EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

miércoles, 9 de mayo de 2018

En el cine nunca dejas de formarte


Maricarmen de Lara dirige el CUEC desde hace tres añosFoto Jesús Villaseca
H
oy, cuando nos sentimos fortalecidos por los triunfos de nuestro cine que compite con el mejor del mundo y sobresale en todos los grandes festivales en los rubros de dirección, fotografía, guion, actuación y nos levanta el ánimo ver cómo triunfan Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, leemos en La Jornada declaraciones en contra de Maricarmen de Lara, directora del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), en el que se formaron muchos de los triunfadores que tanto bien han hecho a nuestro ánimo y a nuestro orgullo. Del CUEC salieron Alfonso Cuarón y el camarógrafo Emmanuel Lubezki, y otros directores y fotógrafos, como Jorge Fons, Jaime Humberto Hermosillo y Alfredo Joskowicz. Dos mujeres, Graciela Iturbide y Paulina Lavista también estudiaron la carrera de cine en el CUEC, que ahora ya brinda una licenciatura.
Maricarmen de Lara, egresada y directora del CUEC, como fue hace 25 años Marcela Fernández Violante, confirma que después de terminar la prepa entré a la Universidad Nacional Autónoma de México y cursé durante cinco años la carrera teórico-práctica del CUEC; me recibí pero sólo cuando empecé a filmar supe lo que significaba un verdadero aprendizaje.
–¿Se aprende en la práctica?
–Tuve como maestro al que más sabe de cine en México, Jorge Ayala Blanco. Ahora mismo, en el CUEC, vienen decanos de otras carreras consideradas técnicas a darnos conferencias; maestros de la Facultad de Artes y Diseño, de Arquitectura, de Ingeniería, de Filosofía y Letras, porque todo va evolucionando, y entre más conocimientos más crece nuestra riqueza personal y colectiva. Recuerda, Elena, que Vicente Leñero, ingeniero, novelista, cuentista fue también un extraordinario guionista. La gran virtud del cine es que abarca todo, ¿no? Poesía, literatura, geografía, antropología social, arqueología. Es muy importante la escuela de fotografía del CUEC que coordina un gran maestro, Mario Luna, al que llamo mi primer maestro feminista, porque sigue habiendo misoginia entre nosotros y sigue siendo muy difícil para una mujer dirigir una instancia cultural, incluso en un centro de avanzada, como la UNAM.
–¿Por qué te atacan?
–En general en el CUEC hay bastante armonía. Hemos incluido nuevas materias, invitado a maestros y creado lo que llamamos Colegios de posproducción. Me preguntas qué pasa. De pronto aparecen algunas personas que no cumplen con sus horas acordadas con la UNAM. Tenemos reglas y a mí, como directora, me toca ver que se cumplan, mi obligación es reclamar a los maestros y a los estudiantes, si no se presentan. Como todo arte, el cine es integral, sobre todo ahora en la época digital, que abarca la vida entera. Si tu sólo estudias cómo escribir un guion y nunca estás en una filmación o si sólo haces producción, pero no entiendes qué es la fotografía y el sonido en su parte más básica, pues tu formación es deficiente. En toda escuela, primero tienes que adquirir una base para luego salir a la vida real, al trabajo en la calle, a formarte de otras maneras, nunca dejas de aprender pero las horas de enseñanza en la escuela tienen que respetarse.
–Es un trabajo en equipo…
–Siempre que se implementa y se pone en práctica un nuevo plan de estudios tienes que colegiarlo, vigilarlo y criticarlo: Esto está bien, esto hay que corregirlo. La UNAM se la pasa revisando sus planes de estudios para ponerlos al día, imposible quedarnos en el pasado o en la didáctica de años anteriores mientras todo avanza y cambia en el mundo. Por tanto no podemos aceptar…
–… que haya aviadores…
–Exacto. Las ausencias, las fallas se documentan. Por eso tenemos sindicatos, está el STUNAM, está el APAUNAM. Si tú tienes diferencias con alguien, como directora es imposible que llegues en la mañana a decir: Este se va y este se queda. Cada individuo tiene una serie de derechos, toda una implementación de trabajo en el que es indispensable prepararse para dar un curso con todo cuidado por respeto a quienes se inscribieron. En el CUEC, los propios alumnos evalúan no sólo a los maestros, sino los cursos que imparten. Esto no nos funcionó, esto sí, porque estamos en constante vigilancia de nuestro plan de estudios. Llevamos bitácoras, discutimos planes de trabajo. Hay gente que acepta la crítica y gente que quiere seguir dando su clase como la daba. Si no luchamos contra la corrupción en la UNAM, ¿dónde vamos a luchar? A mí me toca hacerlo, porque si no, seguiremos en la inercia de Yo no le digo nada para que no se vaya a enojar. Si en lugar de venir 10 horas, un maestro viene dos, yo no lo puedo aceptar porque necesito que haga su trabajo, porque así crece el CUEC.
En México, estamos viviendo una época muy álgida. Nuestra consternación actual como escuela de cine es el asesinato de los tres jóvenes en Guadalajara. Vivimos con mucha violencia, no sólo el infame asesinato de los estudiantes de cine, sino la violencia a la que nos someten todos los días y de la que los universitarios, maestros y estudiantes somos las primeras víctimas. ¿Cómo voy a protegerlos, si los profesores en quienes he confiado no cumplen?
–¿Hay libertad de cátedra en la UNAM?
–Claro que la hay, pero tienes que seguir un programa para que el CUEC progrese.
En 1985, Maricarmen filmó en las calles destrozadas de San Antonio Abad un documental en el que la estrella, doña Evangelina Corona, líder del Sindicato de Costureras, confrontó a Miguel de la Madrid y a todo su gabinete. No les pedimos un viaje a la Luna saca a la luz por vez primera la explotación de las costureras damnificadas en el terremoto del 19 de septiembre de 1985. Quienes más lo sufrieron fueron ellas en sus talleres en lo alto de edificios inseguros. Esta película recuerda la vida, la muerte y el dolor de muchos damnificados.
En años anteriores, Maricarmen también filmó la desaparición, en la ciudad de Guatemala, de la feminista y fundadora de la revista Fem, Alaide Foppa, en 1980, y la desaparición de sus tres hijos que combatían la dictadura del horrible militar Romeo Lucas García, que indignó a toda América Latina. Paulina, niña de Mexicali a quien le negaron un aborto a raíz de una violación, también se convirtió en un documental que hizo historia dentro del feminismo y acercó a muchos al problema de las agresiones contra la mujer. La altura personal de Maricarmen corresponde a la gran altura de miras de su compromiso, cada documental, En el país de no pasa nada, Oficios masculinos en cuerpos femeninos, el extraordinario Nosotras también y el espléndido cortometraje Más vale maña que fuerza, sobre las chavitas de barrios pobres que quieren ser futbolistas, evidencian que su interés en la vida está del buen lado de la barrera. Tampoco es la señorita Secante que imparte reglazos en clase. La nobleza de sus causas la enaltece a través de los 16 documentales y las cuatro trilogías que ha filmado. “No toda la vida seré directora del CUEC –dice Maricarmen–; tengo muchos proyectos de trabajo y de vida, pero quiero asentar que no considero sano que se busquen prebendas a través de mecanismos turbios”.
A Maricarmen de Lara la han insultado, le han faltado al respeto, la han ofendido. Está en el CUEC de nueve de la mañana a nueve de la noche. Muchos comentan que no habían visto a alguien tan comprometido con la escuela. Maricarmen así es. Su padre, Salvador de Lara Galindo, fue profesor universitario en la Facultad de Medicina 54 años, investigador, decano, por eso Maricarmen conoce bien la universidad. Cuando estaba en la Universidad Autónoma Metropolitana la vi trabajar en equipo y me di cuenta cuánto la querían y cómo se preocupaba por ellos.
Comprometidos como Maricarmen, con un salario bastante reducido, Enrique Ojeda, su sonidista desde hace 30 años obtuvo un Ariel y la acompañó a filmar La herida de Paulina y Más vale maña que fuerza, documental sobre las futbolistas, las boxeadoras. Pocos tan leales y tan entregados como Daniel Arteaga –asienta Maricarmen. “Cuando se nos inundó una sala, fue de los primeros en sacar el agua con las cubetas junto a otros trabajadores. Es una persona clave en el CUEC que ha trabajado con Alberto Cortés, Ernesto Contreras y con muchísimos directores de cine.
Feminista, vinculada a las causas sociales, Maricarmen ha logrado unir a centros de enseñanza cinematográfica y organizar encuentros internacionales de profesores latinoamericanos, el último con la Ibero con una duración de tres días y la participación de 72 ponentes de Costa Rica, Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Brasil, Canadá, Holanda y Estados Unidos. Unir a la UNAM, el ITAM, la Ibero, el Politécnico, las escuelas de distintas áreas, las Facultades de Estudios Superiores, es uno de sus objetivos. Como ella misma concluye: Mi vida ha sido trabajar en universidades públicas y hacer buen cine documental, esa es mi historia, tú la conoces.

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