Jornada antivenezolana en México
Ángel Guerra Cabrera
L
a arremetida contra la revolución bolivariana está en su punto más alto y amenazador desde que Hugo Chávez, impulsado por una ola popular, llegara a la presidencia en 1999. Más amenazador, porque el pueblo y el alto mando militar venezolanos han cerrado filas con el presidente Nicolás Maduro e impedido con ello el golpe de Estado. De modo que a Donald Trump no le va quedando más alternativa que una costosísima intervención militar o el diálogo con Maduro, el presidente legítimo. Esto es lo único que puede evitar una catástrofe, en la que nadie gana, y conducir a una solución negociada sin sombra para la soberanía de Venezuela. El chavismo y el pueblo venezolano han dado innumerables muestras de su voluntad inquebrantable de paz y diálogo. Pero están preparados para resistir, ¡y resistirán! si el imperio impusiera el lenguaje de las armas.
En esa coyuntura, sesionará en la Ciudad de México el 26 de febrero el Oslo Freedom Forum (OFF), un mecanismo muy peculiar con pretensiones de light, de jet set, del gran tinglado con que Estados Unidos y la derecha internacional se esfuerzan desesperadamente por minar el mundo multipolar en formación y hacerlo regresar al unipolar. Además de promover la desestabilización de Rusia, China, Vietnam, Irán y Corea del Norte, OFF se ha destacado por estimular a los grupos contrarrevolucionarios en Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y el Ecuador de la traicionada revolución ciudana. El OFF es financiado por la Fundación Templetton y tiene vínculos con Civita, el Human Rights Action Center, la Sociedad Internacional de Derechos Humanos, la Fundación de Investigación Laogai y Reporteros sin Fronteras (RSF), todos tapaderas de la CIA.
Pero es obvio que esta edición de OFF se concentrará principalmente en echar leña al fuego de la intervención militar de Estados Unidos en Venezuela, cuando se recrudecen como nunca la campaña mediática y el cerco económico contra la patria de Bolívar. Sin que por ello, claro, deje de disparar venenosas y mendaces andanadas, contra Cuba principalmente. Esta semana en La Florida, Trump repitió la perla de su asesor de seguridad nacional, John Bolton, cuando calificó a Venezuela, Cuba y Nicaragua de
troika de la tiraníay añadió una sentencia de muerte contra el socialismo y el comunismo en América Latina y el Caribe. Nada menos que en las vísperas de la gran jornada democrática en que el pueblo de Cuba se dispone a aprobar, el 24 de febrero, en referendo, una gran Constitución emanada desde las entrañas populares, en la que obviamente resuenan no sólo las palabras socialismo y comunismo, sino los ideales de igualdad y justicia social inspirados en ellas y en el pensamiento de José Martí.
OFF es regenteado por el magnate y contrarrevolucionario noruego venezolano Thor Leonardo Halvorssen Mendoza, quien lo fundó en 2005, en coincidencia nada casual con el ascenso de gobiernos progresistas en nuestra región, que llegaron a incluir a Brasil y Argentina, países de una excepcional importancia económica y geopolítica.
Las majestuosas instalaciones del Museo Nacional de Antropología cobijarán el próximo martes todo un desfile de freedon fighters, estrellas rutilantes de la pasarela neoconservadora como los ex presidentes ultraneoliberales Jorge Tuto Quiroga, de Bolivia, y Laura Chinchilla, de Costa Rica. O Rosa María Payá, mentirosa compulsiva y supuesta perseguida política en Cuba, donde entra y sale cuando se le ocurre, o le conviene, sin que nadie la moleste. Habiéndose demostrado fehaciente e incontrovertiblemente que su padre falleció en un accidente automovilístico, la señorita, muy amiga del senador Marco Rubio, continúa asegurando que fue asesinado por la
dictadura castrista. Y es que no le queda de otra, pues si dice algo distinto puede poner en peligro su mansión en Miami, el tren de vida que lleva y el turismo político cinco estrellas plus a que se dedica.
Pero, ¿qué otro astro del golpismo en América Latina no puede faltar en una pasarela antivenezolana? Adivinó querido lector. El satélite Luis Almagro, popularmente conocido como Almugre, muy ilustre secretario general de la putrefacta OEA, quien tuiteó 17 veces sobre Venezuela y una sobre México el día del asesinato de nuestro compañero reportero de La Jornada Javier Valdez.
De la misma manera, OFF, aunque dice preocuparse mucho por los derechos humanos, no tiene en su agenda a Palestina, al Sahara Occidental, a la tragedia de los millones de migrantes en Asía, África y América Latina, a los pobres, explotados y negros en Estados Unidos, a los pueblos originarios y hasta donde sé no ha dicho una palabra contra la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. En resumen, que como para otras muchas instituciones del sistema de dominación, los derechos humanos no son más que un pretexto para atacar a los gobiernos que no se someten.
Twitter: @aguerraguerra
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