EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

jueves, 23 de mayo de 2019

Algo de historia: el Che y la Revolucion Cubana

Cuatro trabajos en torno a una leyenda Janette Habel ¿Cómo escribir una biografía de Ernesto Guevara sin escribir al mismo tiempo la historia de la revolución cubana? ¿Cuándo, cómo y por qué se dio la tragedia? ¿Por qué el mito? Desde diferentes puntos de vista, Paco Ignacio Taibo II, Pierre Kalfon, Jon Lee Anderson y Jorge Castañeda/I han trabajado como historiadores. Pero la historia cubana es opaca. Numerosos textos del Che siguen desconocidos, principalmente los escritos tras su partida. Es difícil reconstituir unos años 60 que este fin de siglo ha cogido a contrapié. El conflicto chino-soviético y el papel de la URSS estalinista sólo comienzan a entreverse. La apertura parcial de los archivos en Moscú o en Washington han facilitado las investigaciones de Anderson y de Castañeda. Anderson ha disfrutado del apoyo de Aleida Marcha, la compañera del Che, y de una presencia prolongada en Cuba. Con el hundimiento de la URSS la gente está más dispuesta a hablar. El guerrillero El Che emerge victorioso de la Sierra Maestra, aureolado con un enorme prestigio: el de un argentino venido a luchar por la liberación de una tierra extranjera en la que ha dado pruebas de una capacidad militar y política extraordinaria. Taibo 11 restituye magistralmente la epopeya de Escambray, la toma de Santa Clara, que provoca la caída de Batista: el estratega argentino rodea la ciudad y la toma. No había estado nunca antes allí. Consigue ese éxito gracias a la unidad que sabe imponer entre las organizaciones de la provincia de Las Villas. Da prueba allí de un talento de negociador tanto más notable en la medida en que es extranjero y que se encuentra en terreno minado: el "26 de julio" está dividido, el Directorio revolucionario ha estallado. A la vez estratega, ideólogo y dirigente político encarna una figura particular en la revolución, intelectual y hombre de acción. Heterodoxo, herético, no conformista, irreverente, tal es y será el Che. Sacará las lecciones de sus victorias 1/ Che: Emesia Guevara, une légende clu siécle, Pierre Kalfon, Senil de. 628 p. Emesia Che Guevara, también conocido como el Che. Piteo Ignacio Taibo II. Editorial Planeta. La vida en raja, Jorge I. Castañeda. Buenos Aires. Espasa 1997. Che Guevara, a revalutianary Ufe, Jon Lee Anderson, Bantam Press Londres 1997. 82 VIENTO SUR Número 34/Oeluhre 1997 militares en un pequeño libro. La guerra de guerrillas. Sus reflexiones están lejos de la caricatura "foquista" que se le dio más tarde. Pero son producto de una experiencia particular y de una formación social en la que el problema agrario es fundamental. Afirma que "en la América subdesarrollada el terreno fundamental de la lucha armada debe ser el campo". Fierre Kalfon muestra muy bien cómo creó en Sierra Maestra un territorio liberado con un "hospital de campaña", una escuela, un periódico. El Cubano Libre, una estación de radio. Radio Rebelde. "Poco a poco los guajiros (campesinos) vencieron su temor y comenzaron a unirse a los rebeldes... A medida que la guerrilla de extracción ciudadana se hizo campesina, los campesinos se transformaron en guerrilleros" recuerda atinadamente P. Kalfon (p.21 2). Pero el Che relativiza la importancia de las luchas urbanas y desconfía de sus dirigentes. La lectura de los cuatro trabajos concuerda: su desconfianza de la dirección urbana del Movimiento del 26 de julio (M-26-7) es política. El ala derecha del movimiento está allí fuertemente representada. Denunciando su oportunismo, el Che la criticará con virulencia y empujará a la concentración de poderes en manos de F. Castro. Subestima así el papel fundamental de las redes de apoyo urbanas en Santiago dirigidas por Frank Pais tras el desembarco del Granma. Diezmada a su llegada en diciembre de 1956, la guerrilla sólo sobrevivió gracias a esa ayuda: desde