«Se ha profundizado la gran ofensiva para desmantelar las conquistas de la Revolución Mexicana»
Entrevista publicada en “Política y Cultura” (México), primavera 2015, núm. 43, pp. 167-180
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M.H.:- Hace algún tiempo que quería dialogar con Guillermo Almeyra acerca de la situación política y social de México. La idea original fue aprovechar el viaje de Guillermo a ese país en enero pasado, pero por distintos motivos no pudimos concretarlo y finalmente hoy nos da la oportunidad la convocatoria de Política y cultura.
He recabado algunos datos, por ejemplo: “Una decena de empresarios mexicanos con intereses que van de las telecomunicaciones a la minería y al comercio posee una fortuna de U$S 132.900 millones, alrededor de 1.8 billones de pesos de acuerdo con la revista Forbes, la fortuna de los diez mexicanos más acaudalados es en términos comparativos equivalente al 11% de los bienes y servicios producidos en un año por la economía mexicana medidos a través del PBI actualmente calculado en 16 billones de pesos”. Esto me hace pensar en una sociedad sumamente desigual.
G.A.:- Efectivamente, es una de las sociedades, sino la más desigual a escala mundial. La diferencia entre el 1% de la población y el resto es abismal. El 80% de la gente vive por debajo del nivel de pobreza, incluso los que trabajan son remunerados en forma miserable, no alcanza para cubrir la canasta familiar, tienen que trabajar varios en la familia para poder defenderse más o menos.
Más del 40% de los niños están incluidos en la miseria, entonces la perspectiva es desastrosa, a los mexicanos no les queda más que migrar en búsqueda de mejores salarios. Una hora de trabajo mal pagado y discriminado en Estados Unidos equivale aproximadamente a 10 horas en México, entonces emigran o se dedican a los cultivos ilegales, a la delincuencia o a hacer “changuitas” para poder sobrevivir.
M.H.:- Usted mencionó el tema de los niños, casualmente hoy estaba leyendo un informe elaborado en forma conjunta por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, una institución mexicana, que señala que más de la mitad de los cuarenta millones de menores de edad que habitan en el país se encuentran en situación de pobreza y 4.7 millones se ubican en la pobreza extrema. En las comunidades indígenas es particularmente alarmante, 8 de cada 10 menores de 17 años viven en pobreza y 1 de cada 3 en pobreza extrema. Esto en el contexto de un país donde en el sexenio de gobierno de Felipe Calderón, la economía nacional se expandió en un promedio anual del 1.9%, es decir, muy bajo.
G.A.:- Sí, inferior incluso al crecimiento demográfico. Quiere decir que por habitante se empeora la situación.
M.H.:- Hay un dato que ha trascendido fuertemente en los últimos tiempos y es la emigración de niños solos a EE. UU., decenas de miles de niños que son detenidos por la policía estadounidense en bases militares. Se habla de 50/60.000.
G.A.:- Es terrible, porque normalmente la emigración no es un dato individual, es social y colectivo. Toda una familia decide que un miembro, el más joven, el más enérgico, que tiene un oficio, está en condiciones de emigrar para enviar dinero. Entonces, todos aportan económicamente para enviar un hijo porque pasar clandestinamente la frontera cuesta entre U$S 5.000/15.000. Ha sido así durante los últimos diez años, por lo menos.
Ahora las comunidades no tienen brazos jóvenes, las actividades se han feminizado o han quedado en manos de viejos, pero también quedan chicos o adolescentes recién arribados a la pubertad y entonces se cotiza para mandarlos solos, expuestos a muchos más peligros que los jóvenes adultos. Una joven adulta estaba expuesta a que la violaran y estos chicos también lo están, a que los maten, los roben o los vendan como pieza de repuesto.
