Los de abajo
Nada, nadie
l momento fue dramático. El presidente del comisariado de bienes comunales de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños, Jalisco, en representación de su comunidad, tocó la puerta Mariana de Palacio Nacional y ésta permaneció cerrada. Nada. Nadie.
Luego de caminar cerca de mil kilómetros desde su comunidad, 120 hombres y mujeres wixaritari esperaban una señal de respeto del Presidente de México, quien estaba de gira por Sinaloa, pero dejó dicho a un personero del palacio que la autoridad del pueblo wixárika podría pasar a tocar la puerta, sabiendo que no se abriría. Ni idea tienen adentro de ese recinto del sentir de un pueblo caminante que deposita en esta caravana la restitución no sólo de sus tierras, sino de parte de su historia.
Ellos y ellas, con la frente en alto fueron, una vez más, testigos del insulto y el desprecio del Estado, quien sea que lo administre. Pero la dignidad no tiene dos caras y, sin victimizarse, advirtieron que si no son recibidos el lunes 30 de mayo, convocarán a las más de 20 mil personas de su comunidad para que se trasladen a esta ciudad. Lo están poniendo todo. Ustedes son testigos de todo lo que ha pasado en el transcurso de este mes. Hoy la vida ya no es como antes, todo México está enterado de nuestra lucha. Llegamos a donde decidimos llegar, estamos aquí, con una única finalidad y un solo propósito, una sola mente, una sola idea, una sola necesidad y una sola exigencia del pueblo wixárika de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños
, dijo Óscar Hernández Hernández, presidente del comisariado.
Probablemente los atiendan el lunes. O no. La ofensa ya está hecha. Lo importante sigue siendo la restitución de más de 11 mil hectáreas de los poblados de Puente de Camotlán y Huajimic que están en manos de ganaderos de Nayarit. Y no la foto que tanto gusta al presidente cuando se la quiere tomar. Nos motiva de forma más impotente no ver la puerta abierta del Palacio Nacional
, dijo la autoridad wixárika, quien aún en las circunstancias adversas que plantea el silencio palaciego, señala que no se irán hasta que López Obrador dé indicaciones claras de cómo se va a resolver nuestro conflicto agrario
. Un discreto violín no dejó de sonar. Para quien quisiera escucharlo.
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