Héctor Guillén Romo presenta su libro Las crisis, publicado por Ediciones Era
Bolivia y Venezuela muestran que
sí hay alternativascontra el neoliberalismo
Explica
cómo el capitalismo siempre busca desesperadamente nuevas formas para sobrevivir
Antes se hablaba de reformas para mejorar; hoy es sinónimo de pérdida de derechos, opina
Las políticas neoliberales de austeridad significan un atentado a la salud, desempleo para los jóvenes y el deterioro de las universidades públicas, entre otras secuelas, expresa Héctor Guillén Romo a La JornadaFoto Yazmín Ortega Cortés
Carlos Paul
Periódico La Jornada
Jueves 7 de agosto de 2014, p. 6
Jueves 7 de agosto de 2014, p. 6
Frente a las recurrentes crisis financieras los políticos y teóricos del capitalismo neoliberal siempre dicen que no hay alternativa a las medidas económicas que aplican.
Sin embargo,
eso es una falacia, una mentira. Sí existen otras alternativas. Basta con voltear la mirada a naciones como Bolivia, Venezuela o Ecuador, para darse cuenta que sí las hay, sostiene Héctor Guillén Romo.
El economista es autor de la amplia investigación Las crisis: de la Gran Depresión a la gran crisis mundial del siglo XXI (Ediciones Era), que anoche fue presentada en el edificio nuevo de Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Guillén Romo fue profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa e impartió cátedra en El Colegio de México; desde 1990 es catedrático-investigador en el Departamento de Economía de la Universidad de París.
Sacudidas en el mundo
De visita en México, Héctor Gullén Romo explica en charla con La Jornada, que en el volumen se detalla cómo la inestabilidad financiera representa “uno de los tres grandes males del capitalismo neoliberal contemporáneo.
“En las recientes tres décadas –apunta– los economistas neoliberales, con su ideología del mercado libre, contribuyeron a crear las condiciones de la crisis de septiembre de 2008, en Estados Unidos, que provocó en los meses siguientes que cayera la producción mundial, el comercio, los créditos y las inversiones, y que muchas personas perdieran su trabajo, su vivienda y sus ahorros.”
Esas políticas económicas neoliberales, abunda, “han contribuido a muchas crisis financieras precedentes, como la crisis mexicana de 1995, la asiática de 1997, la rusa de 1998 y la argentina de 2001, apoyando con argumentos teóricos la desregulación financiera y la búsqueda desenfrenada del beneficio a corto plazo.
Bajo la lógica de la austeridad, justifican teóricamente las políticas que han conducido al freno del crecimiento y ascenso de la desigualdad, a la inseguridad del empleo y a la multiplicación de crisis económicas que no han dejado de sacudir al mundo.
La política de austeridad
no combate la crisis financiera, por el contrario, la alimenta, destaca Guillén Romo.
Como resultado del poder exorbitante que se le ha otorgado al capital financiero, los gobiernos están imponiendo políticas de austeridad, con las que han desmantelado el Estado de bienestar social.
El libro hace una historia y un diagnóstico sobre las crisis del capitalismo, desde 1929 hasta la más reciente crisis financiera global. Se analiza esa problemática mediante tres perspectivas: desde un enfoque teórico (las teorías de la crisis), desde un enfoque histórico (cómo esas crisis se han gestado históricamente) y, en tercer lugar, cómo los especialistas de la economía y finanzas, desmenuzan día tras día el desarrollo de la crisis, tomando en cuenta elementos concretos, inmediatos y específicos de la situación.
Se trata de demostrar
cómo el capitalismo siempre busca desesperadamente nuevos mecanismos institucionales para poder sobrevivir bajo otras formas.
Es por ello, considera el especialista, “por la búsqueda de nuevos mecanismos para sobrevivir, que duran tanto las crisis. Al contrario, se ha profundizado porque lo único que se han hecho es aplicar políticas de austeridad.
Ese tipo de políticas (de austeridad), cuando menos se deben de aplicar, es cuando se está en crisis, pues las consecuencias son el desmantelamiento de Estado de bienestar social, explica Guillén Romo.
“Lo vemos en los casos de Grecia, España, Italia y Francia. Las políticas neoliberales de austeridad significan un atentado a la salud, cierre de hospitales, desempleo para los jóvenes, el desperdicio del capital humano, el deterioro de las universidades públicas, la baja en las pensiones, la baja en el poder de compra de los asalariados.
México depende en muchos aspectos de Estados Unidos, sin embargo, dice, debería ver más lo que acontece en el cono sur.
Durante mucho tiempo se nos dijo que no existía ninguna alternativa. Nos decían que la única vía era el neoliberalismo. Pero el caso de las economías del sur, como Bolivia, Venezuela o Ecuador, con todos los problemas por los que atraviesan, se demuestra que sí existen otras vías alternativas económicas de crecimiento frente al neoliberalismo.
Regresión social
“Las reformas (fiscal y energética) –prosigue Guillén Romo– que actualmente se tratan de aplicar en el país, son una regresión social, manifiesta el autor deOrígenes de la crisis en México.
Antes se hablaba de reformar para mejorar, ahora es sinónimo de regresión social, de pérdida de derechos. Las políticas de austeridad, concluye,
son una falacia, pues se ha comprobado que no funcionan para salir de la inestabilidad financiera. Lo que hace falta, entre otras cuestiones, es que se dinamice el mercado interno, con mejores salarios, pues todo se ha apostado al mercado externo y la exportación. Se les olvida que los trabajadores son consumidores y que si no se les paga bien, no van a consumir nada. Si no hay mejores salarios el mercado interno nunca se va a reactivar.
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