía la atención de los laboratorios farmacéuticos, que lucran con la epidemia, y de los gobernantes del capitalismo, que prepararon el terreno para ese envenenamiento colectivo en todo el país. Pero, el ascenso en la universidad, el reconocimiento de los colegas y los jugosos subsidios de investigación no son para quien cometa la tontería de señalar con el dedo a las farmacéuticas asesinas, las peligrosas condiciones de condiciones de trabajo, las horas extras, la escasa paga, el aumento de los accidentes de trabajo y las enfermedades y la desesperación que hacen que el obrero pase de manos de la empresa asesina a manos del “papá laboratorio”, ni tampoco para el que se atreva a denunciar a los médicos que estimulan al trabajador a que recurra al veneno de los calmantes en vez de reivindicar aumento de salario, mejor atención médica, mejores condiciones de trabajo y un futuro de verdad para su familia. Es urgente que se tomen medidas en serio. La realidad de los cientos de miles de fallecimientos por culpa de la “receta de la muerte” y de los millones de víctimas del vicio de los medicamentos deben reclamar que se cree una fiscalía especial nacional que se dedique de forma exclusiva a desentrañar las causas últimas de esta epidemia que no remite y las cuales radican en el ánimo de lucro que mueve a la élite social y económica del país. La investigación deberá encaminarse a perseguir a la extensa red de chantajistas y propiciadores, en la que caben desde los valedores de los laboratorios farmacéuticos y los jerarcas del Estado corruptos hasta los médicos y los periodistas, porque la presente epidemia afecta a decenas de millones de trabajadores y a su familia, amigos, compañeros de trabajo y al medio en el que viven. ¿Y dónde están los defensores del niño que representen los intereses de los miles de hijos de madres de las comarcas rurales atrapadas por el OxyContin que nacen con el síndrome de abstinencia neonatal y que desbordan la capacidad de los hospitales del campo y de los pueblos? Soluciones La cadena que forman el enviciamiento con medicamentos y la muerte por sobredosis obliga a hacer algo más que propaganda con las típicas fotos de los centros de tratamiento de los pueblos. En efecto, hay que encarar decididamente el problema de los opioides con receta y enjuiciar en consecuencia a los laboratorios criminales, y perseguir, sobre todo, a los capitalistas que explotan al obrero vulnerable, le niegan protección, condiciones de trabajo seguras y la atención médica debida. Se impone una transformación fundamental de la relación del capital y el trabajo en este país. Los planes del capital, que merman el salario y la seguridad del obrero, obligan a contar con un ejército de reserva más numeroso, que forman los desocupados y los trabajadores mal pagos. Habiendo tantos obreros autóctonos que sufren incapacidad por accidentes y otros que están apartados del mundo del trabajo por culpa del enviciamiento, se debe recurrir a la mano de obra zafral procedente del extranjero, cuyo país de origen se encargó de que esa mano de obra creciera, estudiara y se preparara para la vida, con el consiguiente gasto. En otras épocas eso se llamaba “éxodo de cerebros”, pero ahora es el “éxodo de cerebros y de músculos hábiles”. Gracias a los recursos que gastan otros países para criar e instruir a la mano de obra que luego emigra, el capitalismo y los gobernantes de los Estados Unidos pueden recortar drásticamente el gasto social que se destina a instruir y cuidar la salud del trabajador autóctono. No hay otra forma de contrarrestar ese fenómeno en los Estados Unidos que instaurar una norma de inmigración que sea racional, calibrando bien previamente el número, composición y condiciones de la mano de obra nacional. Hay que poner límites al poder que tiene el capital de contratar y despedir libremente al obrero estadounidense y de arrasar en consecuencia pueblos y regiones enteras. Los valedores de los grandes laboratorios farmacéuticos y los organismos oficiales de inspección, que lucraron o simplemente pasaron por alto el gigantesco problema del vicio de los medicamentos y la muerte por sobredosis, deberán recibir el mismo trato que el delincuente que mata y el que causa lesiones. Los médicos, que deciden recetar grandes dosis de medicamentos narcóticos muy potentes que llevan al enviciamiento y a la sobredosis mortal, deberán ser reeducados y sometidos a vigilancia, si no quieren perder la licencia y verse obligados a responder ante la justicia. Desde los primeros momentos de la epidemia, conocían la naturaleza de dichos medicamentos que provocan enviciamiento. No son pocos los propios médicos y personal auxiliar que quedan “enganchados”. Los que explotan las denominadas “fábricas de píldoras”, en las que se recetan y venden alegremente