EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Hasta donde son solidos los gobiernos progresistas?

Hasta dónde son sólidos yprogresistas los gobiernos progresistas?
Guillermo Almeyra
D
oce años de gobierno del Partido de los Trabajadores, que se fue alejando de los movimientos sociales que lo apoyaban, estarán en peligro en octubre próximo. En efecto, incluso en el caso de que en la primera vuelta Dilma Rousseff sea la ganadora, muy probablemente vencerá con un margen estrecho a Marina Silva que, en la segunda vuelta, podría sumar a los suyos buena parte de los votos del candidato más derechista y algún apoyo de los que declaran que se abstendrán o votarán en blanco. Un gobierno conservador con una base de masa constituida por los evangélicos y los grandes sectores de descontentos sin mucha claridad y de despolitizados podría poner en riesgo las pocas conquistas sociales y las posiciones internacionales (Unasur, Mercosur, Celac, BRICS, contra los fondos buitres) del PT antes de que éste pueda reconquistar el gobierno con un nuevo periodo de Lula. Al mismo tiempo, el gobierno kirchnerista, en Argentina, batalla para conservar su caudal de 30 por ciento de los votos en 2015, contando con la división de sus adversarios en la centro-derecha y la derecha, mientras pierde votos hacia la izquierda, Nicolás Maduro, en Venezuela, no logra ni la estabilización económica ni la política y Rafael Correa debe ceder al FMI y enfrentar una oposición de los movimientos indígenas, sindicales y ecologistas mientras la derecha clásica conserva el control de las clases medias de las grandes ciudades, y hasta en Uruguay el Frente Amplio podría perder su mayoría.
Lejos de ser, como creen algunos entre los nacionalistas de izquierda, una nueva fase, irreversible y duradera, en la lucha por la liberación nacional y los sujetos del cambio social, estos gobiernos burgueses dirigidos por sectores de las clases medias son, más bien, un momento de transición en la crisis mundial del capitalismo.
Su progresismo está además en tela de juicio. ¿Serían progresistas porque tienen una política desarrollista, con elementos de estatalismo y distribucionismo, pero que no escapa al neoliberalismo y sirve fundamentalmente a las grandes trasnacionales, a costa de los trabajadores? Preservan el capitalismo, mientras que progresista y democrático es en cambio solamente lo que aumente la confianza en sí mismos, la independencia política, la autorganización y la capacidad de autogestión de los trabajadores y favorezca su construcción como ciudadanos y no simples votantes.
Otro sector de la izquierda latinomericana, en particular argentina, recurre a Gramsci, con su categoría de la revolución pasiva, y a Trotksy, con su análisis sobre el bonapartismo sui generis, para analizar una época totalmente diferente. Gramsci y Trotsky escribieron cuando centenares de millones de personas luchaban por una revolución anticapitalista y confiaban en una alternativa socialista al capitalismo. Mussolini y Hitler fueron el resultado del temor del gran capital y de vastas capas acomodadas de las clases medias ante la amenaza de una posible revolución socialista. De ahí las chácharas anticapitalistas y antiplutocráticas y las pretensiones nacional-socialistas, sobre todo del Mussolini de la República de Saló. Ante la debilidad de los sectores burgueses tradicionales muy golpeados por las movilizaciones sociales y la carencia de una dirección revolucionaria de los trabajadores, campesinos y clasemedieros pobres de sus países, ellos construyeron estados corporativos aparentemente independientes de las clases fundamentales utilizando advenedizos y aventureros y se apoyaron internacionalmente en la Unión Soviética (Pacto de Locarno, Pacto Molotov-Ribentropp) para contrarrestar a los imperialistas principales. Lo mismo hizo el nacionalismo socializante de Lázaro Cárdenas, ante la extrema debilidad de los capitalistas mexicanos y la carencia de una dirección obrera y campesina revolucionaria y, en escala internacional, la debilidad relativa de Washington y la división entre Estados Unidos e Inglaterra, por un lado, y las potencias del Eje, por el otro. La revolución pasiva era así el subproducto del temor a la revolución socialista e internacionalmente se apoyaba sobre el relativo equilibrio de las potencias.
Hoy el capital no teme la revolución socialista, los socialistas revolucionarios a escala internacional y de cada país son una pequeñísima minoría y las clases medias y los trabajadores no son anticapitalistas sino que tratan de defender sus conquistas anteriores pero dentro del sistema y persiguen la utopía de humanizar el capital. Los aventureros e improvisados, o incluso los dirigentes sindicales que dirigen los gobiernos llamados progresistas, no se ven como enemigos del socialismo ni como agentes del gran capital, creen sinceramente en una alianza entre los capitalistas nacionales y los trabajadores y en el poder mágico del aparato estatal. No buscan engañar a los trabajadores adoptando banderas de éstos para afianzar al capitalismo, aunque de hecho los engañen. Son empíricos, pragmáticos; sin ser antimperialistas aprovechan las grietas y brechas que surgen con la pérdida de hegemonía de Estados Unidos mientras se enriquecen en la función pública y se alían sin prejuicio alguno con los gobiernos autoritarios de los países capitalistas secundarios (el BRICS) para seguir ostentando unprogresismo que expresa la debilidad del capitalismo mundial pero también el retraso político e ideológico de la inmensa mayoría de los trabajadores de sus respectivos países.
