EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 29 de marzo de 2012

Reverdecer en la primavera

Reverdecer en la primavera Alejandro Nadal Debe ser la temporada o simplemente la ceguera temporal por tanta polinización. Lo cierto es que nuevamente se desborda la retórica sobre la recuperación: por todas partes los observadores anuncian la presencia de retoños que anunciarían la salida de la crisis y el reverdecer de la erosionada economía mundial. Surge una pregunta importante: ¿qué tan real es la supuesta recuperación? Por supuesto esta pregunta se aplica a la economía mundial y, en especial, a la de Estados Unidos. Para la economía mexicana, tan vulnerable y lastimada, con tres décadas de estancamiento, habría que pensar en interrogantes distintas y más pertinentes. Pero también es cierto que las tendencias en la economía mundial dicen mucho sobre lo que le espera a México. Primero, los signos del reverdecimiento. La primera señal está en el comportamiento del mercado de trabajo en Estados Unidos. Durante los últimos tres meses la generación de empleos ha mostrado una tendencia positiva nada despreciable. En febrero se crearon 233 mil nuevos empleos, lo que es inferior al número de empleos creados en enero (284 mil), pero muy por arriba de lo que se esperaba. Todo esto contribuyó a que el principal indicador sobre desempleo se mantuviera constante en 8.3 por ciento. Aunque eso puede parecer insuficiente, hay que tomar en cuenta que la fuerza de trabajo aumentó en 475 mil trabajadores en febrero y la creación de empleos pudo absorber buena parte de este aumento. El otro indicador es el del mercado de bienes raíces: el inventario de casas nuevas no vendidas se ha reducido y el precio promedio de una casa nueva aumentó durante los últimos dos meses, lo que podría significar la estabilización del precio de activos residenciales. Por otra parte, los índices de confianza del consumidor estadunidense han ido mejorando paulatinamente, lo que parece entrañar un repunte de la demanda final en los próximos meses. Si a esto le agregamos el optimismo que ha desplegado el mercado de valores, el cuadro se transforma en un paisaje cada vez más floreciente. Esos son los tipos de indicadores que la prensa de negocios ha estado exhibiendo con gran optimismo. Ahora un poco de realismo. La mayor contribución a la creación de empleos está en el sector servicios, y en especial en empleos temporales, salud y esparcimiento. Eso no es buen síntoma y más bien dice algo importante sobre las debilidades estructurales de la economía estadunidense a partir de su desindustrialización. Por otro lado, las medidas más amplias (y más certeras) sobre desempleo acusan una mejoría muy débil. La desocupación sigue en nivel de depresión: si se incluye a los que han abandonado la búsqueda de empleo y a los que trabajan a tiempo parcial y desean trabajar tiempo completo la medida de desempleo alcanza 14.9 por ciento. Finalmente, un estudio reciente revela que aquellos que perdieron su empleo y volvieron a ser contratados perciben un ingreso inferior en 17.5 por ciento (en promedio) al que tenían antes de la crisis. En cuanto al mercado de bienes raíces, las buenas noticias provienen de un ajuste estadístico a la baja en los inventarios de diciembre, lo que contribuye a una reducción en el número de casas no vendidas. Si se examinan los datos ajustados para dar cuenta de variaciones estacionales para una serie de tiempo larga, se observa que las ventas de casas nuevas se sitúan hoy en niveles comparables a los de 1982. Los precios de activos residenciales no se van a recuperar en un buen rato y no se puede esperar que vuelvan a desempeñar su papel como apalancamiento del consumo, como en los tiempos dorados de la burbuja de bienes raíces. Finalmente, los índices de confianza del consumidor son algo artificiales y no deberían ser considerados un indicador robusto sobre la evolución futura de la economía. De todos modos, la tendencia al desendeudamiento sigue marcando el comportamiento de los hogares y no parece que se va a detener este año. Eso es normal dado el estancamiento de los salarios en las últimas tres décadas y el fuerte endeudamiento asociado. Los datos sobre ingresos del censo de 2010 ya están disponibles y revelan que para 60 por ciento de los hogares, el nivel de ingresos real (ajustados para inflación) se sitúa en niveles de hace tres décadas (www.census.gov). Si a estas consideraciones le añadimos los riesgos que entraña la evolución de la crisis en Europa, la pérdida de dinamismo en el comercio internacional en los últimos meses y el efecto de un mayor incremento en los precios del petróleo, el escenario se oscurece y los brotes verdes corren peligro de marchitarse. Más allá del debate sobre si la recuperación es real, es importante reflexionar sobre el lugar al que conduce la supuesta mejoría. El mundo está amenazado por el desempleo, desigualdad y pobreza, pero ya lo estaba antes de la crisis. Y la imparable destrucción ambiental también avanzaba desde entonces. Así que cuando se habla de brotes verdes, hay que preguntarse si no se trata de retoños de mala hierba. Fuente: La jornada

