EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

sábado, 2 de agosto de 2014

Entrevista a Eric Toussaint

Entrevista a Eric Toussaint
"Lo intolerable es el terrible aumento de las desigualdades, tanto en el Sur como en el Norte, y cómo se trivializa este fenómeno"

CADTM

Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz

Publicamos en dos partes la larga entrevista a Éric Toussaint realizada por Anthony Legrand el 11 de julio de 2014. La entrevista permite abordar de qué manera una organización como el CADTM percibe su acción en el marco Norte-Sur. 1.

A.L. Usted tiene formación de historiador y de politólogo, es doctor en Ciencias Políticas. Además es miembro del consejo científico de ATTAC Francia, de la red científica de ATTAC Bélgica, del consejo internacional del Foro Social Mundial desde su creación en 2001. Es también profesor de relaciones Norte/Sur en la Universidad de Lieja y de la Cooperación técnica belga sobre los flujos financieros mundiales y las alternativas. Para terminar— y la entrevista concierne este último aspecto— es fundador y presidente del CADTM Bélgica. Usted ha escrito numerosos libros, principalmente sobre la cuestión de la deuda, y ha participado en numerosas conferencias internacionales. Ha sido consejero del gobierno de Ecuador (2007-2008), de Venezuela (2008, del ministerio de Planificación y Economía) y de Paraguay (2008-2009, del presidente Fernando Lugo que fue derrocado por la derecha en junio de 2012). ¿Se trata siempre de gobiernos del Sur?
E.T. Aconsejé únicamente a gobiernos (o a algunos ministros) de los países del Sur que acaba de mencionar. No fui llamado por ningún gobierno del Norte. Pero no excluyamos que en el futuro esto pueda cambiar, si, por ejemplo, una fuerza política de izquierda accediera al gobierno de Grecia y decidiera tratar la cuestión de la deuda de manera seria y radical. Dicho esto, doy prioridad a las actividades en y con los movimientos sociales. No me he transformado en consejero de gobiernos o de organismos internacionales. Creo que los cambios se producirán por la presión de la movilización de la gente en la calle.
2. El CADTM (Bélgica) fue creado en 1990, después del período tercermundista. ¿Calificaría el CADTM como una ONG tercermundista?
No, el CADTM no es una organización tercermundista. Se constituyó como una plataforma que agrupaba una serie de movimientos preexistentes y de individuos para actuar conjuntamente en favor de la anulación de la deuda del tercer mundo: organizaciones sindicales, culturales, de educación permanente, algunos parlamentarios y personas de los movimientos de solidaridad Norte/Sur. Así se organizó un colectivo, una plataforma, no una ONG tercermundista.
3. En la época del tercermundismo, se enfrentaron dos teorías: la teoría de la modernización que ponía el acento sobre las causas internas del subdesarrollo en los países en desarrollo y la teoría de la dependencia sobre las causas externas. ¿Usted qué piensa sobre estos dos puntos de vista opuestos sobre el subdesarrollo?
El CADTM se sitúa claramente del lado de la escuela de la dependencia |1|. Pero esta manera de resumir esta oposición es esquemática ya que del lado de la escuela de la dependencia a la vez se comprenden los factores externos— la subordinación de los países de la periferia en relación a los países del centro, en el marco de un análisis del sistema capitalista mundializado— y se efectúa un análisis de las causas internas. Varios pensadores de la escuela de la dependencia, por ejemplo el brasileño Rui Mauro Marini |2|, tenían una clara comprensión de los factores internos que bloquean el progreso social, en especial el papel de la burguesía. Además, Brasil, por ejemplo, era calificado por Marini como país sub-imperialista o de imperialismo periférico en 1965, es decir, que este autor no magnificaba el papel de su país y de sus clases dirigentes. La voluntad de dominación de Brasil en América del Sur ya era, en esa época, un elemento clave de análisis de este autor, miembro de la escuela de la dependencia.
4. ¿Sobre qué factores se concentra la acción del CADTM?
La acción del CADTM se vuelca tanto a los factores externos como a los internos. Puesto que resolver los factores externos, como mejorar fundamentalmente las relaciones con el exterior (por ejemplo, con los acreedores del Norte) mientras que los factores internos de los países del Sur (tales como la dominación de una clase capitalista sobre un sector ya sea agrario, agro-industrial o comercial) permanezcan sin cambios, que la estructura social de ese país no se modifique (por ejemplo, una alta concentración de tierras en manos de la oligarquía terrateniente) no se podrán resolver, en forma integral, los problemas fundamentales del país. Por lo tanto, en los países del Sur hay que trabajar tanto en los niveles externos como en los internos. En ese sentido, el CADTM tiene una visión integral de la resolución de los problemas a los que las poblaciones del Sur del planeta se ven abocados.

