EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 31 de agosto de 2019

EU: politica social punitiva en la salud publica

Salud
La política social punitiva: un determinante radical de la salud
26/08/2019 | Elias Nosrati, Michael Marmot
"Enviaré a un hombre a prisión por pedir comida cuando tenga hambre", fue la confesión de un juez del Reino Unido antes de condenar a una persona sin hogar a 4 meses de cárcel por mendicidad persistente. Este no es un incidente aislado. En toda Europa, un número creciente de personas vulnerables son blanco de las autoridades públicas por el llamado comportamiento antisocial, en el que se incluyen un aparentemente irreprimible pero inexplicable impulso a dormir en pavimentos en lugar de en camas, o de dedicarse a exhibir en público objetos propios de la pobreza.
Tal comportamiento y su tratamiento punitivo por parte del Estado es el síntoma de una dinámica política de mayor alcance. En la Europa posterior a la recesión, un aspecto de esta dinámica ha recibido mucha atención, a saber, la austeridad fiscal, cuyos efectos nocivos para la salud han sido bien establecidos. Tal conclusión es parte de una literatura científica emergente que examina cómo el nivel macro de las fuerzas políticas y económicas ejercen efectos poderosos sobre salud de la población.
Pero junto con la reducción del bienestar, también deberíamos considerar el efecto sobre la salud de la población de legislaciones y políticas disciplinarias mediante las cuales se limita y controla la inestabilidad que fue provocada por el declive económico. La política social punitiva combina el desmantelamiento del Estado del bienestar con la expansión del Estado penal y su correlatos institucionales. Está asociada con la regulación de la pobreza y de la fragmentación social en los remolinos de los choques políticos o económicos, como las recesiones, el declive industrial o la profundización de las desigualdades. La política social punitiva también refleja las oscilantes preocupaciones del Estado, que van desde ofrecer apoyo social a los pobres hasta suprimir su incómoda pero visible presencia en la esfera pública.
Un modelo de este patrón se ve en la reciente historia estadounidense, en donde el crecimiento de las brechas en los ingresos de los de arriba y los de abajo del orden socioeconómico ha sido acompañada por una disminución de las prestaciones sociales para la mayor parte de quienes los necesitan. De 1970 a 1996, las prestaciones para las familias pobres con niños cayeron más del 40% en términos reales en la mayoría de los estados. Por ejemplo, la media mensual del pago de las prestaciones sociales para madres solteras procedente de la Ayuda para las Familias con Hijos Dependientes (AFDC) , medido en dólares constantes, cayeron en picado de 221 dólares en 1970 a 119 dólares en 1995 lo que equivale a una disminución neta de más del 50% en poder adquisitivo. Desde la reforma del Estado del bienestar de 1996 realizada durante el mandato del ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, análoga a las actuales transformaciones del Estado de bienestar británico, las transferencias sociales han caído al menos otro 20%, hasta el punto de que, a partir de julio de 2016, las prestaciones de la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas para una familia de tres sin ningún otro ingreso estaban por debajo de la mitad de la línea de pobreza oficial en todos los estados de EE UU. En la mayoría de los estados, las prestaciones fueron inferiores a la línea de pobreza del 30%.
Al mismo tiempo, desde principios de la década de 1970, en Estados Unidos se han disparado los encarcelamientos hasta alcanzar un pico de casi ocho reclusos por cada 1000 residentes, con un número absoluto de más de 2,3 millones de personas tras las rejas en su máximo en 2006, con una cantidad actual que queda muy cerca de dicha cifra, lo que equivale a un aumento de siete veces en cerca de cuatro décadas. La población correccional total, que incluye aquellas personas en libertad provisional y libertad condicional, en gran parte extraídas de poblaciones socioeconómicamente pobres y no blancas, ha llegado a alcanzar casi las 7 millones de personas en Estados Unidos.
Este crecimiento punitivo no es una función lineal del crimen ya que las tasas de encarcelamiento son más de tres veces más altas en lugares en donde se concentra la pobreza que en comunidades con tasas de criminalidad semejantes. En 1972, el porcentaje de hombres afroamericanos menores de 40 años con no más de 12 años completados de educación que estaban tras las rejas era aproximadamente del 4%. En 2010, este número se había más que cuadruplicado para alcanzar casi 18%. Para los estadounidenses de origen europeo con a lo sumo un diploma de escuela secundaria, la tasa de encarcelamiento, durante el mismo período, aumentó de alrededor el 1% a aproximadamente el 4%. Si observamos solo a aquellos que nunca completaron su educación secundaria, la cifra aumentó del 12% al 35% para los afroamericanos y del 2% a alrededor del 13% para los europeos. Por el contrario, para personas con al menos algo de educación universitaria, las tasas de encarcelamiento se mantuvieron prácticamente sin cambios en ambos grupos, alrededor del 2% y del 0,5%, respectivamente. La comparación de cohortes de nacimiento de individuos nacidos durante 1945-1949, por un lado, con los nacidos durante 1975-1979, por otro, revela que las probabilidades de encarcelamiento estimadas durante el curso de la vida para aquellos sin un diploma de estudios secundarios, ha aumentado del 4% a algo menos del 30% para los estadounidenses de origen europeos y de alrededor del 15% a más del 60% para los afroamericanos.
¿Cómo se relacionan estos cambios con las desigualdades en salud y bienestar? La Revisión Marmot de 2010 ofreció seis recomendaciones de políticas para el Reino Unido: dar a cada niño el mejor comienzo en la vida; permitir a las personas maximizar su capacidades y tener control sobre sus vidas; crear un ambiente de trabajo justo para todos; asegurar niveles de vida saludables para todos; crear y desarrollar comunidades saludables y sostenible; y fortalecer el papel y el impacto de la prevención de las enfermedades. Pero la política social punitiva funciona en contra cada una de estas recomendaciones intensificando las consecuencias que tiene el declive económico para las desigualdades en salud.
