n plena pandemia, la
Secretaría de Salud de la CDMX (Sedesa) ajustó sus contrataciones para
cubrir necesidades de recursos humanos, principalmente en hospitales.
Ellas incluyen personal de honorarios (que, al decir de Claudia
Sheinbaum en campaña, desaparecería) Galenos Salud (modalidad
reconvertida de la previa estabilidad laboral
) e Insabi.
A ellas se suman interinatos, trabajadores basificados con dígito y sin digito sindical, es decir, sin garantía del Fondo de Ahorro Capitalizable (Fonac), ni días económicos, días concedidos, días de descanso por buenas notas, con sólo dos periodos vacacionales, sin periodo de riesgo y con vales menores a los pactados con la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. La diferente contratación entre Galenos Salud (GS) y la del Insabi merece especial atención.
En reuniones con trabajadores de la salud, Sheinbaum expresó que, con GS, se regularizarían sus derechos laborales al ganar
mejoras como seguridad social integral
, Fonac y antigüedad en el Issste. GS, insistió, sustituye a estabilidad laboral
, pagada con recursos del Seguro Popular durante las administraciones de Ebrard-Mancera.
Pero para enfrentar la carencia de recursos humanos, Sedesa ha cursado contrataciones –vía Insabi– que despertaron molestia entre los trabajadores-Sedesa, ya que, por la modalidad Insabi, GS pierde –comparativamente– hasta 50 por ciento de sus ingresos. Las contrataciones Insabi son para atender la pandemia y, sin sumar ocho meses de labor, esos trabajadores disponen de la promesa de ser basificados con sueldos tabulares homologados a nivel federal. Mientras, GS, con más de 10 años de antigüedad, desconocen su futuro laboral porque las autoridades capitalinas y Sedesa no brindan certeza laboral a sus contratos.
Las contrataciones/salarios Insabi están disponibles en las páginas oficiales de la Ssa y Sedesa. Ahí se plasma la remuneración de médicos generales, especialistas y personal de enfermería técnico y con licenciatura, confirmándose que están por encima de GS.
La molestia de GS crece junto a las declaraciones del presidente López Obrador en las que sotiene que a los trabajadores contratados por Insabi se les asegura base. Situación que, según AMLO, les garantiza trabajo digno. En contraste, GS laboran sin prestaciones y un contrato fuera de ley, pese a que sus funciones son las mismas e, incluso, muchos están sobrecapacitados. A diferencia de las contrataciones del Insabi que, en su mayoría, son recién egresados de licenciaturas y aún no disponen de todos los conocimientos prácticos para atender pacientes Covid-19.
En GS se escucha también la queja de que su contratación –diseñada
por Sergio López Montesinos, director general de Administración de
Personal de la CDMX– no otorga todas las prestaciones de los
trabajadores de base, sino que, más bien, tiene las características de
contratación de personal de confianza, sin derecho a ser sindicalizados.
Es decir, que al firmar la contratación se les inhabilita para demandar
al gobierno una base y, al mismo tiempo, se les impone renunciar a la
antigüedad generada en su esquema previo vinculado a los recursos del
Seguro Popular llamado estabilidad laboral
que pueden sumar, en promedio, más de siete años para la gran mayoría de los profesionales de la salud.
Por su parte, Claudia Sheinbaum descartó despidos, ya que, señala, la incorporación al nuevo esquema de GS es voluntaria https://www.jefaturadegobierno.cdmx.gob.mx/ storage/app/media/Sintesis%20Informativa/ Resumen%20Ejecutivo/concentrado- 02032020-sintesis-matutina.pdf. En contraste, en los hospitales, los directivos de recursos humanos amenazan a los profesionales de la salud de no renovar sus contrataciones si no firman y aceptan el nuevo modelo unilateral de GS, cancelando definitivamente –ese mismo año, 2020– su relación laboral con Sedesa.
Hay que destacar, también, que no todos los trabajadores fueron
incluidos en el régimen de contratación GS: sólo se incorporó a médicos,
sin el área administrativa. Se agrega al cuadro de precarización que a
los profesionales no se les muestra el nuevo contrato. Sólo se oferta la
cobertura amplia
del Issste y el Fonac y sólo para aquellos con
ingresos menores a 14 mil 300 pesos mensuales brutos. Lo cual deja fuera
a la mayoría de enfermeras, químicos, técnicos especialistas en salud y
médicos, muchos de los cuales han estado en la trinchera frente al
Covid-19.
Simultáneamete, el personal contratado por Insabi expresó en los hospitales el retraso de su pago hasta por seis quincenas y que también se desconoce su tipo de contrato, así como si está o no dado de alta en algún servicio de seguridad social.
En suma, precariedad laboral, desigualdad salarial entre GS y contrataciones Insabi aunque, ciertamente, ninguna de ellas genere aún estabilidad laboral real para los profesionales de la salud que constituyen el frente de operación frente al Covid-19.
*UAM-Xochimilco
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