Economía moral
Crisis epocal y renacimiento del pensamiento crítico marxista // Arizmendi muestra en El Trimestre Económico su entrelazamiento
Julio Boltvinik
E
l artículo de Luis Arizmendi (LA), que estará disponible en la página electrónica de El Trimestre Económico a partir del 1º de julio, junto con los demás textos que conforman el número 343 de la revista de economía más antigua de América Latina, entre ellos el artículo de José Luis Calva que comenté en las dos entregas previas, que se titula
El debate global sobre la crítica de la economía política en el siglo XXI, se conforma por la introducción, 5 secciones y el epílogo. La narración del artículo tomará esta y la próxima entrega. Para que el lector tenga una visión completa del mismo, incluyo en el cuadro el resumen del mismo. La introducción destaca que el peligro en que se encuentran el capitalismo y la vida en el planeta se discute hoy no sólo en el marxismo crítico, sino también entre pensadores liberales, y hace notar el renacimiento del interés mundial en El capital de Marx en todo el planeta. La sección I describe el impacto que la crisis actual del capitalismo está teniendo en el debate económico mundial. LA señala que diversos autores (de escuelas distintas) se percatan que la crisis actual no es menor ni pasajera y la comparan con la Gran Depresión de los años 30 y la Larga Depresión del siglo XIX. LA critica la postura de quienes piensan que, como en otras crisis, vendrá después una fase de auge, sin percatarse que la automatización creciente lleva al desempleo estructural creciente. Esta crisis, dice LA, no es una mera crisis cíclica de sobreacumulación, sino una situación única, inédita. Al abordar la relación entre la crisis y las tendencias a largo plazo, LA se refiere al libro de Piketty El capital en el siglo XXI que, centrándose en el tema de la desigualdad, predice su aumento futuro por el papel que la herencia tiene en los ingresos. Critica a Piketty por su peculiar redefinición del término
capitalal margen de la relación capital-trabajo, por negar la relación entre capitalismo y devastación, y por mantener el mito del progreso. Su obra, sin embargo, reconoce LA, reactivó el debate internacional sobre la tasa descendente de ganancia. A continuación, LA se refiere a algunas corrientes no marxistas que están aportando al análisis de las tendencias a largo plazo y su relación con la crisis actual, incluso abordando la tendencia al derrumbe del capitalismo. Al respecto analiza en detalle a Wolfgang Streeck, quien predice un capitalismo plutocrático, un estancamiento secular (coincidiendo con Krugman), y el arribo al límite de la mercantilización; LA cita de paso a Rifkin y a Mason y, hacia atrás, al Club de Roma, y sus extrapolaciones sobre la crisis ambiental del capitalismo. A continuación, aborda, el prometedor retorno al debate internacional de frontera, en casi todo el planeta, de El capital de Marx, que involucra numerosos autores de diversos países. Se detiene a analizar el pensamiento de John B. Foster que, interconectando la crisis económica mundial y la ambiental, caracteriza la crisis actual como epocal. Señala que Foster ha enfatizado la conceptualización de Marx en torno a la fractura del metabolismo universal entre sociedad y naturaleza. Lo que descubre Foster es que Marx fundó una crítica ecológica al capitalismo retomando la idea del químico Liebig de la destrucción del retorno a la tierra de sus elementos constitutivos. La base de la vida en la tierra como la conocemos está puesta en cuestión, dice LA. Destaca las nociones de revolución epocal y co-revolución de Foster.
La sección II aborda el debate Norte/Sur sobre la tendencia descendente de la tasa de ganancia. LA pone a debatir, virtualmente, a Michael Roberts con Jorge Beinstein. Roberts cuestiona a Piketty, quien confunde riqueza con capital al incluir la riqueza inmobiliaria que mezcla la riqueza inmobiliaria capitalista con la familiar. Al incluir la riqueza inmobiliaria se invisibiliza la baja de la tasa de ganancia. Lo postulado por Piketty (su primera ley fundamental del capitalismo) conduce a una visión unidimensional de las crisis capitalistas como crisis de distribución, dice LA. Esteban Maito, desde Argentina, mostró que si se usa la información de Piketty, pero se excluyen la propiedad residencial y los activos financieros de la definición de capital, se hace evidente la tendencia descendente de la tasa de ganancia. LA presenta los cálculos de Maito de la tasa de ganancia en una gráfica de 1869 a 2004: la tasa de ganancia promedio de los países centrales baja de casi 40 por ciento a 15 por ciento, y una gráfica de Maito-Roberts de la tasa mundial de ganancia con la misma tendencia, pero con amplias fluctuaciones. LA reconoce el aporte de Michaels, pero lo critica por caer en la ilusión de que vendrá otra fase de auge. Beinstein interpreta de otra manera los datos de Maito: “para él, dice LA, no es la dinámica de los ciclos económicos la que subordina a la tendencia descendente de la tasa de ganancia, sino al revés es la tendencia descendente de la tasa de ganancia mundial la que absorbe y subordina la dinámica histórica cada vez más amenazante de los ciclos económicos del capitalismo.
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