EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 26 de enero de 2016

Viaje a las profundidades del Estado

Viaje a las profundidades del Estado Rolando Cordera Campos
En el más reciente ensayo de Carlos Tello, La economía política de las finanzas públicas se recoge un esfuerzo sostenido por años para conocer y reconocer los laberintos del Estado mexicano que surgió de la Revolución de 1910. La saga arranca con Estado y desarrollo económico. México 1920-2006, editado por la Facultad de Economía de la UNAM en 2007, y se despliega en lo que va del presente siglo en ensayos, conferencias y artículos dirigidos a perfilar, cada vez con mayor detalle, los mecanismos políticos y los vectores institucionales que dan sentido a las relaciones, muchas de ellas en apariencia caóticas, entre la política y la economía arbitradas o recreadas por el Estado frente a las coyunturas históricas más variadas. Lo que La economía política de las finanzas públicas ofrece no es sólo otra visita al papel del Estado en la economía y su expansión a lo largo del siglo XX, así como a sus implicaciones sobre la conducción pública de la economía y sobre su marcha. En este caso, aparte de la descripción ilustrada sobre la forma como han evolucionado las finanzas del Estado donde que, como insiste en recordarlo el autor, se resume toda la historia política, económica y hasta social del país, Tello se ha planteado algo más ambicioso. Lo que ha intentado nuestro amigo, es desentrañar la madeja de relaciones y complejidades, contradicciones y tensiones, que determinan o condicionan, las decisiones que desde el corazón del Estado se toman para afectar la balanza fundamental de los ingresos y los gastos del reino. Es decir, para recoger o modificar las relaciones de fuerza y poder que, al final de cuentas, se expresan en la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación. Cómo y por qué los gobernantes deciden los montos y las asignaciones de los recursos públicos; cómo y por qué los supuestos o reales encargados de “cuidarle las manos al soberano”, como reza la conseja clásica sobre el Parlamento y las finanzas públicas, aceptan o cuestionan los planes de gasto y financiamiento que los gobiernos les proponen año con año con el objetivo de encauzar, impulsar o controlar el desempeño económico general; cómo y por qué la sociedad civil y sus varios contingentes, donde se cuecen en el subsuelo las relaciones del poder social y económico, reciben de buen grado, aceptan o rechazan, dichas decisiones sobre el uso y acopio de recursos financieros, humanos y materiales en manos o al alcance del Estado, son algunas de las preguntas de fondo que inspiran a nuestro autor y nos remiten al poliédrico juego de la economía política; la que tiene que ver con el reino y el soberano, pero también con los súbditos que se oponen o apoyas sus decisiones. Éstas, propone Tello, son cuestiones que pueden responderse apelando a las experiencias y postulados de nuestros clásicos pero, sobre todo, mediante el uso de las metodologías e hipótesis que son propias de la economía política. Es decir, de la convicción de que no hay economía en abstracto, distanciada o blindada de las relaciones de fuerza y de la lucha por el poder del Estado, sobre el territorio y la población y los recursos de que ésta dispone en un momento dado. Tampoco, como de diversas maneras se muestra en el libro, hay una economía política separada de la o las ideologías, en especial de las que se han apoderado de los sentimientos y las pasiones de la época y del poder y de quienes lo ejercen. Puede parecer paradójico, pero en este tiempo en que se cantan las glorias de un liberalismo económico despojado de los lazos e imposiciones de la política y del Estado, es cuando más se ha impuesto y adquirido poder una ideología y un modo de ver y entender el mundo y los reflejos de quienes lo habitan. A esto, por cierto, dedicó nuestro autor otra oportuna y pertinente investigación. Los primeros capítulos de La economía política se dedican, como lo ha hecho en otras entregas Tello, a hacer un detallado recuento del desarrollo nacional, identificando sus fases y crisis. Esta vez busca destacar y poner de relieve las proverbiales renuencias de la población y de las elites a pagar impuestos y, por otro lado, la singularidad de las relaciones entre los diferentes órdenes de gobierno que dan cuerpo a nuestro peculiar federalismo. La nueva visita al “desarrollo estabilizador”, cuyo estudio iniciara Carlos Tello hace muchos años con La política económica en México 1970-1976 (México, Siglo XXI Editores, 1979), es particularmente útil e interesante, tanto para el memorioso como para el desmemoriado. De igual forma, revisten especial atractivo sus enfoques, juicios y alcances en las páginas que dedica a examinar el crucial periodo 1970-1982 así como las implicaciones que sobre la economía y el Estado tuvo la ola de expansión del gasto público financiada de manera creciente por la deuda externa. De las opciones interpretativas propuestas por nuestro autor, pueden derivarse ricas sugerencias para hacer una revisión a fondo de este momento decisivo de nuestra historia económica y política contemporánea. Fue entonces que se tejió la estrategia de cambio estructural en clave neoliberal, la cual habría de ponerse en práctica al calor de las crisis económicas y financieras desencadenadas por la crisis de la deuda externa que estallara en 1982. Encarar la tristemente célebre “leyenda negra” del desarrollo industrializador dirigido por el Estado, es una asignatura crucial en estos tiempos de revisión de lo hecho y de búsqueda de alternativas conducentes a un nuevo curso. Este capítulo en particular, es de gran utilidad y contribuye a darle al debate sobre aquellas decisiones una perspectiva histórica indispensable. Las conclusiones a que nos invitan este apartado y el libro en su conjunto, sin duda contribuirán a darle a la reflexión política otros enfoques y otra visión, más constructivos que el cansino “más de lo mismo” que quiere imponerse como pensamiento único. En los dos capítulos finales: las finanzas públicas en el periodo neoliberal: 1983-2014 y los comentarios adicionales, Carlos Tello pone en juego su sensibilidad analítica y sus reflejos historiográficos, así como sus destrezas críticas y polémicas. No debe dejar de señalarse aquí que lo que sobresale de la narración son las disonancias profundas entre el hálito renovador, revolucionario dirían algunos, del que presumían los dirigentes del Estado en el gobierno y el Congreso, y la querencia conservadora, cuando no regresiva, del espíritu y la forma que gobernaron las decisiones y gestión de las finanzas públicas en ese tiempo que, por desgracia, llega hasta hoy. En este viaje hacia las profundidades del Estado a que nos invita este espléndido volumen, habrán de encontrarse mil y una paradojas y no pocas ironías de la política íntima de los corredores del poder. El vaciamiento del corazón de la economía política mexicana, que ha sido el del Estado nacional revolucionario, difícilmente puede celebrarse por nadie que guarde en el alma una pizca de conciencia histórica y de reflejos sobre la centralidad que en la vida de las sociedades modernas tiene la noción de interdependencia. Ambas fueron avasalladas por tanto cambio sin soporte moral e institucional, así como abrumadas por la pérdida del sentido de la historia que siempre es, tiene que ser, el sentido de la política y del Estado, así como el del ejercicio del poder. — Número 475 24 de enero de 2016 Director General: León García Soler Director: Adolfo Sánchez Rebolledo Edición anterior / 474 Última edición Ediciones anteriores Sitios amigos La Jornada La Jornada Morelos Observatorio Teopanzolco Contingencia Cuernavaca Comparte Correo del Sur © 2013 Correo del Sur de La Jornada Morelos

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