EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 31 de diciembre de 2015

El acertijo climatico III

El acertijo climático/III
Jorge Eduardo Navarrete




S
e ha sostenido que mitigación, transparencia, adaptación, pérdidas y daños, y apoyos –financieros y técnicos– fueron los cinco temas más controvertidos y (más o menos) convenidos en la COP21 en París. Sus antecedentes recordados en la primera entrega, el 3 de diciembre; la mitigación revisada en la segunda, el 17, y en ésta se discuten (sin minucia) los cuatro restantes. Habrá una entrega más, el 14 de enero, con una suerte de balance preliminar. No parece excesivo dedicar la vuelta del año al mayor empeño multilateral del inicio de siglo, cuya influencia alcanzará, como se dijo, a lo que resta dél (contracción de la preposición de y el pronombre él, no aceptada por la RAE).
Los consensos sobre transparencia (información, contabilidad y vigilancia) fueron difíciles de alcanzar por la explicable resistencia al riesgo de vigilancia intrusiva. Se convino que, al elaborar sus CDN (contribuciones determinadas a nivel nacional), que son voluntarias, y al rendir cuentas al respecto, las partes deberán: a) contabilizar las emisiones y absorciones antropógenas con las metodologías y sistemas de medición establecidos; b) velar por la coherencia entre el contenido y la aplicación de las CDN; c) incluir todas las emisiones o absorciones antropógenas y, una vez que alguna fuente, sumidero o actividad haya sido contabilizado, continuar incluyéndola, y d) explicar la exclusión de toda emisión o absorción antropógena, antes considerada. Se deberán atender siempre las orientaciones formuladas por el Grupo de Trabajo Especial, a fin de asegurar la calidad, transparencia y comprensión de las CDN.
Uno de los puntos contenciosos fue la amplitud del lapso de renovación de las CDN, pues no se admiten revisiones a la baja en el nivel o rango de las contribuciones, y las nuevas deben mostrar una progresión o avance sobre las precedentes. Se aceptó un periodo quinquenal, de suerte que las primeras CDN se aplicarán en el lapso 2020-2024 y deberán sustituirse por otras, formuladas conforme al principio de progresión, para el segundo periodo quinquenal, a partir de 2025.
El artículo 13 del acuerdo, uno de los más extensos y cuyo nivel de detalle refleja la importancia que los países avanzados atribuyeron a esta cuestión, establece un marco de transparencia reforzado para las medidas y el apoyo, cuyo fin proclamado es fomentar la confianza mutua y promover la aplicación efectiva del acuerdo. Se establece, en esencia, que cada parte deberá proporcionar periódicamente: a) un informe sobre el inventario nacional de emisiones antropógenas por fuente y de la absorción antropógena por sumidero de GEI; b) la información necesaria para el seguimiento de los progresos de su aplicación y el cumplimiento del CDN, y c) según proceda, información sobre efectos del cambio climático y la labor de adaptación. Si bien la obligación de informar sobre financiación, transferencia de tecnología y fomento de capacidad alcanza a donantes y receptores, se advierte asimetría.
La adaptación a las consecuencias del cambio climático, muchas de las cuales afectan ya y de manera creciente al planeta, es reconocida como componente esencial, junto con la mitigación, de la respuesta global al calentamiento global. Consiste en aumentar la capacidad, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático. Se establece que los mayores esfuerzos relativos corresponden a las partes más vulnerables, en buena parte países en desarrollo insulares pequeños y menos adelantados. La orientación central del Acuerdo de París en materia de adaptación se refiere a las acciones de cooperación y asistencia que estos países deben recibir y al reconocimiento y apreciación de sus esfuerzos al respecto. Se convino en que tanto el Comité de Adaptación como el Grupo de Expertos para los Países Menos Adelantados elaborarán modalidades para reconocer los esfuerzos de adaptación de las partes que son países en desarrollo. Cuando proceda, éstas presentarán y actualizarán en forma periódica una comunicación sobre la adaptación que podrá incluir sus prioridades, sus necesidades de aplicación y apoyo, sus planes y sus medidas, sin que ello suponga una carga adicional para las Partes que son países en desarrollo.
En dos años se definirán metodologías y recomendaciones para facilitar la movilización de apoyos para adaptación de países en desarrollo y, en especial, el Fondo Verde para el Clima acelerará la prestación de asistencia para formular planes nacionales de adaptación y para la aplicación de sus políticas, proyectos y programas.
Sobre pérdidas y daños, la COP21 ratificó y respaldó el Mecanismo Internacional de Varsovia, que data de 2013 y privilegia el intercambio de información sobre las prácticas óptimas para hacerles frente. A partir de 2016, el Mecanismo quedará formalmente incorporado al Acuerdo de París.
La noción más debatida en esta materia fue la relativa a las responsabilidades, en especial la de los estados por contribuciones históricas al calentamiento global. Se optó –ante la insistencia de los países desarrollados, que consideraron esta cuestión en de sus líneas rojas– por incluir el párrafo 52 de la resolución, que reza: [La Conferencia] conviene en que el artículo 8 del Acuerdo no implica ni da lugar a ninguna forma de responsabilidad jurídica o de indemnización. Algunos comentaristas subrayaron que sin esta inequívoca exclusión de adeudos históricos no se habría configurado el consenso en la COP21.
Finalmente, sobre financiación hubo transacciones muy debatidas, de las que también dependió, en muchos momentos, el resultado final. Aunque la retórica se basó en la idea de un solo mundo, la tradicional división Norte–Sur reapareció en el tema financiero. Se convino, inter alia, en: a) un elemento de condicionalidad, pues el financiamiento sólo se mantendrá en el contexto de una labor real de adaptación y de transparencia en la aplicación; b) una promesa de progresión de las contribuciones financieras, y c) la noción de equilibrio de esfuerzos de adaptación y mitigación. En lenguaje llano, el consenso no incluyó compromisos adicionales de financiación antes de 2025, sino apenas la promesa de que se procurará mantener el nivel (com)prometido desde hace tiempo: 100 mil millones de dólares a partir de 2020, para luego conseguir alguna progresión. El énfasis en la mayor diversificación de fuentes de financiación para el clima podría suponer menores transferencias públicas en la medida en que se logre movilizar más recursos privados –de lo cual hay ya indicios importantes. Finalmente, la alusión al equilibrio entre adaptación y mitigación puede incluir la intención de reforzar la primera para atenuar el esfuerzo en mitigación.


