EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 30 de enero de 2016

Mexico SA

México SA Nostalgia por 2015 Promesas y realidad Misión cumplida (II) Carlos Fernández-Vega
C on una buena dosis de nostalgia esta columna recuerda que allá por finales de 2014 el inquilino de Los Pinos y su ministro del (d) año se comprometieron a realizar un esfuerzo adicional para que 2015 fuera recordado como el año de la austeridad, del crecimiento económico impulsado por las reformas estructurales, de los ingresos petroleros garantizados por las coberturas contratadas y del cero endeudamiento público adicional. Lo anterior, precisaban en aquel entonces, era no sólo muestra de la solidez económica del país, sino –especialmente– producto de la responsabilidad con la que manejan las finanzas públicas nacionales en medio de un mundo zarandeado por una crisis que no termina de digerirse ni retirarse (aunque muchos piensan que sólo reculó para agarrar mayor vuelo). Esos fueron (entre muchísimos más de dulce, chile y manteca) los compromisos asumidos por el dúo dinámico en la antesala de ese magnífico 2015 que prometieron. Sonaba maravilloso, celestial, pero, como dice el clásico, no hay plazo que no se cumpla ni realidad que lo aguante. Y ese año ya concluyó. ¿Qué sucedió en ese paradisiaco 2015? ¿Coincidieron compromisos y realidad? ¿Por fin cumplieron la palabra empeñada? ¿Trascendieron el discurso y lo aterrizaron en hechos? Pues bien, como se trataba del año de la austeridad, el gasto gubernamental total se incrementó 5.2 por ciento en términos reales, y 5.8 por ciento en términos reales el destinado a servicios personales (léase nómina burocrática); como era el año del crecimiento económico, a duras penas éste fue de 2.5 por ciento, una tercera parte por debajo de lo anunciado originalmente, mientras los positivos efectos de las famosísimas reformas estructurales siguen brillando por su ausencia; como era el año de los ingresos petroleros garantizados, éstos se desplomaron 33 por ciento; y, en fin, como era el año de cero endeudamiento público, el saldo de la deuda del gobierno federal se incrementó 14 por ciento y el del sector público federal 17.5 por ciento. Entonces, obvio es que cumplidor, lo que se llama cumplidor, el citado dúo dinámico no es. Y todas las cifras y proporciones que se mencionan son de la mismísima Secretaría de Hacienda (a cargo de uno de los prometedores), contenidas en los Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al cierre del cuarto trimestre divulgados ayer por la propia dependencia del Ejecutivo (o al revés). Mientras el dúo dinámico rearma su creativo arsenal de discursos, compromisos y promesas, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, reporta que la globalización de la economía ha impactado en la organización de los mercados regionales, nacionales e internacionales, de tal manera que la generación de empleos y los niveles de ocupación son aspectos que se ven influenciados no solamente por las variables inherentes a los mercados domésticos, el movimiento de capitales a escala mundial. La relaboración de las cadenas productivas son factores externos que han permeado las relaciones económicas en varios niveles, entre ellas la evolución del mercado laboral. En las décadas más recientes si bien la aplicación de la política económica ha permitido un control de ciertas variables macroeconómicas como la inflación, ésta también ha puesto en evidencia un ritmo lento de crecimiento en la economía mexicana además de los problemas estructurales en cuestión de empleo. El CIEN detalla que durante el pasado mes de noviembre el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) aumentó 2.7 por ciento a tasa anualizada, medido con cifras originales, por lo que en el acumulado de los primeros once meses de 2015 el IGAE se incrementó 2.5 por ciento con respecto al mismo período del 2014. Las actividades terciarias (3.3 por ciento) y las primarias (3.2) fueron los principales apoyos para que la economía mantuviera un ritmo de crecimiento positivo a lo largo de 2015; en contraste, el sector secundario exhibió un incremento marginal (uno por ciento) derivado de la recesión en la que se encuentra inmersa la minería, así como por un menor flujo de exportaciones automotrices y una industria de la construcción que ha perdido dinamismo en los últimos meses. El buen desempeño de las actividades terciarias se basó principalmente en los resultados exhibidos por el comercio y los servicios de transporte que en noviembre pasado registraron un incremento anualizado de 4.1 y 6.6 por ciento, respectivamente, de tal forma que su crecimiento acumulado para ambos renglones (enero-noviembre de 2015) se ubicó por encima de 4 por ciento (4.6 en el comercio y 5.4 en los transportes). No obstante, otras actividades del sector terciario acumularon cifras menos alentadoras como en el caso de los servicios educativos (0.8 por ciento) y los financieros (1.9), apunta el CIEN. La variación positiva del comercio refleja los incrementos observados en las actividades comerciales al por menor y al por mayor, las cuales en noviembre pasado exhibieron tasas de crecimiento anualizadas positivas de 5.7 y 4.4 por ciento, respectivamente. Sin embargo, la tendencia del comercio al por mayor reporta una trayectoria a la baja, situación que podría impactar en forma negativa la evolución de la actividad comercial en los próximos meses. Por otro lado, la tasa de desocupación durante el último mes del 2015 se ubicó en 4 por ciento, ligeramente superior al 3.8 por ciento observado en el mismo mes de 2014. De acuerdo con el CIEN, dicho incremento en la población desocupada se da en conjunto con una menor generación de empleo formal, ya que, según lo detalla la estadística del Instituto Mexicano del Seguro Social, durante 2015 se dieron de alta 644 mil 446 trabajadores en esa institución, lo que representa una caída de 9.8 por ciento con respecto de las alzas registradas en 2014. Así, concluye el citado centro de investigación, la economía nacional debe exhibir un ritmo de crecimiento más acelerado para atender satisfactoriamente la demanda laboral. Las actividades terciarias por sí solas difícilmente podrán dar el impulso necesario para incrementar el dinamismo económico, más aun cuando el entorno de negocios está permeado de incertidumbre. Las rebanadas del pastel De Los Pinos con amor: misión cumplida; lo tenemos; ya liberamos a Moreira. Twitter: @cafevega D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

Dinero

Dinero Prefieren capitalino a chilango En busca de un gentilicio Para muchos, siempre serán chilangos Enrique Galván Ochoa
L a capital del país, sin consultar a sus habitantes, pasó a llamarse Ciudad de México, en vez de Distrito Federal. Preguntamos en nuestra encuesta de la semana: ¿qué gentilicio te gustaría? Fueron propuestos más de 100, unos en serio, otros divertidos, inclusive un tuitero propuso el de amlosajón. Metodología Enviamos la encuesta a las redes sociales Twitter y Facebook, así como a los buzones de correo de los integrantes de El Foro México. Participaron 3 mil 80 personas, de las cuales mil 306 corresponden a El Foro, 753 a Facebook y mil 21 a Twitter. A continuación se reproducen algunos comentarios. El Foro México Me gusta capitalino, pero lo preocupante es el fondo de todo esto. Margarita Carbajal Huerta/Ciudad de México Me gusta chilangos, no sé si es irreverente, sería mejor. Lo que es fatal es que Mancera lo quiera dejar según sus arreglos, ¿no era todo para que seamos considerados ciudadanos de primera? Y nos tratan como de quinta. Georgina Calderón Aragón/Ciudad de México Capitalin@s, chilang@s, mexiqueñ@s, o bien, basílic@s. (En honor al Papa). Alejandro Bernal Loera/Torreón Aunque no se escuche muy armonioso ni tenga un gramo de gentil, el gentilicio ya lo tienen desde siempre: chilangos. ¿Peyorativo? Ni tanto, recuerden a los de Culiacán. José Luis Morales/Ciudad Victoria Creo que debería dárseles el gentilicio de citadeños. Orlando Gil Salinas/Mérida Yo creo que nos quedaría muy bien los imecas, porque aquí en la capital se genera siempre la contaminación… Armando Balleza González/Ciudad de México Para los que habitamos esta entidad y no tenemos ningún cargo público nos podrían llamar nazarenos capitalinos y para todos aquellos de la clase política corruptolandia capitalina. Así que propongo dos nombres, para poder definir quién es quién. Miguel Ángel Roa/Ciudad de México Independientemente del gentilicio. ¿A quién beneficiará el nuevo estado? ¿Se va acabar la corrupción, se mejorará el transporte público, se taparán los baches, se le dará más atención a las colonias populares y no nada más a las de los ricos? ¿O será únicamente para crear nuevos puestos políticos, desde gobernador hasta el último puesto de la gran burocracia a la que nos tienen acostumbrados? José Nájera Rodríguez/Playa del Carmen Facebook Ahora Mancera podrá ya ser gobernador de un Estado más; para los ciudadanos de a pie seguramente muchos trámites y pagos para actualizar nuestros documentos personales y profesionales. Ulises Blaz/Ciudad de México Hacen modificaciones absurdas para que digamos que hizo algo porque para desempeñar el trabajo que le corresponde, no tiene ni idea (me refiero a la mayoría de los que ostentan un nombramiento de una actividad al servicio del estado). María Amézquita/Ciudad de México Falta difusión de los cambios reales y que nos garanticen que no lo hacen por mero negocio (como con el tema de reemplazar placas). Jaime Nietes/Ciudad de México De todas las cosas de las que hacen lo que quieren, esta es la que menos afecta a la ciudadanía. Lali de la Cruz/Villahermosa ¡Pues pa’ mí siempre será mi querido DF! Lo demás que se lo lleve el viento. Martha San Germán/Tlaxcala Pienso igual, puro capricho gubernamental sin consultar al pueblo, estamos peor que pintados. Daly Catalán/Ciudad de México Twitter Ya existe el gentilicio para los habitantes de la ciudad de México, desde antes de la llegada de los españoles y es mexica. Compa México Libre @Re_Evolución ¡Agachones! Nos cobran el 2° piso, nos ponen reglamento de tránsito abusivo, cierran calles, nos prohíben uso del zócalo. Norma Sosa @momososa Pusilánime porque nadie se ha quejado de que no nos preguntaran a la ciudadanía si se debió cambiar de DF a CDMX. Louise Marie Simmons @LouisedeMolina Traficalense o Fotomultense. Un Mal Rockanrolero @ChiaXolotl Pueden sacar al ranchero del rancho pero jamás le pueden quitar lo ranchero. O sea que no cambia nada. Siempre serán #Chilangos. @Nexxus7 Twitter: @galvanochoa Facebook: @galvanochoa galvanochoa@gmail.com • Foro: http://elforomexico.com/encuestas/ Subir al inicio del texto

