EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 31 de agosto de 2020

EEUU-China: ¿quien fue primero, el huevo o la gallina?

 

¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?

31/08/2020
  • Español
  • Análisis
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Bandeiras dos Estados Unidos e da China
Foto: REUTERS/Aly Song

Argüir que la llamada “asertividad” de la política china en tiempos de Xi Jinping es la causa del encontronazo con el mundo occidental es, como poco, una verdad a medias. En efecto, hay signos en el nuevo liderazgo chino que arranca en 2012 asociables con cierta impaciencia en algunos aspectos o con una afirmación más explícita de unos intereses nacionales que persigue sin el “disimulo” de periodos anteriores, cuando su poder efectivo era mucho menor.

 

No obstante, no debiéramos tampoco perder de vista que en los años previos a la asunción de Xi, es decir, durante el mandato de Hu Jintao (2002-2012), ya se pudo vislumbrar el sentido de las tendencias en curso conformando un proceso en el que la confrontación se afirmaba como una posibilidad perdurable. Así, recuérdese, por ejemplo, que durante la Administración Obama (2009-2017) se dio alas al Pivot to Asia, convertido en el ariete principal de Hillary Clinton ya en 2011, tal como explicitó en su artículo “America's Pacific Century” publicado en Foreign Policy; en él se postulaba abiertamente el “reequilibrio militar y diplomático” estadounidense en la región.

 

Y tampoco fue un salto en el vacío. Las administraciones de Bill Clinton y George Bush también adoptaron medidas importantes para la contención de China. En 2005, se anunció que el Pentágono trasladaría el 60 por ciento de los submarinos estadounidenses a Asia y con el Pivot to Asia, esa cifra se ampliaba al 70 por ciento de sus capacidades navales, las mayores del mundo, acompañándose de la profundización de las alianzas militares y del Acuerdo Transcífico (o TPP), concibiéndose como las tenazas que debían contener la irradiación de la influencia china.

 

Cierto que estas dinámicas coexistían con la cooperación, a diferencia de Trump, que parece considerar esta una palabra tabú en la política estadounidense hacia China. Beijing bien podía decir entonces que la política de EEUU se había vuelto más “asertiva”. En su día, Robert S. Ross, asociado del Centro John King Fairbank de Estudios Chinos de la Universidad de Harvard, sostenía precisamente que el 'pivote' hacia China no hacía sino crear una profecía autocumplida por la cual la política estadounidense agravaba innecesariamente las inseguridades de Beijing y en consecuencia solo alimentaría la agresividad de China, socavando la estabilidad regional y reduciendo la posibilidad de cooperación entre Beijing y Washington. En esa dinámica estamos. Al inflar la amenaza planteada por China, en vez de mitigar sus ansiedades, exacerbamos las propias dando pábulo a intereses excluyentes.

 

Otro tanto podíamos decir del G8 o el G2. La primera participación de China en el G8 se produjo en la cumbre de Evián (2003). Desde el primer momento, Beijing dejó en claro el escaso interés en sumarse a un club con cuyas reglas no se identificaba ni disponía aun de capacidad real, de pretenderlo, para modificarlas. La presencia no ofrecía el disfrute de una cuota de poder real y por el contrario, se convertía en la práctica en una oportunidad para que Occidente le leyera la cartilla con sus reclamaciones. El G20 fue su opción alternativa.

 

En el caso del G2, el enfoque chino apostaba por afianzar el diálogo estratégico bilateral puesto en marcha en 2005 por Bush y Hu. Cuando en 2009, Obama planteó ir más allá con la fórmula del G2, Hu escurrió el bulto desinteresándose en participar en una especie de condominio global tanto por razones conceptuales como a la vista de la significación de la agenda interna, con China volcada en asegurar su propio desarrollo para garantizar precisamente un nivel suficiente de soberanía. Y ahí damos con su piedra filosofal: esa negativa a formar parte de las redes de dependencia de EEUU explica en gran medida cuanto ha sucedido con posterioridad.

 

Este proceso, con las guerras comercial y tecnológica como exponentes más visibles, se ha acentuado con el agravamiento de las diferencias en asuntos de primera importancia estratégica. Es el caso, por ejemplo, de Taiwán, clave en las relaciones China-EEUU. La alianza entre los soberanistas en la isla y la Casa Blanca avanza a ritmo sostenido y la actitud política en Beijing, marcada por la ansiedad, refuerza un rumbo a cada paso más peligroso. La crisis política en Hong Kong tampoco ayuda.

 

Por otra parte, en el Mar de China meridional se sustancia otra crisis potencial. Pudiera comprenderse el interés de Beijing por reforzar la seguridad de una ruta comercial vital para sus intereses. En 2016, el 40 por ciento de su comercio marítimo total transitó por esta ruta. No obstante, se requiere un importante esfuerzo de diálogo con los demás países ribereños para encontrar un acomodo a las diferentes demandas. Es esta carencia la que sirve de argumento a EEUU para multiplicar su presencia y encontrar el eco adecuado a sus ofrecimientos de seguridad.

 

Podemos diagnosticar esta evolución como una estrategia de Xi Jinping para consolidar a marchas forzadas su poder en el PCCh. De ser así, el riesgo de una crisis mal resuelta podría tener consecuencias catastróficas, también para él. Es evidente igualmente que la confrontación es el camino elegido por EEUU para bloquear el desarrollo chino y asegurar así su hegemonía global. Beijing lo sabe y por eso su mejor estrategia debiera seguir siendo apostar por el fortalecimiento y mejora de sus capacidades internas. No se olvide que la segunda economía del mundo tiene un PIB per cápita que la catapulta al puesto 65 en el ranking mundial. Y su IDH (2017) se ubica en la posición 86.