Modelos de desarrollo

5. El paradigma de desarrollo seguido por la cooperación internacional pasó del desarrollo por el crecimiento económico (según Rostow) a la lucha contra la pobreza por el crecimiento económico. ¿Cuál es la posición del CADTM con respecto a este paradigma?
Para el CADTM, el crecimiento del PIB no es un criterio para juzgar sobre la satisfacción de los derechos humanos y el desarrollo humano en un país. El CADTM no se limita a hablar de desarrollo en general, hablamos de desarrollo humano. El CADTM critica el término «desarrollo», tomado como un objetivo en sí mismo, porque el desarrollo está ligado, en el pensamiento dominante, al crecimiento económico. Nuestro criterio es el grado de satisfacción de los derechos humanos fundamentales: los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. Y aquí hay un debate: las organizaciones del Norte, ligadas al mundo occidental dominado por Estados Unidos privilegian los derechos civiles y políticos tal como los ven, o sea, estrictamente individuales, y hay otras que más bien privilegian los derechos económicos y sociales. Para el CADTM, los derechos humanos son indivisibles y deseamos la satisfacción y la mejora de esa satisfacción de todos los derechos humanos.
Por lo tanto, hay una distinción muy clara entre lo que está de moda en parte de los organismos especializados en la cooperación internacional, las instituciones internacionales o los gobiernos de los países del Norte, y cómo el CADTM ve las cosas. Observamos un crecimiento económico fuerte y un empobrecimiento de una parte importante de la población. Constatamos esta contradicción de forma bastante regular. Los países que siguen el modelo occidental o el modelo capitalista de desarrollo sufren un aumento importante de las desigualdades ligado al crecimiento económico. Es cierto para China, que ha seguido su propio camino capitalista desde los años 1980 y es cierto para los países africanos sometidos a prioridades tales como las formuladas por los gobiernos del Norte y los organismos internacionales, como el BM y el FMI.
6. La cooperación Sur-Sur permite que los países de la periferia adquirieran cierta autonomía con respecto al centro. Sin embargo, en el seno del Tercer Mundo, comprobamos que algunos países se convierten en nuevos centros que perpetúan el esquema de explotación de materias primas y de mano de obra barata de la periferia. En ese contexto, ¿cuál es la posición del CADTM respecto a la cooperación Sur-Sur?
El CADTM es totalmente favorable a una cooperación Sur-Sur pero constatamos efectivamente que hay una serie de potencias del Sur que se comportan de forma inaceptable cuando se trata de garantizar el acceso a las materias primas, y reproducen los esquemas establecidos por las potencias del Norte. Algunos ejemplos son: China con respecto a sus vecinos de Asia, pero también con países de África y de Latinoamérica; La República Sudafricana con respecto a África austral; Brasil con respecto a sus vecinos de Latinoamérica y a una serie de países africanos (ex colonias portuguesas: Angola, Mozambique…). La cooperación Sur-Sur que responde a las opciones que respaldamos se refiere a las tentativas de integración entre los países progresistas de Latinoamérica, tentativas que nos parecen demasiado tímidas por el momento (por ejemplo, el ALBA, la Alianza Bolivariana para las Américas, extremadamente interesantes sobre el papel pero que presentan limitaciones importantes). Por consiguiente, somos totalmente favorables a una cooperación Sur-Sur que implique la integración de los pueblos, no solamente con respecto a la economía. Tal integración supondría, por ejemplo, establecer mecanismos de transferencias de los países del Sur más fuertes hacia los países del Sur más débiles.

