La rehabilitación: del Estado, del poder, de la ciudadanía
Rolando Cordera Campos
S
e ha pensado sin cesar en la renovación del Estado mexicano, hasta llegar al momento actual en que es claro que lo que urge es iniciar una jornada intensiva, que no será breve, de rehabilitación de las relaciones sociales y del tejido institucional que sostienen el gobierno del Estado. Sin trazarnos esto como una tarea nacional colectiva, no arribaremos a la ansiada
nueva normalidadque, para en verdad serlo, reclama un gran esfuerzo de autocrítica de los gobernantes y otro, tal vez mayor, de afirmación de madurez de la ciudadanía.
Las rasgaduras sufridas por la trama democrática apenas codificada en leyes y actores constituidos a fines del siglo XX, han sido profundas y la corrupción desembozada y campante las ha agravado. Por eso es que, como propuso Gustavo Gordillo ayer, la crisis deba ser vista y entendida como una crisis de representación; también como una que afecta directamente el sistema de representatividad que, sin cambios mayores en estos años, se ha reducido a la extensión del pluralismo legislativo y a la alternancia en los ejecutivos, sin impactos ni correspondencia alguna sobre la conversación y la discusión deliberativas que son la esencia de la democracia.
Nada o poco se ha hecho a este respecto en estos años de estreno democrático que se volvieron ocasión para el regodeo de los grupos dirigentes de este pluralismo silvestre que ha servido, en primer término, para un reparto desembozado de los recursos públicos entre ellos y sus correspondientes en el gobierno del territorio. Las iniciativas destinadas a renovar este inicuo mecanismo de distribución prebendaria han sido simple y groseramente rechazadas o
embargadaspor oscuros operadores del poder o sofocadas y distorsionadas por los medios de comunicación masiva que exigen también su parte en la piñata.
Lo ocurrido en estos infaustos días finales del año con la reforma política del Distrito Federal y el llamado sistema contra la corrupción es emblemático. También lo es la opacidad y exclusión con que temas como el del Consejo Económico y Social se han abordado.
Lo acaecido con la reforma de la capital fue una majadería y una irresponsabilidad; además, ha puesto en evidencia el vaciamiento de la representatividad como función política esencial de las formas de gobierno democráticas. Su revisión y rehabilitación no deberían esperar más, porque dañan al propio presidencialismo que el gobierno se empeña en reditar y conforman amenazas latentes a cualquier otro régimen que se pueda proponer como relevo, como el parlamentario, que sigue a la espera de un debate riguroso dentro y fuera de los órganos estatales y en ámbito popular y ciudadano.
La posposición sin fecha de reformas como las aludidas, al someterse al silencio opresivo del imaginario burocrático (esto puede sin más ser visto como un oximoron del que me hago cargo), carcome la frágil confianza de los ciudadanos en sus representantes hasta llevarla a circunstancias de abierto rechazo a sistema y actores. Algo de este estilo define nuestro ominoso presente, que será inmisericorde el del año que entra.
La reacción airada y comprometida de la juventud estudiosa ante el crimen y el abuso de poder, en Iguala y otros lares, es alentadora, pero cada vez más se muestra insuficiente como vehículo para las transformaciones que urge arrancar. De lo que se trata es de fortalecer la democracia y reformar la Constitución y el ejercicio el poder, para conquistar los mínimos de seguridad humana de que carecemos. Y nada de esto surgirá como fruto maravilloso de la movilización y el enojo sociales, aunque esté claro que sin ellos poco se puede esperar de los mecanismos formales con que contamos para tomar decisiones y llevarlas a cabo. De aquí la crisis del Estado y no sólo de uno u otro de sus ámbitos.
Es esto lo que hoy nos jugamos. Se llama legitimidad y está herida. Sin ella no hay confianza, pero sin ésta poco podrá caminarse por senderos democráticos. De aquí la dificultad profunda y, me temo, creciente de la reforma del Estado y del poder que tenemos que emprender.
La partida apenas empieza. Gobierno, partidos, medios de comunicación y los otros poderes constituidos, en vez de hacer mutis como
política de Estado, deberían investigar y revelar, dar muestras claras de que les conmueve la profundidad del descontento y arriesgarse a redescubrir el significado esencial de las nociones fundacionales de todo Estado moderno, como las de servicio público e interés general o nacional.
El contexto económico y social no está para bollos y arde con las caídas de los petroprecios y de las expectativas de crecimiento económico, así como con las alzas en las carencias sociales y las falencias repetidas de las políticas respectivas. Aún así, los representantes se empeñan en profundizar el daño, moral y material, conjetural e inmediato, como sucede con su negativa a despejar la cuestión del salario mínimo o soslayar por tanto tiempo el reclamo de médicos y enfermeras del sistema nacional de salud, un auténtico caso clínico de incuria gubernamental que dura lustros.
