EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

lunes, 11 de febrero de 2019

American Curios

American curios
¡Ahí vienen los socialistas!
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▲ La demócrata Alexandria Ocasio-Cortez forma parte del nuevo grupo de congresistas estadunidenses que se identifican como socialistas democráticos.Foto Ap
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uenen las alarmas, ahí vienen los socialistas, declaró el jefe del régimen estadunidense en su informe presidencial. No se sabía que Estados Unidos estaba amenazado por el socialismo, supuestamente eso se había terminado con el desmantelamiento de un muro.
Fue el estreno de uno de los mensajes de la campaña de relección y acompañará a la otra amenaza representada por los inmigrantes peligrosos. Seguramente se decidió con harta nostalgia recurrir de nuevo a la amenaza del socialismo; siempre ha funcionado antes.
Pero a diferencia de las últimas décadas, lo más curioso es que ahora tal vez tengan cierta razón.
En su informe a la nación esta semana, Trump, después de autoelogiar su deseo de cambiar el régimen de Venezuela, inmediatamente agregó que “estamos alarmados por nuevos llamados para adoptar el socialismo en nuestro país… Nacimos libres y permaneceremos libres. Esta noche renovamos nuestra determinación de que América nunca será un país socialista”.
No era accidental que Venezuela fuera parte del mensaje, ya que el mandatario y sus aliados han intentado atacar a algunos demócratas como promotores de un socialismo estilo venezolano.
A finales del año pasado, el Consejo de Asesores Económicos del la Casa Blanca emitió un informe sobre la amenaza, cuyo primer párrafo afirma que Coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx, el socialismo está resurgiendo en el discurso político estadunidense, y señala que propuestas políticas de autodeclarados socialistas están generando apoyo en el Congreso y entre gran parte del electorado.
Claro, es un término muy ambiguo, y aparentemente para algunos, están hablando de políticos como el senador Bernie Sanders y un grupo de nuevos diputados/as –entre las más conocidas Alexandria Ocasio-Cortez– que se identifican como socialistas democráticos, quienes lejos de ser radicales –no proponen sustituir el sistema capitalista– serían considerados como moderadosen tiempos de Franklin D. Roosevelt. Pero sus propuestas para promover y ampliar los programas de apoyo social, educación, salud y gravar más a los más ricos son calificadas por sus enemigos de socialismo.
Es un término con raíces en movimientos masivos a lo largo de casi siglo y medio en este país, y fue empleado para reprimirlos en las campañas contra los rojos, quienes frecuentemente eran inmigrantes. A la vez, vale recordar que el maestro político de Trump, el abogado Roy Cohn, fue el brazo derecho del senador Joe McCarthy en su campaña anticomunista de los años 50. Esa palabra, desde entonces, se convirtió en definición del enemigo a lo largo de la guerra fría.
Pero la nueva alarma sobre el socialismo promovida por Trump y sus aliados, no es necesariamente imaginada. Como hemos reportado repetidamente en La Jornada, al mismo tiempo que estaba surgiendo el fenómeno neofascista de Trump, también había otro fenómeno: una creciente percepción positiva del socialismo. De hecho, Gallup reportó el año pasado que por primera vez las bases demócratas expresaban una percepción más positiva del socialismo (57 por ciento) que del capitalismo (47 por ciento). No sólo eso, sino que entre todos los jóvenes (18 a 29 años), la mayoría tienen una percepción positiva del socialismo.
Casi todos que expresan este apoyo están hablando de reformas y límites al capitalismo, no su sustitución; o sea, una visión socialdemócrata. El propio Sanders emplea como modelo para sus propuestas los países escandinavos.
Sin embargo, seguramente es alarmante que todas las encuestas recientes muestran que el socialista Sanders le ganaría a Trump en la elección presidencial de 2020 (y por más de 10 puntos). Mas aún, mayorías de estadunidenses apoyan las propuestas políticas presentadas por los socialistas democráticos, en torno a seguros de salud, mayores impuestos sobre los ricos, más recursos para escuelas públicas y una economía más justa.
¿Y si de repente Estados Unidos es gobernado por un régimen socialista, habrá algún país o tal vez la OEA que envíe fondos a la oposición y amenace con intervenir para rescatar a este pueblo de su expresión democrática?

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