Zonas Económicas Especiales y expansión geográfica territorial de capital trasnacional
Opinión
31/08/2018
El próximo inicio de las Zonas Económicas Especiales en México debe entenderse como parte del proceso de expansión geográfica del capital trasnacional en los territorios de los estados del sur-sureste de dicha nación.
Con su implementación grandes reconfiguraciones territoriales se configuran al observarse la dotación de espacios físicos, construcción de infraestructuras, procesos de reconversión productiva, de implementación de facilidades fiscales y aduanales y subvenciones gubernamentales para la llegada de los capitales trasnacionales.
A lo que suma el fortalecimiento del capital global frente a los poderes locales y regionales como lo muestra ya el proceso de construcción de esta iniciativa en detrimento de los municipios, los gobiernos estatales y las dinámicas socioculturales de la vida campesina e indígena.
La próxima llegada de AMLO a la presidencia no modificará el proceso de instauración de estas zonas ya que se precisa modificar leyes federales y estatales e impactar en el destino de inversiones extranjeras directas millonarias en esta región, lo cual el equipo gobernante no contempla por el momento.
Entender el impulso de estas zonas como parte del funcionamiento actual es fundamental para construir otras estrategias de impulso en el sureste de México, en ese sentido es importante retomar a David Harvey (2004) que señala que la tendencia del sistema capitalista a producir crisis de sobreacumulación de capital, permite el desarrollo de excedentes de capital (expresado como una sobreabundancia de mercancías en el mercado que no pueden venderse sin pérdidas, así también como capacidad productiva inutilizada, y/o excedentes de capital-dinero que carecen de oportunidades de inversión productiva y rentable) y excedentes de trabajo (creciente desempleo) que coexisten sin verse claramente la posibilidad de combinarse forma útil.
Para resolver dicha tendencia a la sobreacumulación, el capital hace uso del proceso expansión geográfica y de reorganización espacial que permite a otras partes del mundo incorporarse plenamente a las dinámicas de valorización de capital y por tanto de explotación y despojo de sus prácticas económicas y sociales distintas.
Como he afirmado (Ávila, 2016) para hacer frente a la crisis capital y utilizar por tanto los excedentes, el capitalismo despliega el proceso de expansión geográfica y de reorganización espacial que busca incorporar nuevos territorios a las dinámicas de valorización de capital y por tanto de explotación y desposesión de aquellos espacios que mantienen prácticas subordinadas pero diferentes a la lógica de los dueños del dinero, como son esencialmente las relaciones sociales y económicas que se establecen en tierras campesinas e indígenas.
Para Harvey (2000:72)
“El capitalismo no puede mantenerse sin soluciones espaciales. Una y otra vez, ha recurrido a la reorganización geográfica (a la expansión e intensificación) como solución parcial a sus crisis y puntos muertos. El capitalismo, por tanto, construye y reconstruye una geografía a su propia imagen. Construye un paisaje geográfico especifico, un espacio producido de transporte y comunicaciones, de infraestructuras y organizaciones territoriales, que facilita la acumulación durante una fase de su historia del capital que deberá ser derribado y reconfigurado para abrir camino a más acumulación en una fase posterior.”
Ello genera un desarrollo geográfico desigual donde hay territorios dentro de un país que se ven plenamente impulsados por la llegada de capitales y la puesta en marcha de infraestructuras impresionantes, y otras partes del territorio que quedan prácticamente en ruinas ante la dinámica del capitalismo.
La creación de Zonas Económicas Especiales tiene sentido como iniciativas que buscan colonizar en la lógica del capitalismo regiones o territorios donde la subordinación a la dinámica de capital no se ha desarrollado plenamente. Ello responde también a la búsqueda de ganancia del capital que requiere reducir sus costos laborales y de acceso a materias primas.
En esta lógica de solución espacial a la crisis capitalista actual se inscribe el impulso a las ZEE en México y en otras regiones de América Latina.
Por eso como señala Armando Bartra (2014: pp 200):
“El capitalismo de los tiempos de la Gran Crisis es de nuevo un capitalismo ferozmente territorial, porque en tiempo de escasez la privatización de los recursos naturales promete enormes rentas; pero es también un capitalismo radicalmente desterritorializado pues cuando caen las utilidades de la inversión productiva no hay mejor negocio que la especulación financiera”.
Todo este proceso se realiza en un continuo enfrentamiento con pueblos originarios y campesinos que defienden su tierra pero también su modo de vida y sus prácticas sociales y culturales. Así a lo largo del planeta, los movimientos socioambientales de defensa del territorio, la vida y la ecología, marcan claramente las disputas que existen entre los intereses de las corporaciones y la vida de las comunidades. De esa forma se ve que:
“El control del territorio se convierte en factor productivo clave en tanto directamente genera condiciones para engendrar valor. Este es hoy por hoy el escenario de las confrontaciones más significativas entre el capital y los guardianes de la tierra, los pueblos originarios.” (Rodríguez, 2015: pp 50).
Ello es lo que sucede donde el conjunto de intereses territoriales y socio-espaciales de las mineras, el turismo, los agroexportadores, los grupos corporativos del agronegocio, los especuladores inmobiliarios, petroleras, entre otros, se contraponen a la racionalidad campesina e indígena que permanece en las comunidades rurales de México.
Un elemento principal de esta nueva fase es entonces la re-territorialización de muchas regiones del mundo determinada por los ritmos de acumulación del capital trasnacional. Así muchas regiones del globo surgen como lugares privilegiados para la llegada de inversiones extranjeras directas de los grandes corporativos, algunas de ellas son denominadas desde entonces como economías emergentes: China, Brasil, México, Malasia, Corea del Sur, Vietnam, Sudáfrica, etc.