Llegados a EE. UU. no tienen la protección que tenían los jóvenes adultos anteriores para insertarse mejor en la sociedad americana y son detenidos fácilmente. Por consiguiente, la inversión para el envío del chico no trae como resultado el envío de remesas, por lo general fracasan, son echados varias veces o encarcelados.
La política de Obama es racista desde el punto de vista social, de la xenofobia y ético. Todos hablaban del Muro de Berlín en su época ¿y el muro actual que separa EE. UU. de México cuántos miles de kilómetros tiene? ¿Y las matanzas? ¿Y los vigilantes del otro lado que cazan a los chicos con rayos infrarrojos, de noche, como si fueran venados o a las familias?
Es decir, hay una situación terrible. Los mexicanos son los que aportan millones en cantidad y en condiciones atroces. La parte más grande del sufrimiento de los inmigrantes a escala mundial. Los africanos sufren bestialmente también, pero el sufrimiento de los mexicanos es diario.
M.H.: De una población de 115 millones, 80 millones son pobres.
G.A.:- Es una cantidad gigantesca pero además el pobre mexicano es pobre, pobre.
M.H.:- Lo menciono porque a veces uno se queda fijado en algunos momentos y recuerdo a México en los ’70 como un país progresista, incluso muy respetado por su política exterior y desde ese momento al actual ha sufrido un deterioro muy pronunciado en sus índices económico-sociales.
G.A.:- En 1972 comienzan las políticas neoliberales.
M.H.:- Pero con mucha fuerza.
G.A.:- Con gran fuerza.
M.H.:- Y casi sin ninguna posibilidad de desviarla un poquito desde entonces.
G.A.:- No, y en una integración a toda velocidad con EE. UU. como región colonial dentro de ese país. Además, la concentración de la pobreza ha sido enorme, pero la riqueza también. México tiene el segundo hombre más rico del mundo, Slim, y varios otros entre los más ricos.
M.H.:- La proporción de la riqueza de los multimillonarios con respecto al PBI es más cuantiosa que en la mayor parte de los países. Un dato estadístico fuerte.
G.A.:- Sin duda, la desigualdad en Argentina es terrible, pero comparada con México, o incluso Brasil, es menor porque ha habido una fuerza resistente de la sociedad y el movimiento obrero que ha obligado a establecer otros parámetros. Los campesinos son pocos, la población rural es de más o menos el 15%, el campo aporta apenas el 7% del PBI, los indígenas son casi todos campesinos o pobres marginados que viven en la ciudad dedicados a las pequeñas artesanías y son los más pobres de los pobres. La desigualdad es notable, empieza por el aspecto, por el vestido, por las costumbres, la alimentación, la altura, por el desarrollo físico. El mejicano del norte es alto, mide 1.78/1.80 metros.
M.H.:- El charro.
G.A.:- Efectivamente. Es mestizo, alto, come carne. El del sur es bajísimo, las mujeres tienen 1.50 metros, son como chicos, muy chiquitos y cada vez más.
México ha pasado a ser una parte de Estados Unidos pero en condiciones subordinadas
M.H.:- ¿Qué diferencia hay, si cabe, entre el sexenio de Felipe Calderón y el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto?
G.A.:- En lo esencial, se ha profundizado y agravado la gran ofensiva para desmantelar todas las conquistas desde la Revolución Mexicana hasta aquí. Peña Nieto consiguió anular, destrozar la Ley Federal del Trabajo acabando, por ejemplo, con la indemnización por despido, con las 8 horas, ahora el patrón puede llamar por una hora a un desocupado, y luego echarlo.