701 en Forbes

701 Ilán Semo
C uando la revista Forbes enlistó las mil principales fortunas del mundo en 2009, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, apareció sorpresivamente en el lugar 701. La sorpresa no se debió tanto a los montos de dinero que se le atribuían, sino al paroxismo que lo situaba junto a quienes habían hecho su capital por obra de la innovación tecnológica (Bill Gates), el conocimiento de (y la intuición sobre) los mercados de valores (Warren Buffet), la capitalización de ventajas competitivas (los monopolios de Slim) o el reorden de las estrategias comerciales (Michael Sprout), todos ellos empresarios de un éxito desorbitado y, sobre todo, representantes de auténticos arquetipos y paradigmas de la era en que el discurso de los mercados nutre su imaginación con el espectáculo del empresario-celebridad, el empresario-filántropo, el que ha doblegado las circunstancias que se interponían en su camino, recurriendo a los medios legítimos –o supuestamente legítimos– que el mercado vuelve disponibles. La biografía social y política de la fortuna #701 era, sin embargo, notablemente distinta. Del todo distinta, digamos. Las industrias del narcotráfico se desarrollan en el rigor de la omertá –silencio o muerte. Son la fábrica misma de la no ley. Representan el sinónimo de una violencia llevada al grado de la indecibilidad. El sinónimo del mercado como gran máquina de guerra. Y sin embargo, no hay nada sorprendente en el principio que llevó a Forbes a establecer esa involuntaria semejanza. En un mundo en el que uno de sus valores supremos reside en la máxima: qué más da lo que uno es; lo único relevante es el poder de qué y cuánto tienes, El Chapo o cualquiera de los grandes jefes narcos merecen un lugar destacado y absurdamente legítimo. La ironía es que todas las noticias sobre la vida de El Chapo indican que simplemente no contaba con ese poder (¿o no podía ejercerlo?). Un billonario que vivía y huía en lugares marginales. Un auténtico y romántico Don Juan… sin puntería certera. Un hombre duro… armado de un teléfono rosa, y una historia ya épica y edípica de quien rinde su imperio por un corazón desecho. Tal vez, como dijo Capone de sí mismo al ingresar a la cárcel, El Chapo resume la fabulación del desaforo mítico popular: un fantasma creado por millones de mentes (En palabras de Capone: I am spook born of a million minds). Lo que no está en duda es el orgullo que le mereció el reconocimiento del lugar 701 en la lista de Forbes, número con el cual grabó las pistolas que regaló a sus allegados, camisetas y mantas. Hasta el gorro que llevaba en su traje de prisión en el segundo arresto. Sea como sea, esa lista contiene otra semejanza latente, radical y esencial, sobre la que valdría la pena deliberar. Cuando hoy se habla sobre la violencia, aquello que de inmediato nos produce rechazo y despierta la condena y la impugnación, se trata de un tipo de violencia que se podría llamar objetual: un crimen, un secuestro, un enfrentamiento con la policía en la calle, soldados avanzando sobre una aldea, etcétera, pero hay otra forma de violencia , que abarca una cantidad innumerable de víctimas, y que ni siquiera se enuncia como tal. Cuando una compañía de transgénicos arrasa con los modos de vida de poblaciones enteras o la banca internacional sume a un país en la devastación económica para preservar sus índices de acumulación, nadie habla de violencia. Los argumentos son incontables: la racionalidad del sistema, los efectos secundarios, el mal menor. Que cientos de miles pierdan el trabajo súbitamente o se vean obligados a emigrar por millones a Estados Unidos por el movimiento de los flujos económicos parece hoy parte de la naturaleza de las cosas. Ni hablar de las guerras locales y silenciosas propiciadas por las industrias mineras (como las que se encuentran en la cercanía de Ayotzinapa). Es ésta violencia sistémica que nunca se enuncia como tal y que cobra la mayor cantidad de víctimas, la que conforma el subsuelo de lo no dicho, frente a la cual las derivas del narcotráfico representan un pie de página. No es casual que quienes ejercen una violencia que existe más allá del derecho que legitima a la violencia sistémica, por ejemplo, el gran delincuente, despierten secreta o no tan secretamente la admiración popular, no por sus acciones, por más ominosos que sean sus fines, sino porque desenmascara la hipocresía inscrita en el silencio de la violencia sistémica. Una violencia que hoy ampara en México no sólo las leyes desnudas del mercado sino el centro mismo del Estado. Habría que reírse simplemente de todas esas celebraciones que festejaron la detención de El Chapo como si fuera el enemigo número uno. El Chapo es sólo la traza de lo que está fuera de la ley. El enemigo número uno –al menos del fallido intento de nuestra liminar democratización– se encuentra en quienes respaldaron de manera unánime al ex gobernador de Coahuila cuando fue detenido en España por lavado de dinero. Esa contraparte esencial de la política que ha hecho del crimen organizado no sólo una fuente de negocios, sino una técnica de gobierno en casi todo el país. Subir al inicio del texto

L a banalidad de la politica: España, partidos al borde de un ataque de nervios

La banalidad de la política: España, partidos al borde de un ataque de nervios Marcos Roitman Rosenmann
P or el momento hemos podido saber, más allá de las rondas de conversaciones entre el rey Felipe VI y los líderes de los partidos con representación parlamentaria para designar candidato a presidente de gobierno, que unos no pueden y los que quieren no tienen apoyos para ser envestidos. Lo dicho ha desatado especulaciones y abierto una situación inédita: formar gobierno supondrá acuerdos a muchas bandas. Las opciones van de un gobierno en minoría y con apoyos a un gobierno de coalición con pactos puntuales. Se atisba una legislatura breve de transición para recomponer fuerzas y preparar el escenario para una nueva fiesta de la democracia. Mientras tanto, el espacio público de lo político se deteriora y banaliza. Campo de fuerzas de las alternativas y opciones, la política se ha transformado en un ir y venir de actores mediocres, donde lo relevante es mostrarse sagaz, lograr la atención de las cámaras y medios de comunicación social. En otros términos, mantener la iniciativa aunque sea mediante fórmulas espurias de propuestas cuyo objetivo es provocar mucho ruido. Una puesta en escena para una sociedad despolitizada, desideologizada y, sobre todo, gregaria, como la española. Los ejemplos son varios. Los debates se centran en quién y cómo se distribuyen los asientos del Congreso para tener primeros planos, poniendo en cuestión la labor del Legislativo. Tan banal como discutir si ir en el asiento delantero de un coche o en la trasera es un menosprecio del conductor. Asimismo, se estudian poses y actuaciones sobrevenidas en comparecencias públicas. Se opta por descalificar la vestimenta, el corte, pelos o los peinados. Aunque pasan desapercibidas las meteduras de patas de los nuevos diputados. Portavoces que renuncian a privilegios inexistentes, otros que no saben cuántos miembros componen la cámara y algunos que desconocen la existencia de comisiones de trabajo. La política muta en voyerismo social. Utilización del espacio público para reivindicarse asimismo, apelando a sentimientos y emociones propias de la esfera privada. Cómo vive, sus gustos culinarios, restaurantes, preferencias literarias, aficiones, manías y otros pormenores que no agregan ni definen la actividad política. No discutimos que las emociones están presentes en el quehacer político, pero su rol es secundario. El amor, odio, pasión, alegría y condición sexual responden al ámbito privado. Allí juegan un rol protagónico. Al trastocar los principios de uno y otro espacios, nos encontramos con gentes mediocres que no hacen política y sólo les mueve el interés y la vanidad personal. Lo público resulta un juego, una pose, una mentira que se proyecta como marca y reafirma en las emociones. El infantilismo puesto en escena se expande, y cada quien busca salir a escena con ideas, declaraciones y propuestas. A esta cita no faltan los ex presidentes de gobierno Felipe González y José María Aznar. Su presencia da un toque extemporáneo al debate, acuñan discursos apocalípticos, llaman a la unidad de los españoles, se confiesan demócratas de toda la vida y se convierten en adalides de la Constitución y piden serenidad para frenar el avance del populismo chavista-leninista, representado en Podemos (sic). En esta línea, el portavoz del Partido Popular, Rafael Hernando Fraile, señala que los enemigos de la democracia han entrado en las instituciones y el Congreso, quieren dar un golpe de Estado chavista e implantar una dictadura para acabar con la prensa libre y la propiedad privada. En la histeria colectiva, Felipe González propone la fórmula antes criticada a Podemos de nombrar presidente de gobierno a un personaje no electo, capaz de poner orden, en este caso, Javier Solana, ex secretario general de la OTAN. Los desatinos van y vienen. Unos y otros se culpan de no responder a sus WhatsApp. Como novios enfadados, se recriminan la ruptura y no buscan citas para la reconciliación en el lecho de amor. Todos, sin excepción, buscan salir bien en la foto. Mientras esta orgía de poder desata pasiones, Podemos se declara el único garante para un gobierno de progreso, proponiendo nombres y ministerios a troche y moche. La política se convierte en un esperpento. Si se me permite el símil, estamos en presencia de un partido de futbol. Las estrellas quieren brillar, ser protagonistas, sentirse queridas por la afición. En el campo despliegan filigranas y regates, codazos, escupitajos, insultos y juego sucio. Se tiran en el área para engañar al árbitro y conseguir que se pite un penalti inexistente. Otro aparenta una falta grave y espera que el supuesto infractor sea expulsado del terreno de futbol y jugar con ventaja. Si van ganando hacen tiempo, si van perdiendo azuzan a la afición. Conocemos maniobras, diálogos, dimes y diretes, pero en definitiva, hoy por hoy, no hay candidato viable. En ese sarao siguen destapándose casos de corrupción, lo cual emponzoña aún más el escenario. El Partido Popular está entre las cuerdas y no consigue que nadie lo apoye o se abstenga para conseguir gobernar. No tiene opciones. Es un partido apestado y quien le tienda una mano será cómplice de su corrupción. Pero lo importante, aunque las cosas están medianamente claras, indican que habrá pacto de legislatura. Convocar elecciones no es opción a corto plazo. Las encuestas realizadas muestran pocos cambios. Diputados más o menos, el escenario no se vería trastocado. En la coyuntura podemos afirmar que la banalidad de la política en España hace irrelevante quién sea presidente de gobierno, más allá del protagonismo mediático. Ni gobierno de cambio ni de progreso, ni izquierda renovada. Banalidad pura y simple. Los poderes reales en España gozan de salud excelente. 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viernes, 29 de enero de 2016

Estados Unidos, ¿una nacion excepcional?