Solidaridades

7. De acuerdo con un informe de la OCDE del año 2003, los medios, principalmente la televisión, constituyen la principal fuente de información sobre el desarrollo, pero el público está poco informado sobre la cooperación internacional y los retos del desarrollo y la pobreza. Se privilegian las causas humanitarias en relación con otras consideraciones (comercio internacional, gobernanza, democracia), exceptuando el medio ambiente.
Según a los informes de evaluación, el CADTM tiene un impacto mediático creciente y su conocimiento y experiencia sobre la deuda están ampliamente reconocidos. Su estrategia es intensificar y diversificar su difusión mediática. ¿Qué piensa usted de la manera en que la información pública, los medios, trata los problemas de los países del Sur?
El discurso y la imagen vehiculados por los grandes medios, especialmente la televisión, con respecto a las relaciones Norte-Sud y a los problemas que viven las poblaciones del Sur, llegan al público a través de un prisma deformante terrible. Alimentan los prejuicios y una visión simplista de un Sur miserable o, por el contrario, un Sur sonriente y solidario. La educación para el desarrollo que promueven organizaciones como el CADTM y otras intenta reconstruir las visiones deformantes del Sur así como los prejuicios transmitidos por los medios. La educación para el desarrollo debe, en gran medida, deconstruir un esquema preconcebido. Para lograrlo, es muy importante llamar a los activistas, a los protagonistas, a los testimonios del Sur y darles la palabra. Construir herramientas de manera rigurosa y pertinente desde el punto de vista del mensaje y de la capacidad para transmitirlo. El CADTM trabaja en una serie de herramientas que van desde el libro de nivel universitario hasta cómic, juegos de rol, juegos de sociedad, videos, páginas web, etc.
Hay que mostrar los mecanismos fundamentales que explican el mantenimiento o el «desarrollo del sub-desarrollo» (André Gunder Frank). Ese proceso infernal funciona diariamente. Es necesario explicar a la opinión pública por qué la RDC continúa siempre en la misma situación— un ingreso anual por habitante de 180 dólares—. La RDC es mantenida en una situación de subordinación con respecto al resto del mundo no por falta de puntuales ayudas humanitarias, sino por razones estructurales externas e internas.
8.-Durante los años 1980 asistimos al declive del tercermundismo. Las ONG tercermundistas tuvieron que confrontarse con el impasse ideológico ligado a la caída del bloque socialista, a la descomposición del Tercer Mundo, así como a las críticas de las ONG humanitarias, que las acusaban de alinearse mecánicamente con el Sur, sin tener en cuenta las responsabilidades locales, y de apostar siempre por la culpabilidad occidental. ¿Qué piensa usted del declive del tercermundismo y de las críticas que se hacía a los tercermundistas?
Una serie de experiencias aparentemente prometedoras en los países del Sur han mostrado sus límites. Se debe dar una explicación sobre esos límites ya que, aunque el papel de las potencias del Norte es importante, no lo explica todo. La idea de que, mediante el movimiento de los no alineados, se lograría que una tercera vía obtuviera resultados para el Tercer Mundo se difuminó, perdió fundamentos. También, hubo una pérdida de ilusiones del movimiento tercermundista sobre las evoluciones que se sucedían. Y eso fue catalizado por una intervención deliberada del Norte por medio de un nuevo tipo de ONG. Las ONG humanitarias se beneficiaron de un fuerte y activo sostén por parte del Norte, paralelamente a la aparición de la idea de ingerencia humanitaria, que provenía de las propias ONG. Bernard Kouchner, de Médicos Sin Frontera y que luego tuvo una carrera gubernamental, así como otras personas de ese medio invocaron la necesidad de la ingerencia humanitaria, que servía en parte a los intereses de las potencias del Norte pero que era llevada por personas, en principio, desinteresadas y que «representaban» a la sociedad civil. Pero hemos visto que posteriormente se integraron al Estado y que sus intereses no eran tan independientes de las grandes potencias. Una serie de grandes ONG humanitarias tuvieron un papel activo en el descrédito de cierto tercermundismo, y eso fue apoyado por los gobiernos del Norte. El concepto de ingerencia humanitaria hace referencia a los derechos humanos. Pero este concepto no es de hoy; durante la Conferencia de Berlín de 1885, el rey de los belgas, Leopoldo II adquirió el Congo con el pretexto de liderar la lucha contra los esclavistas árabes. El debate surgió nuevamente en los años 1980-1990.
Al no ser el CADTM una organización tercermundista, la crisis del tercermundismo no constituyó un problema para ella, ya que en principio se formó mediante una gestión de acción común de militantes provenientes del Sur y del Norte. Por esta razón, el CADTM se convirtió rápidamente en una organización internacional horizontal donde una mayoría (3/4) de las organizaciones miembros son del Sur y tienen un papel clave en la determinación del programa de acción internacional del CADTM. Estas organizaciones están relacionadas directamente con las realidades y contradicciones de sus países a las que tratan de responder adecuadamente.
9. Los años 1990 fueron relevantes para la profesionalización y la especialización del sector de la cooperación al desarrollo que progresivamente se centró en la asistencia técnica y la ayuda humanitaria. En esta época apareció la generación actual de ONG que Stangherlin llama los «técnicos sin fronteras». Estas ONG son «menos ideológicas, más apolíticas y más pragmáticas». ¿Cuál es el balance que hace usted de este proceso de especialización y profesionalización del mundo de las ONG?