Este debería ser el paquete de compromisos iniciales, a la vez que fundamentales, que esperamos de ellos, aquí y ahora. De otra forma, sólo quedan el vacío y el caos.
- CaraduraLUIS¿por qué se permite que estos oportunistas tengan un espacio en este periódico? que se vayan al milenio o al reforma, ahí son bienvenidos.
- Estado: Ser o no ser...Aprendiz (11:05)La idea del (neo)liberalismo es un estado débil frente a la clase dominante que le asegure a ésta la libertad de mercado, y fuerte para ocuparse de oprimir a los trabajadores para que el capital pueda mejor explotarlos, es el famoso estado policial. Al pensamiento liberal (liberty) hay que oponerle el pensamiento libertario (freedom), sustentado en un estado débil frente al pueblo para asegurar la vida comunitaria, y fuerte frente al capital para impedir éste pueda oprimir y explotar val pueblo. § En México, todo intento por fortalecer al estado llevará inevitablemente a agudizar las tensiones sociales. México necesita (en este momento, como estapa de transición) un gobierno que se ocupe en debilitar los aparatos represivos de estado y a fortalecer la organización comunitaria (autonomía, autogobierrno, autogestión; guardias comunitarias, producción cooperativa, administración de los recursos de sus territorios, etc.).
- EL ESTADO DISFUNCIONALIgnacioEn México estamos viendo que se estan pagando las consecuencias de una mala eleccion, ya que en lugar de elegir a los mejores se eligio a lo peores, por eso tenemos un Estado disfuncional
- EL ESTADO DISFUNCIONALIgnacioEn México estamos viendo que se estan pagando las consecuencias de una mala eleccion, ya que en lugar de elegir a los mejores se eligio a lo peores, por eso tenemos un Estado disfuncional
- EL DISCURSO HUECO DE LOS ECONOMISTAS INGENUOSHumberto Vega VillicañaLa propuesta no tiene propuesta, pensar que la reforma del Estado solo puede emerger por una acción de contricción, esta clase política sabía perfectamente los efectos adversos que provocarían la reforma fiscal, que incubaba dos graves enfermedades,inflación y recesión, solo los economistas ingenuos la abrazaron como la única alternativa para reducir los niveles de desigualdad social, la transferencia de fondos de la renta petrolera a los bolsillos de Peña Nieto y sus amigos solo creo un gran hueco fiscal que ha sido llenado con un obsceno aumento de la deuda interna y que ha puesto en riesgo la posición financiera del Estado, los ingresos frescos y con gran fortaleza desaparecieron, la caída de la recaudación fiscal escondida por el gobierno federal es compensada con un mayor endeudamiento, los capitales empiezan a despegar,el tipo de cambio se desliza con mayor rapidez y ello origina una mayor inflación, la que deteriora de forma profunda el salario de los más necesitados.
- la rehabilitacion del paisjuan m tenorioSr rolando claro que es insuficiente la movilizacion social,pero si es algo muy importante,ahora bien eso de fortalecer la democracia y reformar la constitucion seria vital para resolver la corrupcion y la impunidad en la que se mueven la clase gobernante que tenemos,la pregunta que le hago a ud.cree realmente que esa clase de mafiosos politicos quieran fortalecer la democracia y hacer cambios profundos a la constitucion,claro que no ,ellos persiguen un objetivo que resulta muy claro para la sociedad que es servirse del poder para beneficio personal y de grupo.Nuestro legisladores en su gran mayoria prianistas no buscaran cambios en esta legislatura seria como pedirle peras al olmo.Lo que nos debe quedar muy claro a la sociedad es no mas pri no mas pan no mas prd tenemos que darle un vuelco total a esta clase gobernante,tiene que haber otras ternativas,si no aprendemos de esta pesadilla q estamos viviendo y de esta proxima posibilidad en el 2015 no saldremos del atolladero.
- la rehabilitacion del paisjuan m tenorioSr rolando claro que es insuficiente la movilizacion social,pero si es algo muy importante,ahora bien eso de fortalecer la democracia y reformar la constitucion seria vital para resolver la corrupcion y la impunidad en la que se mueven la clase gobernante que tenemos,la pregunta que le hago a ud.cree realmente que esa clase de mafiosos politicos quieran fortalecer la democracia y hacer cambios profundos a la constitucion,claro que no ,ellos persiguen un objetivo que resulta muy claro para la sociedad que es servirse del poder para beneficio personal y de grupo.Nuestro legisladores en su gran mayoria prianistas no buscaran cambios en esta legislatura seria como pedirle peras al olmo.Lo que nos debe quedar muy claro a la sociedad es no mas pri no mas pan no mas prd tenemos que darle un vuelco total a esta clase gobernante,tiene que haber otras ternativas,si no aprendemos de esta pesadilla q estamos viviendo y de esta proxima posibilidad en el 2015 no saldremos del atolladero.