martes, 27 de marzo de 2012

El impacto de las mineras canadienses

El impacto de las mineras canadienses en México POR PROYECTO AMBULANTE – 25 MARZO, 2012PUBLICADO EN: NACIONALES, RECIENTES La industria de la minería está muy presente en México dado que es un país con un terreno rico en minerales y perfecto para ser explotado. Desde 1994, año en que en tró en vigor el TLC con Estados Unidos y Canadá, las empresas norteamericanas han entrado de lleno en el territorio mexicano para hacerse con los recursos que aquí habitan. Mención especial merecen las mineras canadienses. Éstas cuentan con el apoyo y el permiso del gobierno federal y de las autoridades estatales para explotar la tierra mexicana, lo cual hace muy fácil su estancia. Al permiso hay que añadir los bajos impuestos que pagan por establecerse en estas tierras. La única resistencia que encuentran es la de los habitantes de las zonas donde se asientan las minas. Para ello, las empresas recurren a la represión violenta. Suelen tener servicios de seguridad que, armados y contando con el beneplácito de las autoridades locales, se enfrentan, disparan y abaten a los manifestantes que protestan ante las minas. En la mina de Cuzcatlán, en San José del Progreso (Oaxaca), en enero los operarios cortaron los caminos que van al municipio, rompiendo así los servicios de agua potable que abastecen al pueblo. Ante la protesta de los ciudadanos, el asunto acabó en un tiroteo de los servicios de seguridad y varios vecinos heridos. El pasado jueves 15 de marzo era asesinado a balazos Bernardo Vásquez, dirigente de la Asamblea de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán, por ser un firme activista en contra de la mina Cuzcatlán que pertenece a la compañía canadiense Fortuna Silver Mines. Ese mismo día, ese fatídico jueves, era asesinado también el tesorero del Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad de Magdalena Apazco, Joel Roque Jiménez Cruz. El 18 de enero moría Bernardo Méndez en similares condiciones. La represión es un hecho: a quien protesta, se le dispara. En un primer momento, para echar a las comunidades indígenas y campesinas que suelen habitar en estos terrenos, las compañías mineras recurren al pago de suculentas cantidades de dinero. Esas cantidades parecen cuantiosas al principio, pero a largo plazo se vuelven irrisorias (cobrar unas migajas por abandonar tu tierra se acaba convirtiendo en el pago de un alto precio). Los autóctonos se quejan dado que la producción minera no deja ni recursos ni beneficios en tierra local. Todo se marcha fuera, de vuelta al Norte. Raúl Delgado Wise, investigador del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, habla sobre la situación en el municipio de Mazapil (en el desierto del Estado de Zacatecas) con la mina Peñasquito, propiedad de la compañía canadiense Gold Corp Inc., una empresa que “no significa gran cosa para Zacatecas, porque realmente no repercute en el desarrollo de la entidad”. Además, añade, “ha significado una fuga de recursos para la entidad, porque los impuestos no se quedan, sólo deja una secuela de destrucción ecológica tremenda”. Efectivamente, lo que dejan las mineras es una mala y precaria situación de sus trabajadores y un impacto devastador en la ecología de la zona. La contaminación no es sólo presente; cuando la mina deja de funcionar, la región es imposible de ser recuperada tiempo después, pues la devastación ya se ha producido. Esto ha ocurrido, por ejemplo, con la mina Real de Ángeles en el municipio Noria de Ángeles (Zacatecas), de la empresa Frisco. Se da el caso de que los mayores proyectos de exploración se dan en las zonas más pobres del país. Las ganancias que tienen estas compañías no repercuten en la riqueza de dichas zonas, que siguen siendo las más pobres. La Gold Corp Inc concentra ella sola una tercera parte de la producción total de oro en México. Como se lee en La Jornada, “según la Cámara Minera de México (Camimex) la mina de oro Los Filos,en el estado de Guerrero, produjo 213 mil 600 onzas de oro (más de seis toneladas); en tanto, El Sauzal, en Chihuahua, alcanzó las 274 mil 100 onzas (8.5 toneladas). Sumando las 86 mil 700 onzas de oro producidas en la unidad Tayoltitay las 20 mil onzas del proyecto Peñasquito, que en mayo de 2008 inició en etapa pre-operativa la lixiviación de mineral oxidado, Goldcorp Inc, propietaria de estas cuatro unidades, se convierte en la mayor productora de oro en México, representando 36 por ciento de la producción minera nacional, que tuvo un valor total en 2008 de cerca de 92 mil millones de pesos.” Siguiendo con La Jornada, mencionamos el caso de Great Panther, “la cual produjo 1.2 millones de onzas de plata, 6 mil 300 onzas de oro, 876 toneladas de plomo y mil 74 toneladas de zinc, provenientes de sus minas en Durango y Guanajuato”. Hoy en día, Sonora es el Estado con más concesiones mineras en el país ya que cuenta con 4,213 de las 25.693 que existen en todo México. Un caso relevante es el de la mina de oro El Chanate, de la empresa Capital Gold. No obstante, se puede decir que las minas están repartidas por todo el país: mina El Castillo (de Castle Gold) en Durango; mina Zacualpan (de Impact Silver Corp) en el Estado de México; mina Cozamín (de Capstone Minino Corp) en Zacatecas; minas Bolañitos y Guanacevi (de Endeavour Silver Corp) en Guanajuato y Durango respectivamente; mina Nuestra Señora (de Scorpio Minino Corp) en Sinaloa; mina de oro y plata Dolores (de Minifinders Corp) en Chihuahua; y la compañía Tara Gold que opera en las minas Lluvia de Oro (en Sonora), Don Ramón y Lourdes (en Sinaloa). En San Luís Potosí el caso más notorio es el de la mina New Gold-Minera San Xavier, uno de los proyectos que más conflicto ha generado con los vecinos locales dadas las consecuencias que tiene el proyecto (contaminación de tierras y agua, aumento de enfermedades, destrucción ambiental, etc.). Las protestas antimineras se desatan por todo el país. Recurrimos de nuevo al diario La Jornada: “Son importantes las luchas de Chicomuselo, Chiapas; la de los opositores a la mina Caballo Blanco, en Veracruz; la de San José del Progreso y Capulalpan, en Oaxaca; la que se desarrolla en la región Costa-Montaña, en Guerrero; la de los huicholes en Jalisco, y varios municipios de Chihuahua, Sonora y Baja California, en el norte del país. Son la luchas antimineras más visibles, las que han trascendido el espacio local y sus voces inconformes son escuchadas mas allá de su localidad; la mayoría de ellas inclusive participan en la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales”. En total, son más de 200 las empresas canadienses instaladas en todo el país. Salvador García, vicepresidente de Gold Corp Inc, reconoció en una entrevista que su compañía prevé duplicar su capacidad productiva en los próximos tres años, de modo que México le podría aportar hasta 50 por ciento del oro que produce. Su próximo proyecto es Camino Rojo. “No sabemos si Camino Rojo puede ser otro Peñasquito, pero las expectativas nos señalan que así puede ser” afirma este directivo canadiense que reconoce que hoy Peñasquito es la mina más importante de la compañía. Como leemos en El Porvenir, “En 2011, Goldcorp produjo 691 mil onzas de oro en las tres minas que tiene en México, un avance de 6.6 por ciento comparado con el año previo, cuando fueron 648 mil onzas”. Queda claro que la explotación de estos recursos, su disfrute y sus beneficios no van destinados a la población local y ni siquiera nacional. Las cifras de las que hablamos son las que inflan ese notable crecimiento económico que tiene este país y que tanto gusta remarcar a los políticos. Desgraciadamente, la riqueza que se obtiene de esta situación ni se reparte ni se queda en casa. Los propietarios de estas empresas se enriquecen, no así los trabajadores de las minas ni los vecinos de las cercanías. Como se lee en La Jornada, “el ejemplo más claro es que Germán Larrea Mota Velasco, el principal accionista del consorcio minero Grupo México –el dueño de la mina Pasta de Conchos, colapsada por una explosión en febrero de 2006–, ocupa el cuarto lugar entre los multimillonarios mexicanos, y el 48 en el mundo, con una fortuna de 14 mil 200 millones de dólares”. México, así como muchos países de América Latina, es sólo el campo de explotación para que los países del Norte puedan mantener el nivel de vida y de producción que tienen hoy en día. Se cumple así la premisa capitalista que viene a justificar, a modo desarrollista, que para que unos vivan bien, otros tienen que vivir mal. Los países del Sur siempre ocupan ese segundo lugar en beneficio de los norteños. México no es el único, desde luego. Gold Corp Inc. tiene proyectos en Argentina (Cerro Negro), Chile (El Morro) y Quebec-Canadá (Eleonor). En Perú, por ejemplo, el caso de la mina Conga, en la región de Cajamarca, causó mucho revuelo y protestas por el peligro que suponía al vaciar cuatro lagunas. En Brasil o Panamá hay más proyectos. Estos son sólo unos pocos casos. América Latina está llena de ellos. Resulta obvia la incidencia que tiene la llegada de empresas internacionales a estos territorios. Desestabilizan la economía local, trastocan la vida de los lugareños (en todos sus ámbitos), ejercen su dominio sobre el territorio, acaban con los ecosistemas y con la diversidad ecológica del lugar y se lucran con la sobre explotación de unos recursos naturales limitados. La colonización del siglo XXI no viene en carabelas ni trae espejos. No obstante, a pesar de la represión que se ejerce, a pesar del poder que tienen estas grandes compañías, los grupos locales se organizan y se enfrentan a esta injusticia que tienen que sufrir día tras día. Nunca van a dejarse ser sometidos. Este conflicto presente lleva años vivo y así seguirá durante años. Víctor Martín Gómez Rebelión Fuentes: http://www.jornada.unam.mx/2009/07/18/economia/022n1eco http://zapateando.wordpress.com/2011/12/20/promesas-vacias-de-las-mineras-canadienses-en-mexico-la-verdad-expuesta-mujeres-indigenas-protestan-contra-proyecto-minero-en-norte-peruano/ http://www.vanguardia.com.mx/asesinanaopositordemineracanadienseenoaxaca-1242661.html http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/03/16/104132928-ejecutan-a-expolicia-ministerial-en-torreon/ http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=232228 http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=570879 http://www.jornada.unam.mx/2012/03/16/opinion/026a2pol http://mexico.indymedia.org/spip.php?article1612 http://www.greenpeace.org/mexico/es/Noticias/2009/Noviembre/minera_sanxavier/