 

- Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China

 

 

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Ecuador: movimientos sociales,...

 

Movimientos sociales: proyectos y acción política

31/08/2020
  • Español
  • Análisis

De acuerdo con el registro del Consejo Nacional Electoral (abril 2020), en Ecuador hay 8 partidos políticos, 16 movimientos nacionales, 72 provinciales, 167 cantonales y 20 parroquiales. En total 283 agrupaciones, algo que contradice las bases de la primera Ley de Partidos expedida en 1978/1979, con la que se quería superar los caudillismos nacionales, los caciquismos locales y los simples personalismos, evitar empresas electorales de ocasión, favorecer grandes partidos y privilegiar las tendencias políticas sobre los intereses coyunturales. Viejos principios que retrocedieron en 41 años de gobiernos constitucionales.

 

Partidos y movimientos políticos deben ser distinguidos de la pluralidad de movimientos sociales que también tiene el país. Su estudio o referencia merecería un texto más amplio. Destaco, como ejemplo, a dos movimientos de singular interés e importancia. Uno es el de los ecologistas o ambientalistas, que empezó a constituirse a fines de la década de 1970, vinculando sus actividades a fundaciones y otras organizaciones no gubernamentales (ONG). El “Movimiento Ecologista Ecuatoriano” se constituyó en 1986 e incluso hubo un efímero “Partido Verde” (1987). El despegue de sus organizaciones ocurre en la década de 1990. También cabe resaltar al movimiento de mujeres (feminista, de género), que reconoce como raíces la presencia de las mujeres en la historia nacional; aunque empieza a organizarse en la década de 1980, ligado a las demandas por el reconocimiento de derechos frente al Estado. Se crearon instituciones de atención y servicio para las mujeres y la Constitución de 1998 incorporó los principales derechos. El desarrollo de numerosas organizaciones y su incidencia política marcó la evolución posterior y la Constitución de 2008 amplió el reconocimiento de derechos. Su dinámica actual es muy importante. En todo caso, vale señalar que, si bien hay algunas investigaciones y obras sobre los dos movimientos señalados, su historia todavía merece un trabajo a fondo.

 

Sin duda, el movimiento de los trabajadores y el indígena son los que mayores estudios presentan y, además, los que han tenido mayor visibilidad histórica e indudable presencia social y política.

 

La historia del movimiento obrero ha contado con numerosas investigaciones, como las de Oswaldo Albornoz o Elías Muñoz Vicuña; y son referentes obligados los estudios sobre el tema, que dejó Patricio Ycaza (1952-1997), con quien escribimos la historia del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), todavía inédita. Rápidamente cabe recordar que las tres centrales nacionales, CEDOC (1938), CTE (1944) y CEOSL (1962) constituyeron el FUT (1971 y 1975), que desarrolló importantes huelgas nacionales en la década de 1980, que decayeron en la de 1990. Para inicios del siglo XXI la “época heroica” del movimiento obrero había pasado, a tal punto que antes del ascenso del gobierno de Rafael Correa (2007-2017) el FUT era una organización poco conocida y limitada en su accionar sindical, tanto como en el político. El movimiento obrero había sido afectado por el derrumbe del socialismo en el mundo, la pérdida de significación del marxismo y de la “revolución proletaria”, el tradicionalismo de sus luchas, así como de sus dirigencias; pero, sobre todo, porque en Ecuador se consolidó el modelo empresarial-oligárquico, que afectó severamente a los trabajadores. Paradójicamente, su presencia se recuperó durante el gobierno de Correa, bien sea porque se abrió un espacio político tendiente a favorecer a los trabajadores y no al capital, o bien porque las cúpulas de las centrales sindicales rompieron con el gobierno (lo acusaron de “criminalizar la protesta social”) y pasaron a desarrollar un activismo opositor que les atrajo notoriedad y el respaldo de distintos sectores igualmente opuestos al “correísmo”.

 

El movimiento indígena también ha merecido numerosas investigaciones, que bien pueden remitirse a los indigenistas, como Víctor Gabriel Garcés; otros se han concentrado en sus luchas, como Oswaldo Albornoz o Segundo Moreno Yánez; hay innovadores enfoques como los de Floresmilo Simbaña; algunos trabajos de reflexión teórica como la que hizo el peruano José Carlos Mariátegui. Sin duda, hay quienes han seguido con seriedad la cosmovisión indígena, las diversas nacionalidades y pueblos, el comunitarismo, la cultura andina, sus prácticas y conocimientos ancestrales; pero también existen ciertas interpretaciones curiosas sobre “episteme indígena”, “sistema heliocéntrico”, “filosofía cuántica”, “trans-civilización”, que se lanzan, en forma sui géneris, contra los “paradigmas” y “ontologías” del “racionalismo occidental” y de la “ciencia de occidente”. De modo que, cuando se habla de lo indígena, pueden despertarse sensibilidades que no admiten análisis objetivos y peor críticas. Sin embargo, ese movimiento requiere ser estudiado como cualquier otro, a fin de enriquecer la comprensión de su historia y de su presente.

 

En todo caso, la presencia contemporánea del movimiento indígena arranca con el levantamiento de 1990 y entre las diversas organizaciones destaca la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE, 1986) y también Pachakutik (1995) como su brazo político. Además, el movimiento indígena creció en su protagonismo histórico mientras decaía el movimiento obrero, y ha tenido indudable fuerza política en momentos cruciales de la trayectoria del país desde el retorno a la democracia en 1979, como la movilización que derrocó a Jamil Mahuad (2000) o la resistencia para impedir la suscripción de un tratado de libre comercio (TLC) con los EEUU, entre tantos hechos de acción contra las políticas neoliberales de los distintos gobiernos. 

