EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 26 de abril de 2023

Astillero

 

Astillero

El Diario de Yucatán ha mentido // Ni una prueba de lo publicado // Especulación novelesca // Nulo rigor periodístico

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“▲ EN UNOS DÍAS” DARÁN DE ALTA AL PRESIDENTE. Los síntomas de Covid que presenta López Obrador son leves, informó el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer (izquierda), en la mañanera de ayer en Palacio Nacional. Lo acompaña el subsecretario de Prevención, Hugo López-Gatell.Foto María Luisa Severiano
A

yer se preguntó en este espacio quién mentía en el caso de lo sucedido el domingo en Mérida al presidente López Obrador, si el Diario de Yucatán (DdeY), que publicó y sostiene que sufrió un presunto infarto y un desvanecimiento o desmayo, o el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien acusó al medio peninsular de difundir mentiras.

Hasta el momento de teclear las presentes líneas (casi sesenta horas después de los hechos), el Diario de Yucatán no había podido aportar ni una sola prueba de lo publicado. Es decir, ha mentido. Se ha envuelto en la bandera de la especulación novelesca y la argumentación tramposa para tratar de eludir el punto básico de toda nota periodística (antes de publicarla): la confirmación de los hechos.

El domingo pasado, el diario derechista y propanista difundió una nota de escándalo: AMLO sufre presunto infarto en Mérida. En su primer párrafo señalaba que el Presidente habría sufrido un infarto o una complicación cardiaca y que también habría sufrido un desvanecimiento o un desmayo (https://bit.ly/420uXr8).

El lunes siguiente, en su impreso, el Diario de Yucatán tampoco aportó prueba alguna, y se escabulló mediante un titular totalmente atemporal: AMLO causa revuelo (https://bit.ly/3oGUgAq). Pero este martes sí confesó la vena de literatura ficción en su encabezado principal: Misterio y varias dudas, con un subtítulo de suspenso, Preguntas sin respuesta sobre el estado de salud del presidente López Obrador (https://bit.ly/3NeruRV). De encontrar el lector en una librería una portada de novela con tales enunciados tal vez le parecerían enigmáticos o sugerentes. Bueno, pero aquí se trata de periodismo, o de algo que se disfraza de periodismo y debería aportar hechos, pruebas, y no preguntas ni especulación.

Peor resulta si se revisa la cronología de hechos que da el citado medio peninsular: “Antes de que publicáramos la afectación a la salud del Presidente de México, se intentó confirmar con fuentes oficiales la veracidad del presunto desvanecimiento del jefe de la nación (...) Llamadas y mensajes a funcionarios federales y personas que suelen acompañarlo durante sus visitas a Yucatán no se respondieron cuando se enteraron del motivo de su localización (...) Entonces se recurrió a las fuentes extraoficiales confiables que tienen contactos con las fuerzas militares y policiacas, quienes confirmaron que el presidente López Obrador no estaba en la reunión del Tren Maya en la BAM No. 8, que se desvaneció, en una primera versión por efectos del ‘golpe de calor’ y en una segunda versión que el desvanecimiento fue por una afección cardiaca o infarto” (https://bit.ly/441iEgb).

Es decir, el Diario de Yucatán reconoce, con sintaxis poco afortunada, que no logró confirmar sus presunciones y, por tanto, decidió publicarlas a partir de supuestas e incomprobables fuentes extraoficiales. Y que eligió la escandalosa referencia al presunto infarto, sin mencionar en ese encabezado la opción de la afección cardiaca, todo por encima de la primera versión, la del golpe de calor. Chusca resulta otra justificación: “Durante el monitoreo de la nota para darle seguimiento, con la intención de saber si se había incurrido en algún error informativo y corregirlo, como siempre hace el Diario, un aficionado que sigue los trayectos de los aviones mediante una aplicación coincidió con la ruta del viaje del avión militar” y les habría corroborado sus presunciones.

Ahora, el DdeY ha lanzado (en otro alarde de mala redacción) Ocho preguntas sin respuesta a la salud del presidente López Obrador. En realidad, a ese diario le tocaría contestar, más que preguntar: ¿por qué se retorció lo sucedido ese domingo y se publicó y sostuvo una versión escandalosa, sin pruebas ni rigor periodístico, en un tema tan delicado? Recuérdese que ese lance extraño sirvió de plataforma de lanzamiento de una feroz acometida contra el presidente de México. ¡Hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

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