domingo, 25 de marzo de 2012

Una apuesta por el hombre

Una apuesta por el Hombre 24 Marzo 2012 2 Comentarios Una lluvia de láser todos los días en mi metacarpio trata de aliviar el dolor de mi pie derecho. Técnicos amables y eficientes se encargan de colocar el equipo que emite esas ondas, cuyos antecedentes se remontan a investigaciones de Albert Einstein, pero que su uso terapéutico es bastante reciente por sus efectos analgésicos y antinflamatorios. Mientras hago un poco de reposo, por lo menos no camino lo habitual, soy consumidora de un nuevo debate sobre el cine cubano por medio del e-mail, y disfruto de la polémica que ocasionó mi comentario “Televisión cubana: Cuidado con propuestas rosadas en los dramatizados”. Todo estaría muy bien si la ventana de mi habitación en un cuarto piso no quedara frente al mar, no al lado sino como a cuatro kilómetros llenos de casas y edificios. Pero cada día al despertarme y asomarme a ver mi cielo azul -lo hago incluso cuando el frío está fuerte- no puedo dejar de pensar que existe la posibilidad real de que alguna vez en lontananza vea levantarse y caminar hacia el Malecón un inmenso hongo de humo. Al leer las reflexiones de Fidel “Los caminos que conducen al desastre”, sentí aprehensión en mi corazón restaurado. ¿Cuántas veces ese gigante antillano ha advertido acerca de los peligros que se ciernen sobre la especie humana? Recuerdo que trabajaba en Radio Reloj en 1992 cuando en Río de Janeiro se celebró la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo conocida como Cumbre de la Tierra. Estaba haciendo la redacción del espacio matutino y titulé la transcripción del discurso de Fidel -una pieza oratoria por su belleza y contenido- con la frase “Cinco minutos que estremecieron al mundo”. Casi dos décadas atrás, el líder cubano advirtió una vez más de los peligros que se cernían sobre el planeta. Su intervención comenzó así: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo”. El pasado 21 de marzo, Fidel recordó aquel encuentro y comentó: “Entonces unos pocos líderes de los países más poderosos manejaban el mundo. Aplaudieron por mera cortesía mis palabras y continuaron plácidamente cavando la sepultura de nuestra especie”. Hoy se calcula que existen cerca de 25 mil armas atómicas en poder de fuerzas poderosas. Para más, con todo bombo se ha anunciado el MOP, llamada “la madre de todas las bombas” y diseñada para “perforar a través de 60 metros de hormigón antes de detonar su masiva bomba. Se cree que es la mayor arma convencional, no nuclear, en el arsenal estadounidense”, según ha publicado la prensa norteamericana. Junto al peligro que ocasiona el despilfarro de los recursos naturales -que cada vez llevan más al ser humano hacia un cataclismo sin precedentes- ahora surge la terrible amenaza de un arma convencional que puede penetrar gruesas paredes. A veces, mi esperanza se apoya en la ciencia ficción: imagino una expedición de extraterrestres mucho más avanzada que la humana que llega a la Tierra no a colonizar, sino para que los animales más inteligentes del planeta aprendan a vivir y no a destruir. No es broma lo que dije antes, pero por suerte a veces leo textos como Marx, más vivo y actual que nunca a 129 años de su muerte en el que su autor, Atilio Borón, describe “El mundo de hoy se parece de manera sorprendente a lo que él (Marx) y su joven amigo Engels pronosticaron en un texto asombroso: El Manifiesto Comunista. Este sórdido mundo de oligopolios rapaces y predatorios, de guerras de conquista, degradación de la naturaleza y saqueo de los bienes comunes, de desintegración social, de sociedades polarizadas y de naciones separadas por abismos de riqueza, poder y tecnología, de plutocracias travestidas para aparentar ser democracias, de uniformización cultural pautada por el American way of life es el mundo que anticipara en todos sus escritos. Por eso son muchos quienes ya, en los capitalismos desarrollados, se preguntan si el siglo veintiuno no será el siglo de Marx. Respondo a esa pregunta con un sí sin atenuantes”. Y acto seguido el filósofo argentino escribe sobre la situación revolucionaria que vive hoy el planeta, incluso en los propios EE.UU. con los indignados. Todos los que apostaron por el fin de la historia hoy ya no están tan seguros y el articulista comenta: “Podría decirse, provocando la sonrisa socarrona de Marx desde el más allá, que hoy son todos marxistas pero a lo Monsieur Jordan, ese personaje de El Burgués Gentilhombre, de Moliere, que hablaba en prosa sin saberlo. Por eso cuando estalló la nueva crisis general del capitalismo todos corrieron a comprar El Capital, comenzando por los gobernantes de los capitalismos metropolitanos. Es que la cosa era, y es, muy grave como para perder el tiempo leyendo las boberías de Milton Friedman, Friedrich von Hayek o las monumentales sandeces de los economistas del FMI, el Banco Mundial o el Banco Central Europeo, tan ineptos como corruptos y que por causa de ambas cosas no fueron capaces de pronosticar la crisis que, como un tsunami, está arrasando los capitalismos metropolitanos. Por eso, por méritos propios y por vicios ajenos Marx está más vivo que nunca y el faro de su pensamiento arroja una luz cada vez más esclarecedora sobre las tenebrosas realidades del mundo actual.” Esa ebullición planetaria también me da esperanzas y con Atilio creo que Marx está más vivo que nunca y que el hombre encontrará la manera de conjurar la destrucción de la tierra. Al final si marxista moriré tengo que creer en las fuentes originales que siempre aseguraron por lógica que el capitalismo no podía ser el sistema al cual aspirara el hombre. Otra manera de vivir mejor tiene que ser posible. Fuente: Paquita de armas. Cubadebate.