 

El FUT nunca presentó candidaturas presidenciales, aunque algunos dirigentes apoyaron al FADI (Frente Amplio de Izquierda, de corta existencia a inicios de la década de 1980), pero no en forma “oficial”. Sin embargo, sus “plataformas de lucha”, en cada huelga nacional (varias paralizaron al país), tuvieron un amplio apoyo de las izquierdas sociales y de las partidistas. Conozco bien que al interior del FUT existieron desacuerdos cuando alguno de los reconocidos dirigentes hizo acercamientos con distintos gobiernos, a fin de obtener prebendas clasistas.

 

En cambio, el movimiento indígena sí ha presentado candidaturas.  presidenciales o ha apoyado directamente a otras. Además, desde la década de 1990 ha logrado escaños en los congresos/asambleas nacionales y también en gobiernos seccionales. Como lo destaqué en un artículo anterior (https://bit.ly/319nsQZ), en 1996 el “Movimiento Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo País (PCHK-NP)” logró el 20.61% de la votación apoyando a Freddy Ehlers/Rosana Vinueza; en 1998, el “Movimiento Ciudadano Nuevo País” alcanzó 14.55% de votos, con Freddy Ehlers/Jorge Gallardo; en 2002, el “Movimiento Indígena Amauta Jatari logró 0.86% de la votación con Antonio Vargas/Modesto Vela, mientras Lucio Gutiérrez/Alfredo Palacio, en alianza con PCHK-NP, obtuvo el triunfo en segunda vuelta, con 54.79% de los votos. En 2006, PCHK-NP presentó al binomio Luis Macas/César Sacoto, que alcanzó el 2.19% de la votación; pero las izquierdas y los movimientos sociales se unieron, en segunda vuelta, al binomio Rafael Correa/Lenín Moreno, que obtuvo el triunfo con el 56.67% de la votación nacional. 

 

De otra parte, también del apoyo inicial a Rafael Correa, las cúpulas dirigentes del movimiento indígena y una serie de bases, pasaron a la ruptura y a la oposición activa, porque acusaron al gobierno de autoritarismo, represión, criminalización, judicialización y extractivismo. Pero nunca hubo unidad total, ya que otros líderes y sectores indígenas continuaron apoyando al “correísmo”. Eso explica que, en 2013, queriendo enfrentar al gobierno y ofrecer una alternativa “verdadera”, la “Unidad Plurinacional de las Izquierdas”, que incluyó al movimiento indígena anticorreísta, y que apoyó al binomio Alberto Acosta/Marcia Caicedo, apenas haya logrado el 3.26% de los votos; mientras el binomio Rafael Correa/Jorge Glas, obtuvo, en primera vuelta, el 57.17% de la votación en todo el país, y 100 de los 137 escaños a la Asamblea Nacional. Pero algo parecido volvió a ocurrir en 2017, cuando la candidatura del “Acuerdo Nacional por el Cambio” (Paco Moncayo/Monserrat Bustamante) apenas obtuvo el 6.71%; si bien Lenín Moreno tuvo que pasar a segunda vuelta, para lograr un apretado 51.1% de votos frente al banquero Guillermo Lasso (48.84%), quien, paradójicamente, fue respaldado por prestantes figuras indígenas, por la izquierdosidad y por los “marxistas pro-bancarios”, que proclamaban como mejor el voto por un banquero, antes que entregarlo a los “correístas”. 

 

Estas experiencias históricas dan cuenta de un fenómeno que merece ser evaluado por el mismo movimiento indígena: la ciudadanía, en general y la izquierda social, en particular, han apoyado a los indígenas en sus luchas y están dispuestas a acoger diversos planteamientos de su proyecto político de largo plazo, así como sus postulados sobre el Estado plurinacional o sus reivindicaciones culturales y clasistas, pero no necesariamente todo lo que provenga de su visión del mundo, como es aquel tipo de “justicia indígena” que, por sus métodos de castigo, afecta los principios que fundamentan los derechos humanos. Y, desde luego, el apoyo al movimiento indígena no implica, forzosamente, que también se deba apoyar a sus candidatos, a sus dirigentes ni a líderes individuales sobre los cuales el país ha observado sus personales comportamientos políticos, encontrando incluso que una serie de personalidades indígenas, por sobre sus discursos, se han identificado con las estrategias de las derechas.

 

Precisamente durante el gobierno de Lenín Moreno, varios dirigentes y líderes, tanto del movimiento obrero como del movimiento indígena, han sido portavoces de la “descorreización” de la sociedad, respaldaron el referéndum y consulta de febrero de 2018 y al Consejo Transitorio de Participación Ciudadana que resultó de él y que fue un instrumento para captar las instituciones y funciones del Estado a favor del gobierno; pero, además, se acercaron, de uno u otro modo, al “morenismo”. El levantamiento indígena y popular de octubre de 2019 obligó a las definiciones y los movimientos sociales aludidos rompieron con el gobierno. Hubo una represión inédita y una posterior “cacería de brujas” selectiva contra los “correístas”, acusados de pretender un golpe de Estado (https://bit.ly/3hEkB9E). 

