EL DELFÍN

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domingo, 22 de marzo de 2020

Grecia: crecimiento, el lado oculto de la recuperacion...

Crecimiento. El lado oculto de la recuperación griega
17/03/2020 | Michel Husson
Todo está mejor: ha vuelto el crecimiento (1.9% en 2018 y 2% en 2019) y es una sorpresa divina para los mercados financieros. Ya en junio de 2019, Bloomberg señalaba la “inversión de la situación” que convirtió a Grecia en el mejor mercado de valores del mundo. El indicador de “sentimiento económico”, establecido por la Comisión Europea, ha aumentado constantemente desde la aceptación por parte de Aléxis Tsípras del tercer plan de ajuste y prácticamente ha vuelto a su nivel anterior a la crisis.
Grecia puede volver a endeudarse en los mercados financieros: 1.500 millones de euros en bonos a 10 años (al 1,5%) en octubre pasado y después 2.500 millones de euros a 15 años en enero. La agencia calificadora Fitch, así como Standard & Poor’s, han aumentado la calificación de la deuda griega y saludado los “rápidos progresos en la reducción de la fiscalidad sobre el trabajo y el capital”, así como el compromiso del gobierno a “dar un nuevo impulso al programa de privatización” (Les Echos, 29 de enero de 2020). Incluso éxtasis en el Wall Street Journal: “las reducciones de impuestos y la desreglamentación estimulan la linterna roja de Europa” (29 de enero). Se encuentra aquí, casi literalmente, el comentario de la Comisión Europea que explica porque las reducciones de impuestos anunciadas permitirán a Grecia tener un crecimiento superior a la media europea en el 2020.
Recordemos de pasada que, aunque Grecia ha salido en agosto de 2018 del tercer programa de ajuste, sigue sometida al procedimiento de vigilancia reforzada de la Comisión Europea. En su último informe de noviembre de 2019, ésta emitió un informe de conformidad pero exhortó al país a continuar su puesta en marcha de “las reformas estructurales a fin de sostener un crecimiento económico sólido y duradero”.
Tranquilizar a los “inversores”
Hay que decir que el nuevo gobierno de Kyriakos Mitsotákis –del partido Nueva Democracia, que derrotó en las elecciones de julio de 2019 a Syriza, el partido de Aléxis Tsipras- ha dado las garantías necesarias. Sus primeras medidas han ido a lo esencial, es decir a una reducción de las tasas inmobiliarias y del impuesto sobre sociedades (del 28% al 24% y después al 20% en el 2020) y también sobre los dividendos (del 10% al 5%). Para atraer a los extranjeros ricos para que se instalen en Grecia e inviertan 500.000 euros, en el inmobiliario o en acciones, se aprobará una tasa fija, topada a 100.000 euros. Se mantendrá el IVA y la reducción del impuesto sobre la renta solo se aplicará sobre los primeros 10.000 euros, de los que 8.648 son ya no imponibles.
El nuevo gobierno baja los impuestos y reduce el derecho de huelga
En la misma lógica, el “gran proyecto de ley para el crecimiento” restringe el derecho de huelga y suprime en la práctica los convenios colectivos. Citemos por ejemplo diez puertos regionales, como Alexandroupolis, Kavala o Corfú. Hay un claro proyecto de atraer a los viajeros de cruceros, como explica Yiannis Plakotakis, el Ministro de Marina: “El interés de los inversores por nuestros puertos es enorme, especialmente por parte de los principales suministradores mundiales de servicios portuarios, así como de las grandes empresas que operan en los sectores de los cruceros y del yachting”.
A continuación vendrán la totalidad de la red de distribución de gas (DEPA) y el 30% del aeropuerto internacional de Atenas, para el que el gobierno ha emprendido trabajos de modernización por importe de 700 millones de euros… e incluso la antigua base militar americana de Gournes o el centro ecuestre olímpico de Markopoulo. Se trata en efecto “de alcanzar el objetivo fijado por los acreedores internacionales de 2,4 mil millones de euros”, como reconoce el presidente de TAIPED, Aris Xenofos.
Los alquileres en aumento
Esta apertura a la inversión extranjera tiene ya como consecuencia un aumento muy rápido de los alquileres (hasta el 25% en algunos barrios de Atenas en el último año) que han reencontrado así su nivel de antes de la crisis. Este fenómeno se explica en efecto por el desarrollo de inversiones inmobiliarias en apartamentos que son posteriormente alquilados por la intermediación de plataformas, especialmente de Airbnb. Las consecuencias son clásicas, especialmente con la expulsión de los antiguos arrendatarios incapaces de hacer frente a ese aumento.
Grecia vende 250.000 euros de visados de residencia que permiten circular en Europa. Los clientes son chinos, rusos y turcos
Pero este movimiento no espontáneo. Está estimulado por dispositivo puesto en marcha por el anterior gobierno: a cambio de una inversión de 250.000 euros, es posible a un no-residente obtener un golden visa que le proporciona un permiso de residencia de cinco años y ese “visado dorado” le permite viajar en el resto de la Unión Europea. Los principales usuarios de esos Golden visas son, por orden, los inversores chinos, rusos y turcos.
No se puede entender la privatización de los puertos si se olvida el peso muy importante que ocupa el turismo en la economía griega: 30 millones de visitantes en 2018 (para once millones de habitantes). Según el INSETE (la confederación griega del turismo), el turismo represente el 11,7% del PIB griego. Pero se llega al 30% del PIB –y a más del 40% del empleo- si se toman en cuenta todos los efectos de difusión en la economía. El turismo ocupa así el principal puesto en las exportaciones griega, antes del transporte marítimo y el refino del petróleo.