Esta evolución técnica de la cooperación internacional llevada a cabo por las ONG durante los años 1990 no ha dado resultados realmente prometedores. Hay una pérdida importante de la capacidad de percibir los problemas en su conjunto. Se buscan soluciones técnicas para problemas técnicos (por ejemplo, una mejor selección de semillas, una mejor utilización de suelos, proyectos técnicamente mejor dimensionados), pero si no hacemos entrar las soluciones técnicas en el marco de las relaciones sociales, de propiedad, de problemas con la comercialización de un producto —relaciones dentro de un determinado país y frente a las fuerzas dominantes en el comercio internacional— no se resolverán los problemas. He aquí una prueba: no se han resuelto mejor los problemas en estos últimos 15 años que en los períodos anteriores.
Aunque el CADTM es profesional y especializado, no tiene una visión técnica de los problemas. El CADTM trata de poner a punto herramientas de análisis y en particular mecanismos para auditar las deudas de los llamados países en desarrollo, para conseguir una evaluación integral de las políticas estructurales recomendadas o impuestas por los organismos internacionales. Pero no creemos que mediante la técnica se puedan resolver los problemas. Cada vez se debe hacer un análisis integral: la auditoría de una deuda no consiste en un análisis contable o estrictamente jurídico de los contratos, es una evaluación integral que tiene en cuenta, por ejemplo, el impacto social ambiental que una represa tiene sobre las poblaciones locales. La técnica es una dimensión fundamental para una gestión científica pero una visión técnica del desarrollo lleva a un impasse total y a una desmoralización de los y las que habían creído y están trabajando en ello desde hace años, o a una pérdida de contacto con la realidad, ya que los técnicos de desarrollo prefieren decirse, por coherencia, que el trabajo que hacen es útil.
10. ¿Piensa usted que la profesionalización y la especialización del sector de las ONG afectaron la dimensión política e ideológica de la acción de las ONG?
En numerosos casos, creo que hubo una pérdida de la visión de conjunto, aunque no hay que hacerse ilusiones sobre la generación anterior, que también tuvo importantes limitaciones.
11. Desde comienzos de los años 2000, se establecieron nuevos marcos regulatorios que se suponía que mejorarían la eficacia de la ayuda oficial al desarrollo (Declaración de París de 2005, en el marco de los objetivos del milenio -OMD-). Esta regulación estuvo marcada por una fuerte influencia del Norte (en particular anglosajona), tanto en la formulación como en la concepción del enfoque del desarrollo. ¿Qué piensa usted de estos nuevos marcos regulatorios?
Los OMD fueron definidos por organismos internacionales en el marco de las Naciones Unidas, con el respaldo de las agencias especializadas de la ONU, y con una intervención directa de los gobiernos. Este proceso es criticable porque los objetivos son demasiado modestos. Se deberían tener objetivos claros sobre la erradicación de la pobreza, la imposibilidad de los jóvenes para seguir una escolaridad normal, las dificultades para lograr o garantizar la soberanía alimentaria de una nación. En lugar de definir un objetivo de reducción de la pobreza, se tendrían que definir objetivos del tipo: hay que alcanzar la soberanía alimentaria, la independencia energética o favorecerla al máximo, hay que escapar de la trampa del endeudamiento, y a partir de allí, definir las estrategias para lograr estos objetivos fundamentales que tendrían importantes consecuencias sobre otros ámbitos.
12. ¿Cree usted que esos marcos regulatorios favorecen en mayor medida la eficacia de la ayuda desde el punto de vista de la gestión y de la administración, que la eficacia del desarrollo, desde un enfoque más político?
Es necesario cuestionar el modelo dominante, ya que no produce resultados que podamos considerar satisfactorios para la situación. Por el contrario, lo que es totalmente intolerable y que salta a la vista es el aumento terrible de las desigualdades, tanto en el Sur como en el Norte, y una trivialización del fenómeno. Lo que los organismos oficiales quieren resaltar en algunos casos es un aumento de ingreso por habitante y dejar totalmente de lado el incremento de la desigualdad, mientras que para nosotros, este último es el fenómeno más preocupante. Consideramos que las herramientas que se utilizan, los mecanismos de regulación son, con frecuencia, mecanismos de desregulación de lo que ya existe. El incremento desmesurado de las desigualdades es su principal y catastrófico resultado. A esto, se debe añadir la crisis climática resultante de dos siglos de capitalismo industrial con efectos terribles sobre las poblaciones del Sur. La crisis climática es mundial y las soluciones no deben ser individuales para cada país sino planetarias. Para ello se necesita la ruptura con el modo de producción productivista y extractivista, basado en la explotación intensiva de materiales fósiles, que no tiene futuro para la humanidad.
Es necesario romper con el modelo jerarquizado, en el cual una pequeña minoría (el 1 % más rico, denunciado por Occupy Wall Street) domina a la mayoría.
Los mecanismos puestos en marcha por el sistema son catastróficos a corto plazo y todavía más terribles para las próximas décadas.
Con respecto a los marcos regulatorios sobre la eficacia de la cooperación al desarrollo, se vuelve al paradigma de ayuda al desarrollo en términos de eficacia técnica, que muestra sus límites y que vacía de contenido un enfoque global, que debería tener en cuenta las estructuras económicas de un país, las estructuras sociales, las relaciones de género (las relaciones mujer-hombre), el modo de producción, el modo de apropiación. Eso es lo que debe primar en una visión del desarrollo concebido como desarrollo humano, que implica la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.

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