 

Las elecciones presidenciales y legislativas que se realizarán en febrero de 2021 han creado una nueva coyuntura. Apenas unas semanas atrás, con el propósito de ofrecer candidatos propios para las elecciones presidenciales, la cúpula de Pachakutik acordó el binomio Yaku Pérez/Larissa Marangoni, que terminó a las pocas horas por renuncia de Marangoni, candidata a la vicepresidencia, pero que fue denunciada en las redes sociales por su defensa de las privatizaciones y las referencias en contra del levantamiento de octubre 2019, lo que resultó inconcebible. Sobrevino una cadena de reacciones: la propia CONAIE retiró sus precandidaturas y resolvió sancionar al consejo político de Pachakutik, por “legitimar” a Yaku Pérez (https://bit.ly/34CnKmQ); el Movimiento Indígena y Campesino de la provincia de Cotopaxi, igualmente cuestionó a Pachakutik, acusando a los coordinadores de “una jugada con la derecha”, e incluso amenazando con aplicar la justicia indígena a 26 dirigentes por no haber consultado con las bases (https://bit.ly/3gwV7Kd // https://bit.ly/3b4wEL5); además, Pachakutik del Azuay retiró el apoyo a Pérez (https://bit.ly/32wYWKd); en entrevista con “Coyuntura Ecuador”, José Ángel Tipantuña afirmó que 6 de cada 10 indígenas están de acuerdo con la Revolución Ciudadana y apoyan a Rafael Correa (https://bit.ly/31x5pFI); en tanto Cecilia Velasque, subcoordinadora de Pachakutik, entrevistada en radio Pichincha Universal, trató de minimizar lo ocurrido y afirmó que la CONAIE es parte del consejo político de Pachakutik y que, por tanto, el candidato definitivamente es Yaku Pérez Guartambel; y finalmente, el 26 de agosto, el mismo Pérez aseguró que no hay posibilidad para que decline su candidatura (https://bit.ly/32FmZ9M), aunque todavía no ha encontrado la persona que le acompañará para la vicepresidencia. Si se aprecia lo sucedido, cabe afirmar que nunca antes se ha vivido una crisis de tal magnitud política en el movimiento indígena. 

 

Estas contradicciones parecen no haber tomado en cuenta las experiencias históricas, con la oportunidad que debieran; y los candidatos de los movimientos sociales (como ha ocurrido con Yaku Pérez en la coyuntura electoral inmediata) corren el riesgo de perder apoyos y no pasar de las votaciones ínfimas a su favor, lo cual solo frena las posibilidades de avance de los mismos movimientos, que se ven relegados por el triunfo de otros sectores políticos.

 

Igualmente, de acuerdo con las mismas experiencias históricas, se ha comprobado que hay amplios sectores sociales dispuestos a apoyar las reivindicaciones clasistas, los programas de acción, las demandas de los movimientos obreros, indígenas, ecologistas, de mujeres, etc., en función de sus intereses y sus proyectos de sociedad (https://bit.ly/3jkHLlW); pero, de otro lado, las candidaturas levantadas por estas fuerzas generan análisis, observaciones y críticas distintas, pues cuentan las trayectorias y coherencias individuales, a tal punto que la misma sociedad se muestra sensible y ubica, con suficiente claridad, a quienes han hecho su propio juego político. Es evidente que la confianza ciudadana se pierde ante candidatos que, pese a provenir de cualquier movimiento social, no ofrecen garantías para el ejercicio de un gobierno que realmente encauce las bases de construcción de una nueva sociedad.

 

31 de agosto de 2020   

 

www.historiaypresente.com // www.juanpazymino.com 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/208712

Mexico: PT y Morena, desfiguros legislativos,...

 PT y Morena: desfiguros legislativos

D

urante la semana pasada, el Partido del Trabajo (PT) realizó diversas maniobras con el fin de convertirse en la tercera bancada más nutrida en la Cámara de Diputados y de este modo adjudicarse la presidencia de la mesa directiva, órgano le-gislativo cuyos miembros se renuevan cada año.

Dichas maniobras, consistentes en la incorporación a su grupo parlamentario de legisladores independientes o pertenecientes a otros partidos, pretenden retorcer el espíritu del acuerdo alcanzado por las fuerzas políticas al inicio de la actual legislatura, en 2018, cuando se pactó que en el ejercicio 2020-2021 la presidencia de la Cámara de Diputados recaería en el tercer grupo con más legisladores, que en ese entonces, y hasta el viernes 28, era el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Además de violentar el llamado Acuerdo Fundacional, los movimientos del PT resultan censurables, pues este partido sumó a sus filas a Héctor Serrano, ex secretario de Gobierno de la Ciudad de México en la administración de Miguel Ángel Mancera, y al ex delegado de Coyoacán Mauricio Toledo, personajes que no sólo son impresentables, debido a la larga estela de actos de corrupción y malas prácticas que se les imputan, sino que se caracterizaron por su feroz oposición a la Cuarta Transformación y al proyecto social que ésta enarbola.

En el caso de Toledo, la inquina hacia la coalición de la que el PT forma parte llegó a adquirir un carácter delictivo con las agresiones porriles perpetradas contra actos de campaña de la actual jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum Pardo.

Para colmo, en el afán de hacerse con el segundo órgano más importante de la Cámara de Diputados, el PT atrajo a un legislador de Morena, con lo cual el partido gobernante perdió la mayoría absoluta en San Lázaro y se habría visto obligado a ceder la presidencia de la Junta de Coordinación Política al Partido Acción Nacional (PAN).

Para evitar el descalabro ante la formación de derecha, el diputado Manuel López Castillo solicitó su reintegración a la bancada morenista; de modo que, finalmente, el PT quedó empatado en número de legisladores con el PRI, lo que augura nuevos jaloneos en la votación para elegir a la mesa directiva.

Más allá de lo anecdótico, el chapulineo y las múltiples transacciones que tuvieron lugar exhiben una grave falta de escrúpulos tanto de la dirigencia petista y de los legisladores que saltaron a su grupo parlamentario, como de quienes operaron la ida y vuelta del diputado López Castillo.

No debe olvidarse que las adscripciones de los legisladores a una u otra bancada obedecen, en primer lugar, a su origen partidista y, en segundo, a sus afinidades ideológicas; por ello, resulta contrario a la ética y ofensivo para los votantes que la conformación de las bancadas sea objeto de especulaciones en aras de hacerse con cuotas de poder.