jueves, 22 de marzo de 2012

Goldman: especulacion e impunidad

Goldman: especulación e impunidad John Saxe-Fernández “Hoy es mi último día en la firma. Después de casi 12 años –en Goldman Sachs (GS)–... digo con honestidad que su ambiente es hoy muy tóxico y destructivo... en síntesis, el problema es que en sus operaciones se abandonó el interés de los clientes... la empresa se desvió tanto... que siendo honesto no puedo identificarme con sus objetivos”. La renuncia de Gregg Smith, director ejecutivo de GS y principal encargado de los mayores y magnos portafolios de derivados en Europa, Medio Oriente, África y Asia, fue destacada por el New York Times del 14 de marzo. Ahí se desnuda, una vez más el desenfreno usurero, el engaño y la impunidad que, dada la magnitud de los negocios de esta firma de inversión, afectan patrimonio, empleo y vida de millones dentro y fuera de Estados Unidos, mostrando de paso la complicidad y simbiosis de la presidencia imperial Bush/Obama, el Congreso y las cortes con este modus operandi. Prevalece un contexto institucional de corrosiva usura y codicia en instituciones ícono de la alta finanza, bancos y firmas de inversión tipo CitiGroup, Wells Fargo, Bank of America, Morgan Stanley, Goldman Sachs, etcétera, alimentado en 2008 por desmedidos “rescates” y subsidios de entre 13 y 14 billones (trillions) de dólares. Son negocios y corruptelas que incluyen operaciones de lavado y que hacen aparecer al Fobaproa o al desastre de Mexicana de Aviación como astutas operaciones de roba-gallinas, con el Consejo Coordinador Empresarial tras el botín mayor: lanzar a Pemex-CFE al piso de remates donde operan y apuestan tiburones como GS, parte de la oferta electoral de los Peña Nieto y Vázquez Mota de siempre. Piden el voto para despojar al electorado de un patrimonio legado al pueblo, cada día más valioso por el “techo del petróleo” y cuando la ecuación energética mundial favorece el control público de recursos vitales. Ofrecen llevar la riqueza nacional ahí donde, gracias a la Commodity Futures Modernization Act –una ley firmada por Bill Clinton en 2000–, se esquilma a “clientes” y naciones enteras. Según el economista Chris Hedges (TruthDig 4/11/2011) el índice de commodities de GS es el más cotizado en los mercados del mundo. Gracias a Clinton la empresa acapara y especula con el hambre popular: arroz, trigo, maíz, azúcar, carne, incluyéndose minerales, metales y combustibles fósiles. La renuncia de Smith es reveladora: “En el curso de mi carrera he tenido el privilegio de manejar dos de los mayores hedge funds del planeta, cinco de las mayores administradoras de activos en Estados Unidos y tres de los más prominentes fondos soberanos de Europa, Medio Oriente y de Asia. Los activos de mis clientes han llegado a totalizar un valor base de más de un billón (trillion) de dólares. Me enorgullezco de haberlos aconsejado en lo que más les convenía, aunque ello significara menos ganancia para la firma. Esta perspectiva es más y más rara en GS. Otro indicio de que era el momento de renunciar”. (Ibid) Aunque el papel de operadores como Robert Rubin, cercano a innombrables presidentes de turno, dejó una huella indeleble en la crisis y posterior saqueo del erario (y del crudo) mexicano durante la magna operación de especulación/rescate que puso de rodillas al país luego de la debacle de diciembre de 1994, para Smith la actuación de Lloyd C. Blankfein y de Gary D. Cohn, director ejecutivo y presidente de Goldman Sachs, también representan “la más seria amenaza a la sobrevivencia” de esa firma, aunque Blankfein proclamara a The Times de Londres, que GS “realizaba el trabajo de Dios”, posiblemente porque de ahí salió y se impulsó la idea de “securitizar” cientos de miles de hipotecas tóxicas que luego GS, como los otros bancos y firmas, vendió a su clientela mientras apostaba contra ellas. La bonanza de GS no fue por la gracia de Dios sino por los dineros que recibió de subsidios y rescates del Departamento del Tesoro y de la Fed, que procedió a imprimir dinero como pocas veces desde que Tiberio, en el año 33, decidió rescatar las finanzas del Imperio Romano. La Fed funge como “banco central”, tiene el monopolio para la emisión de moneda, por tanto regula el precio del crédito –las tasas de interés– y determina la cantidad de dinero que fluye en la economía. Quienes en el Congreso mexicano aprobaron, sin pena y responsabilidad, un inusitado aumento de la cuota al FMI, recuerden dónde van los fondos: bajo Blankfeim, a pocos meses del colapso que dejó en la calle a millones, los altos cargos de Goldman Sachs se recetaron la mayor compensación registrada en su historia de 143 años: 18 mil millones de dólares (mmdd) en 2009; 16 mmdd en 2010 y 10 mmdd en 2011, según cifras oficiales dadas a conocer por Hedges en el parque Zuccotti ante cientos de “ocupas”. Luego fue arrestado por la policía neoyorquina frente a las oficinas centrales de Goldman Sachs. A Smith le da vergüenza y renuncia. http://jsaxef.blogspot.com

