México SA
Candidatos y empleo // El arroz
ya se coció
Carlos Fernández-Vega
C
omo sucedió en los dos previos, en el tercero y último
debatecon miras al hueso mayor los candidatos dedicaron más tiempo a acusarse entre sí, a los dimes y diretes, que a perfilar soluciones tangibles a los grandes problemas nacionales.
Uno de éstos, el empleo, sólo mereció menciones superficiales de los
abanderados, y uno de ellos afirmó que
hoy la mitad de los mexicanos con ocupación ganan menos de 180 pesos por día, es decir, dos salarios mínimos, aunque para este nivel de ingresos la cantidad correcta es de 176.72 pesos. De cualquier suerte es una cantidad que condena a la pobreza a todos aquellos que la reciben.
Por desconocimiento, desinterés o mera maña, los candidatos dejaron de lado uno de los grandes problemas nacionales, de allí que resulte relevante dejar en claro de qué se trata, por lo que el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) ofrece una reveladora numeralia temática. Va, pues.
La brecha entre el número de personas que gana más de 10 salarios mínimos (solamente 0.9 por ciento de la población ocupada) respecto de las que reciben hasta 2 salarios mínimos (42 por ciento de la población ocupada) es el verdadero muro contra la equidad.
Al terminar 2017, menos de 480 mil personas ocupadas tuvieron ingresos que superaron 10 salarios mínimos de ingreso, contra 22.1 millones de ocupados que cuando mucho recibieron dos salarios mínimos. Además, se debe considerar a 3.4 millones de mexicanos ocupados que no reciben ingreso.
Entre el último trimestre de 2012 y el correspondiente de 2017 la ocupación y empleo que paga entre tres y cinco salarios mínimos disminuyó en 713 mil plazas.En el mismo periodo la ocupación y trabajos que pagan más de cinco salarios mínimos se contrajo en un millón 490 mil. En conjunto, ambas cifras muestran que si se considera el número de jóvenes que se sumó al mercado laboral, más mexicanos se disputan menos oportunidades.
El verdadero problema de inequidad y pobreza en el país es atribuible a la precariedad del ingreso laboral, que a su vez es resultado del entorno adverso que enfrenta la mayor parte de las empresas en México: inseguridad, corrupción, altos costos de energéticos y combustibles, falta de financiamiento e importación ilegal de productos, entre otros.
La disminución en la tasa de desocupación se ha logrado al mismo tiempo que se reduce la ocupación mejor remunerada. El sexenio peñanietista registra 3.6millones de nuevos empleos (hasta abril, 57 por ciento mayor al registrado en 2006-2012), dato relevante por su naturaleza; no obstante, este avance tiene elementos negativos que se deben considerar. El fundamental se encuentra en las bajas remuneraciones.
Al cierre de 2017, cerca de 53 millones de mexicanos tuvieron una ocupación, pero solamente 0.9 por ciento logró una remuneración mayor a 10 salarios mínimos diarios (26 mil 589 pesos mensuales). Cuando se considera a quienes lograron ganar más de cinco salarios mínimos (13 mil 294.5 pesos mensuales) la proporción es sólo de 4.6 por ciento (cifra que incluye a 0.9 por ciento que recibió 10 o más salarios mínimos).
Si bien las cifras permiten observar que pocos mexicanos tienen un buen ingreso, lo extremo de la situación puede dimensionarse cuando se incluye a toda la población. De acuerdo con el Inegi, en 2017 México registró 123 millones de habitantes y apenas 480 mil personas ocupadas ganaron 10 o más salarios mínimos (0.4 por ciento del total).
Entonces, como en todos los problemas nacionales, que son muchísimos, en materia de empleo los mexicanos exigen soluciones inmediatas, no promesas.
Las rebanadas del pastel
Sin olvidar la máxima futbolera de que el último minuto también tiene 60 segundos, ni descartar las clásicas marranadas electoreras de priístas y panistas, todo indica que, en efecto,
este arroz ya se coció.
Twitter: @cafevega
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