las primeras semanas de 1957 decenas de refuerzos ganarán la Sierra Maestra. No habrá nada parecido en Bolivia. bien al contrario. La leyenda se propaga. Lee a Goethe, Victor Hugo, Pablo Neruda. "Se le teme porque es un jefe exigente y riguroso, pero se le respeta porque es justo y no se da a si mismo ningún privilegio" (Kalfon, p. 107). En 1960, el Time le presenta como el "cerebro" de la revolución: su papel político es en efecto decisivo tras la toma del poder. Este juicio es confirmado por Fidel Castro: "El Che estaba desde un punto de vista teórico más formado que yo, era un revolucionario más avanzado que yo". El itinerario intelectual Poco conocido anteriormente, el itinerario intelectual de Ernesto Guevara es restituido por los cuatro biógrafos de forma similar en lo que se refiere a los primeros años, pero luego divergen. Se sabe ahora cómo -bajo el impacto de las revoluciones boliviana y sobretodo guatemalteca- se adhirió al marxismo, sin haber sido nunca miembro de un partido comunista. Se acerca así al viejo PC cubano (el PSP) en la Sierra Maestra, ve en ese partido un aliado contra el ala derecha del 26 de julio y se liga a Raúl Castro salido de las juventudes comunistas. Pero el PSP intentará muy rápidamente conquistar la hegemonía en el nuevo partido que F. Castro quiere construir. Aprovechándose de la debilidad del M-26-7 debilitado por sus divisiones, los viejos estalinistas creen llegada su hora y se apoderan de los puestos clave del nuevo partido. El Che comentará que "Escalante comenzó a ocupar todas las posiciones importantes... Algunos viejos cuadros comenzaron a ocupar puestos de dirección y a gozar de numerosos privilegios: bellas secretarias, Cadillacs, aire acondicionado. Se habituaron a ello muy rápidamente; preferían guardar las puertas cerradas, para VIENTO SUR Número 34/Ochtlm- 1997 8 3 gozar del aire acondicionado dejando el calor cubano en el exterior. Donde esperaban los obreros". Jorge Castañeda muestra claramente cómo esta llamada crisis del sectarismo influenciará en su juicio sobre la URSS. Poco a poco, tomará sus distancias con el modelo soviético bajo el impacto de sus viajes a la URSS y a Europa Central. Tras la crisis de los misiles, se indigna por el comportamiento de los soviéticos que violan alegremente la soberanía cubana. Esta indignación no hará más que reforzarse cuando por su responsabilidad en la dirección de los asuntos económicos se vea confrontado a las prácticas comerciales de Moscú, a la arrogancia y a la incompetencia de sus funcionarios, a su voluntad de hegemonía. Pone en cuestión las relaciones de la URSS con los países del tercer mundo en su Discurso de Argel. La ética del poder El ejercicio del poder y las dramáticas decisiones económicas a las que la isla se ve confrontada tras la ruptura con Washington van a cambiar los papeles. El Che ya ministro es un dirigente austero, ascético, disciplinado, animado por una exigencia ética en el ejercicio del poder que están lejos de compartir sus compañeros de la Sierra. Su personalidad iconoclasta y su no conformismo subrayados por Jon Lee Anderson chocan a los aprendices de burócratas. Algunos dirán "El argentino es un pesado". Sus métodos de dirección están en las antípodas de los de Fidel como recuerda Anderson. Su intransigencia molesta: es poco inclinado a la diplomacia, entendida como el arte de la real politik y del oportunismo. De esta intransigencia Castañeda proporciona una "explicación" psicológica (¡los asmáticos, en su opinión, no soportarían las situaciones ambivalentes!) Las tensiones van a desarrollarse desde 1962 con la aparición de las dificultades económicas. Su rigor le conduce a emitir juicios lapidarios sobre la economía: denuncia la existencia de "una crisis de la producción", juicio que F. Castro contradecirá inmediatamente (Castañeda p.272). Es el único en mantener sus posiciones frente a los impulsos de Fidel. Se trata de las premisas del debate público que impulsará sobre las prioridades y la estrategia de desarrollo de la economía. Es en este terreno en el que el planteamiento de los diferentes autores es más reductor. Refleja una incomprensión de las propuestas de Guevara asimiladas a un totalitarismo que se ignora o a un voluntarismo inoperante (¡Castañeda habla de "fundamentalismo" !; y Taibo le juzga preso de un ¡"marxismo de neandertal" !) Las ideas del Che no están exentas de errores, su pensamiento estaba en plena evolución. Pero más allá del debate sobre la ley del valor, lo esencial está en otra parte: está comprometido en una critica radical del socialismo burocrático, a la búsqueda de un modelo alternativo del que "el hombre nuevo" (en realidad el dirigente nuevo) no es sino un esbozo impreciso, la búsqueda de un poder ético y humanista. Pero sus tesis son rechazadas. El acercamiento económico con Moscú hace su posición cada vez más aleatoria y le debilitará. Es acusado de maoísmo (el conflicto soviético está en su paroxismo) y de trotskysmo hasta el punto de que un traductor agente de la KGB habría sido encargado por Moscú de vigilar sus hechos 8 4 VIENTO SUR Número 34/Octubre 1997 y gestos, según afirma Castañeda. El Discurso de Argel consagra esta ruptura. J .L Anderson subraya que, en adelante, "el Che sabe que se ha convertido en un handicap para Fidel en las relaciones con los soviéticos". Debe partir. La ratonera boliviana ¿.Porqué en tales condiciones el Che va al Congo primero, a Bolivia luego, y cómo explicar las circunstancias de su desaparición? A esta pregunta P.Kalfon, Anderson y Castañeda dan respuestas convergentes. Consultando los archivos soviéticos y americanos Castañeda ha acumulado un conocimiento profundo de las relaciones entre Moscú y La Habana. Anderson ha tenido acceso a importantes informaciones cubanas. Afirma que la partida al Congo habría sido decidida por F. Castro, una decisión juzgada menos delicada que la de América Latina pues la URSS apoyaba en aquel momento a los rebeldes congoleños. El dirigente cubano habría informado de ello a Moscú. Tras el fracaso africano, fue una vez más el líder máximo quien organizaría la expedición boliviana con el apoyo, que se revelará fatal, de Monje, secretario del PC boliviano. Sobre esto, Anderson se apoya en un testimonio de una gran importancia: se trata del preámbulo original del diario de Pombo /2 nunca publicado antes pero que él reproduce. Según la versión oficial sería el propio Che quien habría tomado la decisión. Sin embargo, Bolivia se revela como una verdadera ratonera. El apoyo prometido por Monje será inexistente (Monje desmiente haberse comprometido con F. Castro y acusa a este último de haberle engañado, pero ¿qué vale la palabra de Monje ?). Las redes urbanas serán desmanteladas por la CÍA de la que Castañeda revela que les había infiltrado desde el comienzo. Más grave, Castañeda afirma que el Che ignoraba antes de su salida de La Habana la oposición de Monje a la guerrilla (p. 413), oposición que habría sido del conocimiento de F. Castro y de Piñeiro/3. Los soviéticos, informados de la presencia del Che en Bolivia, habrían amenazado a La Habana de suspender su ayuda en caso de intervención para salvar al Che. A partir de ahí totalmente aislado, está condenado. Esto explicaría no sólo el abandono de la guerrilla sino la retirada de La Paz de Iván, único agente de enlace con Cuba, y el bloqueo en la isla de los refuerzos previstos. Finalmente, Castañeda se pregunta: por qué la presencia del Che en Bolivia -conocida por los americanos- no se hizo pública? Se puede imaginar en el ambiente de la época la movilización internacional que se habría producido para salvar a Ernesto Guevara... Treinta años después los misterios siguen en pie. De este lío de oscuros complots emerge la figura del Che. No "icono cultural" como escribe el autor de La Utopia armada.

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