Estados Unidos, ¿una nación excepcional? Sergio Rodríguez Gelfenstein
Barómetro Internacional Desde un tiempo hacia acá, la prepotencia imperial ha cobrado nuevos impulsos. Este marco da pie al carácter grotesco que significan algunos hechos de la cotidianidad. Durante el mandato del primer presidente negro de Estados Unidos, se ha producido la mayor oleada de asesinatos de carácter racista de la historia reciente de ese país. Hasta el sacro santo Hollywood ha comenzado a hacerse eco del rechazo a la segregación nuevamente desbordada de la sociedad, el destacado director Spike Lee y los afamados actores Jada Pinkett y Will Smith han dicho que no van a asistir a la entrega de los Premios Oscar en protesta por el racismo presente en la industria del cine. En la consumación de la idea, el crítico argentino Diego Lerer opina que “Los ejecutivos de marketing piensan que las películas para ‘minorías’ son las de acción y las comedias y las de prestigio son las otras: Room, Brooklyn y Spotlight, por ejemplo, y que son blancas como la nieve”. Ese mismo presidente que para vergüenza del comité noruego recibió el Premio Nobel de la Paz ha involucrado directa o indirectamente a su país en más conflagraciones y conflictos que todos sus antecesores desde la segunda guerra mundial. Su hipocresía y dotes histriónicas lo llevaron a derramar lágrimas cuando presentaba sus propuestas respecto del control de armas en un Congreso de mayoría republicana que ha rechazado una y otra vez tales medidas. Debería aceptar que las dos cámaras del parlamento estadounidense cayeron en manos de los sectores más reaccionarios y retrógrados del país, precisamente por la ambigüedad característica de sus decisiones. Estos elementos de análisis solo sirven como punto de partida para intentar entender la soberbia del mandatario estadounidense cuando el 16 de septiembre pasado durante una Mesa Redonda de Negocios que reunió a los jefes de las mayores corporaciones de su país, expresara que “No hay ningún país, incluida China, que nos mire sin envidia en este momento”. Me pregunto ¿De qué podemos sentir envidia?, ¿de su espíritu racista y asesino?, ¿de su idolatría por las armas y la violencia?, ¿de su afán guerrerista y destructivo? En el trasfondo, persiste en la elite estadounidense una acendrada idea respecto de una supuesta “excepcionalidad” de su país en torno a la cual, demócratas y republicanos no se diferencian. Hace cincuenta años el sociólogo y profesor emérito de la Universidad de California en Berkeley, Robert Bellah explicaba que la separación de iglesia y Estado en su país, no ha privado a la clase política de una dimensión religiosa que hace que Estados Unidos sienta la obligación de “materializar la meta trascendente de hacer valer la voluntad de Dios en le Tierra”. La Declaración de Independencia contiene cuatro referencias a Dios y el primer discurso de George Washington como presidente está invadido de terminología religiosa, sin hacer referencia a ningún culto en particular, ni siquiera al cristiano. En ese sentido, la “religión estadounidense consiste en cumplir una misión”, que según ellos sería hacer posible un mundo mejor, de lo cual deriva la idea de que para los ciudadanos de ese país la nación vino a sustituir el papel que juega la religión. La nación es una religión en sí misma. Dicho de otra manera, mientras para la mayoría de los habitantes del planeta, la nacionalidad está vinculada a una historia común, cultura y costumbres similares, para los estadounidenses es una cuestión ideológica-religiosa. Esto es lo que explica que el tema se haya transformado en ámbito de debate entre las potencias. Estados Unidos pretende sustentar su supremacía en esa “excepcionalidad divina” que le permite identificarse a sí mismo, pero sin lograr que el mundo lo acepte como superior. En esa necesidad de auto afirmación, el presidente Obama, acaba de aseverar en su discurso ante el Congreso, el pasado 12 de enero, que “la gente en el mundo no busca en Moscú o Beijing un liderazgo, nos mira a nosotros”. Antes, en septiembre de 2013 al acusar al gobierno de Siria de usar armas químicas ilegales, lo cual como casi siempre nunca pudo demostrar dijo que “…cuando con modesto esfuerzo y riesgo, podemos lograr que los niños dejen de ser atacados con gas hasta la muerte y poner a nuestros propios hijos más seguros a largo plazo, creo que debemos actuar. Eso es lo que hace diferente a Estados Unidos. Eso es lo que nos hace excepcionales”. Nunca la idea de excepcionalidad ha venido de opiniones externas, sino de autoalabanzas propias de mentes religiosas extremistas y fanáticas, que solo sirven para justificar la invasión, la destrucción y el exterminio de países y pueblos en todo el mundo. En aquella ocasión, su demencial alocución fue respondida por el presidente ruso Vladimir Putin, quien en un artículo publicado en el New York Times en fecha tan simbólica como el 11 de septiembre de ese año 2013, señalaba su desacuerdo con la idea de excepcionalidad estadounidense manifestada por Obama. A juicio de Putin, “es extremadamente peligroso animar a la gente a verse como algo excepcional, sea cual sea la motivación”. Putin recordó que “Hay países grandes y pequeños, ricos y pobres, los que tienen una larga tradición democrática y aquellos que aún están buscando su camino hacia esa democracia. Sus políticas son diferentes también. Todos somos diferentes pero cuando pedimos la bendición de Dios no debemos olvidar que nos creó a todos iguales”. Exponiendo el pensamiento ultra conservador y racista predominante en Estados Unidos el analista Rich Tucker de la Fundación Heritage de Washington, explica con talante propio la idea de excepcionalidad al afirmar que, “A grandes rasgos, al decir que Estados Unidos es ´excepcional´ los americanos no afirman ser mejores que otros pueblos. Sin embargo, el país está dedicado a los principios universales de la libertad humana y se fundamenta en la verdad de que todos los hombres (no sólo los americanos, sino todos y en todas partes) han sido creados iguales y dotados de los mismos derechos. De modo que Estados Unidos es claramente distinto a otras naciones que no se definen sobre la base de la igualdad”. Putin volvió al tema durante su discurso en el 70° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en octubre del año pasado al refutar la opinión de su colega estadounidense en ese mismo escenario cuando exaltó el papel de Estados Unidos en Ucrania, Libia y Siria, países en los que la presencia directa o indirecta de Estados Unidos ha gestado verdaderos desastres humanitarios de consecuencias aún incalculables. El presidente ruso dijo que no podía evitar preguntarle a quienes causaron esa situación si se daban cuenta lo que habían hecho, y él mismo se respondía “…me temo que nadie va a contestar eso. En realidad, las políticas fundamentadas en la vanidad y la creencia en la excepcionalidad e impunidad (…) nunca han sido abandonadas”. Por su parte el canciller ruso Serguei Lavrov también ha hecho alusión al tema. El ministro de relaciones exteriores de Rusia recordó que “la excepcionalidad de Estados Unidos condujo a la humanidad a horribles catástrofes”, toda vez que esa supuesta condición ha sido utilizada como herramienta de su política exterior. Lavrov señaló que particularmente el presidente Obama ha convertido la excepcionalidad en su “lema principal”. En América Latina y el Caribe se conoce de sobra y se ha sufrido la excepcionalidad de Estados Unidos o lo que Tucker denomina “principios fundamentales de la libertad humana”. Ellos han venido acompañados de intervenciones militares y apoyo a golpes de Estado con su consabida secuela, de muertos, desaparecidos, torturados y exiliados. Su soporte ha sido la aplicación de modelos neoliberales que han conducido a extraordinarios procesos de exclusión y deterioro social. En realidad Estados Unidos ha fomentado la idea de ser un país excepcional para actuar ilegalmente fuera de sus fronteras amparado en una supuesta misión celestial que nadie le ha dado. Eso explica que en su visión infinita, hace casi doscientos años el Libertador Simón Bolívar nos alertara con su premonición “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”. Fuente: http://barometrointernacional.com.ve/2016/01/24/estados-unidos-una-nacion-excepcional/

La disputa entre dos modelos de integracion regional

América LatinaCaribe Crónica de la IV Cumbre CELAC: Español La disputa entre dos modelos de integración regional Camila Vollenweider
28/01/2016 Opinión Foto: Presidencia de la República -A+A Con un cuadro de la serie de las Manos de Guayasamín de fondo, y tras haber recibido a los representantes de los 33 países que componen la CELAC, Rafael Correa Delgado dio inicio a la IV Cumbre. El ahora ex presidente pro témpore del organismo comenzó su discurso haciendo alusión a esas manos “de dolor, de protesta, de impotencia” que reflejaban la historia de los pueblos latinoamericanos y del Caribe. Exhortó a la CELAC a cambiar el significado de las manos, para que reflejasen “alegría, prosperidad y esperanza”. Ese fue, precisamente, el mensaje de fondo de la Cumbre: fortalecer la unidad de las naciones que componen la CELAC para mejorar sustancialmente las condiciones de vida de sus ciudadanos. Correa recorrió casi todos los temas que, posteriormente, surgieron en el Debate general de los Presidentes y Jefes de Estado y de Gobierno. En primer lugar destacó, como el resto de los representantes, sin excepción, que la región está atravesando una situación económica y financiera muy desfavorable, como consecuencia de la caída del precio de los commodities y de la preeminencia de matrices productivas poco diversas, entre otros factores. Instó, por lo tanto a redoblar los esfuerzos por distribuir la riqueza de forma más equitativa, en un continente extremadamente desigual, y redoblar esfuerzos para intensificar la integración. En segundo lugar, manifestó su deseo de que la CELAC vaya progresivamente reemplazando a la OEA, por considerarla más anacrónica que nunca y, sin decirlo abiertamente, hipócrita. En este sentido, Correa recordó que la sede de este organismo se encuentra en Washington, en un país que “incumple abiertamente su carta fundacional” y que no ha ratificado ninguno de los acuerdos multinacionales en materia de Derechos Humanos. Afirmó, por lo tanto, que el desarrollo es un problema político, una consecuencia de la orientación de las decisiones de los gobiernos respecto de las distintas dicotomías que el capitalismo impone: élites o pueblos, mercado o sociedad, finanzas o producción. Por supuesto, destacó los logros de su país en la mejora de indicadores sociales y económicos y mencionó también el esperado fin del conflicto armado en Colombia como un logro del trabajo mancomunado de los países de la región. Tras varias horas de reuniones bilaterales entre los distintos países comenzó el esperado Debate de Presidentes y Jefes de Estado y de Gobierno, donde cada representante expuso su parecer sobre los ejes temáticos que habían sido consensuados con anterioridad, en la Cumbre de Cancilleres de la CELAC en noviembre del pasado año en Quito. Éstos eran: 1) La reducción de la pobreza y las desigualdades; 2) el fortalecimiento de la educación, la ciencia, la tecnología y la información; 3) el consenso sobre políticas medioambientales y contra el cambio climático; 4) la gestión de financiamiento para el desarrollo enfatizando la infraestructura y la conectividad y, 5) el desarrollo y el potenciamiento del bloque regional. Todos los mandatarios se refirieron a estos temas, aunque cada uno, en los 6 minutos previstos de disertación, ahondó en algunos de manera particular. Los representantes de los Estados caribeños, que en su mayoría disertaron al final, fueron enfáticos en la solicitud de ayuda a la Comunidad para combatir graves problemas que aquejan a esa región: Antigua y Barbuda, Jamaica, Barbados, Belice y otros señalaron que el sistema financiero liderado por los países centrales está ahogando sus economías y que la CELAC debe diseñar estrategias para matizar la capacidad de injerencia del poder financiero internacional. También solicitaron mayores esfuerzos por parte del bloque para conseguir incrementar inversiones y financiamiento para infraestructura, combate a las epidemias como el dengue y el zika, y para contrarrestar de manera eficiente los efectos adversos del cambio climático que golpea a esos países mediante catástrofes naturales. Asimismo, fueron frecuentes las alusiones de los países centroamericanos al problema migratorio, ya sea desde su rol como países con fuerte población migrante o como países de tránsito. Los representantes de los países sudamericanos introdujeron algunos otros componentes al debate, componentes que, de algún modo, pusieron de manifiesto los disensos políticos importantes entre algunos bloques al interior de la CELAC. Fue, particularmente el pedido del Ministro de Relaciones Exteriores de Haití lo que catapultó los desacuerdos más significativos. Lener Renauld solicitó a la CELAC que enviase una misión técnico-política a su país para ayudar a resolver el grave problema político derivado de las pasadas elecciones presidenciales. Señaló que la OEA en su momento había enviado una misión para observar las elecciones, y que ésta seguía en el país, en carácter de misión técnica, para evaluar la situación. Correa señaló entonces que habría que ver qué es lo que una comitiva de la CELAC podría aportar en dicha situación dado que ya había un organismo multilateral trabajando en Haití; sin embargo, dejó claro que si un país miembro estaba solicitando ayuda a la CELAC, correspondía atenderla. Mientras la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet apoyó de manera inmediata la moción de Correa, la vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti, consideró que no había que superponer esfuerzos y que la presencia de la misión de la OEA en Haití ya era suficiente y que, eventualmente, el tema podría tratarse “online”, a lo que Correa respondió: “somos 33 países que tenemos que ponernos de acuerdo”. El Presidente de Ecuador reiteró en varias oportunidades más la importancia del hecho de que la Comunidad no podía hacer oídos sordos al pedido de uno de sus miembros, aunque no terminara de aclararse qué podría aportar la CELAC siendo que la OEA estaba tomando cartas en el asunto o, como dijo el vicepresidente uruguayo, Raul Séndic, que dudaba de la capacidad de la CELAC para aportar en esta circunstancia. Finalmente se acabó consensuando que la CELAC enviaría una misión compuesta por los cancilleres de Ecuador, Uruguay, Bahamas y Venezuela, aunque quedó en evidencia que existen diferencias importantes en cuanto a la idoneidad de la OEA para resolver problemas específicos de la región latinoamericana y caribeña. Lo que está en el fondo de este debate es la disputa por los modelos de integración regional para América Latina. La CELAC y la Unasur son dos casos paradigmáticos de una nueva estructura institucional regional con una clara impronta antiimperialista, que dan cuenta de las transformaciones vividas en este siglo XXI en la región. La OEA, comandada históricamente por EEUU, que hoy tiene como portavoz y presidente a Luis Almagro pugna por no perder protagonismo mientras continua su labor de erosionar los procesos de cambio vinculados a la defensa de los intereses de los sectores más vulnerables de las sociedades latinoamericanas. Otro aspecto a destacar del debate tiene que ver con las medidas que se han de tomar para abordar los problemas económicos de la región que, como todos los representantes señalaron, afectan especialmente a los segmentos más vulnerables de la población. En este sentido, José Manuel Santos de Colombia fue el único que mencionó la palabra “austeridad”, mientras otros que implementan políticas de corte neoliberal -como Argentina, Paraguay, Perú o México- sólo mencionaron o hicieron recuentos de políticas sociales más o menos exitosas. Algunos discursos, como el del liberal Jimmy Morales, de Guatemala, o el de Michetti, fueron un compendio de buenas intenciones (combate a la corrupción, al narcotráfico, pobreza cero, etc.) pero sin ningún tipo de alusión a lo que se estaba haciendo al respecto o cómo se pensaba alcanzar esas metas. Santos fue el único que “blanqueó” que la estrategia era el ajuste. “Austeridad inteligente”, o “con corazón” según sus palabras, ya que no tienen que afectar demasiado al empleo ni a la calidad de vida de los más vulnerables, y bregó por la implementación de políticas sociales focalizadas que, aunque “difíciles, son necesarias”. La respuesta del bloque posneoliberal vino directo desde Ecuador. El Presidente Correa salió al cruce de su par colombiano cuestionando la efectividad de la austeridad y el ajuste como vía para equilibrar cuentas sin afectar la calidad de vida de la población más vulnerable. Estuvo más en sintonía con la propuesta de Nicolás Maduro de centrar esfuerzos, en 2016, para elaborar e implementar un Plan Económico Táctico Anticrisis en la región para incrementar los flujos comerciales, la solidaridad entre los pueblos y complementar las economías regionales. El razonamiento es inverso: no hay que ajustar sino que hay que diversificar la matriz productiva a partir de un esfuerzo regional conjunto de cooperación e interconexión económica sin sacrificar políticas sociales integrales. Si bien Correa intervino luego de varias disertaciones para comentar algún aspecto en su calidad de presidente pro témpore, lo cierto es que el mandatario ecuatoriano se destacó como el más radical en sus posturas y el que apuntó certeramente a tocar los temas que evidenciaban las diferencias. Ello no quiere decir que los demás sean moderados, sólo que primó, entre la mayoría, el discurso previsible (al menos en las reuniones abiertas). Los consensos fueron abrumadores en torno al apoyo del proceso de paz en Colombia, al combate al crimen organizado y al narcotráfico, la mejora de la legislación migratoria y ambiental, y los importantes avances en la relación entre Cuba y EEUU. Lo que dejó la IV Cumbre de la CELAC -ahora con su presidencia pro témpore en República Dominicana- es el consenso absoluto sobre su importancia regional, al menos en el mediano plazo. Aun así, y a pesar de algunas intervenciones que hicieron hincapié en la diversidad dentro de la unidad, es evidente que hay gobiernos que la consideran una herramienta vital para el desarrollo y la unidad de los pueblos y otros no tanto. De todos modos, la correlación de fuerzas en la CELAC sigue siendo favorable a las líneas políticas que le dieron origen y, quizás por ello, ha primado el consenso en los temas más relevantes. @mcvollenweider http://www.celag.org/cronica-de-la-iv-cumbre-celac-la-disputa-entre-dos-modelos-de-integracion-regional-por-camila-vollenweider/ http://www.alainet.org/es/articulo/175081 - See more at: http://www.alainet.org/es/articulo/175081#sthash.4PfRmqbV.dpuf