El acertijo climatrico II

El acertijo climático
Jorge Eduardo Navarrete / II




E
l anuncio, el 12 de diciembre, de la adopción del Acuerdo de París, culminó la COP21 y abrió una nueva era, que se extenderá por el resto del siglo XXI, en la lucha de largo plazo contra el cambio climático y sus consecuencias. Atemperado el jolgorio con que se recibió, han empezado a divulgarse evaluaciones objetivas tanto de las exigencias que plantea como de las posibilidades reales de satisfacerlas. Ajustarse al Acuerdo de París, de alcance y complejidad sin precedente, será un desafío mayor para la comunidad internacional y demandará un cumplimiento oportuno, exigible y verificable de compromisos cada vez más exigentes a lo largo, ya se dijo, del resto del siglo.
Tras una travesía menos accidentada de lo previsto, la COP21 llegó al acuerdo gracias a la acertada conducción diplomática de sus deliberaciones, orientada siempre a la construcción de consensos, y al apoyo constante y efectivo que brindaron, desde sus capitales, diversos gobernantes entre los que sobresalieron Obama, Xi y Hollande.
En la euforia inicial, poco se mencionó el hecho de que el Acuerdo de París (formalmente: Acuerdo de París dentro de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), depositado en la sede de la ONU, será firmado el 22 de abril de 2016, Día de la Madre Tierra, en una ceremonia ad-hoc. Antes de un año cada signatario deberá entregar el instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión que le corresponda. Entrará en vigor 30 días después de formalizado por no menos de 55 países, que en conjunto originen al menos 55 por ciento del total de emisiones de GEI. La expectativa es que ambos límites se alcancen en la ceremonia misma, de suerte que la vigencia formal del acuerdo comience el 23 de mayo de 2016. Incurrir en una demora sería un indicio muy negativo, un muy mal comienzo.
Como instrumento sucesor del Protocolo de Kyoto, el acuerdo empezará a aplicarse en 2020. Considerado parte de la convención, el acuerdo no requiere ratificación legislativa en algunos países, entre ellos Estados Unidos. Esto es crucial, ante la certeza de que un debate de ratificación en el Congreso no tendría conclusión positiva, ni ahora ni tras la elección, como ha ocurrido con la reforma del convenio del FMI.
Para transitar por los documentos adoptados en París –la resolución de la COP y su anexo, el Acuerdo de París– han solido destacarse cinco componentes básicos: a) mitigación: reducción de emisiones suficiente para alcanzar, hacia fin de siglo, un alza de la temperatura global media bien por debajo de 2 grados centígrados y esforzarse por limitarla a 1.5 grados centígrados, respecto de niveles preindustriales; b) transparencia: información y vigilancia de las acciones nacionales contra el cambio climático; c) adaptación: fortalecimiento de las capacidades nacionales para hacer frente a los impactos climáticos; d) pérdidas y daños: acciones, incluidas ayuda y asistencia, para que los países superen tales impactos; y e) apoyo financiero y técnico, para que las naciones fortalezcan su capacidad y resistencia. Cinco asuntos en los que se centró la controversia y que desembocaron en entendimientos, a veces confusos y provisionales, que permitieron alcanzar el consenso final.
Sobre mitigación, el logro esencial del acuerdo fue ratificar el tope de 2 grados centígrados de aumento de temperatura global promedio para fin de siglo, con la opción de reducirlo a 1.5 grados centígrados. Los países más vulnerables, sobre todo los insulares, ejercieron presión y recibieron apoyo de buen número de naciones avanzadas y emergentes. Cabe preguntarse si todos tuvieron conciencia de que hacer realidad esos topes significa no sólo colocar al mundo en la senda de la descarbonización, sino hacerlo más pronto y a mayor velocidad de lo que muchos parecen dispuestos a aceptar. En especial los grandes productores y usuarios de combustibles fósiles atacaron tal noción en la conferencia, al grado de lograr excluir tan temida palabra del texto del acuerdo. La clave parece haber sido que al ambicioso objetivo general (2 y 1.5 grados centígrados) no se añadieron metas instrumentales verificables en el tiempo. Quizá la transacción más difícil y quizá dañina haya sido convenir en objetivos generales en lugar de señalar metas cuantitativas globales obligatorias de reducción de emisiones para 2030 y 2050.
En lugar de estas metas cuantificables, que aparecían en diversos borradores, el acuerdo recoge el compromiso de las partes de “alcanzar un máximo ( peak) global de emisiones lo antes posible”; reconoce que los países pobres demorarán más para llegar a ese máximo, y señala que se procurará un equilibrio entre las emisiones antropogénicas por fuente y la remoción de GEI en sumideros, en la segunda mitad del siglo. En otras palabras, parece haber prevalecido el enfoque de China, consistente en asumir el compromiso general de llegar a un máximo de emisiones en una fecha dada, sobre la vía de fijar compromisos específicos de reducción en fechas sucesivas, preferida en Europa y Estados Unidos. Parece también que aceptar la inclusión de un tope más estricto de aumento admisible de temperatura media fue la moneda de cambio para dejar fuera del acuerdo una vía explícita de descarbonización global.
Los países dependientes de combustibles fósiles, que tuvieron en Arabia Saudita un líder efectivo en las negociaciones, y las corporaciones que los manejan parecen haber obtenido un doble beneficio, al menos a corto plazo: no hay una fecha fija para elpeak global de emisiones y éstas podrán continuar en la medida en que sean absorbidas en sumideros silvícolas o por avances técnicos quelimpien el empleo de combustibles fósiles. De cualquier modo, como ha hecho notar el Instituto de Investigación de Impactos Climáticos de Postdam, proponerse los límites de 2 y 1.5 grados Celsius significa llegar a cero emisiones netas en sólo unas décadas, para lo cual habrá que alcanzar los máximos de emisiones antes de 2030 y suprimir las emisiones netas hacia 2050.
Así, a mediano plazo, el Acuerdo de París marca el principio del fin de la era de la energía fósil, como se ha dicho muchas veces. Es esta una noción que parecen haber entendido antes que nadie las corporaciones petroleras, cuyas inversiones en nueva capacidad de producción de alto costo –suspendidas de hecho por el colapso de los precios– quizá no se realicen, sino se reorienten en dos sentidos: a) desarrollo de tecnologías de combustión limpia o de captura y secuestro de emisiones, y b) impulso a las energías renovables. Si el Acuerdo de París hubiese adoptado la descarbonización como objetivo de largo plazo y los presupuestos de carbono como instrumento, habría mucho más que celebrar respecto del futuro de nuestra casa común.


