EL DELFÍN

Este es un espacio para la difusión de conocimientos sobre Ciencia Política que derivan de la Carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

viernes, 14 de julio de 2017

Venezuela, punto de anclaje

VENEZUELA, PUNTO DE ANCLAJE Guillermo Almeyra
Como Cuba, pese a las dificultades y errores y a pesar de las muchas críticas que desde un punto de vista socialista se pueden realizar a sus respectivos gobiernos, es un punto de anclaje. No es socialista quien no siente la necesidad de defender las conquistas democráticas en peligro ni lo es quien no entiende que simultáneamente a la lucha contra el capitalismo existen centenares de miles de revolucionarios antiimperialistas que podrían llegar a ser socialistas si los socialistas no les dan la espalda o los llamen desde un Limbo. Un artículo firmado por Manuel Aguilar Mora en nombre de dos grupos –LUS y POS- me acusa de querer ser “consejero anticapitalista de Maduro” aunque al mismo tiempo cita las muchas críticas que le hago. ¿Pensará MAM que Maduro, además, es masoquista y le encanta ser fustigado? En dicho artículo LUS y POS sostienen ahora que los trabajadores venezolanos tienen “potencial y capacidad” como para abrir una salida revolucionaria –lo cual es indudable- pero en ningún momento discutí con ellos esa perogrullada que vivo proclamando. Lo que les recriminé fue su llamado a la insurrección armada contra el gobierno de Maduro coincidiendo con los golpistas de la ultraderecha. No es decente borrar hoy con el codo lo que escribieron apenas ayer con la mano. Aún esperamos su rectificación o su autocrítica. También inventan un fantoche a su medida para discutir con el G.A. de carne y hueso que, en La Jornada, vive escribiendo sobre la necesidad de adoptar inmediatamente algunas medidas anticapitalistas fundamentales, en Venezuela y en Cuba y, en general, de organizar en torno a un programa anticapitalista en México y en toda América Latina para no depender de las vacilaciones y de las líneas procapitalistas de los llamados “gobiernos progresistas”. En política, uno se encuentra muchas veces con Peter Pan, el adolescente eterno lleno de la inseguridad propia de su edad y que, precisamente por eso, siempre quiere tener razón, particularmente cuando se equivoca y jamás se autocritica ni acepta críticas. Manuel Aguilar Mora, como Marcos, es uno de esos adolescentes sesentones que no sabe que se debe y se puede aprender de quienes piensan diferentes y que la base del pensamiento científico está en la duda sistemática y no la obcecación. MAM tiene muchas cualidades, es honesto, lucha hace decenios por el socialismo –por eso le valoro y lo aprecio- pero, cuando discute, no respeta y tergiversa lo que dice su adversario ocasional. Por ejemplo, yo escribí en mi artículo El ABC que la oposición es golpista y tiene base de masas (moviliza cada semana cientos de miles de manifestantes y tuvo mayoría en la Asamblea Nacional) pero jamás escribí que toda ella o que toda la MUD son golpistas. No es cierto que en Venezuela sólo hay un lucha entre dos facciones burguesas:laoligarquía y la boliburguesía. Está también el imperialismo junto a la primera y los golpistas y agentes del imperialismo dirigen en los hechos y arrastran una gran masa que quiere cambios, reformas, que protesta por la inflación, la rebaja de los ingresos, la corrupción y el autoritarismo de un gobierno que sigue hablando de una Revolución Bolivariana que con la muerte de Chávez, e incluso antes de ella, quedó atrás pero no se borró de la conciencia histórica profunda del pueblo venezolano y que ante un golpe podría revivir. En ese mismo artículo puse entre comillas una frase de Lenin sobre el apoyo a Kerensky contra el golpista general zarista Kornylov: “sostenemos a Kerensky como la cuerda sostiene al ahorcado”. En efecto, una vez aplastada la amenaza de la restauración el zarismo, el agonizante gobierno de Kerensky no pudo sobrevivir. Ni MAM ni POS saben ni aprenden y se indignan conmigo por ese concepto que no es mío y que Trotsky también expresó con otras palabras. MAM y POS, para justificar su llamado a la insurrección proletaria contra Maduro, sostienen alegremente que el ejército no es golpista, tal como escribía el Partido Comunista chileno el mismo día del golpe de Pinochet (a quien Salvador Allende creía leal porque era el general era masón). No todas las Fuerzas Armadas integran la boliburguesía pero todas ellas, en cambio, pertenecen desde el punto de vista de clase, de su mentalidad y de sus privilegios en peligro, a las clases medias -en este caso uniformadas. Las manifestaciones constantes de la MUD buscan por eso resquebrajar la unidad y la disciplina de los militares y crear grietas en el aparato estatal chavista y ya han conseguido ambas cosas. ¿Creen los firmantes que el golpismo está acabado y que Estados Unidos va a desistir de sus planes? ¿MAM no recuerda el golpe por fases contra Perón en Argentina en junio y septiembre de 1955 aprovechando la política de austeridad y la Campaña por la Productividad impopulares del caudillo en declinación? ¿El POS no recuerda tampoco que su tendencia se había integrado en el peronismo y que lo defendía, embelleciendo a Perón haciéndole de taparrabos rojo? Los precios del petróleo y del gas muy probablemente seguirán bajando y las dificultades para Venezuela y, de rebote, para Cuba, aumentarán. “La Constitución es un pedazo de papel en la boca de un cañón” y la mejor de las Constituciones jamás cambió nada si antes no cambiaron las relaciones de fuerzas en favor de los explotados, elevando su moral de lucha y su conciencia. La necesidad de una alternativa anticapitalista existe desde hace rato y sin ella no hay solución positiva para las grandes masas venezolanas. Pero esa alternativa no depende sólo de los buenos deseos de los socialistas sino de la necesidad de sumar al combate anticapitalista a quienes critican a Maduro pero no son golpistas ni confían mucho en la MUD. Ese es “el secreto” de mi prevención contra los malos asesores (cubanos, de Podemos o ex stalinistas). almeyraguillermo@gmail.com

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