México SA
Modernización=desempleo
Con trabajo fijo, sólo uno de cada cuatro
Precarización laboral a galope
Carlos Fernández-Vega
En constante aumento, el empleo por cuenta propia. En la imagen, trabajadores que ofrecen sus servicios a un costado de la Catedral Metropolitana del Distrito FederalFoto Carlos Ramos Mamahua
L
a llamada innovación en el mercado laboral sólo ha precarizado aún más el empleo y ha borrado del mapa la mayoría de los derechos sociales de los trabajadores. Tanto se ha modernizado, que a estas alturas apenas uno de cada cuatro trabajadores es asalariado permanente, mientras los tres restantes sobreviven entre la ocupación temporal y sin contrato, el empleo por cuenta propia y la ocupación familiar no remunerada.
Si bien esa numeralia corresponde al promedio internacional, las cifras mexicanas están muy cerca de las utilizadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para explicar el lamentable estado en que se encuentra el mercado laboral tras décadas de
reformas modernizadoras. A estas alturas, a lo largo y ancho del planeta existen, oficialmente reconocidos como tales, más de 210 millones de desempleados en el mundo, sin que ese total incluya la ocupación informal, cuyo alcance resulta verdaderamente terrorífico.
La OIT advierte que
se ha producido un alejamiento respecto del modelo estándar de empleo, en cuyo marco los trabajadores perciben un sueldo o un salario en una relación de empleo dependiente con respecto a sus empleadores, tienen un trabajo estable y trabajan tiempo completo. Ahora bien, el modelo estándar de empleo es cada vez menos predominante en las economías avanzadas. En cuanto a las economías emergentes y en desarrollo, si bien se ha observado un cierto fortalecimiento de los contratos y las relaciones de empleo, el empleo informal sigue siendo una práctica corriente en muchos países y la utilización de contratos de muy corta duración y de horarios de trabajo irregulares se está generalizando en los tramos inferiores de las cadenas de suministro mundiales.
Actualmente, apunta dicha organización, el empleo asalariado sólo representa alrededor de la mitad del trabajo mundial (si se considera el temporal y sin contrato), proporción que incluso se reduce a cerca de 20 por ciento de la fuerza laboral en regiones como África subsahariana y Asia meridional. En varias economías avanzadas se ha registrado una tendencia hacia la disminución de la proporción del empleo asalariado, que se aparta de la evolución histórica.
En cambio, crece el trabajo por cuenta propia y otras formas de empleo que quedan fuera del ámbito de los acuerdos suscritos tradicionalmente entre empleadores y trabajadores asalariados. En las economías emergentes y en desarrollo, la tendencia histórica hacia el crecimiento del empleo asalariado se está ralentizando. Además, en la mayoría de los países en desarrollo (como México) la proporción del empleo en la economía informal y en el trabajo familiar no remunerado sigue siendo persistentemente alta.
Entre los trabajadores asalariados en su conjunto aparecen nuevas dinámicas. Menos de 45 por ciento de asalariados tienen un empleo de tiempo completo y permanente, y la tendencia parece ser hacia la baja.
Eso significa que en todo el mundo cerca de seis de cada 10 asalariados están ocupados en formas de empleo a tiempo parcial o temporal. Las mujeres constituyen una parte desproporcionadamente alta de las personas ocupadas en modalidades de empleo asalariado temporal o a tiempo parcial. En resumen, el modelo de empleo estándar es cada vez menos representativo del mundo laboral actual, ya que menos de uno de cada cuatro trabajadores está empleado hoy en condiciones que corresponden a ese modelo.
La transformación en curso de las relaciones de empleo tiene importantes repercusiones económicasy sociales, apunta la OIT. En particular, contribuye a la creciente desvinculación entre los ingresos del trabajo y la productividad, ya que esta última está aumentando a un ritmo superior al incremento de los salarios en gran parte del mundo. Según sus estimaciones, las pérdidas ocasionadas por la débil demanda mundial se elevan a unos 3.7 billones de dólares, como consecuencia del desempleo, del rezago en el aumento de las rentas laborales y de los efectos que estos dos factores tienen sobre el consumo, la inversión y el ingreso fiscal.
Además, es posible que los cambios en las relaciones de empleo estén
alimentandola desigualdad de los ingresos.
Aun cuando los datos sobre los distintos países indican que su situación individual no es idéntica, se observa que, en promedio, las formas de empleo estándar están mejor remuneradas que las otras formas de trabajo, y que esta brecha ha tendido a ampliarse en el último decenio. Asimismo, los trabajadores con empleo temporal o informal, los trabajadores a tiempo parcial y los trabajadores familiares no remunerados (en gran parte mujeres) son afectados de manera desproporcionada por la pobreza y la exclusión social.
La cobertura insuficiente de la protección social y la inclusión de criterios de admisibilidad, que en la práctica determinan que sólo pueden beneficiarse de la mayoría de prestaciones las personas que tienen contratos de trabajo regulares, limitan el alcance y la contribución que los sistemas de protección social podrían hacer a vastos sectores de la fuerza de trabajo.
Por consiguiente, se deberían revisar las reglamentaciones vigentes a fin de tomar en consideración la transformación de las modalidades de empleo. Varios países han logrado progresos sustanciales al respecto y sus experiencias podrían servir de modelo para avanzar en este campo. Cuando los sistemas de protección social están en su proceso de establecimiento, se abren oportunidades para incluir inmediatamente en su ámbito de cobertura a diferentes formas de empleo.
Las nuevas tecnologías y los cambios en la forma en que las empresas organizan la producción son factores determinantes de la evolución de la relación de empleo y de la extensión de las nuevas formas de trabajo, puntualiza la OIT, por lo que
las políticas públicas no deberían centrarse únicamente en promover la transición desde modalidades de empleo no estándar hacia el empleo permanente a tiempo completo y dependiente. También se debería tener en cuenta la necesidad de asegurar una protección adecuada para los trabajadores ocupados en todos los tipos de empleo.
Las rebanadas del pastel
Opiniones sobre la llamada democracia mexicana hay muchas, pero entre las más puntuales destaca la siguiente (cortesía La Jornada Aguascalientes).
Twitter: @cafevega
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