Este efímero progresismo de las carencias tiene como límite del desarrollo político de los trabajadores la agudización de la crisis económica y de la lucha de clases, que reducirá los márgenes para el clientelismo y el distribucionismo y para los que quieren jinetear caballos que tienden a ir en direcciones opuestas queriendo conciliar los intereses capitalistas con los de los explotados y oprimidos por el capital.
  • Capitalismo
    Jorge
    En este articulo, se propone, se infiere la desparicion del Capitalismo y suplantarlo por un "Nuevo"?, sistema en donde los trabajadores, obreros, agricultores, clase media, etc., no sean explotados, oprimidos por el CAPITAL. No les parece que ya hemos escuchado esa cantaleta muchas veces y hace casi 100 anos??. El resultado ha sido el "paraiso" Sovietico con sus decenas de millones de muertos y eso antes de la 2 Guerra Mundial, su posterior bancarrota y desmembramiento. El resto, Nor Corea, Cuba, Venezuela, son acaso ejemplos ilustres? a seguir?. No se menciona la Revolucion tecnologica que vivimos, la automatizacion, informatica, etc, lo cual ha causado cambios economicos dramaticos, entre ellos disminuir ostensiblemente el numero de trabajadores sindicalizados, principalmente en el 1er y 2nd Mundo. No hay que pensar en modelos caducos, inservibles, hay que renovarse y buscar viables soluciones. Atentamente
  • comentario
    carlos
    articulo con vision parcial, que niega la realidad de los acontecimientos verdaderos.
  • Comentario
    José María González lara
    Con una base social relativamente organizada, los gobiernos "progresistas" tienen poco margen de maniobra ante los embates del gran capital y sus gobiernos. La organización popular no debe ser una intención, sino una política de Estado de los gobiernos "progresistas".
  • MÁS CLARO NI ...
    CARLOS GUEVARA
    EL HECHEVERRISMO YA NO EL EL CARDENISMO, EL PERONISMO, EL GETULISMO ESTÁN DE VUELTA EN AMÉRICA LATINA COMO UN CANTO DE SIRENAS DE LOS QUE VEN EL CAMBIO UNA ESPERANZA, PERO LOS LIDERES DE LA SUPUESTA IZQUIERDA COMO EL PRD Y MORENA EN MÉXICO, EL PT EN BRASIL Y EL KIRCHENISMO SÓLO ADMINISTRAN LA CONTINUIDAD DEL CAPITALISMO, LO PROPIO HACEN LOS CRÍTICOS DEL NEOLIBERALISMO QUE PREDICAN TODO EL TIEMPO QUE ES EL RESPONSABLE DE LA TRAGEDIA DE LOS TRABAJADORES Y DE SUS PAÍSES RESPECTIVOS. EN ESTA LÓGICA DICEN: CAMBIAR EL NEOLIBERALISMO SERÍA VIVIR EN EL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES. SIN EMBARGO, EL COMÚN DENOMINADOR DE LOS PROGRESISTAS ES SU PATERNALISMO HACIA LOS EXPLOTADOS, MANTENERLOS DESMOVILIZADOS Y EVITAR A TODA COSTA SU POLITIZACIÓN. NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER, PERO PARA ESO ESTÁN LOS MEDIOS PARA REPETIR MENTIRAS MILES DE VECES Y SE CONVIERTAN EN VERDAD COMO LO HACIA EL NACISMO. LE AGRADEZCO POR SU ARTÍCULO. PODRÍA ESCRIBIR ALGO SOBRE LA ILUSIÓN DEL CARDENISMO.
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  • un cuestionamiento sin autocrítica
    Adrián
    si bien el diagnóstico es correcto, la conclusión carece de una mínima congruencia, ¿cómo el "progresismo" puede ser un fracaso cuando la defensa de las conquistas es el objetivo de las masas, acaso puede hablarse de lucha de clases cuando no existen actores "proletarios" con un proyecto mínimo frente al predominio capital? críticas como estas sólo generan desencanto en los gobiernos "progresistas" presentanto falsas salidas al vacío lo que lleva a disyuntiva de plantear la renuncia a cualquier mejora o la imposibilidad del cambio.
  • Socialismo o barbarie
    Lázaro
    El socialismo es una utopia que tenemos que construir, la barbarie capitalista ya la estamos viviendo. La clase trabajadora efectivamente esta retrazada e ideologica y politicamente. Como empezar organizar alas masas. ¿Qé hacer? decia Lenin.

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