Cuba: la vacuna contra el coronavirus más avanzada de América Latina
- Análisis

Si no fuera por la premisa no escrita del periodismo hegemónico de que no se cuenta todo lo bueno en Cuba, sería sorprendente que la noticia haya pasado mayoritariamente desapercibida: hoy la vacuna “Sovereign 01” inició ensayos clínicos en humanos y fue la primera en América Latina - y en todo el llamado “mundo subdesarrollado” - para pasar a esta segunda fase.
Hasta la fecha, hay 167 posibles vacunas registradas contra Covid-19. El cubano se sumó a otros 29 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya aprobó para estudios clínicos, seis de los cuales se encuentran en la fase 3, las pruebas a gran escala en humanos. En América Latina hay una docena de vacunas más en desarrollo, pero a excepción de la vacuna cubana, todas están en fase preclínica.
La vacuna candidata que produce la isla avanza a un ritmo constante. Desde el inicio de los ensayos clínicos el 24 de agosto, "no hay registro de eventos adversos graves luego de la aplicación en los primeros 20 voluntarios", tuiteó Dagmar García Rivera, directora de investigación del Instituto Finlay, el centro científico estatal cubano que dirige el proyecto. . La muestra incluirá a 676 personas de entre 19 y 80 años y los resultados se esperan para el 1 de febrero. Si las pruebas tienen éxito, Cuba tendrá su propia vacuna contra el coronavirus a disposición de la población en el primer trimestre de 2021.
El desarrollo de vacunas continúa a un ritmo constante y acelerado. “Lo que normalmente se hace en años, se logró en poco menos de tres meses”, dice Vicente Vérez Bencomo, CEO de Finlay. En la fase de desarrollo farmacéutico y estudios preclínicos en animales, presentó bajo riesgo, pocas incertidumbres y resultados alentadores ”. Con base en estos indicadores iniciales, el 28 de julio se probó la vacuna en tres de sus investigadores, quienes también tenían una alta respuesta inmune.
Que Cuba esté marchando, una vez más, a la vanguardia en el campo científico-sanitario es el resultado de una larga experiencia acumulada en medicina preventiva, inmunización masiva y en el desarrollo de una industria biotecnológica de innegable prestigio internacional. Desde el triunfo de la Revolución en 1959, se impulsó la formación profesional en las universidades y se creó un Polo Científico con el objetivo de conciliar la investigación con la producción.
La producción de vacunas es uno de los logros más significativos: Cuba produce ocho de las once vacunas de su programa nacional de inmunización, que tiene una cobertura de más del 98% y, por supuesto, es gratuito y universal. En 1962 se realizó la primera campaña de vacunación, con lo que se convirtió en el primer país en erradicar la poliomielitis. Uno de los hitos del país fue obtener, en 1990, su propia vacuna contra la Hepatitis B, prácticamente erradicando esta enfermedad. Y un dato a destacar: la plataforma de investigación médica cubana, integrada por 32 empresas estatales con más de 10.000 trabajadores dedicados a la producción de medicamentos y vacunas, está compuesta mayoritariamente por mujeres.
Soberanía, la palabra clave
Obtener una vacuna 100% nacional en un país con importantes limitaciones económicas, principalmente debido al bloqueo de Estados Unidos, es de vital importancia. El presidente Miguel Díaz-Canel destacó el concepto que denomina y descifra “Soberano 01”: “El nombre de la vacuna refleja el sentimiento de patriotismo y compromiso revolucionario y humanista con el que ha trabajado. Exploraciones como estas reafirman nuestro orgullo de ser cubanos ”.
La política de fabricación y aplicación de vacunas es solo un paso en un sistema de salud integral que es un ejemplo en el mundo. En 1959 Cuba contaba con sólo 6.000 médicos y hoy cuenta con más de 100.000, la mayor cantidad por habitante de América Latina y una de las más grandes del mundo. También es el único país de la región que ha eliminado la desnutrición infantil severa: ninguno de los 146 millones de niños con insuficiencia ponderal que viven hoy en el mundo es cubano.
El énfasis en la medicina preventiva también fue fundamental para controlar el coronavirus. Después de casi seis meses de pandemia, Cuba ha registrado poco más de 4.000 infecciones y solo 95 muertes; una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo, con 8 muertes por millón de habitantes (la más alta es Perú con 871).
La educación para la salud de la isla tiene su bastión universal en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde en 20 años se graduaron 7.248 médicos de 45 países, incluidos unos 200 estadounidenses.
Quizás esta solidaridad internacionalista sea la principal seña de identidad del modelo cubano. Las brigadas médicas, que se han desplegado durante seis décadas en todo el mundo, han actuado en todos los desastres naturales y epidemias (desde el terremoto de 1960 en Chile hasta el ébola en África). Antes de la pandemia, había cerca de 30.000 profesionales de la salud trabajando en 61 países, a los que se unieron este año 46 brigadas para colaborar en la lucha contra el Covid-19. Por tanto, la propuesta que cobra fuerza de otorgar al "ejército de bata blanca" -como lo llamó Fidel Castro- el Premio Nobel de la Paz no parece una locura.
- Gerardo Szalkowicz es Editor del sitio web de Nodal (Noticias de América Latina y el Caribe). Es colaborador de varios medios, entre ellos Tiempo Argentino , TeleSUR , Rebelión y Alai .
https://vermelho.org.br/2020/09/03/cuba-a-vacina-de-coronavirus-mais-avancada-da-america-latina/
No hay comentarios:
Publicar un comentario