miércoles, 21 de marzo de 2012

Crisis global

Crisis global: en el ojo del huracán Alejandro Nadal D icen que el tiempo es un invento para evitar que todo suceda en el mismo instante. La frase original es del escritor Ray Cummings y aparece en su novela de ciencia ficción La chica del átomo dorado (publicada en 1929). Tal parece que hoy el tiempo se colapsa sobre sí mismo y, efectivamente, todas las economías del planeta acusan simultáneamente los síntomas y las heridas de la crisis. Esto puede parecer una opinión demasiado pesimista. Después de todo la prensa de negocios se esfuerza en hacernos creer que la crisis global ha entrado en una fase de calma y hasta de recuperación. La violencia de la crisis en Grecia ha pasado momentáneamente a un segundo plano con la restructuración de su deuda hace una semana. El euro parece que mejoró su posición y aparecen otras buenas noticias. En Estados Unidos por tercer mes consecutivo se anuncia que se han generado empleos y se habla de una ímida recuperación. Así que parece que los vientos huracanados van amainando y que a lo lejos podría despuntar un rayo de sol y el anuncio de mejores tiempos. Pero no hay que engañarse. En Grecia, el arreglo redujo en más de cien mil millones de euros la deuda con acreedores privados. Pero eso no es más que una moratoria disfrazada de restructuración de la deuda. La prueba es que hasta una parte de los temidos seguros sobre impago fue activada (el monto apenas rebasó los 3 mil millones de dólares, lo que puede ser absorbido por los aseguradores sin demasiado problema). Todo este arreglo fue para ganar tiempo, no para encontrar una solución real al problema de la economía griega. En el fondo, Grecia permanece sin capacidad de enfrentar el servicio de su deuda y las condiciones de política económica que le han sido impuestas (en especial por el programa de austeridad) conducirá necesariamente a profundizar la catástrofe. Ya el PIB acusa un desplome de 6 por ciento en 2011 y este año el pronóstico es muy malo. El desempleo rebasa 22 por ciento y entre jóvenes llega a 50 por ciento. Ya hay más de 22 mil personas sin techo en Atenas. Todos los componentes de la demanda agregada de la economía griega van en picada: el salario mínimo se ha reducido en 22 por ciento (y para algunos sectores la pérdida será de 32 por ciento). El recorte del gasto público representa otro duro golpe a la demanda agregada. Es evidente que la meta de reducir la deuda griega a 160 por ciento del PIB para 2020 es irrisoria. El país va a reventar mucho antes. El ritmo de actividad económica en Europa sigue disminuyendo y la región está entrando en una recesión que puede ser duradera. El desempleo en la Unión Europea alcanza ya 10.7 por ciento y es el más alto en más de 13 años. Los motoreseconómicos no van bien: el pronóstico favorable para 2012 es que Alemania y Francia crezcan 1.2 y 1.3 por ciento, respectivamente. Italia y España se mantienen más o menos estables, si le hacemos caso a los diferenciales de financiamiento de su deuda soberana, pero esas dos economías están claramente en el umbral de una fuerte recesión y eso hará que los mercados financieros se vuelvan a inquietar. El costo financiero de su deuda volverá a crecer. En Estados Unidos las buenas noticias sobre el desempeño del mercado de trabajo deben ser manejadas con cautela. Muchos de los empleos generados siguen siendo de muy mala calidad. Es normal, los problemas estructurales de la economía estadunidense no se han arreglado y la tendencia a la precarización del trabajo se mantiene. Por otra parte, todos los componentes de la demanda agregada se están contrayendo: el consumo, la inversión residencial y no residencial, y hasta las exportaciones. Y al igual que en Europa, la austeridad en la política fiscal no augura nada bueno. En China las cosas tampoco marchan bien. La anemia mundial afecta sus exportaciones y eso envía un mensaje claro a la jerarquía china para transformar la economía, abandonando la política de exportaciones salvajes. Eso implicaría aumentar el consumo doméstico, lo que requiere aumentar el nivel de los salarios y remuneraciones. Los nuevos líderes en Pekín no parecen inclinarse en esa dirección y ya están apostando a la subvaluación del renminbi. Para cerrar con broche de oro, la retórica de guerra en Medio Oriente hace que el precio del petróleo se mantenga alto, lo que afectará negativamente a la economía mundial. Israel sigue insistiendo en que no permitirá a Irán dotarse de armas nucleares. Eso puede ser parte de una campaña de distracción sobre el problema palestino, pero es algo que incide sobre las expectativas y la evolución del precio internacional del crudo. En el cronómetro de la crisis, el tiempo se deforma y se reconcentra en un punto: la crisis es un monstruo que respira y retoma sus fuerzas. La ley de la mercancía, tan certeramente definida por Marx, llevó la lógica del capital hasta los rincones más apartados del planeta. Para este largo viaje, en su equipaje el capital también llevó sus contradicciones y la propensión a la crisis. Es el pulso de las economías capitalistas. http://nadal.com.mx

