EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

viernes, 24 de noviembre de 2017

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México SA Videgaray: no se hagan bolas Quita capucha; oculta mano Inflación: Carstens despistado Carlos Fernández-Vega
A l ya clásico no se hagan bolas de Carlos Salinas de Gortari, ahora Enrique Peña Nieto suma su andan bien despistados todos, en referencia al destape de José Antonio Meade por cortesía de Luis Videgaray, quien por el arco del triunfo, un día sí y el siguiente también, se pasa a su presunto jefe con todo y protocolos. Y si en enero de 1994 –con el alzamiento zapatista a flor de piel– el innombrable sentenció que hay un solo candidato (Luis Donaldo Colosio), a estas alturas el actual inquilino de Los Pinos asegura que el PRI no elige a sus candidatos por aplausos y elogios (sino por dedazo, le faltó aclarar). El primero de los pronunciamientos referidos terminó en tragedia, con el asesinato de Colosio y el fortuito ascenso de Ernesto Zedillo; el segundo pinta para farsa, porque si alguien ha golpeado, jugado sucio e impulsado una grilla barata en contra de otros suspirantes tricolores al hueso mayor ese ha sido Luis Videgaray, con especial dedicatoria al ex gobernador de Hidalgo. Ahora que, independientemente de lo anterior, José Antonio Meade (quien fue al estilista y ya se peina), si bien no tiene un pelo de tonto, carece de los inagotables atributos que el azucarado Videgaray le atribuye, siempre con la mira puesta en mantener la preeminencia que ha tenido en el sexenio peñanietista y con ganas de cobrarle la factura a su amigo del ITAM para conservar el mando real tras bambalinas. Entonces, como en el caso de la Márgara (si quiere llegar a alguna parte debe sacudirse al tal Jelipe), en el de Meade el mayor favor que él mismo puede hacerse es quitarse de encima a Videgaray. Después de su empalagoso panegírico al todavía Secretario de Hacienda y las reacciones que ello generó, Luis Videgaray aseguró que no destapó a Meade y en un tuit sostuvo que ayer tres secretarios impartieron conferencias en la cancillería, y a los tres los presenté con calidez, gratitud y reconocimiento a su talento y trayectoria. No hay que confundir eso con otra cosa. Las decisiones políticas se tomarán dónde deben tomarse. Y tan tan, según él. La parte medular del panegírico de Videgaray dice así: “bajo el liderazgo de José Antonio Meade, hoy el país tiene rumbo, estabilidad y claridad en las decisiones de política económica; lo conozco desde hace muchos años y puedo ser testigo fiel, no solamente de su inteligencia notable, de su extraordinaria preparación y experiencia, sobre todo de sus valores, siendo el más importante de todos la integridad y el patriotismo, que a final de cuentas es el amor a México en que cada una de sus responsabilidades de su larga trayectoria en el gobierno… Es el único mexicano, junto con Plutarco Elías Calles, en ocupar cuatro secretarías distintas en dos gobiernos diferentes, y que hoy conduce con inteligencia, disciplina, patriotismo y visión de Estado la política macroeconómica de México”. ¡Zas! (gracias por recordar el Maximato) Entonces, ¿no es destape? ¿Quita la capucha y esconde la mano? ¿Qué trato habría dado, por ejemplo, al chino de Hidalgo, su enemigo sexenal, de quien sólo habla pestes, entre ellas, el profundo rechazo y desagrado que, según él, Osorio Chong provoca en el círculo íntimo del salvaje de la Casa Blanca? Para llegar a la verdad, el diccionario de la lengua española nos echa una manita con las siguientes definiciones. Seleccionen la buena: Elogio: alabanza de las cualidades y méritos de alguien o de algo. Panegírico: en oratoria, discurso o sermón en alabanza de algo o de alguien; elogio enfático de algo o de alguien. Compañerismo: vínculo que existe entre compañeros; armonía y buena correspondencia entre compañeros. Amistad: afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. Amancebamiento. Merced, favor. Afinidad, conexión entre cosas. Pacto amistoso entre dos o más personas. Deseo o gana de algo. Personas con las que se tiene amistad. Amor: sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. Tendencia a la unión sexual. Blandura, suavidad. Cuidar el jardín con amor. Persona amada. Para llevarle un don a sus amores. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella. Apetito sexual de los animales. Voluntad, consentimiento. Convenio o ajuste. Relaciones amorosas. Objeto de cariño especial para alguien. Expresiones de amor, caricias, requiebros. Destapar: quitar la tapa o el tapón a algo. Descubrir lo que está oculto o cubierto. Dar a conocer el nombre del tapado (persona que tiene el apoyo de otra para ser promovida a un cargo). Dar a conocer habilidades, intenciones o sentimientos propios no manifestados antes. Futurismo: actitud que se caracteriza por especular, sin base científica, sobre el futuro (…) Electoralismo. Oportunismo: actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias que se ofrecen y sacar de ellas el mayor beneficio posible. Oportunismo político. Entonces, ¿cuál es la respuesta correcta? Ustedes dirán. En vía de mientras, el que se hizo bolas y se despistó fue Agustín Carstens, quien una vez más falló en su pronóstico inflacionario. A lo largo del año insistente fue su pronóstico en torno a la inminente reducción de precios para retomar niveles normales (más-menos 3 por ciento). Pero a escasos días de su partida a Basilea, Suiza, el doctor Carstens fue notificado (cortesía del Inegi) que en la primera quincena de noviembre “el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un incremento de 0.92 por ciento, alcanzando una tasa anual de 6.59 por ciento. En el mismo periodo de 2016 los datos fueron de 0.77 por ciento quincenal y de 3.29 por ciento, respectivamente. El propio Inegi informó que en igual periodo el índice de precios de la canasta básica se incrementó 1.92 por ciento, con una tasa anual de 9.25 por ciento (cuatro veces más que en 2016). Y para 2018 el aumento a los salarios mínimos apenas libró 3.9 por ciento. Las rebanadas del pastel Brutal la estadística a propósito del día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: en México casi siete de cada 10 de ellas ha sufrido algún tipo de violencia. De 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el país, más de 30 millones ha sufrido violencia –de cualquier tipo y agresor– alguna vez en su vida. ¿Y la autoridad? Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

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