México SA
Remesas rompen récord // ¿Hidrosina=huachicol?
Carlos Fernández-Vega
E
l dinero aportado por la diáspora mexicana a Estados Unidos se mantiene como uno de los pilares de la economía mexicana en cuanto a ingreso de divisas, y año tras año –salvo algunas excepciones– el monto de las remesas rompe récord.
El año recién concluido, con todo y el siempre amenazante salvaje de la Casa Blanca, los expulsados de su tierra enviaron 33 mil 481 millones de dólares, monto superior en 10.5 por ciento al registrado en 2017 y que representó una nueva marca histórica, informó el Banco de México.
Comparativamente, en 2018 las remesas superaron las divisas captadas por la exportación de petróleo crudo, que fueron del orden de 26 mil 512 millones de dólares, de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos( La Jornada).
En las pasadas tres décadas el monto enviado por los paisanos aumentó mil 900 por ciento, al pasar de mil 680 millones de dólares en 1989 a los citados 33 mil 481 millones en 2018, de tal suerte que lo que antes mandaban en un año ahora lo hacen en apenas 18 días.
La suma de las remesas aportadas por los paisanos en el periodo de referencia se aproxima a 440 mil millones de billetes verdes, monto similar al 44 por ciento del producto interno bruto mexicano, a precios actuales, lo que es una cifra nada despreciable. Lo paradójico de todo esto es que el envío de ese dinero lo hace un creciente grupo de mexicanos que, en su mayoría, se vio obligado a buscar en otra parte el nivel de bienestar que sistemáticamente le ha negado su propio país.
Resulta importante recordar que, de acuerdo con la estadística del Pew Research Center, en 1960 apenas 6 por ciento de los migrantes en Estados Unidos nació en México (poco menos de 600 mil en aquella fecha), proporción que en 2015 se había elevado a 27 por ciento (alrededor de 12 millones), es decir, un crecimiento cercano a 2 mil por ciento en el periodo.
Esos 12 millones de paisanos representan alrededor de 10 por ciento de la población actual de nuestro país, es decir, a estas alturas uno de cada 10 mexicanos vive en Estados Unidos, sin considerar a las generaciones de ese origen pero nacidas en el vecino del norte. Ello, con todo y el cúmulo de leyes antimigrantes, muros, violación de los derechos humanos, racismo, persecución policiaca y salvajes como Donald Trump.
En el recuento, vale mencionar que en el sexenio salinista los paisanos enviaron cerca de 16 mil millones de dólares y con Zedillo en Los Pinos la captación por ese concepto sumó 30 mil 500 millones.El panismo se instaló en la residencia oficial, y la emigración de mexicanos aumentó velozmente. Con Fox (una suerte de presidente-pollero que presumía y estimulaba la
exportación de jardineros mexicanos de muy buena calidad), tales envíos acumularon 92 mil millones.
En el sexenio de Felipe Calderón, en medio de una crisis de proporciones históricas, los paisanos enviaron remesas por cerca de 140 mil millones de dólares, con todo y que los gringos vilmente arremetieron en contra de los migrantes mexicanos. Y con Peña Nieto en la residencia oficial, dicho monto se elevó a 160 mil millones de billetes verdes, aproximadamente.
Como se ha comentado en este espacio, cuando el neoliberalismo asaltó Los Pinos, en 1982, el número de mexicanos –nacidos aquí– emigrados a Estados Unidos se estimaba en alrededor de 2 millones; tres décadas y media después, ese número creció a cerca de 12 millones de personas y contando.
Las rebanadas del pastel
El dueño del consorcio Hidrosina, William Karam –amigo de Carlos Salinas y socio de Carlos Cabal Peniche (a quien el ex inquilino de Los Pinos presumía como
empresario ejemplar)–, ha sido exhibido como presunto huachicolero de cuello blanco. Él dice que no, pero la Unidad de Inteligencia Financiera sostiene lo contrario. Lo cierto es que, en pleno salinismo (1992), este personaje se embolsó la paraestatal Codesa y sus 30 gasolineras; a estas alturas, reconoce ser propietario de 200 estaciones de servicio y, parece, está en la picota.
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