viernes, 9 de marzo de 2012

Debate internacional sobre pobreza

Economía Moral Debate internacional sobre pobreza y persistencia campesina / I Tema de seminario convocado por CROP1, El Colegio de México y UAM-X Julio Boltvinik E l seminario internacional Pobreza y persistencia del campesinado en el Mundo Contemporáneo tendrá lugar la semana próxima en El Colegio de México. Aunque es una reunión pensada más para provocar un aprendizaje colectivo que para difundir ideas, para cumplir también esta segunda función todo el seminario será transmitido en vivo por Internet, habrá un evento público2 (el 14 de marzo en el Club de Periodistas de México, Filomeno Mata 8, Centro Histórico) y se publicará un libro (en inglés y en español) que recogerá las ponencias y debates. Se abordará la dimensión (todavía) más importante de la pobreza mundial: la pobreza campesina, buscando (y confrontando) las explicaciones de la misma e indagando si la persistencia del campesinado como forma de producción no capitalista (hecho que sigue intrigando a pensadores de diversas corrientes) está asociada con la pobreza de la inmensa mayoría de los campesinos del mundo. A estas preguntas, Kostas Vergopoulos (griego, profesor de la Universidad de Paris, VIII) ha añadido, en su ponencia, la pregunta de por qué los organismos internacionales han empezado, nuevamente, a promover la seguridad alimentaria basada en la consolidación de las unidades familiares de producción agrícolas. También se abordarán las crisis alimentaria y ambiental (a su vez inmersas en la gran crisis capitalista actual), contextos fundamentales para entender el predicamento y potencialidades del campesinado mundial a cuyo destino, vía el estómago, y la sobrevivencia del planeta, estamos todos atados. El documento base del seminario (de mi redacción) recorre las dos primeras preguntas y toma posición ante ellas, sosteniendo que la pobreza y la persistencia campesinas sí están ligadas: que el capitalismo agrícola depende para su funcionamiento de la existencia de un campesinado pobre. La convocatoria señaló: Las explicaciones usuales de la pobreza campesina giran en torno a las restricciones severas de los recursos de los campesinos, lo que se traduce en bajos niveles de producción y de ingresos. Otras explicaciones se basan en las diversas formas de explotación y de extracción de plusvalía a las que están sujetos los campesinos. Sin embargo, este tipo de explicación tendría algunas dificultades para explicar, por ejemplo, por qué la mayoría de los granjeros familiares de EU tendrían ingresos inadecuados para un nivel de vida aceptable sin el acceso a ingresos de otras fuentes (como subsidios), a pesar de que no padecen las fuertes restricciones de recursos de los campesinos. La persistencia de campesinos y granjas familiares en las sociedades contemporáneas ha desafiado todas las predicciones sobre su desaparición, formuladas por estudiosos de diferentes tradiciones, de izquierda y de derecha. La interpretación clásica del desarrollo del capitalismo en la agricultura sugiere que, como en la industria, la estructura de clases agraria tendería a polarizarse y los pequeños productores de mercancías tenderían a desaparecer. Sin embargo, el argumento parece haber sido falsificado por la historia: en muchos países de todo el orbe pequeños agricultores y campesinos han seguido produciendo y adaptándose a los cambios profundos del último siglo. El documento base sostiene que una posible explicación tanto de la pobreza como de la persistencia campesina es la estacionalidad de la agricultura y el hecho que en el capitalismo los precios sólo incorporan (como costos) los salarios por las jornadas de trabajo efectivamente pagadas. En esencia, el argumento es que el costo social de tal estacionalidad es absorbido por los campesinos (y jornaleros) con los conocidos efectos de pobreza permanente severa y graves sufrimientos humanos (como migración estacional o permanente, que conlleva separación familiar, pues los campesinos se ven obligados a buscar ingresos adicionales fuera de la parcela). (Véase en la gráfica la variabilidad estacional del trabajo de los sujetos agropecuarios). La tesis de al estacionalidad explicaría también la racionalidad de los subsidios agrícolas en países desarrollados como reconocimiento social del derecho de los campesinos y agricultores familiares a un estándar de vida digno, sin tener que degradar su estatus errando en busca de empleos estacionales asalariados. Esto significa que los costos sociales de la estacionalidad son absorbidos, en estos países, por la sociedad en su conjunto. Cuando este derecho no es reconocido, como ocurre en todo el Tercer mundo, los campesinos son los condenados de la tierra. Nuestros países, se sostiene en el documento base, deberían también subsidiar a sus campesinos. Estas ideas han sido impugnadas o matizadas en varias de las ponencias del seminario, con lo cual se augura que habrá varios formidables debates durante el mismo. En primer lugar, por Armando Bartra, quien mantiene, en esencia, la misma postura que expresó en el debate que sostuvimos en las páginas de La Jornada en marzo y abril de 2008. Bartra parte de otra característica de la agricultura que, como la estacionalidad, determina las peculiaridades de su explotación: el medio de producción fundamental (la tierra) es natural, no producido por el ser humano y sólo habilitado, mejorado. Por ello, a diferencia de la industria donde la productividad del trabajo tiende a igualarse entre empresas de la misma rama, ya que éstas van adoptando las innovaciones tecnológicas siguiendo al primer innovador, buscando así apropiarse la plusvalía extraordinaria, en la agricultura prevalecerían las diferencias naturales de la fertilidad del suelo (y del acceso al agua) que llevan a la permanencia de diferenciales en la productividad del trabajo. Es decir, con el mismo trabajo, con las mismas condiciones tecnológicas, se obtiene mayor cosecha mientras mayor es la fertilidad del suelo. Esta diferencia de fertilidad (y de ubicación) da lugar a la renta diferencial de la tierra, donde Bartra encuentra la explicación de la persistencia campesina, explicación que difiere de la que la atribuye a la estacionalidad, aunque tanto a él como a mí no nos parecen explicaciones antagónicas. En el documento base llegué a la conclusión de que la teoría del valor de Marx está diseñada para sistemas productivos de trabajo continuo, pero como en la agricultura el trabajo es estacional, discontinuo, se necesita otra teoría del valor más general, que ahí esbocé. Esto dio lugar a un debate con Luis Arizmendi, que relaté en esta columna pero que no llegó al documento base del seminario (por razones de idioma). Enrique Leff, en su ponencia, sostiene (siguiendo la economía ecológica y el eco-marxismo) que el problema de la teoría del valor es mucho mayor pues desconoce la contribución de la naturaleza al valor (al valor de cambio), aunque reconozca su contribución a los valores de uso. En otras ponencias se encuentran también disensos de visitantes de otras longitudes. Henry Bernstein contrapone a la teoría abstracta de Boltvinik elementos del desarrollo (histórico) de la agricultura en el capitalismo. Welty y coautores, por su parte, critican lo que llaman la ontología, formulada en la sección llamada la naturaleza de la producción agrícola. Sostienen que la distinción debe ser específica en términos históricos y de productos agrícolas. Hay mucho más en éstas y otras ponencias. Será, sin duda, una apasionante discusión que seguiré comentando en este espacio. 1 CROP es el acrónimo (por su nombre en inglés) de Investigación Comparativa sobre Pobreza. Es un Programa de la Universidad de Bergen, Noruega cuyo lema es Movilizar Investigación Crítica para Prevenir y Erradicar la Pobreza, y fue creado en 1992 por el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales (ISSC por su nombre en inglés) y la UNESCO. Es totalmente indeendiente de cualquierb organismo internacional y su órgano máximo es un Comité Científico del cual formo parte. 2 El Seminario tendrá lugar del 13 al 15 de marzo (martes a jueves). En la página principal de El Colegio de México, colmex.mx, habrá en dichos días dos ligas, una para ver por Internet el Seminario y otra para consultar el programa completo del mismo, incluyendo el evento público. http://julioboltvinik.org • jbolt@colmex.mx