El acertijo climartico

El acertijo climático
Jorge Eduardo Navarrete / I




A
l menos en sus primeros días, a partir del lunes 30 de noviembre, y sobre todo con la avalancha de discursos presidenciales que le dio inicio, la COP21 –la 21 Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático– se mostró como una acumulación, más caótica que coherente, de pronunciamientos, declaraciones, entrevistas, diálogos, intercambios y, también, confrontaciones. Fue imposible olvidar el ominoso telón de fondo, tendido dos semanas antes por los atentados terroristas que sacudieron la ciudad sede, París, cuya presencia se mantuvo constante mediante el angustioso despliegue de seguridad, que inhibió legítimas expresiones colectivas de opinión. Sin embargo, la diversidad de escenarios, muchos de ellos establecidos en otras ciudades; la pluralidad de protagonistas y actores, que rebasó con amplitud a los representantes gubernamentales y a los expertos y funcionarios internacionales, y la riqueza, variedad e imaginación de gran número de propuestas e iniciativas fueron, poco a poco, integrando el perfil de los resultados previsibles, al cabo de dos semanas de negociaciones. Quedó claro desde el inicio que, cualesquiera que éstos sean, tendrán un carácter provisional y tentativo, constituyendo más una base para construir hacia el futuro que una meta alcanzada ya. De igual manera, parece haberse coincidido en que el elemento más valioso a extraer de la COP21 –expresado en algún tipo de instrumento vinculatorio– sería el derrotero común aunque diferenciado al que deberían comprometerse todos los gobiernos y sociedades. Sólo así podría aumentar la certidumbre de que, a fin de siglo, el calentamiento global no haya rebasado en demasía el objetivo de los dos grados centígrados.
De la acumulación de cerca de centena y media de discursos de jefes de Estado o de gobierno, no todos ajustados al tiempo establecido, parece reconocible un solo común denominador: cada uno exaltó su esfuerzo nacional, expresado con indicadores y estadísticas propios, de suerte que se dificulta todo análisis comparativo coherente. Barack Obama, por ejemplo, dedicó varios minutos a subrayar los avances de Estados Unidos en energías renovables (multiplicar por tres la generación eólica y por 20 la solar) y en descarbonización, sin situar las cifras en un contexto analítico que les diera sentido. Xi, en nombre del otro mayor emisor, habló tanto de acciones audaces como de expectativas, sin cuantificar las primeras ni precisar las segundas (alcanzar en 2030 que un quinto del consumo de energía provenga de fuentes no fósiles y llegar ese año a una cima de emisiones). Si los países del mundo hubieran realmente hecho todo lo que enumeraron sus líderes en París, no se habría alcanzado ya casi la mitad (cerca de 0.85 grados centígrados) del límite de calentamiento que se desea no rebasar en 85 años.
También fue amplio el reconocimiento de lo mucho que falta por hacer, a lo que aludieron, con diferencias de estilo y énfasis, todos los oradores. Fue común partir –como lo hicieron Obama y Peña Nieto– de un punto controvertible: la afirmación de que se dispone ya de las técnicas y se han identificado las acciones de política necesarias para desvincular el mayor dinamismo del crecimiento económico de cotas crecientes de contaminación, emisiones y calentamiento. Además, no siempre se reconocieron de manera abierta los intereses económicos privados y las presiones políticas que estorban y a menudo impiden aplicar esas tecnologías y echar a andar dichas políticas.
Del cúmulo de encuentros bilaterales, quizá el que atrajo más atención fue el de los representantes dela mayor economía del mundo y delmayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI), aunque sus protagonistas no parecían seguros de quién era quien. Xinhua dedicó un amplio despacho al diálogo, en el que destaca tanto dichos de Obama, en el sentido de que el combate del cambio climático es el área por excelencia para la cooperación entrambos, como expresiones de Xi Jinping que, por ejemplo, confirman el compromiso chino de financiar los esfuerzos nacionales de diversificación de energía, fuente creciente de ingresos por exportación para el país. En suma, una asociación productiva para ambos. (La otra gran conversación bilateral –la de Putin y Obama– no parece haberse detenido demasiado en temas ambientales.)
Una cuestión que pareció insuficientemente discutida en esos primeros días fue la de la asistencia técnica y financiera a los países pobres para auxiliarlos a cumplir sus compromisos voluntarios nacionales y, en muchos casos, a definirlos mejor. Este será un elemento crucial: sin una cooperación internacional suficiente, gran número de esos países no podrán, más allá de definir los objetivos adecuados, diseñar las políticas que conduzcan a su instrumentación. Se trata de un segundo desafío multilateral, asociado muy de cerca al de las metas de desarrollo sustentable a 2030.
Desde los primeros días de la COP21 surgieron los elementos de disenso e incluso de confrontación que marcarán las dos semanas de debates. Quizá uno de particular importancia entre ellos sea lo que un comentarista caracterizó como “el rechazo de los negociadores a la noción, que se considera inmanejable, de un carbon budget”. De acuerdo con Justin Gilis, de The New York Times (28/11/15), hay un amplio rechazo a la idea, adelantada por diversos especialistas, de establecer un presupuesto de carbono que marcaría los límites hasta los que puede llegar la quema de combustibles fósiles sin consecuencias ambientales catastróficas. El presupuesto de carbono sería, en principio, un instrumento objetivo para limitar el uso de energía fósil adicional (desde carbón hasta gas natural) en función de su aporte al monto de GEI acumulado en la atmósfera. Determinaría, por tanto, los volúmenes de combustibles fósiles que aún pueden quemarse sin comprometer irremediablemente el objetivo de contención del calentamiento global. Un presupuesto de carbono bien aplicado, junto con un precio adecuado del carbono, estimularía el uso de energías que no emiten GEI, en especial las renovables. Del debate sobre el carbon budget se desprende la clara conclusión de que los que realmente se oponen son los intereses de la industria de energía y sus corifeos políticos, más que los negociadores de París.
Un segundo, pero aún mayor elemento de disenso, quizá se origine en los montos, términos y condiciones del financiamiento multilateral para la batalla contra el cambio climático. En los primeros días de la COP21 todos quisieron parecer generosos. La bolsa se condicionará y se cerrará más adelante. Puede convertirse en uno de los determinantes del naufragio, como ya lo advirtió Narendra Modi, de India.
Tras los primeros días, nada garantiza una travesía tranquila y feliz. Todos requerimos, sin embargo, que esta nave en particular –que encierra a las demás– llegue a buen puerto.