Acabó con la legislación laboral y también le dio un golpe de muerte a la educación de la época de Cárdenas, y a los derechos sindicales de los maestros y educadores con una llamada “Reforma de la educación” que es totalmente regresiva. También dio un golpe a las Universidades concediéndoles menos subsidios para restringir el número de alumnos, que no haya tantas becas. Además, acabó con la propiedad colectiva y nacional de los bienes del subsuelo, en particular del petróleo y de PEMEX, abriéndola a empresas privadas extranjeras de modo tal que la renta petrolera de México que era lo que le permitía vivir al gobierno y hacer algunas obras públicas, ahora será compartida con los grandes monopolios transnacionales y, por consiguiente, las obras públicas, la sanidad y todo lo demás no contará con fondos. Ha habido una tremenda ofensiva que prepara conclusiones peores, porque si se privatizan los recursos del subsuelo, se abre camino a la privatización del agua, que en un país semidesértico como México y con escasos ríos es vital para vivir, para la agricultura y las ciudades.
Entonces, se introduce un sistema donde el que tiene dinero podrá regar su jardín y beber, y el que no, tendrá que pagar carísima el agua solamente para tomarla, no tendrá ni para lavarse. Además, se favorece la construcción de represas, no para la agricultura, que ha recibido un golpe de muerte porque se le ha quitado a los campesinos todo subsidio, sino para California que no tiene agua y que no tiene por consiguiente sistema eléctrico, entonces están creando represas para abastecer de energía eléctrica a California con los recursos mexicanos. Es decir, México pasa a ser una parte de Estados Unidos pero en condiciones subordinadas y eso no ha parado ahí, porque si las medidas que se toman son violentamente anti-nacionales, anti-sindicales, anti-populares, hay que evitar la resistencia, que es lógica, la resistencia está ahí, son los grupos de autodefensa, de campesinos contra el narco o sea contra la fusión entre el ejército, la policía y el narcotráfico que es una fuente de ingresos ilegales impresionante. Están las policías comunitarias inventadas por campesinos y financiadas en asambleas, en total unos 25.000 hombres armados que no reconocen al Estado y que resisten incluso al poder del narcotráfico que está aliado al poder del Estado central. Entonces, a ésos hay que aplastarlos, por ahora están tratando de quitarles las armas y de comprar algunos dirigentes, dividirlos, pero como eso va a ser imposible y como se están extendiendo las medidas de autodefensa que acaban de surgir también en el estado de Potosí, sobre todo en el movimiento campesino y en las comunidades, van a tener que recurrir a una represión todavía mayor que la de Calderón. Es decir, la política de Calderón que fue una política neoliberal y dictada por el FMI y las trasnacionales, se aplica ahora con la alianza del PAN, que solamente discute cuestiones secundarias, con mucha más ferocidad que antes y con la complicidad también de un partido que es formalmente de oposición, de centro o de centro izquierda, como el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ha votado todas estas medidas o no las ha resistido.
Entonces, Enrique Peña Nieto hace la política del 1% de la sociedad, para el establishment, con el apoyo de los sectores políticos y en contra de la inmensa mayoría de la sociedad que resiste como puede, desde los Zapatistas hasta las autodefensas de Michoacán, de Guerrero, de Potosí y el resto de los movimientos sindicales combativos, pero que están desunidos y desorganizados.
Se acaba de crear una nueva central de los trabajadores pequeña pero que reúne a todos los sindicatos combativos y es apoyada por la izquierda, se llama “Nueva Central de Trabajadores” y está apoyada por un partido nacido de los sindicatos que se llama “Organización política de los Trabajadores”. Eso puede dar un núcleo a la resistencia y juntar fuerzas con otros sectores estudiantiles que protestan por la situación de la enseñanza, sobre todo del magisterio, los maestros de provincia de las comunidades indígenas, que se están movilizando por la democratización de su sindicato y por el mantenimiento de las conquistas sociales y salariales del pasado, puestas todas en cuestión por la política del gobierno y a la vez por razones sociales, porque ganan salarios inferiores a los necesarios para sobrevivir, viven en condiciones desastrosas.
