El COVID, la vacuna y sus impactos en política internacional
- Opinión
Nunca en el mundo un asunto relativo al derecho a la salud había tenido tantas implicancias de política internacional. Ni el HIV, ni el cólera y menos otras enfermedades perniciosas. La primera constatación por hacer es que el COVID se convirtió en un instrumento de política internacional que tiene varios factores de tensión. En primer lugar, los efectos sobre unas ya deterioradas relaciones bilaterales entre EE. UU y China. Desde el inicio, el presidente Trump acusó al gobierno chino de mentir y esconder información desde el momento mismo de su aparición en Wuhan; mientras que este último acusó a Washington de llevar el virus a su territorio y de no saber llevar una adecuada política de respuesta, como lo confirman las políticas y el manejo que hizo Trump. Quedan pendientes las repercusiones del triunfo de Joe Biden, en lo que al tratamiento del COVID se refiere (“first, do not harm”), y en especial, su impacto en las relaciones con Beijing.
En segundo lugar, se produjo el desplazamiento del ente rector a nivel global, la Organización Mundial de la Salud, a los esfuerzos público-privados en la búsqueda de la vacuna. Así ocurrió con los esfuerzos iniciales del gobierno chino y el laboratorio Sinovac (vacuna de nombre Coronavac, que empieza a producirse en Sao Paulo, Brasil), los esfuerzos de la Universidad de Oxford promovido por filantropía mundial encabezada por la Gates Foundation y otros emprendimientos privados como Pfeizer-BioNtech y las americanas Moderna y AstraZeneca desarrolladas con fondos federales norteamericanos. Por su parte, la Federación Rusa ha inscrito dos vacunas ante la OMS (la segunda de ellas, EpiVacCorona).
En tercer lugar, quedó más evidente que nunca, las diferencias estructurales a nivel global, entre el Norte y el Sur. Los primeros, aunque igual de impactados por el COVID, con una distinta capacidad de respuesta en materia de prevención y atención de las emergencias, tanto en la primera como en la segunda ola. Las estructuras de salud en Europa, EE. UU y el Sudeste asiático, difieren sustancialmente de lo que encuentran el resto de los países de Asia, África y principalmente América Latina. Esta última, se movió entre el negacionismo y los límites de sus redes hospitalarias privatizadas en el pasado. Tales respuestas, fueron matizadas por diversos ejemplos de negacionismo, como ocurre en Brasil, y de forma distinta en México. Luego hay que evaluar los impactos internacionales sobre la aparición de las seis vacunas que se han anunciado públicamente, las mismas que, inicialmente, dispararon los mercados internacionales de valores, pero luego se redujeron ante la aparición de la segunda ola invernal en el hemisferio norte. En primer lugar, debemos situar la naturaleza del problema. Hoy en día, los grandes laboratorios prefieren invertir en tranquilizantes, medicamentos para la impotencia y para males del corazón, antes que en enfermedades globales. Por su parte, la OMS ha cometido demasiados errores en el proceso, lo que ha debilitado su rectoría global en la materia.
Al haber colocado la solución del problema en la agenda mundial, la sitúa en una disputa que puede interferir con los necesarios plazos para la investigación y la constatación certera de sus efectos. Esto puede repercutir en la eficacia de estas. Hay problemas, además del precio, de orden logístico (cadenas de frío), estadístico (1,200 millones de dosis anuales en el norte y 6,000 en el sur)1, que deberá ser tomados en cuenta por países como Perú, absolutamente periféricos en la toma de decisiones y en su capacidad de compra. Pero luego se encuentra el problema de los intereses nacionales frente a las necesidades globales. El presidente Trump firmó el decreto “EE. UU primero”, referido a las vacunas desarrolladas con fondos federales iba a preferir aplicarla a ciudadanos de su país. Sin embargo, es en este país donde mayores niveles de desconfianza existen sobre las vacunas en general, habiéndose conformado grupos antivacunas como consecuencia de la extrema politización y la reciente campa electoral2. En todo caso, el Perú debe hacer un análisis profundo sobre posibilidades, necesidades y capacidades, al momento de tomar la decisión de compra de uno u otro producto, y en la medida de lo posible alinearse en un sistema compartido de compras con otros países de la región.
Doroteo Arango
Internacionalista peruano
1 ROBERTS Michael, “Covid 19: Negras Perspectivas Económicas y la Vacuna”
https://www.sinpermiso.info/textos/covid-19-negras-perspectivas-economicas-y-la-vacuna
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