toda clase de remedios, deberán ser castigados con severas penas, es decir, largos años de reclusión. Los profesionales de la medicina podrían haber decidido pelear para que el paciente accidentado tuviera la rehabilitación y terapia física necesarias, pero por su avaricia y voracidad contribuyeron al desastre actual. ¿En qué se distinguen, realmente, de los psicólogos de renombre que contrata el gobierno de los Estados Unidos para inventar métodos de tortura? Sin embargo, hay otros que intentaron dar la alarma. No se puede dejar de reconocer y recompensar a los farmacéuticos, médicos, enfermeras y organismos de inspección que resistieron la presión de recetar y estimular el consumo de los opioides con meros fines de lucro y, en vez, procuraron intervenir para proteger al paciente vulnerable y alertar del problema. Muchos de ellos sufrieron represalias en la vida profesional por su conducta de “denunciante”. La medicina de los Estados Unidos se rige por el lema “primero el lucro y después el paciente”, lo cual explica que sea la única nación industrializada en la que ocurre el presente fenómeno demográfico; eso debería servir de moraleja a aquellos países que piensen instaurar los principios yanquis en el campo de la medicina y, en particular, los métodos lucrativos que se aplican para tratar el “dolor” crónico, con las consecuencias mortales ya conocidas. En un artículo de investigación aparecido hace poco en Los Angeles Times y que se titula OxyContin goes global – “We’re only just getting started” [xi] [“El OxyContin al asalto del mercado internacional: ‘Esto es apenas el principio’”] (18 de diciembre de 2016) se explica con detalle la multimillonaria campaña emprendida por los laboratorios que fabrican opioides para radicarse en otros mercados y se documenta el abrupto aumento de los fallecimientos por sobredosis. El elemento imprescindible para resolver esta crisis descomunal radica en que se instaure en todo el país un régimen universal de salud pública y que el Estado se haga cargo de él. ¿De dónde saldría el presupuesto necesario? De suprimir las exenciones tributarias a los ricos y de repatriar y gravar los billones (1.000.000.000.000) de dólares de beneficio que las sociedades yanquis guardan en los paraísos fiscales y, también, de gravar las grandes herencias. Ésa sería una medida redistributiva que iría en contra de la inmensa acumulación de riqueza y gracias a la cual habría oportunidades en el campo de la enseñanza, la movilidad social y la promoción en el puesto de trabajo. Sólo entonces se vería que disminuye el consumo desenfrenado de opioides entre los obreros que descienden en la escala social, el número de muertes por sobredosis y también el alza de la mortalidad. Habría que gravar a las sociedades que se trasladan al extranjero para combatir la fuga de capitales y también imponer un gravamen del uno por ciento a las operaciones de carácter especulativo, como las que se hacen en la Bolsa. Una institución nacional de salud pública que brindase atención completa rebajaría drásticamente los onerosos gastos generales de administración. También se reducirían notablemente los tratamientos y métodos innecesarios y poco éticos y demás formas de estafa que son endémicas en las actuales instituciones médicas “con fines de lucro”. Los recursos que se consiguiesen con dichos ahorros se destinarían a mejorar la atención médica y los servicios correspondientes. Con esas reformas de los servicios sociales, la justicia y la tributación se conseguiría sustentar un servicio universal de salud pública para todo el país que se apoyaría en la estructura del actual Medicare [xii] , que ha dado tan buen resultado para la población mayor en los últimos decenios. Además, así se podría fortalecer la mano de obra nacional, que contaría con un obrero sano, bien remunerado, eficiente y que tuviese el puesto de trabajo asegurado. Los gobernantes y demás dirigentes políticos de los Estados Unidos, actuales y del pasado, dilapidan billones de dólares del presupuesto público en numerosas guerras contra el terrorismo y operaciones de “cambio de régimen” y en sufragar las instituciones carcelarias más descomunales de la historia de la humanidad, pero dejan de lado la muerte prematura y la destrucción de sus propios ciudadanos, provocadas por los métodos “legales” que aplican los laboratorios farmacéuticos y los profesionales de la medicina. Las soluciones se dejan en manos de las generaciones futuras, que deberán meditar lo que se hace, pero ahora los de abajo reclaman con fuerza que se ponga fin a esta crisis. El obrero marginado y los pobres del campo que votaron en masa por primera vez contra la “candidata de las grandes farmacéuticas” Hillary Clinton y eligieron al oportunista “multimillonario” Donald Trump se concentran en las