Los grupos de autodefensa y las policías comunitarias
M.H.:- Te adelantaste a varios temas que quería abordar, pero quiero volver sobre uno en particular, el tema de las autodefensas. Nosotros hemos hablado en alguna otra oportunidad sobre este tema y lo he seguido muy de cerca, a partir de tus apreciaciones, y he notado que en algún punto las autodefensas sufren las acusaciones de paramilitarismo, se habla del “modelo colombiano”, me gustaría que profundizaras un poco sobre este tema, porque creo que hay alguna confusión.
G.A.:- Sí, el proceso de las autodefensas no es puro, pero depende de la situación social en cada Estado, como llaman a las provincias en México, por ejemplo, en Guerrero donde hay mucho mayor peso de los agricultores pobres, de la inmigración y también de la resistencia indígena a la explotación minera, las comunidades eligen directamente en asamblea, no solamente a los integrantes de la policía comunitaria, sino también al comandante, lo destituyen si no están de acuerdo y alimentan a los miembros de la policía comunitaria que hacen un trabajo como policías y, por lo tanto, descuidan sus campos que son atendidos por el conjunto de la comunidad. Entonces, los movimientos de autodefensa, que por otro lado el gobierno trata de desarmar y de dividir haciendo una fuerza increíble para conseguir algunos sectores que le sean favorables, son mucho más genuinos, más democráticos y auténticos.
En Michoacán, por el contrario, que es un lugar de gran inmigración también pero donde hay agua y hay bosques, la agricultura es más floreciente que en Guerrero, hay agricultura capitalista, exportación de tomates y otros cultivos, a los Estados Unidos. Junto a los campesinos empobrecidos y a las comunidades indígenas que defienden sus tierras y bosques contra los taladores, hay pequeños productores que tienen 50, 60 hectáreas que son incluso exportadores, pero que han sido chantajeados o secuestrados por los narcotraficantes y que se defienden de ellos haciendo una alianza con los campesinos pobres, a veces incluso pagándoles la participación en las autodefensas o comprándoles armas en Estados Unidos, donde comprar una ametralladora es tan fácil como un kilo de tomates.
Entonces, hay de todo, hay una alianza de clases y una alianza incluso con algunos sectores que estaban perdiendo la guerra frente a sus competidores del propio narcotráfico, porque el narcotráfico no está unificado, son camarillas, bandas que se disputan el territorio entre sí y que están unidas de un modo u otro a un poder que puede ser local, de la provincia, nacional o hasta trasnacional. Hay una pelea entre estos grupos y el que pierde a veces puede apoyarse en las autodefensas para golpear a su adversario y recuperar parte del terreno perdido. Así que en Michoacán la cosa está más complicada, hay sectores del narcotráfico que están jugando la lucha contra el narcotráfico de las autodefensas y hay sectores de las pequeñas burguesías rurales que se alían con los campesinos y con los obreros rurales, que en Michoacán son mucho más abundantes que en Guerrero.
Todo depende del lugar, en Potosí son únicamente indígenas muy pobres, que se organizan en autodefensas pero no tienen casi armas, en cambio en Michoacán las armas son más grandes y han tomado un montón de ciudades. En conjunto se puede hablar de un fenómeno, pero hay que ver localmente cómo se manifiestan estos fenómenos porque no son puros. Hay quien saca agua para su propio molino de este proceso.
M.H.:- Frente a la aparición de los grupos de autodefensa el gobierno federal ha dado dos opciones, una la cooptación, la otra, la represión, pero se ha venido imponiendo la primera, aunque hubo dos líderes de las autodefensas de Michoacán que no aceptaron ser cooptados, Hipólito Mora y José Manuel Mireles, que fueron reprimidos y encarcelados. Finalmente, Mora cedió. ¿Se han reducido las actividades de la delincuencia organizada? Además, tengo entendido que en el caso de Michoacán las autodefensas se convirtieron en un movimiento político.
G.A.:- La cooptación fue un éxito relativo para el gobierno porque consiguió que algunos sectores entraran como subordinados a las redes de represión estatales, como policías rurales, pero todavía hay 25.000 autodefensas en Michoacán nada más.