En Estados Unidos, los exreclusos están sumidos en un contexto de salarios bajos, trabajos precarios, si no de sencillamente desempleo crónico, y tienen tasas de mortalidad cerca de 13 veces mayores que las de la población comparable, especialmente debido al suicidio, exposición a violencia en el vecindario y el desarrollo de enfermedades relacionado contra el estrés. Para una madre soltera que lucha por ganar lo mínimo para sobrevivir mientras su compañero completa su sentencia tras las rejas, el desahucio da como resultado una una nueva forma de descenso social, ya que podría conducir a una incapacidad para asegurar una vivienda digna para su familia, a un nuevo descenso social y a un aumento del riesgo de acabar viviendo en la calle sin techo. De estos impactos del encarcelamiento se deduce que, en el origen, la política social punitiva es un determinante de los efectos de experiencias adversas durante la infancia: sus graves efectos transgeneracionales quedan ilustrados por cómo los niños con un padre encarcelado tienen una mayor probabilidad, entre otros factores, de abandonar la escuela, quedarse sin hogar y sufrir una variedad de problemas de salud. El hecho de que el riesgo acumulado de experimentar el encarcelamiento parental a la edad de 14 años entre los niños afroamericanos conduzca a que el abandono de la escuela secundaria supere el 50% informa de la magnitud de este fenómeno social, político y de salud pública. Desahucio, movilidad residencial descendente y una resultante inestabilidad en las relaciones sociales agravan las exposiciones durante la infancia a acontecimientos adversos que activamente modelan las trayectorias vitales y la susceptibilidad a las enfermedades.
Además, así como la austeridad tiene efectos regionalmente diferenciados en Europa, paisajes urbanos concretos se han atrofiado bajo el peso del sistema de justicia penal en EE UU, el cual ha extirpado de su barrios a hombres en lo mejor de su vida, deja familias desgarradas, rompe las redes sociales, y atrapa a comunidades locales en ciclos viciosos de declive económico, violencia, malestar ciudadano y nuevos tratamientos punitivos por parte del estado. En tal clima, las intervenciones de salud pública, allí donde no se han cancelado debido a recortes en el Estado de bienestar, no podrán eliminar las desigualdades en salud a menos que aborden y reparen sus determinantes desde la raíz. En otras palabras, ¿por qué tratar personas y enviarlos de vuelta a vivir en condiciones que les hicieron enfermar?
¿Es todo esto una peculiaridad estadounidense? Ciertamente, la reducción de las políticas de bienestar no lo es: a raíz de una estricta austeridad fiscal, durante la post recesión en Europa, la salud de la población ha sufrido un golpe. El cinturón de ajuste presupuestario ha erosionado los sistemas de salud, ha precipitado brotes de enfermedades infecciosas e hizo que los patrones sociales de salud y enfermedad fueran más pronunciados. Tampoco es la expansión penal una singularidad estadounidense. Aunque en ningún sitio se acerca a las cifras absolutas de Estados Unidos —y a pesar de las penas no privativas de la libertad— las cárceles europeas están al límite de su capacidad: solo algo menos del 30% de las administraciones penitenciarias experimentan hacinamiento y, desde 2009, la densidad penitenciaria europea se ha mantenido cercana al 100%. En Inglaterra y Gales, el sistema penitenciario ha estado superpoblado todos los años desde 1994 y la población carcelaria ha aumentado un 82% en las últimas tres décadas. En toda Europa, las presiones políticas sobre el estado del bienestar han estado acompañadas por el tratamiento punitivo de aquellos encadenados a los peldaños inferiores del orden socioeconómico; en particular, los migrantes poscoloniales y sus descendientes, cuya presencia desproporcionada en las cárceles europeas se hace eco de la de los afroamericanos al otro lado del Atlántico.
Para los investigadores y los responsables de políticas en salud pública, y para otros, es urgente que adoptemos un enfoque multidimensional en la comprensión de las desigualdades y los determinantes causales en su raíz. Las causas de las causas de la mala salud no operan aisladas unas de otras y tienden a formarse mutuamente en la intersección de poderosas fuerzas políticas y económicas. Para revertir los efectos duraderos de la política social punitiva, por lo tanto, es insuficiente actuar sobre un único determinante de salud, incluso si ese determinante de salud está causando daños importantes por sí mismo. Por ejemplo, poner fin a la hipercarcelación es poco probable que ayude a los más vulnerables de la sociedad a menos que la prisión se vea en conjunto con otras importantes instituciones sociales, incluidas las escuelas, los mercados laborales y los sistemas de salud y de asistencia social. Además, uno no puede ayudar sin percatarse de que el intervencionismo retributivo del estado dirigido a la parte inferior de la estructura de clases está en marcado contraste con su proteccionismo benefactor hacia los de arriba, el cual se caracteriza por un abanico de generosos beneficios integrados en un régimen de impuestos hábilmente adaptado. En resumen, ofrecer bienestar a los ricos mientras se castiga a los pobres no es un medio de lograr la equidad en salud.
Elias Nosrati: Merton College, University of Oxford, UK; Michael Marmot: Institute of Health Equity, Department of Epidemiology and Public Health, University College London, UK.
Otras lecturas
Desmond M. Evicted: poverty and profit in the American City. New York: Penguin, 2016
Faricy L. Welfare for the wealthy: parties, social spending, and inequality in the United States. New York, NY: Cambridge University Press, 2016
Geremek B. Poverty: a history. Oxford: Blackwell, 1997
Stuckler D, Basu S. The body economic: eight experiments in economic recovery, from Iceland to Greece. London: Penguin, 2013
Travis J, Western B, Redburn FS. The growth of incarceration in the United States: exploring causes and consequences. Washington, DC: The National Academies Press, 2014
Wacquant L. Punishing the poor: the neoliberal government of social insecurity. Durham, NC: Duke University Press, 2009. Trad: Castigar a los pobres. El gobierno neoliberal de la inseguridad social. Gedisa, 2010 <https://issuu.com/hansmejiaguerrero/docs/wacquant._castgar_a_los_pobres>;
Western B. Homeward: life in the year after prison. New York, NY: Russell Sage Foundation, 2018
The Lancet, Vol 39, 4/08/2019