Por último, es lamentable que las fuerzas políticas que impulsaron una transformación y regeneración de la vida pública se empantanen en maniobras oportunistas, ajenas y contrarias a los principios por los que los ciudadanos les dieron su confianza en las urnas. La jornada

Mexico: ¿Donde esta Mayela Alvarez?

 ¿Dónde está Mayela Álvarez?

E

l 30 de agosto se celebra el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Esta conmemoración tiene su origen en una iniciativa de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam) y fue retomada por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre del 2010, ante el aumento de desapariciones involuntarias en distintas regiones del mundo. En México, donde la cifra oficial de desaparecidos es de 73 mil 201 personas, este día se ha convertido en una fecha emblemática para los familiares de desaparecidos, que, a través de distintas estrategias políticas, nos recuerdan que la impunidad y el silencio son una forma de complicidad, y que los y las desaparecidas nos faltan a todos.

Ante las dimensiones que ha tomado el problema de la desaparición de personas en el país, los científicos sociales mexicanos hemos formado equipos interdisciplinarios para analizar los contextos que posibilitan las desapariciones y el impacto que éstas tienen en el tejido social, acompañando desde la investigación-activista, a los colectivos de familiares. Este ha sido el caso del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), centro público de investigación de del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), donde hemos creado el Laboratorio de Antropología Social y Forense, y distintos equipos en las unidades desconcentradas, que abordan la problemática desde las perspectivas regionales. Paradójicamente, lo que era un problema de investigación prioritario, se ha convertido en una afectación directa a nuestra comunidad académica con la desaparición el 11 de agosto pasado, de Griselda Mayela Álvarez Rodríguez, secretaria técnica del posgrado del Ciesas Noreste, en Monterrey, Nuevo León.

Nuestra compañera Mayela, de 42 años, es madre de una niña de 17 años y un niño de 13, y como muchas mujeres, combinó sus estudios de maestría y doctorado en la Universidad Pedro de Gante, con su trabajo académico-administrativo en Ciesas. Es una atleta que había participado en las competencias de natación en los Juegos Panamericanos y ha formado a sus hijos también como deportistas de alto rendimiento. Maya y Marco, se han unido a los miles de niños y niñas mexicanas cuyas vidas están siendo afectadas por la desaparición de sus padres, madres, hermanos o hermanas.

Como muchos de las secretarías técnicas de nuestros posgrados, Mayela Álvarez es una persona clave para articular a los estudiantes con la institución, y ha contribuido a construir una comunidad estudiantil que ahora está conmocionada por su ausencia. Estamos viviendo en carne propia los impactos que documentan las tesis de maestría y doctorado de nuestras alumnas y alumnos, y la impotencia ante la incapacidad de una sofisticada burocracia estatal, que a pesar de contar ya con leyes, reglamentos, bases de datos, grupos especializados de búsqueda, comisiones estatales, fiscalías, siguen sin poder solucionar el problema de las desapariciones de personas.

El martes 11 de agosto, de camino a su trabajo, se comunicó por última vez con su hija y desde entonces nadie ha vuelto a saber de ella. Pasaron las 72 horas claves para encontrarla y el Grupo Especializado de Búsqueda Inmediata no pudo dar con su paradero. Desde que supieron de su desaparición, los estudiantes del Ciesas Noreste crearon la página www.facebook.com/ DondeEstaMayelaAlvarez/ y nos han invitado a tapizar el país con su foto. Si la pandemia del Covid-19 ya había hecho difícil el desarrollo de las actividades académicas para los estudiantes de nuestros posgrados que enfrentan condiciones de estrés, limitaciones en infraestructura y conectividad, la desaparición de nuestra compañera afectó emocionalmente a los y las estudiantes del Ciesas Noreste. El coloquio de la maestría concluyó el viernes pasado con un ritual de solidaridad donde se compartieron anécdotas sobre Mayela, describiendo el carácter luminoso con el que los recibía cada mañana, y su compromiso para mantener dicha maestría dentro de los programas internacionales de excelencia de Conacyt.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, demandamos la aparición con vida de Mayela Álvarez y de las 73 mil personas desaparecidas, cuyas ausencias violentan cotidianamente a miles de familias y comunidades en México.

*Investigadora del Ciesas.

Mexico: el cambio, pero ¿como?

 El cambio en México, pero ¿cómo?

E

n un amplio documento publicado originalmente en la Revista Mexicana de Sociología, en Le Monde Diplomatique y en Les Cahiers de L’Amerique Latine, Sergio Zermeño, brillante alumno y posteriormente maestro de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, discute los modos pacíficos o radical-revolucionarios de lograr la transformación de las sociedades.

Es muy vieja la discusión del tema, pero, en términos mucho más actuales, Guillermo Almeyra nos dice, citado por Zermeño, que es necesario “Organizar a los vecinos […] desarrollar un poder paralelo al poder oficial y crear un antipoder a través de la educación práctica de las grandes masas. La gente puede comenzar a crear una sociedad libre y humana... entre el ensayo y el error. Durante el proceso se podría reducir la alienación y la deshumanización […] La lucha de clases es una lucha política cotidiana, una cesión y concesión del gobierno para mantener en lo posible la dominación, pero también una conquista y una ganancia de posiciones por parte de los oprimidos” (Almeyra, 2003). Después de expresiones muy radicales, el subcomandante Marcos, cabeza durante muchos años del movimiento zapatista, agrega: Queremos que este fin de la explotación se dé de manera civil y pacífica y que tenga un destino donde todos se vean reconocidos en sus derechos y dignidad.

