México SA
AMLO ofrece duplicar el crecimiento // Economía: seis raquíticos sexenios
Carlos Fernández-Vega
A
ndrés Manuel ha perfilado su meta de crecimiento económico en su sexenio, de tal suerte que, si el compromiso se convierte en realidad y su programa económico cuaja, los mexicanos serán testigos y beneficiarios de algo no registrado en los pasados 36 años, independientemente de que el país no sólo lo necesita, sino le urge.
Resulta que el candidato triunfador, y por mucho, ofrece lograr un crecimiento económico anual promedio de 4 por ciento, proporción no vista desde tiempos del México premoderno (léase anterior al neoliberalismo), que sería el doble del promedio reportado por los seis gobiernos anteriores (de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto).
Todos los candidatos presidenciales neoliberales triunfantes (reales o marca haiga sido como haiga sido) prometieron un crecimiento maravilloso, que rápidamente llevaría a México al primer mundo, y a los mexicanos un nivel de vida tipo Noruega. Todos fallaron, por mucho, y los resultados son conocidos y padecidos por los habitantes de esta República de discursos.
En los hechos, el crecimiento ha sido verdaderamente raquítico durante la etapa neoliberal y la calidad de vida de los mexicanos se resume en que más de la mitad de la población sobrevive en pobreza y el resto no está muy alejada de ella. Lo que sí ha resultado escandaloso es la concentración del ingreso y la riqueza. Todo para la minoría, migajas para la mayoría.
Reunido con la cúpula de la Confederación de Cámaras Industriales, López Obrador ofreció la citada tasa de crecimiento, que no resulta tan generosa como las prometidas por sus antecesores (todas fallidas, desde luego), pero se apega a la realidad y al potencial de la economía mexicana.
La oferta constante del neoliberalismo (bienestar, desarrollo y futuro venturoso) se repitió hasta el exceso a lo largo de seis gobiernos (36 años), cada cual con su Plan Nacional de Desarrollo. El resultado está a la vista, pero hay que recordar la promesa de crecimiento de cada uno de ellos, en el entendido de que
se dio un giro de 180 grados(Miguel de la Madrid dixit) para reflotar el país y llevar a México al paraíso.
Pues bien, la diferencia entre lo prometido y lo alcanzado en materia de crecimiento económico es abismal: Miguel de la Madrid garantizó 5.5 por ciento como promedio anual, pero a duras penas reportó 0.34; Carlos Salinas de Gortari presumió 6 por ciento, pero concretó 3.9; Ernesto Zedillo aseguró que con él en Los Pinos sería de 5 por ciento, y no pasó de 3.5; Vicente Fox se aventó la fumada de ofrecer 7 por ciento, para en los hechos registrar 2.3; Felipe Calderón se comprometió a un 5 por ciento anual, y de milagro reportó 1.8; finalmente, Enrique Peña Nieto dijo que sería de 5 por ciento, y a duras penas cerrará el sexenio con dos.
He ahí el alcance de los compromisos de seis gobiernos neoliberales, sin olvidar que además de la tasa de crecimiento referida cada uno de los inquilinos de Los Pinos se comprometió, cuando menos, a la mejoría social, empleo formal a manos llenas, recuperación del poder adquisitivo del salario, aumento del ingreso ciudadano, reducción de la pobreza, oportunidades por doquier y mucho más. Los mexicanos, desde luego, se mantienen en espera de que el paraíso abra sus puertas.
Pero AMLO también ofreció que no habrá más gasolinazos y a partir del cuarto año de su gobierno los precios de los combustibles comenzarán a reducirse. Ello como parte de su política de rescatar la producción petrolera del país (
se está cayendo, y si no hay un plan emergente se nos puede producir una crisis de mayor intensidad).
En fin, se trata de dos asuntos que cuentan con el apoyo ciudadano, de tal forma que aquí nadie puede darse el lujo de fallar.
Las rebanadas del pastel
¿Se acabó el romance cambiario? ¿Retornó la cruda realidad? Ayer, el dólar hasta en 19.58 pesitos.
Twitter: @cafevega
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