La vida en llamas-la amazonia Boliviana-

Incendios en la Amazonía
La vida en llamas
31/08/2019 | Elizabeth Peredo Beltrán
La vida en llamas
Elizabeth Peredo Beltrán
Hoy inunda la rabia, el dolor y la desolación. La Amazonía se quema, el bosque Chiquitano está herido de muerte y bajo el fuego se queman también una parte de nuestras esperanzas para Bolivia y el mundo.
No se si estos sentimientos se puedan transformar en algo mejor. Por el momento solo duele y produce una amargura líquida que brota por los ojos aunque no se quiera. Este sentimiento se junta como río amargo al malestar cotidiano de respirar el aire envenenado de las ciudades, de tomar agua insegura y frágil, del riesgo de comer alimentos contaminados con químicos …, esa noción de vulnerabilidad que parece acompañarnos cada vez más y que se suma al horror de los crímenes contra las mujeres, la trata de niños y niñas, de ver que la violencia y la ideología machista van ganando terreno, de ver el teatro surrealista y cínico de los políticos pendiendo como una estaca del absurdo sobre nuestras cabezas. De sentirnos cada vez más presa de decisiones ignorantes, estúpidas y arbitrarias sobre nuestras vidas y la de los seres que amamos.
Nos hemos convertido en víctimas de un poder que se impone a fuerza de decretazos y de chistes machistas grotescos; que nos envuelve con discursos reivindicativos de una nación que ya no existe más, porque se ha fundido con la cultura del gran capital, con su deseo de poder absoluto, con su ideal de crecimiento infinito, con sus ansias de modernidad ególatra y falocéntrica y que transpira una subjetividad inundada de ignorancia, ambición e impostura. Un poder que diseña los paisajes de despojo en la comodidad de un sillón mullido y en vuelos caros en helicópteros de uso privado. Una realidad producida en la modorra de esa vida desacoplada de la vida. Porque la ignorancia y el poder del capital es obsceno y en su deseo ordena el disciplinamiento y el control sobre los cuerpos, “sobre todos los cuerpos”, como dice Eliane Brum, los de las mujeres, de los hombres, de los niños, de los ríos, de las aguas, de las selvas, de sus animales, de la tierra.
Quisiera creer que la rabia y el dolor son hoy una pequeña esperanza porque nacieron de la empatía con esa territorialidad extendida y dolorosa que nos llega desde la Chiquitanía. Miles de animales calcinados, miles de personas afectadas, millones de árboles consumidos. Casi un millón de hectáreas hechas ceniza. Nuestra Casa Grande en llamas.
La destrucción sin remedio del bosque por causa de la deforestación nos condena a una muerte lenta por si no lo saben quienes nos llevaron a esta situación límite. El bosque, el Gran Chaco Chiquitano y la Amazonía es una fuente de vida porque asegura los ciclos de la biodiversidad, del agua, de la purificación del aire enrarecido del planeta. El Amazonas es una fuente generosa y mágica de agua y humedad para el continente porque sus árboles la producen en forma de vapor en nubes que vuelan hacia otras regiones con el viento llevando lluvia, ternura y vida a la tierra. Antonio Nobre, científico apasionado del Amazonas, afirmaba hace un tiempo que estas “nubes voladoras” producto de la magia y generosidad de los árboles podrían estar en peligro por efecto de la deforestación y que este gran pulmón de aire y vitalidad podría comenzar un proceso de autodestrucción irreversible si el tamaño de la deforestación pasaría de cierto límite.
Ese don de la tierra -invisible como los pueblos indígenas que cuidan y protegen el bosque, invisible como el trabajo de las mujeres para cuidar la vida, invisible como la fuerza y el valor de la gente para colaborar y apagar el fuego- ha sido destruido. Las decisiones de Morales y García Linera, en el caso boliviano, han conducido a una depredación del territorio y del tejido social inéditas. Sus apuestas por el etanol, su permisividad con los transgénicos y la consecuente expansión de sus cultivos, su estímulo a la ganadería a gran escala para la exportación de carne a la China, sus leyes y decretos para ampliar frontera agrícola para pequeños productores y colonos, sus políticas para ampliar la frontera gasífera y petrolera en la selva y hasta incluso considerar el fracking como alternativa y, como corolario, la aprobación de la Ley 741 y el Decreto 3973 que autorizó las quemas controladas han sido acciones críticas que en su dinámica han conducido al desastre.
Nunca antes como ahora hemos vivido tanta violencia contra la Naturaleza. Y sus gestores no son conscientes de ello. Es ahí donde reside el mayor peligro: en la ignorancia del daño y destrucción producidos por una acción propia; en la falta de límites alojada en la cultura de la impunidad que sostiene a la burocracia del Estado Plurinacional, aquello que Hanna Arendt llamaría la “banalidad del mal”.
Hemos estado viviendo adormecidos: algo nos pasa dice la gente, ya no reaccionamosantes un solo grito detenía a los impostores, iniciaba la rebelión. Hoy nos superan los mecanismos de un poder que crece impune con los altavoces de la parafernalia populista. Después de que ya casi todo está destruido, y el fuego continúa asediando los territorios, los principales responsables de esta tragedia elaboran una postverdad al estilo Hollywood para reacomodar las fichas de su tablero. Antes que el fuego, la espectacularidad del Supertanker llegando salvador a la pequeña aldea se convierte en el protagonista principal. El cambio climático empieza a bailar en la boca de los negacionistas y no tendrá consecuencia alguna.
Pero la historia puede ser implacable y Morales será recordado desde hoy y para siempre como el mayor depredador indígena de la Amazonía y el Chaco. Esta tragedia provocada por la ambición política y económica autoreferencial y autoritaria tiene que ser documentada, explicada a las siguientes generaciones. Porque es una política sobre los cuerpos que reproduce el poder patriarcal y ecocida por todo lado y Bolivia no ha sido la excepción. La destrucción de la Amazonía es el resultado de la alianza del patriarcado autoritario y violento con el gran capital que demanda vida para erigir sus castillos de plástico. Tiene que ser nombrada para aprender que lo poco que quede se debe CUIDAR, restaurar, proteger. Para saber que lo que cuenta no es el intelecto impostor que maquilla la injusticia y la destrucción con palabras como las de García Linera, sino la conciencia de los límites, de saber que el fuego quema, que la falta de agua mata, que el machismo denigra, que la violencia destruye, que la ambición y el cálculo político corrompen, que el exceso de tiempo en el poder es malsano y puede llegar a ser criminal.
Necesitamos límites, nos dice la teóloga ecofeminista brasileña Ivone Guebara, y creo que la conciencia de estos límites tiene que ser construida con amor, pero también con rebeldía y desobediencia, con la fuerza de la indignación que nace de un ethos del cuidado de la vida, hoy ausente en los gobiernos de nuestra América. No sé si aún estemos a tiempo.
Tal vez la única esperanza está en nuestros cuerpos que tienen la cualidad de la memoria, del movimiento, de la interconexión autoreflexiva y relacional. Hoy la única rebelión posible es la del cuerpo en conexión con la naturaleza, una alianza con las otras especies y los seres que nacieron junto a los humanos y se convirtieron en cautivos de la racionalidad capitalista patriarcal y ecocida. Nuestros cuerpos tienen sentimientos y pueden transformarlos desde la sensación de opresión e inmovilidad a que conduce el miedo a la sensación de rebeldía y búsqueda de nuevos horizontes desde la tierra. Desde esa tierra dulce que, aún quemada y dañada de muerte, arropa los cuerpos de los árboles y animales sacrificados; y contiene las cenizas que –en el dolor profundo de nuestro ser- están moviendo una conexión vital en nuestras aguas internas: la de la mente, los sentimientos y el corazón.
Algo que, por supuesto, no entenderán nunca los jerarcas del despojo.
26/08/2019

Mexico SA

México SA
AMLO: cifras financieras // Mañana, primer Informe
M
añana, cuando ante elCongreso presente su primer Informe de gobierno, el presidente López Obrador llegará armado con cifras que le permitirán dar cuenta de sus nueve meses de estancia en Palacio Nacional. Habrá todo tipo de ellas, pero destacarán las relativas al comportamiento económico-financiero en el periodo de referencia.
En este sentido, hay que considerar la numeralia que la Secretaría de Hacienda envió ayer al Congreso: los principales balances de las finanzas públicas presentaron resultados mejores a lo programado. En enero-julio de 2019, el balance público presentó un déficit de 153 mil 100 millones de pesos, que se compara favorablemente con el saldo previsto en el programa de 313 mil 100 millones de pesos.
En el mismo periodo de 2018 se observó un déficit de 199 mil 400 millones. El balance primario presentó un superávit de 217 mil 300 millones, monto mayor al superávit previsto en el programa de 121 mil 200 millones. El superávit primario registrado en el mismo periodo del año anterior fue de 168 mil 700 millones.
El balance público enero-julio de 2019, sin considerar hasta 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la inversión de las empresas productivas del Estado y del gobierno federal para evaluarla meta del balance presupuestario, registró un superávit de 168 mil 400 millones de pesos.
Los requerimientos financieros del sector público (RFSP), la medida más amplia del balance del sector público federal, registraron un déficit de 114 mil millones de pesos, en línea con la meta anual de un déficit de 2.5 por ciento del PIB. En el mismo periodo del año anterior presentaron un déficit de 227 mil 500 millones. En enero-julio de 2019 los ingresos presupuestarios totales del sector público resultaron 2.7 por ciento inferiores al programa.
La desviación respecto al programa se explica por ingresos petroleros inferiores en 122 mil 400 millones, debido principalmente a una menor plataforma de producción y volumen de ventas internas; menores ingresos de la CFE en 12 mil 300 millones; menores ingresos tributarios en 31 mil 200 millones respecto al programa, debido principalmente a una menor recaudación del IVA neto, derivado de un incremento en el pago de devoluciones de este impuesto durante los primeros siete meses del año, que se compensaron en parte por ingresos no tributarios superiores a lo previsto por 62 mil 300 millones y por ingresos de las entidades de control presupuestario directo mayores en 14 mil 100 millones.
La evolución de los principales rubros de ingresos respecto al año anterior fue la siguiente: los petroleros se ubicaron en 483 mil 300 millones, 18.2 por ciento menos en términos reales al mismo periodo de 2018, por la disminución en la producción petrolera (10.1 por ciento anual), menor volumen de ventas internas y menor precio promedio de la mezcla mexicana de crudo.
Los ingresos tributarios no petroleros sumaron un billón 958 mil 200 millones (2.6 por ciento más). La recaudación del IEPS creció (28.4 por ciento) y de las importaciones (7.3 por ciento real). Los no tributarios del gobierno federal sumaron 136 mil 200 millones (27.6 por ciento menor). Los propios del IMSS e Issste se ubicaron en 240 mil 600 millones (2 por ciento más), y los de la CFE 232 mil 500 millones (9.1 por ciento mayores).
Por lo que toca a las erogaciones, al cierre de julio de 2019 el gasto neto pagado se ubicó en 3 billones 255 mil 900 millones. El programable fue menor en 141 mil 200 millones, principalmente por un menor gasto (92 mil 300 millones) de la administración pública centralizada y en 79 mil 700 millones de pesos en el IMSS, el Issste y Pemex, conjuntamente, que se compensan parcialmente por el mayor gasto de la CFE respecto a lo originalmente previsto por 33 mil millones.
Las rebanadas del pastel
Concluye agosto con un tipo de cambio más que nervioso: ayer, en promedio, el billete verde se vendió a 20.09 pesos, aunque en algunos bancos alcanzó hasta 20.48 por uno.

