EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 28 de junio de 2023

Mexico: La unam y la educacion

 Reconocer la educación, lo medular en la UNAM

L

a Ley Orgánica de la UNAM (1945) hace referencia a la educación en muy contadas ocasiones, no obstante que la universidad es una institución predominantemente educativa; establece que la universidad tiene como primera finalidad impartir educación superior para formar profesionistas, investigadores, profesores universitarios y técnicos útiles a la sociedad. ¡Párese de contar! La ley no va más allá de considerar la educación superior como impartición, además de incorporar el término sociedad, tan impreciso y ambicioso.

El diccionario de María Moliner registra la palabra impartir como comunicar o compartir una persona a otras, algo que puede dar; conocimientos del profesor a los estudiantes, en el caso que describo. Dicha impartición, con otras palabras, corresponde a la educación bancaria denunciada por Paulo Freire ( Pedagogía del oprimido, 1970, p. 78). Muy bien pudo haber dicho el autor, que el que imparte es quien educa, quien sabe, quien habla, quien disciplina, quien actúa, quien toma las decisiones; algo muy habitual que urge desterrar de la universidad.

La ley orgánica carece de un artículo, cuando menos de un párrafo, que se detenga a explicar la razón de ser educativa de la UNAM. Lo mismo sucede en el anteproyecto de dicha ley, elaborado por el rector Alfonso Caso, para quien la docencia quedó reducida a que los estudiantes aprendan y los maestros enseñen. Eso fue en 1944-45. Han pasado casi 80 años. ¿Y ahora, qué?

Muy bien quedaría para la universidad, en la revisión que considero deberá iniciarse pronto, pensar en una flamante ley orgánica que, recogiendo y ampliando lo dictado por el artículo tercero constitucional, explicite en su articulado el ideario educativo propio de la universidad. A manera de ejemplo, a bote pronto, se me ocurre que podría decirse algo parecido a esto:

La UNAM es una institución educativa. En sus aulas se practica la educación, se satisfacen necesidades educativas de sus estudiantes y profesores, y se registra un sinnúmero de ricos procesos educativos dignos de ser investigados. La educación que campeé por la universidad se caracterizará por ser pública, laica, democrática, crítica, inclusiva, gratuita y popular; así como por propiciar la libertad de expresión de los universitarios, y en especial la de los estudiantes; y por fomentar la responsabilidad universitaria a través de los grandes valores: se inspirará en la verdad, la justicia, la igualdad, el respeto y la dignidad. La educación universitaria constituye un derecho humano peculiar. La educación universitaria estará íntimamente relacionada con los grandes problemas de México, de América y del mundo, y estará enfocada a la transformación social, universitaria y personal de sus miembros. La educación universitaria fomentará la autoestima de estudiantes que se conduzcan de manera autónoma, y que, a la vez, por medio de la cooperación, se ocupen fraternalmente del otro, principalmente del más necesitado. La educación universitaria pondrá mucho cuidado en las cuestiones pacifistas, ambientales y de equidad de género, para combatir la violencia, cuidar la naturaleza, y dignificar y proteger a las estudiantes, profesoras, investigadoras, trabajadoras y funcionarias de la institución; así como a los grupos vulnerables y las minorías presentes en la institución. La educación universitaria se esmerará por fomentar el amor por la palabra, la lectura y la escritura; así como por vincular las humanidades con las ciencias, las artes y las tecnologías. Una educación de tal calado favorecerá la formación de bachilleres, profesionistas, técnicos, profesores e investigadores universitarios. Y, en ese tenor, podrían agregarse, de manera individual o colectiva, sistematizada y consensuada (por la pluralidad ideológica propia de la UNAM), más cualidades de la educación, para colocarla por escrito al centro del acontecer universitario.

Considero que en los tiempos de sucesión que vienen, el rector Enrique Graue, los candidatos a remplazarlo, los miembros de la Junta de Gobierno, los consejeros universitarios y técnicos, y los universitarios todos, deberemos reflexionar, para el futuro universitario que se avecina, en la necesidad de visibilizar la educación en el cuerpo de una nueva Ley Orgánica para la UNAM; ese es el principal motivo por el cual se requiere del nuevo instrumento legal, donde por supuesto también deberá quedar regulada la estructura universitaria, el funcionamiento, la forma de tomar decisiones y las demás cuestiones universitarias relevantes.

No quede duda, amigo lector, educación es una hermosa palabra, engalanada por las cinco vocales; y la educación una realidad universitaria de riqueza y complejidad enormes.

Por favor, no olvidemos elevar la mirada de la educación.

Profesor en la UNAM

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