Citando al sociólogo griego Cornelius Castoriadis, Zermeño añade: “Revolución no significa guerra civil ni derramamiento de sangre. La revolución es un cambio en ciertas instituciones centrales de la sociedad a través de la actividad de la misma sociedad […] es la entrada de la comunidad en una fase de actividad política […] instituyendo una verdadera democracia ciudadana […] que sólo puede ser el resultado de un movimiento de la población que se extiende a lo largo de todo un periodo histórico, y no surgirá hasta que pueda cambiar a todos (o a la gran mayoría) de los significados institucionales, de las normas y valores que dominan el sistema actual”. Nos dice además, citando al propio Castoriadis: En una sociedad poscapitalista se produciría una supresión de monopolios y oligopolios, lo que no quiere decir que los mercados no seguirían siendo relativamente imperfectos dado que siempre tendrán que incorporarse, y hasta en cierto nivel, confundirse con el espíritu de entrega , es decir, siempre estará presente el espíritu de empresa y de superación de cada individuo en medio de los demás miembros de su colectivo.

El griego Takis Fotopoulos, formado en la escuela de su compatriota Cornelius Castoriadis e iniciador de la corriente llamada democracia inclusiva, escribe: El único camino hacia un proyecto democrático será a través de una transformación radical de las estructuras locales a nivel político y económico, a partir de un municipalismo confederado que transforme y democratice el gobierno local sobre la base de las asambleas populares, una confederación de municipios que se fortalecerá en tensión y en conflicto con el Estado nacional.

Al intentar resumir este argumento, diríamos que nos enfrentamos a dos ejes conceptuales. Por un lado, un eje que conjuga anticapitalismo y acumulación de fuerzas, enfrentamiento y cambio radical y violento a corto plazo (revolución). Y, por otro lado, un eje que conjuga anticapitalismo y acumulación de experiencias, cambio lento y preferentemente pacífico, sedimentación, construcción de regiones medias confederadas, densificación social y decadencia.

Una vez que la democracia inclusiva gane fuerza en las comunidades confederadas y las personas, por primera vez en sus vidas comienzan a tener un poder real para determinar su existencia, comenzará una erosión gradual del paradigma y marco social dominante... Gente tras gente, ciudad tras ciudad, región tras región, emergerán del control efectivo de la economía de mercado y el estado nacional, siendo remplazados por confederaciones de comunidades. Es obvio que en un momento dado, las élites gobernantes y sus seguidores, al ver disminuidos sus privilegios y de haber empleado hasta el final sus medios de control (medios de comunicación, coerción económica, etcétera), pueden verse tentados por el uso de la violencia física como siempre lo han hecho en el pasado. Pero, en ese momento por venir, un paradigma social alternativo se habrá vuelto hegemónico y se habrá producido una ruptura en el proceso.

Hemos de decir aún que después de la experiencia de la epidemia del Covid-19, que fue prácticamente por el encierro universal, global, las sociedades en general parecen más dispuestas a colaborar con la comunidad, con la comunidades, y, por tanto, más susceptibles de aceptar formas de conducta diferentes, de mayor colaboración social. Hemos ya subrayado en artículos anteriores esta predisposición favorable de grandes sectores sociales, después de la pandemia, que en principio favorecerían un cambio radical hacia el socialismo.

Por lo demás, cuando en México se anuncia una suerte de refundación de Morena, con la necesidad evidente de relaborar un gran número de aspectos o tramos conceptuales para fundar su acción futura, nos ha parecido oportuno redactar un artículo como el presente, sobre todo por la razón de que hay claros puntos de contacto entre esta elaboración conceptual y los principios más evidentes que se manejan ya dentro del proyecto de la Cuarta Transformación que se desea. Y para insistir en que no es suficiente con asegurar las mayorías en el sufragio, sino que es necesario también tener un horizonte claro sobre el rumbo que se emprende. Ojalá estos párrafos puedan contribuir de alguna manera a las discusiones que necesariamente surgirán en el país sobre el cambio en marcha y sobre su futuro.

Mexico: AMLO sigue en deuda con mas de 73 mil desaparecidos,...

 AMLO sigue en deuda con más de 73 mil desaparecidos: Frayba

ONG exige que se deje de proteger a militares

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▲ José Nicanor Araiza Hernández desapareció en septiembre de 2018 en Villa de Cos, Zacatecas. Ayer, su madre, su hermana, su esposa y sus dos hijos se manifestaron en la plaza de armas, frente al palacio de gobierno, en demanda de respuestas.Foto Alfredo Valadez Rodríguez
Corresponsales
Periódico La Jornada
Lunes 31 de agosto de 2020, p. 25

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) afirmó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantiene una deuda histórica con las más de 73 mil víctimas de desaparición forzada en México. Consideró necesario implementar de manera urgente estrategias dirigidas a la prevención, investigación y sanción de dicho delito, así como a reparar integralmente a las víctimas.

En tanto, el Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados de la Guerra Sucia, con sede en Atoyac de Álvarez, Guerrero, denunció que el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, sigue simulando que habrá solución para los desaparecidos durante ese periodo.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Frayba expuso que la búsqueda de desaparecidos debe partir de la premisa de la plena participación de las familias para encontrarlas, así como de identificar y sancionar a los responsables intelectuales y materiales.

En un comunicado, agregó: La desaparición forzada de personas en México se profundizó desde 2006, en un contexto de desaforada violencia que inició el entones presidente Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto.

Sostuvo que estos crímenes “están vinculados con la violencia estructural del Estado, especialmente de las fuerzas armadas y de los cuerpos de seguridad pública.

Es necesario que emerja la verdad en medio de la impunidad, como en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa y las 37 desapariciones forzadas cometidas por el grupo paramilitar Desarrollo, Paz y Justicia en el norte de Chiapas, derivadas de la estrategia de contrainsurgencia implementada por el Estado mexicano en contra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional entre 1994 y 2000.