La disputa por America Latina

América Latina Español La disputa por América Latina Alfredo Serrano Mancilla
27/01/2016 Análisis 27 enero 2016. IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) 27 enero 2016. IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) - Foto: Eduardo Santillán / Presidencia de la República -A+A La IV Cumbre CELAC transcurre en la mitad del mundo (Quito, Ecuador) con el trasfondo de una América Latina en plena disputa. Los procesos posneoliberales afrontan seguramente sus momentos más complicados de los que se sucedieron a lo largo de este cambio de época. Las tensiones son cada vez más acuciantes. Son tensiones propias de las múltiples contradicciones surgidas al calor de la propia dinámica de un vertiginoso proceso de cambio. Hace algunos años, en el 2009, el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera ya alertaba precisamente sobre esta disputa para el caso boliviano, en su libro Las tensiones creativas de la revolución. Esta advertencia es hoy absolutamente extrapolable y de vital importancia para todo lo que acontece en la región. En este punto, además, es fundamental diferenciar entre tensiones fundamentales y tensiones secundarias. Las primeras son aquellas tiranteces existentes entre los bloques antagónicos de poder. El metabolismo del capital no se extingue ni desaparece con tanta facilidad como a veces se cree. Son múltiples las formas que tiene el neoliberalismo para continuar participando y siendo protagónico en la economía a pesar de que la política desee tomar un rumbo diferente para esta. A esto Mészáros, en su libro Más allá del Capital, le llama “el sistema del capital poscapitalista”. El capitalismo no se va de casa tan fácilmente aunque le indiques la salida. Se queda, se reinventa y se reacomoda. El rentismo importador es una demostración fehaciente de cómo el capitalismo responde para satisfacer la creciente demanda interna. El sector privado se injerta en el nuevo orden económico disputando buena parte de la renta (recuperada soberanamente) con una actividad económica importadora, ociosa y especulativa, improductiva, que ha usado excesivas divisas que se fueron fugando sin ningún retorno para el desarrollo interno. Así se generan círculos viciosos de la renta, que originan nuevas dificultades adentro de cada proceso. Véase el caso venezolano, o el ecuatoriano. En relación a las segundas, las tensiones secundarias, son aquellas producidas al interior del propio bloque nacional-popular, esto es, emanadas en el seno del propio pueblo, como así las llamaba el Presidente chino Mao Tse Tung. La realidad de hoy apenas tiene que ver (afortunadamente) con aquella heredada del neoliberalismo a finales de siglo XX. Se ha producido un sinfín de mejoras sociales, de mejoras en los niveles de consumo, y de alteraciones en la composición socioeconómica. Ha emergido un nuevo sentido común, aún en movimiento. El nuevo imaginario de la mayoría social va mucho más allá de la demanda de derechos básicos que se hiciera en décadas pasadas. Hay una nueva subjetividad en construcción que ha de ser analizada como tal. Esa categoría llamada pueblo no puede ser jamás concebida como una fotografía estática. La gente común de esta época piensa, se ilusiona y actualiza sus demandas. Y la nueva derecha está muy atenta a ello. Véase el caso argentino. Esta América Latina en disputa también se caracteriza porque hay otro mundo afuera, que se mueve y transita geopolíticamente a gran velocidad. El actual orden geoeconómico nada tiene que ver con el de hace unos años. Aparecen nuevos bloques emergentes. Se han diversificado las relaciones económicas a favor de los BRICS (fundamentalmente, con China). Sin embargo, el retorno de las carabelas es constante. Estados Unidos y la Unión Europea continúan firmando acuerdos de libre comercio con el bloque pacífico. Mercosur está además en plena disputa puertas adentro. La contracción del comercio mundial sirve como excusa para que los grandes empresarios brasileños y argentinos quieran acceder al mercado europeo. En ese mismo sentido, tampoco puede descuidarse el papel de las translatinas en este nuevo forcejeo a la hora de definir cuál será el mapa económico para los próximos años. Por otro lado, frente a ello, el ALBA no logra dar el salto verdadero para disputar el ámbito económico. La integración política exige de mayor relacionamiento económico para superar la actual restricción externa. Si esto no se produce, entonces, este bloque bolivariano está condenado a ser marginalizado ahora que la Alianza del Pacífico acelera su proceso de inserción dependiente con los centros de poder económico a escala mundial. En este escenario en disputa, la CELAC, como sustituto político de la OEA, también debe dar un paso adelante. Lo económico a día de hoy es demasiado importante políticamente como para darle la espalda. Hay demasiada tarea por hacer en este sentido: creación de una agencia latinoamericana de calificación de riesgo (de la deuda), implementación de nuevos mecanismos económicos de defensa frente a ataques de los fondos buitre, puesta en funcionamiento de un sistema de intercambios comerciales sin pasar por el dólar ahora que esta divisa escasea, diseño de un plan conjunto de inversión CELAC a nivel regional en sectores estratégicos, confección de un nuevo mapa de pequeños y medianos empresarios como nuevos proveedores latinoamericanos, planificación de encadenamientos productivos para crear el mayor valor agregado posible en América Latina. Son muchos los retos y desafíos económicos y políticos para evitar que América Latina sea desgajada a pedazos como así lo pretenden desde afuera. La disputa está servida. El punto de bifurcación de la región está a la vuelta de la esquina: o una América Latina balcanizada pilotada desde afuera por la hegemonía neoliberal, o por el contrario, un bloque más integrado aunque eso no quiera decir que sea monolítico. - Alfredo Serrano Mancilla es Director CELAG, doctor en Economía - @alfreserramanci http://www.celag.org/la-disputa-por-america-latina-por-alfredo-serrano-mancilla/ http://www.alainet.org/es/articulo/175054 - See more at: http://www.alainet.org/es/articulo/175054#sthash.XD6GDLWv.dpuf

