Elecciones
Gilberto López y Rivas
E
ste próximo domingo tendrá lugar un proceso electoral intermedio en el contexto del mayor desastre nacional en la historia del México postrevolucionario: las ejecuciones extrajudiciales cotidianas se elevan ya a una cifra cercana a los 150 mil muertos en una década; las desapariciones forzadas, ese recurrente crimen de Estado y lesa humanidad, se estiman en más de 40 mil casos, mientras la práctica de la tortura no cesa, y los desplazamientos internos y externos rondan el medio millón de personas. Ayotzinapa mostró al mundo el contubernio entre crimen organizado y crimen de Estado, entre delincuencia y clase política, entre delito e impunidad. Ha quedado al descubierto la red de corrupciones y complicidades que como cascada viene desde la cúspide del poder: el Presidente de la República, su gabinete, el Congreso de la Unión, jueces, magistrados, funcionarios electorales, entornos familiares, vinculaciones corporativas, mutuas protecciones y favores, así como fueros castrenses intocados en una guerra social interna.
Asimismo, nunca antes el ejercicio de la soberanía ante el poder imperialista estadunidense, y sobre la política económica, control de los recursos naturales y estratégicos para el desarrollo y bienestar de la nación, había sido tan erosionada, con las injerencias de fondo de las agencias militares, policiales y de inteligencia de nuestros buenos vecinos, así como con las reformas estructurales y leyes reglamentarias que han aniquilado los fundamentos y la esencia misma de la Constitución de 1917. Considerar las exploraciones y explotaciones mineras y petroleras de compañías privadas nacionales y extranjeras como
preferentes sobre cualquier otro uso de la tierrasignifica, en los hechos, una felonía a lo establecido en el artículo 27 constitucional, así como una entrega sin condiciones al capital trasnacional del territorio del país y sus recursos. Representa también una desposesión agraria de enormes proporciones que está provocando resistencias de dimensiones también históricas, que la clase política pretende minimizar.
A lo largo de los trabajos del Tribunal Permanente de los Pueblos, el concepto desvío de poder contribuyó a comprender lo que ocurre en nuestro país y a tipificar los actos criminales que han cometido reiteradamente los gobiernos neoliberales. Este desvío es definido como: a) el uso faccioso del derecho y los poderes del Estado para favorecer los intereses de los grandes capitales trasnacionales, así como para perseguir y afectar las garantías de los pueblos; b) la aplicación de una ingeniería constitucional e institucional dolosa que configura un estado de guerra social permanente y ocupación interna, una situación estructural, sistemática y de largo plazo por la que el edificio jurídico del Estado se abre a las corporaciones, mientras se cierran los canales legales a la población, que se ve obstaculizada en sus anhelos de justicia por las mismas entidades que deberían defenderla; c) la violencia, despojo, fragmentación y devastación como programa de gobierno; d) el abandono por parte del Estado de su deber primordial de velar por el interés general de la sociedad para satisfacer los intereses de corporaciones y grupos particulares; e) el ejercicio institucional y estructural por parte del Estado como guardián de los intereses privados para facilitar la mundialización capitalista, utilizando su capacidad coercitiva contra toda discrepancia u oposición al modelo.
Presento esta apretada sinopsis de la trágica realidad nacional porque en frecuentes análisis y exhortos sobre la sacralidad del ejercicio ciudadano del voto y los argumentos chantajistas sobre que la nulidad y el abstencionismo
hacen el juego a la derecha, no se toman en cuenta estas violencias de Estado ni la naturaleza criminal y entreguista del mismo; tampoco se asume el grado de descomposición de la clase gobernante y la crisis terminal de los partidos políticos. Se parte de un análisis formal y atemporal de la democracia representativa, sin profundizar críticamente en la historia de los últimos procesos electorales; se pasan por alto las reacciones nada autocríticas de las dirigencias partidistas frente al fraude sistemático, persistente y multiforme. En particular, no se examina hasta qué punto la corrupción estructural de la izquierda institucionalizada ha llegado a penetrar prácticas, formas y contenidos de agrupamientos políticos que se autoafirman la
esperanza de México; no se indaga sobre el tipo de democracia tutelada que imponen los poderes fácticos y los gobiernos trasnacionalizados, despojada de toda posibilidad de cambio real y basada sólo en la alternancia de partidos que una vez en el poder, son asimilados a la maquinaria de la actual forma de dominación capitalista.
