l 16 de abril de este año denunciamos la situación de vulnerabilidad de un grupo de 50 profesores –investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), del nivel más alto del escalafón, y con más de tres décadas de servicio en su institución–, a quienes se ofreció, en 2018, un programa de retiro que consistía, básicamente, en un apoyo complementario vitalicio a la pensión del Issste. Pasados dos años, el rector general de la UAM, doctor Eduardo Peñalosa Castro, faltando a la palabra y a compromisos firmados, canceló de manera arbitraria, unilateral e ilegal el programa, lo cual origina la integración de un grupo de 16 profesoras y profesores que se declaran en resistencia, y, que, en defensa de sus derechos, han interpuesto una demanda laboral ante la Junta de Conciliación y Arbitraje. (https://www.jornada.com.mx/2021/04/16/opinion/015a2pol).
El Grupo de Profesores Jubilados UAM en Resistencia se negó a firmar
una carta de la Rectoría General, considerada infame, en la que se
pretendía justificar la terminación del programa y ofrecer un finiquito a
cambio de renunciar a derechos adquiridos y a cualquier acción legal en
contra de la institución. El cambio de rector general, efectuado en
julio de este año, aún no ha traído el restablecimiento de la jubilación
pactada, En los hechos, el doctor José Antonio de los Reyes, hasta ahora
, asume las cuestionables decisiones de su antecesor y, de igual forma, faltando
a su palabra de ofrecer soluciones y dejándonos donde estábamos al
principio, sin ser escuchados por la universidad a la que dedicamos
nuestras vidas
.
El Grupo de Profesores Jubilados en Resistencia emprende acciones no
sólo jurídicas, sino también políticas y académicas; busca el diálogo
con distintas autoridades, solicita la intervención de órganos
colegiados, de los sindicatos de la UAM y de otras instituciones de
educación superior, concitando y convocando, por diversos medios, la
solidaridad, con cartas de apoyo a su causa de la comunidad
universitaria y de la ciudadanía, e incluso lleva a cabo conversatorios
en línea en los que se analiza la compleja problemática de las pensiones
para los trabajadores universitarios, el entorno social, económico y
político que determina las luchas por los derechos a una pensión digna,
así como los prejuicios e imaginarios de la vejez en general, y de la
jubilación en particular, a partir de un hecho comprobable: en la
sociedad capitalista, la situación del jubilado se concibe como un
estigma, una carga social conformada por quienes supuestamente han
dejado de ser útiles. Precisamente, entre los variados indicadores para
medir el avance de las sociedades humanas, podemos identificar las
condiciones, el trato y el papel que la sociedad otorga y asigna a sus
mayores, destacando tendencialmente, en ese ámbito, los pueblos
indígenas, donde los viejos son considerados fuente de sabiduría y
experiencia acumuladas, integrándose, en muchos autogobiernos, los
llamados consejos de ancianos
.
El Grupo de Profesores Jubilados UAM en Resistencia manifiesta su
convicción, formada y fortalecida por esas más de tres décadas dedicadas
a una universidad de la que son fundadores y constructores, que durante
todos estos años enseñaron a varias generaciones: que lo último que
se pierde es la dignidad, que se vale luchar hasta el último segundo,
que unidos somos más fuertes y que levantar la voz y defenderse se puede
hacer a cualquier edad y ante cualquier injusticia.
Hacen un llamado respetuoso y humano
a que “sean de nuestras filas, las de una universidad humanista y
preocupada por la sociedad, la justicia y los derechos; un llamado a que
esa institución siga siendo la universidad que ayudamos a formar; los
exhortamos a que juntos demostremos que la UAM sí es una Casa Abierta al Tiempo
de todos y cada uno de quienes formamos parte de ella. Hacemos un
llamado a demostrar que se respetan los acuerdos, la palabra, los
derechos y, sobre todo, que se tiene un sentido de la ética.”
Las y los profesores en resistencia, que renunciaron a la gratificante e intensa vida académica, a más de 60 por ciento de su salario, a becas y estímulos, y que optaron por el retiro por motivos profesionales, familiares y de salud, estaban convencidos de que con esta decisión se abriría el necesario recambio generacional de su entrañable alma mater, el cual, por cierto, tampoco se ha llevado a cabo.
De un día al otro, la nueva vida de júbilo
se trastocó, y del
desconcierto, la indignación, la decepción y la incertidumbre, de sus
trayectorias de compromiso social y convicciones morales, sacaron la
fuerza necesaria para conocerse, agruparse y organizarse, convencidos de
que les asiste la razón y la justicia en la defensa de sus
irrenunciables derechos laborales y humanos. Siempre es bueno recordar
al prócer cubano José Martí: cuando muchos no tienen dignidad ni decoro, unos pocos tienen la dignidad y el decoro de muchos
.
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