Hay un fuerte movimiento nacional por la libertad del Dr. Mireles, un pequeño productor de limón, además de la terrible represión que golpeó sobre todo a las autodefensas de Guerrero, donde no pudieron cooptar a nadie.
En Michoacán ha habido movimientos interesantes como el de mujeres que formaron brigadas de autodefensa armadas en sustitución de los hombres porque es más difícil meterlas presas. Mientras tanto, aquéllos siguen trabajando porque para mantener las autodefensas en funcionamiento permanente el grave problema es quién financia el equipo, el vestuario, la alimentación, los desplazamientos. Se mantiene una infraestructura de apoyo y en algunos casos se ha profundizado el apoyo popular, entre otras cosas, porque aunque los medios de información tienden a callar los crímenes y no los ponen en primer plano como lo hacían antes, para dar la impresión de una normalización, la situación no ha mejorado porque los narcotraficantes no pueden existir sin la simbiosis con el aparato del Estado, en particular, con los gobernadores.
Hay un sector narco ligado al Estado, por lo tanto, gozan de cierta impunidad, pero la resistencia popular sigue en pie. Hay sectores de las autodefensas como el grupo dirigido por “El americano” que no está en “olor de santidad”. Se habla que tienen lazos con actores de otro cartel porque el tipo de actividades que desarrollan no es contra los narcotraficantes en general, sino solo contra Los Templarios.
En general, el movimiento sindical, de organización, que va desde los pequeños productores hasta los desocupados, tiene un carácter político en la medida que tiene muy claro que el gobierno nacional y el michoacano, en particular, tienen poderosos vínculos con los narcotraficantes.
No se puede erradicar al narcotráfico sin controlar el territorio y sin una acción política. Esta es difícil que lleve a una acción independiente de los capitalistas y el Estado porque la gran mayoría de la población en México, como en el resto del mundo, no es anticapitalista. Quiere vivir mejor, con más seguridad y cosas por el estilo, por eso se puede ver tentada a apoyar a uno u otro y a maniobras políticas de ese tipo. Eso lo veremos porque depende de la magnitud del combate que sin duda puede ayudar a radicalizar las ideas.
También la diferencia profunda entre los miembros y dirigentes de las autodefensas michoacanas es que pertenecen más bien a las clases medias rurales, son médicos, pequeños productores y las de Guerrero, como Nestora que está en la cárcel y le quieren aplicar todo el peso de la ley porque son campesinos con tradiciones de lucha, incluso revolucionarias, con viejas raíces en las sublevaciones campesinas de los ’70.
Esa es la diferencia porque en Guerrero, entre otras cosas, hay mucho menos trabajo, no se puede conseguir empleo de obrero rural porque no hay puestos, y eso precipita a algunos de los más pobres a rebelarse.
M.H.:- Venía leyendo algunas cifras sobre las denominadas “bajas colaterales” como las llamó Calderón. En ocho años de combates murieron casi 120.000 personas, hubo más de 25.000 desaparecidos y 1.500.000 de deportados. ¿Se podría hablar de una guerra de limpieza social?
G.A.:- Efectivamente. Ese fue el gran error de Marcos y los zapatistas que concentraron todo el fuego, en la campaña electoral entre Calderón y López Obrador, contra este último partiendo de la idea sectaria que el más izquierdista era más peligroso porque desviaba a las masas. Ni tocaron a Calderón, decían que todos eran iguales, el resultado fue que este último hizo matanzas selectivas, de miles, y López Obrador lleva a cabo una política electoralista, reformista pero de movilización democrática y defensa de las conquistas democráticas y sociales, lo cual no lo convierte en un líder revolucionario pero que sí se opone a las consecuencias del proceso de integración de México dentro de EE. UU.