Pablo O Higgins: uno de los grandes del muralismo

Pablo O’Higgins: uno de los grandes del muralismo
Elena Poniatowska
A
hora que una gran exposición, El trazo firme de un espíritu en movimiento, de Pablo O’Higgins puede admirarse en el Museo Mural Diego Rivera, en la calle Colón, cerca de la Alameda, es bueno recordar que Pablo fue uno de los grandes pintores de México.
Tuve el privilegio de entrevistarlo varias ocasiones y quererlo, aunque no tanto como lo quería Mariana Yampolsky, a quien le hizo un estupendo retrato y menos que a María O’Higgins, su extraordinaria mujer y compañera de vida.
En su estudio de Coyoacán, encalado y blanco, vacío casi, salvo por los cuadros que iba colgando sobre los muros después de terminarlos, Pablo O’Higgins pintaba a grandes pinceladas, grandes lengüetas ocres, rojas, anaranjadas, y de pronto ese blanco deslumbrante que es el mismo que puso en el vestido que envuelve a María de Jesús, su mujer, como un alcatraz; un blanco a veces pastoso, a veces transparente, rico en tonalidades, en matices, todas las posibilidades del blanco, toda su gama, en ese maravilloso retrato de mujer cuadro que va del blanco gris a la textura blanca y porosa de la cal.
¡De todos los cuadros de Pablo O’Higgins es este retrato de mujer, de su mujer, de María de Jesús, el que más me alucina! (para usar una frase de Pellicer), pero sobre el caballete aguarda una carreta jalada por dos bueyes que transporta a toda una familia en un paisaje también de rojos, ocres, grises, amarillos, con las inconfundibles pinceladas de Pablo O’Higgins.
La exposición consta de la obra entera de O’Higgins en la que puede apreciarse el enorme cariño e interés que Pablo O’Higgins tuvo por los trabajadores mexicanos. Pablo estuvo muy cerca de los obreros y quiso ser un trabajador más, declaró María de Jesús en la conferencia de prensa para presentar esta exposición.
La paleta en que Pablo pone sus colores está totalmente cubierta. Usa los colores a pasto; pone una gran cantidad a tal grado que dan ganas de chupar estos montones de rojos y de verdes, que además huelen muy bonito. En contra de una pared sobre un estante hay muchos botes rodeados de una etiqueta: Poudre pour la fresque: Lefranc (polvo para fresco: Lefranc)
Pablo O’Higgins llegó a México en 1924, procedente de Utah, Estados Unidos, y lo primero que lo puso a hacer Diego Rivera fue justamente eso, mezclar colores, colores que desde entonces jamás le han fallado.
Fui gringo
–Yo estudiaba en la Academia de Arte de San Diego, en California. Nací en Salt Lake City, Utah, pero mi familia compró un ranchito cerca de San Diego, y allá nos fuimos a vivir. Mis padres siempre fueron comprensivos, inteligentes, nunca obstaculizaron mis gustos o mi carrera. Yo estudiaba piano, y también pintaba, pero cuando vi que en San Diego no había maestra de composición, me dediqué por entero a la pintura. Pero tampoco lo que hacíamos en dibujo y pintura satisfacía. En una revista que creo se llamaba The Arts me encontré de pronto con unas muy buenas reproducciones de los murales que Diego Rivera estaba haciendo en la preparatoria y esto me sacudió tanto que le escribí a Diego una carta –como cualquier muchacho que se entusiasma– y para mi gran sorpresa, ¡te imaginas cuál no sería mi sorpresa! Diego me contestó y me dijo que fuera yo a México a ver de cerca lo que él estaba haciendo ¡Es una carta muy bonita! ¡Por allí la tengo! Un amigo mío era Miguel Foncerrada, cuyo padre era el fogonero del tren entre Nogales y Empalme. ¡Cómo recuerdo el cruce que va para Guaymas, Mazatlán, el sur, Guadalajara! En fin, me dijo que fuéramos a conocer su tierra: Guaymas, y me encantó la idea. Iríamos a Guaymas, a México en tren. ¡Hicimos muchos días, muchas noches, no recuerdo tantas, pero apenas crucé la frontera, sentí el ambiente de la vida de México, tan distinto al de Estados Unidos, que me causó un impacto muy fuerte. Incluso las cosas que veía en la estación desde la ventanilla del tren me impresionaban. La primera imagen fue la de unos soldados sentados a lo largo de la vía y unas mujeres que calentaban frijoles o caldo en ollas; sus ademanes lentos, pausados, el rebozo, las faldas amponas, el pelo negro, su forma de caminar; me parecieron muy hermosas. ¡Como que todo el olor de México entraba por la ventanilla, y todavía recuerdo el impacto plástico de estas imágenes!
–Sí, al llegar es muy impresionante la plasticidad de los movimientos, de las actitudes, de los vestidos largos de las mujeres, el lento transcurrir de las horas.
–Miguel y yo llegamos a la una de la madrugada a México, pero en Querétaro subió al tren Roberto Montenegro, ¿te imaginas? (se ríe), y se puso a platicar con nosotros y nos recomendó el hotel Guardiola. ¡En 1924!, ¿te imaginas? Nosotros que no sa-bíamos absolutamente nada de México, lo escuchamos con gran atención.
“Llegamos a la estación de Colonia, donde han levantado un monumento, y fuimos a ese hotel Guardiola, que resultó carísimo para nuestras módicas posibilidades, y sólo pudimos quedarnos dos noches. ¡Yo estaba tan alborotado, que no podía ni dormir! A la mañana siguiente fuimos a caminar a la Alameda y desayunamos en la Casa de los Azulejos. Entonces era muy sencillo, no había nada de turismo, y en el interior del patio estaban pintados en las esquinas y en los muros unos pavos reales muy agradables, muy sedantes; total, todo me pareció precioso.
“Yo quería ir a ver a Diego inmediatamente, pero Miguel me retuvo porque era domingo, y me dijo: ‘Está bien que lo visitemos en su casa a las tres de la tarde’. Llegamos a las tres en punto a la calle de Mixcalco, y estaban Lupe Marín y Concha Michel, las dos sentadas en un patio mexicano con macetas –esos patios llenos de helechos y de sombras y de olor a geranios– y me llamó enormemente la atención Lupe, porque era hermosísima; morena, con esos grandes, grandísimos ojos verdes, o gris verde, un poco azules. ¡Otra vez me impactó México a través de esas dos mujeres que además estaban sentadas en unos escalones y cantando acompañándose con una guitarra!
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Madre tierra, 1979, litografía a color de Pablo O’Higgins (Salt Lake City, Utah, 1904-ciudad de México, 1983), que se exhibe en el Museo Mural Diego RiveraFoto cortesía del museo
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Bajando la vela (Mar Caribe), 1981, litografía coloreada de O’Higgins, incluida en la exposiciónEl trazo fino de un espíritu en movimiento,montada en el recinto de Balderas y Colón s/n, Centro HistóricoFoto cortesía del museo
Como yo nunca había visto cosa igual en Estados Unidos, iba de emoción en emoción. Diego nos recibió en el pasillo del patio en una forma muy sencilla, que me hizo sentirme muy bien.
–¡Qué bueno que vinieron! ¡Este viaje les va a servir mucho!
–Pero como él, Lupe y Concha Michel tenían que salir, porque se habían comprometido con unos amigos, Diego extendió en la mesa del comedor, una mesa muy grande, muchísimos dibujos suyos; apuntes de Italia, sus primeros bocetos para los murales de la Preparatoria, trabajos bizantinos, en fin, toda una pléyade de apuntes suyos. Los dejó ahí extendidos y nos dijo:
–Aquí les dejo para que los examinen todos a su gusto y nos vemos en la Secretaría de Educación Pública mañana. Subiremos a los andamios y les enseñaré los murales...
–Yo me quedé encantado viendo todo este material que era de una gran riqueza, de una enorme diversidad. ¡Era realmente un regalo que nos hacía Diego al permitirnos ver con todo el detenimiento y la libertad que quisiéramos, este trabajo único! Era también un testimonio de su confianza. Diego siempre fue generoso, pero a mí me agradó enormemente este rasgo suyo. De hecho, todo lo que me sucedía en México; cosa tras cosa me estaba embrujando; estaba yo deslumbrado. Nunca en mi vida me había sucedido cosa igual. Era totalmente distinto a lo que me había sucedido hasta entonces.
–Mira, aquí tengo un cuaderno donde apunté todo lo que me decía Diego, porque se puso a hablar muchísimo con nosotros. A la mañana siguiente que fuimos a la Secretaría de Educación Pública, y todas las mañanas y las tardes que vinieron después, Diego nos dio verdaderas lecciones de pintura. Nos hablaba claro, del punto de oro, del cono óptico, que es casi lo primero que estudias para ver la relación de la pintura con el exterior, así como de las leyes ópticas naturales o matemáticas, la relación de colores y todas las noches antes de acostarme apuntaba exhaustivamente lo que Diego me había dicho. Sobre estas semanas de conversación con Diego habría mucho que decir, pero lo primero que yo afirmaría es que Diego era un hombre absolutamente generoso; daba sus conocimientos sin medir, sin reservas de ninguna índole; era un continuo fluir de ideas, de experiencias.
–Dicen que contaba muchas mentiras.
–Quizá en sociedad, en fiestas, pero nunca al hablar de pintura, jamás. Después Diego me pidió que trabajara en la Secretaría de Educación Pública moliendo los colores para el fresco. Son polvos que se diluyen en agua. Ahorita te explico cómo.
–En esa época sólo trabajaban con Diego, Máximo Pacheco, que era algo así como un Giotto de la pintura mexicana, y Ramón Alva Guadarrama trabajó como ayudante de albañil porque en el fresco se necesitaba al albañil y a un ayudante pintor.
“El albañil preparaba el muro, porque el fresco se pone sobre un aplanado, que consiste en cal bien apagada –y en esa época usábamos arena de mina, y ahora se usa arena de mármol, o sea mármol molido– y Diego le indicaba al albañil la proporción de la mezcla y cómo esta se seca en ocho horas, había que pintar cuando el aplanado todavía está fresco para que agarre el color, el puro pigmento; el color en su estado puro, porque no se mezcla con nada. ¿Me entiendes? El fresco es el puro color: óxidos de tierra o de metal molidos con agua, sin mezcla. La encáustica –porque todos los murales de la Preparatoria están pintados en encáustica– se hacía con cera, copal y esencia de espliego, y el primero en pintar al fresco fue Jean Charlot, cuando Diego todavía estaba pintando con encáustica en los murales de la Preparatoria.”
–El fresco es siempre muy vital; el pigmento se ve muy luminoso...
–Sí, pintar al fresco es una magnífica disciplina. Con Diego trabajé hasta 1937 hasta que terminó Chapingo. Mi última tarea en Chapingo fue pintar las letras en un listón de quiénes habían participado en los murales, mientras Diego se subía al tren para ir al Congreso Comunista de Moscú. También colaboraron Fermín Revueltas, quien era un magnífico pintor que fue muy amigo mío –yo lo quería mucho, platicábamos largas horas–, y cuando Diego se fue, se fue también Jean Charlot, y entonces empezó una nueva etapa de mi vida, la cual te relataré en otra ocasión.
(Y Pablo O’Higgins, quien fue miembro fundador del Taller de Gráfica Popular, con Leopoldo Méndez, y formó parte de las Misiones Culturales que la Secretaría de Educación Pública organizaba por allá en 1928 y 1929 y fue a dar hasta con los indios tepehuanes en Nayarit reserva para más tarde el lento devanar de las horas tan plenas de su vida.)
Pablo O’Higgins, con su sonrisa en los ojos y su bondad en los cabellos blancos, abría la puerta de su espaciosa casa de Xochicatitla, cuando María de Jesús salía a comprar unas cosas al mercado que resultaron llamarse ajos... No tardará... Pásale, pásale...
Llevaba un pincel en la mano que conservó durante toda nuestra plática y de vez en vez lo chupaba, lo redondeaba entre sus labios.
Mariana Yampolsky lo consideraba el integrante más bueno y más generoso del Taller de Gráfica Popular, que se reunía cada semana y al que acudían Fanny Rabel, Andrea Gómez, Alberto Beltrán, Adolfo Mexiac y muchos artistas más que además eran amigos y acostumbraban salir al campo con Leopoldo Méndez para hacer apuntes y convivir con los mexicanos más pobres. Hoy, escuelas de vida como el Taller de Gráfica Popular se han perdido y cada quien se rasca con sus propias uñas. Hombres de la generosidad y de la inteligencia de un Pablo O’Higgins o de un Leopoldo Méndez ya no se encuentran a la vuelta de la esquina. Ojalá y México ya no fuera tan inferior a su pasado. La jornada


