EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 25 de agosto de 2014

A la mitad del Foro

A la mitad del foro
 Del coro griego
León García Soler
Foto
Mina de Cananea donde se produjo el derrame de contaminantes al ríoFoto Cuartoscuro.com
P
asó de noche el combate imaginario de las reformas estructurales y las alianzas que integraron el Pacto por México. Se aprobaron las reformas constitucionales y las leyes reglamentarias de rigor. Hubo recomposición del concierto y los del PRD tiraron el arpa cuando subió a escena el drama de los veneros del petróleo que nos legó el diablo y la expropiación que nos heredara Lázaro Cárdenas del Río. El PAN tocó la flauta y reivindicó la iniciativa, por encima de la que envió Enrique Peña Nieto y le permite ahora hacer sonar las fanfarrias y anticipar las inversiones y los empleos que harán el milagro del crecimiento económico, sin abandonar la política de austeridad al borde de la recesión.
No hay, no hubo, barricadas en las calles. Salvo las de la extensión centralista de la CNTE que llevó a los maestros de Oaxaca a tomar el Zócalo y, a solicitud amable del jefe de Gobierno del DF, mudarse al Monumento a la Revolución. Paz en el paraíso de la desigualdad bajo la vigilancia alegre de los oligarcas que se preparan a constituirse en consorcios nativos, para alcanzar el rango de asociados al servicio de los oligopolios del imperio global. Casi en las alturas, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, anuncia al lado de Pedro Joaquín Coldwell que los directores de Pemex y de la CFE, acompañados por los dirigentes empresariales, harán una gira por todo el país para promover la inversión en los nuevos nichos que trae la apertura energética.
Ni un gesto hizo el secretario de Energía, quien preside hasta nueva orden los consejos de administración de las dos empresas de dichos nichos. Oportunamente los haría Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, a cargo de la cima que no es cúpula, de la cumbre apoyada en el domo de la mayordomía: ... tenemos que construir capacidad, concluyó Claudio X. Y desde uno de los siete asientos vacíos del consejo de Pemex surgía el eco de la frase triunfalista de Carlos Romero Deschamps: El petróleo es el mejor negocio del mundo, bien administrado; y es el segundo de los mejores negocios del mundo, mal administrado.
Haría falta Aristófanes para encontrar el humor en el optimismo desbordado ante la tragedia de la rectoría del Estado que se iba a recuperar y la victoria de los antiestatistas que han reducido a sombras al sindicalismo y se preparan a explotar los nuevos nichos. O quizás, Esquilo, porque ahí podría estar el huevo de la serpiente.
En todo caso, el coro ya está en escena. El de la Conago que alguna vez pudo entonar la oda a la alegría republicana del federalismo, del poder real en espacio real, que recibió cada gobernador con la alternancia que siguió a la capitulación del cesarismo sexenal. Doce años de centralismo panista, de la derecha que bregó en pos del poder por la vía legal y no supo qué hacer una vez que lo obtuvo. Y una coalición de gobernadores del partido reducido a la primera minoría en el Congreso de la Unión haría posible la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto. Gobernador del estado más poblado y con mayor capacidad económica, arma poderosa para apoyar a priístas en entidades donde no gobernaban; dinero y organización para hacerlos candidatos ganadores y, desde luego, aliados en la intención de coronarlo primum inter pares.
Ganó el de la conjura, el tantas veces menospreciado por sus adversarios, se alzó con el supremo Poder Ejecutivo de la Unión que se deposita en un solo individuo. El menosprecio sigue su curso. Pero los de la Conago son ahora coro griego que reproduce el clamor de las victorias que reivindica el que volvió al sitial del ágora electrónica y hoy proclama los logros de las reformasestructurales aprobadas en nueve meses por un Congreso plural. Para superar 15 años de parálisis hacía falta hacer política. Y Pero Grullo guardó silencio al imponerse la voz del filósofo de Güemes: El que tenga perro que lo amarre... Y el coro sindical aceptó las cadenas en los días de fiesta por venir, mientras los dueños del dinero soltaban sus jaurías en el pleito por los nichos de la expectativa. Aunque Agustín Carstens emulara a Casandra y Luis Videgaray soñara con la astucia de Odiseo para que el coro celebrara un PIB medido en micras junto al crecimiento real del desempleo.
Algo es algo. O qué tanto es tantito, diría el coro de gobernadores que entonó loas al informe de la criminalidad que cede, o al menos empieza a ofrecer signos a la baja. Ahí pudo Graco Ramírez recordar la hora en la que ofreció juntar varas en espera del momento de lanzar cohetes. Los secuestros siguen sembrando miedos y angustias. Pero si hay indicadores a la baja, ya no hará falta recoger varas aunque se imponga tensar la de la justicia. A una voz. Nadie desentona, nadie esgrime los escudos tribales de nuestra pluralidad. Si hay riesgo de discordia alguna, se ausenta el gobernador cuya voz pudiera ser ahogada por un grito desde el llano. No asistió Guillermo Padrés Elías: Sonora, tus hijos lloran. Y el agua envenenada por la incuria y la ambición desaforadas del concesionario de las minas de Cananea, Jorge Feliciano Larrea.
Él es el mismo que dejó enterrados en el socavón a los mineros muertos en Pasta de Conchos, Coahuila. Más prepotente que el proverbial caciqueebrio de poder y bacanora, derrama más de 40 mil metros cúbicos de agua contaminada con arsénico, mercurio, cadmio, cobre y cromo en el arroyo de Bacanuchi, el río Sonora y sus afluentes. El gobernador ausente del coro había desviado el agua de los yaquis a un canal construido para abastecer a la ciudad de Hermosillo. El Grupo México miente, culpa a lluvias que no se dieron y no avisó a tiempo del derrame. De la Presa El Molinito, uno de los jales de la mina de Cananea, se abastece a una buena parte de (la) población de Hermosillo, informa en La Jornada del viernes 22 de agosto Leopoldo Santos Ramírez.
El gobernador Padrés no ha exigidomuestreos y pruebas de laboratorio independientes antes de volver a abrir El Molinito, nos dice el profesor e investigador de El Colegio de Sonora. Pero los voceros del capitalismo libre de toda regulación ocultan la gravedad de la tragedia. Reaparece en escena Gerardo Gutiérrez Candiani, del CCE, junto a Juan Pablo Castrejón, de la Coparmex. Piden no tomar medidas precipitadas y afirman que cancelar la concesión de la mina a Grupo México mandaría un mal mensaje a los inversionistas. Paciencia y tiempo para compartir los nuevos nichos. Los yaquis que siembren de temporal las tierras áridas y que beban agua embotellada los sonorenses todos.
Por solidaridad, porque callar ante un acto criminal es hacerse cómplice, reproduzco y hago mías las palabras de Leopoldo Santos Ramírez: ¿Por qué permitimos que el Grupo México envenene nuestra agua, devaste las sierras y vuelva inservible nuestra tierra? ¿Qué nos falta para reaccionar? ¿Qué hace falta para echarlos fuera de Sonora? ¿De qué mierda estamos hechos?
No hay respuestas del coro. El INE fija reglas, tiempos y espacios en los medios electrónicos a los partidos políticos. De los medios escritos en papel, si acaso, la ENCUESTA de Carolyn Carlson de la Kennesaw State University: los funcionarios ponen diques al flujo de información pública; 4 de cada 10 directores de comunicación limitan o prohíben el acceso de algunosperiodistas. Aquí, atentos al flujo de capitales y de imágenes electrónicas, se diría que dejan al tiempo la tarea de poner diques a la palabra escrita en negro sobre blanco.

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