EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 31 de marzo de 2016

Marzo desdibujado

Marzo desdibujado Miguel Marín Bosch
C oncluye hoy un mes muy extraño. Para los refugiados sirios que tratan de alcanzar tierras europeas el mes ha sido trágicamente normal. Pero no tiene nada de normal lo que presenciamos en Europa, Estados Unidos, Cuba y Brasil. Los ataques terroristas en Bruselas nos muestran las debilidades del sistema de seguridad de Europa en general y Bélgica en particular. Pero siguen los trancazos por doquiera. ¿Pascua en un parque en Lahore? La película cubana lleva muchos años en sus pantallas. En días pasados tuvo momentos estelares. Hablo de los Rolling Stones y también del presidente Barack Obama. Aquí hay que precisar que Obama hizo bien en acercarse a Cuba. Fidel Castro no estuvo muy de acuerdo con la visita pero el presidente Raúl Castro la promovió. Desde luego que sigue el embargo y sólo el Congreso estadunidense puede levantarlo. Pero en 20 años quizás le darán la razón a Obama. Fue un gesto histórico que los atentados en Bruselas no lograron empañar. Obama tiene otro sentido de la historia. No se doblega ante las necedades de un Vladimir Putin ni las amenazas terroristas de un llamado Estado Islámico. Sigue la agenda que se trazó en 2008. Es un fuera de serie. En Cuba y Argentina fue cordial, amistoso y, algo insólito para un mandatario estadunidense, autocrítico. Los historiadores de mañana lo juzgarán. Confieso que nunca imaginé que vería a un presidente negro en la Casa Blanca. Más bien pensé que antes habría un inquilino de ascendencia hispana y más bien conservador. He ahí los cubanos Ted Cruz y Marco Rubio. Tampoco pensé que sería testigo del actual espectáculo político que tenemos al norte de nuestra frontera. Resulta alarmante. Piensen, por un momento, lo que hubiera hecho una prensa libre en Alemania o Italia en la década de 1930. En Estados Unidos hoy, desafortunadamente, son escasos los medios que vigilan las locuras del señor Donald J. Trump. Lo ven como un show, algo aceptable dado el grado de descontento en una población sumamente ensimismada. Las llamadas noticias son un entretenimiento para los televidentes. Nadie (o pocos) tacha a Trump de lo que es, de lo que es hoy, ya que mañana se podría disparar en otra dirección: un demagogo y populista que raya en el fascismo. Ahora nos dicen que sus exabruptos son meras expresiones del consagrado derecho a la libre expresión. ¿No se dan cuenta de lo que ocurre? Cierto, casi todos sus contrincantes republicanos son (fueron) pesos plumas, pero creo que el país da para más. La contienda del lado republicano se ha convertido en una lucha obscena entre Trump y Ted Cruz. No hay nada que se le parezca en la historia de Estados Unidos en las últimas décadas. Parece increíble que los pesos pesados del Partido Republicano estén tratando de descarrilar al candidato que va arriba. Trump ha pronosticado violencia si le niegan la nominación. Del lado demócrata, Hillary Clinton aún podría tropezar en su campaña si sigue creciendo el escándalo de los documentos oficiales que envió cuando era secretaria de Estado. Por otro lado, Bernie Sanders es todo un fenómeno. Según algunas encuestas, Sanders vencería a Trump y a Cruz. Y, ¿qué decir del triste espectáculo en Brasil? En 2003 escribí en este espacio un artículo elogioso de Luiz Inacio Lula da Silva. En su cuarto intento logró la presidencia de su país. Ahora, 13 años después, su sucesora, Dilma Rousseff, está en apuros. Y, al parecer, Lula también. Triste fin, aunque hago changuitos para que ambos la libren. En España siguen jugando a la política sin hacer política. No logran conformar un gobierno y se la pasan culpando al prójimo. Se trata de defender lo que pienso en lugar de proponer una salida negociada. Señor Rajoy: hay que saber cuándo retirarse. Europa sigue dando muestras de un malestar profundo. Hay un racismo que preocupa. Angela Merkel entiende los problemas mejor que muchos de sus colegas políticos, pero se siente aislada. La ola de refugiados de Medio Oriente los pone en aprietos. Ni Francia ni Bélgica han resuelto sus problemas de inmigrantes que aceptaron cuando eran potencias coloniales pero no lograron asimilarlos. Ahora les sale el cobre. Se multiplican los problemas sociales, raciales y religiosos. Suele ocurrir con la edad que uno se encabrona con cierta frecuencia. Pero asusta lo que estamos viviendo. Entre las clases más o menos acomodadas no es raro ver a una familia en un ambiente insólito. El padre, la madre y los hijos (hijas), cada uno con un aparato: teléfono inalámbrico, tableta electrónica, etcétera. ¿Qué nos pasa? Concluyo con otra mala noticia: la muerte de Johan Cruyff. Se lo llevó el cigarro. Entiendo el vicio. No creo que haya sido el jugador más dotado. Ahí están Pelé y Maradona, y ahora Messi. Pero sin duda fue el que más influyó en cómo se juega el futbol. Y lo hizo con los pies pero, y ahí su legado, lo hizo también con la cabeza. Pocos jugadores (y entrenadores) le metieron más cerebro al juego que este grandioso holandés.

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