lunes, 5 de marzo de 2012

Entre anecdotas

Entre anécdotas León Bendesky E l año avanza vertiginosamente y estamos apenas a unos meses de las elecciones. Estas siempre son un asunto de relevancia, pero cada vez nos jugamos más con ellas. Este es el caso ahora. El terreno en el que se desarrollan la política y la acción social se hace más fangoso. Sabemos lo que nos jugamos con el próximo cambio de gobierno federal y del Congreso. No se necesita una especial sabiduría, sino la experiencia individual y colectiva de vivir aquí; también una capacidad de memoria que cuesta mantener clara, pues se atenta contra ella a diario por muy diversos medios. No podremos aducir, en principio, que fuimos presas de engaños. La sensación de fragilidad, escepticismo y desconcierto se extiende ante los hechos, lo que se dice con respecto a ellos y, sobre todo, frente lo que se hace y no se hace. La responsabilidad es un concepto más bien laxo en la forma de gobernar en este país; puede decirse, también, que se hace más floja como práctica social. En ambos casos se encuentran siempre excepciones, no pocas, precisamente, eso son. Da la impresión de que las cosas transcurren en un entorno en el que se convierten en una serie constante de anécdotas. Así es como acaban siendo hechos turbadores y hasta trágicos como la reciente fuga de un violador y asesino confeso de las instalaciones policiacas en el estado de México, o bien los casi 300 muertos asociados con el narcotráfico en Nuevo León tan sólo en los dos primeros meses del año. Así terminan siendo muchos asuntos cruciales en el campo de los negocios como es el caso de la aerolínea Mexicana, o la incapacidad de siquiera ordenar las prácticas del mercado en el sector de las telecomunicaciones y que se expresan como rivalidades y bravuconadas entre los más grandes empresarios y la marginalidad de quienes deben regular esa actividad e imponer prácticas de competencia. De esa manera se trata la comprobación diaria del aumento de la informalidad en la sociedad, que va de la mano de una mayor precariedad de la ocupación. Hasta se encuentran sabiondas explicaciones de las ventajas que eso tiene para la gente, mientras hay una fuerte crisis de empleo. Y de la misma manera ocurre con cuestiones asociadas con la estructura misma del Estado mexicano. Una muestra es la pésima gestión de Pemex y de los hidrocarburos que son propiedad de la nación; el aumento de su deuda y los abusos patrimoniales que ahí se cometen. Año tras año, sexenio tras sexenio es la misma historia que mantiene la dependencia fiscal del petróleo y que se cuenta y se comenta ya como una mera anécdota. Anecdótica parece también la degradación de la política como actividad esencial en una sociedad compleja como la nuestra. Basta señalar el papel de los partidos políticos y el significado de la persistente descomposición del PRD. En esta materia, la impunidad, el abuso de los recursos públicos y la falta de rendición de cuentas es parte del esquema de repartición de privilegios. La práctica democrática va, igualmente, en camino de volverse una anécdota con todo y su organización en el Instituto Federal Electoral. Su existencia como órgano ciudadano fue más bien efímera y es, otra vez, un mecanismo de control de los centros más esclerotizados del poder y una forma de usar los enormes fondos de los que dispone. Anécdota, dice su definición, es un relato breve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejemplo o entretenimiento. Así aparecen los análisis y consideraciones de quienes administran la economía y que se reproducen con una eficacia notoria cualesquiera que sean los responsables y el partido que gobierne. Los discursos corresponden a una versión de los hechos y las situaciones que se alejan de la experiencia cotidiana de la gente en sus actividades diarias, sobre todo para conseguir un ingreso, mantener un negocio, sostener un cierto nivel de bienestar o ampliar el horizonte de las expectativas. La versión oficial y la de sus fieles acompañantes es la de una fantasía organizada, como describió Celso Furtado el modo en que se plantea el pensamiento económico convencional. En el fondo y aunque se admitan ciertas limitaciones o carencias, se asemejan al doctor Pangloss y a la convicción de que las cosas son lo mejor posible, y la sociedad es el Cándido que padece las consecuencias. Las tendencias del desenvolvimiento de la economía se piensan como si fuesen un subibaja; la atención se centra en el dato más reciente, sobre todo, aquel que sirve para hacer una apología de las políticas públicas, ya sea que se esté arriba o, incluso, abajo del balancín. Balances y equilibrios de las cuentas son las nociones preferidas, como si se tratara de una labor elemental de tenedor de libros, cuando la sociedad tiene desajustes esenciales que se profundizan. Sería mucho más adecuado y valedero situar las tendencias en el marco de un sistema y de su proceso de desarrollo. Este modo de pensar generaría una representación muy distinta de los fenómenos sociales, de sus diversas expresiones y consecuencias. No sería una versión tan cómoda de las convicciones prevalecientes y de las prácticas de la gestión de las cosas públicas. Estas anécdotas no son asunto de entretenimiento y lo que tienen de curiosidad convendría situarlo adecuadamente en el centro del análisis de lo que pasa en esta sociedad.

jueves, 1 de marzo de 2012

El G-20, America latina y Mexico

El G-20, América Latina y México, otras encuestas Orlando Delgado Selley L os ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-20 concluyeron sus trabajos señalando que en los últimos meses los gobiernos del grupo tomaron medidas que apoyaron la modesta recuperación y el relajamiento de las tensiones en los mercados financieros globales. Reconocieron, sin embargo, problemas estructurales, desbalances globales serios, alto endeudamiento público y privado y perspectivas de mediano plazo inciertas. Esto da cuenta de que el Plan de Acción de Cannes para el crecimiento y el trabajo, que reconoce que el empleo y la inclusión social son decisivos, no ha tenido efectos significativos, lo que evidencia la inoperancia del G-20. Estancamiento recesivo y desempleo siguen siendo los datos fuertes de la etapa que vivimos. Las políticas públicas que debieran combatirlos en los países desarrollados no han logrado cabalmente su propósito, pero por su carácter abiertamente desigual han provocado una reacción social generalizada. No se trata solamente de la resistencia griega, sino de los reclamos de quienes forman parte del 99.99 por ciento de las poblaciones. Las variables independientes de la ecuación que resolverá la salida de esta larga crisis, políticas públicas y condiciones sociales, se mueven en direcciones contrarias. Por ello, las soluciones a las dificultades están en el ámbito político, en el de las reglas de unas democracias que no sirven para definir medidas que repartan equitativamente los costos de la crisis. En América Latina, y por supuesto en México, como ilustra el informe Latinobarómetro 2011, el asunto central es justamente el de la calidad de gobiernos electos democráticamente, es decir, la valoración de si se gobierna para la mayoría y si se mejora la distribución de la riqueza, en condiciones que pese a estar lejos de la crisis europea y estadunidense señalan perspectivas claramente pesimistas. Un indicador elocuente es la imagen de progreso que se tiene. Según la encuesta de Latinobarómetro en 2010 en la región 39 por ciento de los entrevistados tenía la convicción de que se estaba progresando. En 2011 esa convicción sólo la tenía 35 por ciento. En Chile el contraste es mayor: pasó de 55 a 29; en Brasil, tras la salida de Lula se redujo de 68 a 52, mientras en Ecuador, Perú, Uruguay y Argentina aumentaba. La respuesta de los mexicanos entrevistados es reveladora: en 2010 sólo 24 por ciento pensaba que el país progresaba, es decir, 76 por ciento pensaba lo contrario; en 2011 apenas 22 por ciento piensa que progresamos. Los candidatos presidenciales se enfrentan al deterioro de las condiciones reales, expresadas claramente en las dificultades de la economía mundial, y de las condiciones subjetivas, de nuestra evaluación sobre la situación de México. La urgencia de planteos claros y viables resulta indudable. Contrastar las posiciones, en consecuencia, es fundamental. Los cambios en las preferencias electorales, que reconocerán las encuestadoras serias, no provendrán de aficiones y gustos, sino de su capacidad para transmitir ideas que den cuenta del propósito de reencauzar al país a una ruta de progreso que pueda ser reconocida por todos. Los temas están bien definidos. Uno de ellos es el de la dinámica económica. Desde hace años tenemos un desempeño económico mediocre, explicado por políticas públicas equivocadas, por inversiones privadas menores a las que se requieren, por un sector social abandonado a su suerte. Plantear hacer frente a esto obliga a definir la situación de las grandes empresas estatales, cuyas pérdidas son inadmisibles. Definir la participación privada en sectores estratégicos, el papel de la competencia, acotar la presencia de las grandes empresas privadas, determinar la contribución tributaria deseable y los rubros modificables del gasto público. Todo ello en medio de una notoria crisis de confianza en la política, los políticos y la democracia misma. Crisis que, sin embargo, no impedirá que con nuestro voto decidamos el rumbo que debe tener México. odselley@gmail.com

