Astillero
El guardián y el INE // AMLO y el fraude // Desconfianza justificada // Funcionarios multiusos
Julio Hernández López
▲ Una imagen de la Virgen de Guadalupe fue colocada frente al acceso a urgencias del hospital Covid-19 del Parque de los Venados, en la Ciudad de México.Foto Pablo Ramos
S
ólo se ha hecho explícito lo que lleva meses latente: el Presidente de la República desconfía profundamente del aparato directivo del Instituto Nacional Electoral (INE) y, en particular de su consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello. A la vez, ese aparato directivo y los partidos, políticos y personajes contrarios a las políticas del citado jefe del Ejecutivo federal desconfían profundamente de las intencio-nes del político tabasqueño.
Ayer, en su conferencia matutina de prensa, Andrés Manuel López Obrador soltó un mandoble declarativo de consecuencias progresivas. Se declaró investido como guardián de la pureza electoral, cruzado contra el fraude en los comicios venideros y crítico abierto de las complicidades, ineficacias o abierta tracalería de consejeros y funcionarios del INE que no han podido frenar atracos a la voluntad popular, entre ellos, en 2006 (como Instituto Federal Electoral, con Felipe Calderón como beneficiario del fraude escandaloso) y en 2012 con Enrique Peña Nieto como
triunfadorgracias a ríos de dinero provenientes de políticos mafiosos. El INE, antes IFE, poco tiene para decir en su defensa ante el ojo vigilante de López Obrador.
La conversión en centinela electoral de máximo nivel del jefe político de Morena (aunque él diga, como ordenan los manuales, que no se mete en la vida interna de los partidos) acelera el discurso y las reacciones operativas de sus adversarios, que consideran dictatorial que el muy poderoso titular del Poder Ejecutivo federal pretenda someter a su escrutinio las acciones de un organismo constitucional autónomo. Lo menos que arguyen contra el tabasqueño es que busca colocarse como juez y parte del complejo proceso electoral del año entrante.
Aun cuando Lorenzo Córdova ofrece resistencia, sobre todo retórica, lo cierto es que el INE está en un proceso de cambios por razón no sólo de calendario: cuatro de sus 11 consejeros dejaron sus asientos el pasado 3 de abril, entre ellos Marco Antonio Baños, quien ejercía un poder favorable a posiciones priístas o similares, por encima del propio Córdova. Los nuevos ocupantes llevarán el sello de Palacio Nacional y, a pesar de que el citado Córdova fue electo para presidir el consejo general hasta abril de 2023, la correlación interna de fuerzas y la presión escrutadora del obradorismo podrían llevarlo a dejar la presidencia del INE y quedar sólo como consejero.
De ser así, la de ayer fue apenas el anuncio de una batalla que pasará por el control real del INE, el otorgamiento de registro a nuevos partidos (con el calderonista México Libre en lista negra marca García Luna) y nuevas formas de conducir las complicadas elecciones intermedias del año próximo (y prepararse para las de mayor disputa, las presidenciales de 2024).
Palacio Nacional anunció ayer un enroque administrativo
obviamente republicano: la subsecretaria de Gobernación, Diana Álvarez Maury, pasó a dirigir el Banco del Bienestar (antes, Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, Bansefi) y el titular del BB, Rabindranath Salazar Solorio, saltó hacia Bucareli.
En realidad, ninguno de los partícipes en el enroque tenía originalmente méritos específicos para el cargo que han ocupado: Álvarez Maury había sido funcionaria administrativa de una escuela preparatoria privada en la Ciudad de México y llegó a Gobernación porque era parte del equipo de Alejandro Gertz Manero y porque la destinataria prevista para esa subsecretaría, Tatiana Clouthier, prefirió seguir como diputada federal. Diana es especialista en transmisión de energía cósmica y consultora de semiología de la vida cotidiana.
Salazar hizo carrera política en Morelos al amparo del Partido de la Revolución Democrática, pero en 2014, siendo senador, pasó a Morena. Identificado con el grupo de Dolores Padierna (y René Bejarano), buscó ser candidato a gobernador de su estado, pero fue impuesto el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco y, como compensación, lo nombraron al frente del banco antes mencionado, de donde ahora pasa a la subsecretaría de Gobernación. Enroques republicanos multiusos. ¡Hasta mañana!
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