La obscura narradora del horror de Vichy

La oscura narradora del horror de Vichy
Robert Fisk




L
a misteriosa Françoise: así llaman ahora los escritores franceses a la joven librera judía nacida en Polonia que escribió un libro igualmente misterioso sobre su huida de los nazis, las fuerzas de Pétain y la milicia en la Francia de Vichy después de 1940, y sobre su desesperado y exitoso intento de escapar de los trenes que deportaban a los judíos a Auschwitz y refugiarse en Suiza.
Describir el libro como poderoso es un insulto a Françoise Frenkel. Su prosa, abrupta y estremecedora, es delicada al mismo tiempo: crueldad y belleza combinada en apenas 250 páginas, la malignidad de la Alemania nazi –tanto su efecto canceroso como las reacciones heroicas en una Francia a punto de ser ocupada–, un terror constante soplando en la espalda.
Es fácil comparar el libro de Frenkel con la épica tolstoiana jamás completada de la ocupación alemana escrita por Irène Némirovsky, judía nacida en Rusia que, a diferencia de Frenkel, fue enviada a morir en Auschwitz en 1942. Su Suite francesaestá hoy impresa en muchas lenguas y reconocida como una obra maestra de la literatura del siglo XX. Por desgracia, el emocionante y doloroso relato de las peripecias de Frenkel –ya los franceses lo llaman la Fuite Française (la huida francesa)–, pasó los 70 años anteriores en la oscuridad, tan misterioso como la vida de la autora.
Se sabe que murió en Niza el 18 de enero de 1975, pero no existen fotografías ni cartas. Sólo permanece su libro, que ella tituló Rien où poser sa tête (Ni un lugar donde posar la cabeza), publicado primero en una minúscula edición en Ginebra en septiembre de 1945 –sólo recibió una breve reseña en una publicación feminista suiza del año siguiente– y apenas redescubierto en un ático del sur de Francia en 2010.
Los nuevos editores del libro, Gallimard de París, señalan que no pueden siquiera rastrear herederos legítimos de Frenkel. Pero mucho más misteriosa es la completa ausencia en esas páginas de su marido, Simon Raichenstein, quien fue detenido en una redada de la policía francesa en París en 1942, enviado al campo de Drancy el 24 de ese mes y muerto en Auschwitz el 19 de agosto de ese año. El libro cubre ese periodo con gran detalle, pero no hay mención de él.
Una semana exacta después del asesinato de Simon –del que Frenkel no pudo enterarse en ese momento, aunque sin duda supo de su arresto el mes anterior–, ella describe casi con desenfado su vida precaria de judía perseguida en Niza: El 26 de julio, como de costumbre, hacía mis compras de víveres. Pese a ser tan temprano hacía calor, pero me asombró ver tan poca gente en el mercado. Cuando terminé, fui a mi hotel sin hacer ruido, pero al dar vuelta a la esquina de mi casa levanté la vista como de costumbre para saludar a mi vecina vienesa. Esa mañana no estaba allí. En un balcón del tercer piso vi a un paisano polaco, el señor Sigismond. Con los dos brazos me hizo una señal de advertencia. Creí que se hacía el gracioso, pero pronto me di cuenta de que se dirigía a mí.
Frenkel sigue la dirección que indican las manos, da vuelta en la siguiente esquina y encuentra a la policía de Vichy y camiones. “Luego llegaron policías empujando o sosteniendo en brazos a hombres, mujeres y niños. ‘¿Qué pasa?’, pregunté al chofer de una camioneta. ‘Están escogiendo a los judíos’, dijeron varias voces al mismo tiempo.” Frenkel se aleja, caminandomecánicamente hacia el mar; luego se sienta en una banca frente al Mediterráneo con su cesto de comida a sus pies, hundida en sus pensamientos. Incluso regresa a la peligrosa calle llena de gendarmes –los lectores deben contener el aliento– y la asalta una sensación de desquiciado heroísmo y absoluto fracaso a la vez. “Por un momento sentí la tentación de correr hacia la multitud y gritar: ‘¡Llévenme a mí también, soy una de ellos!’ Una sensación de intensa felicidad me inundó ante este pensamiento de solidaridad y abnegación. Pero la fría lógica se impuso. ¿De qué serviría semejante sacrificio? ¿Qué cambiaría? ¿Qué beneficio tendría? El instinto de conservación me dominó. La amargura de esa verdad pesa mucho sobre mí en este instante y seguirá haciéndolo hasta el fin de mis días.”
¿Escribía Frenkel tres años después, cuando debió haber sabido del destino de Simon, para absolverse de la muerte de su marido? A menudo se refiere a su familia, algunos de cuyos miembros estaban en la Bélgica ocupada, pero nunca específicamente a Simon.
Desde las primeras páginas, cuando Françoise, entonces de 32 años, abre una librería francesa en Berlín, después de la Primera Guerra Mundial, sabemos que Simon está con ella. También sabemos que en noviembre de 1933, 10 meses después de que Hitler llegó al poder en Alemania, Simon se exilió en Francia y dejó a su esposa a enfrentar sola las cada vez más opresivas restricciones de los nazis en los seis años siguientes. Ella misma huyó a París unos días antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Una vez más, no hay una palabra sobre Simon en su libro. Ella debió verlo en París. Antes de que el ejército alemán llegara a la ciudad, en 1940, ella vuelve a escapar, esta vez al sur de Francia. ¿Viajó Simon con ella, sólo para regresar –fatalmente– a París ocupada por los alemanes? Una vez más, no sabemos, y tal vez nunca sabremos.
Patrick Modiano, premio Nobel de Literatura que escribió el prólogo a la nueva edición de Rien où poser sa tête, ha dicho que si Françoise Frenkel no hubiera existido, él habría escrito una novela sobre ella. La singularidad de su libro, dijo, residía en que la autora no podía ser identificada con precisión. Prefiero no saber qué aspecto tenía Françoise Frenkel, ni los sucesos de su vida después de la guerra, ni la fecha de su muerte, dijo.Así su libro vivirá conmigo para siempre, como la carta de una persona desconocida, una pieza olvidada de correo que se recibe por error, al parecer, pero que uno estaba quizá destinado a recibir.
Es una reacción romántica al libro, pero me temo que no es razonable. En el mundo disparatado de los negadores del Holocausto, no es difícil ver cómo los antisemitas podrían sacar partido del escaso conocimiento sobre la vida de Frenkel. Sin embargo, los hechos básicos de su precaria existencia en la Francia de Vichy son accesibles: el hotel Arche de Noe, en el que vivió (y se ocultó) de febrero de 1941 al 26 de agosto de 1942 –el día que el señor Sigismund le salvó la vida al hacerle la señal de advertencia– aún existe (ahora se llama La Roserie); su casa de seguridad en el 12 de la rue Saint-Philippe (Marius, Salon de Coiffure) aparece impresa en el directorio telefónico de 1941. Y tenemos el documento del gobierno alemán de 1959 que muestra que, en el Berlín de posguerra, ella recibió 4 mil 500 marcos alemanes en compensación por su propiedad personal en París, saqueada por la Gestapo en 1942 (el documento de decomiso de la Gestapo, gracias a la característica minuciosidad teutona, estaba también en archivo y fue recuperado).
Pero su propio relato bellamente escrito de su temor y su ingenio en la Francia de Vichy es prueba suficiente de la veracidad de su libro, de su existencia, su dolor y el miedo a la traición que le quemaba las entrañas. Françoise Frenkel lucha contra un mundo de burocracia fascista; su salvoconducto francés –concedido en 1939, en parte por sus servicios a la literatura francesa en el Berlín anterior a la guerra– es invalidado por el régimen de Vichy, y ella arranca a la policía nuevos documentos de identidad que no mencionan –al principio– su judaísmo. Tres veces intenta llegar a Suiza, es capturada por los franceses –también hay personal militar alemán en la frontera– y sólo consigue abrirse paso hacia Suiza bajo fuego, rueda por una colina, entre la nieve y el temor, hasta caer en brazos de un joven soldado suizo; su visa suiza aún es válida… por poco.
Cualquier árabe que haya soportado la tortura de la burocracia dictatorial en Medio Oriente debe entender el terrible interrogatorio de Frenkel –la arrogancia y ocasional amabilidad de los oficiales franceses– al buscar otros documentos de identidad para mantenerse viva y libre. Y los refugiados que hoy arriesgan la vida en el mar Egeo para llegar a Europa comprenderían sin duda su alivio al yacer en la nieve junto a la alambrada de la frontera y escuchar decir al soldado suizo: Levántese, madame, no está herida. Vea, está en Suiza.
Frenkel nunca desespera de la humanidad. Escribe con piedad y disgusto acerca de los franceses que la traicionarían, y con amor y calidez de la gente de Saboya, decidida a salvarla. Una pareja dueña de un restaurante arriesga la vida varias veces para protegerla y arrancarla de las manos de las autoridades de Vichy. Resulta notable que al ser capturada y llevada ante un tribunal francés por intentar cruzar a Suiza –la ironía, claro, es que se habrían alegrado de verla cruzar la frontera en camino a Auschwitz–, Frenkel escribe con agonía no sobre sí misma, sino sobre un judío que enfrenta al mismo juez.
El hombre fue capturado en el camino a Suiza: mató a su esposa en un pacto suicida cuando los arrestaron, pero sólo pudo herirse a sí mismo. Sin embargo, cuando la policía francesa intentó llevarlo al hospital más cercano, el alcalde local se negó a que un judío fuera tratado por las autoridades médicas de la ciudad. Fue llevado en carreta muchos kilómetros más para recibir tratamiento. Los abogados persuadieron al juez de que el pobre ya había sufrido bastante y fue liberado.
Y entre ese tormento, Frenkel escribe sobre la brillantez de la nieve, el resplandor del sol entre los árboles del sur de Francia y la magnificencia de las murallas medievales y las calles de aldeas remotas donde busca refugio. Hay momentos en que los párrafos del libro podrían servir en una moderna guía de turistas de la campiña de Niza, Annecy y Avignon. Pero el terror de la deportación se alza como un manto sobre los judíos que se esconden en la Francia de Vichy.
Al continuar las redadas de judíos, Frenkel escribe: “El número de los que huían se redujo mucho. Cansados por la dura prueba, debilitados por su largo ocultamiento y por la apatía que el mismo indujo en ellos, los refugiados perdieron toda su energía. Evitar el arresto se volvió una empresa tan ingente que ya no parecía valer la pena. Se resignaron a esperar pasivamente su destino, renunciando tanto a sus planes como a la esperanza. Unos cuantos valientes –sobre todo los jóvenes– prefirieron confrontar por sus propios medios el peligro que los aguardaba. Partían llevando armas o –en caso de fracasar– suficiente veneno para matarse si los arrestaban”.
No es extraño que el libro de Frenkel sea a la vez apasionado y amargo: también es un recuento literario de la locura humana, escrito por una mujer que amó la literatura francesa toda su vida. Estudió en la Sorbona, estuvo de interna en una librería francesa y luego decidió dedicar sus años a leer y vender libros franceses. Recuerda que entre los visitantes a su librería en Berlín estaban Henri Barbusse, Colette, André Gide y André Maurois.
Es probable que estuviera familiarizada con las primeras novelas de Irène Némirovsky, pero, comoSuite Française apenas fue leída por primera vez en manuscrito por Denise, la hija de Némirovsky, en 1975, no podría haber conocido su obra más importante.
Némirovsky fue deportada a Auschwitz y murió en la cámara de gas el 17 de agosto de 1942, dos días antes de que Simon, el marido de Frenkel, fuera ejecutado en el mismo campo de exterminio. El esposo de Némirovsky murió en Auschwitz menos de dos meses después. Sus pequeñas hijas, Denise y Elizabeth, sobrevivieron ocultas por un profesor francés local. En Suite Française, una francesa se enamora por breve tiempo de un soldado alemán. Ningún sentimiento semejante aparece en el libro de Frenkel.
No mucho después de la publicación de Suite Française, escribí acerca de ese libro extraordinario enThe Independent: “Némirovsky quería que fuese una versión moderna de La guerra y la paz”. Y hace nueve años recibí una gentil carta de su hija Denise Epstein, ya mayor. Permítame presentarme, escribió. Soy la hija de Irène Némirovsky y quería agradecerle haber hablado tan bien de mi madre. Denise reprendió a un funcionario de la embajada francesa en Beirut que, aunque parezca increíble, me había llamado la atención por escribir sobre el trato dado por los franceses a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
“Este libro (Suite Française) causó sin duda cierto despertar de conciencias, pero… me doy cuenta de que la memoria se diluye con facilidad y eso abre la puerta a otras masacres de inocentes, cualquiera que sea su origen… Ahora tengo 77 años y sin embargo vivo cada día con el peso de ese pasado en los hombros, suavizado por la felicidad de ver revivir la memoria de mis padres, y, así como ellos, espero que reviva la de todos aquellos de los que ya nadie habla.”
Creo que Denise hubiera querido leer el libro de Françoise Frenkel, pero falleció hace casi tres años. Rien où poser sa tête es el contrapunto a la brillantez de su madre.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya


miércoles, 30 de diciembre de 2015

¡Intocable!

¡Intocable!
Pablo Gómez




(Artículo censurado por Milenio)
Se ha producido una sentencia del Tribunal Electoral que entra en los conceptos nada contradictorios de lo cómico y lo patético. El spot del PRD, cuestionado por López Dóriga, no constituye –según mandato judicial– ninguna trasgresión a la ley, no obstante el autor (el mismo PRD) debe ser sancionado con la interrupción de la transmisión del spot que antes había sido censurado por el INE y vuelto a censurar por la llamada sala especializada. Hemos visto en la historia de las ignominias judiciales la condena de inocentes por hechos reales o inventados pero no habíamos visto la condena por hechos declarados inexistentes por el mismo juez. El PRD ha sido sancionado con la “interrupción de la transmisión” de su spot (art. 456 de la ley) pero la sentencia también sostiene que ese mismo PRD jamás cometió transgresión alguna. ¿Alguien puede explicar este disparate? Piénsese que no hubo homicidio pero el asesino ha sido sentenciado. En esta situación se encuentra el PRD sólo por haber incluido la imagen de López Dóriga en un spot.
Pero no, ya sabemos que no se trata de López Dóriga (asunto menor) sino de Televisa (a la cual se le rechazó la misma pretensión censuradora por exceso de idiotez jurídica y porque no era necesaria ante la existencia de la queja de López Dóriga, por lo demás patrocinada y redactada en la misma Televisa), empresa que no tolera que sus frecuencias sean utilizadas para criticarla.
Ahora bien, estamos ante una confabulación de intereses casi siempre coincidentes entre el gobierno y Televisa. El spot del PRD criticaba a Peña, Videgaray y Osorio (así como a la herencia priista en general) y de paso mencionaba que hay cosas que no han cambiado: el monopolio informativo de la televisión cuyo incono es López Dóriga, conductor en pantalla (por el momento) del noticiero estrella del canal de las estrellas.
En el Tribunal Electoral (siete integrantes) se produjeron tres votos a favor de que en este caso había un ataque a la honra de López Dóriga (sin decir, claro, cual es ésta), con lo cual la sentencia tiene un sustento minoritario. Otros tres dividieron sus opiniones sobre el asunto pero sin coincidir con el argumento del proyecto aprobado. Otro más manifestó su disenso completo. Se trata de una sentencia sin mayoría real pero sostenida por el Tribunal, como tal, con el propósito de acatar la consigna oficial: López Dóriga es intocable. Bueno, algún día escucharemos a Azcárraga decir lo contrario, el día en que despida al conductor estrella del canal ibidem. En realidad no hay reinado del duque de Velandia (segundo apellido de López Dóriga) sino del verdadero rey, el dueño del consorcio monopolista, Azcárraga. (Me cuesta seguir con esto porque siento que alguien me puede censurar pero me arriesgo).
Lo que ha resultado atropellado no es sólo el derecho del PRD, el cual se atrevió a criticar a Televisa junto a Peña et. al., sino la libertad de difusión, recién incorporada en el artículo 7 de la Constitución y ahí declarada inviolable pero que ya se violó. Dice el tribunal que su sentencia es resarcitoria de un derecho de López Dóriga pero, si no hubo calumnia en el spot perredista, entonces ¿qué hubo? Nada, sino algo que molestó al consorcio televisivo en absoluta convergencia con el gobierno. Por lo pronto, el insigne Poder Judicial dice que López Dóriga es intocable. Pero, ¿por cuánto tiempo? La gravedad es la más fuerte de las leyes.