Mexico SA

México SA Pemex, cerca del infarto Finanzas teñidas de rojo Videgaray: que siempre sí Carlos Fernández-Vega
E ntre el ministro del (d) año y el ejecutivo petrolero del ídem las finanzas de Pemex están al borde del infarto, porque los avezados funcionarios un día dicen que no, al siguiente que sí y al final que quién sabe, mientras las arcas de la ahora empresa productiva del Estado se vacían a paso veloz. Justo dos meses atrás, el 25 de noviembre de 2015, Luis Videgaray públicamente afirmó que, a pesar del desplome de los precios del oro negro, la dependencia a su cargo no otorgaría apoyo financiero alguno a Petróleos Mexicanos, por la sencilla razón –decía– de que su presupuesto ya está aprobado y en la reforma energética se separó del control presupuestal directo de Hacienda a Pemex, lo mismo que a la CFE. Por tanto, quien toma las decisiones financieras es su propio consejo de administración. Ese fue un objetivo de la reforma: que Pemex deje de ser una dependencia burocrática y se convierta en una empresa productiva con autogestión. Eso está ocurriendo (La Jornada, Susana González). Entonces, un riguroso no. Que el corporativo se rasque como pueda, si puede. Pero resulta que siempre sí, porque el miércoles pasado (a un año del brutal recorte presupuestal que el personaje citado practicó en Pemex) el ministro del (d) año anuncia un programa para (¡sorpresa!)… sanear las finanzas de Pemex, y entre una declaración y otra apenas medió un par de meses, por mucho que el notorio cuan vertiginoso deterioro financiero de la ahora empresa productiva del Estado acumule tres años, es decir, el tiempo transcurrido entre la presentación de la reforma energética, su aprobación por el Legislativo y su implementación, como le llaman en el gobierno federal. Dijo el ministro del (d) año: se pondrá en marcha un programa de restructuración de Petróleos Mexicanos que incluye capitalizarla con el fin de sanear sus finanzas, modificar su régimen fiscal para que sea al mismo tiempo viable para las finanzas públicas federales, y que además le ofrezca los incentivos correctos, así como imprimirle viabilidad para competir con el resto de las empresas privadas. Tenemos la mayor de las confianzas en el consejo de administración y en los trabajadores de Pemex. Y la decisión se basa en que la empresa productiva del Estado es una subsidiaria al 100 por ciento del gobierno federal y por lo tanto su situación financiera debe verse a la luz del respaldo del gobierno federal, como ocurre con cualquier empresa subsidiaria que tiene el respaldo de su empresa matriz o holding. El gobierno federal como accionista al 100 por ciento naturalmente no puede ser indiferente a esta situación y estamos listos para respaldarla. Aquí el problema es que el 25 de noviembre de 2015 Pemex también era una subsidiaria al 100 por ciento del gobierno federal, y el ministro la mandó a paseo. Caben tres precisiones: a) Videgaray anuncia la modificación del régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, es decir, el mismo que oficialmente ya fue cambiado y modernizado por la reforma energética; b) que aquello de imprimirle viabilidad para competir con el resto de las empresas privadas fue, también, motivo de la susodicha reforma aprobada por el Legislativo, en la que se subrayó que uno de los objetivos era que, como empresas productivas del Estado, era necesario que la petrolera y CFE compitan en igualdad de condiciones con los capitales nacionales y foráneos interesados en el oro negro y el sector eléctrico otrora nacional, y c) que el titular de Hacienda presuma tener la mayor de las confianzas en el consejo de administración de Pemex embona a la perfección en aquella máxima que dice elogio en boca propia es vituperio, pues el mismísimo ministro del (d) año no sólo es integrante de tal consejo, sino que es el que toma decisiones y da línea, puesto que el presidente formal de ese organismo (supuestamente) colegiado (Pedro Joaquín Coldwell) lo es de mentiritas. Modernizadas y reformadas, con el precio petrolero en el suelo y la deuda en el cielo, las finanzas de Pemex entraron en caída libre y los principales –por no decir todos– indicadores de la empresa productiva del Estado son ostentosamente de color rojo intenso, mientras su director general, Emilio Lozoya, presume que hemos hecho la tarea (todo indica que ésta era reventar a la ex paraestatal), por mucho que devolvió al Estado una buena parte de los campos petroleros explotables asignados en la ronda cero, por no tener recursos con qué hacerlos producir. Eso sí, se muestra feliz porque México importa petróleo crudo de Estados Unidos, luego de cuatro décadas de no hacerlo. Ello sin olvidar el descenso en la producción y el incremento en la importación, entre otras gracias. Algo más: desde finales de 2014, el ministro no ha dejado de presumir que el ingreso proveniente del oro negro está garantizado por la compra de coberturas petroleras, mecanismo mediante el cual –según dice– el erario se encuentra sereno y de buen humor. Pero en el mejor de los casos tal mecanismo sólo cubre la mitad del volumen exportado, de tal suerte que las arcas nacionales ni serenas ni mucho menos de buen humor, especialmente cuando ya es oficial (Inegi) que en 2015 la balanza petrolera registró un déficit cercano a 10 mil millones de dólares, el mayor de que se tenga registro. Lo bueno es que las coberturas garantizan el ingreso (el ministro dixit). Sanear y capitalizar las finanzas de la empresa productiva del Estado es el objetivo oficial, y para demostrar que hay buena voluntad, el secretario de Hacienda Videgaray se informó a sí mismo (como consejero de Pemex) que “como parte de la estrategia el pasado diciembre el gobierno federal dio a la petrolera un adelanto de 50 mil millones de pesos para empujar una restructura en el plan de pensiones de los trabajadores petroleros hacia un régimen de cuentas individuales. En principio –añadió–, a través de Nacional Financiera se realiza un programa de pago a proveedores y contratistas para no dañar la liquidez de la petrolera y mucho menos de las pequeñas y medianas empresas que le proporcionan suministros. De esta manera, Nafin asume el riesgo de la cobranza sin dañar las finanzas de las empresas”. Las rebanadas del pastel Entonces, recorte de personal, Afore para los trabajadores que sobrevivan y pago a proveedores, pero de inversión productiva todavía ni una sola palabra, es decir, la parte estratégica para solucionar el problema de fondo, la cual debe incluir el cambio de fichas en las oficinas principales de Hacienda y Pemex… Y el dolarito a 18.63 bilimbiques. Twitter: @cafevega D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto
Dinero Las apuestas no favorecen al peso Fobaproa petrolero El nuevo director de Medicina Enrique Galván Ochoa
L a comisión de cambios que integran la Secretaría de Hacienda y el Banco de México informó ayer que extenderá el mecanismo diario de subastas de dólares, ordinarias y suplementarias, por un monto de 200 millones de dólares cada una, a partir del 2 de febrero y hasta el 31 de marzo. El banco central ha vendido alrededor de 30 mil millones de dólares de sus reservas. Sin embargo, el peso ha continuado devaluándose y en días recientes alcanzó el récord de 19.10 por dólar. Parece el juego del gato que persigue a su propia cola. ¿Conseguirá recuperarse con la ampliación de las subastas? Los apostadores en el mercado de futuros de Chicago dicen que no. Apuestan a que para fin de año la cotización será de 18.50 pesos. Como hoy. La especulación Hice tres preguntas a una experta, la directora de Análisis económico y financiero de Banco Base, Gabriela Siller. 1.– ¿Suponen o creen que seguirá devaluándose el peso? –Sí, de acuerdo con las posiciones en el mercado de futuros, se espera que siga depreciándose el peso. 2.– ¿Me podrías ilustrar del modo más sencillo cómo operan los mercados de futuros de Chicago? –El mercado cambiario se mueve de acuerdo a la oferta y a la demanda, las operaciones se realizan en el mercado spot y en el mercado de futuros; éstos representan un contrato obligatorio. Al incrementarse las posiciones en el mercado de futuros que esperan que se deprecie el peso es como si en ese momento estuvieran dejando pesos y demandando dólares, lo cual hace que suba el tipo de cambio. Se le llama especulación por ser una apuesta y no tener un rendimiento seguro. Por todos los eventos externos (desaceleración de China, precio del petróleo bajo y conflictos internacionales) se espera que el peso se deprecie hasta alcanzar un nivel cercano a 20 pesos por dólar. 3.– ¿A cuánto están apostando que se cotice el dólar para el cierre de año? –En torno a 18.50 pesos. Hasta aquí lo dicho por Gabriela Siller. Pareciera que las autoridades mexicanas cayeron en el juego del gato que persigue a su propia cola. Las subastas no alcanzan a la especulación. Fobaproa petrolero Funcionarios del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial se dirigen a Azerbaiyán para discutir un probable paquete de préstamos de emergencia por 4 mil millones de dólares, en lo que posiblemente se convertiría en el primero de una serie de rescates derivados de la fuerte caída del petróleo. Azerbaiyán depende del petróleo y el gas para 95 por ciento de sus exportaciones y la debilidad de su moneda ha provocado una serie de protestas en todo el país. La visita a Baku ocurre después de una crisis monetaria provocada por la caída del crudo, y llega en medio de la preocupación de las dos instituciones sobre los mercados emergentes desde Asia hasta América Latina. Venezuela está hecha una desgracia. En México, la Secretaría de Hacienda anuncia que inyectaría recursos a Pemex, en un esquema que será precisado en los días siguientes. @VoxPopuli Asunto: El nuevo director de Medicina El día sábado, de madrugada, se cometió el primer atraco del doctor Enrique Graue (rector de la UNAM) contra la comunidad de la Facultad de Medicina, al designar a un personaje oscuro, funcionario del gobierno federal, como director de la Facultad de Medicina. Me llamo Alfredo Saldívar, soy profesor de tiempo completo y mis labores son, a caballo, entre la enseñanza de la farmacología y la investigación de enfermedades mentales en modelos animales. El proceso estuvo prolijo en irregularidades, las que ya conocemos del viejo partido, el nacido en el 29. La cargada, las amenazas, el uso del aparato burocrático en favor del candidato oficial y, por último, la regla no escrita de ejercer, en caso de necesidad, el privilegio del voto de calidad. La Junta de Gobierno se encontraba empantanada entre dos candidatos: el oficial y el de la comunidad. Finalmente optaron por el menos complicado, el tercero en discordia, pero amigo cercano de Graue: el plan B. Las consecuencias son ominosas para el futuro de la universidad. La primera: la falta de democracia, en lo que debería considerarse referente para nuestro sufrido país. La segunda: diluir los últimos vestigios del Estado nación y cumplir a cabalidad con el protocolo secreto del Acuerdo Transpacífico; la privatización de todos los servicios. Dr. Alfredo Saldívar González, Facultad de Medicina. Departamento de Farmacología. UNAM (Fragmento de la carta enviada a esta sección) Twitteratti Ser poeta y esperar que llegue la quincena es la verdadera utopía. Güi @Parnasiense #FrasesFalsas: * hoy empiezo la dieta * hoy salgo a correr * no me gusta Sorry, de Justin Bieber * en la quincena te pago La Miss @kenyiik Oigan, si cuando la hija nació era México, DF, ¿cómo le pongo en el lugar de nacimiento: DF o Ciudad de México? Dudas Existenciales. @malamadremx Twitter: @galvanochoa Facebook: @galvanochoa galvanochoa@gmail.com • Foro: http://elforomexico.com/encuestas/ Subir al inicio del texto