Desaparicion forzada

Desaparición forzada: tragedia y esperanza
L
a conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, ayer 30 de agosto, dio pie al recuento de las dramáticas cifras de este delito alcanzadas en México durante la pasada década y media, la exposición del sufrimiento que ello implica para los familiares de las víctimas, y de la denuncia de la inacción con que han respondido las autoridades ante la catástrofe humanitaria, pero también fue oportunidad para que el Estado asumiera su responsabilidad en la materia y para que quienes buscan a sus seres queridos recibieran una esperanza tangible de avance.
El de las desapariciones es uno de los saldos más estremecedores del crecimiento exponencial del crimen organizado y la consecuente descomposición institucional en todos los ámbitos y niveles del Estado. De acuerdo con los últimos cálculos oficiales, en el país hay más de 40 mil personas desaparecidas, más de 37 mil cuerpos sin identificar y más de 3 mil fosas clandestinas –con 4 mil 974 cuerpos– halladas de 2006 al 14 de agosto pasado. Como han denunciado durante años los familiares de las víctimas, a la tragedia de ignorar el paradero de sus seres queridos se ha sumado la indolencia y la insensibilidad de las autoridades encargadas de la búsqueda de las personas y el esclarecimiento de los crímenes.
Por ello, resulta saludable la serie de anuncios realizados por el gobierno federal en el contexto de las conmemoraciones oficiales, pues permite vislumbrar la concreción práctica del giro discursivo con que se ha desmarcado de la inadmisible actitud de sus antecesores. Entre ellos, debe destacarse el compromiso de aplicar los Principios Rectores para la Búsqueda de Personas Desaparecidas del Comité contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas, el cual incluye una invitación oficial para que el citado comité visite nuestro país el próximo año, y se complementa con el reconocimiento de la competencia del comité para recibir y examinar comunicaciones individuales.
Igualmente significativa es la aceptación, por conducto del subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, y de la comisionada nacional de Búsqueda, Karla Irasema Quintana Osuna, de la búsqueda de las víctimas como un deber ineludible del Estado con éstas que debe realizarse como eje de todas las acciones. Otras instrucciones giradas por el titular del Ejecutivo y dadas a conocer por el subsecretario resultan igualmente esperanzadoras por apuntar a un compromiso real con la resolución de esta lacerante problemática.
Sólo queda retomar las palabras de los padres y madres de las personas desaparecidas, en el sentido de que la buena voluntad mostrada por el gobierno debe convertirse en acciones concretas, cuyas primeras manifestaciones pasan necesariamente por la asignación de un presupuesto acorde con la magnitud de la tarea, y por el compromiso de todas las autoridades en la consecución de la meta: presentación con vida y castigo a los culpables.La jornada

No es el fuego, es el capitalismo

No es el fuego, es el capitalismo
E
l capitalismo ha entrado en una fase de descomposición que hace imposible, si quiere mantener la tasa de ganancia, garantizar la reproducción de la vida en condiciones dignas.
El modo de producción capitalista sólo puede mantenerse a costa de la explotación de las personas y de la naturaleza. La economía se financiariza y uberiza, explotando a un cada vez mayor porcentaje de la población mundial, al mismo tiempo que la minería y el agronegocio van destruyendo nuestras montañas, lagos y bosques, fundamentales para regular el clima y proveer alimentos y agua.
Al mismo tiempo, y como bien señalaba Gramsci, es en los momentos de crisis como este, donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer, cuando surgen los monstruos. La trumpización de la política es ya una realidad.
Es por todo lo anterior que en Brasil, y tras la aplicación de un golpe parlamentario contra Dilma y el lawfare contra Lula, ha surgido un monstruo como Bolsonaro, que avanza a paso firme en la destrucción social y ambiental del país más grande, geográfica y económicamente, de América Latina.
Los incendios que surcan la Amazonía, pulmón del planeta, son la cristalización del nuevo tiempo que nos toca vivir. Son más que un síntoma, son la metástasis de este mundo de monstruos regido por el modo de producción capitalista.
En primer lugar, no podemos obviar que Bolsonaro llegó al gobierno apoyado por la coalición BBB (Biblia, bala, buey), la unión de sectores evangélicos, milicias paramilitares y agronegocio. Y a ellos se debe y para ellos está modificando las leyes. En el caso del agronegocio, le recompensó entregándoles el control sobre agricultura, medio ambiente y pueblo indígenas.
El resultado: alrededor de 75 mil incendios en la Amazonia en los menos de 250 días que Bolsonaro lleva en el gobierno, la mayoría de ellos provocados con el objetivo de deforestar bosque y expandir el territorio del agronegocio, incendios que ya han afectado más de 3 mil kilómetros cuadrados de superficie.
El desastre ambiental es ya un hecho en un Amazonas que con su sola existencia impide la desertificación de toda su cuenca, conformada por 8 países: Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela y Surinam. Un Amazonas que produce 20 por ciento del oxígeno que respira el planeta, y captura asimismo otro 20 por ciento del CO₂, que es emitido a la atmósfera en la medida en que los árboles se van quemando, aumentando el calentamiento global.
Antes de la destrucción ambiental, y en menos de nueve meses de gobierno, Bolsonaro ya ha consumado una destrucción social en Brasil. La ofensiva contra los derechos sociales no tiene precedente. Desde la defensa de la dictadura militar o la tortura, a la legalización de facto de la posesión de armas, la flexibilización laboral, el recorte a las pensiones o la privatización de la educación universitaria.
En cualquier caso, que las ramas no nos impidan ver el bosque (si es que no se quema antes).
El debate en torno a la quema de la Amazonia está cargado de hipocresía. Desde quienes nunca denunciaron el encarcelamiento de Lula (germen de la tragedia social y ambiental que vive Brasil hoy), hasta veganos que critican a quienes consumen carne, pero no denuncian la explotación laboral de la clase trabajadora, especialmente quienes en el campo producen los vegetales que consumimos en las ciudades. Por no hablar, en un plano más estructural, de la hipocresía de los países del norte que quieren convertir a los países del sur en sus guardabosques. Un norte que pudo crecer y hacer sus revoluciones industriales y tecnológicas a costa de la explotación de los pueblos y recursos naturales del sur.
El debate sobre el modelo de desarrollo es uno de los grandes pendientes que tenemos como humanidad. El equilibrio entre el derecho al desarrollo, a sacar a cientos de millones de personas de la pobreza, y los derechos de la Madre Tierra, es un debate todavía no resuelto.
Es un debate en el que las responsabilidades deben ser compartidas, pero diferenciadas entre norte y sur. El 10 por ciento más rico de la población genera 50 por ciento de las emisiones de CO₂, mientras que la mitad más pobre de la población mundial genera tan sólo 10 por ciento de las emisiones. Está claro quienes son los responsables del problema y quienes deben ser los primeros en buscar soluciones.
Mientras tanto, algunas certezas sí tenemos. La solución no pasa por ningún tipo de capitalismo verde, ni mucho menos por soluciones individuales que satisfagan nuestras conciencias, pero no generen cambios estructurales. Las soluciones deben ser colectivas y pasan por replantear el modelo de desarrollo y modo de producción capitalista, para preocuparnos por la supervivencia de la Madre Tierra, entendida esta como la unión entre la humanidad y la naturaleza con la que compartimos el planeta.
Tenía razón Fredric Jameson cuando decía que es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo. Esa es la gran victoria cultural de un sistema que parece adentrarse en una obsolescencia no programada. Aunque es probable al paso que vamos que antes se consuma el planeta, y con él la humanidad entera, pero mientras haya un resquicio de esperanza para la acción, no nos confundamos, no es el fuego, es el capitalismo.
*Politólogo especialistaen América Latina