Macri: desgaste temprano

Macri: desgaste temprano
M
iles de trabajadores gubernamentales marcharon ayer en Buenos Aires en rechazo a la determinación del presidente Mauricio Macri de revisar 24 mil contratos de empleados públicos y 11 mil concursos para asignación de plazas efectuados desde 2013. Los manifestantes protestaron también por la devaluación de casi 30 por ciento de la moneda, generada a partir de la decisión del nuevo gobierno de eliminar el control de cambios, y por la escalada inflacionaria que esa medida ha generado.
A este malestar debe agregarse el descontento suscitado por el afán de Macri de gobernar mediante decretos, al margen del Poder Legislativo, por el empecinamiento presidencial en remover a funcionarios independientes del Ejecutivo y por nombramientos polémicos, como el de María Eugenia Talerico al frente de la Unidad de Información Fiscal, pese a que fue abogada del banco HSBC en casos de lavado de dinero –una práctica por la que esa empresa bancaria ha debido afrontar numerosos procesos en diversos países– y a Laura Alonso como nueva titular de la oficina anticorrupción, a pesar de que no tiene título de abogada.
Otro asunto que ha colocado a la nueva presidencia argentina en una situación incómoda es la fuga de tres presos que habían sido condenados a cadena perpetua por el homicidio de otros tantos narcotraficantes. Uno de los ahora prófugos había sido utilizado por los medios de la derecha, afines a Macri, para golpear políticamente a Aníbal Fernández –quien fue jefe de gabinete de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner– mediante acusaciones que resultaron falsas.
La versión oficial de la fuga resultó igualmente inverosímil, pues sostiene que los evadidos amagaron con un arma de juguete a los guardias de la prisión y luego escaparon en un vehículo policial que tenía la llave puesta. Lo fantasioso del relato hace pensar a muchos en Argentina que la fuga fue en realidad una liberación operada desde el gobierno para pagar los servicios políticos de los tres delincuentes.
El hecho es que, lejos de caer en la postración por la victoria electoral de Macri en la segunda vuelta presidencial el pasado 22 de noviembre, los sectores progresistas se organizan para resistir la embestida autoritaria y neoliberal del nuevo régimen, y éste parece enfrentar un desgaste político precoz debido a un estilo de gobernar discrecional, prepotente y desapegado de los procedimientos institucionales. La jornada


Dinero

Dinero
 El paraíso de los millonarios
 Pujante industria, pero no hay un coche mexicano
 El reglamento es para morder más, dice Batres
Enrique Galván Ochoa
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éxico cierra 2015 sin resolver una paradoja histórica: figura en el lugar número 15 entre las mayores economías del mundo… pero más de 50 millones de personas carecen de un empleo formal, lo que se traduce en una población pobre. La gran riqueza está concentrada en 500 familias de la élite política y empresarial. Forbes y Bloomberg se encargan de darnos sus nombres: Slim, Azcárraga, Bailleres, Larrea, Salinas Pliego, Aramburuzabala, Servitje, Arango. Nuestro país llegó a ocupar inclusive, al arranque de este siglo, la posición número nueve, pero en lugar de subir más ha ido perdiendo escalones. No es superfluo anotar que el índice de corrupción ha aumentado, como muestra la gráfica, su producto interno bruto (PIB) estimado es de un billón 161 mil millones de dólares, según cifras del Fondo Monetario Internacional. Tal vez será necesario reajustar esta cifra por efecto de la devaluación del peso, aparejada a la caída del precio del petróleo. Estados Unidos sigue a la cabeza, seguido por China. A pesar de sus problemas actuales, el país asiático desplazaría en el futuro a Estados Unidos. El PIB representa el valor de todos los bienes y servicios producidos durante un año.
Negocio, el nuevo reglamento
A partir de que el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, le puso tache (es un robo, dijo), al reglamento de tránsito expedido por el Gobierno del Distrito Federal, tomó fuerza la oposición de ciudadanos de izquierda, derecha y sin ideología. La primera objeción es que está concebido como un negocio cuyos beneficios posiblemente terminarán en bolsillos de funcionarios y empresarios privados, como se sospecha que también son los verificentros y los parquímetros y sus pavorosas arañas. Otra objeción, muy poderosa, es que difícilmente se puede exigir a los automovilistas que cumplan un reglamento cuando les fue expedida la licencia de conducir sin exámenes previos, el de conocimiento del reglamento, destreza y aptitud física, principalmente ocular. En otros países es requisito indispensable. El asunto se disputará en tribunales. ¿Conocen ustedes las faltas y las multas? Aquí hay cinco que se cometen millones de veces cada día.
Los 5 pecados capitales
–Manejar sin licencia de conducir vigente: 400 a mil 400 pesos de multa.
–Utilizar el teléfono celular: 2 mil 100 a 2 mil 500 pesos.
– No usar el cinturón de seguridad, 355 a 700 pesos de multa.
– Invadir cruces peatonales, 350 a 4 mil 194 pesos.
– Circular sobre ciclovías, 350 a 4 mil 194 pesos.
Maquiladores por siempre
De acuerdo con Ward’s Automotive, dos motores ensamblados en México han sido reconocidos dentro del listado de los 10 mejores en 2015. Y tres modelos ensamblados en México se ubicaron dentro del Top ten de vehículos con mejores interiores: la Sierra Denali, el Mazda 3 2014 y el Golf GTI 2015. Además, tres de las cinco armadoras consideradas en elTop five están en nuestro territorio: uno y dos de Nissan en Aguascalientes y la alemana Volkswagen en Puebla. El balance de la industria indica que aporta 3 por ciento del PIB, con una producción de 3 millones 400 mil vehículos, de los que se vendieron en México un millón 300 mil, pero la mayor parte se exportó. No es por echar a perder el brindis de fin de año al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pero la ironía es que no existe un carro mexicano, es decir, son vehículos maquilados por mexicanos para marcas internacionales.
@VoxPopuli
Asunto: Desmoche en Conducef
No han mencionado los medios el corredero de gente en Condusef. Están desapareciendo muchas delegaciones estatales y creando oficinas regionales que atienden a varios estados. ¿No que Mario di Costanzo era de izquierda?
Alfonso Altamirano/Tijuana
R: Ya lo dijiste: era.
Twitteratti
¿Qué @Jesus_ZambranoG maneja el discurso del PRIAN contra la izquierda? Obvio. Él firmó el pacto de los partidos de derecha contra México.
Martí Batres @martibatres
Que no se equivoquen nuestros amigos. El nuevo reglamento de tránsito no es para apoyar a peatones y ciclistas. Es para morder más y mejor.
Martí Batres @martibatres
Para esa miseria que le van a bajar a la gasolina, mejor déjenla así.
Marcelo Brambila @brambila_
Twitter: @galvanochoa
Facebook: @galvanochoa


