EL DELFÍN

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jueves, 7 de septiembre de 2017

Temas polemicos: el asunto salarial

Temas polémicos: el asunto salarial Orlando Delgado Selley
T erminó la segunda ronda de negociaciones del TLCAN estableciendo los temas que generarán dificultades para concluir satisfactoriamente la revisión que han acordado los tres países. Destacan tres: el capítulo 19 relativo a la solución de controversias, las reglas de origen y los derechos laborales incluyendo salarios. Los dos primeros tratan de cuestiones que significan alterar sensiblemente el funcionamiento actual del TLCAN favoreciendo a Estados Unidos. Los derechos laborales, por el contrario, debieran ser de fácil resolución para la delegación mexicana. Los diferenciales salariales entre los trabajadores canadienses y estadunidenses respecto de los mexicanos son muy marcados, lo que establece una ventaja competitiva que es lamentablemente aceptada por el gobierno mexicano y por los empresarios que fabrican en México. Indudablemente los salarios en nuestro país son insuficientes para que los trabajadores sean capaces de mantener en condiciones adecuadas de bienestar a sus familias. Según la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares, levantada en 2016 y presentada la semana pasada, el ingreso promedio del decil más pobre del país fue de 2 mil 722 pesos mensuales; es decir, 91 pesos diarios. En 2016 el salario mínimo fue de 70.10 pesos, de modo que el promedio de ingreso de 10 por ciento de los hogares mexicanos fue apenas 30 por ciento superior que el mínimo legal nacional. Los trabajadores que laboran en empresas exportadoras reciben un salario superior al mínimo, que puede ser entre dos y tres veces el mínimo; es decir, entre 140 y 210 pesos diarios, lo que los coloca en los deciles II y III, cuyos ingresos promedio diario fue de 160 y 210 pesos. Si comparamos estos datos con el ingreso promedio de un trabajador automotriz, por ejemplo en Canadá y Estados Unidos, resulta que se ubicarían en los deciles superiores de la distribución del ingreso en México. Por esto, en una reunión de organizaciones sociales de los tres países del TLCAN, celebrada a finales de mayo de este año, se concluyó que aprovechando la renegociación del TLCAN era el momento de aumentar los salarios y no los muros. Esta declaración firmada por representantes de agrupaciones sindicales de los tres países advertía que el planteo original de este tratado comercial fue que llevaría a una convergencia salarial que contribuiría al incremento del bienestar en la zona comercial que se estaba creando. El resultado ha diferido sensiblemente: en lugar de acercar los salarios, se mantuvieron alejados como estrategia comercial y anti-inflacionaria de los gobiernos mexicanos, en detrimento de la calidad de vida de los trabajadores mexicanos. Esta diferencia es tan grave que en México se ha insistido en la necesidad de que los salarios de los trabajadores se incrementen por encima de la inflación. Para ello se trabajó en desvincular del salario mínimo una serie de pagos, de modo que los posibles aumentos al salario mínimo no impactarán en otros precios. De esta manera se lograría evitar que el índice nacional de precios al consumidor, con el que se mide la inflación, se afectara. En 2017 el salario mínimo tuvo un aumento diferenciado: primero se aplicó un incremento de cuatro pesos, referido como monto independiente de recuperación, y luego hubo un aumento de 3.9 por ciento, que lo llevó a 80 pesos diarios. La resolución de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos explica por qué hubo estos aumentos: era necesario ante la reducción de la capacidad adquisitiva del salario. Es claro que hacen falta nuevos incrementos que permitan que el salario mínimo pueda cumplir con lo que establecen nuestros ordenamientos legales. Estos aumentos tendrán que impactar los salarios contractuales, entre los que estarán los de aquellos que trabajan en empresas exportadoras. Aprovechar la revisión del TLCAN para estos propósitos debiera ser uno de los planteos centrales de la delegación mexicana. Escudarse en razonamientos que pretendidamente defienden la competitividad de la industria exportadora es vergonzoso. odselley@gmail.com Subir al inicio del texto

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