Complejidad, corrupcion e impunidad

Complejidad, corrupción e impunidad
H
ace unos días fue presentado el libro Corrupción y complejidad en el aula magna de profesores eméritos de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM. Teniendo como interlocutores a un número significativo de estudiantes y profesores se habló de un asunto que recién ha vuelto a ocupar la discusión pública: la corrupción pública y privada, las que, aparte de aparecer para algunos como un asunto normal e irreversible, es uno de los grandes problemas estructurales del país, cuyas fuertes, extensas y profundas raíces han invadido a instituciones de todo tipo en México.
Para este tema resulta relevante la información que proporciona Transparencia Internacional. Se-gún ésta, entre 2000 y 2017 México pasó, respecto a los índices de corrupción internacional, del lugar 53 al 134, de 175 países evaluados. Dicho en pocas palabras, en sólo 17 años escalamos 81 peldaños.
Por otra parte, los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2015 revelaron que buena parte de la población ha tenido contacto con la corrupción cuando realiza algún tipo de trámite (12 mil 590 personas por cada 100 mil). Y por si esto fuera poco, calibremos las complejas dimensiones de la corrupción comparando dos cifras.
Por un lado, Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, en el contexto de un foro sobre el Sistema Nacional Anticorrupción, dijo no hace mucho que el Banco Mundial y la Organización de Estados Americanos estimaron que la corrupción en México equivalió a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB). Y por otro lado el Inegi calculó que el PIB mexicano ascen-dió a poco más de 18.5 billones depesos durante el segundo trimestre de 2019. Ahora bien, si cruzamos estas dos cantidades, comprobaremos al menos dos datos que si bien no son exactos, sí nos dan una idea más clara de lo grave de la problemática: que al menos 10 de cada 100 pesos generados anualmente se pierden, de manera ilegal, mediante actos corruptos y que tan sólo de abril a junio de este año se perdieron 1.8 billones de pesos debido a la corrupción.
Todo lo anterior desenmascara una cruda realidad que, debido a la complejidad que está detrás, los costos de ese flagelo van más allá de lo económico. De esta manera, la corrupción pública y privada, acompañada de la impunidad, su hermana siamesa, que la encubre y reproduce, es un problema estructural que afecta directa o indirectamente la vida, la dignidad y los derechos humanos de las personas y colectivos en México, principalmente los de los grupos en mayor situación de vulnerabilidad.
Este complejo vínculo pernicioso entre corrupción e impunidad tiene otros graves efectos. Provoca que disminuya la inversión, frena el crecimiento económico y empuja a las empresas a actuar fuera de las regulaciones del Estado, lo cual incrementa la economía informal y conduce a la pérdida de credibilidad de las instituciones. Básicamente, el complejo binomio corrupción-impunidad compromete el desarrollo de la sociedad, afecta la convivencia ciudadana y pervierte el ejercicio de la autoridad.
Como expresara Graue, en la ocasión arriba citada, la corrupción, motivo de oprobio nacional, junto con la impunidad, nos anclan en el subdesarrollo y nos impiden progresar. Es necesario también señalar que en el sector privado gravitan igualmente diversas acciones y actitudes negativas ante la corrupción gubernamental. Por esta razón la iniciativa privada tendría que participar responsablemente en el estudio y la aportación de soluciones para prevenir la corrupción, desarticularla y no seguirla manteniendo, evitando beneficiarse de ella mediante prácticas de soborno, tales como la obtención de licencias y contratos o la agilización de trámites para conseguir permisos, por citar algunos casos. El problema de la corrupción es complejo, porque cruza numerosas dimensiones. Entre ellas, las históricas, políticas, económicas, sociológicas, éticas, jurídicas, culturales y hasta las religiosas. Y la complejidad es precisamente una herramienta que nos puede ayudar a comprenderla mejor y a encontrar posibles soluciones para enfrentarla y erradicarla.
De este modo, si la corrupción es compleja, la lucha contra ella también debe serlo. Una lucha seria y responsable forzosamente ha de involucrar, además del quiebre de la rueda de la impunidad, a la transparencia, la rendición de cuentas, la honestidad, el control interno, la fiscalización superior o independiente, los procedimientos electorales realizados conforme al derecho y la ley electoral, así como el combate contra la corrupción en las reformas legislativas, la aparición de nuevos ordenamientos y la creación de programas e instituciones tendientes a mejorar la gestión pública, por mencionar algunos casos. Hoy es necesario seguir exigiendo la importancia de nuestros derechos a la buena gestión y administración.

Leyes secundarias...

Leyes secundarias: 10 puntos problemáticos
L
a propuesta de leyes secundarias tiene problemas de fondo, como por ejemplo:
1.Devolver al Estado la conducción de la educación se traduce en un desmedido fortalecimiento centralismo gubernamental. Significa cerrar espacios que existen en las entidades, poner en manos de la burocracia prácticamente todo, incluyendo la definición del procedimiento y la decisión de quién será admitido o promovido al servicio (Ley Sistema de Carrera para las Maestras y Maestros, 14). Aunque se contempla la participación del sindicato, sólo puede opinar. (49, IV).
2. Esa ley no integra abiertamente el transitorio 16 del tercero constitucional que establece el 123 como marco de protección de los trabajadores de la educación (118). Y no es casual que entonces la carrera que se supone es de las maestras y maestros más bien sirva para que se amplíen sustancialmente los campos de intervención de las autoridades y se limiten los derechos de los profesores. La ley enumera más de 70 nuevos ámbitos de participación y decisión para autoridades (artículos 15-23) más los 15 destinados a la contratación de nuevos maestros (49) y otros más a las promociones (54). En contraste en la carrera los derechos del maestro son pocos y no lo liberan del papel subordinado que le asignan las leyes (ver 108).
3. Se da prioridad a la contratación de egresadas/os de normales, pero con requisitos que dificultan el acceso: movilidad, cursos extracurriculares, experiencia adicional u otro idioma (LSCM, 49).
4. Se plantea establecer programas de estímulos e incentivos (Carrera Magisterial) que fomentan la diferenciación entre maestros, el interés particular y monetario y el poco aprecio por el trabajo y defensa colectivos (LSCM, artículos 8, VI y 54).
5. Avalancha evaluatoria. Como dichos incentivos se otorgarán a la maestra/o “valorando su contribución… en el aprendizaje de los niños” (LSCM, 8, VI) se vuelve necesaria la evaluación de los niños y niñas, cerca de 15 millones –como en la prueba Enlace– a lo que se agregaría la evaluación diagnóstica a todos los maestros que sería para todos, como la evaluación universal que no pudo imponer Calderón. El Centro para la Mejora Continua de la Educación se convierte, como el INEE, en el gran sujeto y excluyente evaluador (ver Ley del Sistema para la Mejora Continua de la Educación, 6, 17-19).
6. La evaluación parte de la sospecha y en este caso, como en el sexenio pasado, de que no hay suficiente compromiso y trabajo de los maestros. Y por eso se le cargan las responsabilidades. La maestra/o asume ante el Estado y la sociedad la responsabilidad del aprendizaje de los alumnos y, además, es responsable del proceso de enseñanza aprendizaje, promotor, coordinador, facilitador, investigador y agente directo del proceso educativo. Todo. (LSCM, 7, XIII).
7. Obliga a maestros a retomar las finalidades de la educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Es-pecíficamente el desarrollo socio-emocional y pensamiento crítico, como insumos para ma-yor productividad laboral (OECD, 20-30, Creativity and critical thinking y Resumen Ejecutivo México, 2017, OECD Habilidades socioemocionales). (Ley General de Educación, 18).
8. Se refuerza la presencia de organizaciones civiles-empresariales a través de donativos (Ley General de Educación, 108) y a nivel escuela, municipio, estado y país como integrantes de los Consejos de Participación. Éstos podrán opinar sobre asuntos pedagógicos, conocer los resultados de las evaluaciones, dar seguimiento a las actividades escolares. En suma, supervisar. (LGE, 133 ss).
9. El Centro para la Mejora Continua de la Educación (Ley de Mejora, 17-19) es un INEE recargado con más facultades y amorfo, que excluye la participación formal y orgánica de los actores fundamentales de la educación. A su vez, supervisado por un comité de funcionarios de SHCP, SEP, estados y otros (LMCE, 7-9)
10. No da cabida a proyectos de educación regional que ya funcionan en entidades del país. Estos no son una opinión más de las que prevé la ley (LGE, 23). Tampoco contempla la evaluación a cargo de los colectivos de maestros que ya aceptaba la Ley del Servicio Profesional Docente (15-17) de Peña Nieto!
Es una concepción de la educación ajena a lo que debería ser un ejercicio de democracia, respeto de derechos, participación intensa y decisiva de actores, creadora de conocimiento amplio y emancipador, independiente del poder político y económico, y nacional por ser construida a partir de sus regiones y comunidades. Esta propuesta de algunos diputados de Morena-SEP, está muy lejos de la idea de educación que nace de la larga historia de luchas estudiantiles y magisteriales. De aprobarse dará paso a tantos abusos autoritarios que despertará fuerzas que apenas ayer comprobaron su capacidad de resistencia. La que ya hoy asoma en los relámpagos de Guerrero, Michoacán, Baja California, Chiapas.
A Luis Javier Garrido
*UAM Xochimilco

