EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 17 de febrero de 2015

La dictadura del empresariado

La dictadura del empresariado
Pedro Miguel
E
l lunes 9 de febrero el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, advirtió de la existencia de agentes sociales no especificados que quisieran alejarnos (a las Fuerzas Armadas) del pueblo (http://is.gd/fRyCq1 ). Unos días después, el viernes 13, el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), Enrique Solana Sentíes, en la firma de un convenio entre el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y las secretarías de Marina y Defensa, afirmó: por ningún motivo permitiremos que se metan en los cuarteles, en referencia a los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre. “Tengo mucha pena por lo que les pasó –agregó el representante empresarial–, pero no vamos a abrir todos los cuarteles del país porque quieren ver si están ahí o no los muchachos. Es meterse a las entrañas de la sociedad mexicana, la parte más íntima de nuestro ser, y dijimos que no aceptamos que se abran los cuarteles a nadie que no sea el Ejército” (http://is.gd/wwwkHg ).
Cuatro días tardaron las cúpulas empresariales en ponerse el saco lanzado por el titular de la Sedena: si alguien se empeña en mantener un muro infranqueable entre los institutos armados y el resto de la población es, precisamente, un empresariado que percibe como de su propiedad al país en general y a las fuerzas armadas en particular. Esa percepción explica la insolencia del nos mayestático empleado por Solana Sentíes que constituye, desde una perspectiva republicana, una flagrante usurpación de funciones: el no vamos a permitirque los padres de los desaparecidos busquen a sus hijos en los cuarteles sólo puede explicarse a partir de un sentimiento de propiedad de los establecimientos militares. Lamentablemente para el declarante, las reformas peñistas no están tan avanzadas como para dar a las cúpulas empresariales la atribución de decidir lo que ocurre en los cuarteles: tal atribución corresponde al Poder Ejecutivo (del que los propios mandos militares forman parte), a los organismos jurisdiccionales y, por vía de la legislación, al Congreso. El afirmar otra cosa es admitir que el país vive los tiempos posteriores a un golpe de Estado que ha entronizado la dictadura del empresariado.
Ciertamente, lo dicho por Solana Sentíes no carece de bases reales: el gobierno de Peña es uno más de las administraciones empresariales impuestas en México en décadas recientes, en un ciclo que ha reducido al Estado a mecanismo de optimización de utilidades y rendimientos y, de paso, destruido al país, porque no hay negocios más rentables que los de las delincuencias en sus distintos ramos: del tráfico de drogas y de personas al fraude, de la ordeña de ductos de Pemex a la evasión fiscal, del secuestro a la colocación de fortunas personales y familiares en el HSBC de Suiza, de la imposición de derechos de piso a la población al tráfico de propiedades inmobiliarias a cambio de favores en la otorgación de contratos.
Para el empresariado, el acuerdo es funcional: uno de sus segmentos, sumergido en la ilegalidad manifiesta, produce las ganancias que el otro sector blanquea en sus negocioslegales y en sus instituciones de crédito. Los capos son la otra cara de la moneda de los capitanes de empresa y los altos funcionarios. La nota roja es el correlato del cuello blanco.
En ese desorden de cosas el empresariado propietario necesita instituciones públicas (susinstituciones) corrompibles, ajenas al escrutinio público y dotadas de plena impunidad, incluidas, claro, las corporaciones policiales y los institutos armados.
La conformación de la delincuencia como un sector económico propiamente dicho es consecuencia de ese modelo, y uno de sus subproductos es la inseguridad generalizada y la erosión del estado de derecho. Ante tales fenómenos, ha sido primordial la voz del empresariado para presionar al uso (al abuso) de las fuerzas armadas en funciones policiales, y ese recurso explica, en buena medida, la causa de los cuestionamientos públicos que hoy enfrentan.
El general Cienfuegos tenía razón: las instituciones militares son pueblo y no deberían apartarse del pueblo. Quienes han operado para inducir la distancia no son precisamente los campesinos, los normalistas, los sindicalistas ni las diversas organizaciones sociales y políticas de la sociedad, sino las facciones político-empresariales que se sienten dueñas del país. Y mal harían los mandos militares del país en interpretar como expresiones de solidaridad de las cúpulas empresariales lo que es una mera manifestación de propiedad.
Twitter: @Navegaciones
  • Comentario
    Guillermo Gómez
    Yo no creo que sea útil la entrada de los padres de los muchachos de Ayotzinapa a los cuarteles para encontrar a sus hijos o detectar irregularidades dentro de los cuarteles. Desde luego, si el pueblo es el verdadero soberano dentro de un sistema democrático, todoas las instituciones, incluyendo al ejército, deben estar bajo el escrutinio de la sociedad que le paga. Por lo tanto, lo veo más como una cuestión de confirmación de soberanía. Por otra parte, los empresarios son parte de la sociedad y pueden opinar lo que convenga a sus intereses, pero tampoco pueden estar sobre la voluntad mayoritaria. Ahora bien, no estoy seguro si la entrada a los cuarteles ha recibido o no el apoyo de la mayoría de la población. Creo que para eso debe usarse la consulta popular (esperemos que para eso sí sirva).
    • Comentario
      Dr. José Minjares Robles
      Pobre País.
    • mmmm
      felipe
      Guillermo, !en que mundo vives¡
    • Entender
      charly
      No entiendes que no entiendes
    • No pues sí
      Carlos S
      ¿Pedirle al león que sea vegetariano?
  • Zas
    JC
    Con todo respeto: a los "dueños del país" qué partida de madre les ha puesto Pedro Miguel con este texto. Excelente!
  • Los militares
    Maria Novoa
    Los militares son también empresarios
  • ejercito empresarial
    felipe
    Si el ejercito ya demostro que en nada esta con el pueblo ya que solo sirve para asesinar al pueblo, reprimirlo, cuidar los interses oligarquicos y cuidar a la caterva de ladrones en el poder es claro que este ejercito no es del pueblo ni para el pueblo, bien pues hagamos nuestro ejercito, un ejercito del pueblo, somos muchos (pueblo) y ellos unos cuantos, no podran con todos, solo necesitamos movernos un poco para que toda esta bola de vendepatrias caigan
  • Burro concanaco.
    César M. Aguilar Gómez.
    ¡Qué burro es ese concanaco" al decir; "es meterse a las entrañas de la sociedad mexicana, la parte más íntima de nuestro ser", Pancho González Bocanegra estará feliz en su tumba, se cumplió su profecía; "un soldado en cada hijo te dio".
  • "SUS"........
    tanaco
    Ya lo dijo el que lo dijo "Al diablo con "sus" instituciones y no como después los chayoteros trataron de cambiar la frase, quitando "sus" y poniendo "las". Afortunadamente el tiempo, le esta dando la razón a éste hombre, muy a pesar de estos CONCANACOS y demás ralea de traficantes del poder.

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