Una desinversión
Ciertamente, Grecia está saliendo del abismo en el que le había sumergido la política de austeridad. Ello no impide que “el PIB por habitante es en la actualidad el 22% inferior al de antes de la crisis”. Esto es lo que señalaba el último mes de septiembre, el director del FMI para Europa, Poul Thomsen, en una conferencia impartida en la London School of Economics. Según él, serán necesarios “todavía 15 años, hasta 2034, para recuperarlo. Según las previsiones de la Comisión Europea, será preciso esperar hasta 2031”.
Si el FMI habla de una “recuperación decepcionante” en su último informe sobre Grecia, es porque se acompaña de una pérdida de la sustancia productiva del país. Se puede medirla de diferentes formas: por ejemplo, la productividad por cabeza es en la actualidad inferior en el 9% en relación con su nivel anterior a la crisis contra +8% para la zona euro. Pero es la evolución de la tasa de beneficio tal como la calcula la Comisión Europea en su base de datos Ameco lo que es sin duda más revelador: tras haber caído un tercio durante la crisis, se orientó al alza a partir del 2012, de forma que el retroceso prácticamente se ha borrado. En este mismo período, la parte de los beneficios se ha aproximadamente estabilizado, en la medida en que la productividad del trabajo y el salario han conocido la misma evolución, en ligera baja.
La recuperación de la tasa de beneficio está basada exclusivamente en una “desacumulación” del capital
La recuperación de la tasa de beneficio se ha basado pues exclusivamente en una “desacumulación” del capital: para un crecimiento del PIB del 2%, el capital fijo ha retrocedido el 8% y es esa baja lo que permite la recuperación de la tasa de beneficio. El volumen de inversión pública se ha dividido por dos en relación a su nivel anterior a la crisis. Ello resulta evidentemente de las orientaciones presupuestarias que privilegia el abono de intereses de la deuda pública mediante la obtención de un excedente primario -sin contar los intereses- extravagante (del 3,5% del PIB).
Las fuerzas vivas han abandonado el país
En cuanto a la caída de la tasa de desempleo, del27,5% al 17,3% entre 2013 y 2019, cerca de la mitad puede ser atribuida al retroceso de la población en edad de trabajar. Es el reflejo de un fenómeno cuyos efectos serán duraderos.
La población de Grecia es de 10,7 millones, menos de 450.000 personas que en 2010. Ciertamente que la población está envejecida pero ello no explica la caída aún más importante de la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) que ha bajado en 600.000 personas desde 2010 (-8%). Son las fuerzas vivas las que abandonan el país: cerca de 18.000 médicos, aproximadamente 350.000 jóvenes diplomados y diplomadas (Le Monde del 8 de octubre de 2019). Es en este contexto en el que hay que analizar el otro gran proyecto del gobierno: una nueva reforma de las pensiones.
Las pensiones: cada vez más bajas
El 21 de enero, el Parlamento griego ha discutido una nueva ley sobre las pensiones, provocando una huelga de 24 horas. Ella tiene lugar después de numerosas reformas puestas en práctica bajo la égida de los acreedores desde el 2010. El ministro griego del trabajo y de asuntos sociales, Yiannis Vroutsis, ha declarado que este proyecto de ley se apoyaba en dos estudios científicamente documentados y que la reforma “garantiza la sostenibilidad del sistema de protección social hasta 2070”. Como si quisiera prolongar el paralelo con el debate francés, el ministro afirma que el proyecto está basado en tres principios: “simplicidad, flexibilidad y libertad”. No es evidentemente la opinión de ADEDY, el principal sindicato del sector público, para quien el proyecto “no es otra cosa que la continuación de las leyes votadas entre 2010 y 2019, que han supuesto una reducción de las pensiones de entre el 20% y el 60%.
La voluntad de reducir el gasto de pensiones tiene y tendrá efectos sociales especialmente regresivos
Esta voluntad de reducir el gasto de pensiones tiene y tendrá efectos sociales especialmente regresivos en el contexto griego. Se vuelve a señalar que se trata de una población envejecida. A partir del inicio de los años 2000, el número de nacimientos empezó a aumentar, pero volvió a caer de nuevo desde la crisis: la tasa de natalidad ha pasado del 10,7 al 8,1 por mil. Además, el sistema de pensiones desempeña en Grecia un papel específico de sustituto de otros gastos sociales y, en 2015, una encuesta realizada por el IME (Instituto de las Pequeñas Empresas) mostraba que las pensiones eran la principal fuente de ingresos para la mitad aproximada de los hogares griegos. Por ello, esta reforma, como las precedentes, no será socialmente sostenible.
La miopía de los análisis de coyuntura y el entusiasmo, bastante indecente, del capital financiero, no deben ocultar esta realidad: los daños impuestos a Grecia siguen pesando sobre ella y modelan su futuro. La lógica de las orientaciones actuales condena a Grecia a un estatuto de economía dominada, cuya atractividad turística e inmobiliaria está basada en los retrocesos sociales.
Michel Husson
11/03/2020
http://hussonet.free.fr/grece2020.pdf, publicado en Alternatives économiques.
Traducción: viento sur

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