Ganaderia industrial y soya transgenica queman la Amazonia

Ganadería industrial y soya transgénica queman la Amazonia
C
erca de 79 mil incendios en la Amazonia, principalmente en Brasil, Bolivia e importantes áreas de Paraguay, han avanzado por semanas, quemando más de un millón de hectáreas de bosque tropical y arrasando territorios indígenas, muchos de los cuales habían sido invadidos legal o ilegalmente por la ganadería, la agricultura industrial y la minería. Hay un millón 500 mil habitantes de comunidades indígenas que están amenazados o ya sufriendo los impactos de esta grave crisis que está devastando amplias regiones amazónicas, su fauna, flora y diversidad biológica única.
El fuego se expande siguiendo la ruta de las trasnacionales de ganadería y agronegocios. Se talan y queman bosques para abrir espacio a la soya transgénica de Bayer-Monsanto y a la cría de ganado para JBS, la mayor trasnacional de producción industrial de carnes a escala global, que tiene una negra trayectoria de diversas violaciones legales, entre otras, por comerciar ganado criado con la deforestación del Amazonas.
La Vía Campesina Brasil declaró que esta serie de incendios están directamente ligados al avance del agronegocio, y por los enormes daños que provoca a comunidades y naturaleza debe considerarse un crimen contra la humanidad. Entre el 10 y 11 de agosto, que fue declarado Día del fuego por los hacendados de la región que queman el bosque para sembrar soya transgénica y pastura, los incendios aumentaron 300 por ciento. Denunció también que imágenes satelitales muestran un avance no visto desde la década de 1980 de la minería ilegal en territorios indígenas, que ha sido estimulada por el gobierno. (https://tinyurl.com/y3rq9d4j)
En efecto, no se trata de factores climáticos o mala suerte: hay causas y actores concretos. El principal motor de la tragedia es la siembra de monocultivos y de pasturas para ganadería a gran escala y la deforestación que causan. Brasil es el primer exportador mundial de soya transgénica, con extensas zonas en las áreas incendiadas y aledañas, en su amplia mayoría su destino es para forraje de cerdos, pollos y vacas en confinamiento, principalmente en Europa y China.
Pero ni los monocultivos de soya (u otros) ni la ganadería industrial son necesarias para alimentar a la población mundial (https://tinyurl.com/yxv3dz8s). Son solamente negocio de trasnacionales con grupos económicos que se han asegurado políticas muy favorables de producción y exportación desde el Sur global, acompañadas de diversos estímulos para aumentar adrede el consumo de cárnicos en muchas partes del mundo. Esto, pese a que tanto los monocultivos agroindustriales como la ganadería intensiva están entre los factores más altos de emisiones de gases que producen el cambio climático. Y eso, sin contar el aumento de emisiones de carbono que significan los incendios ahora en curso.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien llegó al gobierno apoyado por la llamada bancada ruralista de ese país (latifundistas, sembradores de monocultivos de caña, soya, maíz y grandes ganaderos), ha manifestado repetidamente que conservar la Amazonia es un desperdicio de recursos que pueden ser aprovechados por esas y otras industrias, como mineras, hidroeléctricas y petroleras. A todas ha facilitado avanzar en esa región, con una mezcla de legalización de despojos, desmantelamiento de medidas de protección y saboteo de la fiscalización ambiental.
Para ocultar los síntomas del desastre que se avizoraba, a principios de agosto de este año, Bolsonaro despidió de su cargo a Ricardo Galvão, director del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), por informar que la deforestación en la Amazonaa aumentó a un ritmo alarmante y mucho mayor que el año anterior. Bolsonaro negó que esto fuera verdad y poco después, cuando ya no pudo negar la crisis de incendios en la Amazonia, lanzó burdas mentiras, como que el fuego era causado por organizaciones ambientalistas para acosarlo. Como si los incendios no fueran causados por la misma gente que alentó y cobija.
Si el fuego sigue propagándose –advirtió la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica–, no solamente están en peligro los habitantes de 350 pueblos indígenas que habitan el Amazonas, también serían afectados 6.7 millones de kilómetros cuadrados de bosques, 44 mil especies de plantas, 2 mil 200 especies de animales, 2 mil 500 especies de peces de agua dulce y de 17 a 20 por ciento del total del agua dulce del planeta, además de que la pérdida de follaje de este ecosistema representa hasta 10 por ciento de las emisiones de carbono global. (https://tinyurl.com/yxasfvd4)
Una investigación de la organización Trase, con The Guardian y Repórter Brasil (2 de julio 2019), evidenció que JBS vende, a sabiendas, ganado criado en áreas devastadas de la Amazonia (https://tinyurl.com/y4yxtfhn). Seguramente alimenta otras instalaciones de ganado con soya que también viene de la Amazonia. Bayer-Monsanto enfrenta más de 18 mil juicios en Estados Unidos por causar cáncer a ese número de víctimas, a sabiendas de los efectos cancerígenos del glifosato, agrotóxico usado para la siembra de transgénicos. Tal como plantea La Vía Campesina, se trata de crímenes contra la humanidad, en Amazonia y más allá.
* Investigadora del Grupo ETC

