EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Mexico SA

México SA
Macri y los alfileres
Devalúa el peso 40%
Cae poder adquisitivo
Carlos Fernández-Vega



A
la vieja usanza de no pocos gobiernos latinoamericanos, al nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, se le ocurrió la brillante idea de retirar los alfileres de los que colgaba la economía de su país, y en apenas unos días propició que la moneda nacional se devaluara 40 por ciento, con lo que en un abrir y cerrar de ojos se fue al caño la recuperación del poder adquisitivo en aquel país, política que a Cristina Fernández le llevó los ocho años de su mandato.
Con el manual fondomonetarista en la mano, el neoliberal Macri acabó de un plumazo con el llamado cepocambiario (aplicado desde 2011), con lo que la demanda de dólares creció exponencialmente y reventó la paridad. Así, el primer mandarriazo fue para el poder adquisitivo de los salarios, cuya recuperación en tiempos de Cristina Fernández fue tal que la propia Organización Internacional del Trabajo reconoció a la nación cono sureña como una de las más igualitarias de América Latina.
Mientras el empresario Macri sigue con sus destrozos sociales, la Cepal divulgó el balance económico de Argentina en el último año de gobierno de Cristina Fernández, con pronóstico de crecimiento de 2 por ciento. Va pues el corte de caja elaborado por el organismo regional.
Después de crecer 0.5 por ciento en 2014, la economía argentina mejoró su desempeño en 2015 y registró una expansión de 2.2 por ciento en el primer semestre del año, tras lograrse cierta estabilización de las tensiones cambiarias. Dicha estabilización contribuyó a que la inflación se desacelerara, aunque se mantuvo muy por encima del promedio regional. El sector público fue el factor más importante de la dinamización de la economía. El consumo privado también aumentó durante 2015, aunque de manera mucho más moderada.
Respecto de 2014, se estima que en promedio el producto interno bruto (PIB) crecerá 2 por ciento en 2015, después de un probable estancamiento (o contracción) en los últimos meses del año, asociado a la agudización de la escasez de divisas. Para 2016 se espera un crecimiento de 0.8 por ciento, que podría ser menor, dependiendo de la forma en que se resuelvan los desequilibrios externos de la economía. En el presente año, con una economía restringida por la escasez de divisas, la política económica se orientó principalmente a mitigar tensiones cambiarias y a dinamizar la economía por la vía fiscal.
En términos generales, la actividad económica, en particular la inversión, siguió seriamente afectada por la incertidumbre cambiaria, que tendió a acentuarse en los meses previos a las elecciones presidenciales. La contracción de la economía de Brasil, principal destino de las exportaciones manufactureras del país, y la caída del precio internacional de la soya, principal producto de exportación, afectaron negativamente la evolución de las ventas externas.
La política fiscal tuvo en los primeros nueve meses de 2015 un sesgo expansivo, con un incremento anual del gasto primario (36.5 por ciento) superior al aumento de los ingresos totales (28.7), lo que dio lugar a un resultado primario negativo (-1.5 del PIB; -3,5 tras el pago de los intereses de deuda). La expansión del gasto se debió principalmente a los mayores montos destinados a prestaciones de la seguridad social, que se elevaron 45.7 por ciento anual, y a las transferencias al sector privado (incluidos tanto los subsidios a las tarifas de servicios públicos como las transferencias monetarias directas a los hogares), que ascendieron 38.5 por ciento.
En noviembre, ante la agudización de la escasez de divisas, el gobierno redujo el límite que tienen las empresas importadoras para la compra de dólares sin autorización previa (de 75 mil a 50 mil), y entre octubre y noviembre el banco central utilizó los contratos de futuro (en pesos, pero actualizados por el tipo de cambio), herramienta que fue suspendida por la Comisión Nacional de Valores a partir del mes de diciembre.
Durante los primeros ocho meses del año, el peso continuó depreciándose con respecto al dólar, a un promedio de uno por ciento mensual, en tanto que en septiembre y octubre las tensiones cambiarias se acrecentaron y la depreciación fue de 1.3 mensual. Esto se vio reflejado en la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo (existente desde finales de 2011, tras el establecimiento de medidas restrictivas en el mercado de cambios).
Entre otras políticas aplicadas en 2015, en julio se convirtió en ley la movilidad de las asignaciones familiares y de las asignaciones universales para la protección social, que se actualizarán utilizando el mismo criterio que define la movilidad jubilatoria. Desde inicios de abril, el gobierno remplazó el programa Garrafa para Todos por un subsidio al consumo domiciliario de gas en garrafas, mediante una transferencia monetaria directa a los hogares.
La inflación se desaceleró respecto de la registrada el año anterior, en buena medida debido a la utilización del tipo de cambio como ancla nominal, pero se mantuvo bastante por encima de la media regional. El índice de precios al consumidor nacional urbano presentó un alza interanual de 15.9 por ciento en los primeros 10 meses de 2015. En particular, el índice de precios del rubro de alimentos y bebidas fue el de menor crecimiento, que estaría asociado al efecto del programa Precios Cuidados (un programa de regulación pública de precios que se concentra particularmente en el rubro de los alimentos).
La tasa de desocupación mantuvo una tendencia a la baja (5.9 por ciento en el tercer trimestre de 2015, contra 7.5 en el mismo periodo de 2014). Las remuneraciones, medidas por el índice de salarios del Instituto Nacional de Estadística y Censos, exhibieron un incremento interanual de 30.2 por ciento entre enero y septiembre, superior al de los precios, lo que implicó un incremento del poder adquisitivo del salario medio. El salario mínimo se elevó a 5 mil 888 pesos en agosto de 2015, lo que representa un aumento interanual de 27 por ciento. La jubilación mínima ascendió a 4 mil 299 pesos desde septiembre, un incremento de 33 por ciento respecto del mismo mes de 2014.
Y lo anterior se va al caño con la devaluación de Macri.
Las rebanadas del pastel
Mientras el presidente boliviano Evo Morales exige al Fondo Monetario Internacional resarcir los daños a todos los afectados por su modelo neoliberal, este tecleador les desea felices fiestas y, en la medida de lo posible, un excelente 2016. Nos rencontramos el próximo 4 de enero. Un abrazo y ¡salud!
Twitter: @cafevega


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