El subcomandante Moisés, vocero actual del EZLN, durante el seminarioEl pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, afirmó que su organización no llama a no votar ni tampoco a votar: “Como zapatistas que somos lo que hacemos, cada que se puede, es decirle a la gente que se organice para resistir, para luchar, para tener lo que se necesita…Lo que nos interesa es conocer más de cómo resistimos y enfrentamos las muchas cabezas del sistema capitalista que nos explota, nos reprime, nos desprecia y nos roba… Nosotros entendemos que hay quienes creen que sí van a poder cambiar el sistema con votar en las elecciones. Nosotros decimos que está cabrón porque es el mismo mandón el que organiza las elecciones, el que dice quién es candidato, el que dice cómo se vota y cuándo y dónde, el que dice quién gana, el que anuncia y el que dice si fue legal o no. Las soluciones las hace el pueblo, no los líderes, no los partidistas. Y no es que lo estamos diciendo porque se escucha bonito. Es porque ya lo vimos en la realidad, es porque ya lo hacemos. Nosotr@s zapatistas decimos que no se le debe tener miedo a que el pueblo manda. Es lo más sano y juicioso. Porque el pueblo mismo va a hacer los cambios que verdaderamente necesita. Y sólo así va a existir un nuevo sistema de gobernar”.
Votar para entregar nuestra representación en una clase política repudiada por el pueblo es acción de un día. Organizarse para construir o fortalecer poder popular desde abajo es un quehacer de toda la vida.
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- ComentarioGuillermo AlmeyraEn efecto, ante las elecciones sólo cabe organizar la resistencia al fraude y la vil maniobra y crear bases para la organización y el poder popular. Felicitaciones Gilberto
- Vaya aunque sea en palabras ajenas...ZAM...se atrevió a decir "no hay que votar, es unútil". Profesor Gilberto, no necesitaba del rollo para decirlo. Más bien sustentar la inutilidad de votar. Usted tiene los elementos desde los violados acuerdos de San Andrés.
- Lección política; recuento histórico.Rafael RamírezGracias por su acucioso análisis (muy muy lejos del mero rollo), aunque para el pensamiento dogmático basta con un"vota-no votes". Salud.
- ¡VOTA y también organízate y lucha!Rosa Luz AmburgoSeñores López y Rivas en este mundo se lucha por cada rincón de la existencia y de la historia, la hidra capitalista tiene mil cabezas: una de ellas es la LUCHA ELECTORAL y no se vale decir: "ahí no lucho porque ese espacio de la realidad está muy sucio y son muy malos los enemigos y hacen trampas, y ...etcétera" JUSTAMENTE, ESE ES EL TEMA, y por algo lo hacen!! Y POR ESO HAY QUE LIMPIAR Y SANEAR ESE ESPACIO DE LUCHA, es decir, cortarle ESA cabeza a la hidra capitalista. Lo demás es renunciar con bellas piezas retóricas a un importante y decisorio espacio de la realidad.Tan tan
- comentariosergioDon Gilberto, cunato tiempo tiene el levantamiento Zapatista, que se ha logrado, con todo respeto poca cosa, la esperanza de México tiene un año, y vamos a ver?
- Doble chantajeMIguelCertero análisis, de los que hacen falta y no de los que parecen promocionales del INE. Al chantaje de los promotores del sufragio por principio, sólo añadiría la especie de chantaje aún más sentido de quienes han participado activamente de buena fe en la lucha por el voto con la esperanza de lograr un cambio. Se puede estar emocionalmente con ellos, sobre todo si es gente cercana, pero no es fácil el dilema, al no compartir su esperanza, entre otorgarles un voto que se considera inútil y en una de estas contraproducente, o expresar el rechazo al sistema con cualquier variante del no-voto. Aunque al final, una u otra opción es irrelevante cuando lo que verdaderamente urge es la organización efectiva para derrotar a un sistema putrefacto y decadente.
- ¡Qué discurso más simplista!Rolando CastilloCon lo simplón y apodíctico del mensaje del sub Moisés y el suyo propio, cada vez van a aglutinar a menos "pueblo". Pero dicen que "20 años no es nada". Hagan ustedes, por una vez en la vida, autocrítica.
- Si o no votamos?Martín CamarenaCompletamente de acuerdo, la organización del pueblo es la base del cambio. Lo complejo es hacer que más de 100 millones nos organicemos para tumbar y cambiar al sistema. Mientras eso sucede y resolvemos ese enigma, votamos o no votamos?
- Respuesta a no votar o abstencionismoDavid Villegas MartínezLa inutilidad del voto, igual que no votar, mientras otros si lo hacen y deciden un espacio reservado a la democracia. El abstencionismo no ha entendido la importancia decidir un resultado con su participación. Si no votan no pasa nada, las cosas siguen igual, la misma corrupción, la misma impunidad, el mismo racismo de estructuras gubernamentales, las decisiones que nos convengan a los ciudadanos mayoriteadas en las cámaras, en contra del beneficio social, pero legal, es concederle un espacio libre a un corrupto, que se niega a dejar de serlo, porque la sociedad no le ha impedido hacerlo, siguiendo la consigna, que lo que no es prohibido, es permitido, si no hay sanción, no hay delito. El derecho no se consigue desde el punto de espectador, sino con la participación decidida, sin lugar a indecisiones; si no evitas el acceso a la corrupción, te vuelves cómplice pasivo, pero cómplice al fin.
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