viernes, 30 de agosto de 2019

Mexico SA

México SA
Inversión privada de saliva // Remesas: marca tras marca
N
o es la primera vez que elpresidente López Obrador hace el comparativo, pero es un tema en el que es necesario insistir, porque no es lo mismo la gimnasia que la magnesia. En la mañanera de ayer el mandatario destacó que me interesa mucho la economía popular, lo que más me importa es que la gente tenga para satisfacer sus necesidades básicas, eso es lo que más importa.
Y para redondear la idea detalló que a los tecnócratas, a los neoliberales, les obsesionan las cifras, los datos. Les obsesiona, por ejemplo, el dato de crecimiento económico y a mí no me dice mucho eso, porque puede ser que una empresa o dos o tres, o cinco o 10 o un grupo de empresas o de bancos tengan muchas ganancias, pero que ese dinero no beneficia a la gente, que incluso ni siquiera se quede en México. Entonces, eso es lo que miden, el crecimiento en el dinero que se va acumulando.
Sin embargo, por otra parte están creciendo los volúmenes de remesas, lo que están enviando nuestros paisanos, como nunca este año. A ver, que me digan los expertos si no es cierto. Gracias a eso, imagínense lo que son 35 mil millones de dólares. Le agradezco mucho al sector privado de México, porque está invirtiendo y está creando empleos, y está trabajando de manera coordinada con nosotros. Pero ¿saben cuánto fue lo que se comprometieron a invertir este año? Treinta mil millones de dólares. Y las remesas son de 35 mil millones de dólares, para ubicarnos.
La inversión y las remesas tienen un efecto distinto, dijo López Obrador, “y no es lo mismo decir vamos a aumentar la inversión en 30 mil millones, que 35 mil millones de remesas. Una inversión de 30 mil millones significa destinar recursos para la administración, para los insumos, utilidades. Lo de las remesas es dinero todo para la gente de manera directa. Entonces, eso ha ayudado mucho y esto se complementa con toda la inversión que va destinada a los programas sociales, al bienestar.Entonces, si el Banco de México, los expertos o las calificadoras –porque tienen otros parámetros– dicen que va mal la economía, pues los tengo que respetar, sencillamente son visiones diferentes. Yo ya no quiero nada con el neoliberalismo, porque resultó ese modelo, un rotundo fracaso”.
En efecto, no es lo mismo que lo mesmo, a lo largo del presente año el envío de remesas no ha dejado de crecer (con todo y el salvaje de la Casa Blanca), mientras las cifras oficiales revelan permanente caída en los niveles de inversión privada. Es decir, el crecimiento del primero de los conceptos referidos es real; las promesas de inversión privada no trascienden el discurso ni el pomposo encuentro de ocasión con el mandatario en turno.
Meses atrás, la cúpula empresarial se reunió con el presidente López Obrador para prometer una inversión cercana a 30 mil millones de dólares en 2019, pero hasta ahora el Inegi solo documenta el descenso permanente de tal indicador. En cambio, el Banco de México certifica que, mes tras mes, crece el envío de remesas de los paisanos, y éste llega a las familias destinatarias. En cambio, los inversionistas privados todo el día exigen condiciones apropiadas para ellos.
A mediados de junio pasado, el gobierno federal y el Consejo Coordinador Empresarial concretaron un convenio de inversiones que tendrá, de entrada, una aportación de las 60 más grandes empresas por 623 mil millones de pesos (alrededor de 32 mil millones de dólares), según anunció del presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle. La cúpula empresarial demandó generar las condiciones propicias para la inversión: certidumbre jurídica, estabilidad macroeconómica y fin a la corrupción.Con ese monto, dijo entonces el presidente /López Obrador, vamos a crecer, como lo hemos propuesto, a una tasa anual de 4 por ciento. Si hay inversión, hay empleos, bienestar, paz y tranquilidad social. Es un círculo virtuoso.
Las rebanadas del pastel
Entonces, hasta ahora solo las remesas fluyen; la prometida inversión privada no ha pasado del discurso.
Twitter: @cafevega

Derrota de la contrainsurgencia "social"

Derrota de la contrainsurgencia social
E
n la medida que las políticas o programas sociales suenan como las caras amables de los estados de nuestra región, más allá de quienes los administren, resulta necesario recordar sus orígenes y objetivos declarados. No alcanza con señalar que buscan reducir la pobreza o que pretenden debilitar a los movimientos antisistémicos. La historia se remonta a la guerra de Vietnam y a un personaje llamado Robert McNamara, uno de los cuadros más astutos que tuvo el capitalismo.
McNamara fue el primer presidente de la empresa Ford que no pertenecía a la familia, en 1960, cargo que abandonó al ser nombrado secretario de Defensa entre 1961 y 1968, durante la guerra de Vietnam. Ese año pasó a presidir el Banco Mundial, hasta 1981. Durante la Segunda Guerra Mundial había ingresado a la Fuerza Aérea, donde aplicó las artes de la administración de negocios aprendidas en Harvard a la eficiencia de los bombarderos estadunidenses, lo que le valió la Legión al Mérito como teniente coronel.
Durante el conflicto en Vietnam comprendió que las armas, por más sofisticadas que sean, no ganan guerras. Dirigió el Banco Mundial con el objetivo de revertir la derrota militar y preparar el terreno para que esa situación no volviera a producirse. Comprendió que la injusticia social y la pobreza podían poner en peligro la estabilidad del sistema capitalista, y para remediarlo concibió la política del combate a la pobreza.
Entiéndase que para McNamara la pobreza es un problema en tanto, y sólo en tanto, puede desestabilizar la dominación. Es una cuestión instrumental, no ética. Bajo su gestión el Banco Mundial se convirtió en el centro de pensamiento ( think tank) más citado por las academias y pasó a definir las políticas de los países en desarrollo. Como destacó uno de sus colaboradores, Hollis Chenery, se trata de repartir un pedazo del crecimiento de la riqueza y no la riqueza*.
El combate a la pobreza tuvo dos efectos más. Consiguió sacar la riqueza del centro del escenario político, como había estado hasta la década de los 70. Aunque hoy parezca increíble para quienes no vivieron la revolución mundial de 1968, la izquierda creía que el verdadero problema social era la riqueza, por eso todos los programas de gobierno iban dirigidos a la reapropiación de los medios de producción y de cambio, como la reforma agraria, entre muchos otros.
La segunda es que se propuso, y consiguió, influir en los movimientos antisistémicos de una manera muy sutil, a través de una política que definieron como fortalecimiento organizativo (recuerden el Pronasol), se eligieron movimientos de lucha para convertirlos –con apoyo del Banco Mundial– en organizaciones burocratizadas que, en adelante, se especializarán en hacer trámites ante agencias de desarrollo. El banco dejó de gestionar los préstamos y se limitó a acompañarcapacitarasesorar y fiscalizar.
Por todo lo anterior, es importante que las bases de apoyo del EZLN hayan conseguido derrotar esta contrainsurgencia social. No es lo habitual. En mi país, Uruguay, el progresismo consiguió amortiguar el conflicto social con una batería de políticas sociales que van desde el impulso a cooperativasdigitadas desde arriba, hasta la creación de organizaciones sociales que tienen la apariencia de legítimos movimientos. Otros progresismos fueron más sutiles, clonando movimientos enteros.
El comunicado titulado Y rompimos el cerco, firmado por el subcomandante Moisés, enseña tres aspectos de esta derrota de los programas sociales.
El primero es que las bases de apoyo salieron de sus comunidades a encontrarse con otros abajos, con quienes se entendieron como sólo se entienden entre sí quienes comparten no sólo el dolor, también la historia, la indignación, la rabia.
La segunda es el papel destacado que jugaron los jóvenes y las mujeres en la tarea de romper el cerco. La tercera es que las mujeres zapatistas no sólo marcaron el norte, sino que estuvieron también a los lados para que no nos desviemos, y atrás para que no nos retrasemos.
Fue un encuentro entre abajos, entre iguales, más allá de las opciones políticas coyunturales de cada quien. Fue un encuentro de dignidades: la zapatista y la de las comunidades partidistas que se rebelaron contra el desprecio, el racismo y la voracidad del actual gobierno, que les entrega limosnas para dividirlas.
Me interesa destacar no sólo el hecho de que rompieron el cerco, sino sobre todo cómo lo hicieron. Es una lección política y ética que necesitamos en esta parte del mundo, donde los programas sociales inspirados en el Banco Mundial y ejecutados por los progresismos, han destruido la independencia del campo popular y atornillado la dominación, para beneplácito de las grandes multinacionales.
Poder popular y programas sociales son dos fuerzas que se repelen. Cuando una triunfa, la otra pierde.
*Citado por Eric Toussaint, Banco Mundial. El golpe de Estado permanente , Abya Yala, Quito, 2007, p. 155.

