CRÓNICA DE MACRONIA
Guillermo Almeyra
Macronia es una República africana que, al igual que muchas otras, tiene un Rey tribal, Emmanuel I, representante del clan de los banqueros, financistas, industriales y grandes patrones. Por el Oeste limita con la isla de Roastbifia, por el Norte con un reino (Cervecia), un gran ducado (Fiscparadis) de opereta y con la potente Merkelia, que los macronios envidian y quieren imitar y, por el Sur, con la Macarronia semifascista y el corrupto reino de Borbonia.
Emmanuel I de Macronia es rey por derecho divino (ya que los grandes patrones son semidioses) y el monarca, por supuesto, es infalible y elige sus favoritos.
El principal de ellos –Alexandre Benalla- tiene 26 años pero ya es teniente coronel (honorario) de la Gendarmería, tiene la llave de la residencia privada del matrimonio real, consiguió un gran auto con chofer, permiso especial para asistir a las sesiones del Parlamento (que para el rey no existe pues él decide todo por decreto) e incluso ayudas muy especiales de las autoridades policiales (que le dan casco de policía de choque y brazalete para que cace y apalee ilegalmente manifestantes en los primeros de mayo). Además este joven todopoderoso conoce muchas cosas pues asiste siempre a las reuniones del rey con mandatarios y funcionarios de alto nivel e incluso a los coloquios con los dioses del Olimpo patronal y a las negociaciones con algunos dirigentes sindicales.
Como es lógico, la usurpación por Benalla de funciones de seguridad que corresponderían a los espías oficiales o a la policía causó roces entre esos servicios y el favorito del rey y, como consecuencia, corre hoy el riesgo de que lo tiren en pasto a los leones, eso sí, lamentando mucho su sacrificio.
La piedra que lo hizo tropezar no era muy grande. El primero de mayo, exhibiendo ilegalmente casco y brazalete policiales, atacó y apaleó con otro 007 del rey a un manifestante inerme y tan tranquilo que después fue ayudado y dejado en libertad por la policía antimotines. Su jefe en la Casa del Gobierno (de la que depende) consideró que ese pecado venial debía ser sancionado con una suspensión de 15 días, sin goce de sueldo, cosa que cumplió. Todo parecía enterrado y el 007 del rey siguió acompañando a éste en sus vacaciones y desplazamientos y organizando el festejo del equipo mundial de fútbol en el Palacio real. Pero una mano misteriosa hizo llegar al potente diario Le Monde el video que comprobaba sus delitos y el periódico llevó la cuestión a su primera plana, desde la cual rebotó a todos los otros medios. Aun así, durante varios días el gobierno puso cara de “¿What?” y el rey mismo, interrogado por los periodistas, les respondió hablando, literalmente, de una nueva estampilla de correo que le gusta mucho.
El escándalo fue creciendo, los programas de televisión y de radio no hablaban de otra cosa y todos los diarios planteaban interrogantes porque tanto la ultraderecha y la derecha clásica como el centroizquierda, la izquierda y la misma izquierda del partido de derecha que respalda al rey encontraron una importante brecha en la armadura oficial.
El 007 está hoy detenido y podría ser condenado. Desde entonces las sesiones normales de las Cámaras se suspendieron para tratar este caso, el ministro del Interior, el jefe de la policía, el jefe de gabinete del rey (y jefe del 007 omnipotente) se defienden ante las comisiones investigadoras de ambas Cámaras y esas audiciones surgen otras preguntas. ¿Existe una policía de seguridad paralela a la oficial? ¿Quién la controla, qué la financia? ¿Qué relaciones existen entre el perro de guardia y su patrón? ¿Acaso éste lo protege porque su guardián sabe mucho y podría hablar? ¿Si el ministro del Interior conoce la existencia de un delito –la paliza a un manifestante pacífico- y no lo denuncia, es porque cierta gente tiene impunidad? ¿Hay dos pesos y dos medidas en la Justicia?
Antes de su parálisis por el caso Benalla el Congreso estaba discutiendo la reforma de la Constitución, para dar más poder al presidente-rey. ¿Había un proyecto para quitarles a los servicios secretos oficiales en el texto constitucional reformado la seguridad presidencial y crear un servicio secreto ad hoc dirigido por Alexandre Benalla con sus iguales? by lanza decretos como si fuesen rayos sobre la legislación laboral, las pensiones, los derechos de los ferroviarios y de los usuarios y donde es absolutamente normal que la policía reprima las manifestaciones, como la del Primero de mayo, y todos se escandalizan solamente ante un represor sin permiso pero protegido y obedecido por los policías oficiales? Emmanuel I asumió la responsabilidad de todo, le echó la culpa a la prensa y declaró incluso que Benalla no era su amante, cosa que sólo le interesa a su esposa. Cargó así con el haber omitido informar a la Justicia sobre delitos que había conocido y con la responsabilidad también de otras posibles violaciones de la ley que podrían encontrar las Comisiones parlamentarias de investigación. Para tapar la brecha hace jugadas arriesgadas que lo ponen en primera línea de fuego. Al perder ahora tan rápidamente el consenso de su propia base de apoyo ¿quedará aún más dependiente de los dioses del Olimpo del capital?