Economia Moral

Economía Moral Al rescate de la justicia y la igualdad. Último gran libro de Gerald A. Cohen /II Importancia de la teoría de la justicia de Rawls y de la crítica de Cohen Julio Boltvinik
A ntes de retomar la Introducción del libro Rescuing Justice and Equality (RJE) de Gerald Allan Cohen (GAC), debo señalar que este libro es muy importante por dos razones: 1) Es la crítica más profunda (desde la izquierda) que se haya hecho de Teoría de la Justicia (TJ) de John Rawls; desde la derecha, la crítica más destacada es la de Robert Nozick en su libro Anarquía, Estado y utopía, FCE, 1988, publicado en inglés en 1974. 2) TJ es la más importante obra de filosofía política y moral del siglo XX. Así la califican los autores de una importante colección de ensayos clásicos y contemporáneos sobre estas materias: la obra de filosofía moral y política con más probabilidad de alcanzar una importancia permanente como la de los escritos de Locke y Hume (M. Clayton y A. Williams, eds., Social Justice, Blackwell Publishing, Oxford, 2004, p.3). Amartya Sen (The Idea of Justice, Harvard University Press, 2009; edición en español, Taurus, 2011), quien dedica un capítulo a la crítica de TJ, dice que debe antes “mencionar la enorme deuda que todos tenemos con Rawls por revivir el interés filosófico en el tema de la justicia…” y dice recordar el estremecimiento de verlo transformando la filosofía política contemporánea radicalmente (p.52). El propio GAC (p.11, RJE) explica la ‘grandeza de John Rawls” relatando una anécdota de Morris R. Cohen, profesor de la Universidad de Columbia, que cada año impartía un seminario sobre la Fenomenología del espíritu de G. W. F. Hegel, en el cual hacía una crítica inmisericorde de este libro y lo dejaba hecho trizas al final del seminario. Sin embargo, cuando se iba a tomar una fotografía de los integrantes del departamento de filosofía, se presentó con dicho libro bajo el brazo y lo posicionó para que lo captara la cámara. Un colega le dijo ¡Pero si siempre estás atacándolo! ¿Por qué trajiste ese libro? Él contestó: ¿Qué otro libro hay? GAC añade: “Yo siento algo similar acerca de TJ de John Rawls. Creo que cuando mucho hay dos libros en la historia de la filosofía política que pueden pretender ser considerados más grandiosos que TJ: La República, de Platón, y Leviatán, de Hobbes”. Por último, en John Rawls. His life and Theory of Justice (Oxford University Press, 2007), Thomas Pogge dice sobre TJ: “…ambiciosa e iluminante, esta teoría es un logro brillante en la filosofía política, la mejor que hay. Nadie preocupado por la justicia social en el mundo real puede permitirse no estudiarla”. Prosigo con la Introducción de RJE. GAC señala que, más allá de las diferencias entre él y Rawls sobre el grado de desigualdad que la justicia distributiva puede tolerar, y sobre el concepto de justicia, temas narrados en la entrega del 22/1/16, hay un desacuerdo sobre cómo hacer filosofía política o filosofía en general que tiene que ver con las diferencias al respecto entre Harvard y Oxford. La gente de Oxford, dice GAC, no considera que la filosofía pueda apartarse tanto, como lo piensa la gente de Harvard, del juicio prefilosófico pertinente (RJE, p.3). TJ se situó en contra y ofreció remplazar, continúa GAC, lo que JR llamó una concepción ‘intuicionista’ de la filosofía moral y política que, según la propia descripción de JR, sería más adecuado llamar pluralismo radical. En esta concepción, que muchos filósofos de Oxford como yo favorecen, determinamos los principios que estamos dispuestos a avalar mediante una investigación de nuestros juicios normativos individuales en casos particulares, y según mi perspectiva filosóficamente conservadora, ésta es la única vía posible que, además, nos permite alcanzar nuestras convicciones normativas más profundas (p.4). En consecuencia, GAC se declara “partidario de lo que Frances Kamm llama ‘deontología estándar’”. En Teorías de la justicia después de Rawls (Paidós, Buenos Aires, 1999, p.23), Roberto Gargarella explica el deontologismo (asumido por GAC) y el consecuencialismo (asumido ambiguamente por Rawls: véase al respecto el capítulo 3 del libro citado de Pogge): Foto John Rawls, a los 49 años, en la portada del libro citado de Pogge “Toda teoría ética se compone de dos partes, una teoría del bien –cuál es o cuáles son los bienes valiosos– y una teoría de lo que es correcto –qué es lo que debemos hacer–, el ‘consecuencialismo’ subordina la teoría de lo correcto a la teoría del bien: debe hacerse aquello que maximice el bien… El ‘deontologismo’, en cambio, considera que lo correcto es independiente de lo bueno y que lo correcto tiene primacía sobre lo bueno” [Podemos añadir: debe hacerse lo correcto, al margen de sus consecuencias]. GAC continúa diciendo que este proceder oxfordiano lleva a requerimientos normativos competitivos que no pueden satisfacerse todos al mismo tiempo y que no tienen un método para combinarlos sistemáticamente. Por tanto, su destino es hacer compensaciones difíciles de defender. Este predicamento, añade, no es intelectualmente satisfactorio, pero es el predicamento en que están. Rawls notó esto y añadió que el equilibrio al que se puede llegar se basa sólo en la intuición, por lo cual esta corriente filosófica se conoce como intuicionismo. GAC continúa: A Rawls le pareció insatisfactoria la idea de un cúmulo de requisitos normativos que negociamos sin método ni brújula. Trató de producir algo más ordenado, tanto en el nivel del método como en el del resultado. Ofreció, precisamente, una teoría, un órganon para generar principios: la posición original; e identificó la justicia con lo que la máquina de la posición original produce. La teoría de la posición original sostiene que todo lo que las personas eligen de manera auto-interesada en un determinado estado de conocimiento e ignorancia, constituye la justicia en virtud de las condiciones en que tal decisión se lleva a cabo: se dice que los principios se definen con pleno conocimiento del carácter de la naturaleza humana y de las leyes de la sociología y la economía, pero ignorando todo lo que distingue a cualquier persona (y, en consecuencia, a mí) de cualquier otra, conllevan autoridad normativa. (p.5). [añadamos que los que formulan los principios no saben qué posición social ocuparán ni los talentos con los que estarán dotados] GAC considera que el procedimiento de JR no ha cumplido su promesa. Que los conflictos de convicción persisten tras bambalinas. Añade que, además, todos aplicamos en la vida diaria, en asuntos de auto-interés (que ilustra con ejemplos) sin dificultades dicho método y sin exigirnos la precisión que sí solemos exigir en asuntos morales (como aportaciones para caridad). Concluye así el argumento: “No digo que está bien que las cosas sean vagas, y es indudable que esto tiene más consecuencias en el dominio moral que en el personal. Como todos, preferiría algo mejor. Sin embargo, a diferencia de otros, no creo que esto vaya a ocurrir. Lo que me parece llamativo es el notable contraste entre la reacción que manifestamos frente a la vaguedad cuando nuestros intereses están o no en juego. En las elecciones auto-interesadas legítimas no sentimos que sea necesaria una teoría que determine todo. ¿Exigimos tal teoría en el ámbito moral para evadir o reducir nuestro compromiso moral? Recordemos la observación de Thomas Hobbes (En Leviatán] acerca de que la ‘doctrina(...)que la suma de los tres ángulos de un triángulo debe ser igual a la suma de dos ángulos de un cuadrado’ podría haber sido cuestionada si la creencia en su falsedad hubiese favorecido los intereses de alguien” (p.6). Fui educado en una familia (y comunidad) obrera comunista de Montreal, en los años 40 en una doctrina fuertemente igualitarista, y he permanecido ligado a las enseñanzas normativas de mi niñez, dice GAC en el libro cuya portada se incluye. julioboltvinik.org jbolt@colmex.mx

jueves, 28 de enero de 2016

Mexico SA

México SA Reformitis para quedar igual Economía: 30 años estancada Premium, 3 centavitos menos Carlos Fernández-Vega
R eforma tras reforma, la justificación de los modernizadores ha sido que los cambios se realizan para que el crecimiento y el desarrollo del país sea sostenido y cada día mayor. En más de tres décadas todo reformaron y prometieron, pero la economía se mantiene estancada, el crecimiento ausente y prófugo el desarrollo. Lo único que realmente crece de forma sostenida es la pobreza y la desigualdad social. El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) considera que el crecimiento económico de México se encuentra sometido a dos fuerzas que van en sentido contrario y cuya interacción determinará el rumbo productivo, de inversión y empleo del país; ¿qué inercia ganará? En seis sexenios neoliberales al hilo (de Miguel de la Madrid al actual) el crecimiento económico del país ha ido de menos a mucho menos (de 6.55 por ciento como promedio anual que dejó JLP a 3.9 con Salinas, y a la mitad de esa proporción con Peña Nieto). En sentido contrario, el número de pobres se ha incrementado a paso veloz al igual que la desigualdad y la concentración del ingreso y la riqueza, sin visos de que ninguno de dichos indicadores se corrija para bien de la República. El IDIC hace un recuento sobre lo acontecido en el año recién finalizado, y considera que el cierre del 2015 generó buenas y malas noticias. Hasta noviembre el crecimiento acumulado fue de 2.5 por ciento, y una primera aproximación indica que México mantiene el desempeño promedio de los últimos 30 años. La visión positiva dirá que esto es bueno, por lo menos mejor que la recesión que se vive en países como Brasil o Rusia, parte del sueño etéreo llamado Brics. De igual forma resaltará que es superior a lo exhibido por otras economías de América Latina, una afirmación verdadera cuando se analiza el desempeño de Venezuela o Argentina. No aporta, sin embargo, la visión pesimista en el sentido de que la economía mexicana registra un crecimiento menor al reportado por las islas caribeñas, entre ellas Haití de manera destacada, ni que en el contexto latinoamericano se coloca en el escalón número 13 de 20 posibles, de acuerdo con el ranking de la Cepal, muy por debajo de República Dominicana, Panamá y Bolivia. Pero bueno, el IDIC detalla que en noviembre pasado, de acuerdo con el Inegi, la tasa anual del indicador global de actividad económica (Igae) se elevó 2.4 por ciento respecto del mismo mes de 2014, una cifra positiva que se encuentra enmarcada en la inercia del PIB potencial del país. El análisis de los sectores económicos permite colocar a las actividades primarias y terciarias (servicios) como la base de dicho desempeño: durante ese periodo las actividades primarias crecieron 3.2 por ciento y los servicios 3.8. Ahí radican las buenas noticias. En dicha coyuntura, apunta, la fortaleza de la economía recayó en el mercado interno; así lo deja entrever el desempeño de los componentes más relevantes del sector terciario. Durante el onceavo mes de 2015 el comercio incrementó su valor en 2.9 por ciento, el transporte un sorprendente 7.9 y los servicios personales 5.1. Sin lugar a dudas que el avance de los servicios permitió que el ciclo económico total se mantenga al alza. Sin embargo, ello no es homogéneo para toda la actividad productiva. Durante noviembre el sector secundario (industrial) reportó cero por ciento de crecimiento, y la señal es clara: la industria se va frenando. Hay un foco rojo en este sector: hasta noviembre la minería retrocedió 5.9 por ciento, un indicativo de que sigue en recesión. La industria funciona gracias a las manufacturas y construcción. El problema es que hay indicios de lo difícil que será mantener su ritmo de expansión. Ese mes su crecimiento fue negativo (0.6 por ciento), mientras las manufacturas elevaron su actividad productiva en un modesto 1.4 por ciento. Para la construcción el freno se encuentra en las obras de ingeniería civil, en tanto que las manufacturas enfrentan la desaceleración de la producción automotriz, la contracción de las metálicas básicas y los derivados del petróleo, así como del débil comportamiento de la fabricación de insumos textiles, la industria química, de la fabricación de maquinaria y equipo, así como de la industria de la electrónica y cómputo. De acuerdo con la perspectiva del citado instituto, la actividad industrial de México seguirá debilitándose si su contraparte de Estados Unidos mantiene su desaceleración. Por tanto, el país enfrenta riesgos en su aparato productivo además de las presiones del tipo de cambio, la caída del precio del petróleo y la volatilidad bursátil. La historia de los ciclos económicos muestra que México sigue al de la actividad industrial de Estados Unidos: si persiste la desaceleración en aquel país y se profundiza, el mercado interno mexicano tenderá a ajustarse a dicho comportamiento, su fuerza no es suficiente para desligarse de los vínculos creados por el libre comercio y la apertura económica de los últimos 30 años. La actividad económica mexicana muestra elementos contrapuestos de desempeño. El indicador global de la actividad económica mostró una tasa de crecimiento anual (cifras ajustadas por estacionalidad) de 2.4 por ciento, motivado sobre todo por el resultado positivo de las actividades terciarias. Sin embargo, en contrasentido se encuentran los resultados de las actividades secundarias, con un crecimiento nulo en el mismo periodo. Con ello, el ciclo económico del IGAE muestra una tendencia creciente pero que se debilita, particularmente porque tanto las actividades primarias como las secundarias presentan un ciclo negativo y a la baja. Si se compara el desempeño por sexenio en periodos similares, sólo durante la presidencia de Miguel de la Madrid se dio un crecimiento superior en ese indicador agregado y el correspondiente a las actividades secundarias, mientras en el de Enrique Peña Nieto evidencia mejores desempeños con respecto al sector servicios y las actividades primarias. Durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón los resultados fueron menores en todos los casos. Las rebanadas del pastel Hacienda anuncia con bombo y platillo que en febrero el precio de la gasolina Premium “observará una reducción de… 3 centavos por litro”. Tan generoso resulta la baja que no alcanzó para más: los de Magna y diésel no se modifican. Entonces, el ahorro es de un peso con cincuenta centavos por tanque de 50 litros. ¡Felicidades!... Y el billete verde a 18.80 flácidos pesitos. Twitter: @cafevega D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com Subir al inicio del texto