Astillero

Astillero
El control está en Palacio // Batres: triunfo moral // Monreal se sostiene // Encuestas manejables
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▲ ¿CERRANDO FILAS?. El presidente Andrés Manuel López Obrador y la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, en la plenaria de diputados realizada ayer en un hotel capitalino.Foto Marco Peláez
A
pocos días de rendir su primer informe protocolario como presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador mostró que el control de grupos y actividades de Morena está en sus manos, aunque sus labios y discursos digan lo contrario.
Recibió a diputados y senadores en un salón de un hotel capitalino, con los coordinadores de las bancadas legislativas a un lado: Mario Delgado, de los diputados (y presunto aspirante a presidir Morena, aunque no sabe todavía si le tocará el papel de convalidar o de ganar), y el muy sonriente Ricardo Monreal, de los senadores (y presunto aspirante a la candidatura presidencial de 2024, aunque no sabe todavía si lo sería por Morena).
Los senadores del partido hegemónico sabrían, en otra de las pistas del gran espectáculo partidista, que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) había declarado inválida la designación, mediante votos personales en urna, que semanas atrás habían hecho de Mónica Fernández Balboa para que presida la mesa directiva del Senado en relevo de Martí Batres, quien se inconformó ante la citada CNHJ y obtuvo una resolución (con tufo grupal: Yeidckol Polevnsky como operadora) que ordena reponer el proceso de votación, aunque no establece castigos a presuntos responsables de las irregularidades que habrían fundado el dictamen ni la obligación de que el futuro resultado sea distinto al original.
Es decir, la tabasqueña Fernández Balboa podría volver a ser electa, como sugería la gráfica de ayer en que junto a Ricardo Monreal y la presidenta en entredicho se mostraron varios de los senadores morenistas, asegurando que votarían en sentido similar. Batres se dijo conforme con el triunfo político y moral que le significa el dictamen de la CNHJ y mencionó que no volvería a contender por este cargo si las condiciones políticas se mantienen iguales.
Monreal no se abstuvo de criticar la decisión de la CNHJ, la que consideró desmedida; señaló que no le dieron derecho de audiencia, que los plazos procesales fueron recortados sin causa ni explicación y que recurrirá al tribunal electoral federal. Pero, en el fondo, el seco pleito entre los dos grupos senatoriales de Morena quedan en una especie de empate (Batres con el triunfo moral y Monreal con la probable repetición del resultado que él promovió), que sigue teniendo a Palacio Nacional como el histórico fiel de la balanza. Batres seguirá tratando de contener y desinflar a Monreal, quien seguirá apostando a entregar resultados pragmáticos a gusto del Presidente de la República. Ya será más adelante, conforme el calendario del futurismo electoral avance, cuando se salden estas batallas actuales.
La siguiente pelea entre corrientes morenistas también comenzó ayer a ser colocada en la misma mano presidencial. El propio López Obrador propuso, con todo el peso resolutivo que tiene una recomendación de él, la fórmula para la selección de la próxima dirigencia de Morena: encuestas. Esa opción estatutaria implica que no se realice mediante asambleas y procedimientos masivos y de participación democrática abierta, sino con mediciones de opinión, método este que justamente ha sido causa de choques y divisiones en el joven partido. Baste recordar que una encuesta apenas dada a oler a los competidores motivó la grieta que hoy se ahonda: Monreal se inconformó abiertamente con la encuesta que dio como ganadora a Claudia Sheinbaum para ser candidata a gobernar la Ciudad de México.
En otros procesos internos, ha provocado similar desunión el uso de tal mecanismo virtualmente discrecional, que deja en la alta burocracia partidista la definición de resultados que, planteados así, generan descontento y fisuras. Pero los estatutos de Morena validan los métodos de participación abierta o las famosas encuestas. A fin de cuentas, todos los caminos de Morena conducen a Palacio Nacional.
Y, mientras la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda ha ordenado bloquear las cuentas bancarias de Ramón Sosamontes, operador clave de Rosario Robles en Sedesol y Sedatu, ¡hasta el próximo lunes!
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Dinero

Dinero
Economía moral vs. neoliberalismo // Frustran el monrealazo // Las ciudades más seguras del mundo
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▲ La morenista Rocío Adriana Abreu; Santiago Nieto Castillo, titular de la unidad financiera de la SHCP, y Ricardo Monreal, coordinador de Morena, en la reunión plenaria de ayer en el Senado.Foto Luis Castillo
E
l presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que está escribiendo un libro sobre economía moral y neoliberalismo. Probablemente lo tendrá en prensas el próximo diciembre. Ayer dio un anticipo de algunas de las ideas que son los ejes de su narrativa al referirse a una nueva reducción de la expansión económica que el Banco de México calcula por este año.El banco central tiene 25 años de ser una institución autónoma, y en ese periodo ha tenido cuatro gobernadores: Miguel Mancera Aguayo, Guillermo Ortiz y Agustín Carstens, y el actual, Alejandro Díaz de León. Es de llamar la atención que antes de ocupar el cargo, fueron empleados del prianismo. Mancera Aguayo coincidió con Ernesto Zedillo; Ortiz, con Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, y Carstens con Calderón y Enrique Peña Nieto. También el actual gobernador, Alejandro Díaz de León, de la incubadora neoliberal, fue empleado del prianismo, y hubiera coincidido con José Antonio Meade, pero la historia se escribió de otro modo: ganó la elección ya saben quién. Así que ha venido a ser el primer gobernador (involuntariamente) autónomo del Presidente. Esa condición le ha dado una distancia, una libertad que no tuvieron sus antecesores. La ha aprovechado, ha sido más crítico de lo que fueron Mancera Aguayo, Ortiz y Carstens.El próximo libro de Andrés Manuel será un espacio para contrastar sus ideas, el neoliberalismo versus la economía moral.
Crecimiento y desarrollo
Volviendo al tema inicial: ante la reducción de las expectativas de crecimiento que anunció el Banco de México para este año, López Obrador dijo que es respetuoso de esa visión, pero aseguró que contrasta con el repunte de la economía popular, producto del crecimiento de las remesas y los programas sociales. Me interesa mucho la economía popular. A los tecnócratas neoliberales les obsesionan las cifras, los datos. El dato del crecimiento económico a mí no me dice mucho porque puede ser que una, dos, 10 empresas o un grupo de empresas o bancos tengan muchas ganancias, pero ese dinero no beneficia a la gente o ni siquiera se queda en México, agregó. Eso es lo que miden, que el dinero se está acumulando, pero a mí me importa el crecimiento acompañado del bienestar, a mí me importa mucho que la gente tenga para comprar. López Obrador observó que si el Banco de México, los expertos, las calificadoras dicen que va mal la economía, los tengo que respetar, pero sencillamente son visiones diferentes. Yo ya no quiero nada con el neoliberalismo porque resultó un rotundo fracaso. Estamos en la época posneoliberal, por eso estoy escribiendo un nuevo libro sobre la economía moral. Ya comentaré los siguientes capítulos de la historia.
Monreal hizo chapuza
La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena –integrada por Gabriela Rodríguez Ramírez, Héctor Díaz Polanco, Adrián Arroyo Legaspi y Víctor Suárez Carrera– dio la razón a Martí Batres e invalidó la elección interna del partido de la mesa directiva del Senado al considerar una indebida participación de otras fracciones parlamentarias en la votación. Hubo chapuza en el proceso: Ricardo Monreal permitió que votaran senadores del Partido Encuentro Social e impuso a una incondicional, Mónica Fernández, a fin de conjuntar en su persona –Monreal– los dos principales órganos de gobierno: la Junta de Coordinación Política (que jefatura Monreal) y la presidencia del Senado. Tendrá que reponerse la elección, lo que no significa que Monreal dejará de intentar controlar la cámara alta.
Coatzacoalcos
No haré un sarcasmo a costa de la sufrida población de Coatzacoalcos, pero la cosa es que no aparece en la lista de las ciudades más seguras del mundo (ver gráfica arriba).
Twiteratti
@CarlosLoret y su reportera @areliquinteroc han montado un sainete en radio con mentiras y afirmaciones que rechazo categóricamente. Periodismo venal. @El_Universal_Mx@WRADIOMexico.
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