Adiós Comandante Marcos
M.H.:- A fines de mayo se despidió el Comandante Marcos ¿cuál sería la lectura política de este alejamiento?
G.A.:- Marcos desaparece como vocero y líder público, se transforma en el Subcomandante Galeano mediante una mise en scène, un acto muy preparado donde entra a caballo con otros, lo iluminan, hace un discurso, que indica que hubo una salida consensuada, una elevación en jerarquía de Moisés, un indígena tojolabal, radical, ex seminarista, educado por los curas de la Teología de la Liberación, no marxista, pero educado con elementos de marxismo interpretado en el lenguaje del Nuevo Testamento.
Aparentemente, Marcos desaparece de la escena. Es evidente que hubo una discusión interna y un poco por esa causa, y otra porque ya llevaba muchos años como portavoz del EZLN, Marcos desaparece como expresión que los zapatistas se concentran mucho más que nunca en su territorio, se repliegan, con el riesgo de cocinarse en su propio jugo, ante una doble situación muy peligrosa para ellos, por un lado, la crisis mexicana que obliga a muchos jóvenes, sobre todo en Chiapas, a emigrar a EE. UU., lo que les roe las fuerzas no solo militares, sino también la base de 200.000 personas que hay en su territorio y le permite al ejército alentar una guerra de campesinos priístas contra campesinos zapatistas y avanzar.
Por otro lado, porque en México la ofensiva capitalista viene con todo, la entrega total a EE. UU. no puede tolerar islotes de autonomía locales ya que independencia no hay porque dependen del mercado para abastecerse. Sobre todo, no pueden tolerar la existencia de un ejército nativo de 2.000 hombres aunque estén mal armados, por las mismas razones por las que reprimieron a las autodefensas. Tienen que establecer un solo mando, una sola policía, una sola justicia porque es la lógica del sistema.
Los zapatistas no ven alternativa en el plano nacional, porque López Obrador es absolutamente utópico y espera reunir las firmas suficientes para anular las leyes contrarrevolucionarias de Peña Nieto. ¿Quién te asegura que por más millones de firmas que tengas no las van a usar como papel higiénico si no tenés como respaldarlas? En segundo lugar, se concentra en ganar las próximas elecciones por mayoría y ¿quién te asegura que no te van a volver a hacer fraude como en 2012, 2006, 1988 y robarte la elección?
Entonces, esos movimientos aparecen como utópicos, los indígenas no les creen porque nadie puede creer en ilusiones y se sienten aislados, sin alternativa y se refugian en sus tierras a defenderse como puedan.
Esa es una política parecida a la del bicho bolita, que desgraciadamente no evita ser pisado.
TLCAN
M.H.:- El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que nuclea a Estados Unidos, Canadá y México lleva ya dos décadas, ¿qué ha significado para México concretamente?
G.A.:- Por un lado ha despoblado el campo, porque ha acabado con todas las pequeñas empresas capitalistas, ha acabado con la economía campesina, ha obligado a la migración de más de 3.000.000 de personas, hay que tener en cuenta que Estados Unidos rechaza cada año 1.200.000 inmigrantes ilegales, los pone del otro lado de la frontera. Quiere decir que los que pasan son más o menos otro tanto. La mayoría jóvenes, financiados por su familia o por su comunidad que hacen una “vaca” para pagarles la emigración que es carísima porque tienen que viajar desde su lugar de origen, cruzar la frontera, ir hasta alguna ciudad y además pagarle al “pollero”, o sea, al que los hace pasar ilegalmente, eso varía entre U$S 5.000/15.000 según adónde vaya. Esta emigración que es una sangría para la población, ha destruido el campo mexicano, tierras que no se cultivan en un país cada vez más árido como resultado del cambio climático, con menos lluvias, son tierras que se pierden, se llenan de matorrales. Las familias no pueden mantener el trabajo que hacían los jóvenes que se van a Estados Unidos y mandan dinero, cuando pueden, hasta el momento en que el emigrante se encuentra con alguna rubia en Los Angeles o en Chicago y se establece y se olvida de su familia.