Bajo la Lupa

Bajo la lupa
 China pondera el acercamiento de EU con Rusia
Alfredo Jalife-Rahme
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Soldados y civiles sirios inspeccionan el sitio donde explotaron dos bombas, el lunes pasado en la ciudad de Homs, tercera ciudad en importancia de la república árabeFoto Reuters
D
ejo en el tintero la trascendental visita del primer ministro de India, Narendra Modi, a Rusia y su asombrosa escala a Pakistán, lo cual sacó de quicio a los maniqueos estrategas de EU, quienes se encuentran anclados en su añejaguerra fría, cuando el mundo evoluciona en forma vertiginosa a un nuevo orden tripolar (http://goo.gl/swM3zq) entre EU/Rusia/China, en el que no se puede desdeñar a potencias ascendentes como India, mientras periclitan la Unión Europea (en plena delicuescencia) y Japón (en catatonia), y deja en la incógnita el devenir de Brasil.
El reciente contacto de EU con Rusia –reflejado en la espectacular visita del secretario de Estado, John Kerry, al Kremlin para desactivar el polvorín sirio, después de haber operado un acercamiento en Sochi, la plaza turística predilecta del zar Vlady Putin, por el contencioso de Ucrania– ha desatado comentarios de toda índole tanto en EU como en China.
Mientras en EU, círculos estratégicos del más alto nivel civil y militar exhortan a una nueva détente(distensión) con Rusia (http://goo.gl/4pMJBl), China no se queda atrás y pondera “cuánto tiempo puede perdurar la conciliación (¡supersic!) entre EU y Rusia (http://goo.gl/Kq8W5L)”.
No se trata de conciliación –un término muy poderoso–, sino de una pausa táctica.
Dejo atrás todas las vociferantes imprecaciones de los superhalcones y neoconservadores straussianos de EU contra el encomiable acercamiento de EU con Rusia y que, en forma pueril, han demonizado al zar Putin, a mi juicio, el Bismark del siglo XXI.
No iré tan lejos como The Washington Post, infestado de neoconservadores straussianos, a fustigar que Obama capituló a los pies de Putin (https://goo.gl/hqqVQf), pero, en aras del apaciguamiento entre las dos máximas superpotencias nucleares, lo más benigno que puedo asentar es que la Casa Blanca diluyó su muy embriagante vino bélico.
Como solía decir el gran sabio chino Confucio: La verdad está en los hechos.
Dejemos en el olvido la guerra de propaganda de corte hollywoodense con técnica Hasbara de EU contra Rusia y concretémonos a los hechos. Y qué mejor que citar a Liu Zhun, del rotativo chino Global Times, quien evalúa la relevante visita conciliadora (sic) de John Kerry al Kremlin.
Liu es seguidor de los preceptos del inconmensurable Confucio y sentencia que el máximo punto culminante de la visita de Kerry es el compromiso de Washington en los temas de Siria para cortejar (¡supersic!) la cooperación de Moscú.
¿Vende EU a Siria y a Ucrania juntos para alejar a Rusia de China?Too little too late?
Liu Zhun no aborda la grave confrontación de EU y Rusia por el Ártico ni el ominoso derribo del avión ruso en la transfrontera turco-siria por un miembro de la OTAN: Turquía, que puede ser balcanizada por un tácito reparto entre el ruso Lavrov y el estadunidense Kerry, dos diplomáticos a carta cabal, quienes pueden reconfigurar el nuevo mapa de Medio-Oriente para sustituir los caducos acuerdos franco-británicos de Sykes-Picot de hace 100 años.
El analista chino juzga que con la ayuda de Rusia, el gobierno sirio realiza progresos significativos para sobreponerse al Estado Islámico (EI) de los yihadistas, lo cual brinda a Moscú preponderancia para permanecer y ejercer su influencia en Medio-Oriente.
Aduce que, pese a sus reticencias,Washington encontró que es imposible (sic) expulsar a Rusia de la arena medio-oriental. ¡Menos de Ucrania!
En espera de la transcendental conectividad geopolítica del corredor chiíta que va del mar Caspio al oriente del mar Mediterráneo –tanto con los alawitas de Siria como con los chiítas del Hezbolá en Líbano-Sur–, lo real es que, mientras EU desvanece su legendaria hegemonía en Medio-Oriente, Rusia conecta un superestratégico eje marítimo que va de Sebastopol (Crimea) pasa por los puertos sirios de Tartús/Latakia hasta el “nuevo canal de Suez (http://goo.gl/e64ssn)”.
Según Liu Zhun, como consecuencia de la carnicería de minusválidos en San Bernardino –donde ha emergido en forma perturbadora la conexión israelí, de acuerdo con estrujantes divulgaciones del rotativo británico Daily Mail(http://goo.gl/uwvqM1)– la Casa Blanca debe haber entendido que no puede luchar sola contra el terrorismo, especialmente de los yihadistas del EI.
Arguye que dada la posición volátil de Washington en los temas de Medio-Oriente y la tendencia a colocar sus propios intereses geopolíticos por encima de la paz regional, la cooperación de EU con Rusia confronta desafíos graves tanto al exterior como al interior. Concluye que no podemos todavía saber si esta cooperación soportará la prueba del tiempo.
Vuelvo a insistir en que el saliente presidente Obama no desea llegar hasta una tercera guerra mundial, que ineluctablemente sería nuclear, y prefiere dejar la putrefacción del (des)orden global a su sucesor(a), quien a partir de la noche del primer martes de noviembre de 2016 deberá decidir si opta por una guerra, que no va a ganar, o por el juicioso reparto del mundo con sus dos adversarios que se ha ganado a pulso y en forma insensata: Rusia y China.
No puede existir un nuevo orden mundial sin Rusia y China, cuando EU, en declive relativo, no está en condiciones de ejercer, menos imponer, su otrora hegemonía unipolar. As simple as that!
Hasta The New York Times acepta que “Rusia se rearma para una nueva era y se reafirma en la escena mundial (http://goo.gl/bNMt0D)”.
Quizá dicha cooperación entre Rusia y EU llegue al reparto del pastel sirio cuando los estrategas de EU controlarían sus daños mediante la balcanización de Levante con la creación de dos nuevos estados que dominaría: Kurdistán y Sunnistán –éste avalado por Turquía y las seis petromonarquías árabes–, dejando el restante de la ración regional a Rusia e Irán. Tal es el edulcorado proyecto de la RAND (http://goo.gl/uF0sjG).
Cui Heng –del Centro de Estudios Rusos en la Universidad Normal del Este de China– considera que elaislamiento de Rusia por EU puede llegar a su fin cuando EU ha tirado la toalla para un cambio de régimen en Siria y ha tenido que buscar algún acuerdo con Rusia, lo cual, a mi juicio, se traducirá de dos maneras: 1) el progreso de las negociaciones en Ginebra sobre el futuro de Siria y la identidad de los contendientes: unos presentables, otros impresentables, y 2) el avance en el teatro de batalla de los aliados de Bashar al-Assad, en forma inversa al irredentismo del EI.
Según Cui Heng, las dos recientes visitas de Kerry a Rusia este año se enfocaron en la crisis de Ucrania y en el proceso de paz en Siria, lo que “muestra en apariencia que Washington intenta cambiar su política de aislar a Rusia (http://goo.gl/vO7LgN)”.
Cita a Angela Stent, experta sobre Rusia, quien enuncia que el aislamiento de Rusia no puede continuar, cuando EU debe “encontrar una vía para tratar a Rusia como gran jugador en la crisis siria (http://goo.gl/eD9bvD)”.
Queda pendiente la grave confrontación entre Turquía y Rusia en la que intenta intermediar nada menos que Irán, cuando Egipto se ha acercado en forma espectacular a Rusia. The great game goes on!
Twitter: @AlfredoJalifeR_
Facebook: AlfredoJalife