Dinero

Dinero Vuelve a reprobar el país en corrupción Bajó tres centavos la gasolina (la de menor consumo) Una máquina de hacer dinero Enrique Galván Ochoa
F ue generosa la organización Transparencia Internacional con México al calificar su desempeño frente a la corrupción y la impunidad en 2015. No bajó su boleta, a pesar de los muchos escándalos: el tren chino, la residencia blanca, Pemex y Oceanografía, las multas del Verde, los contratos de Higa, El Chapo, los negocios de OHL y etcétera, etcétera. Transparencia le asignó 3.5 de calificación, lo mismo que en 2014. Si le damos una ojeada a la tabla anexa advertiremos que ningún presidente, desde que Transparencia comenzó a darle seguimiento a México a finales del sexenio de Ernesto Zedillo, ha pasado la materia de probidad… ni de panzazo. Falta un Chicharito que pudiera meterle gol a la corrupción. Ninguno sacó un seis, vamos, ni siquiera han superado el tres y fracción. La mejor nota fue la del primer año de gobierno de Vicente Fox. La alternancia (nonata) hizo albergar ilusiones, pero pronto se extinguieron. El escándalo de las toallas que compraba la señora Marta a 4 mil pesos cuando no costaban ni cien, puso a los mexicanos frente a la realidad: todo seguía como en los viejos tiempos priístas. En esos años también se creó Transparencia Mexicana, una iniciativa de Federico Reyes Heroles. Pero han crecido impunidad y corrupción, será que no es una institución que las denuncie o combata, más bien tiene características que se asemejan a un negocio. Volviendo a Transparencia Internacional –una organización privada con sede en Europa–, define la gran corrupción como el abuso de los poderosos en beneficio de unos cuantos y a expensas de la mayoría. Con frecuencia, impune. Bajó la de menor venta Cumplió el gobierno el ofrecimiento de disminuir el precio de la gasolina por segundo mes. Bajó tres centavos… pero sólo la Premium, quedaron igual la Magna y el diésel. Se vio muy astuto, o quiso verse de ese modo: bajó la de menor consumo. De acuerdo con la presentación oficial de Pemex a sus franquiciatarios, las ventas realizadas por la red comercial son en promedio 792.6 mil barriles al día, de ellos 92.9 por ciento es gasolina Pemex Magna y 7.1 por ciento es Pemex Premium. En otras palabras, sólo a un pequeño número de automovilistas beneficiará el no muy generoso descuento de tres centavos por litro. Moraleja: si queremos gasolina barata de Pemex, no queda otra que ir a cargar el tanque a alguno de sus expendios en Texas. Los precios oficiales –con excepción de la frontera– son estos para el mes de febrero: Magna, 13.16 pesos; Premium, 13.95 y diésel 13.77 pesos. Foto Una máquina de hacer dinero Estamos haciendo megamillonario al joven Mark Zuckerberg. Cierto que nos da alojamiento gratuito para que colguemos mensajes, fotos y demás en su FaceBook, pero está ganando millones de dólares. En el último trimestre del año pasado, FaceBook registró una utilidad neta de 2 mil 265 millones, superando las expectativas. 2015 ha sido un gran año para FaceBook, dijo Mark. Nuestra comunidad ha seguido creciendo y nuestro negocio sigue adelante con fuerza. No hay nada contra estos chavos que hacen fortunas enormes con una chispa de genialidad, pero sí contra los que amasan su dinero por medio de monopolios, defraudando a los consumidores o robando el dinero de los contribuyentes. @VoxPopuli Asunto: Mariguana para el mal de amores Entonces, si estoy pasando por una depresión, por una decepción amorosa y me fumo un carrujo de mariguana, ¿el asunto es legal porque la tomé en calidad de medicina? Luis Hernández Romero R: Mmmm. Legal sí, pero no se qué tan efectiva sea. Tradicionalmente se utiliza el clavo. Ya ves lo que dicen por ahí: un clavo saca otro clavo. Twitteratti Algo debe poder hacerse. No es posible que Mancera siga con su robo hormiga. Indignante #Fotomultas y cámaras que se disparan solas. Alejandra Morán @faramoran Soy tan pobre que cuando mi futuro me llama lo hace por cobrar. Azul Mar @LloroAmor –Oítes Tola, el precio del petrolio baja pero el de la gasolina sube. –Lo dicho, boba: la economía es una cencia fisción. Tola y Maruja @Tolaymaruja Twitter: @galvanochoa Facebook: @galvanochoa galvanochoa@gmail.com • Foro: http://elforomexico.com/encuestas/ Subir al inicio del texto

Elecciones en EU; pasando la factura

Elecciones en EU; pasando la factura Soledad Loaeza
H ay que guardar muy bien en la memoria la imagen de un afroamericano presidente de Estados Unidos, porque todo sugiere que no volverá a verse nada similar en décadas. El triunfo de Obama reanimó en los grupos progresistas de ese país el optimismo y la confianza en el futuro que Bush el hijo había cancelado, y dio un mejor aspecto a su condición de potencia hegemónica. No obstante, mientras unos aplaudían la materialización de los ideales y de los valores de la democracia estadunidense en la victoria del candidato demócrata en 2008, otros dieron rienda suelta a prejuicios ancestrales, y durante ya casi ocho años han estado alimentando un profundo resentimiento contra el presidente que se atrevió a desafiar sus creencias y sus clichés. Además, se trata de un afroamericano sobresaliente en el conjunto de su sociedad, y no sólo en su comunidad. Es un hombre muy educado, que posee grados académicos de la mejor universidad de Estados Unidos, además tiene grandes coincidencias con la elite cultural de su país, tan detestada por la mayoría, y es mucho más liberal que la media de los estadunidenses. La animadversión que muchos le profesaban en los primeros tiempos de su presidencia, al paso del tiempo se convirtió en una agresiva hostilidad que explica, al menos parcialmente, el ascenso de la extrema derecha en el Partido Republicano, la marginación de los moderados y el éxito de la virulenta campaña de Donald Trump por la candidatura presidencial del Partido Republicano, o la no menos feroz del texano Ted Cruz, que han querido hacer del rechazo a Obama el combustible de la movilización de los votantes. Es como si la derecha republicana estuviera pasando al país la factura de que un afroamericano haya llegado a la Casa Blanca, que habite los espacios que antes ocuparon Ike Eisenhower –que creía firmemente en la segregación racial– y Ronald Reagan. Los adversarios de Obama han cuestionado la legitimidad de su elección, su nacionalidad, la sinceridad de su compromiso con su propio país, su patriotismo, su capacidad para combatir el terrorismo, su determinación para ejercer y extender el poder y la influencia de Estados Unidos en el mundo. Sin embargo, el odio contra el presidente –que lo es– no se dirige sólo a él, sino que va contra todo lo que representa, desde la derrota de la Confederación en la Guerra Civil, hasta las leyes relativas a los derechos civiles, la desegregación y los años de Bill Clinton en la presidencia. (No hay que olvidar que mucho se dijo que, por su biografía y su estilo, era el primer presidente negro de Estados Unidos). La llegada de un hombre de color a la presidencia de Estados Unidos no parece haber sido la apertura de las avenidas del poder a esta minoría; tampoco ha traído la reconciliación por la que luchó Martin Luther King. Tuvo más bien un efecto profundamente divisivo que tendrá que resolver quien sea elegido presidente. También ha puesto sobre la mesa el tema de la esclavitud como un pecado imperdonable, cuyas consecuencias no han desaparecido, sino que se hacen presentes día con día en los severos problemas sociales y económicos que enfrentan los afroamericanos. Sería deseable que el próximo presidente de Estados Unidos emprendiera esfuerzos de reconciliación, aunque me cuesta mucho trabajo pensar que ese objetivo esté en la agenda de Donald Trump en la Casa Blanca. Al contrario. Lo que promete es confrontación, y ése es también su mensaje más efectivo, el que encuentra más ecos en los auditorios desbordados por pobres y desempleados a los que no les importa que Trump sea millonario, que haga sus giras en su propio avión, que su discurso sea caótico, insultante, mezquino y vulgar. Para sus fans Trump no es un político, es una celebridad de la televisión que les ayuda a articular su rabia, y, en última instancia, el miedo que está detrás. Por eso sus seguidores son simples, que repiten sin mucho pensar sus majaderías como si se tratara de sentencias para un buen gobierno, que se expresan de manera sencilla y los hacen reír, sentirse a gusto y comprendidos. ¿Quién va a pagar el muro?, pregunta Trump, ¡México!, le responde la multitud jocosa. ¿A qué le tienen miedo los americanos? A los secuestros aéreos, a los ataques terroristas, a las balaceras en las secundarias y en las heladerías, a los migrantes, pero sobre todo a la debilidad, o como dijo un asistente a un acto de campaña de Trump: Tenemos un mensaje, tenemos un mensaje, y el mensaje es que no queremos que otros se aprovechen de nosotros.(Ryan Lizza, The duel, The New Yorker, 1/2/16). Subir al inicio del texto