Los ingresos provenientes de la emigración de gente no son ingresos permanentes porque esa gente tiene que vivir, rehacer su vida y va perdiendo sus lazos. México ha perdido en el aspecto social y humano la parte más dinámica, joven y productiva de su población agrícola. El aporte de la agricultura al PBI ha disminuido del 15 al 7% que es el actual, lo cual indica el desastre que se ha producido, y buena parte de México está ahora del otro lado de la frontera pero sin derechos, discriminado y expuesto a ser echado en cualquier momento, con lo cual volvería como desocupado a un país donde no hay trabajo, a cargar con una familia que dependía del dinero que le mandaba; es una bomba de tiempo.
Desde el punto de vista alimentario ha sido brutal, México con el S.A.M., el Sistema Alimentario Mexicano, exportaba granos y alimentos, ahora importa el 56% de sus alimentos y esa cifra aumenta todos los años.
El maíz que es originario de México porque hace unos dos mil años las mujeres indígenas descubrieron cómo desarrollarlo, ahora está siendo importado y es transgénico en muchísimos casos, y además el que llega a México de Estados Unidos es el maíz amarillo, en México se comía el maíz blanco y el amarillo se usaba para engordar a los cerdos, ahora los mexicanos tienen que comer maíz importado transgénico para los cerdos. Es decir, ha habido un desarrollo absolutamente negativo y que se transforma en las clases medias en una sustitución de la comida elemental pero sana basada en el maíz que tenía proteínas, calcio, por las porquerías de Burger King, McDonald’s y por el consumo enorme de Coca Cola. México es el país que más refrescos gaseosos consume después de Estados Unidos y el resultado es un crecimiento enorme de la obesidad y de la diabetes, incluso entre los chicos, un costo sanitario creciente para un estado pobre como resultado del hambre de la gente.
“Me lo fusila y después me lo averigua”
M.H.:- He visto que se han implementado una serie de leyes en algunos estados, el caso más notorio ha sido el de Puebla con una “Ley para proteger los Derechos Humanos y regular el uso legítimo de la fuerza por los elementos de las instituciones policiales del Estado”, que sintéticamente llaman “Ley bala”.
G.A.:- La ley del gatillo fácil.
M.H.:- Que ya se ha aplicado en Puebla para desalojar una autopista provocando la muerte de un estudiante. ¿Este tipo de legislación que permite el uso de armas para despejar manifestaciones es nueva dentro de la política mexicana o ya había antecedentes?
G.A.:- Antecedentes hay, de la época de Porfirio Díaz, antes de la revolución mexicana, hace más de 100 años, en la época de “me lo fusila y después me lo averigua”, que era la orden que daban en aquellos tiempos. Ese es el antecedente, aunque siempre hubo una violencia muy grande en México, asesinatos de campesinos o de sus líderes, entre otras cosas, porque los campesinos han estado armados y se defendían. Antes los asesinatos eran selectivos, se mataba a un dirigente, pero no tiraban a mansalva sobre mujeres y manifestantes, eso ocurría antes de la revolución, en la época en que México era simplemente una estancia enorme, propiedad de 20 o 30 estancieros que tenían sus peones armados y resolvían los problemas a los tiros.
Se vuelve al siglo XIX, a los primerísimos años del siglo XX. Ha habido un retraso de la civilización en México. Todas las conquistas obtenidas con la revolución mexicana y con lo que fue su continuación legal, el gobierno de Lázaro Cárdenas, están siendo arrasadas y entonces permiten cualquier cosa.
M.H.:- Me impresionó mucho una nota que escribiste que se titula “Es necesario un cambio radical”, en la cual hacés retroceder la situación de México a mediados del siglo XIX, porque te referís al general Santana, comparás a los políticos mexicanos con este general, o sea, ni siquiera con los dirigentes que fueron expulsados por la revolución en 1910, sino que vas más atrás todavía. ¿Por qué esta comparación?