mismas zonas que han sido devastadas por la epidemia de los opioides (y el suicidio de obreros). Esas capas marginadas que siempre fueron despreciadas por los políticos tradicionales y a las que la candidata Clinton tachó de “miserables” [xiii] no necesitarán grandes discursos para convencerlas de que apoyen la creación de un servicio nacional de salud pública, que es el primer paso para encarar el actual problema de la vida y la muerte que sufre el obrero de los Estados Unidos. Además, la evolución actual de la industria, con el recurso a los adelantos técnicos, como los autómatas y la inteligencia artificial, sirve a la ganancia del capitalista, pues se consigue prescindir del obrero y explotar mejor a los quedan, amén de recortar el oneroso gasto en atención médica y en pensiones. Esa nueva relación del capital y el trabajo puede y se debe substituir por otra, en la que técnica esté al servicio del obrero, ya que se lograría mejorar las condiciones de trabajo y reducir la semana de trabajo de cuarenta a treinta horas con igual salario, que era la reivindicación general del movimiento obrero en la década de 1950. Pero esos cambios no vendrán de la mano de los proyectos de investigación “neutrales” que llevan a cabo las universidades gracias a los fondos que aporta la patronal ni tampoco de los vacuos seminarios que dictan los “especialistas” de las famosas asociaciones privadas (ONG). La verdadera oposición a esta “guerra de clase con receta médica” dependerá de la solidaridad y la lucha. El obrero debe librarse de este flagelo. No tiene nada que perder, salvo el peligroso y degradante vicio de los medicamentos, pero tiene en cambio un mundo y un verdadero futuro que ganar. Parafraseando a Trump [xiv] , ¡solamente los obreros pueden hacer que los Estados Unidos se vuelvan a levantar! Notas del Traductor [i] Según datos de los Centros de Erradicación y Prevención de Enfermedades, se registraron más de medio millón de fallecimientos en el período comprendido entre los años de 2000 y 2015: https://www.cdc.gov/drugoverdose/epidemic/?utm_source=Bruegel+Updates&utm_campaign=50f07a51aa-Blogs+review+25%2F03%2F2017&utm_medium=email&utm_term=0_eb026b984a-50f07a51aa-278510293 [ii] Han aparecido últimamente numerosos artículos que dan cuenta del problema en la prensa de los Estados Unidos: “The Enemy is Us: The Opioid Crisis and the Failure of Politics” https://www.dissentmagazine.org/online_articles/opioid-crisis-failure-politics-fda-neoliberalism “The American opioid epidemics” http://bruegel.org/2017/03/the-american-opioid-epidemics/ “American Carnage: The New Landscape of Opioid Addiction ” https://www.firstthings.com/article/2017/04/american-carnage “Mortality and morbidity in the 21st century” https://www.brookings.edu/wp-content/uploads/2017/03/6_casedeaton.pdf Why Connecticut's drug overdose crisis isn't slowing down https://overdose.trendct.org/ Why Did The Death Rate Rise Among Middle-aged White Americans? http://www.newyorker.com/news/john-cassidy/why-is-the-death-rate-rising-among-middle-aged-white-americans How Government Enables the Opioid Epidemic and Tax-Payers Help Fund It http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2016/03/16/opioid-addiction.aspx [iii] Ellen Meara y Jonathan Skinner (“Losing ground at midlife in America”) comparan el fenómeno con el ocurrido tras la disolución de la URSS, en cuya oportunidad la tasa de fallecimiento de varones fue aún más elevada que la actual en los Estados Unidos. http://www.pnas.org/content/112/49/15006.full [iv] Shawn Donnan: “White ‘deaths of despair’ surge in US”, Financial Times, 24 de marzo de 2017 https://www.ft.com/content/34637e1a-0f41-11e7-b030-768954394623 [v] http://www.narconon.org/es/informacion-drogas/oxycontin.html [vi] Se cifra en cien millones el número de pacientes que sufren de dolor crónico: http://nationalacademies.org/hmd/Reports/2011/Relieving-Pain-in-America-A-Blueprint-for-Transforming-Prevention-Care-Education-Research/Report-Brief.aspx [vii] http://www.eldiario.es/theguardian/Fentanilo-potente-heroina-New-Hampshire_0_483652257.html [viii] http://www.eldiario.es/theguardian/historia-opiaceos-Unidos-infantil-militar_0_495900433.html [ix] https://en.wikipedia.org/wiki/David_A._Kessler [x] https://www.nytimes.com/2016/05/07/opinion/the-opioid-epidemic-we-failed-to-foresee.html?ref=opinion [xi] http://www.latimes.com/projects/la-me-oxycontin-part3/ http://www.latimes.com/projects/oxycontin-part1/ http://www.latimes.com/projects/la-me-oxycontin-part2/ [xii] https://es.wikipedia.org/wiki/Medicare [xiii] https://www.nytimes.com/2016/09/11/us/politics/hillary-clinton-basket-of-deplorables.html https://en.wikipedia.org/wiki/Basket_of_deplorables [xiv] El autor parafrasea el lema que presidió la campaña de Donald Trump: “Make America great again!”.