Partidos declinantes

Partidos declinantes Octavio Rodríguez Araujo
R oy Campos (Consulta Mitofsky) me hizo el favor de enviarme el viernes pasado un cuadro estadístico sobre la evolución de las identidades partidistas (de los tres principales partidos: PAN, PRI, PRD) en México de enero de 2003 a diciembre de 2015. En dicho cuadro se confirma un fenómeno que varios analistas hemos mencionado para el caso de México en los últimos años, pero también para otros países: los partidos pierden simpatías, y no sólo en elecciones, sino también entre la población que no necesariamente está interesada en votar. Esta pérdida de simpatías se debe en buena medida, como dijera Schattschneider en The semisovereign people (1960), a la supresión de las opciones y alternativas que reflejen las necesidades de los no participantes (y de los participantes convencionales, añado). El gran problema de los partidos electoralmente competitivos (especialmente de éstos) es que a sus dirigentes les importan cada vez menos las necesidades de la población mayoritaria que, en primera y última instancias, es la que decide las votaciones si no hay mano negra ni compra de votos de quienes tienen el poder. Por otro lado, y al mismo tiempo, los principios y programas de esos principales partidos se diferencian muy poco y los tres, sin excepción, como también ha ocurrido en Europa y en la mayor parte de América Latina, se han corrido hacia las posiciones de centro, es decir, a ese espacio político-ideológico donde lo que prevalece es el no compromiso y las visiones de muy corto plazo y pragmáticas. Hace tiempo que los partidos tradicionales empezaron un proceso de desprestigio. Son muchos los países en los que nuevos partidos han disputado el poder con los antiguos y han triunfado. Si la existencia de partidos se asocia con democracia y gobierno representativo, habremos de preguntarnos si es la crisis de esa democracia la que ha puesto en crisis a los partidos o si es al revés. ¿El huevo o la gallina? La democracia como la conocemos, con todo y sus defectos, ha demostrado que por sí misma no resuelve los problemas y las necesidades de la mayoría de la población, aunque facilita las expresiones de protesta. La dificultad es que la ausencia de democracia (dictaduras, por ejemplo) tampoco, salvo en algunos casos verdaderamente excepcionales y más o menos transitorios (Corea del Sur, por ejemplo). En los ejemplos de democracias de tipo liberal ha habido partidos políticos, en las dictaduras no o sólo uno (monopartidismo). La razón es probablemente muy simple: tanto en las democracias como en las dictaduras los gobiernos y los principales grupos de presión no representan a los sectores de ingresos más bajos, también con algunas excepciones (Islandia, por ejemplo) donde estos sectores suelen ser minoritarios en contraste con las clases medias y altas (que ni remotamente es el caso de México). Los partidos políticos, a semejanza de las leyes (incluidas las constituciones), son resultado de los factores reales de poder, por lo que las mejores intenciones terminan por ceder el lugar a los intereses de los poderes fácticos o a la complicidad con éstos (fenómeno que Michels llamó la ley de hierro de las oligarquías, a pesar de que su estudio estuvo relacionado con los partidos socialdemócratas de hace más de cien años y no con los de derecha). ¿Fueron o son los partidos los que hacen la democracia o ésta la que hace los partidos? Depende: no hay una respuesta única ni en el tiempo ni en el espacio. Sin embargo, los partidos sólo han podido nacer y desarrollarse cuando las condiciones políticas (de gobierno) lo han permitido, normalmente con ciertos grados (suficientes, diría) de democracia. De aquí que no sea aventurado decir que cuando la democracia entra en crisis, los partidos también. ¿Y si los que hacen crisis son los partidos, afectan por igual la democracia o la forma de gobierno? Podría ser, pero no sería un fenómeno generalizado. Más bien lo que puede observarse a lo largo de la historia de los últimos 140 años es que una crisis en el régimen político tiende a afectar a los partidos que nacieron a su sombra, fortaleciendo a unos y debilitando a otros. Por lo anterior, si los regímenes políticos están en crisis o tienden a ésta, los partidos también, como bien puede observarse con el surgimiento de nuevas formaciones partidarias en sustitución de las viejas o tradicionales (al menos como tendencias). La cuestión crucial es si estos nuevos partidos son capaces no sólo de tomar el poder, sino de cambiar desde éste la correlación de fuerzas dominante por otras condiciones en las que las mayorías puedan realmente mejorar su situación. Holloway diría que no (véase su libro Cambiar el mundo sin tomar el poder, 2002), pero lamentablemente para su elaborada propuesta no hay ninguna experiencia que demuestre que no se trata de otra utopía. Por lo pronto, mientras seguimos pensando sobre el tema, lo que sí puede demostrarse es que las simpatías por los principales partidos están en declive y que, sin embargo, la democracia sin partidos sería impensable, como también lo dijera Schattschneider en Party government, 1942. rodriguezaraujo.unam.mx Subir al inicio del texto

La Celac y la amenaza de la crisis economica

La Celac y la amenaza de la crisis económica Ángel Guerra Cabrera
E n el discurso inaugural de la cuarta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), su saliente presidente en turno, Rafael Correa, puso en su lugar a la OEA, de la que dijo que es más anacrónica que nunca y debe ser sustituida a mediano plazo por el nuevo organismo latino-caribeño. Si no existieran otras razones que legitiman incuestionablemente a la reunión, sólo por ese brillante discurso ya habría valido la pena celebrarla. Hablando en el edificio Néstor Kirchner, sede de la Unasur y de la cita regional, el presidente ecuatoriano invocó varios conceptos que darán que hablar por mucho tiempo. Como el desarrollo es un problema político y depende de quien mande en la sociedad; nada justifica tener tribunales para proteger inversiones y no para defender la naturaleza; el desafío de nuestros pueblos ancestrales es superar la pobreza sin perder su identidad cultural o necesitamos sociedades con mercado, no de mercado. Hay que decirlo, el solo hecho de que exista la Celac y que haya celebrado cuatro cumbres es una evidencia rotunda del cambio de época en América Latina y el Caribe (ALC) del que ha hablado Correa desde hace años. Es todo un acontecimiento el haber creado esa estructura donde deliberan y llevan a cabo palpables iniciativas conjuntas los 33 Estados de nuestra región sin la presencia de Estados Unidos ni Canadá. Hace 20 años hubiera parecido un sueño. ¿Cómo pudo hacerse el sueño realidad? Para dar respuesta a esa pregunta hay que mirar a las calles, los barrios, los campos, las fábricas, las escuelas y las oficinas porque fue la lucha de los que allí viven y trabajan las que lo hicieron posible. Si hoy no sólo existe la Celac, sino que puede, en su corta vida, mostrar logros importantes, se debe a las batallas seculares de nuestros pueblos por la justicia, la libertad y por su verdadera independencia. Particularmente las grandes movilizaciones de las últimas dos décadas contra las privatizaciones, en defensa de los recursos naturales y de la soberanía, que hicieron surgir a un grupo de gobiernos antineoliberales en nuestra América y pusieron en el orden del día el previsor y sabio concepto bolivariano y martiano de la unidad e integración regional. Para que los jefes de Estado y gobierno pudieran crearla en México (2010) y constituirla definitivamente en Caracas (2011), presididos por el inolvidable Hugo Chávez, fueron necesarias unas cuantas puebladas. El caracazo, el levantamiento indio en Chiapas, las insurrecciones populares que derrocaron varios presidentes neoliberales en Argentina, Bolivia y Ecuador, entre otras muchas acciones de masas al sur del río Bravo contra las políticas de libre mercado. Debe tenerse muy presente que el precedente inmediato y sostén posterior de este enorme esfuerzo, ha sido la heroica y titánica resistencia del pueblo de Cuba contra la hostilidad de Estados Unidos y contra el bloqueo criminal y la Ley de Ajuste Cubano, que siguen en pie hasta hoy, no obstante que Obama podría hacer mucho más por desfondarlos. La Celac dio un extraordinario paso civilizatorio cuando proclamó nuestra región como zona de paz en la segunda cumbre de La Habana (2014), codificando muy puntualmente los principios que así la definen. Pero no se quedó en declaración y siguiendo la tradición del Grupo de Río, que la antecedió, propició el rencuentro entre los presidentes Maduro y Santos luego del conflicto en la frontera común de 2015 y ha desempeñado un importante papel en el acompañamiento de los diálogos y acuerdos en La Habana sobre la paz en Colombia, cuyo cumplimiento velarán sus observadores por resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Durante la presidencia ecuatoriana, la Celac se ha fortalecido y trabajado duro en una agenda de futuro que privilegia la lucha por el desarrollo y por eliminar definitivamente la pobreza en nuestra región. Ello es más importante ahora, que con la presidencia de República Dominicana, la Celac verá puesta a prueba su capacidad de concertación ante la urgente e inaplazable necesidad de enfrentar juntos la crisis económica que toca a las puertas de nuestra región. Hasta ahora los organismos de integración: Unasur, Mercosur y Celac, han sido capaces de atender con eficacia conflictos políticos. Habrá que ver si de la crisis surge la atmósfera política necesaria para la acción conjunta en el terreno económico. Twitter: @aguerraguerra Subir al inicio del texto

Incertidumbre externa y la desigualdad

La incertidumbre externa y la desigualdad Orlando Delgado Selley
H ay un consenso generalizado entre los analistas internacionales de que nos enfrentamos a un inicio de año particularmente complicado. A nivel de la economía global se ha argumentado que lo que mayor preocupación genera es el estado de confusión generalizada sobre los meses próximos. Es indudable que, sin embargo, la restructuración de la economía china, la caída drástica del precio del petróleo y el inicio de la normalización de la política monetaria estadunidense generan efectos que dificultarán el crecimiento. Hay un factor adicional de gran relevancia que complica el panorama: la profundización de la desigualdad. Un informe reciente de Oxfam y un importante artículo de su directora ejecutiva, Winnie Byanyima (Project Syndicate, 20/1/2016), dan cuenta de que en 2015, 64 personas poseían lo mismo que la mitad de la población mundial. Hace seis años, en 2010, eran 288 las personas cuya riqueza se igualaba a la de la mitad de la población. La brecha entre ricos y pobres se sigue ampliando, de modo tal que la predicción de la propia Oxfam de que en 2016 el uno por ciento rico de la población se apropiaría de la riqueza del otro 99 por ciento, se alcanzó dos meses antes de lo previsto. Estos brutales datos explican porqué en los Objetivos Globales para el Desarrollo Sustentable, firmados en la ONU por 193 gobiernos, se incluyó la reducción de las desigualdades. El desafío es colosal: se trata de revertir los resultados de 30 años de privatizaciones, pérdidas regulatorias, secretos financieros y de la globalización misma. En particular en los cinco años anteriores el patrimonio de esos 62 ultra ricos se incrementó en 542 mil millones de dólares, mientras que los 3 mil 600 millones más pobres perdieron un billón de dólares, lo que representa 41 por ciento de su patrimonio. Por esto en el mundo los diagnósticos económicos recientes incluyen como una de las complicaciones centrales el incremento de la desigualdad y, consecuentemente, se proponen medidas para revertirla. En México el asunto de la desigualdad no aparece en los diagnósticos de las dificultades actuales. Un buen ejemplo de estos diagnósticos son los del Banco de México (J. Guzmán, 11/1/16 y 18/1/16) en los que se presentan los desafíos que plantea el entorno global y se proponen las respuestas de políticas públicas, sin siquiera mencionar el problema de la desigualdad. Para el Banco de México las principales dificultades externas que se registraron el año pasado y se mantienen en 2016 son: i] el estancamiento de la industria estadunidense; ii] la caída del precio del petróleo, a la que se suma la pérdida en producción nacional del crudo; iii] la normalización de la política monetaria estadunidense; iv] la restructuración de la economía china. En 2015, sin embargo, la economía mexicana creció por arriba de importantes economías emergentes y, de acuerdo con esos análisis, también tendrá un mejor desempeño en 2016. Este mejor desempeño, que está lejos de lo que el país requiere y el gobierno priísta había ofrecido, se explica –según estos análisis– por el incremento en el empleo, la mejora de los salarios reales hecha posible por la baja inflación, las remesas y la expansión del crédito privado. Lo cierto, sin embargo, es que es insuficiente y que se percibe un desánimo generalizado con un desempeño económico que no se ha traducido en una mejora sensible de los niveles de bienestar de la población. Los beneficios del crecimiento se lo han apropiado los sectores de muy altos ingresos. Es claro que la evolución de la desigualdad mexicana es comparable con la que ha ocurrido a escala global. La diferencia es que no disponemos de mediciones estrictas que informen sobre el ingreso del uno por ciento más rico y del 0.1 por ciento más rico. La Encuesta Ingreso-Gasto, única fuente completa disponible para medir la distribución del ingreso, subestima el ingreso de los ricos y sobreestima el de los pobres. Pese a ello es claro que la fuerte concentración del ingreso y la riqueza lastra el funcionamiento económico y empobrece la democracia. Constituye un importante freno al dinamismo económico que, ahora más que otras veces, debiera sostenerse en el mercado interno. odselley@gmail.com Subir al inicio del texto