Mexico frente al espejo

México frente al espejo Alejandro Nadal H ace dos semanas escribí un artículo sobre el efecto que tendría sobre Grecia el programa de ajuste fiscal que le ha sido impuesto. En esa ocasión señalé que Grecia podía asomarse a un espejo mexicano para apreciar el terrible castigo que le espera. De aplicarse el programa diseñado por el Banco Central Europeo, las autoridades de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, Grecia sufrirá la misma suerte de la sociedad mexicana: el sacrificio de una generación y más. Ahora nos toca el turno a nosotros. Frente a la desintegración del Estado mexicano, y de cara a una crisis global que debería llevar a cuestionamientos más radicales, ¿qué vemos cuando nos encontramos frente al espejo? En 1979 el entonces presidente de la Reserva federal, Paul Volcker, decretó un brutal incremento en la tasa de interés con el fin de combatir la inflación. Ese aumento condujo a la economía mundial por el camino de una fuerte recesión. Las exportaciones de productos básicos desde países en vías de desarrollo se redujeron y el precio de las materias primas se desplomó. México se encontró bajo fuego cruzado. La caída en los precios del petróleo le impidió mantener el servicio de su abultada deuda. Para 1982 el gobierno mexicano anunció que tenía problemas para asegurar el pago de sus compromisos. México entró en una moratoria de facto. La economía mexicana ya enfrentaba problemas internos. Por un lado se arrastraba el efecto de la parálisis en materia de política fiscal. México no había aplicado una genuina reforma fiscal progresiva, que tuviera simultáneamente una finalidad recaudatoria y redistributiva. Por otra parte, llevaba cuatro décadas de emplear una política industrial basada en un proteccionismo mal diseñado que fue incapaz de dotar al país de capacidades tecnológicas endógenas. El incipiente proceso de industrialización quedó detenido y nuestro país comenzó a marchar en reversa, hacia la re-primarización de la economía. Al rescate llegaron el FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro. A las cartas de intención le sucedieron los paquetes de estabilización y ajuste estructural. En la década de los ochenta México quedó sin rumbo y de rodillas, sin atreverse a redefinir su camino, se sometió a todos los gravámenes imaginables. Restricción fiscal, macro-devaluaciones y contracción salarial fueron tres de los mecanismos más socorridos para aplicar el ajuste. Privatizaciones masivas, aún de empresas rentables y estratégicas, y liberalización financiera y comercial fueron lo cotidiano mientras México se ceñía la camisa de fuerza del neoliberalismo. En materia fiscal la finalidad dejó de ser el desarrollo. En su lugar se erigió el objetivo dominante de administrar la deuda. El objetivo fue siempre el mismo: extraer recursos de los causantes con el fin de pagar cargas financieras. Desde entonces tenemos un rezago que va siempre en aumento en materia de salud, educación, vivienda, energía, transporte, infraestructura e investigación científica y tecnológica. En el México urbano, las nuevas clases medias prefirieron mantener su nivel de vida antes de reclamar un cambio en la dirección del ajuste y una nueva estrategia de desarrollo. Luego vinieron las elecciones de 1988. El gobierno del fraude se convirtió en el rey del ilusionismo. Muchos creyeron en la promesa del primer mundo y mordieron el anzuelo. El Tratado de Libre Comercio sería la cereza del pastel. Pero poco duró la magia. En diciembre de 1994 explotó una de las peores crisis de nuestra economía. Entre otras cosas, el sistema bancario entró en quiebra. A los Gurría y los Ortiz sólo se les ocurrió comprarle su cartera vencida. Ese rescate lo seguimos pagando y seguiremos así hasta que se produzcan cambios interesantes. Las luchas de resistencia del pueblo fueron muchas y tomaron vertientes muy diversas. Pero los cuerpos políticos, los que estaban hechos a la medida de la mediocridad en el análisis y la corrupción en la acción, esos cuerpos nunca han estado a la altura. Hoy nos encontramos en medio de una crisis mundial del calibre de la Gran Depresión. Ya estamos por cumplir el primer lustro de vida de esta crisis global. Los cuadros políticos del sistema están incapacitados para entender lo que sucede. La economía mexicana es un edificio en ruinas. Su sistema financiero es un parásito cuya única función es enviar lucro a las matrices con problemas en el extranjero. El sector rural ha sido víctima de una guerra de 30 años o más, en la que lo único que importó fue expulsar mano de obra, aunque fuera necesario destruir formas de vida y comprometer la capacidad de manejo de recursos de las comunidades de campesinos. Nuestra economía no necesita arreglos de cosmético. Requiere cambios estructurales de fondo. Urge destruir todo aquello que hoy estorba. Y si eso esradical, pues sí, efectivamente. Hay que ser radicales. El sacrificio de una generación es el resultado de cinco lustros de experimento neoliberal. La imagen en el espejo debe anunciar otro camino. http://nadal.com.mx