El organismo que preside el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, subrayó: La administración de López Obrador generó expectativas entre las familias de las víctimas, reconociendo públicamente la existencia de esta crisis de derechos humanos en el país, pero a dos años de haber ganado las elecciones, las acciones para afrontarla son insuficientes y no han sido efectivas.

Mientras, Octaviano Gervasio Serrano, dirigente del Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados de la Guerra Sucia, anunció que unos 220 familiares de desaparecidos en Atoyac en ese periodo, se instalarán en plantón en el Zócalo de la Ciudad de México.

Vamos a decir al Presidente que ya basta de la simulación e impunidad con que está actuando el fiscal Gertz Manero; los agentes del Ministerios Público que tiene a cargo de la investigación son los mismos que han estado durante sexenios, reprochó.

En entrevista, advirtió que exigirán al mandatario que se efectúen indagatorias serias, que ya no se solape a los militares que hayan cometido hechos delictivos y que hoy son generales en activo o en retiro que siguen gozando de una honorabilidad que no tienen.

En Michoacán, Mercedes Ruiz, integrante de la organización Familiares Caminando Juntos por Justicia, expuso que la lucha de colectivos y familiares de desaparecidos es por que termine la impunidad y se intensifique la búsqueda de más de 300 ausentes en acciones en las que participaron elementos de seguridad de los tres órdenes de gobierno, sin contar los cientos de desaparecidos de los que no se tiene idea qué pasó con ellos.

Dijo que ha constatado que hay municipios como Coahuayana y Aquila donde hay desaparecidos y no se han presentado denuncias por miedo.

A la salud de los trabajadores de la salud,...

 A la salud de los trabajadores de la salud

L

os trabajadores de la salud constituyen la primera barricada, o más bien la última, contra la pandemia por el virus SARS-CoV-2, que, según los pronósticos, va para largo. Se les reconoce en ciertos sectores de la población, pero como también despiertan temores, desconfianza u odio en vecinos y conocidos, ya ven cómo es la gente, los y las agreden, amenazan, discriminan, así que tratan de disimular su identidad en la calle. Tendría que ser al revés, deberíamos tratarlos como ciudadanos distinguidos, porque se lo han ganado. Cuidarlos. ¿Dónde estaríamos sin ellos y ellas? Son quienes combaten el padecimiento en persona.

Por rígidas que sean las jerarquías, la enfermedad y la muerte han igualado como nunca a médicos, enfermeras, camilleros, ambulancieros, laboratoristas, recepcionistas, lavanderas, patólogos, forenses y cremadores. En los espacios de atención, quintaescenciados en los hospitales Covid-19, se libra la batalla más riesgosa e indispensable.

Casi 100 mil personas del sector han enfermado por el coronavirus, y para el 25 de agosto habían fallecido mil 320, de acuerdo con el desglose de la dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud (La Jornada, 26/8/20). La compañera Ángeles Cruz reportaba que se han confirmado 97 mil 632 casos y hay otros 10 mil 933 en calidad de sospechosos. Estas cifras se diluyen en el cuadro general que podemos leer todos los días. Ese mismo día, el total de enfermos rondaba 568 mil y las defunciones 61 mil. En los 14 días anteriores habían comenzado con síntomas 648 trabajadores de la salud en la Ciudad de México, en Nuevo León 348 y en Jalisco 348. Sí, en las ciudades mayores, donde sus condiciones estarían mejor garantizadas que en urbes menores y zonas rurales o marginadas.

Cargan cada día enormes responsabilidades para con pacientes y familiares. Deben recibir, diagnosticar, explorar, atender hasta extremos intensivos, si es necesario, a todas las personas que enfermen, en especial si por su estado ya no pueden ser atendidos a distancia. El personal de salud es el primer contacto, literal, con los infectados en miles de localidades del país, con harta frecuencia sin espacios adecuados ni equipo de protección suficiente. Enfrentan privaciones equivalentes a las de aquellos médicos rurales que retrataran William Carlos Williams y John Berger. Quizás hoy tengan sólo un sentido metafórico estas palabras de Williams: Para un médico, todo dependía de los caballos. Eran un factor decisivo en sus vidas. En Un hombre afortunado (1967), Berger y el fotógrafo Jean Mohr siguen las andanzas de un médico rural británico, subrayando la importancia de la práctica general.

Si su trabajo consiste inescapablemente en estar ahí, médicos, enfermeras y demás tiene la responsabilidad adicional de cuidar a sus propios familiares y allegados. De cuidarse a sí mismos y mismas de manera prioritaria y estratégica. Nadie se expone a mayores cargas del virus que ellos y ellas. Según datos oficiales, para la fecha señalada 60 por ciento de los contagios eran en mujeres, principalmente enfermeras. Setenta por ciento de los fallecidos eran varones de entre 50 y 69 años. De éstos, 49 por ciento eran médicos.

La oportunidad hace al héroe, pero también lo destruye. Este heroísmo no es voluntario. Hasta las vocaciones de raíz profunda y el altruismo de los temperamentos privilegiados se encuentran a prueba. Para esto se entrenaron y les pagan. Los médicos juramentaron, y los más serios siguen estudiando, pues pocas educaciones son tan continuas como la suya.

Su trabajo consiste en tratar con la gente enferma, en su recuperación o su muerte. Igual que los policías y los juntacadáveres, se supone que están acostumbrados. Pero no tanto. Un médico no se acostumbra a la muerte, para él o ella no existen fiambres, sino fracasos. El dolor de las personas cobra una cuota emocional elevada en médicos y enfermeras. Cuántos quisieran no lidiar con los afectados de la pandemia, uno tras otro, en un flujo que inunda los hospitales. En otros países hermanos de América Latina hemos visto nosocomios colapsados, ataúdes empaquetados y amontonados, personal de salud rebasado, cansadísimo hasta el extremo absurdo de los modelos filosóficos camusianos que se resumen en la figura de Sísifo.

