Dilema: ¿exportar o refinar?
Ramses Pech *
A
claro que no pertenezco o tengo afiliación alguna a partidos políticos; mis aportaciones son de estadística y análisis basado en mi experiencia de ingeniero en la industria de la energía, así como en economía para la planeación, diseño y operación (campo) en proyectos de esta índole.
El dilema que tenemos hoy día en México, de acuerdo con la política energética actual que involucra a Pemex, es exportar o enviar el crudo a refinerías.
Pronosticamos tener en superficie la suficiente materia prima para cubrir la demanda de acuerdo con los planes de exploración y extracción en las asignaciones y contratos que actualmente hay en el mercado mexicano.
El pronóstico presentado el 18 de Marzo fue: en diciembre del 2019 pretendemos tener alrededor de 1.8 millones de barriles diarios (Mmdbd) –la meta es llegar a lo propuesto– y refinerías a 70% de la capacidad instalada a finales de diciembre para mantenerlas así mientras termina la reparación o mantenimiento.
Existen algunos escenarios que debemos considerar, basados en la premisa del volumen de crudo en superficie que tendríamos de acuerdo con el plan presentado entre la Secretaría de Energía y Pemex.
Esta propuesta indica que dejaremos de exportar crudo debido a que a partir de diciembre se enviarán a refinerías 1.155 millones de barriles diarios y 645 mil barriles diarios para la exportación. (45% menos de ventas) y aumentar la importación de crudo ligero.
Para 2019 se programó importar 92.9 mil barriles diarios según los objetivos de la empresa productiva del Estado, en el presupuesto federal.
En 2020 la Ley de Ingresos contemplaría una reducción en la comercialización del crudo nacional por medio del Fondo Mexicano del Petróleo. Esta decisión la tendría que tomar el Poder Legislativo en noviembre.
En 2021 pretendemos tener 2.1 millones de barriles diarios. Enviar a refinerías 1.155 Mmdb (70% en forma conservadora) y 950 mdb para exportación. Incrementaría la exportación entre 200 mil a 300 mil barriles.
Para 2022 pretendemos tener 2.3 Mmdbd. De los que se enviarán a refinería 1.660 Mmdbd (80% de utilización en forma conservadora y que la nueva refinería empiece a operar a finales de ese año de acuerdo con el programa de la Sener, pero se pudiera prolongar más) y 640 mil barriles diarios se destinarán para exportación; regresando al dilema de 2019.
La vida útil de las refinerías está en función de las reparaciones, mantenimiento y adecuaciones de procesos. Depende de cuánto sería la vida útil adicional que tendríamos y el volumen incremental de productos para recuperar la inversión.
De acuerdo con datos del Fondo Mexicano del Petróleo los siguientes son los ingresos por la venta de crudo en miles de millones de pesos.
En 2017: 660 (35 mil millones de dólares) a una producción promedio de 1.926 millones de barriles diarios con un precio de barril de la mezcla mexicana a 43.22 dólares.
En 2018: 795 (41 mil millones de dólares) a una producción promedio de 1.768 millones de barriles diarios con un precio del barril de 60.91 dólares.
Ante los datos actuales debemos considerar qué es rentable para el 2020: exportar o refinar, ante la incertidumbre en el aumento potencial de utilización de las refinerías ligado con el incremento de producción de crudo.
En el balance comercial de hidrocarburos en México hay un desfase de entre 40 a 50% respecto del dinero correspondiente a lo exportado y a lo importado, cuya brecha sólo podrá ser cerrada con un plan de autosuficiencia energética que combine los hidrocarburos y la forma de transformar las materias primas o recursos naturales para generar energía; atendiendo la necesidad de que requerimos inversión pública (hasta cierto límite) y la privada (abierta para que asuma riesgos financiero y operativos) bajo un mercado abierto regulado, con el objeto de tener precios al usuario final acordes a los costos financieros, operativos y administrativos de cada proyecto; para incrementar la actividad cotidiana o del negocio a lo largo de un tiempo infinito.
La evaluación de las calificadoras
Las calificadoras podrían cambiar su percepción siempre y cuando se decida aumentar la inversión en exploración y producción.
En 2014 ese rubro fue de alrededor de 300 mil millones de pesos con tipo de cambio en promedio de 13.30 pesos por dólar (22.6 mil millones de dólares). En 2018 de 170 mil millones con un tipo de cambio 19.24 (9.4 mil millones de dólares). Esto indica que al depreciar el peso contra el dólar tenemos menos dólares para tener acceso a tecnología al no tener la propia en el país y contratar más de 80% en la divisa estadunidense.
En 2019 los ingresos serán de alrededor de 210 mil millones de pesos (10.5 mil millones de dólares). Pero para 2020 requerimos más de 18 mil millones de la divisa estadunidense para incrementar la producción.
No endeudar no significa balance financiero positivo, sino que el crudo en superficie obtenido deberá dar el flujo de efectivo suficiente para operaciones y pagar la deuda que tiene la empresa actualmente.
El ahorro por contrataciones de Pemex Exploración y Producción es de 15 mil 607 millones pesos, en el Programa de Autoridad, de mil 200 y en el combate al robo del combustible, de 13 mil millones de pesos. Es flujo de efectivo adicional con base al costo programado en 2019.
La pregunta es si estos 29 mil 807 millones de pesos serán para pagar la deuda o para usar en operaciones como perforar más pozos exploratorios o desarrollo. La decisión no es hoy, ya fue. Ahora hay que corregir como país la política energética de largo plazo bajo un modelo de negocio de desarrollo. Sin dinero no hay crecimiento en la sociedad.
* Analista y asesor en energía y economía.
Fuentes: Administración de Información Energética de Estados Unidos, Sener, Pemex y Fondo Mexicano del Petróleo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario