
En Revista Viento Sur nº 167
el desorden global
Entrevista a Tariq Ali
El Partido Laborista va a transformar el Reino Unido
Suzi Weissman
[Las elecciones ya han tenido lugar, con la victoria conservadora, como es sabido, pero consideramos que esta entevista, anterior al resultado, mantiene su interés.]
El 6 de noviembre comenzó la campaña para las elecciones generales en el Reino Unido, lo que significa que la ciudadanía británica emitirá su voto el 12 de diciembre: un calendario político afortunadamente concentrado, aunque intenso, especialmente si lo comparamos con las campañas aparentemente interminables de EE UU. El Partido Conservador, el sector favorable al brexit y los Liberal Demócratas tratan de centrar la campaña en la salida del Reino Unido de la Unión Europea, mientras que el Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha dedicado su campaña a hablar de revertir la larga noche de la austeridad.
Boris Johnson lanzó su campaña en el diario conservador Daily Telegraph, equiparando a Corbyn con Stalin: “La tragedia del Partido Laborista actual, bajo la dirección de Jeremy Corbyn, es que detesta tan visceralmente el motor de la ganancia…, señala con el dedo a individuos con un deleite y un rencor que no se han visto desde que Stalin persiguió a los kulaks”. Mientras, Corbyn inició su campaña recalcando una y otra vez la necesidad de comprometer una inversión de 400.000 millones de libras para combatir las crisis gemelas de la emergencia climática y la privación social.
Para comentar los primeros días de la campaña electoral y la dinámica de la respuesta de la izquierda a la política del extremo centro en el Reino Unido, Suzi Weissman, de Jacobin’s Radio, ha hablado con Tariq Ali.
Suzi Weissman: ¿Puedes darnos un resumen del programa de Corbyn? ¿En qué cuestiones se ha centrado esta campaña, qué se propone llevar a cabo y a quiénes trata de ganarse?
Tariq Ali: El programa de Corbyn supone claramente una ruptura con el capitalismo neoliberal y una vuelta a la socialdemocracia, o sea, a la socialdemocracia tradicional. En el mundo en que vivimos, lo que propone suena ultrarradical, pero es algo que solía ser la norma hace 30 o 40 años.
El programa propone una fuerte inversión en infraestructuras y en vivienda pública, así como la eliminación de las tasas universitarias. Lo que ha sucedido en las universidades es espantoso: mucha gente no puede acceder a la enseñanza superior porque no puede pagar las tasas, que –dicho sea de paso– no fueron una innovación implantada por el Partido Conservador. Las tasas universitarias las introdujeron Tony Blair y su ministro Gordon Brown, ambos laboristas de derechas. Corbyn ha dicho que estas tasas serán suprimidas y la enseñanza superior volverá a ser gratuita.
Se destinará otro montón de dinero al sistema educativo en general. Ahora se habla de que las escuelas privadas tendrán que pagar impuestos; actualmente se las considera entidades benéficas y no tributan. Así que habrá controversias.
El Partido Laborista también prevé destinar fondos al Servicio Nacional de Salud (NHS), en el que de nuevo fue Blair quien inició el proceso de privatización, ampliado después por los conservadores. A su vez, Boris Johnson afirma ahora que ha llegado a un acuerdo económico con Donald Trump y EE UU. En su última visita al Reino Unido, Trump declaró públicamente que este país necesita eliminar toda regulación en el sistema sanitario; de lo contrario, no habrá trato.
Así que el Partido Laborista simplemente insiste mucho en volver a convertir el sector público y la sanidad a lo que siempre habían sido. En este mismo sentido, según el último anuncio de Corbyn, no solo se trata de volver a la normalidad, sino que se creará una compañía farmacéutica estatal que reduciría el coste de los medicamentos, ayudaría al sistema sanitario y permitiría poner fin a todos los copagos de las recetas.
S. W.: ¿Se trataría entonces de una compañía nacionalizada de medicamentos genéricos?
T. A.: Sí, la crearía el Estado para producir fármacos baratos. La finalidad de esta compañía farmacéutica estatal sería producir medicamentos genéricos y acabar con la primacía de la industria farmacéutica dentro del sistema sanitario, en el que determinados medicamentos son tan caros que el servicio sanitario simplemente no puede adquirirlos. Pienso que es una innovación muy radical y que quienes crearon el sistema sanitario –[Clement] Attlee y Nye Bevan– se equivocaron al omitirla. Será una iniciativa muy popular.
Todo esto es sumamente importante. Pero lo que de verdad asusta a los mandamases de este país es el hecho de que Corbyn ha dejado muy claro que jamás pulsará el botón nuclear por su propia cuenta. Ha declarado que no lo hará y por eso le han atacado. Debería haber añadido que de todos modos ningún gobierno británico puede pulsar el botón nuclear, pues esta decisión corresponde a EE UU y, en cualquier caso, el Reino Unido no dispone de armas nucleares independientes que se precien. Los submarinos que llevan misiles no pueden utilizarlos sin el permiso previo de EE UU: esto es así. Así que esta idea de un Reino Unido independiente es pura basura y esto no cambiará, o incluso empeorará si se produce el brexit.
S. W.: En tu libro de 2015, certeramente titulado El extremo centro (Alianza Editorial, 2015), describes las fuerzas neoliberales, que entonces eran hegemónicas. Ahora, sin embargo, ese centro aparentemente sólido y estable está siendo atacado por todos los lados. Joseph Stiglitz, economista que ganó el premio Nobel, ha escrito hace poco un artículo en el que dice que el mantra del neoliberalismo –que la privatización comportará un aumento del nivel de vida para todo el mundo– ha resultado ser falso. El caso es que después de más de 40 años, el neoliberalismo no ha cumplido lo que prometió. No ha generado más que una redistribución de la riqueza a favor de los de arriba y una enorme desigualdad.
A la luz de todos estos problemas, la principal beneficiaria política ha sido, en casi todas partes, la derecha populista autoritaria. Sin embargo, hoy también existen fuerzas populares de izquierda, como Bernie Sanders en EE UU y Corbyn en el Reino Unido. ¿Qué te parece esta dinámica en el caso del Reino Unido?
T. A.: A este respecto conviene aclarar dos cosas. Las críticas al extremo centro proceden tanto de la izquierda como de la derecha. Detrás de Corbyn, por ejemplo, se halla la insurrección política de la juventud, que ha tomado el mando del Partido Laborista y lo ha convertido en lo que es ahora. Para ilustrar el cambio que se ha producido te diré que hay una circunscripción a las afueras de Londres, llamada Chingford, en que solía ganar siempre un diputado muy de derechas. Norman Tebbit, estrecho colaborador de Margaret Thatcher, fue elegido allí, y el escaño lo ocupa actualmente Ian Duncan Smith, el conservador de extrema derecha que propaga ideas terribles sobre el bienestar social y todo eso.
Con el aumento del apoyo en las pasadas elecciones, el Partido Laborista estuvo a punto de ganar en Chingford, aunque se quedó atrás por poco. Ahora, con una nueva candidata, una joven bengalí llamada Faiza Shaheen, el laborismo se acerca realmente al objetivo. El pasado fin de semana –el primer fin de semana de esta campaña electoral–, 500 militantes laboristas se movilizaron en esa circunscripción y fueron haciendo campaña puerta a puerta.
El Partido Laborista cuenta ahora con un equipo bien organizado y preparado de propagandistas electorales, que tratan de conquistar escaños marginales. En cambio, los tories, cuya militancia tiene una edad media de más de 60 años, apenas cuentan con jóvenes en sus filas y han tenido que contratar a una empresa para que le lleve a cabo la campaña. Han privatizado las elecciones. Prepararán a alguna agencia de relaciones públicas para que ataquen a Corbyn y al Partido Laborista como si fueran robots. Una única interpelación inteligente a estos idiotas subcontratados que circulan por el país y no serán capaces de responder nada. Es en gran medida gracias a este importante contraste entre los dos partidos que Corbyn no deja de subir en los sondeos, y eso que la campaña no ha hecho más que empezar.
Pero para volver a tu pregunta, más allá de Corbyn y Sanders, en gran medida ha sido la derecha la que ha atacado al centro: Salvini en Italia, Le Pen en Francia, la AfD [Alternative für Deutschland] en Alemania. Esto es extraño, y nadie puede sostener que este fenómeno ha sido provocado por la izquierda, sino que es fruto de las políticas del extremo centro. Así que no todo son buenas noticias, pero demuestra que Stiglitz tiene razón cuando afirma que el neoliberalismo ha fracasado y que los últimos 40 años han sido en muchos sentidos un desastre. Muchos de nosotros ya lo dijimos desde que se concibió el sistema.
[Hubo] el fracaso total de [Michelle] Bachelet, antigua presidenta de Chile, del Partido Socialista y una política de extremo centro por excelencia. Dirigió el gobierno durante dos legislaturas y no logró desmantelar la infraestructura social y política heredada de Pinochet que, aparte de ser un fascista, también fue un firme acólito del neoliberalismo. Chile fue el primer país que decidieron utilizar como conejillo de Indias.
S. W.: Y en algunas de las increíbles pancartas de las manifestaciones en Chile, una participante decía que el neoliberalismo comenzó allí y terminará allí.
T. A.: Impresionante, sí. Y en realidad la consigna más popular en las calles –gritada por musulmanes, cristianos y gente de todas las sectas y facciones– apunta a los políticos: “Sois todos lo mismo, sois todos lo mismo”, es decir, todos sois unos ladrones, creáis vuestras propias oligarquías, no hacéis nada por nosotros. El elemento de clase está muy presente en este movimiento laico.
Argentina también es un caso interesante. Pensaban que habían derrotado a la izquierda –admito que es una izquierda problemática–, pero el dios neoliberal, tan venerado por The Economist, el Financial Times y The Wall Street Journal, vuelve a estar sobre la lona una vez más. Los peronistas han ganado las elecciones y ha habido celebraciones en las calles.
De modo que el sistema es muy volátil. El capitalismo mundial –quienes lo controlan, lo dirigen y lo administran– no comprendió que el crash de Wall Street en 2008 fue un acontecimiento decisivo en la historia reciente de la economía política. Les dijeron que podían hacer caso omiso y seguir como si nada. Lo que estamos viendo ahora en todo el globo es que desde el punto de vista político eso resulta muy difícil de hacer. Ahí está The Guardian, un periódico equidistante cuyos columnistas han atacado sin piedad a Corbyn y ahora apoyan al Partido Laborista de Corbyn para estas elecciones. Se han dado cuenta, dicen, de que el Reino Unido necesita un cambio radical.
S. W.: Esto es increíble, e incluso parece que hasta el Financial Times apoya básicamente al Partido Laborista.
T. A.: El Financial Times sabe que tienen que escoger entre el brexit de Johnson y Corbyn, y dicen que este último es el mal menor. Esta es, efectivamente, su orientación. Pero creo que el cambio de The Guardian es más importante, pues es el diario que lee mucha gente de izquierda.
S. W.: ¿Existe el peligro de que Corbyn no atienda las demandas de la clase obrera industrial tradicional, que se ha visto ninguneada por la política global y demasiado a menudo se ha alineado con la extrema derecha populista? Esta es una parte del problema en EE UU: Trump fue a Kentucky y dijo: “Volveremos a traer el carbón”, aunque sea un chiste, pues el carbón no va a volver.
T. A.: No, no es este el caso en el Reino Unido. En realidad, el problema de Corbyn es que lidera un partido que está dividido en relación con el brexit. El propio Corbyn ha declarado que tiene que defender los intereses de todos los votantes del laborismo, cosa que no es nada fácil. En los mítines que ha protagonizado en el norte de Inglaterra, donde el voto a favor de la salida de la UE es muy fuerte, ha abordado con sumo cuidado las necesidades de la clase obrera. Y Corbyn ha dicho públicamente en numerosas ocasiones, tanto en el sudeste como en el norte del país, que la cuestión crucial no es necesariamente si salir o no de la UE, sino crear un Reino Unido que eche por la borda el neoliberalismo, eleve el nivel de vida de la gente y genere un espíritu de comunidad.
Así que el mensaje de campaña en este frente es muy claro, diciendo que queremos un país diferente, y creemos que el único partido político que puede conseguirlo es el laborista, algo que creo que nadie discute. Incluso Tom Watson –el vicepresidente laborista de extremo centro que ha intentado sabotear a Corbyn durante años–, y que acaba de abandonar el partido, a decir verdad y conociéndole, no ha atacado a Corbyn. Ha declarado que deja el partido por motivos personales, no políticos, y que desea que el Partido Laborista gane las elecciones. En esto se diferencia de otros exdiputados y seguidores suyos, que llaman a la gente a votar a los conservadores.
Esto es lo que ha sucedido durante la campaña hasta el momento. La asistencia a los mítines es numerosa, las bases laboristas –que llevan a cabo los mayores esfuerzos– están animadas y el primer vídeo de campaña del Partido Laborista, que acaba de colgarse en internet, ya ha sido visto por más de tres millones de personas. Confío realmente –aunque desde luego esto es difícil de predecir– en que el grupo laborista será el más amplio en el Parlamento, o casi. Y los dirigentes del Partido Nacional Escocés (SNP) han confirmado ahora públicamente su apoyo a la investidura de un gobierno si los laboristas lo necesitan. Esto quiere decir que no entrarán en el gobierno, sino que lo apoyarán desde fuera para permitir que se constituya, lo cual está realmente bien.
S. W.: Parece que el Reino Unido padece brextenuación, de un modo similar al que EE UU sufre trumpotrauma: estos temas predominan en las noticias y no dejan respirar a la política. Y parece que Corbyn ha dado en el clavo, primero explicando que está a favor de mejorar el nivel de vida de todas y todos, pero también hablando de los programas que propone en vez de hablar tan solo del acuerdo que cerrará o no cerrará Johnson. Y me pregunto cómo funciona esto en el Reino Unido. La gente del norte de Inglaterra, ¿todavía se centra exclusivamente en el brexit o quiere ir a más?
T. A.: El ambiente general apunta a que la gente quiere ir a más. Si Boris Johnson hubiera cerrado un acuerdo de brexit blando y adoptado medidas para salir adelante, ahora podríamos tener una campaña dirimida por completo en torno al plan de medidas propuesto, pero en su lugar, y astutamente, se limita a decir que solo habrá brexit si me votáis a mí.
Por otro lado, en Telford preguntaron a Corbyn si su New Deal mantendría la libre circulación en las mismas condiciones, y su respuesta fue muy clara, te la voy a leer: “Quiero que nuestra juventud crezca en un mundo en que pueda viajar, conocer otras sociedades, aportar su contribución en ellas. ¿Y sabéis qué? Esto enriquece sus vidas y enriquece las vida de todos y todas nosotras, así que quiero garantizar que todas las personas que son nacionales de la Unión Europea se queden aquí, puedan venir, permanezcan aquí, y nos complacerá colaborar con ellas, como de hecho mucha gente británica se ha instalado en otras partes de Europa haciendo aportaciones igual de valiosas a las sociedades en las que han echado raíces”.
S. W.: Parece que ni los laboristas ni los tories obtendrán una mayoría absoluta en estas elecciones, de manera que tendrán que buscar alianzas para formar gobierno. Si el SNP está dispuesto a colaborar con el Partido Laborista, ¿qué hay de la alianza de los conservadores con los demócratas liberales? ¿Qué resultado piensas que obtendrá el Partido del Brexit de Nigel Farage en estas elecciones?
T. A.: El SNP ha dejado claro que apoyará al Partido Laborista en el Parlamento para formar gobierno. Los Liberal Demócratas, liderados por Jo Swinson, que es muy de derechas, han descartado todo apoyo a los laboristas. Swinson se opone frontalmente a Corbyn porque dice que es un riesgo para la seguridad, ya que no le gusta la guerra. Lo ha dicho realmente. Es bastante posible que los Liberal Demócratas apoyen a un nuevo gobierno conservador si Johnson tiene el mayor número de escaños en el Parlamento, porque ya lo han hecho antes. Y Swinson participó en la última coalición de liberales y conservadores. Pero esperemos no llegar a este punto, porque si el Partido Laborista es el que tiene más escaños en el Parlamento, creo que debería ser capaz de formar gobierno con el apoyo del SNP. Al menos esto es por lo que apostamos y esperamos que suceda.
S. W.: Todo indica que Corbyn ha conseguido articular mejor una posición que puentea en cierto modo la divisoria entre las bases laboristas que están a favor o en contra del brexit. ¿Crees que esto funcionará?
T. A.: Soy moderadamente optimista y creo que el Partido Laborista será el que tenga más escaños. La baja de Tom Watson puede servir de aldabonazo: me han dicho que tienen previsto que cada semana o cada mes se dé de baja del partido un diputado laborista de derechas. Pero sabes, lo que yo pregunto a esas personas es: hay una vieja historia que habla de las ratas que abandonan el barco que se hunde, pero ¿qué pasa si el barco flota mejor una vez lo han abandonado?
20/11/2019
Suzi Weissman es politóloga y miembro del consejo editorial de Against the Current. Es autora de una biografía política de Victor Serge
https://jacobinmag.com/2019/11/tariq-ali-labour-party-general-election-jeremy-corbyn-boris-johnson
Traducción: viento sur
El 6 de noviembre comenzó la campaña para las elecciones generales en el Reino Unido, lo que significa que la ciudadanía británica emitirá su voto el 12 de diciembre: un calendario político afortunadamente concentrado, aunque intenso, especialmente si lo comparamos con las campañas aparentemente interminables de EE UU. El Partido Conservador, el sector favorable al brexit y los Liberal Demócratas tratan de centrar la campaña en la salida del Reino Unido de la Unión Europea, mientras que el Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha dedicado su campaña a hablar de revertir la larga noche de la austeridad.
Boris Johnson lanzó su campaña en el diario conservador Daily Telegraph, equiparando a Corbyn con Stalin: “La tragedia del Partido Laborista actual, bajo la dirección de Jeremy Corbyn, es que detesta tan visceralmente el motor de la ganancia…, señala con el dedo a individuos con un deleite y un rencor que no se han visto desde que Stalin persiguió a los kulaks”. Mientras, Corbyn inició su campaña recalcando una y otra vez la necesidad de comprometer una inversión de 400.000 millones de libras para combatir las crisis gemelas de la emergencia climática y la privación social.
Para comentar los primeros días de la campaña electoral y la dinámica de la respuesta de la izquierda a la política del extremo centro en el Reino Unido, Suzi Weissman, de Jacobin’s Radio, ha hablado con Tariq Ali.
Suzi Weissman: ¿Puedes darnos un resumen del programa de Corbyn? ¿En qué cuestiones se ha centrado esta campaña, qué se propone llevar a cabo y a quiénes trata de ganarse?
Tariq Ali: El programa de Corbyn supone claramente una ruptura con el capitalismo neoliberal y una vuelta a la socialdemocracia, o sea, a la socialdemocracia tradicional. En el mundo en que vivimos, lo que propone suena ultrarradical, pero es algo que solía ser la norma hace 30 o 40 años.
El programa propone una fuerte inversión en infraestructuras y en vivienda pública, así como la eliminación de las tasas universitarias. Lo que ha sucedido en las universidades es espantoso: mucha gente no puede acceder a la enseñanza superior porque no puede pagar las tasas, que –dicho sea de paso– no fueron una innovación implantada por el Partido Conservador. Las tasas universitarias las introdujeron Tony Blair y su ministro Gordon Brown, ambos laboristas de derechas. Corbyn ha dicho que estas tasas serán suprimidas y la enseñanza superior volverá a ser gratuita.
Se destinará otro montón de dinero al sistema educativo en general. Ahora se habla de que las escuelas privadas tendrán que pagar impuestos; actualmente se las considera entidades benéficas y no tributan. Así que habrá controversias.
El Partido Laborista también prevé destinar fondos al Servicio Nacional de Salud (NHS), en el que de nuevo fue Blair quien inició el proceso de privatización, ampliado después por los conservadores. A su vez, Boris Johnson afirma ahora que ha llegado a un acuerdo económico con Donald Trump y EE UU. En su última visita al Reino Unido, Trump declaró públicamente que este país necesita eliminar toda regulación en el sistema sanitario; de lo contrario, no habrá trato.
Así que el Partido Laborista simplemente insiste mucho en volver a convertir el sector público y la sanidad a lo que siempre habían sido. En este mismo sentido, según el último anuncio de Corbyn, no solo se trata de volver a la normalidad, sino que se creará una compañía farmacéutica estatal que reduciría el coste de los medicamentos, ayudaría al sistema sanitario y permitiría poner fin a todos los copagos de las recetas.
S. W.: ¿Se trataría entonces de una compañía nacionalizada de medicamentos genéricos?
T. A.: Sí, la crearía el Estado para producir fármacos baratos. La finalidad de esta compañía farmacéutica estatal sería producir medicamentos genéricos y acabar con la primacía de la industria farmacéutica dentro del sistema sanitario, en el que determinados medicamentos son tan caros que el servicio sanitario simplemente no puede adquirirlos. Pienso que es una innovación muy radical y que quienes crearon el sistema sanitario –[Clement] Attlee y Nye Bevan– se equivocaron al omitirla. Será una iniciativa muy popular.
Todo esto es sumamente importante. Pero lo que de verdad asusta a los mandamases de este país es el hecho de que Corbyn ha dejado muy claro que jamás pulsará el botón nuclear por su propia cuenta. Ha declarado que no lo hará y por eso le han atacado. Debería haber añadido que de todos modos ningún gobierno británico puede pulsar el botón nuclear, pues esta decisión corresponde a EE UU y, en cualquier caso, el Reino Unido no dispone de armas nucleares independientes que se precien. Los submarinos que llevan misiles no pueden utilizarlos sin el permiso previo de EE UU: esto es así. Así que esta idea de un Reino Unido independiente es pura basura y esto no cambiará, o incluso empeorará si se produce el brexit.
S. W.: En tu libro de 2015, certeramente titulado El extremo centro (Alianza Editorial, 2015), describes las fuerzas neoliberales, que entonces eran hegemónicas. Ahora, sin embargo, ese centro aparentemente sólido y estable está siendo atacado por todos los lados. Joseph Stiglitz, economista que ganó el premio Nobel, ha escrito hace poco un artículo en el que dice que el mantra del neoliberalismo –que la privatización comportará un aumento del nivel de vida para todo el mundo– ha resultado ser falso. El caso es que después de más de 40 años, el neoliberalismo no ha cumplido lo que prometió. No ha generado más que una redistribución de la riqueza a favor de los de arriba y una enorme desigualdad.
A la luz de todos estos problemas, la principal beneficiaria política ha sido, en casi todas partes, la derecha populista autoritaria. Sin embargo, hoy también existen fuerzas populares de izquierda, como Bernie Sanders en EE UU y Corbyn en el Reino Unido. ¿Qué te parece esta dinámica en el caso del Reino Unido?
T. A.: A este respecto conviene aclarar dos cosas. Las críticas al extremo centro proceden tanto de la izquierda como de la derecha. Detrás de Corbyn, por ejemplo, se halla la insurrección política de la juventud, que ha tomado el mando del Partido Laborista y lo ha convertido en lo que es ahora. Para ilustrar el cambio que se ha producido te diré que hay una circunscripción a las afueras de Londres, llamada Chingford, en que solía ganar siempre un diputado muy de derechas. Norman Tebbit, estrecho colaborador de Margaret Thatcher, fue elegido allí, y el escaño lo ocupa actualmente Ian Duncan Smith, el conservador de extrema derecha que propaga ideas terribles sobre el bienestar social y todo eso.
Con el aumento del apoyo en las pasadas elecciones, el Partido Laborista estuvo a punto de ganar en Chingford, aunque se quedó atrás por poco. Ahora, con una nueva candidata, una joven bengalí llamada Faiza Shaheen, el laborismo se acerca realmente al objetivo. El pasado fin de semana –el primer fin de semana de esta campaña electoral–, 500 militantes laboristas se movilizaron en esa circunscripción y fueron haciendo campaña puerta a puerta.
El Partido Laborista cuenta ahora con un equipo bien organizado y preparado de propagandistas electorales, que tratan de conquistar escaños marginales. En cambio, los tories, cuya militancia tiene una edad media de más de 60 años, apenas cuentan con jóvenes en sus filas y han tenido que contratar a una empresa para que le lleve a cabo la campaña. Han privatizado las elecciones. Prepararán a alguna agencia de relaciones públicas para que ataquen a Corbyn y al Partido Laborista como si fueran robots. Una única interpelación inteligente a estos idiotas subcontratados que circulan por el país y no serán capaces de responder nada. Es en gran medida gracias a este importante contraste entre los dos partidos que Corbyn no deja de subir en los sondeos, y eso que la campaña no ha hecho más que empezar.
Pero para volver a tu pregunta, más allá de Corbyn y Sanders, en gran medida ha sido la derecha la que ha atacado al centro: Salvini en Italia, Le Pen en Francia, la AfD [Alternative für Deutschland] en Alemania. Esto es extraño, y nadie puede sostener que este fenómeno ha sido provocado por la izquierda, sino que es fruto de las políticas del extremo centro. Así que no todo son buenas noticias, pero demuestra que Stiglitz tiene razón cuando afirma que el neoliberalismo ha fracasado y que los últimos 40 años han sido en muchos sentidos un desastre. Muchos de nosotros ya lo dijimos desde que se concibió el sistema.
[Hubo] el fracaso total de [Michelle] Bachelet, antigua presidenta de Chile, del Partido Socialista y una política de extremo centro por excelencia. Dirigió el gobierno durante dos legislaturas y no logró desmantelar la infraestructura social y política heredada de Pinochet que, aparte de ser un fascista, también fue un firme acólito del neoliberalismo. Chile fue el primer país que decidieron utilizar como conejillo de Indias.
S. W.: Y en algunas de las increíbles pancartas de las manifestaciones en Chile, una participante decía que el neoliberalismo comenzó allí y terminará allí.
T. A.: Impresionante, sí. Y en realidad la consigna más popular en las calles –gritada por musulmanes, cristianos y gente de todas las sectas y facciones– apunta a los políticos: “Sois todos lo mismo, sois todos lo mismo”, es decir, todos sois unos ladrones, creáis vuestras propias oligarquías, no hacéis nada por nosotros. El elemento de clase está muy presente en este movimiento laico.
Argentina también es un caso interesante. Pensaban que habían derrotado a la izquierda –admito que es una izquierda problemática–, pero el dios neoliberal, tan venerado por The Economist, el Financial Times y The Wall Street Journal, vuelve a estar sobre la lona una vez más. Los peronistas han ganado las elecciones y ha habido celebraciones en las calles.
De modo que el sistema es muy volátil. El capitalismo mundial –quienes lo controlan, lo dirigen y lo administran– no comprendió que el crash de Wall Street en 2008 fue un acontecimiento decisivo en la historia reciente de la economía política. Les dijeron que podían hacer caso omiso y seguir como si nada. Lo que estamos viendo ahora en todo el globo es que desde el punto de vista político eso resulta muy difícil de hacer. Ahí está The Guardian, un periódico equidistante cuyos columnistas han atacado sin piedad a Corbyn y ahora apoyan al Partido Laborista de Corbyn para estas elecciones. Se han dado cuenta, dicen, de que el Reino Unido necesita un cambio radical.
S. W.: Esto es increíble, e incluso parece que hasta el Financial Times apoya básicamente al Partido Laborista.
T. A.: El Financial Times sabe que tienen que escoger entre el brexit de Johnson y Corbyn, y dicen que este último es el mal menor. Esta es, efectivamente, su orientación. Pero creo que el cambio de The Guardian es más importante, pues es el diario que lee mucha gente de izquierda.
S. W.: ¿Existe el peligro de que Corbyn no atienda las demandas de la clase obrera industrial tradicional, que se ha visto ninguneada por la política global y demasiado a menudo se ha alineado con la extrema derecha populista? Esta es una parte del problema en EE UU: Trump fue a Kentucky y dijo: “Volveremos a traer el carbón”, aunque sea un chiste, pues el carbón no va a volver.
T. A.: No, no es este el caso en el Reino Unido. En realidad, el problema de Corbyn es que lidera un partido que está dividido en relación con el brexit. El propio Corbyn ha declarado que tiene que defender los intereses de todos los votantes del laborismo, cosa que no es nada fácil. En los mítines que ha protagonizado en el norte de Inglaterra, donde el voto a favor de la salida de la UE es muy fuerte, ha abordado con sumo cuidado las necesidades de la clase obrera. Y Corbyn ha dicho públicamente en numerosas ocasiones, tanto en el sudeste como en el norte del país, que la cuestión crucial no es necesariamente si salir o no de la UE, sino crear un Reino Unido que eche por la borda el neoliberalismo, eleve el nivel de vida de la gente y genere un espíritu de comunidad.
Así que el mensaje de campaña en este frente es muy claro, diciendo que queremos un país diferente, y creemos que el único partido político que puede conseguirlo es el laborista, algo que creo que nadie discute. Incluso Tom Watson –el vicepresidente laborista de extremo centro que ha intentado sabotear a Corbyn durante años–, y que acaba de abandonar el partido, a decir verdad y conociéndole, no ha atacado a Corbyn. Ha declarado que deja el partido por motivos personales, no políticos, y que desea que el Partido Laborista gane las elecciones. En esto se diferencia de otros exdiputados y seguidores suyos, que llaman a la gente a votar a los conservadores.
Esto es lo que ha sucedido durante la campaña hasta el momento. La asistencia a los mítines es numerosa, las bases laboristas –que llevan a cabo los mayores esfuerzos– están animadas y el primer vídeo de campaña del Partido Laborista, que acaba de colgarse en internet, ya ha sido visto por más de tres millones de personas. Confío realmente –aunque desde luego esto es difícil de predecir– en que el grupo laborista será el más amplio en el Parlamento, o casi. Y los dirigentes del Partido Nacional Escocés (SNP) han confirmado ahora públicamente su apoyo a la investidura de un gobierno si los laboristas lo necesitan. Esto quiere decir que no entrarán en el gobierno, sino que lo apoyarán desde fuera para permitir que se constituya, lo cual está realmente bien.
S. W.: Parece que el Reino Unido padece brextenuación, de un modo similar al que EE UU sufre trumpotrauma: estos temas predominan en las noticias y no dejan respirar a la política. Y parece que Corbyn ha dado en el clavo, primero explicando que está a favor de mejorar el nivel de vida de todas y todos, pero también hablando de los programas que propone en vez de hablar tan solo del acuerdo que cerrará o no cerrará Johnson. Y me pregunto cómo funciona esto en el Reino Unido. La gente del norte de Inglaterra, ¿todavía se centra exclusivamente en el brexit o quiere ir a más?
T. A.: El ambiente general apunta a que la gente quiere ir a más. Si Boris Johnson hubiera cerrado un acuerdo de brexit blando y adoptado medidas para salir adelante, ahora podríamos tener una campaña dirimida por completo en torno al plan de medidas propuesto, pero en su lugar, y astutamente, se limita a decir que solo habrá brexit si me votáis a mí.
Por otro lado, en Telford preguntaron a Corbyn si su New Deal mantendría la libre circulación en las mismas condiciones, y su respuesta fue muy clara, te la voy a leer: “Quiero que nuestra juventud crezca en un mundo en que pueda viajar, conocer otras sociedades, aportar su contribución en ellas. ¿Y sabéis qué? Esto enriquece sus vidas y enriquece las vida de todos y todas nosotras, así que quiero garantizar que todas las personas que son nacionales de la Unión Europea se queden aquí, puedan venir, permanezcan aquí, y nos complacerá colaborar con ellas, como de hecho mucha gente británica se ha instalado en otras partes de Europa haciendo aportaciones igual de valiosas a las sociedades en las que han echado raíces”.
S. W.: Parece que ni los laboristas ni los tories obtendrán una mayoría absoluta en estas elecciones, de manera que tendrán que buscar alianzas para formar gobierno. Si el SNP está dispuesto a colaborar con el Partido Laborista, ¿qué hay de la alianza de los conservadores con los demócratas liberales? ¿Qué resultado piensas que obtendrá el Partido del Brexit de Nigel Farage en estas elecciones?
T. A.: El SNP ha dejado claro que apoyará al Partido Laborista en el Parlamento para formar gobierno. Los Liberal Demócratas, liderados por Jo Swinson, que es muy de derechas, han descartado todo apoyo a los laboristas. Swinson se opone frontalmente a Corbyn porque dice que es un riesgo para la seguridad, ya que no le gusta la guerra. Lo ha dicho realmente. Es bastante posible que los Liberal Demócratas apoyen a un nuevo gobierno conservador si Johnson tiene el mayor número de escaños en el Parlamento, porque ya lo han hecho antes. Y Swinson participó en la última coalición de liberales y conservadores. Pero esperemos no llegar a este punto, porque si el Partido Laborista es el que tiene más escaños en el Parlamento, creo que debería ser capaz de formar gobierno con el apoyo del SNP. Al menos esto es por lo que apostamos y esperamos que suceda.
S. W.: Todo indica que Corbyn ha conseguido articular mejor una posición que puentea en cierto modo la divisoria entre las bases laboristas que están a favor o en contra del brexit. ¿Crees que esto funcionará?
T. A.: Soy moderadamente optimista y creo que el Partido Laborista será el que tenga más escaños. La baja de Tom Watson puede servir de aldabonazo: me han dicho que tienen previsto que cada semana o cada mes se dé de baja del partido un diputado laborista de derechas. Pero sabes, lo que yo pregunto a esas personas es: hay una vieja historia que habla de las ratas que abandonan el barco que se hunde, pero ¿qué pasa si el barco flota mejor una vez lo han abandonado?
20/11/2019
Suzi Weissman es politóloga y miembro del consejo editorial de Against the Current. Es autora de una biografía política de Victor Serge
https://jacobinmag.com/2019/11/tariq-ali-labour-party-general-election-jeremy-corbyn-boris-johnson
Traducción: viento sur
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