Por supuesto acumulan también fallas, negligencias, burocratismos groseros, pero la pandemia no pueden minimizarla. Ya no hay lugar para esos internistas prestigiosos que con desdén ignoraron influenzas en el pasado y murió gente que debería seguir viva. Para la ciudadanía, así como para el Estado, es un deber proteger, alentar y respetar los esfuerzos del personal sanitario, y agradecer lo que hacen por todos a un costo personal muy alto. Hoy ni los galenos más vanidosos pueden jugar a Dios. Se saben hechos del mismo barro. El nuevo coronavirus los ha hecho modestos, frágiles, socialmente indispensables. No nos abandonan, no podemos dejarlos solos.

Mexico: creciente demanda hidrica y acuiferos sobreexplotados,...

 Creciente demanda hídrica y acuíferos sobrexplotados

C

on más de 300 cuencas hidrográficas y mantos acuíferos igualmente abundantes, México enfrenta cada año más escasez de agua para las actividades económicas y el consumo humano. Esas cuencas están casi en su totalidad contaminadas por desechos diversos y los acuíferos sobrexplotados. El problema se agudiza por el aumento de la temperatura debido al cambio climático, el crecimiento de la población, el mal uso y la privatización del vital elemento.

Los ejemplos abundan. La semana pasada el Presidente de la República refirió que la zona oriente de la cuenca de México donde estaría el nuevo aeropuerto internacional se hunde 50 centímetros al año. Se quedó corto. Hay otras cercanas (Chalco, Xochimilco) que lo hacen todavía más y su origen es conocido: la mancha de asfalto avanza incontenible sobre las áreas verdes o agrícolas que servían para la recarga del acuífero, sobrexplotado desde hace décadas. Cada día el agua se obtiene a mayor profundidad y, en algunos casos, contaminada. En Milpa Alta, dos terceras partes de las viviendas no reciben el agua por la red de distribución, mientras, entre 2000 y 2015, aumentaron casi 90 por ciento los asentamientos irregulares, especialmente en Álvaro Obregón y Tláhuac, que poseen áreas de reserva.

También se descubre que empresas inmobiliarias edifican sus desarrollos habitacionales sin tener garantizado el suministro de líquido para quienes fincaron allí su hogar. Es el caso de Ópalo Residencial, en la alcaldía Gustavo A. Madero, construido por el Grupo Star, propiedad de Genovio Stern Skromni, Rubén Stern Izigzon y Daniel Zaga Menum, dueños de otras empresas inmobiliarias y con influencia en las cámaras de la construcción citadina. Gracias a la corrupción, ahora el más de un centenar de familias que adquirieron departamentos ofrecidos por Grupo Star tienen problemas hipotecarios y falta de agua. En otras alcaldías existen desarrollos inmobiliarios que no cumplen con las normas establecidas en cuanto a dotación del líquido, drenaje y tamaño.

En el resto del país la urbanización a costa del agua y el bosque está a la orden del día. Como en Ixtapan de la Sal, estado de México. El señor José Remus me informa del peligro que se cierne sobre los manantiales descubiertos por la familia San Román hace décadas y que dieron vida al turismo de ese lugar, con clima excelente todo el año.

Esas aguas provienen del Nevado de Toluca, y tienen tres salidas en el pueblo: el parque acuático popular, con albercas de lodo curativo; el spa de tinas romanas, para nivel socioeconómico alto, y el balneario municipal en el centro de Ixtapan.

Unos cientos de metros al sur, rumbo a Taxco, Guerrero, se construyó el fraccionamiento Rancho San Diego, para clase alta, con jardines y spa. No usa aguas termales. Tampoco el hotel Westin de gran lujo.

Hay nuevos fraccionamientos, uno propiedad de Enrique Peña Nieto. Todos ellos se autorizaron sin considerar el impacto sobre el recurso del agua y la ocupación territorrial de Ixtapan de la Sal.

Otros problemas relacionados con el agua: el acuífero y los ríos Nazas y Aguanaval que surten de líquido a los habitantes y las actividades económicas de los nueve municipios de Coahuila y Durango que conforman la región de La Laguna, están sobrexplotados y el manto acuífero contaminado con arsénico.

El gobierno federal acaba de anunciar que resolverá ese problema. Pero en cambio continúa en Chihuahua la oposición a enviar a Estados Unidos el agua comprometida con base en el acuerdo firmado en 1944 para disponer el agua binacional. Esa oposición expresa una realidad: en la frontera común, falta cada vez más el líquido, mientras aumenta la población y la industria que lo demandan. Y todo ello sin hacer realidad la anunciada política de desarrollo territorial urbano y rural sustentable.

Otro ejemplo es la cuenca Chapala-Santiago. Un estudio de Juan M. Durán y Alicia Torres R., de la Universidad de Guadalajara, advierten sobre el riesgo de una crisis ambiental por la pérdida de recursos hídricos requeridos para el crecimiento económico y la calidad de vida de los habitantes de Jalisco. Advierten cómo el lago de Chapala significó la mitad de la superficie lacustre de México y hoy sufre por la contaminación del agua, la pérdida de humedales, el crecimiento sin control de los asentamientos humanos y las actividades económicas. ¿Chapala convertido en unas décadas más en un pantano?

Ante lo que sucede, se hace más urgente aprobar un nuevo andamiaje legal que garantice proteger y utilizar racionalmente un recurso vital y que pertenece a la nación.