Guillermo Almeyra
Macronia es una República africana que, al igual que muchas otras, tiene un Rey tribal, Emmanuel I, representante del clan de los banqueros, financistas, industriales y grandes patrones. Por el Oeste limita con la isla de Roastbifia, por el Norte con un reino (Cervecia), un gran ducado (Fiscparadis) de opereta y con la potente Merkelia, que los macronios envidian y quieren imitar y, por el Sur, con la Macarronia semifascista y el corrupto reino de Borbonia.
Emmanuel I de Macronia es rey por derecho divino (ya que los grandes patrones son semidioses) y el monarca, por supuesto, es infalible y elige sus favoritos.
El principal de ellos –Alexandre Benalla- tiene 26 años pero ya es teniente coronel (honorario) de la Gendarmería, tiene la llave de la residencia privada del matrimonio real, consiguió un gran auto con chofer, permiso especial para asistir a las sesiones del Parlamento (que para el rey no existe pues él decide todo por decreto) e incluso ayudas muy especiales de las autoridades policiales (que le dan casco de policía de choque y brazalete para que cace y apalee ilegalmente manifestantes en los primeros de mayo). Además este joven todopoderoso conoce muchas cosas pues asiste siempre a las reuniones del rey con mandatarios y funcionarios de alto nivel e incluso a los coloquios con los dioses del Olimpo patronal y a las negociaciones con algunos dirigentes sindicales.
Como es lógico, la usurpación por Benalla de funciones de seguridad que corresponderían a los espías oficiales o a la policía causó roces entre esos servicios y el favorito del rey y, como consecuencia, corre hoy el riesgo de que lo tiren en pasto a los leones, eso sí, lamentando mucho su sacrificio.
La piedra que lo hizo tropezar no era muy grande. El primero de mayo, exhibiendo ilegalmente casco y brazalete policiales, atacó y apaleó con otro 007 del rey a un manifestante inerme y tan tranquilo que después fue ayudado y dejado en libertad por la policía antimotines. Su jefe en la Casa del Gobierno (de la que depende) consideró que ese pecado venial debía ser sancionado con una suspensión de 15 días, sin goce de sueldo, cosa que cumplió. Todo parecía enterrado y el 007 del rey siguió acompañando a éste en sus vacaciones y desplazamientos y organizando el festejo del equipo mundial de fútbol en el Palacio real. Pero una mano misteriosa hizo llegar al potente diario Le Monde el video que comprobaba sus delitos y el periódico llevó la cuestión a su primera plana, desde la cual rebotó a todos los otros medios. Aun así, durante varios días el gobierno puso cara de “¿What?” y el rey mismo, interrogado por los periodistas, les respondió hablando, literalmente, de una nueva estampilla de correo que le gusta mucho.
El escándalo fue creciendo, los programas de televisión y de radio no hablaban de otra cosa y todos los diarios planteaban interrogantes porque tanto la ultraderecha y la derecha clásica como el centroizquierda, la izquierda y la misma izquierda del partido de derecha que respalda al rey encontraron una importante brecha en la armadura oficial.
El 007 está hoy detenido y podría ser condenado. Desde entonces las sesiones normales de las Cámaras se suspendieron para tratar este caso, el ministro del Interior, el jefe de la policía, el jefe de gabinete del rey (y jefe del 007 omnipotente) se defienden ante las comisiones investigadoras de ambas Cámaras y esas audiciones surgen otras preguntas. ¿Existe una policía de seguridad paralela a la oficial? ¿Quién la controla, qué la financia? ¿Qué relaciones existen entre el perro de guardia y su patrón? ¿Acaso éste lo protege porque su guardián sabe mucho y podría hablar? ¿Si el ministro del Interior conoce la existencia de un delito –la paliza a un manifestante pacífico- y no lo denuncia, es porque cierta gente tiene impunidad? ¿Hay dos pesos y dos medidas en la Justicia?
Antes de su parálisis por el caso Benalla el Congreso estaba discutiendo la reforma de la Constitución, para dar más poder al presidente-rey. ¿Había un proyecto para quitarles a los servicios secretos oficiales en el texto constitucional reformado la seguridad presidencial y crear un servicio secreto ad hoc dirigido por Alexandre Benalla con sus iguales? by lanza decretos como si fuesen rayos sobre la legislación laboral, las pensiones, los derechos de los ferroviarios y de los usuarios y donde es absolutamente normal que la policía reprima las manifestaciones, como la del Primero de mayo, y todos se escandalizan solamente ante un represor sin permiso pero protegido y obedecido por los policías oficiales? Emmanuel I asumió la responsabilidad de todo, le echó la culpa a la prensa y declaró incluso que Benalla no era su amante, cosa que sólo le interesa a su esposa. Cargó así con el haber omitido informar a la Justicia sobre delitos que había conocido y con la responsabilidad también de otras posibles violaciones de la ley que podrían encontrar las Comisiones parlamentarias de investigación. Para tapar la brecha hace jugadas arriesgadas que lo ponen en primera línea de fuego. Al perder ahora tan rápidamente el consenso de su propia base de apoyo ¿quedará aún más dependiente de los dioses del Olimpo del capital?
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