G.A.:- Porque Santana en nombre de los sectores más conservadores de México, entregó a los yanquis la mitad del territorio. México, en la guerra con Estados Unidos, perdió California, Arizona, Nuevo México, Texas, Florida. Perdió todas las zonas que después fueron el granero de Estados Unidos y la base para la extracción de oro y petróleo, para el desarrollo industrial de Estados Unidos. México perdió todo eso en una guerra simplemente para responder a las necesidades parciales de un pequeño sector de los conservadores mexicanos.
Santana fue un entregador y un antinacional y los actuales son peores todavía porque entregan todo el resto de México y no solamente la mitad más rica del norte que entonces era semidesértica pero contenía esa riqueza, sino que ahora quieren entregar todo, por ejemplo, aparte del petróleo que es un recurso finito, quieren desarrollar en las zonas agrícolas que quedan en Guerrero la gran minería del oro, la plata y otros metales y acabar con la posibilidad de que un territorio frágil con la modificación del clima, con el aumento del nivel de las aguas en las costas y con las grandes inundaciones y desertizaciones resultantes de las modificaciones del clima, tenga siquiera la posibilidad de la supervivencia, porque un minero no tiene de qué vivir si no recibe alimento de afuera y esos alimentos no los va a poder comprar si hay cualquier accidente ambiental importante, como se están dando todos los días.
Hay una entrega total del territorio, por no hablar de la liquidación de la sociedad. El presidente Fox (PAN) decía a los mexicanos que en Estados Unidos había mucho trabajo de jardinero y les repartía unas valijitas con un litro de agua, algunos elementos de primeros auxilios para cruzar el desierto arriesgando la vida con tal de ir a trabajar por nada, es decir, promovía oficialmente la inmigración clandestina hacia Estados Unidos en las peores condiciones posibles, donde el que ponía el esfuerzo central era el trabajador que arriesgaba la vida al cruzar un desierto sin agua o al cruzar a nado un río impetuoso.
Pero es indudable que la gente va a reaccionar como lo hizo siempre. México no es un país de organizaciones políticas revolucionarias, nunca las hubo preparadas, es un país de estallidos sociales gigantescos y una rebelión general democrática por la tierra que toma formas confusas.
La evolución mejicana fue llamada popularmente “la bola”. Se decía: “me voy pa la bola”. Esa es la característica y se está preparando ese tipo de situación, porque hay momentos en que la vida no vale nada y se hace intolerable, sobre todo la prepotencia, la humillación cotidiana, la injusticia bestial, la desigualdad, la corrupción, con agravios diarios que van provocando odio. Son poquísimos los que aguantan eso. En primer lugar los intelectuales mexicanos que están muy contentos con ganar 40/50 veces lo que un obrero y, en segundo lugar, un puñadito de socios de las grandes empresas multinacionales que de mejicanos tienen haber nacido en México, nada más.
* Guillermo Almeyra. 85 años, siete décadas de militancia en la izquierda revolucionaria. Ex académico destacado en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Metropolitana (Unidad Xochimilco). Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, Tecnología y Humanidades. Autor de: La protesta social en la Argentina (1990-2004), Che Guevara el pensamiento rebelde y Militante crítico. Una vida de lucha sin concesiones, entre otros.
** Mario Hernandez. Licenciado y Profesor en Sociología. Periodista y escritor. En 2013 publicó El movimiento de autogestión obrera en Argentina. Empresas recuperadas y movimientos de trabajadores desocupados y en el corriente año El peronismo que no fue. La (otra) otra historia en co-autoría con Gerardo Bavio. Director de la Editorial “Metrópolis”. Miembro del Consejo Directivo de la Coordinadora de Medios de la Ciudad de Buenos Aires (COMECI).
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