Todo parece indicar que el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, por sus errores políticos, económicos y financieros tiene colocada una soga al cuello que de apretarse el lazo le obligará a concluir su mandato antes de término como ya ocurrió anteriormente con otros tres mandatarios de esa nación andina.
A solo cinco meses de estrenarse en la presidencia, el millonario Lasso ha tratado de llevar al país por una profunda senda neoliberal y ha cometido errores que al parecer son difíciles de borrar pese a que cuenta con el fuerte apoyo de los medios hegemónicos de comunicación.
Como tenía que cumplir con las obligaciones contraídas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que este organismo le desembolse 802 millones de dólares a fines de octubre y 700 millones en diciembre, mandó a la Asamblea Nacional el proyecto de “Ley Orgánica de Creación de Oportunidades, Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal” con carácter económico-urgente, para poder sortear los últimos meses de 2021.
Craso desatino pues el proyecto enviado el 17 de agosto, le fue devuelto para que corrigiera varios acápites con los cuales el órgano legislativo está en completo desacuerdo.
Lasso que en esos momentos disfrutaba de cierta popularidad por haber realizado con efectividad una campaña masiva contra la Covid-19, amenazaba con llevar a referendo popular la Ley si la Asamblea Nacional no la aprobaba.
Con mucha premura lo reenvió el 24 de septiembre, en plena crisis carcelaria que se saldó con el asesinato de 120 reos y más de 80 heridos, hecho que sobrecogió a la sociedad.
Los principales partidos y movimientos políticos de la Asamblea, emitieron un mensaje en el cual le ratificaron al gobierno que no aprobarían ninguna reforma fiscal, tributaria, económica y laboral en contra de los derechos de los trabajadores.
Los sangrientos hechos en las prisiones de la ciudad de Guayaquil, volvieron a evidenciar los graves conflictos económico-sociales por los que atraviesa Ecuador con alto desempleo, pobreza galopante, falta de oportunidades y concentración de ingreso en las clases adineradas.
Con ese panorama nada halagüeño, estalla en la cara de Lasso la bomba financiera denominada Papeles de Pandora una pesquisa del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) donde aparece el presidente vinculado a 14 sociedades offshore (Paraísos Fiscales) establecidas en Panamá, Estados Unidos y Canadá.
En los primeros momentos el mandatario ecuatoriano negó cualquier tipo de relación o beneficio con esas empresas pero al paso de los días se retractó y declaró que tenía algunos intereses fuera del país. Ahora la Asamblea Nacional aprobó una comisión para abrir la investigación la cual determinará el próximo 6 de noviembre si se inicia un juicio político contra el jefe de Estado.
Ya desde el 2017, el diario Página 12 publicó investigaciones en las que destapaba que Lasso estuvo vinculado en la creación de cerca de 49 empresas offshore y a principios de 2021, ese diario reveló que detrás del financiamiento de la campaña presidencial estaban sus numerosas compañías en Paraísos Fiscales y el Banco Guayaquil (donde fue su presidente por 20 años y se mantiene como uno de los principales accionistas).
En esos años se asegura que su fortuna creció inconmensurablemente y en la actualidad se desconoce a cuánto asciende. Pero el siguiente detalle es suficiente: Lasso al tratar de justificar el capital que tiene en el exterior aseguró que pagó en los últimos años 588 millones de dólares solo en impuestos.
Analicemos a grandes rasgos la situación económico-social en el país: la pobreza se sitúa en 35 % y la extrema en 14,2 %; más de 5,6 millones de ecuatorianos sobreviven con menos de 84 dólares al mes. En las zonas rurales alcanza al 47,9 % de las familias. La desnutrición afecta al 26 % de los niños de 0 a 5 años, cifras que aumentan al 40 % en las zonas rurales.
Un estudio de la fundación de investigación Donum asegura que Ecuador ha retrocedido a los parámetros de 2010. Por su parte, el Banco Central añadió que durante la pandemia se han eliminado 532 000 empleos y una pérdida de 12 791 millones de dólares en el sector productivo. La deuda pública pasó al 64 % del PIB con una reserva monetaria que solo representa el 20 % del gasto mensual del gobierno.
Sin importarle esta adversa situación, el mandatario introdujo su propuesta de ley neoliberal la cual intenta crear un régimen laboral alternativo al vigente Código del Trabajo que elimina todos los derechos laborales hasta ahora vigentes para instaurar un régimen de flexibilización laboral absoluta.
En otro acápite se establecen contribuciones temporales a través de imposiciones tributarias básicamente a la clase media que aumentarían las reservas internacionales para garantizar flujos de capital a los bancos privados.
Asimismo se contemplan reformas a varios cuerpos legales de diferentes sectores en los que subyacen la desregulación estatal y la transferencia de capacidades públicas hacia el sector privado.
Pero como la Asamblea Nacional se niega por mayoría a no aceptar esas imposiciones, el millonario presidente ha amenazado con disolver ese órgano parlamentario en un acto antidemocrático y de prepotencia.
Enfrentado a la Asamblea Nacional, envuelto el país en una crisis multifacética, con pérdida de moral ante la evasión de impuestos y pendiente del resultado de la Comisión que determinará si se le celebra juicio político, a lo que se suma su intención de profundizar las medidas neoliberales contra la mayoría del pueblo, Lasso parece estar destinado a seguir el camino de anteriores mandatarios ecuatorianos como Abdalá Bucarán, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez los cuales tuvieron que abandonar el cargo antes de su término.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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