Lo cierto es que dicho proceso de reestructuración económica y social generó un proceso de deslocalización industrial y la generación de nuevos complejos industriales como es el caso de América del Norte.
Así surge un Espacio Global o Transnacional como ha sido explicado por William I. Robinson (2007) en su perspectiva teórica del capitalismo global, planteando que en la fase actual del desarrollo del sistema capitalista algunas zonas estratégicas dentro de un territorio nacional, o que abarcan varios territorios nacionales, se supeditan a instancias transnacionales.
Es decir, estos espacios se supeditan a la supremacía territorial de las instancias transnacionales (Estados nacionales transformados, corporaciones transnacionales e instituciones financieras internacionales que se encuentran conformando un incipiente Estado Transnacional / ET), así como a la Clase Capitalista Transnacional / CCT).
La generación de dichos espacios trasnacionales permiten entender que el diseño de megaproyectos relacionados con el extractivismo se encuentra íntimamente ligado al proceso de acumulación del capital global y como ello forma parte del impulso para la creación y puesta en marcha de Zonas Económicas Especiales (ZEE) alrededor del mundo. En ese contexto deben entenderse por ejemplo los proyectos que se plantean en México alrededor del Istmo de Tehuantepec, los rescates de puertos estratégicos del sureste y la construcción de tren maya peninsular.
Las Zonas Económicas Especiales en México
Con la aprobación en 2016 por parte del Congreso de la Unión en México de la Ley Federal de las Zonas Económicas Especiales, inicio el proceso de impulso a estas zonas que para desarrollarse impulsarán grandes obras de infraestructura, ordenamiento territorial, adquisiciones de tierras, desvíos de corrientes de agua, cambios a nivel educativo, entre otras.
Lo relevante es que ya no es solo una iniciativa del gobierno de Enrique Peña Nieto, sino que ahora forman parte de una ley, que incluye a un administrador integral de cada Zona Económica Especial y que como un agente del sector privado vigilará los intereses capitalistas. Dichas zonas además modificarán sustancialmente las relaciones entre los ámbitos federal, estatal y municipal, creando tensiones y menor recaudación fiscal para los gobiernos locales.
Por ejemplo, la Zona Económica Especial (ZEE) tendrá una serie de normas legales distintas al resto del país, sobre todo en lo relativo al régimen fiscal, ya que durante una década las empresas que ahí se instalen no pagarán el Impuesto sobre la Renta, el Impuesto Predial, los impuestos a la importación, o sea, que los aranceles serán del 0%, en un régimen aduanero totalmente libre, entre varias cuestiones.
Las Zonas Económicas Especiales tienen un conjunto de medidas que buscan impactar en la movilidad del capital y de la fuerza de trabajo. Entre ellas destacan fundamentalmente los incentivos fiscales como el no pago de Impuesto Sobre la Renta, el no pago de contribuciones al Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), etc. Destacan también los incentivos laborales dirigidos a la flexibilidad laboral –la no existencia de contratos laborales y el sindicalismo blanco que no hace huelgas y no defiende derechos- y por
lo que tiene que ver con todas las facilidades que se van a construir para el comercio exterior.
e la fuerza de trabajo. último, lo que tiene que ver con todas las facilidades que se van a construir para el comercio exterior.
A estas facilidades para la movilidad de capital y la explotación de la mano de obra, se suman un conjunto de medidas logísticas y de desarrollo de infraestructura que buscan impactar en los tiempos de rotación de capital y por tanto, maximizar los procesos de obtención de las ganancias.
Entre ellas destacan fundamentalmente la inversión pública en aquellas que tienen que ver con la construcción y mantenimiento de la infraestructura, la facilidad de trámites, la capacitación y certificación laboral, el impulso a la innovación, la creación de programas especiales de financiamiento y la total certidumbre jurídica para los inversionistas.
También en las áreas de influencia de las Zonas Económicas Especiales se ponen en marcha procesos de ordenamiento territorial que responden a las necesidades de las empresas que van a instalarse en dichas zonas, así como lo que tiene que ver con la construcción de la infraestructura social y urbana, las instituciones educativas y de salud y el diseño de vialidades.
Es de resaltarse el impacto regional que tendrá a nivel curricular en la formación de estudiantes de bachillerato y de educación superior la instalación de estas Zonas Económicas Especiales.
El despojo agrario de las ZEE
Para el desarrollo de una Zona Económica Especial (ZEE), regularmente se requieren en estas zonas de al menos 500 hectáreas -un parque industrial en México utiliza 300 y una armadora normalmente 500-.
Entonces a nivel territorial una cosa son las transformaciones de las zonas económicas y otra van a ser las transformaciones de las zonas urbanas que van a desarrollarse alrededor de estas zonas, ya que habrá construcción de viviendas, escuelas, hospitales, o zonas turísticas, lo cual es importante porque existe un proceso de especulación inmobiliaria de tierras que hace posible este modelo transnacional.
En México para hacer posible el funcionamiento de las siete Zonas Económicas Especiales más de 41 mil hectáreas fueron puestas a disposición del capital trasnacional mediante los decretos correspondientes del Ejecutivo Federal entre los meses de septiembre y diciembre de 2017 y abril de 2018. Para ello se invirtieron más de 6 mil millones pesos para la compra de tierras en dichas zonas. (AFDZEE, 2016)
En muchas de estas tierras ya se han presentado conflictos agrarios, como es el caso de la Isla La Palma del municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán y el amparo promovido por pueblo originarios en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, por la violación a su derecho de ser informados y consultados por el desarrollo de estos mega emprendimientos.
Tabla 1
Superficie Decretada
Zonas Económicas Especiales
México 2018
ZEE
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