México SA
¿Adiós al neoliberalismo? // El modelito se mantiene
Carlos Fernández-Vega
D
esde su campaña electoral el diagnóstico económico del ahora presidente López Obrador ha sido el correcto: el neoliberalismo destrozó al país y si los objetivos son crecer en forma sostenida y fomentar el desarrollo para beneficiar a la población, entonces hay que modificar el modelo seguido a lo largo de 36 años. Sin embargo, transcurridos nueve meses de gobierno, la pregunta es: ¿por qué no lo ha cambiado?
Cierto, no será de la noche a la mañana, pero algún día hay que iniciar. El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) analiza el punto y subraya que en materia económica “hay un gran pendiente: el Presidente López Obrador ha señalado la necesidad de una política industrial, pero a la fecha no se ha implementado, ¿cuál es la razón?
Esto no es algo ocioso: el sector que acumula los mayores resultados negativos es la industria, entonces ¿por qué se sigue aplicando la lógica de un modelo que el propio mandatario ha llamado neoliberal y en esencia ha tenido de columna vertebral el que
la mejor política industrial es la que no existe. ¿Por qué sigue vigente?”
Del análisis del IDIC se toman los siguientes pasajes: las cifras económicas dan la razón a López Obrador, ahora falta la aplicación de una nueva estrategia: las cifras publicadas por el Inegi deben leerse con cuidado: la economía mexicana no se halla estancada; en realidad, señalan que la desaceleración sigue avanzando, y así se puede observar en la evolución del ciclo económico derivado del producto interno bruto (PIB). Lo anterior propició el menor crecimiento económico del PIB durante el primer semestre del inicio de una nueva administración federal desde 1995.
El sector productivo seguirá reduciendo su ritmo de crecimiento, inversión y generación de empleo formal; salvo que se aplique una política contracíclica; es decir, de estímulo a la economía. El sector industrial acumula tres trimestres consecutivos de caídas, por lo que se mantiene en recesión, sobre todo en construcción y minería. Las manufacturas se desaceleran. Sin un programa de reactivación, enmarcado en uno de política industrial, México seguirá debatiéndose en una recesión.
Las cifras son claras: en el primer semestre del año el PIB mexicano contabilizó un crecimiento anual de sólo 0.2 por ciento, resultado de aumentos marginales: 0.1 por ciento en enero-marzo y 0.3 por ciento abril-junio. Debe resaltarse algo más: México no exhibía dos crecimientos consecutivos del PIB (para cualquier trimestre del año) tan bajos desde la crisis de 2009. En su comparación trimestral el periodo abril-junio mostró un aumento nulo (cero por ciento).
Un hecho es muy claro: se tienen sectores productivos que exhiben tasas de crecimiento negativas por dos o más trimestres; es decir, que ya se encontrarían en fase recesiva. Lo más preocupante se encuentra dentro del sector secundario (producción industrial) que acumu-la tres trimestres negativos; minería, 22 trimestres consecutivos negativos (desde 2014) y 25 de los últimos 26 en dicha situación; ahí se vive una depresión económica; generación y distribución de electricidad, gas y agua, dos trimestres negativos; construcción, 6 meses negativos.
Debe contabilizarse lo que se enfrenta en el sector servicios (mercado interno): Comercio al por mayor, dos trimestres negativos; servicios corporativos, tres negativos; servicios educativos, dos negativos. Todos tienen atributos más cercanos a una desaceleración y la mayoría requiere una política industrial para su reactivación. No hay otra opción: cambio de modelo económico. La ortodoxia en el manejo de la economía ha demostrado su capacidad de influir negativamente en el desempeño productivo.
Las rebanadas del pastel
Si los responsables de llevar beneficios a los mexicanos no pueden o no saben (
Fallas en la entrega de programas sociales en 26 estados, La Jornada), mejor que se dediquen a otra cosa.
Twitter: @cafevega
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