EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

martes, 17 de octubre de 2023

Cultura: Exposicion de Sorolla-pintor-

 Exposición recupera la vocación viajera de Sorolla en busca de la luz

Integrada por 87 obras, la muestra revalora la figura del pintor al aire libre

Foto
▲ Puerto de Valencia, 1907, Museo Sorolla, no. inv. 802.Foto Museo y Fundación Sorolla
Foto
▲ El pintor en Mallorca, captado por Guillem Bestard i Cànaves en 1919.Foto Museo y Fundación Sorolla
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 17 de octubre de 2023, p. 2

Madrid. Joaquín Sorolla viajaba por el mundo en busca de los secretos o recovecos más ocultos de una de sus obsesiones artísticas: la luz y sus infinitos matices. De ahí que su obra, tan prolífica como diversa, se caracterizó por reivindicar la figura del pintor al aire libre, ese que va personalmente al lugar con su pincel y su paleta para trasladar al lienzo las sombras y los detalles más íntimos de ese paisaje o retrato. Por eso, el Museo Sorolla decidió mostrar en una exposición, Sorolla, viajar para pintar: Otra visión de España, esa faceta de manera cronológica y ofreciendo en 87 obras un recorrido por su mirada artística a través de los lugares que visitaba.

En el centenario de la muerte de Sorolla, quien falleció el 10 de agosto de 1923, se intentan analizar y explicar el inmenso legado de su personalidad artística, tan virtuosa como prolífica. A lo largo de su vida, al menos hasta 1920, cuando después de sufrir un infarto cerebrovascular se recluyó en su casa de Cercedilla, en la sierra de Madrid, prácticamente hasta su muerte, Sorolla realizó más de 200 viajes, en busca de los secretos más ocultos de la luz, su mayor afán artístico. Gran parte de esos viajes indagatorios los realizó en España; retrató en su obra hasta 54 localidades españolas, pero también viajó por otros países europeos, sobre todo Francia e Italia –a Venecia, entonces la capital del arte, fue más de 20 veces–, y también viajó ocasionalmente a Estados Unidos, sobre todo a Nueva York.

La nueva exposición del Museo Sorolla recupera esa vocación viajera, en la que siempre se trasladaba con su material de trabajo, para llevar al lienzo la luminosidad de las playas del mar Mediterráneo, pero también los colores más ocres y las sombras más grises de sus incursiones por el mar Cantábrico, en el norte del país, o el verdor de los jardines y parques de París, Roma o Pisa.

La exhibición fue curada por Enrique Varela Agüí, director del Museo Sorolla, y por Acacia Sánchez Domínguez, técnica del museo, con el propósito de ahondar en esa personalidad cosmopolita del artista, pero sobre todo en su búsqueda insaciable de la luz y del perfeccionamiento de la pintura al aire libre.

La muestra está compuesta por 54 lienzos y 33 notas de color de pequeño formato. Queríamos acercar a Sorolla al lugar en el que ha desarrollado su creación artística, aunque éste sea el proyecto matriz, la visión global, tanto en sus viajes en los que pintó paisajes costeros del Mediterráneo y el Cantábrico, pero también imágenes de interior de Castilla, Andalucía o el País Vasco, además de panorámicas de ciudades monumentales, como Toledo, Ávila o Granada, explicó Varela.

La mayor parte de la obra expuesta pertenece al museo y la Fundación Sorolla, y muchas piezas apenas se han mostrado al público, como la serie de tres cuatros en los que Sorolla pintó su particular visión de la Alhambra de Granada. O su forma de recrear el Alcázar de Sevilla o la Mezquita de Córdoba. Además, por supuesto, de sus infatigables incursiones en el mar Mediterráneo, ya sea desde la playa de sus orígenes, la Malvarrosa de Valencia, como los acantilados y los riscos de Denia y Javea o las calas escondidas de Palma de Mallorca.

La curadora Acacia Sánchez ahondó en que aquí se propone una visión de silencio y le rendimos tributo como pintor plenarista, al que le gustaba pintar al aire libre en contacto directo con la naturaleza, como demuestran piezas como la serie del Rompeolas de San Sebastián, que por primera vez se exhibe al completo, y donde muestra los cielos encapotados y las tormentas típicas del norte del país, además de la serie de Cala San Vicente en Mallorca.

Una parte importante de la exhibición son los jardines, que fueron su refugio en los últimos años de su vida y que a la postre se convirtieron en su lugar predilecto para el descanso y la reflexión. Incluye el cuadro que estaba pintando en el momento en que sufrió el derrame cardiovascular en Cercedilla, en el que aparece una silla vacía en el jardín de su casa.

La exposición se podrá ver hasta el 24 de marzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario